Escribe la visión y declárala en tablas

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El domingo antepasado yo estuve hablando acerca de la importancia de tener una visión clara, de visualizar las cosas que vemos en la pantalla de nuestra mente, las imágenes que sostenemos en nuestra mente y les animaba y les invitaba a hacer uso creativo de la capacidad para visualizar cosas, para ver su futuro, para verse, cómo usted se ve a sí misma, cómo usted ve a Dios. A veces simplemente examinar esas cosas, qué es lo que usted ve en su mente, cómo usted ve a Dios, ¿lo ve usted como un ser sombrío, acusador, legalista, listo para atacarlo en cualquier momento por si usted se sale de la línea? ¿O lo ve usted como un Padre, amoroso, tierno, fiel, compasivo, que camina con usted cada día? ¿Cómo usted se ve a sí mismo? ¿Se ve como una persona desprovista de capacidades, de dotación, de talentos, de valor? ¿O se ve usted como una persona que Dios ha creado con un propósito específico en la vida?

Y puede usted visualizar en su mente la persona que usted quiere ser, la persona que usted quiere llegar a ser, y verlo en 3 dimensiones y en colores. ¿Puede usted hacer eso? porque depende de cómo usted se ve a sí misma, y quizás la situación que usted está viviendo en este momento, la persona que usted es en este momento esté lejos de ser esa persona que usted cree que Dios le ha llamado a ser.

Deje de mirarse tanto en el momento cómo usted está y véase cómo Dios puede llevarlo un día a verse. ¿Tu tienes ahí la imagen del león y el gatito que yo siempre uso en los retiros de las jornadas? Este gatito que se mira que no tiene un ego pequeñito en absoluto, no tiene una buena autoestima. Él se ve a sí mismo como un gran león, listo para rugir. Y yo les decía a los hermanos la vez pasada que yo podría imaginar a ese gatito saltando por el espejo y metiéndose dentro de él, y convirtiéndose en ese gran león y rugiendo. Y así debe ser tu vida, donde tu tienes que preguntarte qué es lo que tu quieres llegar a ser.

Y todos nos podemos beneficiar de una buena imagen de nosotros mismos y de nuestro futuro, visualízate a ti mismo, cómo tu te quieres ver en el Reino de Dios, cómo tu te ves como esposa, como madre, como profesional o como ama de casa, como individuo, como amigo o amiga, tu cuerpo, tu dominio propio, los valores y las virtudes que tu quieres desplegar en tu vida. Te toma tu tiempo para visualizar esas cosas y para suscitar las energías que tu necesitas para llegar a ser eso.

Muchos de nosotros no soñamos, yo decía el domingo antepasado, con lo que queremos ser, no fantaseamos. Yo creo mucho en la fantasía con propósito. Yo creo mucho en pensar creativamente, visualizar creativamente, darle tiempo a uno cultivar lo que uno quiere llegar a ser y verlo claramente porque lo que tu veas en tu mente… sabes que cuando tu visualizas algo tu cerebro comienza a reaccionar literalmente, las neuronas de tu cerebro, muchas veces la parte de tu cerebro que tiene que ver con lo que tu estás visualizando se activa.

Leí hace poco de un experimento que se hizo con jugadores de basquetbol de una universidad muy conocida por su equipo de basquetbol, y se le sugirió a estos basquetbolistas que… se dividió en 3 grupos el grupo de basquetbolistas y un grupo iba a hacer sus ejercicios normalmente, practicar todo lo que tiene que ver con el basquetbol, como siempre hacían bien intensivamente. Esto se hizo durante un número de días, 30 días creo que fue. Ese primer grupo simplemente debía practicar las destrezas físicamente.

Otro grupo no iba a practicar físicamente, pero su mente en una forma bien concentrada y bien organizada, iban a visualizar simplemente, en su mente iban a verse ejecutando diferentes tipos de prácticas, movimientos, ejercicios que tenían que ver con el basquetbol. Esa gente no iba a practicar físicamente en nada, sino simplemente visualizarse practicando, imaginarse tirando una bola por el cesto o corriendo, defendiendo la bola, drilling o lo que sea, cualquier tipo de ejercicio que tenía que ver con eso específicamente, pero no iban a hacer nada de práctica física, es importante esa parte.

Y el tercer grupo simplemente no iba a hacer nada, no iba a practicar ni nada, simplemente iban a hacer como un control, un punto de comparación para los demás. Dice que al final de esos 30 días, o el número que fuera, los que habían practicado en una manera muy concentrada y bien disciplinada, habían mejorado siguiendo el entrenamiento, como un 24% su performance, su desempeño. Los que no practicaron en nada se quedaron igual, no tuvieron ni progreso y tampoco tuvieron un decaimiento. Pero los que solamente visualizaron, que no hicieron ningún tipo de ejercicio pero sí en su mente ejecutaron los movimientos de la práctica, dice que mejoraron por un 23%, casi lo mismo que mejoraron los que practicaron. Eso indica algo y he leído así de varios.

