El banquete es gratis - sólo hay que entrar y comer de él

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Lucas capítulo 14 versículo 15 en adelante, la parábola de La Gran Cena ¿cuántos han leído esa parábola o la recuerdan?. Quizás no es una de las parábolas más conocidas de Jesús pero hoy vamos a ver qué Dios nos dice a través de ella. Recuerden que estamos en estos últimos domingos y en los próximos también dedicando tiempo a reflexionar, meditar sobre Evangelismo; cómo hacer obra evangelística, cómo llegar a ser una Congregación netamente, intencionalmente evangelística. Dios nos ha puesto en nuestros corazones este año iniciar un nuevo ritmo, una nueva inclinación en nuestra Congregación de dedicarnos de lleno en una forma muy muy comprometida a ser una Iglesia que se caracterice por su pasión y su fuego evangelístico ¿amén?.

Y yo les decía que a través de los años Dios nos ha permitido hacer muchas cosas evangelísticas, yo les mencionaba algunas de ellas no sé si lo hice en el de las 9 o en el de las 12 hace un par de domingos atrás pero son muchas cosas; a través del internet mucha gente. Hace 2, 3 días estaba mirando las cartas de las reacciones de diferentes personas, una de las meditaciones que nosotros lanzamos semanalmente y había gente de Turquía, de los United Arab Emirates, de Japón, Suiza y no decir toda Latinoamérica y Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, muchos diferentes países. Leyendo estas cosas donde Dios las manda son ciento y pico mil personas que están suscritas, ciento treinta y cinco mil personas.

Hacemos muchas cosas así evangelísticas, el programa de radio decía, todo lo que hacemos con Lazos de Amor y el trabajo en Honduras también, las células que son evangelísticas, nuestros servicios donde hacemos llamamiento, hay muchas cosas pero Dios quiere algo nuevo de nosotros, un componente adicional. Que nos dediquemos netamente, concentradamente a hacer trabajo y obra evangelística.

Lo que yo quiero en estos meses es empaparnos a nosotros mismos, ustedes y yo y los líderes de la Congregación concerniente a evangelismo, temas evangelísticos. Yo quiero levantar a Cristo bien en alto en estas próximas predicaciones. Quiero que lo veamos a través de Sus propios ojos, lo escuchemos a través de Sus propias palabras y nos empapemos con Su estilo ¿cómo Él hacía las cosas?, ¿cómo Él hablaba?, ¿cómo Él ministraba?. Y que nosotros también aprendamos a ponerle delante de Cristo a las personas que el Señor va a poner delante de nosotros.

Dios va a traer gente a nosotros y va a llevar a personas, yo declaro en el Nombre de Jesús que Dios va a poner una unción evangelística en esta Iglesia y que vamos a traer, la gente va a venir y ellos van a venir a nosotros. Dios va a concertar citas divinas y vamos a ver que no vamos a dar abasto. Ya yo veo la bendición de Dios. Cada vez que nosotros lanzamos ese llamado las poquitas cosas que hemos hecho últimamente Dios las ha bendecido con una afirmación muy grande, muy poderosa. Así que yo sé que estamos en el centro de Su Voluntad.

Y por eso yo quiero tomar estos servicios para levantar a Jesús porque Él dice que si el Hijo del Hombre fuere levantado la gente mirará hacia Él y serán salvos. Así que aquí tiene usted una parábola que nos habla acerca del Reino, ¿cómo funciona el Reino?, ¿el corazón de Dios cómo es para las almas perdidas?.

Escuchemos dice aquí en el versículo 15: "Oyendo esto" yo les voy a decir qué es esto en un momentito. "Oyendo esto uno de los que estaban sentados con Él a la mesa le dijo: bienaventurado el que coma pan en el Reino de Dios."

Y entonces Jesús le dijo una parábola, le dijo: "un hombre hizo una gran cena y convidó a muchos, y a la hora de la gran cena envió a su siervo a decir a los convidados: venid que todo está preparado, y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: he comprado una haciendo y necesito ir a verla, te ruego que me excuses. Otro dijo: he comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos, te ruego que me excuses, y otro dijo: acabo de casarme y por tanto no puedo ir." Ese tenía una mejor excusa un poquito (risas) yo podría entender eso un poquito mejor pero yo no creo que era suficiente como vamos a ver de un momento.

