SERMONES

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La lucha entre la vida y la muerte

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Tengo el gran privilegio de presentarle a ustedes a John Ensor. Antes de él salir de Massachusetts John fue dirigido por el Señor a iniciar una organización A Woman’s Concern, preocupación de una mujer, traducción más o menos adecuada, que hace trabajo increíble en el área, como digo, proveerles a las mujeres alternativas sanas al aborto. Y John comenzó ese ministerio aquí en Massachusetts pero ahora ya está en otras partes: Miami, Los Ángeles.

La organización que ahora dirige nuestro hermano John Ensor ha ido más allá de Woman’s Concern. Ya se han fundado varios Capítulos en diferentes ciudades, Miami, Los Ángeles, pero ahora John es Presidente de una organización que se llama Heart Beat International, sería como latido del corazón internacional, refiriéndose quizás al bebé que está dentro de la madre cuyo corazón late ya, con vida. Y esta organización provee alternativas a mujeres sobre todo en las áreas de bajos ingresos, donde muchas veces la industria del aborto tiene más éxito en engañar a mujeres con el aborto como una salida fácil a un problema que es tremendamente complejo, y que reconocemos su complejidad. Y John hace un trabajo maravilloso a nivel nacional ahora.

Ha escrito varios libros, yo sé que él va a hablar un poquito acerca de ello. De hecho, hay un libro que él escribió recientemente muy exitoso, mucho impacto, Cuestión de Vida o Muerte, en español, está traducido ahora. Está traducido al español por Zondervan, una casa publicadora muy conocida aquí en Estados Unidos. Y trajo desgraciadamente unos pocos ejemplares y muy razonable el precio, ni siquiera voy a abaratar la cosa diciendo el precio, pero es bien, bien razonable y yo me temo que se van a ir en los primeros cinco minutos. Un gran libro y les animo a conseguir una copia de ello y no quiero una estampida ahora ya, a buscar los libros al final del servicio. Pero va a estar disponible.

A nuestro hermano John Ensor, un gran aplauso de bienvenida.

Buenos días a todos. Es un honor y un gozo estar con ustedes. Hace un par de meses me llamó mi madre. Tiene 80 años. y me dijo, “tengo pulmonía”. Y yo le dije, “Tienes que ir al hospital.” Dijo, “No puedo ir al hospital hasta que no vaya a mi clase de español. Mi mamá comenzó a aprender español el verano pasado. Y va a Guatemala dos veces al año. Y dice, “Yo debo aprender su idioma desde el corazón”. Así que yo me avergüenzo, me siento abochornado ahora mismo delante de ustedes. Porque fui a Miami en el año 2006 y debí haber aprendido español.

Así que les pido disculpas. Pero gracias a Dios por ti y por ti también. Te perdonamos. Y todavía hay tiempo.

Quiero invitarles a ir al libro del Apocalipsis, Capítulo 12, y les voy a leer una porción de la Escritura muy seria.

“….Apareció en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol con la luna debajo de sus pies…”

Ahí lo tienen en español.

Es una porción muy seria de la Escritura. Y usted no tiene que entender todos los detalles de ella para obtener una impresión clara y precisa de este texto. Pueden todos ver el hecho de que estamos todos involucrados en una gran lucha? Esta lucha comenzó mucho tiempo atrás, antes de que el mundo mismo fuera creado. Esta es una lucha que se está dando en el cielo mismo, principalmente entre Dios y el maligno y más precisamente es una lucha entre el plan de Dios para dar vida y el plan del enemigo para dar muerte y su deseo de muerte.

Todos hemos experimentado esta lucha entre la vida y la muerte. De vez en cuando se me recuerda lo maligno, la maldad, o la maldad excesiva del mal. Un tiempo atrás leí acerca de las personas que venden abortos. Estas personas apuntan específicamente hacia nuestros jóvenes, los teenagers, con su plan de hecho de que queden encintas para venderlas más abortos. Déjeme leerles esto.

Esta señora se llama Carol Everett testifica de cómo ella le vendía abortos a los jóvenes. Y ella escribió lo siguiente: Yo me presentaba ante los adolescentes como una experta en asuntos de sexo. Les explicaba que sus padres no los ayudarían con su sexualidad pero que yo sí lo haría. Yo los separaba de su sistema de apoyo número uno y ellos me escuchaban. Segundo, nuestros médicos prescribían a estos adolescentes dosis bajas de píldoras anticonceptivas, lo cual daba como resultado un alto índice de embarazos a sabiendas de que estas píldoras necesitaban tomarse con mucha precisión diariamente a la misma hora o el embarazo ocurriría.