Hubo otro neurólogo que habla acerca de que cuando uno, por ejemplo, se ha hecho experimento con personas que en su mente se visualizan tocando un piando y ejecutando en sus dedos las mociones y los movimientos del piano, esa parte de su cerebro, porque las miden electrónicamente con los métodos y los instrumentos que tienen, esa parte de su cerebro que reaccionaría o dirigiría esos movimientos está haciendo el equivalente también. Esa parte del cerebro está disparando, se ve la actividad, como si las personas estuvieran actualmente practicando.

Ahora, no crean ustedes que, bueno, yo lo que voy a hacer es que voy a visualizarme y voy a llegar… No, eso tiene sus complejidades, pero lo interesante es que hay una equivalencia cerebral a lo que nosotros visualizamos y nos imaginamos. Y por eso es tan importante que entendamos esa equivalencia que hay entre lo que tu le dedicas tiempo para imaginar, para crear, para moverte.

Por eso el poder de los símbolos en el Evangelio, tantos diferentes símbolos. Tu levanta tus manos, ¿y qué estás haciendo? Al levantar tus manos yo espero que tu estés visualizando que estás ante una presencia augusta, grande y estás o adorando o estás pidiendo algo, o estás acercándote al cielo. Hay una cantidad de cosas que tu estás activando cuando tu levantas tus manos.

Cuando tu te arrodillas tu estás mostrando humildad, pero también te estás concentrando y te estás entrando… cuando uno está arrodillado uno como que está recogido mirando hacia adentro. Uno cierra los ojos y es como que voy a sumergirme dentro de mí mismo.

Entonces, estos símbolos del Evangelio y de la fe cristiana son tremendamente poderosos porque nos recuerdan y activan cosas. Una bandera de una nación, el logo de una compañía, activa energías que se necesitan para llevar a cabo una labor.

Entonces yo les he hablado de la importancia de visualizar, de activar cosas, energías en su vida por medio de la visualización activa. Pero una visualización positiva, no negativa, sino optimista en el Señor.

Les animo también cuando usted lee la palabra a visualizar lo que usted está leyendo. Vea a Jesús sanando al paralítico, véalo caminando sobre las aguas, visualice estas cosas, interactúe con la palabra de Dios porque esto va a darle una dimensión más profunda y más provecho va a sacar de las cosas que usted lee y medita. No se quede solamente en leerlas superficialmente, meta su mente y su espíritu dentro de ellas.

Entonces, cuando hablo de visión o visualizar me estoy refiriendo en parte a esa idea de uno usar su imaginación, usar la pantalla de nuestra mente para ver en 3 dimensiones lo que uno quiere ser o llegar a ser algún día en su vida. Si usted encuentra… yo le animo a encontrar una imagen, hoy en día en el internet eso es tan rico, es tan fácil hoy en día ir a images y por ejemplo, piense usted en algo que a usted le gustaría usar como un lema para su vida, como una imagen hacia la cual usted querrá ir en su vida. Puede ser la figura de una mujer sabia y en paz consigo misma, que refleja gozo o inteligencia o sabiduría, o quizás una actitud guerra, o una persona saludable y fuerte, lo que sea, busque algo que usted… el arte tiene tantas cosas maravillosas que nos pueden ayudar.

Hay tantas imágenes bellas que ustedes pueden encontrar y usarlas como ‘este va a ser mi lema’ para mi vida, y cada vez que yo lo mire yo voy a pensar, ese voy a ser yo, esa voy a ser yo, eso es lo que yo voy a lograr en mi vida. Les animo a hacer eso en algún momento como un ejercicio y yo creo que eso va a ser grandemente transformador.

Otra de las maneras en que nosotros podemos ver las cosas es de tener una visión bien detallada acerca de los valores que nosotros queremos que gobiernen nuestra vida, los valores y las virtudes que nosotros queremos que gobiernen nuestra vida. Nuestra iglesia tiene una visión y una misión que hemos desarrollado y hemos declarado, por si acaso algunos no la conocen, porque es importante que usted visite una y otra vez la visión.

Yo quiero hoy leer algo del libro que yo les he dicho que he estado escribiendo sobre vida por diseño. De nuevo, esto de diseñar nuestra vida en vez de dejar que las circunstancias definan nuestra vida y quiero leer algo acerca de eso. pero de hecho me he referido a estas cosas en el pasado, pero quiero hacerlo hoy con respecto a esta idea de visualizar y ver las imágenes que han de gobernar nuestra vida.