Versículo 21 dijo: "Vuelto el siervo hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia dijo a su siervo: ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, los cojos, los mancos y los ciegos. Y dijo el siervo: señor se ha hecho como mandaste y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: ve por los caminos y los vallados y fuérzalos a entrar para que entren a mi casa porque os digo que ninguno de aquéllos hombres que fueron convidados gustará de mi cena."

Bendiga el Señor Su Santa Palabra. ¿Ven qué hermoso pasaje? nos habla acerca del Reino de Dios como una gran cena, como una invitación que nos hace el corazón generoso del Padre a la humanidad, Dios quiere tener comunión, comunidad con sus hijos, Dios quiere tener intimidad, conversación con ellos y los invita a una Gran Cena. Yo creo que el Señor siempre está invitando a la humanidad a cenar con Él. Por eso es que el Señor Jesucristo dice ese famoso pasaje de Apocalipsis 3 creo que es: "Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha Mi Voz y abre la puerta Yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo."

El Señor siempre pone la relación que Él quiere tener con nosotros en términos de cosas íntimas; una comida, un redil donde el pastor tiene relación con sus ovejas. Él quiere conversar, Él quiere tener relación sostenida con nosotros. La ocasión que motiva a Jesús a decir esta parábola es precisamente una reunión donde hay invitados, es una comida, es un hogar.

Y entonces el Señor está dando enseñanzas en el resto del capítulo 14 y habla de unas bodas, y cómo cuando a ti te invitan a una fiesta o a una Iglesia no seas muy rápido a sentarte adelante y también cuando tú invites a alguien a tu casa no sólo invites a la gente cool ¿no?, la gente que puede tener una buena conversación contigo, que te van a traer un regalo o que después te van a invitar a su casa a cenar ¿no? devolverte el dinero que tú invertiste te lo van a devolver en otra cena y será mejor que la que tú le diste a ellos.

No el Señor dice: mira cuando tú invites a gente a cenar a tu casa invita a las personas que no te pueden invitar de regreso porque eso es lo que hace todo el mundo, la gente que no tiene a Dios siempre buscando sus intereses ¿no? pero tú sirve a los demás, dale a los demás, invita a a la gente que no te puede devolver el favor y que son quizás de menor estación social que tú.

Entonces ahí hay un hombre sentado así en esa y que yo sospecho que era un fariseo o un escriba o un hombre que representaba la religión judía y les voy a decir por qué dentro de un momento, que al Señor hablar de cena, comida, bodas, banquetes se le escapa como una expresión espiritualoide allí; "ah bienaventurado el que coma pan en el Reino de Dios" como hacen a veces los evangélicos ¿no? se nos sale algo así muy piadoso que suena muy bonito, pero que probablemente es superficial y que es formuláico pero no sale verdaderamente del corazón.

Y el Señor cuando escuchaba esas cosas siempre quería como corregir el asunto y poner las cosas en una forma correcta y clara, y entonces por eso Él hace y describe esta parábola que Él está escribiendo. Es como para enseñar verdaderamente de qué se se trata el Reino de Dios y esa cena en la cual un día vamos a comer pan ante Su Presencia. Y entonces Él habla, dice que un hombre supuestamente rico, suponemos un hombre de dinero y de medios hizo una gran cena y convidó a muchos.

¿Cuál es la cena a la que equivale esta parte de la parábola?. Yo veo dos tipos de cena que a mí me evoca esta parábola. Número uno: fíjese que este hombre está invitando a esta gente apra que vengan y coman de lo que él les provee y en un momento dado muy específico. Yo creo que Dios ha preparado una Gran Cena para la humanidad y se llama el Evangelio de Jesucristo. Se llama las enseñanzas, las verdades, los recursos que provee el Evangelio.

La mesa del Evangelio es una mesa en donde hay todo tipo de platos y de comidas nutritivas y nosotros tenemos que invitar a la gente a esa Gran Cena que Dios ha preparado. ¿En qué consiste?. Yo creo el Evangelio hermanos es una mesa donde hay enseñanzas, hay principios, hay consejos, hay sabiduría para la vida, no solamente para la vida venidera sino para acá. Yo le digo a la gente: invita a las personas a venir al Evangelio porque pueden comer de una comida que les va a hacer la vida más llevadera.

