Perseverancia

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El libro de Lucas, capítulo 18, versículo 7: “…Y acaso no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? Se tardará en responderles?...” Sabe lo que puso en mi corazón hoy día el Señor? La necesidad de entender que en la perseverancia de su pueblo está su respuesta. Cuántos conocen lo que es perseverar? Más o menos sabemos lo que es perseverancia pero el diccionario dice que es mantenerse constante en la persecución de una idea desde el comienzo hasta el final.

Hoy día cuando muchos de nosotros no nos gusta que pasen más de 30 minutos haciendo el almuerzo, preferimos ir a Mc Donalds que es más rápido, aún si tenemos que hacer la línea de carros, nos desesperamos un poquito. No somos perseverantes, pacientes.

La perseverancia es una característica de la personalidad necesaria en el hijo de Dios y yo quiero llevarlo a un texto que está en el libro de Mateo, capítulo 7, versículo 7 al 11. Y acabamos de cantar un coro que en su parte de la estrofa del coro habla de ese texto. Dice.

“…Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo aquel que pide recibe, y el que busca hallará, y el que llama se le abrirá…”

Este es un texto donde el Señor no habla de la palabra perseverancia, pero está implícita ahí y que es interesante que tiene que ver con una relación directa con él. Cuando, como hijos de Dios, pedimos a quién le pedimos? Al Padre. Cuando estamos buscando algo, dónde lo buscamos? En el Padre. Y cuando necesitamos la atención de algo y llamamos a algo o a alguien, a quién llamamos? Al Padre, nuestro Señor, a Dios.

El Señor está llamando a una iglesia que comience a entender que su vida de fe necesariamente necesita los procesos de la perseverancia. Este texto nos habla de insistir, nos habla de un proceso constante en la lengua griega y en la lengua española, de un presente continuo, buscar, pedir, llamar.

Mañana buscad, pedid, llamad. Pasado mañana, buscar, pedir, llamar. Al siguiente día, buscar, pedir, llamar. Sabe que el Señor se alegra con los insistentes. Sabe que el Señor está necesariamente buscando los insistentes, no a los que se quejan, a los insistentes. No se queje, insista. No se queje por lo que no tiene, insista en lo que el Señor le va a dar, en lo que el Señor va a ser en su vida.

Cuando nos quejamos delante del Señor, cuando confundimos la insistencia o la perseverancia con quejarnos, cuando nos quejamos el Señor escucha esto, cua, cua, cua, cua… bla, bla, bla. Es un sonido repetitivo. Cuando alguien se queja, cuando tienen alguien a su lado que usted ya conoce por un cierto tiempo y comienza a quejarse usted dice, ya se está quejando. Porque dice los mismo, cua, cua, cua… ya lo conoce, ya la conoce, en el caso de los esposos.

Ya conocemos quién se queja, cómo se queja, lo que va a decir, cómo va a terminar, y siempre lo mismo cua, cua, cua… Sabe que así el Señor nos escucha cuando nos quejamos, cua, cua, cua…

Pero cuando le insistimos en este concepto de perseverancia él pone atención, él prepara sus oídos y comienza a escuchar y le dice a todo el cielo, cállense porque mi hijo está insistiendo, está buscando, está pidiendo, está llamando.

Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia. Si usted tiene talento, el talento no puede sustituir a la perseverancia. No hay nada más común en el mundo que ver un fracasado con talento. No mire al lado. La inteligencia, la sabiduría humana no puede sustituir la perseverancia.

Los inteligentes son como una poesía. Los inteligentes sin recompensa por su inteligencia son como una poesía, como un proverbio. Bien bonito, sabe mucho, no ha conseguido nada. Aún la educación no puede sustituir a la perseverancia. No le diga a nadie, de aquí no va a salir, pero el mundo está lleno de vagos educados, no mire para el lado ni se acuerde de nadie.