En el Libro de Habakkuk en el Antiguo Testamento, hay un pasaje que muchos de nosotros hemos leído y que yo quiero animarlos a que usted lo vea con respecto a esto. En el capítulo 2, versículos 1 al 3, el escritor dice:

“…Sobre mi guarda estaré – en otras palabras, estaré alerta, estaré vigilante – y sobre la fortaleza afirmaré el pie y velaré para ver lo que se me dirá…”

En otras palabras, hermanos, cuántas veces se toma usted tiempo para escuchar de parte de Dios y preguntarle a Dios, “Señor, ¿qué tu quieres de mi vida? ¿Qué planes tu tienes? ¿Qué llamados tu tienes? ¿Qué asignaciones tu tienes para mi vida? ¿Qué tu quieres que yo logre? ¿Cómo tu quieres que yo sea? ¿Qué tipo de vida tu quieres que yo viva? ¿Qué tipo de sierva, de hombre o mujer, quieres tu que yo sea? Háblame, instrúyeme, exprésame.”

Yo les puedo decir que mi vida ha sido cambiada en muchas ocasiones cuando yo me he tomado el tiempo para detenerme y decirle, “Señor, estoy en una encrucijada, no sé cuál camino escoger. Háblame.” Y entonces usted se pone a esperar y está alerta y ora continuamente y hasta toma un tiempo de ayuno y busca, como dice, alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?

Usted se puede imaginar esa persona alzando, viendo para las montañas, está en un aprieto, en una dificultad y alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? Y a veces estamos así en nuestra vida, en ese punto. Señor, necesito… ya me gradué de la universidad y ahora tengo que buscar un trabajo, no sé si voy a cambiar de ciudad, me quedaré en la misma ciudad, buscaré en una agencia de este tipo, encrucijadas, y tenemos que buscar dirección.

Entonces, el escritor dice, “…y velare para ver lo que se me dirá y qué he de responder tocante a mi queja. Y Jehová me respondió.”

Cuando usted le pregunta al Señor, Dios le contesta. David le dice, si alguno tiene falta de sabiduría pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche, y le será dada. ¿Tienes tu algún problema, alguna dificultad, algún dilema, algo que tienes que resolver, un momento fecundo en tu vida que estás como detenido ante el abismo o detenido ante el mar en la playa y necesitas una barca a venga y te lleve a la otra orilla? Pídele sabiduría al Señor. Pídele respuesta y háblale y pelea por la contestación.

“… y Jehová me respondió y dijo, escribe la visión – es decir, la visión que Dios le iba a dar a este hombre – y declárala en tablas – en ese tiempo se escribía en tablas, hoy usted puede decir, escríbela en tu computadora, es más fácil hoy en día – para que corra el que leyere en ella, aunque la visión tardará aún por un tiempo más se apresura hacia el fin y no mentirá, aunque tardare espéralo porque sin duda vendrá. No tardará.”

Uno de los pasajes más instructivos que conozco sobre los fundamentos del éxito y de la transformación personal y de una vida fructífera es precisamente este pasaje. Ahora, en su contexto original, si usted lee el libro de Habakkuk las palabras del profeta en el capítulo 2 que yo acabo de leer, se refieren a una revelación que Dios le había dado a Habakkuk concerniente a eventos históricos específicos relacionados con el pueblo de Israel, pero aún así el consejo divino que recibe Habakkuk acerca de cómo él debía manejar esa palabra profética que Dios le habría de dar, es muy aplicable a la forma en que cada creyente debe relacionarse con cualquier impresión poderosa, o cualquier visión que Dios ponga en su corazón, cualquier imagen creativa acerca del futuro, cualquier sospecha que usted tiene de algo que Dios quiera hacer en sus vidas, cualquier anhelo que usted tiene. Es la misma forma que yo veo aquí como una receta para cómo hacer esto.

En el curso de nuestra vida, hermanos, nosotros recibimos retos, llamados específicos de parte de Dios. Esos llamados muchas veces se registrarán en nosotros como impresiones y anhelos, impulsos creativos que concebiremos en nuestro espíritu y de ahí, de esos impulsos, nacerán proyectos, iniciativas, esfuerzos, decisiones que nos llevarán a invertir nuestras energías en esfuerzos y direcciones concretas.

Esas visiones que concebiremos tendrán que ver quizás con una profesión, un matrimonio, nuestros hijos, el ministerio, las finanzas o simplemente una misión específica que Dios nos quiera encomendar. Y como Habakkuk tendremos que decidir qué haremos con ese propósito inicial embriónico que Dios ha implantado en nuestro espíritu. Tendremos la opción de rechazarlo, ignorarlo, o de cuidarlo como si fuera un mero sueño vano, algo que se nos ocurrió en la mente pero que no tiene mayor envergadura. Podremos consignarlo al estatus de una ocurrencia pasajera o de una meta irrealizable, o alternativamente, podremos recibirlo con reverencia, con intencionalidad, santificándolo en nuestro espíritu y procediendo a cultivarlo a lo largo de nuestra vida hasta que se convierta en una hermosa realidad.

