Morar bajo la sombra del Omnipotente

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Vamos a la palabra del Señor en el salmo 91. Es un salmo precioso y yo lo recito muchas veces en mi tiempo de oración. Hace años que lo memoricé y ha sido una fuente de fortaleza para mi vida y quiero que meditemos en ese en esta mañana. Como parte también de nuestro… es bueno este salmo porque mata dos pájaros de una pedrada o le da vida a dos pájaros de un pedacito de pan solamente. Uno es que estamos hablando acerca de salud emocional, espiritual, cómo vivir vidas saludables y prosperar en medio de un mundo hostil y que necesitamos encontrar en la palabra del Señor consejos prácticos para tener una vida saludable.

Número 1 es como parte de esa serie, y en segundo lugar, los eventos que han afectado tanto el mundo este fin de semana, lo que ha pasado en París con estos ataques terroristas donde han muerto 120 y pico de personas y probablemente aumentará un poco más dado que muchas personas fueron heridas gravemente. Y este evento ha conmovido al mundo evidentemente por razones muy obvias, y también nos toca a nosotros. Y yo sé que llegamos a un servicio como hoy algunos se sienten un poco afectados naturalmente por algo de esta índole y pensamos en nuestra propia nación y las amenazas que hay contra ella también. Pero eso no es extraño ni a Dios ni a la historia de la humanidad, y la palabra del Señor tiene buenos antídotos, buenos remedios para el temor.

En el salmo 91 el salmista dice:

“…El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora, con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro…”

Por qué no nos ponemos de pie. Vamos a leerlo todos. Vamos a leerlo como una declaración de confianza en el Señor. Vamos a esperarnos unos a otros, vamos a hacerlo en unidad. Vamos a comenzar desde el principio y vamos a declararlo en el nombre del Señor con convicción en nuestros corazones y como una confesión de fe y de confianza en el Señor. Deje que el mensaje de este salmo penetre en su sensibilidad y de que destierre todo temor y toda angustia. Vamos a leerlo con voz firme, como un ejército que está declarando la verdad de Dios contra las mentiras del enemigo.

“…El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora, con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y alarga es su verdad, no temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos, porque has puesto a Jehová que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos, en las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisará, hollarás al cachorro del león y al dragón, por cuanto en mí ha puesto su amor yo también lo libraré. Le pondré en alto porque cuanto ha conocido mi nombre, me invocará y yo le responderé. Con él estaré yo en la angustia, lo libraré y lo glorificaré, lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación…”

Denle un aplauso al Señor. Amén. Eso es una promesa preciosa que Dios tiene para nosotros. Lea ese salmo y llénese de esa confianza que el salmista expresa a través de él. Hermano, quiero ahora entrar en la predicación.

Hermanos, el temor y la ansiedad son dos de los grandes enemigos del hombre en el siglo XXI, el hombre moderno. El siglo XX lo llamaban y todavía se aplica muy bien al siglo XXI, el siglo de la ansiedad. Hoy en día, la psiquiatría y la psicología y todo lo que tiene que ver con consejería es una industria billonaria porque hay tanta gente, las pastillas de dormir y los tranquilizantes y todas estas cosas, que son parte de la vida moderna, porque la ansiedad, el temor son cosas que sobrecogen y llenan la sensibilidad moderna.

El ataque terrorista que hemos presenciado en París el viernes ilustra esto, de que el terror, ese terror nocturno del cual habla el salmista en el salmo 91, el terror es parte de la cultura en la cual nosotros vivimos. De hecho, el terrorismo es un género que en realidad es más del siglo XX y finales del siglo XIX, el tiempo moderno, cuando viene la modernidad a la historia humana es cuando el terrorismo empieza en realidad a alzar su cabeza, como una técnica de desestabilizar sociedades.

Tenemos los primeros, los anarquistas en el siglo XIX, el anarquismo, querer crear desorden. Anarquía quiere decir eso, falta de orden. El uso del terrorismo como una técnica para desestabilizar las sociedades surge con la mente moderna también. Por ejemplo, la Primera Guerra mundial en 1914 fue iniciada por un acto de terrorismo, donde un miembro de la nobleza austríaca fue asesinado por un terrorista, un anarquista para provocar una conflagración, un conflicto entre las naciones de Europa. Y de hecho tuvo éxito y fue uno de los eventos que provocó, aunque había ya en Europa en ese tiempo era como un polvorín y la guerra se sabía que iba a venir en algún momento. Pero este ataque terrorista, este asesinato de ese miembro de la nobleza comenzó, fue como la chispa que prendió la Primera Guerra Mundial.

Y a través del siglo XX y en este tiempo el terrorismo ha ido creciendo y haciéndose como una parte de nuestra vida donde grupos muy pequeños, un solo individuo, por ejemplo, como vemos aquí en el ataque terrorista de Boston, hace un par de años, donde dos muchachos alocados prácticamente, sin ninguna conexión aparente con ningún otro sistema de terrorismo mayor, simplemente decidieron convertirse en dos armas que desestabilizaron nuestra ciudad. Recordamos el terror, Boston se trancó, se cerró, uno podía sentir el silencio que había en toda la ciudad como resultado de 2 personas solamente que podían tomar rehén a toda una nación.

Y los terroristas saben esto y grupos como ISIS cuando no pueden hacer lo que quieren, porque es una de las cosas que está pasando ahora en Medio Oriente, como ISIS comenzó… ISIS este grupo que ha iniciado este acto de terrorismo y que ha estado decapitando tanta gente y causando terror en todas partes del Medio Oriente. Cuando ISIS descubre que las naciones de occidente se arman en contra de ellos y han detenido su avance hasta cierto punto.

