A Dios no le interesa tanto tu comodidad como tu santidad

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Estamos hablando acerca del rol de la oración, el papel de la oración, la función de la oración con respecto a la salud emocional, la sanidad de nuestras heridas y el procesamiento adecuado de las tensiones, los dolores, las heridas, los traumas de la vida. Cómo prosperar, cómo vivir una vida abundante a pesar de los ataques y las luchas y las experiencias negativas que son, como hemos visto, naturales, son parte de la existencia humana en este mundo caído que habitamos. Pero aún dentro de esas experiencias difíciles el pueblo de Dios puede prosperar y puede decir, donde está el espíritu de Dios hay libertad. Si Dios es con nosotros, quién contra nosotros. Antes en todas estas cosas somos más que vencedores. Aleluya! Por medio de aquel que nos amó y se entregó por nosotros.

Nosotros prosperamos a pesar de todo, en medio de todo, podemos ser más fuertes cada día y usar las experiencias negativas de la vida para crecer. Yo hablaba con una hermana, déjenme entrar así con una introducción, esta semana en una sesión de consejería, no sé si ella está aquí, pero si está no voy a decir nada malo de ella, no se preocupen. Pasando por un período de mucho ajuste en su vida, en un país a otro, de una condición social allá a otra acá y todas las luchas, y cuando comenzamos a explorar su situación era evidente que Dios estaba usando el descenso social quizás que ella había experimentado y las tensiones de sentirse en una patria diferente, no familiar, a pesar de que tiene que estar acá con su familia.

Pero que Dios estaba usando todo eso para formarla, quebrantarla, expandir su alcance emocional, su range, expandirla emocionalmente, hacerla más como Cristo. Y era evidente que todo lo que ella estaba pasando era como un mensaje que Dios le estaba dando a ella, era como un ejercicio espiritual para que ella creciera en ciertas dimensiones de su vida, para hacerla más humilde, más realista, más sencilla, más tolerante y para que ella muriera a cosas que están muy dentro de ella y pudiera resucitar a una nueva vida en Cristo, más rica, más poderosa, más espiritual.

Y eso es lo que pasa, nosotros los cristianos podemos prosperar en medio de toda situación, no importa cuál sea, podemos usar las experiencias de la vida como un escalón para ascender en nuestro crecimiento espiritual, porque después de todo lo que a Dios más le interesa es que nosotros seamos configurados según la imagen de Cristo Jesús, que tu te parezcas más a Cristo cada día.

Yo digo a que Dios no le interesa tanto tu comodidad como tu santidad. Escriba eso antes que se le olvida, por favor, hasta rima. Ahí hay un título para una canción. A Dios no le interesa tanto que tu estés contento y cómodo y todo rico y entonces que te quedes como un niño. Lo que nos ayuda a crecer aún en la infancia, por ejemplo, un bebé si no tuviera conflicto no se desarrollaría cerebralmente, porque el conflicto es lo que te estimula tu cerebro para procesar cosas nuevas, diferentes, y así pasa con el crecimiento espiritual. Si todo te fuera bien, si no hubiera resistencia de ningún tipo en tu vida te quedarías totalmente inútil porque tus músculos no se desarrollarían. Uno tiene que estar perpetuamente levantando cosas, haciendo esfuerzos, moviéndose porque sino los músculos al no usarse se atrofian. Si usted está en la cama acostado todo el tiempo, no se queje después que no tiene energía.

Mucha gente cree que mientras más están en la cama más energía tienen. Es todo lo contrario. Tus músculos se te vuelven espaguetis. Si tu quieres tener energía muévete. Ahí tiene otra cosa, eso es gratis, no le voy a cobrar por eso.

Dios quiere que seamos saludables en todo y una de las maneras, hemos ya visto diferentes herramientas e instrumentos, una de las formas es por medio de la oración. Yo les he dado muchos principios espirituales, pero en última instancia hay una dimensión que nosotros tenemos que usar para ser sanados, fortalecidos. Hay herramientas meramente y puramente de índole espiritual, de intervenciones que nosotros tenemos que hacer, como la que hicimos aquí, la confesión positiva esta mañana.