El versículo 2 de ese capítulo dice, “Jehová me respondió y dijo, – lo primero que le dice es – escribe la visión.”

Sabe, cuando Dios me habla algo muchas veces cuando tengo un sueño, una de las cosas que yo trato de hacer es escribirlo porque a los 3 días, 4 días se perdieron detalles de él y es importante si Dios te habla, si hay algo que tu sientes que Dios te dijo, escríbelo en alguna parte para que no se te olvide, ponlo en la puerta de tu refrigerador, mételo en tu cartera, como sea, pero plásmalo en alguna forma permanente para que no se te vaya y no se escurra con las demás cosas que suceden en la vida. Escribe la visión.

El profeta Habakkuk nos habla aquí acerca de la importancia de tomar en serio lo que recibimos de parte de Dios y de consignarlo a un formato permanente. Nos señala la importancia de discernir el llamado de Dios para nuestras vidas y de registrar ese llamado, esa visión, esa impresión espiritual en una forma específica y deliberada para luego dejar que esa visión guíe nuestra carrera día a día.

En la vida todo gran logro comienza con una visión específica concebida en la mente y el espíritu. Y esa visión luego debe registrarse exitosamente, externamente de alguna manera. Una vida exitosa y con propósito debe estar fundamentada sobre una visión ambiciosa y abarcadora.

Dios nos invita a concebir sueños grandes y a aspirar a grandes cosas para nuestra vida. Esa visión general tendrá que ver con temas a veces muy abarcadores, tales como, qué clase de persona quiero ser, cómo quiero yo ser recordado por los demás cuando yo muera. Stephen Covey, que ha escrito uno de los libros más transformadores y más populares y más leídos en la historia de la humanidad, escribió el libro “7 hábitos de gente altamente exitosa,” un libro muy poderoso que les animo a leer en español lo pueden encontrar en Amazon. Y él habla de que nosotros debemos vivir nuestra vida y preguntarnos, si yo me muriera y pudiera asistir a mi propio funeral y pudiera escuchar lo que la gente está diciendo de mí en ese funeral, ¿qué me gustaría que dijeran de cómo yo viví la vida?

Y entonces él dice, así es cómo tu debes vivir tu vida, que digan, esa mujer fue una madre ejemplar, una mujer que nunca se conformó con lo mediocre. Siempre yo la vi buscando la excelencia y mejorando cada día. Comenzó humildemente en la vida y llegó a hacer esto, a hacer lo otro e impactó muchas vidas y dejó hijas espirituales y llegó a ser como esa mujer ejemplar de Proverbios 31.

¿A cuántas hermanas les gustarían que hablaran de ella de esa manera? Amén. Bueno, pues viva su vida así. A veces tienen una visión interesante, es la visión de Proverbios 31 de la mujer idónea, la mujer ejemplar, una mujer empresarial, que toma iniciativa, que planifica acerca del futuro, que provee para su familia y llega hasta el punto de que la gente conoce a su esposo como el esposo de fulanita. No ella como la esposa de fulano sino que dicen, él es el esposo de aquella señora tan extraordinaria que vive en tal sitio. Entonces, viva su vida, deje que esa visión la lleve hacia adelante.

¿Cómo quiero ser recordado por los demás cuando muera? ¿Qué clase de padre, esposa, cristiano quiero ser? ¿En qué maneras específicas quiero afectar el mundo antes de partir de esta tierra? Yo creo que todos nosotros debiéramos decir, yo quiero que el día que me muera el mundo quede aunque sea un poquito mejor que lo que yo lo encontré, que porque yo viví sobre esta tierra algo bueno fue depositada en ella. Hay por lo menos una hermana que se siente tocada porque lo que estoy diciendo. Eso es un sueño bonito, dejar el mundo un poco mejor de lo que yo lo encontré cuando arribé.

Uno tiene que tener una visión amplia a veces y esa visión, a la vez, deberá estar compuesta de componentes más pequeños y específicos que correspondan a las metas cotidianas y los proyectos concretos que perseguimos a través de toda la vida.

Por ejemplo, usted dice, yo quiero llegar a ser una mujer admirable y considerada una madre espiritual de muchas mujeres que me han conocido. Bueno, eso es una visión, usted quiere ser una madre espiritual, bueno, ¿qué quiere decir eso? entonces usted debe pormenorizar, bueno, eso quiere decir que yo voy a tener que leer acerca de cosas espirituales y voy a dedicarme a enriquecer mi entendimiento, voy a leer la palabra, voy a leer buenos libros de consejería, voy a dominarme a mí misma y voy a superar mis defectos y mis dificultades, voy a buscar mujeres jóvenes específicamente a quienes yo pueda ser una Débora, una Ruth o una Ester y que yo pueda ministrarlas y discipularlas.