Dios ha puesto una mesa donde van a encontrar Palabra de sabiduría para sus matrimonios, Palabra de sabiduría para las relaciones humanas, sus amistades. Cómo administrar su dinero, cómo bregar con las crisis de la vida, cómo bregar con una enfermedad, cuando alguien te traiciona, qué actitudes tú debes adoptar cuando estás batallando con cosas fuertes dentro de ti y cómo prepararte para el futuro, cómo ser un buen padre, cómo ser una buena madre. Todas estas cosas se encuentran en la mesa del Evangelio, la gran cena que Dios ha servido para todos nosotros y nosotros tenemos que invitar a la gente.

Yo les digo a ustedes en este tiempo, nosotros tenemos que invitar a la comunidad allá afuera para que vengan y coman de la comida que Dios ha puesto delante de ellos. Y es una comida para el ahora y el aquí. La comunidad necesita esa comida que sólo Cristo puede dar, esa cena espiritual que Dios tiene para nosotros.

Entonces esa es una cena, una cena de comidas y nutrientes diferentes. Pero también la Biblia habla de una Gran Cena, un gran banquete en el Reino de los cielos que se dará al final de los tiempos ¿cuál es ese?, la boda, la cena de las bodas del Cordero. Pero fíjese que aquí dice que este hombre preparó una cena, invitó a gente de acá para que comiera de ella. Entonces yo creo que las dos cenas son parte del escenario total de Dios. Una es la cena que tú comes aquí mientras estás en el mundo y otra es entonces la cena que te espera al final de los tiempos cuando Dios haya cumplido toda su obra y entonces el Cordero celebre una gran cena con toda su Iglesia.

Ahora nosotros estamos comprometidos con Cristo pero un día nos casaremos ya finalmente con el Rey de reyes y Señor de señores. Apocalipsis capítulo 19 dice en el versículo 7: "Gocémonos y démosle gloria porque han llegado las Bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado se ha preparado, la Iglesia, y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: "bienaventurados los que son llamados a la cena de las Bodas del Cordero." Y me dijo: estas palabras son verdaderas de Dios."

Qué bello. Hay una cena final también que Dios tiene preparada y los únicos que podrán participar de esa Gran Cena al final de los tiempos son aquéllos que comieron de la otra cena, la cena del Evangelio que Dios preparó para todos aquéllos que estén dispuestos a escuchar y venir, y sentarse a la mesa que Dios ha preparado.

Entonces un hombre hizo una gran cena, convidó a muchos. ¿Sabe usted hermano que la invitación de Dios es para todo aquél que quiera venir?. No importa de qué color usted sea, no importa de qué raza, de qué nación, de qué estado financiero o socio-económico usted sea, sea hombre, mujer, niño, anciano, la invitación de Dios es para todos, es una invitación amplia. Dios quiere que todo el mundo conozca del Evangelio. Predique el Evangelio a todas las personas alrededor de usted porque Dios quiere que muchos entren al conocimiento del Señor.

Este es el tiempo que yo creo que Dios va a estar llamando a mucha gente de la ciudad de Boston a que vengan al conocimiento de Jesucristo y tenemos que preparar las redes para que así sea. Dice el versículo 17 que: "a la hora de la cena envió su siervo". Deténgase un momentito allí "a la hora de la cena. Hay un momento específico que Dios ha preparado para declarar su Palabra a la humanidad. Dice la Biblia que Cristo vino al mundo en la consumación de los tiempos, en el momento preciso en que tenía que venir.

Este hombre mandó unas invitaciones, unos días antes probablemente a sus amigos. Y les dijo: en tal día yo voy a tener una cena prepárense no sabemos exactamente la hora, les dijo él quizás pero yo voy a enviar a mi siervo y él va a ir por todo el vecindario y les va a decir que ya la comida está lista. Ellos sabían. Había un momento preciso.

¿Sabe que Cristo vino al mundo, vino a la historia en el momento preciso de Dios?. Dicen los historiadores, las personas que conocen de la historia que el Señor Jesucristo llegó en un momento en que el mundo entero estaba preparado en términos de carreteras muy anchas y extensas que había construído el Imperio Romano, había conquistado todas las naciones conocidas de la Tierra en ese tiempo. Había llegado hasta África, hasta Asia, India, todo el mundo del Mediterráneo había sido conquistado por Roma y Roma donde quiera que iba construía buenos caminos para que sus ejércitos pudieran llegar, sus administradores pudieran llegar a esos lugares, y tenía fortalezas y estaciones de su lado por donde quiera a través de toda la Tierra conocida en ese tiempo.

