La higuera no se secó en un instante - vivir en el tiempo intermedio de la fé

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Lucas capítulo 24, la resurrección, y yo solo voy a leer un par de versículos. Imagínense ustedes este par de mujeres, madrugada, domingo, ellas van deprimidas y tristes porque el Señor ha sido crucificado, ha muerto, no están pensando en su resurrección ni cosa que se parezca, para estas mujeres la muerte de Jesús es algo rotundo, inapelable, definitivo, y van simplemente a adorar el cuerpo del Señor con unas especias aromáticas, envolverlo, en los lienzos apropiados conforme al tiempo, prepararlo completamente su cuerpo para su estadía permanente en una oscura cueva donde Él ahora mismo yace apresuradamente puesto allí después de su crucifixión, en estas mujeres no hay ningún tipo de esperanza ni sospecha siquiera de que algo trascendental ha sucedido.

Y entonces, vemos a estas mujeres en el versículo 2, Lucas 24, dice que cuando llegaron al sepulcro encontraron algo extraordinario, y es que encontraron removida la piedra del sepulcro, había sido quitada, una piedra pesadísima que se rodaba en un riel y cerraba la entrada al sepulcro, esa era la manera en que personas de cierta importancia eran sepultadas en ese tiempo. Recuerde que no era porque Jesús fuera tan importante a nivel social, porque lo era evidentemente a nivel cósmico, si no porque le prestaron una tumba, y eso ya estaba hecho predicho proféticamente, era una tumba que no había sido usada jamás. José de Arimatea, un hombre muy rico, prestó esa tumba para que el Señor fuera allí sepultado.

Y entonces dice que hallaron removida la piedra del sepulcro, y entrando no hallaron el cuerpo del Señor Jesús, ¿por qué?, porque el Señor ya no estaba allí, había resucitado. Dice que aconteció que estando ellas perplejas, hey, a mí me dá un ataque al corazón yo diría, "estando perplejas, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes", efectos especiales del cielo, eran dos ángeles que se acercaron a ellas, y ellas entendieron que estos eran seres sobrenaturales. Dice que como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra en reverencia y temor, estos dos seres angelicales les dijeron, y aquí es donde quiero que usted medite, esta es la parte central de mi predicación, estos dos seres les preguntaron: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?, no está aquí, si no que ha resucitado".

Pero la pregunta que tú te hagas esta mañana, y vamos a ver cómo eso se aplica a nuestras vidas, ¿por qué buscáis entre los muertos al que vive?. Este pasaje nos introduce a lo que yo llamo el momento intermedio de la resurrección. La resurrección de Jesús ya era un hecho pero todavía no se había dejado sentir en todas sus manifestaciones públicas, había sucedido algo que cambiaría la historia para siempre, pero nadie se había enterado de este hecho todavía, era simplemente una realidad ontológica, pero no había ningún observador que la constatara.

Y yo quiero hablar precisamente de eso. Cuando Dios hace cosas y todavía nosotros no nos hemos dado cuenta de que Él las ha hecho, y continuamos viviendo como si Él no las hubiera hecho. Cuando Dios hace cosas transformadoras, a veces en nuestra vida, a veces en la historia, y Él las hace soberanamente, y en el mundo espiritual eso ya es una realidad innegable, es una estructura del universo, pero todavía en el mundo del tiempo y del espacio, de las circunstancias todavía eso no se ha hecho patente, no se ha hecho totalmente observable y real, ¿y qué pasa en ese tiempo intermedio, en el tiempo en que Dios dá su palabra y eso se transmite al mundo nuestro y nosotros nos percatamos de ello, qué pasa en ese tiempo?. Ese tiempo desierto, ese tiempo de definición, ese tiempo de limbo en un sentido, de ese tiempo es el que yo quiero hablar. Eso es lo que yo llamo el tiempo de la fé.

A veces Dios hace cosas trascendentales, en el ámbito de su Espíritu, de su Reino, de la eternidad, en el cielo, a veces Él hace cosas transformadoras en el mundo, opera sobre la realidad, pero se toma algún tiempo para que ese hecho de Dios se transmita al ámbito en que nosotros vivimos, el ámbito del tiempo y del espacio. Por ejemplo, cuando Cristo resucitó dice la Biblia que, Él allí en la cruz derrotó a los principados y potestades, le quitó el dominio al diablo sobre el universo. Ya el yugo de esclavitud en que vivía la humanidad fué quitado, y la libertad del ser humano, del hombre fué hecha posible por la resurrección, el Reino de Dios vino y habitó en medio de nosotros, de hecho cuando Cristo vino a la Tierra yá el mundo había cambiado radicalmente, había esperanza para la humanidad, cosas podían darse que no se podían dar de otra manera.

Dice que el Reino de Dios yá está dentro y en medio de nosotros, sin embargo, nosotros sabemos que la historia continúa todavía con su locura, todavía niños mueren prematuramente, todavía hay guerras, todavía un galón de gasolina cuesta tres con ochenta y nueve, y dicen de que va a llegar a cuatro dólares, todavía hay tapones en la ruta 93, todavía hay explotaciones en el mundo, hay enfermedad, el diablo dice la Biblia que todavía tiene control misteriosamente de este mundo, pero dice también que ya Dios declaró el Reino sobre el mundo, dice que el Reino de los cielos avanza, ¿por qué?. Precisamente por eso, hay un tiempo de desconexión y de desajuste, entre el acto de Dios, en el ámbito espiritual, y la manifestación plena de las consecuencias de ese gesto de Dios, esa acción de Dios en el ámbito del tiempo y del espacio.

Déjeme darle una ilustración también acerca de eso, por ejemplo, cuando estas mismas transmisiones se dan aquí por video, la cámara está recogiendo esa imagen ahora mismo mientras yo hablo, pero hay unas fracciones de segundo entre el tiempo en que esa cámara capta mi imagen, aunque es tremendamente rápido, la transmite a través de los cordones o a través de las ondas wifi, del internet o lo que fuera, y llega a otro lugar que toma esa imagen y la transmite otra vez a través de los aires, y un hermano, una hermana en México, en Austria, en Omán o donde sea capta esa imagen, ¿ha habido un momento no?, la imagen ya se produjo aquí, pero se toma más tiempo y a veces se toma más tiempo dependiendo de las capacidades del mecanismo para hacerlas llegar donde alguien las va a captar y va a recibir el impacto de ellas.