Entonces, usted tiene que comenzar, si hay una joven que usted ve que necesita orientación búsquela, invítela a reunirse con usted, a tomarse un café y pregúntele acerca de sus sueños, pregúntele acerca de lo que ella quiere hacer en su vida. Tantas jóvenes, ¿verdad que sí? Que les encantaría tener una mentora en su vida. Claro que sí. Hay tantas jóvenes hoy en día que necesitan, desean, si encontraran una mujer madura y con experiencia que las discipulara, yo creo que hay cantidad, pero usted tiene tener ojos para ver y usted tiene que antes verse como una mujer que puede hacer eso y que quiere hacerlo, y que tiene un llamado para hacerlo, y entonces prepararse y vivir su vida de esa manera.

Es decir, que ir de quiero ser una madre espiritual y entonces usted tiene que preguntarse, okay, ¿qué necesito yo hacer para llegar a eso y qué valores deben definir mi vida de esa manera? Entonces uno tiene que tomar la visión grande y romperla en pedacitos específicos.

Hermanos, no podemos vivir la vida al azar. Por eso yo hablo de vida por diseño, porque usted debe diseñar su vida. Nunca permita que las circunstancias, su pasado, sus complejos, su cuerpo, sus heridas definan lo que usted es o lo que usted haga. Mire, si hay una oportunidad para usted pararse ante un grupo decir algo que Dios ha puesto en su corazón, aunque le estén temblando las rodillas mientras usted habla, vaya y hágalo y habrá ganado una gran victoria moral y la próxima vez le va a ser un poquito más fácil hacerlo. Pero si usted se deja dominar por el miedo, usted nunca va a hacer nada, tiene que imponerse.

Usted no puede vivir su vida al azar. No podemos vivir nuestra vida meramente existiendo, improvisando de día en día, reaccionando a las circunstancias y viviendo conforme una rutina que nos ha sido impuesta desde afuera. Tenemos que vivir conforme a propósitos específicos, cultivados por medio de la reflexión y la oración, iluminados por el Espíritu Santo. Tenemos que forjarnos metas específicas que guíen nuestra vida y determinen nuestras acciones cada día.

Es necesario concebir las visiones de Dios en nuestro espíritu y luego lanzarnos a realizarlas con fe y determinación, una pieza a la vez. Cuando un escultor, por ejemplo, concibe una escultura inicialmente, la primera fase de ese proyecto artístico generalmente será una imagen vaga e indefinida que irrumpe y se implanta como un meteoro sobre su mente.

Por ejemplo, La Piedad, la gran obra de Miguel Ángel, el caso es que esa imagen de esa mujer, esa María con el cuerpo de su hijo muerto en sus piernas, no es una imagen que en realidad se dio en la historia porque María nunca tuvo el cuerpo así, inerte de Jesús en sus brazos, ¿quién sabe? Pero el artista en su mente lo primero que él concibió un día fue esa idea de esta madre con el cuerpo muerto de su hijo en sus piernas, La Piedad. Yo me imagino que un día algo simplemente le vino a la mente al escultor una imagen general, de una mujer sosteniendo el cuerpo inerte de su hijo en sus rodillas, y entonces él tuvo, que okay, ¿cómo va a ser el rostro de la mujer? ¿Cómo va a ser el lienzo que cubre parte del cuerpo de su hijo inerte? ¿Lo voy a poner tirado sobre sus hombros o lo voy a poner sobre sus rodillas? ¿La voy a poner sentada sobre una banca o sobre una silla? Tantas preguntas, lo primero fue una impresión y después él tuvo que ir poco a poco tomando piezas de esa imagen.

La primera fase es eso, una imagen general y vaga. En la mente del artista surge una idea embriónica, una impresión inicial que no deja de tener cierta especificidad pero que está lejos de ser el hermoso objeto de contornos definidos y cualidades distintivas que terminará siendo la obra final, y poco a poco por medio de la continua reflexión, la visualización concentrada, esa imagen inicial comienza a cobrar cuerpo, a adquirir tres dimensiones. Entonces el artista procede.

Mire los lienzos, es una de las cosas más poderosa de esa obra, los lienzos parece como si usted pudiera tocarlos y reaccionarían a su mano, se moverían, aunque están hechos de mármol. Usted puede ver…mire el cuello del Señor echado hacia atrás, simplemente inerte, sus brazos lánguidos colgando a los lados. Todo eso… cada cosa, él tuvo que concebir cada pieza de ese… la pierna izquierda en su posición, los músculos… los grandes artistas estudiaban anatomía y si ponían un brazo así, tenían que saber qué músculos se resaltaban con el brazo en esa posición. Todo esto está allí, pero había una imagen primera y él procedió e hizo bosquejos. Los bosquejos de este artista todavía existen y se puede ver el proceso creativo, cómo fue de una cosa a la otra, a la otra, hasta llegar a ser lo que él finalmente hizo.