Ellos al principio surgieron tan sorpresivamente que agarraron a todo el mundo por sorpresa y se esparcieron rápidamente por Irak y por Siria, y ocuparon mucho territorio estratégico y ellos pensaban que ya iban a establecer el califato este que ellos llaman en todo el Medio Oriente y continuar con la conquista del mundo porque eso es lo que ellos quieren hacer. La mente musulmana quiere recuperar la antigua gloria que tenían durante los tiempos de Mahoma y cuando conquistaron una buena parte del mundo. Pero después pasó lo mismo, el occidente se puso las pilas y después de siglos de ascendencia y de conquista irresistible musulmana, finalmente detuvieron el avance del imperio arábigo.

Porque el islam y su deseo de conquistar el mundo no es algo nuevo. Siglos y siglos atrás casi lo alcanzaron, por eso usted ve en India, en el Medio Oriente, en Indonesia, en muchas partes de Asia, el islam existe, no solamente es en el área del Medio Oriente, porque el islam se esparció como un ejército de guerra y siempre islam se expandió por motivo de la guerra, fue a través de la guerra subyugando naciones e imponiendo su imperio. Lo hicieron en Europa también. Hoy en día nosotros no hablamos árabe porque en el siglo XV los españoles detuvieron el avance hacia el norte del islam en una parte de España que no recuerdo su nombre, y ahí detuvieron y ahí fue como el freno. Hasta ahí se detuvo el islam porque ellos iban a seguir expandiéndose hacia el norte, hacia Francia y otros países.

Entonces, el mundo occidental, y estas cosas las digo para que ustedes estén también un poco informados acerca de todas estas cosas, porque pensamos, esto es algo nuevo. No, esto viene ya de siglos y siglos atrás. Entonces, islam, el mundo árabe era en realidad la aristocracia del mundo, era el Estados Unidos de su tiempo. El mundo islámico había adquirido un poder increíble y una cultura totalmente deslumbradora. Pero se detuvo y occidente, que era conocido entonces como los bárbaros comparados con islam, comenzó a armarse y a usar la ciencia y la tecnología y pudieron detener el avance islámico. Y entonces islam entré, y el Medio Oriente entró en un tiempo de gran oscuridad y de gran falta de progreso tecnológico e intelectual, hasta ser hoy en día un mundo bastante primitivo, hay que decirlo de esa manera, en muchas formas, pero siempre han querido recuperar ese orgullo, esa gloria antigua, y resiente.

El resentimiento es uno de los elementos claves en la mentalidad musulmana y árabae. Comienza con Ismael, el primero hijo de Abrahán, de donde descienden los árabes. Ellos saben que así es. Por su envidia que le tienen al segundo hijo, que es Isaac, de donde vienen los judíos y ese celo, esa envidia, ese sentido de rechazo es lo que está en el corazón del islam y en el corazón del mundo árabe, es el resentimiento, la baja autoestima, el sentido de ser despreciados por el mundo.

Si usted se deja gobernar, hermanos, por los celos, la envidia, el rencor, el sentido de ofensa, a usted le va a pasar lo mismo que le ha pasado al mundo musulmán, que es un mundo poseído por el odio y mientras más odian, más odio generan y más se matan entre sí y más se comen entre sí y más incapaces son de progresar, porque en el corazón de esa cultura está la rebeldía, está el odio, está la envidia, está el resentimiento del progreso y las bendiciones de los demás.

La sanidad del pueblo musulmán estriba en perdonar y olvidarse del odio y del rencor y buscar la reconciliación pero no quiero hacerlo y por eso van a continuar sembrando odio porque el odio siembra más odio y más rencor. Y lo que tenemos hoy en día es una cultura que está tratando de resolver… todos estos grupos que son tan fuertes como ISIS y otros grupos así, tratando de recuperar la antigua gloria que perdieron hace 7 siglos prácticamente y volver otra vez, y el fundamentalismo, la idea de que muchos de estos hombres que al regresar a los fundamentos originales del Corán y lo que le dio la gloria original a Mahoma y sus guerreros al conquistar el mundo, que tienen que volver a la antigua senda en un sentido. Ellos son tan fundamentalistas como nosotros. Nosotros vamos a volver a la senda antigua, ellos están diciendo lo mismo, tenemos que volver al Corán, tenemos que volver a los fundamentos de nuestra religión y de nuestra fe.

Por eso es que yo no me suscribo a lo que dicen que el islamismo no es una religión de violencia. Es una religión violenta y estos hombres lo saben y por eso quieren regresar a la violencia que le dio su gloria original, al islam, y por eso matan de la manera en que matan y usan la violencia como un arma porque en el corazón hay resentimiento, hay odio, hay rencor, hay envidia y hay sentido del ojo por ojo y diente por diente. Esta gente vive todavía en el Antiguo Testamento.

Muchos dicen, bueno, el cristianismo también tiene su violencia y miren allí todas las cosas… Sí, es cierto pero lo que tiene también el cristianismo es que tiene el Nuevo Testamento y el Antiguo que dialogan entre sí los dos. Hay mucha violencia en el Antiguo Testamento, es cierto, pero Cristo vino precisamente a darle una perspectiva más completa del corazón de Dios a la humanidad. Y cuando Cristo, ustedes han oído que se viva ojo por ojo y diente por diente, refiriéndose al Antiguo Testamento, pero yo os digo, amen a los que le persiguen, bendigan a los que los maldicen, tengan misericordia, gracia. Entonces, yo encuentro en las páginas de la Biblia, aunque sí hay cosas de violencia porque era un tiempo de la humanidad… pero Dios siempre ha querido llevar a la humanidad a través de un proceso de crecimiento y desarrollo. Y Cristo vino a traer la revelación perfecta de Dios al hombre y entonces por eso habla tanto durante el Nuevo Testamento del amor, de la gracia, la misericordia, el perdón, la paciencia, el fruto del espíritu, la benignidad, la bondad, la paz, estos valores que son los distintivos del cristianismo.