Y así pasa con las realidades espirituales. Dios hace cosas, Dios declara cosas en el ámbito del Espíritu, Dios declaró el Reino de los cielos pero ese Reino de los cielos está desarrollándose y desenvolviéndose poco a poco en el ámbito humano y un día dice la Biblia que Dios dirá suficiente espera, y lo transformará todo, cielos nuevos, tierra nueva, una creación nueva y diferente, Cristo le pondrá final a la locura de la historia y Él vendrá y se instalará, y toda la historia se transformará instantaneamente. Mientras tanto vivimos en ese tiempo de espera, y nosotros somos parte de una fuerza conquistadora que está redimiendo el mundo, estamos predicando el evangelio, estamos sanando enfermos, estamos declarando la gloria de Dios, estamos viviendo como gente redimida y transformada, diga gloria a Dios aunque sea para mimarle un poquito, la gloria de Dios se está manifestando en medio de nosotros, y nosotros somos parte de un fenómeno, de un proceso histórico que Dios está haciendo real, lo que Él dijo nosotros estamos ayudando y cumpliendo la Escritura.

Entonces vemos esto, ¿no?, que muchas veces Dios hace cosas trascendentales, pero se toma tiempo para que nosotros nos percatemos de ella, vemos por ejemplo que cuando Jesús maldijo la higuera estéril, ustedes recuerdan ese pasaje, la higuera no tenía fruto, el Señor metió la mano, mucha hoja pero nada de fruto, y el Señor dijo nunca más nazca fruto de ti, la mandó a que se sequera, los discípulos siguieron su camino, de hecho ese acto se dió en el tiempo de Semana Santa, que el Señor iba entrando a Jerusalén, entonces Él entró a Jerusalén, eso se dió por la mañana cuando Él venía de Betania para entrar a Jerusalén, había una distancia, entonces nada, la higuera se quedó aparentemente de lo más tranquila, los discípulos dijeron parece que el Señor se levantó de mal humor hoy, y no le gustó el hecho de que no tuviera fruto la higuera, la higuera siguió tan frondosa y verde como cuando el Señor la dejó, pero qué pasó horas después cuando la tardecita regresaron de Jerusalén, pasaron otra vez por allí, los discípulos se quedaron boquiabiertos porque esta higuera que el Señor había maldecido ahora estaba seca, marchita, ¿por qué?, porque cuando el Señor dió la palabra entonces se desató un proceso de muerte, se tomó tiempo, como cuando usted arranca una rama o una flor, se toma tiempo pero a la larga se seca porque ya no tiene vida en ella.

Entonces muchas veces Dios dá una palabra pero se toma tiempo para que esa palabra se cumpla en el ámbito de la realidad, eso es lo que yo llamo el territorio de la fé, y nosotros siempre estamos viviendo en una manera u otra en ese territorio a través de nuestras vidas, y se requiere que nosotros entendamos esto, el Señor había hecho algo poderosísimo, había resucitado a su Hijo, esa tumba fué iluminada con una luz más poderosa que la luz que en el álamo hace sesenta y pico de años o setenta años iluminó el desierto con la primera explosión de la bomba atómica que se conoció en la historia, eso desató dice que uno de los científicos que tenía algo de poeta recordó una imagen de uno de los textos sagrados del Hinduísmo, donde hay un estallido, dice que era como el brillo de mil soles que estallaba, así fue la primera explosión, yo diría que cuando se dió una luz iluminó esa cueva y el cuerpo muerto de Cristo se estremeció y un poder más fuerte que el de una bomba atómica venció el enemigo más poderoso que ha conocido la humanidad que es la muerte, levantó el cuerpo de Jesús, y esa piedra se deslizó y el Hijo de Dios resucitado volvió a la vida.

Pero no había nadie que lo viera, el milagro se dió pero hubo un tiempo hasta que la gente se percató de ello. Mientras tanto vivieron en un tiempo como de tristeza, de luto, de decepción, de sentirse que Dios no había hecho todo lo que les había prometido. Entonces vemos que a veces Dios hace cosas trascendentales en el ámbito espiritual y se toma tiempo para que nosotros lo podamos percibir en el tiempo y el espacio. Otro ejemplo de esto, a veces nosotros oramos y pedimos algo y lo pedimos con fé, y Dios escucha la oración, y de su trono sale la palabra de accedimiento y de afirmación de lo que decimos y el Señor dice sea hecho conforme a tu fé, pero se toma tiempo a veces para que lo que Dios ha declarado se cumpla en nuestra vida, y entonces en ese tiempo de espera, nosotros tenemos que creer que hemos recibido la respuesta de Dios.

Se tomará algún tiempo, por ejemplo cuando usted ora por un hijo rebelde, y usted dice Padre cambiamelo, transfórmalo, cambia su corazón, y Dios escucha su oración y dice hijo, conforme a tu fé sea hecho, y entonces yo creo que en ese momento se desatarán una serie de circunstancias en la vida de ese hijo, Dios lo vá a llevar a través de un proceso, porque no se trata de un muñeco, se trata de un ser que tiene conciencia propia y tiene libre albedrío, pero Dios comenzará un proceso que llevará a ese hijo a través de diferentes situaciones, circunstancias, como el hijo pródigo, que se fué por allá lejos, ¿cuánto tiempo habrá pasado, quien sabe?, pero Dios estaba trabajando en su vida, y Dios lo lleva, a veces ese hijo Dios ya dió la palabra y el mundo dice sí Señor, y las circunstancias comienzan a ajustarse, gente viene a la vida de su hijo, no saben por qué, para hacer posible lo que Dios dió, pueden pasar años, tú oraste, recibe esa palabra, créelo, hasta que se dé el momento de la resurrección créelo, vívelo, confiésalo, síguelo presentando delante de Dios y cree que un día el Señor te dará el fruto de tu oración.