Y tenía un gobierno que había establecido, leyes, el orden lo que se llama la Pax Romana, la paz de Roma que fue una paz, un gobierno que estableció Roma. Había un lenguaje como el inglés hoy en día se usa en todas partes del mundo para los negocios y para la ciencia y para la cultura así también el latín estaba por todas partes y el griego también. La cultura greco-romana había llegado a todas partes del mundo.

Entonces Dios había estado preparando las cosas estratégicamente a través de la historia, había estado preparando a la humanidad. El judaísmo con todas sus leyes, todo su aparato legal religioso era un mero anticipo de lo que iba a venir a través de Jesucristo. Dios fue preparando la humanidad y la humanidad fue desarrollándose y creciendo, y haciéndose más compleja, antes eran unos salvajes haciendo cosas por aquí, matándose unos a otros etc, llegó el momento en que había un cierto nivel de complejidad en la cultura humana y en ese momento cuando el hombre podía recibir la enseñanza a través de este idioma y estas carreteras y todo esto, Cristo llega al mundo. Llegó el momento.

Y entonces en ese momento Dios comienza a anunciarle a la humanidad que hay una nueva forma de acercarse al Padre a través de Cristo Jesús. Este siervo de paso que el señor manda que es un tipo de Dios, el Padre que envía a Su Hijo que ya es el momento de entrar a la cena, este siervo es tipo de Jesucristo. Entonces cuando todo está preparado llega Jesús, llega la Iglesia también en un sentido a anunciar el Evangelio y a decirle a la gente: ahora vengan y siéntense.

Para entrar en esa cena hay que pasar a través de Jesucristo. Dice la Biblia que Él es la puerta y todos los que entran a través de la puerta son aceptados pero si no entran a través de la puerta son ladrones y salteadores. Él es la puerta a través de la cual se puede entrar a la cena. Y entonces cuando todo estaba preparado ¿qué pasa? que comienzan a excusarse unos por una cosa otros por otra. Ah no puedo ir porque compré cinco bueyes, hoy en día diríamos: ah compré un carro y tengo que ir a probarlo por allí por la carretera. Compré una casa y tengo que ir a ver cuántos cuartos tiene y lo que sea y no puedo ir, excusas.

Dice que todos comenzaron a excusarse. Evidentemente estaban demasiado ocupados en sus propios quehaceres, sus propias cosas para atender a la invitación que les hizo. Aquí lo que vemos es eso ¿no? que Dios preparó la historia, Dios ha preparado Su mensaje, Dios envía a Su Hijo, Cristo muere en la cruz del calvario, encarna en la forma de un hombre, deja Su sangre preciosa, nos deja un caudal de enseñanzas todos esos son manjares puestos sobre la mesa. ¿Y qué pasa? la humanidad rechaza la Palabra de Dios, rechaza el banquete que Dios ha provisto.

El banquete es gratis sólo hay que entrar y comer de él. Pero la gente prefiere los afanes de su vida. Es interesante que las cosas que pone aquí, lo que retrata es a la gente involucrada en los afanes y las cosas de la vida. ¿Por qué la gente no acepta la invitación del Padre a ser salvos y a entrar a la vida eterna? porque están demasiado metidos en las cosas del ahora y el aquí. Les preocupa más lo inmediato que tienen, el juguetito que tienen. Es como el niño que está demasiado ocupado por un juguetito chiquitito y barato para aceptar algo mucho mayor que se le ofrece porque sólo piensa en el momento.

Y así es la raza humana. El mundo está tan metido en los placeres, en las cosas de la vida que no quieren aceptar a Jesucristo. Usted sabe la parábola de la semilla, dice que la semilla cayó en diferentes sitios, el sembrador sembró semilla y un tipo de semilla cayó dice junto a espinos, que cuando quiso crecer la semilla los espinos vinieron alrededor de ella y la estrangularon y la mataron. Y el Señor dice: esos espinos son los afanes y los placeres del mundo que ahogan.