En la Biblia antigua, en el Nuevo Testamento, hay una complejidad y un matiz que no lo hay en el Corán. Toda la revelación, toda la palabra, que es lo que nosotros tenemos que ver, los diferentes textos de la Biblia hablando uno con el otro, matizándose mutuamente, es lo que nos da esta síntesis que es finalmente el cristianismo, que es una religión, una fe de gracia, de amor, de misericordia, aunque también tiene sus elementos históricos en el pasado, y tampoco elimina totalmente el uso de la violencia, porque vivimos en un mundo caído, en un mundo pecaminoso también, y hay un lugar para la violencia también, pero no la violencia vengativa, sanguinaria que nosotros vemos manifestada en ISIS y en muchos del mundo musulmán y el mundo árabe.

Me he ido muy lejos pero solo quería… eso es de ñapa, no les voy a cobrar por eso que estoy hablando ahora para ustedes, pero es bueno entender estas cosas para comprender dónde estamos y podríamos hablar mucho más de eso para entender que esto tiene su historia. Esto no es nada nuevo, la violencia es una realidad del mundo y de la historia del hombre solo que hoy en día se está manifestando en una manera muy concentrada, y esto es parte del cumplimiento también de los tiempos.

¿Pero todo esto del terrorismo y de lo que está pasando en el mundo es parte de un plan de Dios? Quizás no voy a llegar a todo lo que quería decir acerca de una palabra de confianza y de fe, pero también quiero decirles porque esto es muy importante, es que yo creo que también Dios está permitiendo el islán y el terrorismo islámico para disciplinar las naciones modernas, para recordarles también de su fragilidad y para humillar esa altanería que tiene el hombre secular, racionalista moderno y que cree que su tecnología le depara tranquilidad y paz y que puede prescindir de Dios para su bienestar.

Siempre uno ha visto esto, que Dios usa y Dios permite. Le voy a decir Dios usa, porque no quiero disculpar a Dios, Dios usa estas naciones ásperas y brutales y violentas para disciplinar a su gente. Usó a los asirios, usó a los babilonios, usó a todas estas naciones que vemos en Antiguo Testamento para disciplinar a su pueblo y para traerlo a un conocimiento y a una confesión de su necesidad de Dios.

Yo creo que en este tiempo, en el siglo XXI islam está siendo usando como el martillo de Dios contra Europa y contra naciones como Estados Unidos, arrogantes y llenas de orgullo racional, para recordarles de su fragilidad inherentes. Y vendrán muchas cosas más en este tiempo. Tenemos que prepararnos para muchas cosas, pero no llenarnos de temor ni de terror. Tenemos que vivir vidas confiadas, hermanos, salga a la calle. No quiero sonar como el Presidente Bush, compre, como en aquel tiempo que dijo que papá, vamos a comprar. No, no tenemos… pero sí vivamos vidas naturales, normales, no se deje jamás aplastar por el temor, porque estas son cosas que tienen otro trasfondo.

Dios está usando, Dios está en medio de la historia. Dios se está moviendo en medio de la historia. Dios está en control de la historia, y estas cosas que están pasando son parte de un proceso de Dios para disciplinar a las naciones. Francia es una nación totalmente secularizada, arrogante, orgullosa. ¿Cuándo usted ha escuchado a ese presidente mencionar a Dios en uno de sus discursos aún en este tiempo? Es una nación secular. Francia tiene una sangre terriblemente racionalista y Dios está martillando a esas naciones, liberales, y los va a obligar a abandonar muchos de sus principios liberales para poder protegerse porque islam es una plaga, es una peste que ha entrado a esas naciones y Dios ha cegado, yo creo, a muchas de estas naciones acerca de las cosas de su bienestar para que todavía hacer más difícil. Porque ahora el islam está metido en el corazón de Europa y no lo van a poder sacar. El mundo musulmán está allí metido y esa gente odia el occidente. Van a seguir haciendo sus cosas, sus marrullerías.

Se requiere una fortaleza, se requiere un occidente fuerte y Europa desgraciadamente no lo es, porque han abandonado la fuente de la fortaleza moral y espiritual que es Dios. Otra pieza que me voy por otras áreas.

De nuevo, ese ataque terrorista en París el viernes ilustra muchas de estas cosas. Como nunca nosotros sentimos la fragilidad de la vida en el siglo XXI, los peligros que están alrededor de nosotros, las muchas cosas que están fuera de nuestro control. Hoy en día todos estamos bien informados acerca de los gérmenes, los virus, las muchas enfermedades que hay en el mundo, la violencia que hay en la ciudad, las gangas, las maras aquí en la misma ciudad de Boston, en la nación de Estados Unidos, a cada rato en las noticias, mientras cenamos, vemos que fulanito mató a 30 personas, que en una universidad se metió un hombre y mató a 30 estudiantes, que hay un francotirador en una torre disparándole a jóvenes en una universidad. Eso es parte de nuestra dieta diaria.

Las guerras en el mundo las vemos continuamente en las noticias. Los peligros del clima que supuestamente van a destruir el mundo, el hielo del norte que se está derritiendo, el terrorismo, las fluctuaciones de las economías, los rumores de depresiones económicas y de desastres económicos, eso es nuestra dieta. Como nunca necesitamos el mensaje de la palabra de Dios, de que los hijos de Dios podemos disfrutar de un sentido de seguridad, de permanencia, y protección que otros que no conocen a Dios no pueden disfrutar de él.