Debemos ser perseverantes en la oración. Debemos ser perseverantes en la búsqueda a nuestro servicio al Señor. El principio de la perseverancia implica que nosotros debemos insistir constantemente delante de la presencia del Señor. El Señor no se va a molestar. El texto que leímos en Lucas, capítulo 18, versículo 7, está hablando… la historia habla de una mujer que comenzó a insistir delante del juez injusto e insistía, la palabra está llena de ejemplos de hombres y mujeres que entendieron que en la perseverancia estaba su ganancia.

La mujer del flujo de sangre, por años buscó su sanidad, hasta que la encontró cuando Jesucristo iba pasando. Si solo tocare el borde del vestido del Señor, yo sé que voy a ser sana. Pero estuvo años.

La perseverancia es el proceso natural en la vida del hijo de Dios. Jacob le dice al ángel en una actitud de insistencia, de perseverancia, “No te dejaré hasta que no me bendigas, no te dejaré.” Pero a nosotros el Señor se demora un poquitito en su respuesta y ya nos volvemos casi ateos. No queremos saber nada de la Biblia.

El salmo 91 lo cerramos y lo cambiamos por un libro de Carlos Marx mejor. No te dejaré. Jacob está enseñándonos a que yo voy a insistirte. Nos está diciendo, yo te voy a insistir Dios, Señor, hasta que me bendigas.

Daniel insistía que aunque estuviera adentro con los leones su Dios lo iba a salvar. Aún sus amigos en el horno de fuego calentado siete veces más, sus amigos sabían que si insistían en lo que ellos creían, Dios los iba a rescatar de ahí.

Yo no sé si usted cree en estas historias bíblicas. Yo sí. Y así como el Señor miró la insistencia de Jacob, y así como miró la insistencia de Daniel y sus amigos, así como miró la perseverancia de José, está esperando que nosotros comencemos a ser perseverantes para ganar lo que él ha diseñado para nosotros, para que nosotros ganemos.

La perseverancia es relevante en el asunto de la oración. Saben, necesitamos entender que la perseverancia es parte de nuestra vida cristiana. No se desesperen. Esperemos en el Señor y en su respuesta.

Posaré mis ojos a los montes, dice el salmo 121, de dónde vendrá mi socorro? Ahí hay una pregunta insistente. Es interesante porque el salmista sabía de dónde, porque dice, alzaré mis ojos a los montes, y hace una pregunta un poco irónica, de dónde vendrá mi socorro? Y de dónde vendría, solo tenía que insistir y esperar. Dice, mi socorro viene de Jehová, ni siquiera, el Señor le dijo, yo soy tu socorro. No, él mismo se respondió, mi socorro viene de Jehová. Si yo insisto mi ayuda viene del Señor, si yo insisto lo que yo busco, el Señor me lo va hacer encontrar. Si yo insisto donde yo llamo, el Señor va a abrir esa puerta, si yo persevero la bendición del Señor estará conmigo.

El Señor quiere estar con nosotros. La mejor manera de perseverar hoy día es a través de la oración, a través de la comunión con el Señor, a través de la lectura diaria de su palabra, a través de la búsqueda constante de la obra salvadora, redentora y de la respuesta que el Señor tiene para nosotros cada día.

El mes pasado yo hice una declaración, lo hicimos aquí que el Señor trae cosas nuevas a nuestras vidas, a nuestros ministerios, a nuestras familias, a nuestros matrimonios, pero en la perseverancia y en la insistencia vamos a ir descubriendo cuáles cosas nuevas el Señor ha preparado, dice, yo ya he preparado, pongan atención, abran sus oídos, yo ya lo hice. Ahora insistan, cuál es, cuáles son las cosas nuevas que tengo que ustedes.