Pero se puede tomar tiempo porque las resurrecciones se pueden tomar tiempo inclusive para manifestarse en la realidad, alguien quizá está orando por un cónyugue, alguien está orando por una situación de inmigración, alguien puede que esté orando por un matrimonio amargo, o por una enfermedad crónica, pero en todas esas cosas cree que Dios está obrando en tu vida, confiésalo, créelo, celébralo, vive, y acopera con el mover del Espíritu Santo en tu vida, porque Dios lo ha prometido y Dios lo cumplirá. Hay que tomar pasos de fé a la luz de lo que Dios ha afirmado en nuestras vidas, y hay que cooperar con las obras del Espíritu Santo.

Entonces Dios a veces hace cosas trascendentales pero se toma tiempo en el ámbito del tiempo y del espacio. A veces oramos por algo y Dios dice sí, pero se toma tiempo para que ese milagro se efectúe, porque Dios obra sobrenaturalmente a través de lo natural, lo vemos repetidamente, es un secreto que nos enseña este pasaje, y hay una tercera forma en que yo creo que estas cosas, estas tensiones se dan, Dios dice claramente que algo va a suceder, y Dios lo apuntala con promesas repetidas, y Dios lo pone en tu corazón, y entonces también cuando Dios dice algo tienes que creerlo que va a suceder.

Yo pienso también en Abraham que a los 75 años de edad Dios le dijo tú vas a ser padre de multitudes, tu esposa va a concebir, y a los 75 años Sarah ni siquiera había dado a luz nunca, su matriz estaba estéril, y varias veces a través del libro de Génesis vemos que Dios le dice vas a tener un hijo, y Abraham como que se molesta con Dios y dice Señor yo no estoy viendo, y lo único que tengo es este siervo que probablemente va a heredar todo lo que tengo porque no tengo más nadie que herede, sabemos la historia que Sarah se impacientó y le dijo mira Abraham, aquí tienes a esta sirvienta, allégate a ella para producir un hijo porque yo no lo voy a producir a esta edad, y Abraham ni lento ni perezoso obedeció a Sarah y se allegó a su mujer Agar, y nació Ismael que todavía estamos pagando 3.89 por galón por ese error del bendito Abraham ahí que no le creyó a Dios.

Porque cuando Dios dice algo hay que creerlo, si Dios dice Yo voy a hacer algo tú tienes que creer, esperar y vivir dentro de la promesa de Dios. Si Dios ha dicho Yo voy a hacer florecer tu vida, yo te he preñado con una promesa, créelo, y vé al banco y espéralo, porque vendrá ciertamente, aunque la visión se tarde espérala porque se cumplirá dice Abacuc capítulo 2, tenemos que creerle al Señor, tenemos que creer que Él es fiel, y mientras esperamos el momento de la resurrección y el domingo que vemos la tumba abierta hay que pedir y confesar, Dios lo dijo, Él lo va a cumplir, Dios me ha dicho que la senda del justo es como la aurora hasta que el día es perfecto, yo voy a creer que mi vida vá de mejor en mejor, yo no voy a perder, yo no voy a terminar en la oscuridad y en la muerte y en la decrepitud, yo voy a florecer, la Biblia dice el justo crecerá como el cedro en el Líbano, dice que aún en la vejez fructificarán, estarán vigorosos y verdes para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto y lleno de justicia.

Tú tienes que creer eso, tú tienes que decir no, yo cada día estoy mejor, yo cada día estoy más fuerte, yo cada día estoy más hermosa, yo cada día estoy más apetitoso, ¿amén? (risas), hay que creer las promesas de Dios, hay que vivir. Y sabes que, cuando tú le crees a Dios y cuando tú vives confensando lo que Dios ha prometido en tu vida, esa es una fuerza regeneradora, eso inclusive regenera los tejidos de tu cuerpo. Yo creo que mucha gente no experimenta toda la vitalidad de las promesas de Dios porque no han cultivado esa capacidad para empatizar eso, para cocinarse en los jugos de la bendición de Dios, óigame qué bien me salió eso, escríbamelo alguien antes que se me olvida.

Hay que cocerse a fuego lento cada día en las bendiciones de Dios. Por eso hay que leer la Palabra y meditarla y confesarla, tú tienes que visualizarte a ti mismo cada día más fuerte, más inteligente, más sabio, más poderoso, con más autoridad, porque el Señor lo ha prometido dentro de ti, hay que confesarlo, hay que creerlo, hay que celebarlo y hay que visualizarlo, ese es el secreto de la vida de fé. Mucha gente no recibe todo lo que Dios le ha prometido porque no saben moverse en ese tiempo de la espera, de la resurrección plena, y Dios nos ha dicho, nos ha dado tantas promesas, que no podemos ser lentos. Hay mucha gente que vive, aquí ya estoy dañando mi perfecto sermón, lo estoy haciendo un sancocho aquí, el arroz y la habichuela de la carne lo estoy mezclando todo, pero tú muchas veces la gente hace del evangelio algo que es vida y es poder y es experiencia, y es relación, y lo convierte en religión muerta, ritual, formalismo, y entonces como las mujeres que van el día de la resurrección a la tumba, están buscando a los muertos, lo que vive, lo que está vivo, y entonces desgraciadamente vivimos en esta muerte de formalismo, una religión que no tiene poder, una religión que no cambia, que no transforma, una religión que no dá poder, una religión que no tiene explicaciones para la vida diaria y nos movemos entre los muertos cuando Cristo ha dicho yo quiero que tú vivas entre la vida porque Yo he venido para que tengas vida y vida en abudancia.