Y eso es lo que yo veo en este salmo. El salmista dice en el salmo 91 que el que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Hay varios puntos que yo veo en este salmo. Lo primero que veo es que dice que el que habita. Deténgase un momento sobre la palabra habitar. Habitar quiere decir, el que mantiene su mente, el mantiene su corazón, su vida fijado, centrado en Dios, en su palabra y en su Reino. Habitar para mí, al abrigo del Altísimo, quiere decir eso, como permanecer dentro de. Y yo creo que no es tanto físicamente, aunque Dios nos rodea en todo, pero es la persona que mantiene su mente, su pensamiento, sus valores, sus afectos centrados en Dios, en su palabra, en su Reino, en su enseñanza, en su poder, en su persona, el que medita continuamente en esto, entonces puede gozar de ese sentido de la protección divina, esa seguridad, esa confianza en medio de las amenazas de muerte alrededor de nosotros.

Solo por ese continuo permanecer, ese continuo habitar, meditar en las cosas de Dios podrá nuestra mente llenarse del sentido de la presencia divina y promover en nosotros el sentido de confianza y seguridad en él. Cuando usted no pueda decirle a su mente, “mente, estate tranquila, quiero dormir, detén este temor, esta ansiedad,” deje de maldecir la ansiedad y concéntrese en Dios. Busque un buen salmo y recítelo. Ponga una buena música que le recuerde el amor y la paz de Dios. Cuando su cabeza no le deje dormir ore y usted verá como llegará un momento en que usted se duerme y ni sabe cuándo se durmió.

En muchas ocasiones yo me he sentido así como ansioso y lo que hago es en vez de estar dando vueltas aquí en la cama, oro. Óigame, y yo no sé, pero para mí el orar es mejor que cualquier pastilla de dormir, eso es como que no falla. Unos minutos después pierdo la consciencia y no me recuerdo cuándo me dormí. Y yo creo que parte es porque cuando usted está orando y usted está manteniendo su mente en el Señor, las endorfinas y todos los químicos que inducen paz comienzan a fluir, esas declaraciones de las cosas buenas y positivas del Reino de Dios comienzan a obrar en su química, fisiología y aquietan su espíritu, porque usted está morando, habitando en la presencia. Ese continuo permanecer.

Me gusta la palabra de Isaías 26:3, un versículo que también me he memorizado. De paso, una de las cosas más bellas, si usted quiere tener paz en su corazón y su espíritu, memorícese buenos versículos de la palabra de Dios.

Dios me está hablando últimamente acerca de memorizar más la Biblia porque esos versículos usted no tiene que ir al Ipad, no tiene que ir a la Biblia, usted lo tiene allí, van a estar corriendo en su subconsciente. Hay un versículo en Isaías 26:3 que dice;

“…Tu guardarás en completa paz – digan todos completa paz – a aquel cuyo pensamiento en ti persevera…”

Cuando su mente quiera como un animal salvaje despojarse detrás de la ansiedad, jálela y céntrela otra vez en Dios. Mantenga sus pensamientos en el Señor. Si usted puede meditar en algo, medite en Dios, medite en los valores del Reino de Dios, medite en cosas buenas. ¿En qué tu pasas tu tiempo? ¿En qué tu inviertes tus pensamientos? Invierte tu vida y tus pensamientos en cosas positivas, que te llenen de la paz de Dios, que te edifiquen espiritualmente, que te fortalezcan espiritualmente.

Muchos de nosotros padecemos de tanta ansiedad, no siempre, porque eso es bien complejo, pero muchas veces porque estamos llenando nuestra cabeza de todas las cosas. Antes de acostarnos vemos las noticias, que mataron a 300 en tal sitio, que hay una guerra en tal lugar, entonces apagamos el televisor y nos vamos a dormir. Imagínense. ¿Qué es lo que está pasando en nuestro subconsciente? Medite en cosas positivas para que su mente vaya bajando las revoluciones por minuto y usted esté listo entonces para entregarse al sueño.

Pero es importante eso de perseverar, de mantener nuestra mente, nuestro pensamiento en el Señor. Por el uso de la palabra también…

Una segunda cosa, número 1, concéntrese, manténgase, habite, permanezca en los valores y en las cosas del Reino de Dios. Lo segundo que yo veo aquí, dice, el que habita al abrigo ¿de quién? Del Altísimo, morará bajo la sombra ¿de quién? Del omnipotente. Son dos palabras bien fuertes, Altísimo, omnipotente. Son dos palabras que hablan acerca del gran poderío de Dios.

Por el uso de estas palabras el escritor ya da a entender su alto concepto de Jehová, de su poder, de su superioridad sobre toda otra fuerza. La gente que se deja intimidar tanto por lo que está pasando en este tiempo, yo creo que parte es porque ha quitado su mirada del Dios que gobierna la historia, el Dios que está en control de ISIS, está en control de Estados Unidos, está en control de Francia, está en control de África, está en control de todos los continentes.

La Biblia dice que la tierra es como una bolita en las manos de Dios. De hecho, dice que la tierra es el estrado de sus pies, Dios es el Señor de la historia. Estos hombres pueden hacer lo que les de la gana pero al final tiene que meterse dentro del plan de Dios y Dios está en control de todo lo que está pasando, nada de esto es por accidente. Dios está llevando toda esta economía mundial y la historia humana y todo, nosotros sabemos que Dios lo está llevando todo hacia un final y nosotros somos testigos de eso. Y ¿sabe qué? Somos parte del equipo que gana al final de la novela. Eso es lo lindo, que Dios está en control de todo y usted tiene que mantener su mirada puesta en un Dios de poder, un Dios que controla la historia.

Es importante estar saturado del sentido de la gloria, el poder, la magnificencia del Dios que nosotros servimos. Piense cada día en ese Dios poderoso que usted tiene. Llene su mente del Dios que está en control.

