Sermón 16 de octubre 2013: El corazón del rey esta en la mano de Jehová

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Cuando las hermanas me pidieron que trajera una meditación, vino a mi mente el libro de Ester y la vida de Ester, la Reina Ester. La conexión que yo hago en mi mente es el hecho de que en el libro de Ester hay una dinámica donde la política y los eventos gubernamentales están fluyendo en una dirección específica. Pero de momento también surge otra dinámica paralela a esa y es la dinámica del espíritu y de la oración.

En realidad todo el libro de Ester, que les invito a leerlo si no lo han leído, es una crónica de cómo la oración y los procesos espirituales prevalecen sobre los procesos del hombre y los procesos gubernamentales. Y por eso estamos aquí esta noche, porque creemos que Dios es más poderoso que cualquier dirección que los hombres quieran impartirle a los asuntos de gobierno.

Me vino a la mente como un versículo lema de esta meditación el capítulo 21 de Proverbios, el versículo 1. Dice aquí:

“…Como los repartimientos de las aguas así está el corazón del rey en la mano de Jehová…” ¡Aleluya! El corazón de Beiner está en la mano de Dios. El corazón del tea party… Y los corazones de los que parecen hacer una cosa pero en realidad están haciendo otra cosa, aún los corazones de ellos también están en las manos de Dios para dirigirlo.

Y lo que dice el versículo 21 también, la segunda parte, es que Dios a todo lo que quiere inclina el corazón del rey o de la autoridad, a todo lo que quiere lo inclina.

La Biblia una y otra vez enfatiza el hecho de que el curso de las naciones, el curso de la historia, el curso de cualquier momento en la historia está en primera y en última instancia bajo el control del Dios que es el Rey de la historia. Y en ese fundamento los cristianos a través de toda la historia en momentos de premura, en momentos de necesidad, de crisis, han doblado sus rodillas como comunidad para pedir la intervención de Dios y eso es lo que nosotros estamos haciendo en esta noche y creemos que eso tiene un poder irresistible.

Los seres humanos maquinan y tratan de hacer su voluntad y siempre hay intrigas en los lugares del poder y del gobierno. Y en los gobiernos casi siempre están buscando otros intereses, están buscando poder propio, intereses personales o de su partido en lugar de buscar los intereses de justicia que es lo que es bueno y correcto.

Y vemos este personaje que se llama Amán en el libro de Ester que es un político que está buscando su poder propio, está buscando cosas personales, usando maquinaciones indebidas. No respeta la vida ni la justicia. Está buscando su propio interés y su propia grandeza, no le importan las muertes de miles de personas, él solo quiere agrandar su propio poder, y trata de manipular los medios de poder para mover las cosas en su dirección.

Y él logra hacerlo hasta cierto punto, él logra manipular al rey mismo a estar obligado a implementar políticas malas y falsas contra los judíos hasta el punto de tal vez parece que no hay salida.

Y entonces vemos que surge una persona, Ester, que está puesta en Persia, en un lugar estratégico por el Señor para llevar a cabo una intervención que ya Dios tiene destinada desde el principio de los tiempos.

Yo creo que en un sentido el pueblo cristiano y latino tiene un lugar tipo Ester, un papel que jugar en este momento de la historia nuestro pueblo mayor. Es un rol de intercesión, es un rol de aprovechar esa energía y esa bendición y ese don, esa espiritualidad que Ester tenía y que Dios nos ha dado a nosotros, los hispanos, que oramos y creemos en un Dios todopoderoso.

Yo creo que definitivamente nosotros tenemos que hacer todas las cosas que hace Alfa y las demás agencias comunitarias y los esfuerzos políticos que se están haciendo a favor de la comunidad latina, hay que trabajar duro y hay que hacer intervenciones a nivel político y a nivel gubernamental.

Yo creo fuertemente lo que dice ese versículo de la Biblia, ayúdate que yo te ayudaré. No está en la Biblia. No vayan a pensar que el pastor es iletrado. Me encanta ese otro que dice, a Dios orando y con el mazo dando.

A pesar de esos esfuerzos en el nivel humano, sabemos que esta batalla tiene que librarse también y quizás sobretodo, en el terreno del mundo del espíritu y de la guerra espiritual. Por eso es que siempre tenemos que poner nuestra esperanza en el Dios que cambia los corazones injustos de todos los hombres, sea del partido que sea, porque hay injusticia en todos los partidos en este tiempo.