A veces usted está deprimido y triste y lo que Dios quiere que usted simplemente se zafe de esa depresión, se tire de la cama, se ponga la ropa más bonita después de darse un bañito y perfumarse bien, se pone un poquito de pintalabios, si usted es una mujer, y que ponga buena música de adoración, cante al Señor, grite, celebre, dance, aunque le crujan los huesos. Y usted va a ver cómo esa costra de depresión se le va porque usted está usando un arma de guerra espiritual, la confesión positiva. Eso es importante.

Muchas veces el diablo lo que quiere es que usted simplemente se meta en le closet y cierre la puerta y no salga de allí porque está deprimido, o ponga una música funeral de Bach, o una misa solemne de… a mi me encantan pero no a veces cuando estoy deprimido. Cuando estoy deprimido lo que necesito es a Marcos Suito o un merengue, una cumbia cristiana o lo que sea. Porque eso lo que hace es que fortalece el mal que está en nosotros.

Hay armas espirituales, la oración es una de esas armas espirituales. Yo voy a hablar acerca de la guerra espiritual también más adelante. La oración, yo comencé hablando… vimos cómo una oración de una madre pudo liberar a esta jovencita de un demonio de homosexualidad, aunque siempre digo, no toda homosexualidad es causada por demonios, me curo en salud, no vaya por ahí alguien a salir en el periódico, ‘el Pastor Miranda dice que todos…’ No. A veces, en este caso, evidentemente era algo demoníaco y fue liberada por la declaración de autoridad de una madre desesperada y fue muy, muy bello ese momento y fortaleció mucho esta idea de que la oración…

Por eso, esta semana hemos estado orando y clamando al Señor, buscando ese poder de Dios en nuestras vidas, es bien importante que tu vivas una vida de oración. El Apóstol Pablo dice, ‘orad sin cesar,’ tenemos que estar orando en todo tiempo, dice también la palabra del Señor, orando con toda oración en todo tiempo.

En Primero de Crónicas, capítulo 4, no sé si ni siquiera voy a llegar a este punto, pero si no lo voy a hacer un sermón en sí. Primera de Crónicas, capítulo 4, versículo 9 y 10. Hay uno de los segmentos más misteriosos y bellos de todo el Antiguo Testamento. Hace años atrás yo he predicado acerca de Jabes, dice aquí que Jabes fue más ilustre que sus hermanos al cual su madre llamó Jabes diciendo, ‘por cuanto lo di a luz en dolor.’ Porque la palabra jabes quiere decir dolor, nace de una palabra hebrea, jausev, muy largo de explicar cómo se relaciona porque no suena igual pero sí tiene una explicación, dolor.

Imagínese usted pasar la vida por ahí con el nombre de ‘dolor’ yo me lo cambiaría el nombre inmediatamente que cumpliera 18 años, yo no sé usted, aunque me quitaran la herencia. Su madre lo llamo dolor en recordatoria de la experiencia terrible que ella había tenido cuando lo dio a luz, porque cuanto lo di a luz en dolor.

Y en el versículo 10 inmediatamente dice, que invocó Jabes al Dios de Israel diciendo, ‘Oh, si me dieras bendición y ensancharas mi territorio y si tu mano estuviera conmigo y me libraras de mal para que no me dañe.’

Y lo lindo de este pasaje es que dice que ‘y le otorgó Dios lo que pidió.’ Diga conmigo, lo que pidió. La Biblia dice que pedid y se os dará. El Apóstol Santiago dice, no recibís porque no pedís. Si usted no pide no va a recibir. Dios dijo, si tu pides recibes, pues entonces, ¿tu quieres recibir? Pide y molesta al trono, toca a la puerta de Dios continuamente. A Dios le gusta que lo molesten. A Dios le gusta que lo despierten bien temprano por la mañana, no es que él esté durmiendo, pero le gusta que lo primero que usted haga por la mañana sea ir a él y bendecirlo y decirle, “Papá, quería saludarte,” con su tacita de café.