El salmista dice en otro salmo, “mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.” No es cualquier Dios, es el Dios que creó el universo. Yo veo muchas veces en la escritura esta invitación a cuando estamos en problemas, en tribulaciones, en angustia, de poner la mirada sobre el poder de Dios y concentrarnos en ese poder de Dios porque el diablo lo que quiere que tu te fijes es en el poder de él y lo que él está haciendo, cómo está meneando la cola contra ti. No, fíjate en Dios y dile a él que se vaya para allá a hacer lo que él siempre ha hecho. Olvídese de él. Bendiga a Dios e invoque el poder de Dios sobre su vida.

Una y otra vez yo veo esa invitación de la palabra a olvidarnos de nuestra fragilidad, poner la mirada en el poder de Dios. El salmo 40 dice:

“…No sabéis, no habéis oído, nunca os lo han dicho desde el principio – una palabra retórica – no habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó, él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas. Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Él convierte en nada a los poderosos y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana…”

Ningún presidente, ningún primer ministro, ningún rey está en poder del mundo. Dios está en poder. Son minúsculos, son insectos delante de la presencia y el poder, comparado con el poderío de Dios.

“… como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra, tan pronto como sopla en ellos se secan y el torbellino los lleva como hojarasca…”

ISIS, Al Qaeda, todos esos grupos van a decaer, van a desaparecer. Vendrán otros pero no son eternos, no son tan poderosos como uno lo puede ver. Al Qaeda era la gran cosa hace unos años y ya hoy en día no se habla tanto ni siquiera de Al Qaeda. Ahora el nuevo pistolero es ISIS. Y el diablo nunca se va a cansar de hecho, de tirar otras cosas. Por eso es que no podemos dejarnos distraer tanto por sus artimañas.

En ese mismo salmo hay un versículo muy bonito, el versículo 27, salmo 40 que dice:

“…¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel diciendo ‘mi camino está escondido de Jehová y de mi Dios pasó mi juicio’?”

Nunca dude, nunca se suma en las preocupaciones y el temor y el terror diciendo, oh, Dios me ha desamparado o va a pasar esto, desastre. Dice:

“…¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio y su entendimiento no hay quién lo alcance…”

Ese poderío de Dios, nunca te sumas en la desesperación y el temor. Pon tu mirada en el Señor, él es el infinito y ese poder infinito de Dios que ha sido a favor de nosotros, eso es lo que garantiza nuestra seguridad. Así que dos cosas ahí, tiene para batallar contra el temor, la ansiedad, la angustia. Número 1, mantén tu mente, mantén su pensamiento, mantén tus emociones centradas en Dios siempre. Medita en la palabra, los valores, los sonidos, las armonías del Reino de Dios. Y en segundo lugar, llénate de ese sentido del gran poder de Dios, cultiva ese sentido del poderío de Dios. Lee y medita para que tu mente se llene de ese sentido de Dios poderoso que tu tienes, que puede protegerte de cualquier mal, no importa cuán poderoso pueda parecer.

Número 3, otro punto que yo veo aquí en este salmo es que el poder de la confesión positiva en Dios. Por eso es que cuando estamos aquí y yo decidí que cantáramos ese coro “Yo tengo voz en mi alma” muchos de ustedes, lo que menos tienen es gozo en su alma en un día como hoy, algunos de ustedes por lo menos, no quiero ser exagerado tampoco. Venimos un poquito apagados, con razón por lo que sentimos. Y algunos se puede sentir como que es violento, yo mismo a veces siento, es violento. Yo tengo gozo en mi alma en este momento puede parece como irreverente inclusive.

Pero ¿sabe qué? Yo he aprendido en la vida que precisamente una de las cosas que debemos hacer cuando tenemos temor, angustia, tristeza, es usar la confesión de la palabra de Dios para ir en contra. Yo no puedo gobernar lo que está pasando en mi interior pero puedo gobernar lo que mi boca dice, puedo gobernar el tipo de música que yo voy a escoger tocar en mi casa cuando estoy deprimido o triste, puedo gobernar lo que voy a hacer, si me quedo metido en la cama o me doy un salto y me tiro a la bañera para echarme un baño de agua que me despierte y me ponga otra vez a funcionar en el mundo.

Yo digo que hay dos tipos de evangélicos en el Reino, hay un tipo de evangélico, lo voy a decir con todo el respeto que yo pueda, hay todo un sector del mundo cristiano que su música, su adoración está condicionado al tiempo, a las circunstancias y por ejemplo, si algo terrible ha pasado… que celebran mucho. Es bien difícil de explicar esto matizadamente como yo quiero. Pero esa música, su música puede ser un poco lúgubre, un poco sombría. Cuando usted piensa, por ejemplo, en toda la grandiosa música de Bach y de Mozart y todo el mundo occidental, usted ve mucha de esa música en tono menor, grave, porque claro el mundo es triste y es sombrío, y mucha de esa música refleja el dolor del mundo.

Por ejemplo, un día como hoy lo más fácil sería cantar coritos apagados, de tristeza y coritos bien suaves. Yo quiero a veces tirar una pedrada al mismo diablo en la frente misma, con un buen coro pentecostal de esos rajatablas, crudo que violan todo mi sentido de racionalismo y de elegancia estética porque yo creo que esos pentecostales locos saben algo que muchos de nosotros no sabemos acerca del poder de decir las cosas en el nombre del Señor, brutalmente y abiertamente. Yo creo en eso, hermanos, y yo creo que muchas veces hay que declarar lo que Dios es aunque tu corazón no lo sienta.

Métete un choque eléctrico cantando un corito que te asuste cuando salga de tu boca y eso te va a ayudar a despegar y a cobrar el gozo del Señor. Yo creo en eso, hermanos. En vez de tirarme a cantar algo apagado y triste, eso tiene su lugar evidentemente. Hay momentos que también hay que declarar la cosa de Dios en medio de tu tristeza, tira una pedrada al diablo con un buen coro pentecostal.