Perseveren. Perseveren. En Lucas, capítulo 21, versículo 19 la perseverancia hace que ganemos la salvación de nuestras almas. En Segunda de Pedro, capítulo 1, versículo 6, es parte del carácter del cristiano, si usted es un cristiano que se impacienta muy luego, yo le diría que se convierta de nuevo. Y si todavía le cuesta, yo sé que hay algunos aquí que tienen el ministerio de la liberación, un poquito de aceite hirviendo seguro…. también, también misericordia. Dice en Segunda de Timoteo, capítulo 2, versículo 12 que la perseverancia nos hará reinar.

En Mateo capítulo 24, versículo 13, dice que la perseverancia hasta el fin nos garantiza salvación. Si perseveras hasta el fin serás salvo. En Santiago capítulo 1, versículo 12, dice que somos bienaventurados y somos premiados si perseveramos. En Colosenses capítulo 1, versículo 11, cuando somos fortalecidos, este texto es tremendo, dice, somos fortalecidos por el poder de su gloria para ser perseverantes, para tener perseverancia y potencia. Así dice.

Cuando el Espíritu Santo viene a nosotros somos fortalecidos por el poder de su gloria. Cuando nosotros somos fortalecidos entonces está garantizada nuestra perseverancia. Nadie nos puede botar, nadie nos puede engañar, nadie nos puede mostrar otro camino, nadie nos puede mostrar otro Dios, nuestro Dios es único, creador de los cielos, de la tierra, el único que envió a su único Hijo a morir en la cruz del calvario por cada uno de nosotros. Dios es único y Dios quiere que le insistamos, que perseveremos, que estemos contentos, que nos fortalezcamos en su poder porque ahí encontraremos perseverancia.

La perseverancia no es solo una cualidad que debemos tratar de conseguir. Es parte de nuestro carácter que debemos cultivar cada día. Algunos nos odiarán, dice su palabra, pero si perseveramos la salvación estará con nosotros. En un mundo donde la impaciencia y la desesperanza está gobernando cada día, la insistencia y la perseverancia se está levantando como una alternativa para hombres y mujeres que dicen que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas. Y quiero invitarles a abrir en el libro de salmos, le dije que en 10 minutos íbamos a terminar, y ya vamos a terminar. La perseverancia cuando el hombre y la mujer de Dios entienden la perseverancia, entienden que Dios es soberano en sus tiempos para sus vidas. Dios no tarda su respuesta, pero él la hace y él la da cuando él lo estima que debe ser así.

Y en nuestra insistencia encontraremos nuestra respuesta en el tiempo del Señor. Pero mire este salmo, es un poco largo pero me encantó, lo relacioné con este concepto que nosotros debemos manejar, dice:

“Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca, en Jehová se gloriará mi alma, lo oirán los mansos y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos aún a su nombre, busqué a Jehová y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó y le oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Gustad y ved que es bueno Jehová, dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Amén.”

Gloria a Dios. Puede darle gloria a Dios? Puede darle gloria a Dios? Puede darle gloria a Dios? Puede darle un aplauso al Señor? Dígale, Señor, yo quiero ser perseverante. Señor, yo quiero ser insistente. Yo no quiero dejar que pase un día sin perseverar en lo que tu has declarado para mi vida.

Vamos a ponernos de pie un momento. Yo no sé cuáles son sus planes, yo no sé cuáles son sus anhelos. Yo no sé cuáles son sus dificultades, pero en el libro de Génesis hay una pregunta que declara el escritor, habrá algo imposible para Dios? Habrá algo imposible para Dios? Y aún uno de los Evangelios declara, para el que cree todo es posible.

Levante sus brazos al cielo. Señor, dígale, enséñame a ser insistente contigo. Enséñame a que cada día las oportunidades son nuevas para mí. Enséñame a pedir, a buscar y a llamar. Quita la queja de mi boca. Declara tu palabra, declara tu unción sobre mi vida. Fortaléceme en la perseverancia. Úngeme con el poder de tu gloria.

Señor, muéstrame tu poder en el nombre de Jesús. Amén. Amén.