¿Cuánta gente siente deseo de ir al Evangelio? cuántas personas vienen aquí a la Iglesia, a nuestra propia Iglesia, escuchan, algo dentro de ellos vibran, sienten deseo de recibir al Señor, saben que lo que están escuchando es bueno y verdadero pero piensan: ah, pero tengo que dejar de hacer esto, tengo que dejar de hacer lo otro, tengo que dejar de ir a la discoteca todos los sábados y emborracharme, tengo que dejar de mujerear, tengo que dejar de engañar a la gente, este negocio que yo sé que no es bueno lo tengo que abandonar o voy a tener que configurar mi vida en una forma que y cuentan el precio. Por un momento se dan cuenta de lo que tienen que hacer, su conciencia les pincha y dicen: hm, prefiero no hacerlo.

Otros aceptan al Señor inclusive comienzan el camino de la fé pero viene la prueba o porque no tienen raíz dice la Palabra y también abandonan el Evangelio. Hay muchas razones. Lo que está diciendo el Señor a través de su Palabra es: mira no permitas que ninguna cosa en el mundo te robe el privilegio de sentarte a la mesa del Señor. ¿Qué tienes tú que dar, hay algo en tu vida que te impide?. Mira dice la Biblia que el Reino de los cielos es como una persona que encuentra un tesoro en un campo y vende todo lo que tiene para comprar ese pedazo de tierra porque hay un tesoro ahí adentro. Dice también que es como una mujer que se le pierde una moneda y barre toda la casa, y hasta que no la encuentra no está tranquila. Diciendo: el Reino de los cielos es valioso, hay que hacer lo que sea para entrar.

Dice que si tú tienes que entrar tuerto o manco al Reino hazlo pero entra de todas maneras porque vale la pena. No dejes que nada de este mundo, ningún placer, ningún apetito, ningún trabajo, nada de este mundo te rompa la posibilidad de entrar al Reino de Dios, paga el precio que tengas que pagar porque un día cuando tú te encuentres disfrutando de la Cena del Cordero tú vas a decir: gracias a Dios que tuve el sentido de dejar esas cosas tontas y cambiarlas por el privilegio de habitar eternamente delante de Tu Presencia.

Hermanos hagamos todo lo que podamos hacer, no dejemos que nada de este mundo nos robe el privilegio de entrar a la Cena del Señor, ninguna excusa, ningún apetito de este mundo. Ya voy terminando, lo que dice aquí es que este hombre que tenía un corazón tan generoso, estaba tan contento, tan ilusionado, él ya podía ver a sus amigos sentados allí en esa comida tan rica que él había preparado para ellos y cuando ve su desprecio dice que se enoja.

Recuerde que hay el otro lado de la moneda. De un lado está el corazón de Dios amoroso, gentil, lleno de gracia, deseoso de bendecir a la humanidad. Del otro lado está la ira de Dios, el Rey que se siente enojado cuando rechazamos su oferta. No hay neutralidad ante el llamado de Dios, no hay "lo siento" y Dios dice: bueno está bien no te preocupes, no hay problema. Eso es lo que la gente cree. Dios es un Dios muy claro. Cuando Él invita tú tiene dos opciones: o aceptas y eres bendecido o renuncias a la invitación y recibes el Juicio de Dios.

Dice aquí que el padre de familia, ahora es un padre de familia pater familias como dice en latín es un ser lleno de gloria, muy honroso y se siente muy enojado porque lo han despreciado. El que no acepta a Cristo como su Salvador lo desprecia. ¿Qué dice Cristo? el que no recoge conmigo desparrama. O tú recibes a Cristo como tu Señor y Salvador y recibes la bendición de Dios o lo rechazas y recibes la ira de Dios, no hay término medio. No podemos rechazar. Dios ha sido tan cuidadoso, ha puesto tanto amor en su invitación.

Dice que: "¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?". El Señor ha invertido Sus ángeles, Su Poder, Sus dones, derramó la sangre de Su Hijo en la cruz del calvario, ha estado predicándose el Evangelio durante miles de años, Él ha invertido todo lo que Él tiene para que se salven las almas. ¿Usted cree que llegará un día en que alguien le pueda decir: "Señor lo siento mucho es que simplemente no puse atención, perdóname pero déjame entrar"?. Él dirá: mangansón, perdiste la oportunidad. Yo hice mi parte, ahora apartáos de Mí al fuego eterno.

La gente no quiere creer en el infierno pero la Biblia habla continuamente de perdición, habla continuamente de perdición eterna. Yo no sé si es como dicen allí que es como un fuego allí con un diablito pinchándote allí por toda la eternidad, lo que yo sé es que es un lugar donde tú no quieres estar hermano. Tú quieres estar en la Presencia de Dios, tú quieres disfrutar del gozo del Señor cuando tú vas y te sientas a Su mesa no de la ira del Señor cuando rechazas Su oferta.