¿Por qué digo esto? Porque en este salmo el salmista dice, “diré yo a Jehová,” ese ‘diré’ me habla a mí del poder de la palabra positiva. Tenemos que aprender a hablar con confianza y a declarar cosas positivas sobre nuestra vida y nuestra mente, como un antídoto contra el temor, aunque sintamos todo lo contrario. Esto le envía un mensaje positivo a nuestro cerebro, a nuestra neurología y a nuestras emociones y calma la ansiedad y el temor. Sí, puede parecer violento, como una medicina te sabe agria o amarga muchas veces cuando te la tomas, pero tu organismo reacciona.

Por ejemplo, el salmista en el salmo 42, “¿Por qué te abates, alma mía y te turbas dentro de mí? Espera en Dios porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.”

Él está abatido, está triste, está turbado, está deprimido pero dice, espérate, yo no puedo seguir así. Alma mía, neurología mía, emociones mías, ¿por qué están así? Esperen en Dios porque yo sé que en algún momento yo voy a salir de esto y aún he de alabarle y voy a decir, salvación mía y Dios mío.

Cuando estés metido en tu depresión, en tu tristeza, en tu lucha, en tu temor, di, yo voy a salir de esto, no te veas condenado a quedarte allí entonces te hagas una tienda allí todo lúgubre para habitar dentro de tu tristeza. No. Di, yo voy a salir de esto en el nombre del Señor. Yo no moriré, yo viviré y declara la bondad… y háblale a tu alma, háblale a tu mente, háblale a tu cerebro, ¿por qué te abates y te turbas dentro de mí? Espera en Dios. Usted tiene que decirse eso muchas veces en su vida. Espera en Dios, aunque se tarde espéralo porque él va a venir y él va a cumplir su promesa. Usa tu boca, háblale a tu mente, háblale a tu corazón, háblale a tus emociones, pelea, no te sometas a la depresión, no te sometas al temor. Eso es lo que el diablo quiere. Declara con tu boca aunque tu no sientas las cosas, por fe y obra de esa manera.

Hay una cuarta cosa. Entonces también usar la confesión positiva. Centrar la mente en Dios, centrar la mente en el poder, la grandeza de Dios. Un cuarto punto, el salmista dice, “mi Dios en quien confiaré. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quien confiaré.”

Mi Dios. Tenemos que poner nuestra confianza en Dios y no en nosotros mismos. Esa es una parte de un solo mecanismo. Quitar nuestra confianza de nosotros mismos y ponerla en Dios, las dos cosas tienen que ir juntas. Quitar la confianza de ti mismo tiene que ser algo activo y determinado que tu haces. El distintivo de todo hombre, de toda mujer sabia es que no confía en uno mismo, está uno muy consciente de su fragilidad y de su debilidad. Es más, uno cultiva el sentido de fragilidad y de delicadeza ante la brutalidad del mundo en que habitamos.

Pablo dijo, “he aprendido que cuando soy débil entonces soy fuerte,” pues entonces me voy a gozar en las debilidades, en las afrentas, en los sufrimientos, los padecimientos. Hay algo poderoso en tu cultivar tu sentido de tu fragilidad y de poner tu confianza en Dios, porque al poner nuestra confianza en Dios la quitamos de nosotros mismos y la ponemos exclusivamente en él.

El hijo de Dios sabe que es una criatura perecedera y como un niño necesita la protección de su Padre en todo momento. Paradójicamente en el cultivo de nuestra propia fragilidad, el sentido de nuestra propia fragilidad, nuestra evanescencia, nuestra transitoriedad, – aquí tiene una palabra dominguera – al usted cultivar ese sentido de su propia fragilidad en contraste con el poder absoluto de Dios, en eso hay una gran protección y una gran fortaleza.

En el salmo anterior a este salmo 91, está el salmo 90 que también dice eso, porque ese salmo es una declaración del poder de Dios:

“…Señor, tu nos has sido refugios de generación en generación…”

Pero también hay una invitación a meditar sobre la transitoriedad y la fragilidad del hombre contrastado con ese poder de Dios. El salmista dice en el versículo 3:

“…Vuelves al hombre hasta ser quebrantado y le dices, “Convertíos, hijos de los hombres,” – más adelante dice el versículo 5, hablando acerca de la humanidad – “Los arrebatas como con torrentes de aguas, son como sueño, como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece y a la tarde es cortada y se seca…”

El salmista dice aquí, “con sus plumas…” es sorprendente esa imagen de Dios, “con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estará seguro…”

Una gallina. Yo sé que mucha gente se molestó hace tiempo atrás cuando yo hablé de la gallina. Ese sermón nunca se les va a olvidar a ustedes. Pero está en buena compañía, aquí a Dios se le compara con una gallina. Las gallinas pueden ser bastante feroces. ¿Usted ha tratado de quitarle un polluelo a una gallina? Muchos de nosotros tenemos picaduras que recordamos de esas gallinas, cuando usted trata de quitarle un polluelo. Las gallinas pueden ser feroces en su amor y su ternura para con sus polluelos.

Dice, “con sus plumas te cubrirá, debajo de su alas estarás seguro.” Es una imagen maravillosa del amor maternal de Dios que nos rodea, nos cubre, nos protege. Dios es feroz en su protección de sus polluelitos, que somos tu y yo. Y eso es importante.

El Señor Jesucristo habló también, dice, “oh, Jerusalén, Jerusalén cómo quise cubrirte” como una gallina cubre a sus polluelos. La tragedia de Jerusalén y de Israel es que siempre han sido demasiado autosuficientes. Mírenlos todavía, todo lo que están sufriendo allá. Y dice, “y no quisiste, y por eso ahora tu ciudad es dejada desierta y tus muros van a ser quebrantados.” Como pasó con Israel, con la destrucción romana en el siglo I.