Yo les he dicho antes que uno de mis recuerdos más lindos de mi infancia hace unos 10, 15 años atrás, es mi mamá por la mañana, cuando ella se convirtió al Señor, mi mamá se entregó con todo y zapatos al Señor, se entregó en la iglesia pentecostal, en República Dominicana y nosotros éramos chiquititos y yo recuerdo en mi cama oyendo a mi mamá sentada en la cocina cantando, ‘Por la mañana las aves cantan sus alabanzas a Cristo Salvador,’ y eso para mí ese recuerdo me trae gozo y alegría, porque como niño me encantaba oír la voz de mi madre cantando por la mañana, porque ella cogía su tiempo de oración, su tiempo de meditación con el Señor, y fue una mujer que se dedicó a la oración y a la lectura de la palabra. Yo tengo su Biblia última, porque usó varias Biblias y las gastó todas, y llena de apuntes, hojas todo maltrechas porque las había usado tanto. De hecho si su Biblia está nuevecita hay algo malo que anda por ahí. A mí me encanta ver Biblias abusadas.

Ayer yo tuve que pedirle a Meche que me ayudara porque le tuve que pegar tape a esta Biblia por todas partes y es una falta de su pastor, pero para mí justificación llamé para encuadernarla pero se toma 6 semanas para que la encuadernen y yo no me puedo separar de ella porque esta es mi Biblia de estudio, de predicación, así que estoy orándole al Señor que haga un milagro de alguna manera, porque no quiero cambiarla, ahí están mis notas, ahí hay tantas cosas, esta bibliografía espiritual en un sentido. Me encanta esta Biblia. Pero las Biblias tienen que ser trabajadas, hay que usarlas. Use su Biblia. No la tenga abierta en el salmo 23 como hacen los espiritistas. Úsela, cómala, coma de ella, deje que entre a su vida porque tenemos que pedir…

Javes pidió y Dios le otorgó lo que pidió. Tenemos que orar continuamente, insistir ante el Señor. Nuestro primer instinto cuando estamos en problemas debe ser inmediatamente ir al trono de Dios. Eso es lo primero, antes de ir al psiquiatra, antes de ir al médico, vaya al Señor, pídale y presente su causa delante de él.

No podemos cambiar, hermanos, nuestros defectos ni resolver nuestras experiencias dolorosas o deformantes por nosotros mismos. Necesitamos un poder que venga de afuera, una fuerza adicional que se una a nuestros esfuerzos y que aporte la energía crucial que necesitamos para completar la fuerza que se requiere para hacer retroceder el mal que ha querido posarse sobre nosotros, nuestra mente, nuestro espíritu, nuestra familia, nuestras finanzas, nuestra salud, nuestro entorno. Necesitamos el poder de Dios que haga la diferencia. Necesitamos esa intervención divina.

La oración remite en nuestra causa al Señor y atrae su favor y su mediación. Cuando entregamos nuestros problemas al Señor los sacralizamos, les añadimos una dimensión diferente. A mí mente viene la imagen de un rey del Antiguo Testamento, no recuerdo si fue Josías o Ezequías, el caso fue que él recibió una carta de un rey enemigo muy poderoso amenazándolo con venir a hacer una invasión si él no entregaba toda su tierra a este rey. Y lo que hizo este rey piadoso, cogió la carta, dice la Biblia, de este rey malvado y la llevó al templo y la puso a los pies del altar. Y esa imagen de traer nuestros problemas, traer nuestra situación, nuestra necesidad cualquiera que sea y entrarla en el recinto santo de la presencia de Dios, eso es la oración.

La oración es lo que hace que tu saques tu problema del medio simplemente humano y lo entres en el ámbito divino y por medio de la oración entonces tu haces a Dios tu socio, tu colega, tu colaborador en las batallas que tu estás peleando. Por eso es tan importante. Lo primero que la oración para mí logra es eso, es transferir la necesidad a la zona divina, donde debe estar.