Entonces les decimos: dile a la gente eso hay dos alternativas que tú tienes que van a determinar tu destino dónde vas a pasar la eternidad. Dios me ha dicho algo claro acerca de eso, que si vamos a predicar el Evangelio tenemos también que de vez en cuando, quizá no sea lo primero que le vamos a decir pero también hay que decirle en algún momento de la conversación si usted ve que la gente no está reconociendo su parte pues entonces dígale: mira ¿tú sabes bien a lo que te estás consignando? esa es la condenación eterna, tú no quieres ir allí y Dios en vez de eso te ofrece salvación y comunicación y comunión con Cristo Jesús.

Me impacta lo que sucede al final. Dice el señor: ya que estos distinguidos no quieren entrar vete a Rossie's place, vete a Palm Street Inn, vete a todos los refugios de la ciudad, invita a los deambulantes, invita a los borrachos, invita a las prostitutas, invita a los homosexuales, invita a los pobres, invita a los iletrados y que vengan y coman de mi mesa. Los judíos dice la Biblia que: a lo suyo vino y los suyos no le recibieron y el Señor cumplió.

Hay mucha gente en las universidades como Harvard y Yale, y Boston College y todas estas grandes universidades rechazan muchos de ellos, los intelectuales muchas veces renuncian al Evangelio sencillo que nos propone la Palabra, la gente rica se siente muy poderosa para aceptar a Jesús como Señor y Salvador. ¿Quiénes son los que generalmente han aceptado a Cristo primero? los pobres, la gente no letrada, no altamente educada, la gente que no tiene mucho que perder porque ya lo han perdido todo de todas maneras.

Después con el tiempo cuando los ricos que no son tontos y nunca pierden un buen negocio ven lo que está pasándole a esa gente que está recibiendo el Evangelio quieren entrar, vienen de últimos siempre ha sido así. Cuando el Evangelio fue predicado en el primer siglo los que vinieron fueron la samaritana, ¿a quién nos presenta el Señor allí? la samaritana, el ladrón en la cruz, Bartimeo el ciego, Saqueo el publicano, Pedro el pescador, el Señor no escogió de los grandes sectores de la sociedad, escogió a los pobres y durante casi los primeros cuatro siglos del cristianismo fue perseguido, fue rechazado, fue pisoteado y la gente por poderosa no quiso aceptar.

En el cuarto siglo dice la historia le deparó una gran visión al Emperador Constantino, en el año 345 creo que fue después de Jesucristo y este emperador después de ver una visión dice su testimonio que él aceptó a Cristo, y entonces cuando él se convirtió al Evangelio todo el mundo se quiso convertir con él, y él llamó, ordenó a sus soldados: todo el ejército romano cristiano desde hoy, y toda su corte: cristianos, toda su burocracia y todos sus trabajadores: cristianos. De la noche a la mañana Roma pasó de ser una perseguidora del Evangelio a ser ahora una seguidora de Jesucristo.

Pero ¿sabe lo interesante? que desgraciadamente con esa conversión vino también la presión a cambiar el Evangelio. ¿Qué pasa muchas veces cuando la gente rica viene a la Iglesia o la gente intelectualmente dotada? que comienzan a querer cambiar el Evangelio genuino, por eso es que tenemos que tener cuidado. Déjeme decirle según nuestra Iglesia vaya creciendo y más gente venga hay un peligro, y es que vendrá mucha gente con hambre del Evangelio pero querrán regatear con uno. Y decir: bueno yo sí entro pero usted tiene que dejar de predicar esto, tiene que dejar de decir aquéllo porque esto no me gusta y esa es mi gran lucha, pero yo no estoy dispuesta a vender el Evangelio demasiado barato tampoco.

Si vienen tienen que hacerse sencillos, tienen que aceptar el Evangelio sencillo, tienen que hacerse como niños, tienen que humillarse, tienen que reconocer su pobreza. Solamente la persona que reconoce: yo tengo necesidad, yo soy un pobre diablo, sin Cristo yo no soy nada. Oh si yo tengo dinero, tengo educación, tengo influencia pero yo sé que al final del día si yo me pongo al espejo con pantaloncillo y una franela yo soy un hombre como cualquier otro y cuando me tiro a mi cama soy simplemente un cuerpo que necesito de Dios, ahí no vale ni influencia ni títulos ni nada. Cuando usted está en la oficina de un médico y está con una batita verde esas que lo agarran por aquí atrás usted es un hombre, un pobre ser humano necesitado. Y hay si el médico le dice: mira te quedan 6 meses de vida, tienes un cáncer, tienes diabetes o algo así ahí se fue toda pretención humana hermanos.