Y tanta gente cuando vá a la Iglesia lo que hace es nadar en su depresión, nadar en su realidad caída, lo que quieren es una música que adorne su depresión, y les molesta una música alegre, agradable, donde el cuerpo se mueva, las manos se levanten, las piernas salten, y lo que quieren es algo que esté más acorde con su percepción negativa del mundo, yo amo la música clásica y amo las cosas sublimes, y amo la liturgia también, pero de momento también me gusta como esos niños que se pusieron aquí, qué gloria, qué bendición, esas panderetas, esas vestiduras, nos recuerdan que Dios está haciendo algo en nuestros niños, que la vida cristiana es una vida de celebración, de poder, de acción, y Dios nos ha llamado a una vida de vitalidad, Dios nos ha llamado a una religión muerta, Dios no nos ha llamado a la formalidad de la muerte, y dice ¿por qué buscan ustedes mi vida, mi poder en el formalismo, en lo estirado, en lo frágil, lo quebradizo cuando Yo soy un Dios de poder, de transformación?. ¿Por qué estás tú en tu realidad caída si Yo te he llamado a una realidad de bendición y de esperanza, no?.

Entonces cuando Dios dice algo en tu vida, tú tienes que aprender a vivir en las promesas del Señor, y aunque tú no las veas plenamente realizadas tú tienes que decir no, Dios me dijo y yo lo creo, si Dios lo dijo yo voy al banco con esa palabra, yo sé que yo puedo. Entonces Dios les dijo a los discípulos es necesario que el Hijo del Hombre sea vejado, padezca, sea crucificado y al tercer día resucite. Ellos oyeron eso pero ah, esas son promesas bonitas, pero no sabían que Dios estaba hablando perfectamente en serio cuando dijo eso, por eso estas mujeres van a la tumba creyendo que lo que hay allí es un cuerpo muerto, y los ángeles les dicen: pero mensas, ¿no se acuerdan ustedes que el Señor dijo que iba a resucitar al tercer día?. Cuenten ahora viernes, sábado y domingo, métaselo en la cabeza, domingo. El Señor no está aquí, no busquen entre los muertos al que vive.

Muchas veces el Señor pregunta eso mismo, ¿por qué estás buscando entre los muertos tu realidad?, ¿por qué estás ahí llorando como si Cristo no hubiera resucitado, por qué estás llorando tu realidad como si el diablo fuera el que tuviera poder y no Dios?. Entonces tenemos que recordar esas cosas, ese tiempo de desajuste es el territorio de la fé, mientras esperamos todo lo que Dios ha dicho, y mientras corre a través del tiempo y del espacio, las relaciones humanas y las estructuras del mundo, la palabra radioactiva de Dios desfigurando y reconfigurándolo todo, conforme a la Palabra que Él ha dado, cuando Dios dice algo el universo saluda y se lanza a ejecutar la Palabara, cuando Dios dice sea la luz las tinieblas huyen y es la luz, cuando Dios dice sean las lumbreras las lumbreras se forman, no fué una explosión el Big Bang como dicen los mitos tan complejos y que requiere tanta fé como el relato de Génesis lo que dió nacimiento al universo, cuando Dios dice algo me imagino que se habrá tomado tiempo, se dió en siglos, milenios o un instante, cuando yo llegue allá arriba yo veré el video y entonces les voy a decir con toda seguridad como fue que sucedió. Amén, amén, lo veremos juntos, vamos a hacer un auditorio con una pantalla gigante y vamos a verlo todos, mejor que los físicos y los cosmólogos, y los filósofos del universo, lo vamos a ver en vivo y a todo color, high definition, ultra high definition, ¿amén?.

Entonces tenemos que aprender a vivir en el desajuste, tenemos que aprender a vivir en el tiempo de la espera, tenemos que aprender a vivir en ese tiempo cuando Dios dá la Palabra y la Palabra entra al mundo, como la luz de las estrellas, hay estrellas que están tan distantes que ahora las vemos a través de telescopios pero ya esa luz hace milenios que se emitió, tan larga la distancia que tiene que viajar que ahora la estamos percibiendo pero eso ya dejó de suceder miles de años atrás inclusive, y así pasa, Dios, dá palabras y tiene que llegar a la realidad, tenemos que aprender a vivir con eso. Tenemos que creer que Dios está trabajando, que lo que Él prometió se ha de cumplir.

La Biblia está llena de grandes declaraciones que Dios ha hecho. Por ejemplo Dios ha prometido que vienen cielos nuevos y tierra nueva, Él yá incluso nos dió en el Apocalipsis un pequeño destello de esa realidad, Él lo dice, Yo voy a crear un mundo nuevo, el mundo va a quemarse, todos los rascacielos, las pinturas de Miguelangelo, todo eso se vá a derretir, y lo voy a deshacer porque los átomos mismos de esa creación van a ser estrenados, y Él dice va a haber cielos nuevos y tierra nueva, tenemos que creer eso, mientras eso se hace una realidad tenemos que estar esperándolo, celebrándolo, gozándonos en eso, ¿amén?.

Dios ha declarado que somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, tenemos que creer eso y celebrarlo. La Palabra dice en Segunda de Corintios 5:17, "si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y he aquí que todas son hechas nuevas", aleluya, es una declaración de Dios. Ahora, ¿sabes lo que pasa?, que muchas veces tú te miras a ti mismo y eres el mismo ser que nació en el vientre de tu mamá, usted se mira en el espejo y no parece tan nueva criatura después de todo, usted se levanta por la mañana y se mira al espejo y reprende la imagen que sale del espejo, baja las luces lo más posible para no verse completamente. Hay que esperar un tiempo para que las cremas y la pasta de dientes, y los diferentes perfumes y aceites hagan su efecto en nosotros, y no parecemos tan nuevas criaturas, hay veces que hacemos cosas en nuestra vida, cometemos errores, fallas, decimos cosas, pensamos cosas que nos recuerdan que esa declaración de Dios de que somos nuevas criaturas todavía no se ha hecho una plena y total realidad en nosotros, estamos en progreso hacia esa nueva criatura, pero en la mente de Dios eso es un hecho, ya Dios te vé nuevecito de paquete, un bebé nuevo en Cristo Jesús, una mente renovada, un corazón, y tú tienes que creer eso y tienes que decirte cada día, yo soy esa nueva criatura en Cristo Jesús.