Entonces, él comienza, se delinean los músculos, asegurándose que reflejen con precisión las reglas de la anatomía. Se asignan las proporciones de los diversos miembros del cuerpo, las facciones distintivas del rostro, y usted puede ver el rostro de la madre, que usted lo examina, la inclinación del cuello, su mirada puesta sobre su hijo, la expresión casi como de asombro, de tristeza, el misterio que representa el cuerpo de su hijo, tantas cosas están expresadas allí. Y él tuvo que pensar en cada cosa de esas, que iba a ejecutar en el mármol. Y entonces cuando uno va imaginándose las cosas, uno va desarrollando la visión, ese territorio vago del comienzo se dividen sus partes y las cosas comienzan a cobrar forma, a adquirir nombre, a definir sus relaciones una con la otra. Y lo que al inicio era una idea vaga, comienza a definirse.

Y así ha pasado en nuestra vida con cosas que tu has logrado en tu vida. Un día tuviste una impresión de algo y querías lograr algo; quiero estudiar, quiero manejar, quiero comprarme una casa, quiero aunque sea sacar un oficio, y tu te lanzaste, te pusiste y lo lograste, pero tuviste que comenzar a aplicar a un sitio, tocar puertas, leer, estudiar. Lo más difícil es ir de simplemente una imaginación a la acción concreta, comenzar punto por punto, iniciativa por iniciativa hasta que algo se convierte en una realidad.

Y cuando tu inicias el proceso, cuando te atreves a dar los primeros dos o tres pasos, el proceso comienza a jalarte y se abren cosas que tu no imaginabas y entonces vienen ayudas a tu. Lo que tu necesitabas era lanzarte, dar el primer paso de fe, y entonces tu desatas una serie de elementos que comienzan a hablar a tu vida y te jalan y te ayudan y te empujan desde atrás para que sigas adelante. Eso es maravilloso. Lo bello que es eso cuando tu te atreves, al inicio entonces comienzan a hacerse más fácil las cosas. Lo más difícil es romper la inercia.

Un ferrocarril allí plantado, qué difícil es el primer movimiento, el primer jalón, después comienza poco a poco y va ganando energía e ímpetu hasta que corre con una velocidad irresistible.

Entonces sabio es aquel creador, aquella persona que no se conforma con proceder de una visión a medio formar, sostenida solo en la mente, sino que la define y la plasma en el papel aunque se permita revisarla múltiples veces a lo largo del camino. Porque muchas veces tu comienzas con algo y terminas en otra dirección pero está bien, porque ese es el proceso creativo. Tu descubres cosas según vas en el camino y vas ajustando la visión.

La Biblia nos dice que tenemos que escribir la visión. Escribe la visión. Tenemos que registrarla, escribirla, marcarla, establecerla fijamente en nuestra mente. Y Habakkuk, de nuevo, añade:

“… escribe la visión y declárala en tablas…”

Tenemos que declarar nuestras visiones. Muchas veces tendremos que declararlas con nuestra boca. Hay que declararlas ante un público, ante una esposa o nuestros familiares, tienes que pronunciar con tu boca las cosas que Dios ha puesto en tu corazón, las metas y proyectos que te has comprometido a alcanzar.

Al declarar nuestras visiones nos amarramos a ellas. Las sacamos del terreno de lo meramente subjetivo, conceptual y nos comprometemos, adquirimos compromiso. Le damos mayor seriedad a nuestros sueños cuando los ponemos a caminar sobre el terreno público, cuando los anunciamos ante la comunidad circundante. Y le digo, si usted hace eso, hágalo ante gente que no le vaya a matar su sueño, porque hay personas que no saben soñar, no pueden soñar, son pesimistas, son derrotistas y cuando usted les dice que usted tiene una visión le van a decir, “No, muchacha, eso es imposible, ¿cómo se te va a ocurrir eso? esos son sueños vanos. Nadie de tu familia ha hecho eso, en nuestra comunidad nadie se ha atrevido. No, busca algo más pequeño.”

Si es una visión de Dios y está dentro de su marco de referencia, anúnciesela a gente que sueña también, gente que la anime, gente que pueda decirle, “Sí, tu puedes hacerlo.” Nunca eche sus perlas a los cerdos porque le van a matar la visión y eso no es bueno. Pero hay que anunciarla, hay que declararla en alguna manera, hay que escoger momentos porque les damos mayor seriedad a nuestros sueños y este acto atrevido nos impulsa hacia la acción y le añade un sentido de urgencia y seriedad a nuestra empresa.

Habakkuk dice, “…declárala en tablas para que corra el que leyere en ella…”

En otras palabras, para que se guíe la persona que lea la visión, que vas a ser tu primordialmente, para que esa gente sepa lo que tu crees o para que tu sepas lo que tu crees y entonces guíes tu visión. Porque llega un momento que una vez que tu escribiste tu visión, la declaraste, la concebiste concretamente en tu espíritu, entonces tienes que caminar en ella, correr en otras palabras en esa visión. Tienes que lanzarte a realizarla pieza por pieza, tienes que vivir dentro de esa visión y llevarla a su realización parte por parte a lo largo del tiempo. Necesitas dejar que adquiera vida propia, que te tome de la mano la visión y le imparta dirección y coherencia a tus acciones en la vida.