Pero el Señor quiere cubrirnos como una gallina cubre a sus polluelos. El Señor te ama. El Señor te ama con amor feroz. Es importante también que meditemos en el amor de Dios para con nosotros. Cuando tu entras en el Reino de Dios, cuando te cobijas bajo las alas de Jesucristo, Dios te cubre con su amor maternal. Es un amor de madre el amor de Dios, no solamente de padre sino de madre también.

Cuando estamos poseídos por el sentido del gran amor de Dios para con nosotros, esto también se convierte en un antídoto contra la ansiedad y el temor y también se constituye en una fuente de poder y protección. Nuestra fe activa en el amor protector de Dios, atrae ese amor protector y lo hace real en nuestras vidas. Piensa en el amor de Dios y llénate de ese sentido, satúrate del sentido… Dios me ama, Dios es amor, de hecho, Dios te ama con amor invencible y él conoce tus luchas, él conoce tus padecimientos, él conoce tus lágrimas, él conoce tu ansiedad, él conoce tus pecados, él conoce tu debilidad, él conoce cada evento minúsculo de tu vida y él está contigo, él te ama, y él sufre contigo también, yo diría.

Cuando estás sufriendo no te preguntes dónde está Dios porque Dios está ahí al lado tuyo y dentro de ti sufriendo contigo, y quizás está llorando contigo también. El amor de Dios es un amor tan poderoso. Llénate de ese sentido del amor de Dios y Dios te ama y te amará, porque como el hijo pródigo aunque lo dejes y fracases y cometas errores, el amor de Dios nunca te va a dejar. Cuando te arrepientas estará ahí como el padre recibiendo al hijo pródigo, listo para envolverte otra vez en tus manos.

Una hermana me decía hoy mismo, la bendigo por eso, me decía, “Pastor, yo le amo tanto porque cuando yo dejé de venir a la iglesia mucho tiempo y volví…” vino a pedirme perdón, le dije, “Hermana, usted nunca… esta iglesia es siempre su iglesia, siempre va a ser su iglesia, listos para recibirla en cualquier momento.” Esa es mi política siempre. Yo no voy a estar aquí diciendo, oh, tu pecador, irredento, ¿por qué te fuiste? Ahora ven y siéntate en el último asiento 10 años. No, amén, bienvenido. Gloria a Dios, esta es tu casa, te amamos. Ven y reintégrate.

Yo creo eso, el amor de Dios es así. Podemos dejarlo por un tiempo, por lo que sea, pero el amor de Dios siempre es invencible. Está ahí con nosotros, está contigo. Ese amor te va a proteger ferozmente en todo momento.

La sexta cosa que yo veo en este salmo es que esta poderosa confianza que ilustra este salmo, esa confianza que yo veo aquí no es ignorante de la realidad del peligro y del poder del mal en el mundo. No es avestruz que mete la cabeza en la arena y se hace de cuenta que si no ve el peligro, entonces no existe. No. es una confianza informada, es una confianza inteligente que conoce, que habita en valle de sombra de muerte. El salmista está consciente de que el mal es una realidad muy poderosa alrededor de él. De hecho, nombra muchos tipos de males en este salmo del cual dice, Dios me ha de proteger de todos ellos.

Cuando nosotros declaramos esto no es que estoy ignorando, no, el mundo es un mundo terrible. Podemos salir y perecer allá afuera ahora mismo y eso es una realidad. Todo esto que yo estoy diciendo no ignora el hecho de que nuestra vida es una vida contingente y que habitamos en un mundo terrible. De hecho, el salmista habla aquí y dice:

“… no temerás el terror nocturno ni saete que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya…”

Habla también del león y el áspid: “… sobre el león y el áspid pisarás, sobre el cachorro del león y el dragón…”

Él se toma tiempo en ilustrar y enumerar todos los peligros que hay en el mundo. Y yo estoy seguro que cada uno si tuviéramos tiempo podríamos ver que cada una de esas imágenes es una imagen de aspectos del mal que se mueve en el mundo, el terror nocturno. Qué expresión más poética, más bella! El terror nocturno, las pesadillas, la ansiedad, ese corazón tuyo que se acelera cuando te despiertas a las 2 de la mañana y está latiendo que se quiere salir del pecho. El terror nocturno.

En esos tiempos en que el salmista se movía un ejército enemigo podía venir en la noche y coger una ciudad o coger una aldea, destruirla y matar a todo el mundo. El terror nocturno que se mueve de esa manera. La mortandad que en medio del día destruye, guerra, destrucción, un terremoto. La saeta que vuela de día, una saeta ciega, un cáncer que se desarrolla dentro de ti ciego, esa célula que se vuelve cancerosa no te odia, ni te ama, simplemente se le despistó algo y comenzó a reproducirse desobedientemente contra ti y te puede matar. Es una saeta que vuela de día ciega, puede llegar y pum… meterse dentro de las costuras de tu armadura, como le pasó al Rey Acab. Alguien disparó una saeta y se le metió a él ciegamente.

Y así pasa muchas veces, hay saetas en el mundo que se te pueden meter, pero dice, “no temerás” a esa saeta que vuele de día, la pestilencia, todas las plagas de nuestros tiempos, los virus, todas las cosas. El león, el cachorro de león, el áspid, el diablo, los demonios, los poderes destructivos que quieren destruir al hombre. Tu vas a pisotear, tu vas a caminar sobre ellos, tu vas a imperar sobre todos ellos.

Lo último con respecto a esto. Este salmo no constituye, por lo tanto, una promesa absoluta de que nunca sufriremos desastre o tragedia o enfermedad o algún tipo de mal o ataque físico o espiritual. Yo no estoy garantizando aquí que no vas a sufrir enfermedad o alguna tragedia, simplemente este salmo lo que hace es que señala que esa seguridad, esa confianza, esa defensa es lo que yo llamo la herencia natural y normal de los hijos de Dios. Para sí esa es la herencia básica. It is the default condition of the children of God.