Y otra cosa que digo acerca de eso, es que esto es aplicable a todas las dimensiones de la vida. Eso pasa con nuestras situaciones emocionales, hay luchas que todos nosotros tenemos en nuestra vida, hay ataduras de todo tipo. Quién no tiene alguna deformación en su vida, excepto yo quizás, pero todos los demás tenemos ataduras, problemas emocionales, dolores, situaciones que nos deforman, malos recuerdos, complejos de todo tipo, y todas esas son cosas que nosotros tenemos que transferirlas a la zona del espíritu y tenemos que presentarle al Señor estas situaciones continuamente.

Si usted está aquejado o perseguido por algún pensamiento negativo, algo que le trae dolor a su vida, una aflicción, una atadura que usted no quiere en su vida, algo que le trae vergüenza o sentido de culpabilidad o que quita su confianza cuando usted comparece ante el trono de Dios, presente eso delante de Dios y hágalo un tema de continua oración delante del Señor. Aplíquele energía divina a ese problema para que Dios lo vaya poco a poco reduciendo en tamaño.

Ustedes han oído hablar de radioterapia espiritual, digo que a veces tenemos que simplemente enviar radiación a los tumores emocionales y espirituales de la vida, día a día irlos reduciendo poco a poco hasta que desaparezcan. Quizás voy a hablar un poquito más acerca de eso más adelante.

La oración, número 1, moviliza los recursos del Reino a nuestro favor. Interviene entonces directamente en cualquier situación amenazante y lo cambia. En última instancia eso es, estás pidiendo que el poder de Dios entre en acción y destruya esa presencia, esa atadura, esa fortaleza que está dentro de ti. La palabra del Señor dice que las armas de nuestra milicia no son carnales, es decir, no son humanas, no son materiales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Y fortaleza quiere decir esos poderes, esas presencias, esas influencias que se han instalado dentro de nosotros como un destacamento del infierno y que desde adentro ejercen control sobre algún aspecto de nuestra vida y las armas de Dios, incluyendo a la oración, son poderosas para destruir esas fortalezas.

Porque para presencias espirituales dentro de nosotros necesitamos armas espirituales para expulsarlas. La palabra del Señor dice también que nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra principados y potestades, dice, contra las tinieblas de este siglo y contra huestes de maldad en los lugares celestiales. Simplemente, si está luchando con experiencias del pasado, con alguien que le hizo algún daño, con su medio ambiente de pobreza, con el gobierno que no quiere darle más dinero de welfare, lo que sea, ese no es su enemigo, el enemigo en última instancia son esos poderes que están debajo de todo eso.

Usted cree que ISIS en el Medio Oriente o Al Kaeda que está destruyendo y matando y cortando cabezas en público, usted cree que eso es puramente un fenómeno político, geopolítico o regional? No. detrás de eso hay poderes, hay principados y potestades totalmente demoníacos que se gozan en decapitar a una persona y degollarla y exhibir. Yo creo que parte de lo que está pasando en el mundo ahora mismo, este mundo que no cree en las cosas espirituales, hay poderes espirituales ahora que están llevando al hombre moderno contra la espada y la pared, a tener que abandonar muchas de sus pretensiones racionales y hay poderes espirituales que se están instalando en el centro mismo del ambiente mundial.

Esos son poderes demoníacos, los mismos poderes que degollaban a gente y que los sacrificaban a ídolos con fuego y los mataban y los sacrificaban sobre altares, los mayas, los aztecas, en África, en todos los países del mundo prácticamente han tenido sacrificios humanos, y hoy en día hay muchos diferentes tipos de sacrificios humanos. El aborto es uno de ellos, también todas estas cosas que están pasando, estos demonios están exhibiendo su poder usando hoy en día el internet, pero los demonios siempre están buscando la atención del mundo. Son poderes espirituales.

Desgraciadamente los políticos, los gobiernos solo pelean con el síntoma, pero no pelean con lo que está debajo que es la raíz espiritual y por eso Pablo dice, nuestra lucha en última instancia no es contra principios geológicos o geográficos o económicos o políticos. No, eso es simplemente la afloración superficial de algo que está muy por debajo, la verdadera causa es principados y potestades.