Tienes una carrera por delante y ha comenzado a elaborar un diseño, un bosquejo que te ha de guiar paso a paso hasta que la visión florezca plenamente y que llegue a su consumación total. En el mundo de los negocios se habla de alineamiento y se refiere a cuando una empresa ordena todas sus operaciones y sus inversiones a la luz de su visión y misión generales, y todo lo que se hace en esa compañía en el plano cotidiano, en las operaciones debe reflejar los propósitos más abarcadores de esa compañía.

Lo que no avance y complete esa visión fundamental debe ser desechado y reemplazado con iniciativas consistentes con la visión gobernativa. Por ejemplo, ¿cuántos han oído hablar de Pizza Hut? ¿Cuántos han comido Pizza Hut? Admítalo, yo sé que muchos de ustedes han comido pizza de Pizza Hut. Es una de las compañías más grandes de Estados Unidos. Ellos tienen una misión que dice, la visión de ellos es tener orgullo en hacer la pizza perfecta. Muchos de nosotros diríamos, “Bueno, yo creo…” pero ellos buscan hacer la pizza perfecta y proveer servicio cortés y útil en toda ocasión y esforzarnos para que todo cliente diga que va a volver. Esa es la meta y esa es la visión y eso anima, entonces ellos todo lo que hacen es dirigirlo, dentro de las limitaciones de producción masiva, a esa visión.

Ustedes saben, nuestra iglesia tiene una visión y una misión y tiene valores también que rigen nuestra vida. Cuando entra al santuario original, un día lo vamos a tener que escribir acá, usted verá que nosotros tenemos una visión y una misión también, y por eso quiero aprovechar un momento para que si usted no la conoce…

Yo lo que hice fue hace años atrás y hablé con los diáconos y con diferentes personas y cada vez que nos reunimos muchas veces los líderes, le leemos la visión para recordarla y yo siempre tengo que recordar esa visión y esa misión y esos valores. Todo está involucrado en esto porque son diferentes aspectos de la misma cosa.

Misión, promover la formación de discípulos. Cada palabra tiene para mí mucho significado y para nosotros debe tener aquí. Formación de discípulos, porque nosotros no somos simplemente visitadores religiosos de la iglesia. No, discípulos. ¿Qué es un discípulo? Mucha tela que cortar.

Promover la formación de discípulos radicalmente comprometidos con el Reino de Dios y llenos del Espíritu Santo. ¿Por qué usted cree que yo me tomo el tiempo de las jornadas y todo este tipo de cosas y les animo a ustedes a buscar del Espíritu Santo? Porque esa es una de las piezas.

Y nuestra visión, la otra parte, dice, esos discípulos deben ser capacitados para evangelizar, discipular y servir a otros por medio de una iglesia de excelencia, fundamentada en los principios de la palabra de Dios.

De nuevo, usted tiene que coger cada expresión de eso que yo acabo de leer y nosotros tratamos en todo lo posible… Si usted se pregunta por qué hace esto León de Judá, por qué se esfuerzas. Esa es la visión y lo que nosotros hacemos tratamos de alinearlo con eso.

Y la otra parte de nuestra meta, nuestra visión dice, queremos ser una iglesia ejemplar, para gloria de Dios, que sea un ejemplo para otros, que modele los mejores valores de la palabra de Dios y que esté fundamentada en los dones y en el fruto del Espíritu Santo.

Para mí es bien importante ese balance, dones y fruto. Porque muchas iglesias se van del lado de los dones solamente y se olvidan del fruto, el carácter de Jesús, los valores, las virtudes del carácter cristiano. Los dones y el fruto del Espíritu Santo mostrando excelencia en evangelismo, involucramiento comunitario, administración y capacitación de sus miembros para ser siervos efectivos de Jesucristo.

Yo podría predicarles diez sermones sobre esas pocas palabras que acabo de leer y todo lo que nosotros hacemos aquí, en León de Judá, debe estar o en su mejor situación está orientado hacia esos valores. Entonces tenemos valores fundamentales que deben… yendo más específico, hay que ser concreto, de pasión por el Reino de Dios, evangelismo, desarrollo de líderes, una mentalidad sobrenatural en el pueblo, la primacía de las escrituras, pasión por la excelencia, el involucramiento comunitario, el fruto del Espíritu Santo y tener ministerios transformadores que cambien el entorno, la sociedad, la cultura en la cual estamos.

En vez de nosotros conformarnos al mundo, que el mundo se conforme a los valores nuestros de la fe y del espíritu.