No pongamos nuestras esperanzas, hermanos, en un partido o en un hombre o en una mujer. Nuestra esperanza primera y última es en el Dios todopoderoso que sí puede cambiar los corazones y las direcciones de los partidos. Yo creo que tenemos que enfocar las cosas en esa manera y entonces al hacer eso, glorificamos a Dios y esto motiva al Señor para intervenir al nivel histórico y hacer lo que él tiene que hacer.

Y ustedes saben, el resultado de la historia, Ester envía a toda la nación hebrea para que ore por ella y ayunen por ella mientras ella misma también permanece en ayuno y oración. Era una situación desesperada, el rey había dado un edicto irreversible de que los judíos fueran destruidos en un cierto día en particular.

Ester no podía entrar a la cámara, a la recámara del rey, no tenía una cita y aunque ella era concubina del rey y la reina principal, ella no tenía derecho gubernamentalmente de iniciar contacto con el rey para pedir una intervención de parte del rey.

En otras palabras, todo estaba cerrado, bien cerrado como los muros de Jericó. Y nosotros podríamos quizás decir que en este tiempo – en la misma manera la cosa está estancada por muchos años de lado de los dos partidos. El presidente Bush quería pasar algo para la reforma inmigratoria pero había resistencia política y los demócratas tal vez no queriendo – no que tal vez, que no querían que él salga con el crédito de hacerlo, impidieron que se hiciera la reforma que él quería pasar. Y ahora los demócratas parece que quieren hacerlo y el presidente Obama parece sinceramente comprometido, pero los republicanos en la locura, en la neurosis del tea party, que podríamos hablar mucho de eso pero no voy a entrar en ese detalle ahora mismo, por qué es que existe eso, están oponiéndose también y cortándose ambas manos impidiendo que este pueblo que puede ser de gran renovación para los valores mismos que ellos apoyan, no reciban.

Ahora vemos la cosa al revés que ahora los demócratas y el presidente Obama que quiere pasar la reforma inmigratoria pero muchos de los conservadores republicanos quieren impedirlo pensando, no reconociendo que mucha de la gente latina que ellos están resistiendo representan los mismos valores que ellos tienen en el ambiente social, pero en una forma de neurósis están resistiendo algo que sería para su propio bien en muchos sentidos.

Parece que todo está trancado ahora mismo. Hermanos, el único que puede abrir este impase es el Dios todopoderoso, el Dios de la historia. Sabemos la historia, Ester ora, sus doncellas oran, el pueblo hebreo ora y el Señor toma todo eso y lo conduce y lo dirige de manera que el pueblo de Dios obtiene una gran victoria y su vida es preservada y se sale con la suya en manera bien grande y hay una gran bendición para el pueblo hebreo.

Todavía hoy en el siglo XXI los hebreos celebran el día de Purín, el festival de Purín, precisamente en recordatorio de ese gran evento y esa gran victoria.

Creamos en el Dios de la historia, pongamos nuestra esperanza en él, clamemos a él y el Señor hará justicia porque yo creo que esto es de Dios y este es el tiempo que se haga. Gloria al Señor.

Pongámonos de pie. Yo sé que vamos a tener un tiempo de oración ahora mismo. Me permiten iniciar con el tiempo. Pedimos, Señor, que tu muevas el corazón y muevas las palancas del gobierno y de la sociedad misma, de los diferentes segmentos de la sociedad, Padre, las uniones que se oponen y los grupos de diferentes intereses, Señor, étnicos y culturales que se oponen a esta inmigración, Señor, y a la mezquindad del corazón de muchos también, Padre.

Que tu rompas esas ataduras, Señor amado, y que caiga una unción de gracia y de misericordia en los lugares de poder, Padre santo, y que tu te muevas en manera sobrenatural para que se opere un cambio transformador, Padre, en el nombre de Jesús clamamos a ti y declaramos que este es un proceso espiritual, Señor.

Ahora mismo enviamos ondas de poder y de autoridad sobre Washington, sobre cada legislatura, Señor, de esta nación, sobre cada púlpito, Padre, y pedimos que te muevas con poder, Padre, y que haya un cambio.

Te adoramos, Señor, te bendecimos, gracias, declaramos tu señorío. A ti la gloria, la honra, y el poder, Padre, y el pueblo de Dios dice, amén. Gloria al nombre del Señor. ¡Aleluya!