Y lo mismo pasa, nos hemos ido muy lejos, pero lo mismo pasa con nuestras situaciones emocionales y deformantes. Hay situaciones en nuestra vida que son como un destacamento del diablo metido dentro de nuestra psiquis y la oración es el poder que enlista la gracia de Dios para echar fuera estas cosas. Envía refuerzos para cambiar nuestra mente y esa guerra hay que pelearla en el espíritu porque son enemigos espirituales.

Yo voy a hablar mucho acerca de eso porque es más complejo que eso. Pero entonces una de las utilidades de la oración es que moviliza los recursos del Reino de Dios a nuestro favor.

Número dos, la oración también trae discernimiento y sabiduría a nuestras vidas sobre cómo obrar en una situación de dolor o crisis. Hay situaciones en su vida, por ejemplo, situaciones matrimoniales, o situaciones emocionales y usted ha buscado solución en muchas diferentes partes y muchas veces mientras usted está orando, Dios le va a dar una respuesta, una iluminación de cómo abordar ese problema y cómo salir del problema. Puede ser un consejo que venga a su espíritu. Puede ser a través de alguien que venga y le ilumine, le diga lo que usted tiene que hacer. Puede ser que Dios le revele el verdadero origen de lo que usted está pasando. Puede que venga una imagen, una impresión mental a su vida, pero la oración es un gran recurso para atraer sabiduría, discernimiento, consejo, estrategia de parte de sobre cómo proceder en la vida.

Yo dependo mucho de la oración y la iluminación del Espíritu Santo para todo esto de las construcciones. Hay tantas cosas, tantos problemas que nosotros hemos confrontado a través de casi 20 años de estar construyendo edificios y renovándolos radicalmente y es maravilloso cómo Dios si tu le pides, él te da sabiduría, estrategia sobre cómo mejorar tu matrimonio, cómo salir de tu problema, cómo administrar tus finanzas, cómo sanarte de las heridas que están en tu pasado. La oración como que afloja esas cosas que están ahí enmarañadas dentro de ti y petrificadas. Dios las va soltando y va con la oración… y Dios trae entendimiento a nuestra vida, estrategia. Dios es un dador de estrategias por excelencia, hermanos. Yo dependo de Dios para cualquier estrategia que yo necesito, cualquier problema que yo tengo, cualquier situación que yo tengo que afrontar, lo primero que voy es al Dios de las estrategias.

Para mí, uno de los nombre de Dios es el Dios de las estrategias porque continuamente yo lo veo dándome estrategias sobre cómo guiar mi vida, cómo guiar el ministerio, cómo resolver situaciones. Ahora mismo mientras yo estaba aquí formulando esto, okay, dame una imagen, Señor, de un ejemplo de cómo tu das sabiduría para bregar con problemas y mientras yo estaba aquí hablando me vino a la mente David, cuando iba a pelear con uno de esos grupos enemigos y David le dijo al Señor, “Señor, ¿por dónde los ataco? ¿Por aquí o por allá?” y Dios le dijo, “No, cuando tu oigas que el viento mueva los árboles, cuando oigas un viento moviendo los árboles – parece que él estaba en un bosque – cuando se comiencen a mover, ataca, porque yo te entrego al enemigo.” Tuvo que esperar ese momento en particular. Dios envió su fuerza y cuando él vio ese viento que era símbolo del espíritu de Dios dijo, entonces ahora mete mano y ataca que yo estoy contigo.

Estrategia. Dios da estrategia. Para mí la oración revitaliza tu mente, te da sabiduría. Pídele a Dios entendimiento. La Biblia dice que si alguien tiene falta de sabiduría, ¿qué debe hacer? Pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche y le será dada. La gente a veces se pregunta, “¿Pastor, cómo usted hizo, – no yo – cómo hicieron este santuario?” Siempre ponen a uno en frente, ¿cómo usted hizo este…? La gente cree que esta iglesia multimillonaria… ¿dijo ese niño amén? De la boca de los niños y de los que maman, gloria a Dios. Dios me está fortaleciendo. Yo ya les dije que pidan sabiduría al Señor.

