La oración que nutre nuestra confianza en Dios

TRANSCRIPT

Vayan conmigo a Primera de Samuel capítulo 30. Hace casi un año atrás, yo prediqué acerca de este pasaje y por alguna razón, toda esta confianza de confiar en Dios me le trajo una luz totalmente nueva a este pasaje. 1ª de Samuel capítulo 30, y más o menos la historia dice que: "Mientras David y alguno de sus hombres vinieron a Ciclag, y los de Amelec habían invadido el Negueb y a Ciclag y habían asolado a esta ciudad completa y la habían prendido fuego, y se habían llevado cautivas a sus mujeres y a todos los que estaban allí desde el menor hasta el mayor, pero a nadie le dieron muerte, si no que se los habían llevado al seguir su camino."

"Vino pues David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar." Las dos mujeres de David, en aquél tiempo, consta, no querramos ser como David hoy en aquél tiempo, hoy es una sola. Quiero aclarar por si acaso. "Las dos mujeres de David, Ahinoam jeezrelita y Abigail, la que fue la mujer de Nabal el de Carmel, también fueron cautivas, y David se angustió mucho", así de mucho las quería, "porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos e hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios."

La oración que nutre nuestra confianza en Dios, ¿qué es esto, con qué se come, una oración que nutre nuestra confianza en Dios?. Una de las cosas que yo pude sacar de este pasaje mis hermanos es que esa oración que nutre nuestra confianza en Dios primero que nada tiene que ser probada. Tenemos que estar en una situación de mucha presión para que esa oración verdaderamente pueda surgir. Cuando estamos viviendo nuestra vida así cómoda, como que nada pasa o lo que está pasando son cosas tolerables a nivel humano, la oración de uno es gracias Señor por este día, ayúdame a afrontar lo que venga, en el nombre de Jesús, amén, ¿verdad?, ¿o soy yo el que ora así nada más?.

Pero cuando la viña se pone agria, cuando las cosas aprietan de verdad, cuando uno no sabe qué es lo que va a pasar, cuando uno verdaderamente se está sintiendo con las ganas de tirar la toalla, y no doy más, es más, cuando uno no tiene ni ganas de orar, ahí es cuando viene la oración que nutre nuestra confianza en Dios, porque no es una oración cualquiera es una oración diferente. Y primero que nada es una oración que tiene que estar así en una situación de tensión extrema. Y no es porque Dios quiera vernos a nosotros en situaciones extremas, pero si escuchamos bien las palabras que se nos compartió hoy, Dios permite que cosas sucedan para Él cumplir sus propósitos.

Pero en medio de esas cosas que suceden, nosotros tenemos que estar bien alertas de qué es o cómo Él quiere que nosotros oremos. En medio de esas situaciones de tensión, de presión, de angustia, ¿qué fue lo que hizo David?, se fortaleció en Dios. ¿Qué tú haces cuando estás en un tiempo de angustia, qué tú haces cuando estás en un tiempo de presión, de tensión?. Mami necesito ayuda, Medrad, ¿puedes tomar café conmigo?, necesito hablarte. Blanca, prepárame una lasaña que tengo que ir a tu casa a hablar contigo. My lady, esos batidos que tú me haces, necesito uno ahora.

Esa es la tendencia, tendemos rápido a buscar alguien con quién hablar, con quién desahogarnos, la tendencia humana. Hay algunos que lo que hacen es que se encierran por dentro y están aguantando, aguantando, aguantando hasta que llega el punto en que explotan y entonces tenemos que intervenir en otra manera, en vez de actuar preventivamente tenemos que ir ya ahí a extremos. Pero lo importante es que esa oración se fortalece en Dios, está conectado con el don de fé, cuando ya todo el mundo dice está perdido el don de fé dice no, todavía hay esperanza, todavía se puede hacer algo, y David se fortaleció en Dios.

Segundo, es una oración que busca recursos, como parte de su proceso de fortalecimiento, busca recursos. ¿Sabe lo que hizo David?. Dice el texto, cuando se enteró que estaba la gente cogiendo las piedras para tirárselas a él, ah por culpa tuya, David dijo timeout, tiempo, llamó al sacerdote, llamó al sacerdote Aviatar, y le dijo por favor tráeme el efod, ¿cuántos saben lo que es un efod, alguien sabe lo que es un efod?. Un efod es una túnica que usaban los sacerdotes cuando entraban al lugar santo para interceder por el pueblo. Una túnica de telas específicas, telas preciosas que no se comparaba con ninguna otra. Era un vestido que era consagrado para ese uso en particular, y eso fue lo que pidió David, dijo tráeme el efod.