Dice la Palabra también estamos sentados juntamente con Cristo Jesús en los lugares celestiales. Sin embargo tú te ves aquí en la 68 de North Hampton Street, te ves bonito pero no tanto como para estar sentado a la diestra de Dios Padre, tú tienes que creer que hay una realidad en tu vida que si tú te hubieras sentado en una gran prominencia y tú vieras el mundo allá debajo, tú tienes control como un avión que viaja por encima de la tormenta, tú estás a salvo, aquí tú estás luchando pero Dios ha dicho, tú estás sentado también conmigo, tu tienes poder, tienes autoridad, puedes luchar contra las tinieblas, puedes dar la palabra de autoridad, puedes guerrear contra Satanás y sus tinieblas, no tienes que vivir sometido al yugo del diablo porque Dios te ha dado la Palabra que puede rebelarse contra esa autoridad y tú puedes contrarrestar eso con tu fé. En lo que viene la manifestación plena de esa realidad, entonces tenemos que mientras tanto, mientras esperamos la plenitud de esa realización tenemos que vivir como si estas cosas fueran una realidad, tenemos que vivir en lucha, en pugna, Dios lo ha dicho, yo lo creo, no lo veo completamente pero sigo forcejeando con el diablo, con la inercia del universo para que eso se haga una realidad en mi vida, y cada día lo voy a hacer un poquito más, y voy peleando, y quiero coopearar con Dios, me uno a Él para que esa promesa, esa declaración de Dios se haga una realidad en mi vida.

Y tú cada día sometes un poquito de ti mismo a la obra de Dios, cada día tú te das un baño nuevo de la Palabra de Dios, cada día tú permites que el Espíritu Santo corte una cosita pequeña de ti, para que seas más como Cristo, cada día tú entregas algo al Señor, cada día tú mueres un poquito más para que la vida de Jesús se manifieste dentro de ti, cada día tú crees como dice el apóstol Pablo que la imagen de Jesús se está configurando dentro de ti, te estás pareciendo un poquito más a Jesús.

De nuevo cuando Dios dice, oh sí, tú eres una nueva criatura, entonces la pregunta es bueno, ¿qué debo hacer con eso que Dios ha dicho?, ¿cómo debo yo vivir con eso que Dios ha dicho, qué cambios se deben dar a la luz de esa declaración, en mi forma de vivir, en mi comportamiento, qué cosas puedo yo ajustar?. Hay cosas que tú puedes hacer, Dios no te toca con una varita mágica, y de momento ya se fueron todas las arrugas, y todos los problemas, y todas las contradicciones, Él dice no, Yo quiero que tú luches también, mira que te mando a que te esfuerzes y seas valiente. Una de las cosas que a mí me complican la vida cuando yo leo la Escritura, y no me deja ser simplista es precisamente eso, yo veo a Dios muchas veces diciendo algo como que es una realidad, y entonces llamándonos a nosotros a cooperar con Él en la ejecución y realización plena de esa realidad, Dios le dijo a Josué, Yo te he entregado toda la tierra que pise la planta de tus pies, le dijo a los hebreos, esa tierra es suya antes de que entraran a la tierra prometida de Canaán, pero allí estaban unas tribus que medían 6, 7, 8 jugadores de fútbol esperándolos para que pasaran el río Jordán para meterles mano.

Esta tierra es nuestra, nosotros la hemos trabajado, ustedes no nos van a sacar de aquí, pero Dios dijo no, esa tierra es de ustedes, pero fíjense en el mismo momento también les dice, mira que te mando y te esfuerzes, y seas valiente, no temas ni desmayes porque yo estaré contigo donde quiera que tú vayas, y les dijo, nunca se aparte esa palabra de tu boca, vive en mis mandamientos, ¿no?. Entonces usted vé como esa cooperación tensa entre lo que Dios dice, Dios es el gran legislador, el gran declarador de poderosas realidades, que Él las dá y las lanza a través del universo como una luz astral que cruza los espacios, y entonces Él dice ahora cógela, coge esa electricidad de mi Palabra, y métete a hacerla una realidad en tu vida, día tras día, con mi luz tú lo vas a lograr, esfuérzate y se valiente, Dios ha declarado grandes cosas en tu vida, Él te ha dicho tú vas a tener éxito en tu negocio, tú vas a ser un hombre de Dios, tus hijos van a ser prosperados, tú vas a ser un gran predicador de mi Palabra, tú vas a ser una escritora de himnos, tú vas a tocar ese piano mejor que Mozart, pero entonces tú tienes que buscarte un libro, un maestro para que te enseñe, tienes que ir a las clases de discipulado, tienes que leer la Palabra todos los días, tienes que orar y ayunar, porque Dios ha dicho algo, tú te agarraste del cable eléctrico de Dios y ahora tú lo vas a transmitir al mundo del tiempo y del espacio.

Dios no lo hace todo, hay una parte que tú tienes que hacer entre lo que Dios ha declarado y la plena realización de esa realidad en tu vida, tú tienes que mantenerte en esa lucha, en esa tensión, en ese tiempo nebuloso, como los discípulos, en vez de ellos descorazonarse, desalentarse, renegar de lo que Dios les había dicho, ellos debieran haber recordado la Palabra, el Señor dijo que Él iba padecer, que iba a ser entregado, iba a ser vejado, iba a ser crucificado, pero también dijo que Él iba a resucitar al tercer día, y mientras el viernes crucifixión se dió y llegaba el domingo de la resurrección, ellos debieran haber estado en tensión más bien, confesando, declarando, en vez de haber hecho lo que hicieron, tirar las armas, confesar, bajar los brazos, regresar a sus peces malolientes, regresar a sus labores cotidianas y decir, ah, nosotros creíamos que Él era el enviado de Dios, como esos dos hombres camino a Emaús que decían ah caramba, ellos regresaban a Jerusalén como una imagen de la derrota, regresaban de Jerusalén después de los eventos de Viernes Santo, de la crucifixión, y regresaban creyendo que regresaban a la derrota, su candidato presidencial había perdido las elecciones.