La gente se pregunta cómo nuestra iglesia… hermano, es Dios dando sabiduría y proveyendo gente. Veo aquí a mi hermano Mario, sentado allí a quien yo respeto y amo tanto. Cuando nosotros estábamos aquí renovando ese primer santuario yo le pedí al Señor sabiduría y estrategia para hacer eso y Dios le dio a Mario, me dio a mí, a varias de las personas que trabajábamos en ese primer santuario, sabiduría. Teníamos a los arquitectos locos ya de cambiarle los planos y todas las cosas. Querían ya salir de nosotros lo más pronto posible porque Dios nos daba mejores estrategia que ellos mismos para hacer las cosas.

Yo le pedí al Señor específicamente la sabiduría que le dio a Betzalel y a Ahaliav en la escritura. Usted dice con qué se come eso. Son dos personajes de la Biblia. Lea su Biblia para que no tenga que preguntarse esas cosas. Cuando iba a construirse el tabernáculo Dios les dio a estos dos hombres, dice, sabiduría y conocimiento cómo hacer ollas, cómo hacer perfumes, cómo hacer telas, cómo construir el tabernáculo. Y yo dije, Padre, nosotros vamos a construir, necesitamos esa sabiduría.

Y yo les digo, hermanos, yo creo que Dios nos la dio y nos la ha dado a través de todo este tiempo y se la dio a Mario, y se la ha dado a Javier y a otros que trabajan en el santuario. Y así es que Dios hace. Dios da sabiduría por medio de la oración, porque yo le aseguro que eso yo lo baño continuamente. Todos los días sin falta yo tengo que ir ante el Señor y le doy la misma oración hasta que lo canse. Mi deseo es hartar a Dios tanto que diga, okay, te lo voy a dar, ya déjame tranquilo.

Por eso está la parábola de la viuda que molestó tanto al juez que el juez dijo, okay, ya para que no me colme la paciencia, le voy a dar lo que pide, le voy a hacer justicia. Es una ilustración. Dios no es así. Dios no es como un mal juez que usted tiene que cansarlo, pero a él le encanta que vengamos y toquemos a su puerta hasta que él dice, okay, aquí tienes, toma.

Para mí la oración es una fuente muy bella de sabiduría espiritual y para la estrategia que yo necesito para mí problema. Entonces, moviliza los recursos del Reino, trae discernimiento y sabiduría.

Una tercera cosa que hace la oración es que cambia nuestra perspectiva. A veces todo, como yo les decía esta mañana, todo lo que necesitamos es un cambio de perspectiva y eso hace todo, hace la diferencia. Porque muchas veces ya Dios está con nosotros, ya Dios cambió las cosas, pero nuestros ojos están tan cansados y tan atemorizados y tan aterrorizados por el problema que no vemos que ya Dios cambió las cosas y entonces seguimos enmarañados en el problema pero no porque Dios no lo haya cambiado sino porque nosotros no sabemos que ya Dios lo cambió. Y hay una ilustración acerca de eso en la escritura es cuando Eliseo y su siervo están rodeados por un ejército enemigo, Sirio, rodeados. De momento estaban en el bosque y comienzan a salir los caballos alrededor y se ven rodeados. Y el siervo de Eliseo comienza a temblar y a paniquearse. “Oh, ¿qué va a pasar? Está el enemigo alrededor de nosotros.”

Y Eliseo dice, “Señor, abre sus ojos para que pueda ver la realidad espiritual alrededor de ellos.” Y dice que el Señor abrió los ojos del siervo de Eliseo y el siervo de Eliseo se dio cuenta de que el ejército estaba rodeado a su vez por un campamento inmenso de ángeles. Ellos estaban protegidos. Pero claro, son cosas en el nivel del espíritu. Este hombre no era un hombre muy piadoso, pero Eliseo vivía en la presencia del Señor y podía ver los ángeles alrededor de él. Y entonces vieron esos ángeles, vieron ese campamento del ejército de Dios mucho más poderoso que otro ejército, me imagino que eso trajo descanso.