En un momento así de angustia lo más que él pudo decir fue Señor yo tengo que interceder ahora mismo en esta situación, yo tengo que buscar Tu dirección ahora más que nunca. Esa oración que nutre nuestra confianza es una oración que está abierta, receptiva a recibir de Dios. No es una oración que está buscando imponer sus propios planes, si no que es una oración que está abierta al escrutinio, a la dirección de Dios. Es una oración proactiva, es una oración que busca dirección para saber cómo proceder en vez de sentarse y cruzarse de brazos.

Miren cómo dice el texto: "David consultó a Jehová", verso 8, "diciendo: Señor, ¿perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar?." David no se acercó a Dios diciendo, ay Señor, me quitaron a mis dos mujeres, me quitaron a mis hijos, a mis hijas, ¿y ahora qué voy a hacer?, ay Señor, oh, y ahora, ¿quién podrá defenderme?. Y en esa época se apareció el Chapulín Colorado ahí al lado de David.

Miren qué diferencia, yo me imagino que David en ese momento, yo quiero que usted se imagine esto conmigo: David seguramente estaba experimentando una mezcla de sentimientos; por un lado tenía tristeza porque sus seres más queridos, sus posesiones más preciosas le había sido quitadas, él estaba en una misión, como quien dice estaba atendiendo otras guerras, otros asuntos a los cuales Dios lo envió, y mientras estaba haciendo eso el enemigo vino por otro lado y le quiso quitar todo lo valioso que era para él. Cuántas veces podrá parecer que nosotros queremos estar en línea con lo que Dios quiere de nosotros, que nosotros queremos servir al Señor, estamos ahí ahh, guerra en el nombre de Jesús, reprendiendo al demonio por un lado y por otro lado viene el demonio y trata de quitarnos algo.

Y yo me imagino a David con ese sentido de frustración, por un lado triste, no tenía a su esposa, sus hijos, por otro lado asustado porque los suyos propios le querían caer encima a él, por otro lado molesto porque le quitaron algo que era de mucho valor y estaba molesto con sus enemigos, y quién sabe si hasta en un punto estaba pensando, Señor, yo que estoy haciendo estas cruzadas por Ti, y porque Tú me mandas hacerlo y mira con lo que me salen, ¿cómo Tú vas a permitir eso?.

Pero lo interesante del texto es que David no le reclamó nada de eso a Dios, él lo único que dijo fue: yo tengo que ir a buscar a mi gente así que te estoy preguntando, ¿debo perseguirlos sí o no?. El texto dijo que Dios dijo: sí, ve persíguelos y los alcanzarás. Pero ¿qué tal si Dios le hubiese dicho, no?. Ay.

Obviamente no me voy a tirar por ese lado porque no lo dice en el texto, pero como quiera quiero reflexionar en esto, porque muchas veces esa oración que nutre nuestra confianza en Dios, nosotros tenemos que ver bien cuáles son los motivos detrás de las oraciones, de las peticiones que nosotros traemos a Dios. Hay veces que estamos orando con motivos incorrectos, y Dios por protegernos a nosotros dice que no.

Sabe, nosotros muchas veces, me atrevo a decir esto o a preguntar esto mejor dicho: ¿en algún momento usted ha sentido como una resistencia de parte del cielo?. Como que lo que usted está orando no se está dando. ¿Se ha preguntado lo siguiente: eso por lo que usted está pidiendo en oración, se ha preguntado esto: si Dios le contesta que sí, va a traer gloria a Dios esa petición?. Si Dios le dice que sí, ¿va a ayudar esa petición a que el Reino de Dios se expanda en medio nuestro?. Si Dios le dice que sí, ¿va esa respuesta a ayudar a otros a que puedan crecer en su vida de fé?. Si Dios dice que sí, ¿va a ayudar esa petición a que usted crezca en su vida de fé?.

Si usted responde no a alguna de esas peticiones, entonces hay que volver a la mesa de dibujo y volver a reestructurar esa petición. Hm, Señor, ¿qué estoy pidiendo aquí?, ¿cómo estoy pidiendo?, ayúdame a discernir, ¿estoy pidiendo esto por mero capricho o estoy pidiendo para que estas cosas se cumplan?.

Yo creo que David fue muy honesto delante de Dios, Dios mira: yo quiero recobrar lo mío, pero te estoy preguntando, ¿Tú quieres que yo haga esto?. So ese tipo de acercamiento de parte de David me deja saber que David estaba como que: Señor, lo que Tú quieras. Esto está bien feo, esto está bien difícil, me duele pero te pregunto: dime Tú, ¿quieres que lo haga, sí o no?. Óigame, si nosotros nos atreviéramos a acercarnos a Dios cuando oramos con esa sujeción, en vez de decir bien tipo latino, bien tipo hispano ¡yo lo quiero ahora!.