Y ya volvían a sus casas como diciendo bueno, terminó la fiesta, nos volvíamos pumpkins, como Cinderella, la Cenicienta, ya sonaban las campanas de las 12, sonó y volvemos a nuestra triste realidad de cenicientas, que lindo fué ese sueño pero era solamente un sueño, y el Cristo resucitado se acerca a ellos y se une a ellos en el camino, y bueno les dice ¿de qué hablan?, y ellos le dicen nosotros seguíamos ahí a una persona que decía que era el Hijo de Dios pero resultó que no era, ah, oh sí, qué bien, qué bien, ah miren acá hay un restaurantcito, ¿comemos algo?, pero cómo no, ¿tú vas a pagar?, sí tranquilo yo pago.

Y se sientan a la mesa ellos cociéndose en su propio jugo de decepción, desaliento, tristeza, derrota, y el Cristo resucitado está al lado de ellos, no lo pueden ver porque está jugando un chiste, Él está ahí traviesamente mirándolos y ha puesto un velo sobre sus ojos, ellos no recuerdan y es tan fuerte su cosmovisión de derrota que no pueden acceder a su mente a la idea de que ese Jesús, lo miran pero no lo ven, su cerebro no procesa lo que están viendo, la incredulidad es así muchas veces, a veces Dios está haciendo cosas grandes en tu vida pero tú no lo ves, porque tienes unos lentes de depresión, negatividad, tristeza, te han dicho que no vales nada, que la vida es un problema, que la gente es mala, que quieren tu destrucción, que Dios no es tan fiel como dicen por allá, que todos esos pastores son una partida de hipócritas, y que lo que quieren es tu dinero, y tú vas a la Iglesia, Dios te habla, pero no recibes porque tiene que cambiar tu mente, tiene que cambiar tu mentalidad, una de las cosas que Dios quiere hacer es quitar el velo de nuestros ojos, que no vivamos tanto en esta realidad religiosa, y que entremos en una vida de poder, y creamos a Dios lo que Él ha dicho.

Y en un momento dado el Señor toma el pan en sus manos en el restaurantcito y lo quiebra, y entonces los mira, y cuando Él quiebra ese pan, en ese gesto tan familiar para con ellos que lo celebró con ellos la noche de la última cena, se les abren los ojos, y ven a Jesús, el Jesús resucitado, y su realidad actual se alinea con la realidad de Dios, y entonces ellos pueden ver su resurrección. Yo creo que eso es lo que Dios quiere en nuestras vidas, que aprendamos a vivir en la Palabra que Dios ha declarado cada día, no mires tu realidad porque si tú miras tu realidad el mundo te va a pasar por encima.

Pedro recibió una Palabra, el Señor cuando estaba en la barca, le dijo bueno ¿tú tienes fé?, bueno salte, camina sobre las aguas, y cuando Pedro pudo mantener su fé erguida, la tormenta rugía alrededor de él y él podía caminar como si el agua fuera este mismo piso sólido sobre el cual yo estoy caminando, pero que dice, dice que viendo él de momento la tormenta, las olas quizá le salpicaron la cara, oyó el rugido del mar y vió los rayos y los truenos, los escuchó, y dijo en su mente espérate, esto es imposible, ningún hombre jamás ha hecho esto, quizá Dios lo pueda hacer pero yo no, yo soy un hombre pecador, y cuando él entretuvo la duda y miró las circunstancias dice la Biblia que comenzó a hundirse, porque cuando tú miras la realidad en lo que la Palabra de Dios, a veces la Palabra de Dios va a estar batallando con la realidad y va a depender de ti, porque tú vas a ser el árbitro de quién va a ganar, o tu realidad caída o la Palabra de Dios, y tu fé es la que va a hacer la diferencia. Tú tienes que creer lo que Dios ha dicho.

Dice la Palabra que el hombre no debe vivir de pan si no de toda palabra que sale de la boca de Dios, el pueblo de Dios es un pueblo de fé, tenemos que aprender a creer que mientras la resurrección se hace una realidad patente en nuestras vidas, nosotros tenemos que habitar el terreno de la fé, creerle a Dios y vivir como que lo que Dios ha prometido se va a hacer una realidad en nosotros, esa es la gran lucha y también la gran yo diría dignidad y belleza de la vida cristiana, somos héroes, somos guerreros, pero, ¿cómo debo yo vivir a la luz de lo que Dios ha dicho mientras eso se hace una realidad en mi vida?, si Cristo ha dicho tú eres una nueva criatura por ejemplo, ¿qué hábitos y prácticas debo yo deshechar de mi vida?. ¿Me debo acomodar a mi depresión y decir esos son mis hormonas, mis químicos que están dentro de mí, yo ya no puedo hacer más nada, así que yo estoy condenado el resto de mi vida a ser una persona depresiva?, o vas a decir no, yo me rebelo en contra de eso, y haces ayuno y oración, y mientras tenga que luchar mira lucha, si mientras tanto tienes que tomarte una pastilla hazlo pero no te acomodes, sigue peleando hasta que eso se haga una realidad en tu vida, sigue creyendo que mañana va a ser mejor, sigue visualizando a Dios, normalizando tu organismo, no te acomodes, no dejes de pelear.

Eso es lo que yo le digo a la gente, mientras tú batalles contra la negatividad del mundo Dios estará contigo, Dios te ayudará. No te acuestes a dormir, no te vayas de este mundo, simplemente diciendo bueno, esa es mi realidad, soy depresivo, soy ansioso, soy boquiduro, soy testarudo, soy vengativo, soy violento, soy mujeriego, soy lo que sea, y ya así Dios me hizo, así yo soy y te acostumbras a eso, no, Dios ha dicho tú eres una nueva criatura, vive a la luz de lo que Cristo ha dicho y sigue peleando hasta que eso se haga una realidad completa en tuvida, créele al Señor.

Hay gente que vive como si fueran víctimas, y Dios dice tú no eres una víctima, tú eres victorioso, todo lo puedo en Cristo que me fortalece, antes que todas estas cosas tú eres más que vencedora, vencedor, vive conforme a esa victoria, no vivas diciendo no, mi mamá dijo esto, mi papá dijo, me criticó, la gente no me quiere, los hombres son una partida de cínicos y mentirosos, no, vive tu vida en la positividad de la resurrección y cree lo que Dios ha dicho, y sigue batallando entre el momento de la crucifixión y el momento de la resurreccion, eso es lo que Dios quiere que tú hagas en tu vida. Porque recuerda el origen de todo esto, estas mujeres no les ha amanecido ni a los discípulos que ya Cristo resucitó, y entonces están todavía viviendo en su depresión, en su derrota, en su impotencia y están preguntándose ay caramba, ¿quién nos quitará la piedra?. Y ellas no saben que ya un ángel quitó la piedra y se sentó encima de la piedra, en una señal de victoria rotunda, ¿amén?.