Yo creo que deben dar un aplauso al Señor aunque sea por ánimo, porque esa es la visión, eso está en nuestra página electrónica, de paso. Si usted va a la página electrónica y busca qué creemos o qué somos, oprima esa parte y usted va a entrar en muchas de las cosas que nosotros creemos y hay muchas declaraciones de nuestra vida.

Yo lo voy a dejar allí. Hay tanta tela que cortar. Esto es largo. Porque él habla también acerca de… “aunque la visión se tarde, aún por un tiempo, se apresura hacia el fin…”

Yo hablé hace un tiempo acerca de la paciencia, creo que prediqué un sermón sobre la paciencia y la determinación, eso está en la página. Y fue parte de este proceso porque cuando tu quieres cambiar en tu vida, cuando tu quieres vencer actitudes, heridas, deformaciones, adicciones, complejos, malos recuerdos de tu pasado, se va a tomar tiempo. Reprogramar el cerebro y reprogramar el espíritu se toma tiempo y usted tiene que mantener la visión allí, aunque tardare la visión, aunque se tarde el tu llegar a tu meta, sigue peleando por ella. No te des por vencido, tuviste un revés, pues nada, límpiate las rodillas, móntate en el caballo otra vez y sigue para adelante. Trata 10, 15, 25, 30 veces pero no te des por vencido, mantén tu sueño vivo, acarícialo, si te metiste en un callejón sin salida, da para atrás y coge otra calle hasta que llegues a tu meta.

Entonces, escucha la visión, pídele a Dios sabiduría, escribe la visión, declara la visión, camina conforme a la visión todos los días de tu vida y determina tus decisiones y tus hábitos cada día conforme a esa visión y ten paciencia hasta llegar a realizarla plenamente.

Estos son algunos de los valores más importantes de una vida exitosa, una vida fructífera. Y yo espero que en esta mañana tu en tu corazón le pidas, Señor, ¿qué tu quieres que yo haga? ¿Quién tu quieres que yo sea? ¿Qué transformaciones tu quieres que se den en mi vida? Y entonces abre tus oídos, abre tus ojos y ponte a esperar la respuesta, que no tardará, ella vendrá, te lo aseguro. El Señor al que pide le da, el que pide recibe. Amén.

Baja tu cabeza un momento y entra en la pantalla, prende el televisor interior ahora mismo y pídele al Señor que te hable y que resucite tus sueños. Si hay algún sueño que se te murió, quizás alguien aquí se le murió un sueño, tenía un sueño y como fracasó y se dio un golpe buscándolo dijo, “No, no voy a seguir con este sueño.” Resucítalo, entrégaselo otra vez al Señor. Quítale el polvo, límpialo y sométeselo al Señor otra vez y di, Señor, de nuevo yo voy a… y no dejes, mi hermano, que nada en este mundo te grite que no puedes. Porque la palabra bien lo dice, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Pero cree eso, esa es una buena visión, todo lo puedo, pero entonces ahora, ¿qué cosas yo puedo? Y ponle nombre a esas cosas que tu crees que no puedes. Ponle nombre y lánzate con paso firme, puede ser un paso de tortuga, pero no importa. Recuerda la historia de la tortuga y el conejo, la tortuga siguió y el conejo se aplatanó y llegó la tortuga. A veces se toma tiempo.

Te digo, mira, no importa que se tome tiempo, pero sigue con un paso de maratonista, seguro, hasta llegar a la meta. Padre, yo pido que mis hermanos y mis hermanas sean fecundados en esta mañana, sean impregnados por esta palabra que es viva y eficaz, esta palabra que sale de tus entrañas, de tu verdad.

Si tu palabra dice que es viva y es eficaz y que se mete dentro de nosotros y cambia y rompe cosas y configura las cosas según su contenido. Yo pido, Padre, ahora mismo que sea desatada la vida del espíritu dentro de mis hermanos y mis hermanas, la capacidad para concebir, para soñar cosas grandes, para emprender vidas fructíferas y productivas, Padre, que no nos quedemos en al atolladero porque tu no creas atolladeros, Padre, tu rompes atolladeros, tu rompes vayas para que el río corra y encuentre su camino hasta el mar. Y nosotros creemos que nuestra vida tu la fecundas hoy, Padre.

Oh, yo pido mis hermanos jóvenes, mis hermanas que ya han llegado a cierta edad, matrimonios que necesita renovarse, personas que están ahora con un mar delante de ellos y que necesitan lanzarse y creer que su barca no se hundirá porque tu vas en ella. Que esta mañana, Padre, tu nos llenes de una urgencia bien grande, un fuego en nuestras entrañas para volver a soñar y para emprender nuevas visiones, y que esta iglesia sea caracterizada por gente esforzada y valiente, gente que sepa que tu le has entregado la tierra que pise la planta de sus pies y que nunca podrán ser derrotados. Te damos gracias, Padre, en el en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Dios les bendiga mis hermanos.