Y hay momentos que hay que orar así, pero no todo el tiempo es orando así. Hay veces que tenemos que orar mas bien diciendo: Señor, ¿Tú quieres esto para mí?, ¿Tú quieres que tenga esta relación con esta persona?. ¿Tú quieres que yo le diga esto a esta persona que tal vez me lo puede malinterpretar, Tú quieres que yo diga eso?. ¿Tú quieres que yo mas bien me abstenga de hablar?. ¿Tú quieres que, en vez de yo vengarme por mi propia cuenta, que yo aprenda a esperar en Ti para que seas Tú haciendo lo que tienes que hacer?. ¿Qué Tú quieres Señor?.

Esa es una oración que nutre nuestra confianza porque al final y a la postre mis hermanos lo que estamos haciendo es Señor, yo estoy esperando en Ti, yo estoy confiando en Ti, por más dolorosa que pueda ser la situación, yo estoy confiando en Ti, yo sé que Tú tienes la respuesta, y yo sé que Tú me la vas a dar.

¿Cuánto tiempo pasó David intercediendo delante del Señor?. No lo sé. Si yo leo este texto, es como si Dios le hubiese respondido inmediatamente, ¿pero quién sabe si David se apartó temprano por la mañana, y quién sabe si la respuesta vino por la tarde, por la noche?. ¿Quién sabe si la respuesta vino 24 horas después?. Pero el asunto fue que él esperó a que Dios le dejara saber mira, haz esto. Una oración que nutre nuestra confianza mis hermanos es una oración que sabe esperar en Dios, en la respuesta de Dios. Y yo sé que hay veces que las respuestas de Dios se tardan, y por eso es que tenemos que aprender a confiar.

Miren mis hermanos, para mí confiar en Dios es sinónimo, y no voy a decir esto escribiendo en piedra, pero para mí confiar en Dios es sinónimo de que las cosas están difíciles. Cuando más necesitamos confiar es cuando las cosas se ponen duras en nuestra vida. Porque si todo está bien, si todo está perfectamente bien, si todo está de sabor strawberry, si todo sabe a jugo de china, ¿va a necesitar confiar?. Nah, tú vas a estar ahí andando en el séptimo cielo, nada muchachos todo está super bien, confía muchacho, sí, yo confío en Dios, eso de la boca para afuera. Ahora como dije ahurita, cuando las cosas se ponen duras, aquí sí que hay que confiar en Dios de verdad.

Por lo tanto mis hermanos, para mí confiar en Dios cada vez que yo leo en la Biblia un texto que dice confía en Dios, dichoso aquél que su confianza está en Dios, todo eso tiene que ver una persona que está experimentando las cosas bien difíciles y tiene que confiar en Dios. Usualmente ese tipo de apoyo, de ánimo, sale cuando alguien ya estaba derrotado, desesperanzado, no puedo más. Gedeón estaba ya deprimido, escondido de sus enemigos, y viene Dios y le dice ah, el Señor está contigo, varón fuerte y esforzado, sí pepe, ¿yo?, de verdad.

Mira si estaba tan down que el hombre no podía ni recibir ese mensaje al principio. Pero con todo y eso vino este ángel representando a Dios y le dijo hey, confía en Él. Confía en Él, porque lo que yo te estoy diciendo, Dios tiene un propósito, como lo que te estoy diciendo. Y quieras o no Dios lo va a cumplir, quieras o no, estar en tu tiempo de espera, sea cual sea la situación en la cual tú estés esperando, mira, Dios nos está diciendo confía en Mí, Dios nos está diciendo confía en Mí.

Y si tu respuesta todavía no está llegando, de nuevo esto es tú con Dios, tú sabes, yo solamente estoy diciendo por la inquietud que tengo, pero si tu respuesta no llega, si parece que tienes una resistencia allá arriba, reevalúa, vuelve a la libreta y escribe de nuevo qué pasó, ¿qué estoy pidiendo mal?. ¿Acaso esta petición la tengo que dejar en standby y modificarla de otra manera para entonces ver si así se abre algo y poder recibir y entrar en una sintonía contigo más fluída?.