Muchas veces nosotros nos preguntamos así, bueno, ¿y cómo yo voy a ir a la universidad si yo ni siquiera tengo la palabra para llenar la solicitud?, yo ni sé manejar siquiera, me pongo nerviosa cuando cojo el guía, hermana Dios te dice coje ese guía y métete ahí en la 93 cuando esté lleno el tráfico, tú puedes hacerlo, tú puedes aprender inglés, tú puedes ir a la universidad, tú puedes sacar tu PhD, por qué no, tú puedes hablar varios idiomas, tú puedes aprender a tocar un instrumento, tú puedes ser un hombre, una mujer lleno del Espíritu Santo, tú puedes tener un buen matrimonio, tú puedes ser próspera financieramente, ¿quién ha dicho que no lo puedes hacer?, todavía hay tiempo, el justo florecerá como la luz de la aurora, aún en la vejez fructificará, no hay tiempos pasados para Dios, para Dios todo es sí y amén, tú tienes que decir yo lo puedo todo en Cristo Jesús, no importa donde tú estés, en qué etapa, la resurrección es tu herencia, Cristo ha resucitado, dice la Biblia que el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos habita dentro de ti por medio del Espíritu Santo, tienes que celebrarlo cada día, tienes que vivir como si la resurrección es una realidad.

Yo he aprendido una cosa, que el ser humano ha sido dotado de unas capacidades totalmente incomprensibles, nosotros podemos sacarle victoria a cualquier tragedia, a cualquier limitación, a cualquier problema, inclusive Dios en su conocimiento absoluto no querrá quitarte el aguijón de encima, para que en el aguijón mismo tú encuentres algo más bello que la misma liberación del aguijón, para Él glorificarse. Yo he visto gente que dentro de sus dificultades, han nacido con condiciones físicas que los ha limitado en su movimiento, pero aún dentro de eso, aún dentro de esas limitaciones han encontrado el poder de Dios y han transformado su realidad, han llegado a ser ejemplares, aún dentro de la prueba, un hombre una mujer, puede hallar una base para la grandeza, nada te debe limitar hermano, aún las cosas que te limitan en tu vida física, Dios allí puede encontrar una rendija a través de la cual romper brechas y entrarte en la tierra prometida de tu grandeza y de tu realización.

Pero tienes que creerle al Señor, tienes que decirle Tú me has prometido tal o cual cosa, y no lo veo todavía, pero yo voy a seguir confesándolo y creyéndolo, y yo voy a preparar la casa. Termino con esta idea, muchas veces no tenemos tiempo porque hay muchas cosas pero la Biblia dice en Hebreos que la fé es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, eso quiere decir que muchas veces tú vas a tener que creer y estar seguro de algo que todavía estás esperando, y vas a tener que estar convencido que tú todavía no ves con tus ojos, esa es la fé mis hermanos, no es cuando todo te va bien y el mundo te aplaude tu creencia y lo respalda con las circunstancias, es cuando tú crees más allá de lo que estás viendo, ahí entonces tú estás en el terreno de la fé.

Y la Biblia nos da un ejemplo acerca de esto de Noé que dice que nunca había llovido y Dios dice prepara un Arca, y Noé tuvo que estar sabe Dios cuantos años haciendo un Arca con la tecnología que él tenía en ese tiempo, hacer un Arca mientras la gente se reía de él todos los días, para qué estás haciendo un barco si nunca ha llovido, si estas aquí, ¿cómo tú lo vas a transportar al mar en tierra seca?. Pero dice la Biblia que Noé le creyó a Dios y construyó laborando cada día esperanza contra esperanza, un barco para un fenómeno que él nunca había visto, pero él lo hizo en obediencia al Señor, y yo hacía un paralelo entre eso y el hecho de que Dios me ha dicho a mí que viene un gran avivamiento, no solamente para esta iglesia si no para toda la Tierra. Yo no lo veo ni usted lo ve tampoco, al contrario, el mundo se pone cada día peor, y se deteriora más y más, más hambrunas, más depresión, más injusticia, pero yo creo que viene algo, yo lo apuesto en mis entrañas, y yo lo digo, porque yo creo también que ese avivamiento nos va a tocar a nosotros, Dios lo ha dicho, como a Noé constrúyeme un Arca, constrúyeme un templo, constrúyeme un santuario, y llegará un día el Señor dice que ese santuario va a ser mínimo para que Yo voy a hacer suceder, pero constrúyelo en fé.

Y nosotros estamos ahora laborando cada día, mañana comienza de nuevo la labor, mañana llegan los hombres para poner ladrillo, el electricista para poner todos los cables, los plomeros haciendo sus tuberías, están diseñando ya el vidrio para ponerlo todo alrededor, la última escalera del frente, todas estas cosas, estamos trabajando, el martes yo me reuniré con el arquitecto, y la compañía de construcción que trabaja con nosotros y otras personas, para planificar, ver donde estamos, como lo dice el martes pasado y como lo haré el próximo martes, seguiremos trabajando. Dios ha dicho algo, Yo quiero que ese templo se construya, Yo he dado la palabra, Yo he decretado todos los recursos, yo lo creo, pero mientras llega el domingo de la resurreccion usted y yo seguimos trabajando, calladamente, obedientemente, en fé, seguimos dando, y a veces nos preguntamos ¿el pastor está loco o qué?, pero ahí sigo, yo voy a dar mi diezmo, voy a dar mi ofrenda, usted lo hace en fé, usted vive dentro de esa realidad y Dios la hará real en cooperación con usted, ¿amén?. Eso es vivir una vida de fé.