Y de hecho Dios dice que cegó al ejército sirio y Eliseo los cogió prácticamente por la mano y los llevó y los metió al mismo centro de Israel y cuando se les abrieron los ojos estaban rodeados por el ejército hebreo. Y mire hasta dónde llega el poder de Dios cuando interviene que el rey de Israel le dijo a Eliseo, “¿Señor, los mato, los ejecuto?” “No, no los mates, ¿cómo vas a matar a los que ya capturaste?” y simplemente los cogieron y los llevaron otra vez y los pusieron en su tierra para que se salieran de allá y se fueran de regreso a su tierra. Es decir que lo que era una situación de cautividad y de muerte se convirtió en una situación de señorío y autoridad y misericordia sobre el enemigo.

Guau! Cómo Dios cambia las cosas, ¿verdad? Y todo fue que la oración y este hombre, Eliseo, lleno del poder de Dios, habitando en la presencia del Señor continuamente podía ver cosas que en la carne no se podían ver. Y muchas veces así es nuestra situación espiritual, nuestras situaciones emocionales, nuestros matrimonios, nuestros hijos, a veces lo único que vemos es el problema pero no vemos cómo Dios puede estar obrando para llevar esa situación a algo glorioso y que muchas veces ya Dios dio la palabra y ahora lo que falta es simplemente que ese problema se desmorone. Se puede tomar un tiempo pero ya la raíz está arrancada y eso me lleva a otra cosa, que muchas veces nosotros oramos y ya Dios ha respondido, pero se toma tiempo ver la respuesta en el nivel de la realidad del tiempo y del espacio.

Porque Dios cuando obra muchas veces obra en la raíz y claro, entonces cuando Dios corta la vida de un árbol maligno en nuestra vida se toma tiempo para que eso sea algo efectivo y manifiesto en el mundo del tiempo y del espacio.

Cuando el Señor iba con sus discípulos caminando un día hacia Jerusalén vio una higuera como esta mata, así tan linda y frondosa, y se supone que una mata de higos tenga higos y estaba tan linda, tan verdecita, tan bonita, y él metió la mano para ver si encontraba y lo único que encontró fue hojas y se molestó, porque esa mata le recordó de la infertilidad del pueblo hebreo, que dice la Biblia que era como una higuera que no daba frutos. Con todos los dones y toda la palabra que Dios le había dado, pero era totalmente infructuosa. Parecía muy bonita, mucha religiosidad, un templo que era una maravilla mundial, un aparato religioso increíble, pero no había fruto.

Yo creo que eso fue lo que provocó que el Señor se molestó con esa mata, proféticamente el Señor estaba guerreando contra la religiosidad infructífera del pueblo judío que lo iba a crucificar, teniéndolo a él en el mismo medio de ellos. Estaban tan ciegos y tan infértiles como esa mata y él dijo, “Nunca más crezca fruto de ti.” Y él siguió su camino y nada pasó, la mata quedó tan verdecita y tan bonita como al principio, y los discípulos dijeron, ¿qué le habrá pasado al Señor? Parece que los huevos que se comió y el plátano estaban mal, estaba demasiado salado, está de mal humor. Y siguieron el camino, bueno, no dijeron nada y siguieron. El Señor siguió ministrando en el día y en la tardecita regresan por la misma parte y esa mata que ellos dejaron toda frondosa y bonita se había secado. Y Pedro se sorprendió, “Señor, mira la mata que tu maldijiste se secó.”

¿Qué había pasado? Cuando el Señor dijo, nunca más crezca fruto de ti, la raíz se secó. Pero qué pasa si usted saca una mata, una flor y la pone… no es como que se seca inmediatamente, tiene agua todavía dentro de ella, se toma unas horas quizás para que se marchite, ¿verdad? Eso fue lo que pasó. El Señor cortó la raíz, cuando él dijo así ya esa mata, su capacidad para renovarse quedó neutralizada, lo único que le quedaba era la energía que tenía todavía en sus pétalos y en sus hojas, un poquito de humedad pero se iba a secar porque no tenía poder para renovarse.