Haz como David, sea lo que sea tu efod, agárralo, póntelo por encima. Si es la Biblia, póntela de sombrero, Señor, me apoyo en Tus promesas, Tus palabras. Si es un CD de alabanzas, de oración, asegúrate de que estés solo, sola en la casa y préndelo ahí, prende el volúmen a todo, Señor, aquí estoy clamando a ti. Si tienes que ir a la librería y te cruzas con un libro, no si es no pagado, pero si te cruzas con un libro que el título en la carátula del libro es como que ah, esto es para mí, este libro me va a decir algo en mi situación, coge ese libro, y cómetelo. Está bien, no es que el libro tenga poder pero cómetelo confiando en que Dios te pueda revelar algo y pueda inspirar algo en tu corazón, pueda traer un sentido de dirección nueva, pueda traerte una forma de pensar que tal vez tú no tenías, y cuando tú adoptas eso a la luz de los propósitos de Dios mira pam, las cosas se abren.

Pero en tu desperación, que tu oración no sea de lamento si no que tu oración sea: Señor, ¿qué quieres que haga, quieres que persiga esto, quieres que busque eso que Tú tienes para mí?, déjamelo saber, si me dices que sí, por ahí vamos. Si me dices que no, Tú me dejaras saber, si me dices que no por ahí nos vamos y en el camino Tú me dejarás saber qué tengo que hacer. No perdamos nuestra confianza en el Señor mis hermanos. Dios es un Dios demasiado único, Dios es un Dios único.

Dios es un Dios difícil, no se los voy a negar, es difícil relacionarse con Dios, pero a la misma vez es fácil porque Él lo hace fácil, y en esa mezcla de dificultad y facilidad nos encontramos con Él. Es como si entráramos en un baile con Dios y Él nos lleva por un lado, y después uno por otro, y aquí vamos hasta que nos encontramos con Él en un punto, donde la conexión es única. Busquemos bailar con Dios.

Tal vez esta ilustración no le está cayendo a muchos de ustedes, pero yo sé lo que estoy diciendo. Déjate llevar por Dios en medio de la situación en la que te encuentras. Tú sabes en esas películas, no es que yo las vea, pero en esas películas cuando llega una escena de baile que cuando una persona está bailando es como que todo el mundo se va así, alrededor y la pista se abre solamente para esas dos personas, pues piensa algo así con Dios. Estás en una algarabía de gente y de repente Dios entra y te agarra la mano, y dice es tiempo de bailar conmigo ahora, y de repente todo a tu alrededor se limpia y estás tú y Él, y Él es el que te está llevando como Él te quiere llevar.

En el proceso te da fuerzas, en el proceso se acerca a tu oído, te deja saber cuánto te ama, te deja saber mira, pasó esto, lo sé te dolió, pero Yo estoy contigo. Te deja saber, otra persona quiso bailar contigo y te pisó los callos, pero Yo ahora estoy bailando aquí contigo, y no te voy a pisar los callos. Que nuestra oración nos ayude a confiar en Dios, no sueltes la oración mis hermanos, no soltemos la oración, es nuestra forma de mantenernos conectados con Él y de poder seguir confiando en Él y en sus promesas.

Señor, gracias una vez más. Tú entras a la pista, y yo sé que en Tu nombre cualquier circunstancia tiene que disiparse para poder encontrarnos contigo. Como hizo David, nos apoderamos de aquéllos recursos, agarramos aquéllos recursos que Tú tienes a nuestra disponibilidad y te buscamos a Ti Señor. Sea cual sea el efod que nosotros podamos agarrar para buscarte a Ti, para interceder a Ti Señor, que seas Tú haciéndolo así Dios. Venimos a Ti con una oración proactiva Señor, queremos saber si debemos proceder o no, queremos saber si tenemos que alcanzar esto, o aquéllo, o lo otro, y si Tú das el visto bueno o no.

Mientras esperamos Señor, yo sé que uno puede sentirse solo, sentirse desesperado, sentirse que no hay esperanza, pero Tú estás ahí agarrándonos a nosotros Señor. Ayúdanos a mantener nuestra confianza en Ti, y que a la vez podamos ver Tu mano Señor obrando en nosotros, cumpliendo Tus propósitos en nosotros.

Padre llévanos hacia nuestras casas ahora Dios, y permite que estas palabras, por más simples que puedan ser, lleguen profundo dentro de nuestro corazón, y que nos ayuden a seguir reflexionando en Ti Señor, y que de este pasaje Tú nos lleves a otro texto, a otra lectura Señor que nos pueda iluminar nuestra mente, nuestro corazón, nuestro espíritu y descubrir así qué es lo que Tú quieres hacer y cómo lo vas a hacer. Te lo pedimos así en el nombre de Jesús, amén, gracias Dios, gracias Señor Jesús. Hermanos, hermanas, que Dios los bendiga, la paz sea con cada uno de ustedes.