La soberanía de Dios

11 de abril del 2011 - Por Myrza Marilys Lassús

“Maravillosamente truena Dios con su voz, haciendo grandes cosas que no comprendemos”. Job 37:5

“Ya sea por corrección, o por el mundo suyo, o por misericordia, El hace que suceda“. Job 37:13

“Es el Todopoderoso; no le podemos alcanzar; El es grande en poder, y no pervertirá el juicio ni la abundante justicia“. Job 37:23

En estos últimos meses y especialmente esta pasada semana, he visto la soberanía de Dios demostrándose por todos lados. Cuando hablamos de la palabra soberanía, hablamos de control, supremo poder sobre todas las cosas, completa autoridad, majestad. Y, mientras leo esta definición, más s le doy gloria y honra a mi Señor.

El 6 de marzo 2011, se marcó y se convirtió en el día que volví a nacer. En camino al servicio del domingo, mi auto comenzó a rodar, dar vueltas fuera de control (spin out of control) a punto de que fue del lado izquierdo a la derecha, al mismo tiempo impactando la pared de concreto, finalmente parando pegándole de frente a la pared de concreto. Toda el frente del auto se destruyó. El milagro más grande fue que solamente mi hijo y yo sufrimos moretones. En todo esto, los trabajadores de auxilio, policía, doctores, decían que este accidente era para haber muertos por la condición en que quedó mi auto. Definitivamente, el ángel del Señor acampó alrededor de mi hijo y de mi en esa hora.

Cualquier persona hubiera preguntado, “¿dónde estaba Dios en esos momentos?” Yo sé donde El estaba, ahí. Apenas en la iglesia habíamos terminado la semana de ayuno y oración. Esto pareciera un castigo por orar o ayunar, pero yo lo veo como una forma de ver la grandeza de mi Dios. Ahí vi la soberanía de mi Dios. ¿Por qué tuve el accidente? ¿Por qué Dios me libró de la muerte? Solo Dios sabe. Hay un propósito en todo esto. ¿Cual es? No lo sé. Pero el Dios Soberano si sabe.
En la misma semana Japón y otras partes sufrieron grandes pérdidas y muertes por el terremoto, etc. ¿Por qué Dios permitió eso? No sabemos. Pero pasó.

Decir que Dios es Soberano, es decir que confiamos en El, que ponemos nuestras vidas en su mano, que sabemos que TODAS las cosas están bajo el control de mi Señor. Esto nos enseña que tenemos que estar con Él y vivir para El. Que nuestro cada día debe de estar con Él. Que nuestras vidas son de Él. Sea bueno o malo lo que nos suceda, demos gloria y honra al Dios Todopoderoso, El Principio y el Fin, el Gran Yo Soy, el Soberano Dios, Majestuoso Rey. Sea el nombre de Jehová bendito.

Oremos para que nuestra fe crezca, para que siempre veamos Su propósito y voluntad en todas las cosas. En el nombre de Jesús, amén.