Así pasa muchas veces con los problemas de nuestra vida. Hay situaciones en nuestra vida, hay luchas, hay ataduras, hay cosas que si nosotros oramos al Señor y lo hacemos un tema de oración y de guerra y de confrontación, Dios va a secar la fuente que lo alimenta porque el diablo necesita siempre estar alimentando y echándole fuego a la leña de su maldad dentro de nosotros. Y muchas veces cuando nosotros santificamos un problema el Señor inmediatamente corta de raíz el poder para renovarse y entonces con el tiempo vemos que va cediendo el problema, va cediendo la atadura, ya nuestra ansiedad no es tan fuerte como era antes. Ya los períodos de depresión se hacen menos frecuentes y menos intensos y un día nos despertamos y decimos, “guau! hace seis meses que no me deprimo,” porque el Señor lo fue secando poco a poco.

Dios a veces mata las cosas en la raíz y a veces nuestra realidad ha cambiado alrededor de nosotros y nosotros no nos damos cuenta. Hemos orado, entonces lo que necesitamos es seguir perseverando y creyendo hasta que eso se desaparezca completamente. Es que el mundo del espíritu es muy misterioso y se toma tiempo.

Dios obra sobrenaturalmente dentro de la naturaleza muchas veces. Y hay maneras diferentes en que él obra en tu vida, pero definitivamente una de las cosas es que tiene que cambiar tu perspectiva. Y para mí muchas veces la oración es lo que me permite comenzar a sentir como una nueva fuerza. Como dice ese corito, ‘cuando levanto mis manos mis cargas se van, nuevas fuerzas tu me das, todo eso es posible cuando levanto mis manos.’

Pónganse de pie. Vamos a cantar ese coro porque muchas veces cuando tu declaras, hermanos, cuando tu tengas problemas y dificultades mira, no esperes a que el problema se vaya antes de levantar tus manos. Levanta tus manos para que el problema se vaya. A veces hay que alabar el Señor y eso cambia tu perspectiva. A veces tu oración de fe transforma la situación.

Yo le pido al Señor, Señor, ayúdame a cada día ver más las cosas a través de tus ojos, a través de tu perspectiva, cambia mi perspectiva. Pídele al Señor, cuando tu ores, que te llene de fuerza, porque a veces cuando tu perspectiva cambia y tu confesión cambia, tu realidad también cambia. Tenemos que dejar de vernos como chiquititos, como los judíos en la tierra prometida, que se veían, dice, como hormigas y como langostas ante estos gigantes que había sobre la tierra. Pero Dios les había entregado la tierra. Ellos tenían un documento que decía, esa tierra de Canaán pertenece a mi pueblo y ya no pertenece a ustedes, y por lo tanto su fuerza ya se había secado.

Esos gigantes no tenían fuerza contra el pueblo de Dios, lo que ellos necesitaban era verse como gigantes ellos también, más grandes que los gigantes que había en la tierra. Yo le pido al Señor, Señor, ayúdame a cambiar mi perspectiva y a verme como el poderoso gigante que yo soy que tu eres en el poder de Dios. El diablo respeta a los que se respetan a sí mismos.

Si tu te ves como un renacuajo, el diablo te va a ver igual. Pero si tu te ves como un príncipe de Dios, un sacerdote, una sacerdotisa, una profetiza de Dios, el diablo te va a tener que respetar, te va a coger miedo. Pídele al Señor, Señor, cambia mi perspectiva, cambia mi manera de verme a mí mismo y de verte a ti y tus promesas. Cambia tu perspectiva y tu realidad va a cambiar. Tu te vas a convertir en un imán del poder y la gracia de Dios en tu vida. Deja de declarar negatividad en tu vida. Cambia tu vocabulario. Declara las bondades de Dios. Habla positivamente, declara versículos de la palabra de Dios. Llámate a ti mismo como un ser renovado, fortalecido, preferido, levantado por Dios y el mundo va a tener que ajustarse a tu auto imagen.

Vamos a declarar eso en esta mañana y vamos a levantar nuestras manos en el nombre del Señor y creer que Dios está peleando por nosotros. Te adoramos.