No dejes que las luchas cotidianas y la inercia del mundo caído te frenen en los sueños de grandeza que Dios ha puesto dentro de ti, sigue trabajando cada día, sigue esforzándote en fé, sigue creyendo en lo que Dios ha dicho, Yo no te he llamado para que tú habites entre los muertos, Yo te he llamado para que tu habites entre los vivos, Yo te he llamado a vida y vida en abundancia, no te he llamado para que habites una realidad empobrecida, triste, tú dices sí Señor gracias, se me olvidó, pero hoy de nuevo voy a vivir en el poder de la resurrección, sigue creyendo, esperando, celebrando, declarando, ponte de pie ahora y dile gracias Señor, gracias porque yo soy una criatura resucitada, estoy renovado como Cristo Jesús, yo también tengo mi propia resurrección que estoy esperando, y aunque no vea la realidad total a la que Tú me has llamado yo seguiré batallando cada día.

Y cuando me estén esperando los diablitos allá afuera mañana por la mañan yo voy a estar listo con mi bate en mano para descabezar todo lo que Cristo ha declarado, todo pensamiento que se levante contra Jesús yo lo voy a derribar y lo voy a someter a la realeza y el poder y la autoridad de Jesucristo. Créelo, créelo, cada día tú tienes que volver a ponerte la armadura, cada día tú tienes que volver a vivir la realidad que Dios ha declarado, cada día tú tienes que volver a decir la resurrección viene, la resurrección ya es real, pero mientras yo la vea yo voy a habitar en fé dentro de ella. Gracias Señor. Declara conmigo, que tú crees lo que yo estoy diciendo, pídele perdón al Señor por las dudas, pídele perdón al Señor por el derrotismo, pídele perdón al Señor por cuestionar su realidad, y abraza la realidad que Dios ha hecho habitar dentro de ti, y por fé dí Señor gracias, yo soy una guerrera, un hombre poderoso, yo soy un héroe, un caballero andante, tengo mi lanza en la mano, yo tengo el poder y la autoridad, yo tengo las cartas que Tú me has dado para abrirme puertas donde quiera que yo vaya, yo creo que aunque yo tengo que luchar cada día pero Tú a través de esas luchas me estás haciendo más fuerte, más poderoso, más audaz, más sabio, más humilde, más capaz de canalizar tu poder que corre a través de mí, estás ahuecándome para que quepa más de Tu unción dentro de mí, todo lo que pase en tu vida Dios lo usará, todo lo que pase en tu vida, escúchame, Dios lo usará para un propósito sublime, nada sucederá para destruirte ni para derrotarte, ni para avergonzarte, toda materia que Dios ponga en tus manos aunque sea innoble, aunque sea negativa, aunque no parezca que tenga nada, aunque sea un pedazo de carbón, Dios lo tornará en un diamante precioso, si tu fé dura hasta que lo veas realizado, créelo en el nombre del Señor.

Dios quiere levantarse un pueblo de fé mis hermanos, Dios quiere hacer explotar la ciudad de Boston, Dios quiere hacer resucitar los muertos, Dios quiere que el mundo entero se percate de lo que está pasando aquí, pero requiere un pueblo de fé, requiere un pueblo que le crea a Dios y esté dispuesto a pagar el precio, Dios te dice paga el precio, vive en mi promesa, vive en la realidad que Yo he declarado sobre tu vida, sé consistente, ejerce integridad, créeme, y Yo haré cosas que ojo no vió ni oído oyó, porque esas son las cosas que Yo tengo preparadas para ustedes. Yo lo creo así y le pido al Señor dame fuerzas para no dudar ni apartarme de la mano que ha sido puesta sobre el arado hasta que yo vea plenamente realizada la promesa que Tú has declarado sobre mi vida.

Señor, activa Tu Palabra en medio de Tu pueblo, has llover Señor, has llover, has llover tu realidad, has caer Tu lluvia Señor, has caer Tu lluvia Señor, oiga perdóneme pero yo soy un poquito pentecostal, ese coro has llover, ¿por qué no le pedimos al Señor has llover un poquito?, juegue conmigo un poquito porque Dios quiere traer una resurrección a esta ciudad. ¿Sabe que hubo un tiempo en que Nueva Inglaterra era una región donde el nombre del Señor se expresaba con respeto en todas las partes?, todavía hay señal de esto en los monumentos y en los edificios de Nueva Inglaterra, en las universidades que hoy no aceptan la Palabra de Dios todavía hay restos de un tiempo en que esta ciudad, y esta región amaba el nombre del Señor, y ahora el diablo lo ha convertido en un desierto, el mundo está convertido en un desierto, donde quiera que uno mira, como el desierto del Negueb, antes eran lugares frondozos, eran jardines, hoy en día usted vá allí y son arbustos, y tierra seca, árida, estéril, extensiones sin una sola planta sobre ellos, pero Dios dice que Él un día hará florecer el desierto, y yo lo creo, y yo anhelo el día en que esta ciudad estalle con un avivamiento, yo anhelo el día en que una partida de latinos como nosotros que nos ven a veces con un poquito de sospecha seamos el jardín de Boston y de Nueva Inglaterra, y la gente venga aquí a prender sus lámparas y a llevárselas a Maine, y a Vermonte, a New Hampster, y a Connecticut, y a Hampton State, y a todas partes del mundo, porque el Señor haya hecho llover aquí en medio de nosotros.

Yo le quiero pedir al Señor Padre, Tu resurrección es como un renacimiento de la vida, la Resurrección de Cristo es como que el mundo se despierta de un trance, y vuelve a la vida, la promesa tuya se hace real en la primavera, nace otra vez, y el hielo retrocede, y viene el calor de la vida otra vez al mundo, por un tiempo yo creo que el Señor quiere hacer algo maravilloso, Dios quiere hacer una gran cosecha de almas, multitudes, naciones, gobiernos a los pies de Cristo, yo lo creo, no lo veo pero lo creo, y voy a seguir sembrando y declarando hasta que eso se haga una realidad, gloria al nombre del Señor, vamos a declarar eso. Aleluya, gracias Señor lo creemos. Que el Señor haga llover su Resurrección.