Todos debemos reconocer nuestra pobreza, no somos nada excepto por lo que Dios pone en nosotros. Solamente los pobres entran en el Reino de Dios. Yo te invito en el Nombre de Jesús reconoce que sin Cristo tú no eres nada, reconoce que Jesús es tu única esperanza, tu única salvación, tu único camino al Padre. Humíllate delante del Señor y véndelo todo para poseer el Evangelio de Jesucristo.

Fuérzalos a entrar te dice el Señor Congregación León de Judá. Predica el Evangelio a tiempo y a destiempo. Hay espacio en la casa del Señor. Dios todavía tiene Sus puertas abiertas. Yo todavía digo que la mejor cosecha está delante de nosotros. Todavía hay mucha gente que salvar y por eso tenemos que ponernos en campaña y decir (cantando): estamos en campaña y tenemos que salvar. Ya se alebreco la gente. Tenemos que ponernos en campaña, esa es la manera. Estamos en campaña porque hay almas que salvar aleluya, fuérzalos a entrar, que se llene la casa del Señor, que vengan de todas partes, del norte, del sur, del este, del oeste que vengan a la casa del Señor, coman de la mesa del Señor.

El Señor nos invita a ser pescadores de almas, ¿a cuántos les gustaría ser un pescador de almas?. Vamos a pedirle al Señor que nos haga radioactivos, pídele al Señor que te de un ministerio de traer almas a Cristo Jesús. Ahora mismo ora, ora al Señor por esa Palabra. Dios te dice: fuérzalos a entrar, fuérzalos a entrar. Predica el Evangelio en tu fábrica, predica el Evangelio en tu vecindario, jóvenes compartan el Evangelio con alguien, un compañero de clases no sean tímidos, atrévanse en el Nombre del Señor.

Cristo que se sienten a Su mesa. Él quiere entrar a los corazones, Él quiere una Iglesia comprometida. Yo declaro el Espíritu del Evangelismo, levanta tu mano ahora recibe una unción especial. Yo profetizo que esta Iglesia se convierte en una gran industria de almas, se convierte en una gran maquinaria de fé que recibe unción en el nombre de Jesús la casa se llenará, y tendremos que botar las paredes para que puedan entrar más pero no nos quedaremos estériles.

Levántate y levanta canción tú que nunca has dado a luz, has estado encinta y levanta canción porque más serán los hijos de la no casada que de la que está casada dice el Señor. Te extenderás a la derecha y a la izquierda, al norte y al sur. Tus hijos heredarán las ciudades asoladas, restaurarás los muros caídos. No seas escasa, ensancha el sitio de tu tienda y tus cortinas sean extendidas. Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas porque te extenderás a la derecha y a la izquierda, al norte y al sur.

Extend the site, extend the place of your tent and let the curtains of your habitation be extended. Let the courts of your tent be lengthened as well and the strength will also be deeply buried into the ground and be made larger and firmer because you shall extend to the left and to the right, to the north and to the south and you shall possess the nations, your children shall inherit the cities and you shall establish and renew the desolated places says the Lord, so conceive a great vision for God. Concibe una gran visión para Dios en esta tarde.

En el nombre de Dios yo declaro el Espíritu del Evangelismo corriendo, vida vida vida, capacidad para dar vida, estás preñado ahora mismo con la Gloria de Dios. Recibimos Tu Poder Padre más de Tu Gloria, haznos fértiles Señor, haznos fértiles Padre. Deléitanos con un embarazo contínuo dando a luz continuamente vidas para Gloria del Nombre del Padre. Te adoramos Señor te bendecimos, gracias, gracias, recibimos Tu llamado no nos dejes bajarnos Señor de esa gloria por favor.

Te pedimos te suplicamos Señor manténnos nuestra mente en alto erguida Señor hasta que veamos Tu Gloria plenamente manifestada y sea Tu Nombre glorificado gracias Señor en el Nombre de Jesús. Les bendigo mis hermanos la Gracia del Señor sea con ustedes.