Esa es la base, la plataforma desde la cual puede haber excepciones y de la cual puede salirse pero ahí es donde tu tienes que mantener tu mirada puesta. No te preocupes tanto por fulanito que le declararon cáncer, no te preocupes por fulanito que le chocó un carro, no te preocupes por aquel que le quitaron la casa, no te preocupes por aquel que tiene una condición diabética, que tu quites tu mirada del Dios que dice, “Yo estoy contigo. Yo amo, yo te defiendo, yo te declaro salud sobre tu vida.”

Porque muchas veces nos miramos todas las cosas que hay, porque entonces dejamos de orar, dejamos de declarar, dejamos de confiar. Yo creo que la postura básica, fundamental, normal de los hijos de Dios es suficiencia, salud, bondad, protección, cuidado, gozo, paz, esa es la herencia. Y por eso es que una y otra vez los salmistas y en toda la palabra de Dios uno ve eso, la promesa de Dios.

Piensa en eso, concéntrate en eso, y si llegara el mal a tu vida, si llegara el problema económico, si llegara la enfermedad, si llegara la tragedia, si llegara la pérdida, hay muchas otras cosas que también la palabra de Dios te promete que tu puedes hacer en ese tiempo. Y para mí una de las cosas más bellas de todas es que aunque lleguen estas cosas a nuestra vida, nuestra alma está segura con el Señor.

Si ahora mismo hay un ataque terrorista ahí afuera en la calle, mire, ya yo tengo mi pasaporte sellado, una cosa de la cual nosotros no somos, no somos indocumentados para el Reino de Dios. Tenemos todos los documentos en Cristo Jesús y eso debe ser una fuente de gran seguridad para nosotros, hermanos.

Si algo sucede porque sucede, porque pasa en este mundo lleno de maldad, yo estoy confiado en el nombre del Señor. Mi alma está segura, mi eternidad está segura con Dios. De algo me voy a morir, y en algún momento me voy a morir, pero yo tengo el seguro más grande de todos, la sangre de Cristo que me cubre y que me garantiza una existencia totalmente desprovista de toda contingencia en la eternidad.

Esa es la herencia de los hijos de Dios. Entonces, la Biblia dice que no temamos a los que pueden matar el cuerpo pero nada le pueden hacer al alma. ISIS no puede tocar tu alma. ISIS te puede quitar la vida y cortarte la cabeza pero no tiene un cuchillo que pueda decapitar tu alma. Eso está en las manos de Dios y cuando te decapitaran desde que se cortara tu cabeza, saldría vida para el mundo y tu martirio sería como el martirio de Cristo, y le daría más vitalidad al mundo. El diablo está vencido por dondequiera que menee la cola. Está derrotado completamente. Cristo lo derrotó totalmente, y nuestra fe, nuestra seguridad en Cristo, esa es la última carta que nos jugamos.

Si nos fallaron todas las demás cartas, la última es, mi vida está segura en Cristo Jesús. Si morimos para él morimos, si vivimos para él vivimos. Sea que vivamos o que muramos del Señor somos. Aleluya! Eso es precioso. ¿Dónde está el problema entonces? ¿Cuál es el problema, hijo de Dios? Confía en tu Señor. Amén. Y no permita que ningún diablo de este mundo te quite la mirada de ese Dios amoroso, poderoso, fiel que tu tienes, que te ama con amor eterno. Amén.

No le des importancia. Hay un grado de importancia a lo que ha sucedido pero llénate… y cuando estas cosas pasan levanta tu cabeza porque el día de tu redención está cerca. Ponte de pie. Dale gracias a Dios.

Oh, Señor, gracias. Padre, en esta mañana nosotros nos bebemos unas cuantas pastillas de tu gabinete médico de la palabra y decidimos paz en nuestros corazones. Recordamos a Francia, recordamos esas familias, Padre, que ahora mismo están adoloridas, que han perdido sus jóvenes. Señor, ten misericordia de ellos. Pedimos por esa nación francesa y nos dolemos con ellos y los bendecimos, Padre. Bendecimos los fundamentos mismos de esa nación y pedimos que sus líderes sean dotados con sabiduría divina para dirigir a su pueblo bien y que las iglesias en Francia, Señor, reciban palabra, los pastores, los sacerdotes, reciba palabra de Dios para su pueblo, esperanza y que esos líderes franceses puedan mirar hacia ti y recibir algo de nutrientes espirituales en este tiempo.

Que lo que el diablo ha querido usar para destrucción, tu lo tornes en vida para esa nación, Padre, que en su sentido de fragilidad puedan tornarse hacia ti y buscar de ti, Señor. Y pedimos también misericordia por esas naciones árabes musulmanas, que necesitan conocer al Cristo que nosotros conocemos, el único capaz de sacar de la miseria y la pobreza y la humillación.

Ten misericordia de ellos, Padre. Permite que haya un día de reconciliación y una toma de consciencia acerca de lo que verdaderamente asegura la prosperidad de las naciones, que no es el odio, no es la guerra, no es la muerte, no es la opresión, no es la explotación, sino el amor de Cristo Jesús que se dio en la cruz y que en su crucifixión desató el poder para la redención de la humanidad.

Hoy recibimos nuevas fuerzas de parte de tuya, Padre, ánimo, gozo, paz, esperanza, optimismo para el futuro. Gracias, Señor. Gracias porque tu estás en control de la historia y lo declaramos, vénganos tu Reino y que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo sin resistencia alguna, Padre. Bendigo a este pueblo, Señor, instala tu espíritu en ellos, en sus familias, en sus hogares. Gracias, en el en el nombre de Jesús. Amén. Les bendigo, mis hermanos. La gracia del Señor sea con ustedes.