Esto aseguraba que los adolescentes serían mis mejores clientes, ya que los adolescentes normalmente no son lo suficientemente responsable para seguir por su cuenta instrucciones médicas tan rígidas y precisas. Yo sabía que su actividad sexual incrementaría de no tener ninguna o de una vez a la semana a cinco o siete veces a la semana una vez que fueran introducidos a este método anticonceptivo. Entonces yo podría alcanzar mi meta: 3 ó 5 abortos por cada adolescente de entre 13 a 18 años.

Según el libro de Apocalipsis esta lucha a la cual nos referimos, involucra una lucha entre el diablo y Dios. Involucra al diablo devorando a los niños y tenemos a nuestros adolescentes como una meta, como un blanco para ser devorados, para ser arruinados, para ser comprometidos y heridos y entonces caer como víctimas del mal.

Cuando yo vivía en Boston y yo trabajaba con la organización Preocupación de una Mujer, Woman’s Concern, llegó una mujer a nuestra clínica y nos dijo que acaba de llegar ahora mismo de la clínica de abortos. Había estado sobre la mesa en la clínica y estaban a punto de hacer un aborto, y dijeron: Tu tienes mellizos que eso te costará $ 350 más.

Ella era de Latinoamérica, indocumentada, no hablaba inglés, estaba desesperada, abandonada, pobre, asustada, y cuando salió de la clínica alguien la trajo a nosotros. Y comenzamos a ayudarla. Le proveímos un ultrasonido, solamente había un bebé, no tenía mellizos, un solo bebé. El diablo viene a devorar, para engañar y explotar y para destruir. Pero Dios vino al rescate.

En el 2006 fui a Miami porque descubrí que en Miami tienen 37 clínicas de aborto. En el Boston mayor solamente tenemos de 5 a 6 clínicas de aborto. Y entonces comencé a hacer investigaciones acerca de la localidad de esas 37 clínicas de aborto en Miami. Y como 30 de esas clínicas estaban ubicadas en los vecindarios afroamericanos y latinos, devorando esos vecindarios, devorando los niños en esos vecindarios.

A través de toda América actualmente, las mujeres latinas componen el 13% de la población, pero sufren el 20% de todos los abortos. Y las mujeres afroamericanas componen el 12% de la población total femenina, sin embargo experimentan el 36% de todos los abortos que se dan. Juntas, las mujeres latinas y las mujeres afroamericanas, componen el 25% de la población femenina en Estados Unidos, pero experimentan el 56% de todos los abortos en la nación.

Como sabemos, la comunidad cristiana está creciendo y desarrollándose más sobre todo en la comunidad afroamericana y latina, pero el diablo está devorando a los niños. Y esto es lo que yo llamo la maldad excesiva del mal.

En Apocalipsis dice que el dragón estaba listo para devorar al hijo de Dios, en versículo 4, dice allí:

“… El dragón se paró en frente de la mujer que estaba a punto a dar a luz a fin de que cuando diera a luz el niño pudiera devorarlo…”

Esto nos indica la manera que Satanás estaba esperando con ansiedad el nacimiento de Jesucristo. Atacar mientras está joven. Sácalo del escenario. Esto es en contraste directo en la forma en que Juan el Bautista le dio la bienvenido a Jesús. Uno dice, ah, sí, él bautizó a Jesús. No, es el lugar donde él le dio la bienvenida a Jesús, donde lo saludó primeramente. En Lucas, Capítulo 1 dice que:

“… María vino a visitar a Elizabeth. Elizabeth tenía 6 meses de embarazo con Juan el Bautista y María solo tenía una semana de embarazo, pero Juan el Bautista desde el vientre, le dio la bienvenida al Hijo de Dios…”

Y aquí en el verso 42 dice que Elizabeth dice lo siguiente: “… Y por qué se me concede a mí que la madre de mi Señor venga a mí. Porque he aquí que cuando el sonido de tu saludo llegó a mis oídos, el bebé en mi vientre saltó de gozo…”

Gozo. De matriz a matriz adoración. Nunca dudemos que cuando tu estás en el vientre tu eres tanto una persona como lo que eres hoy en tu adultez también. Juan estaba adorando tanto dentro de la matriz, como fuera de la matriz. Y cuando nosotros destruimos a nuestros hijos antes de nacer destruimos a los hijos de Dios.

El diablo vino para devorarlo, y Juan vino para darle la bienvenida. Y esto representa un lado, una decisión que tenemos que tomar. No hay lugar intermedio, neutral. El diablo usa el instrumento burdo de destruir a todos los niños a fin de capturar o destruir ese hijo esencial, ese hijo único.

Recuerdan cuando María dio a luz Satanás motivó a Herodes, y Herodes vino a él. Qué pasó? Herodes mató solamente al Hijo de Dios, a Jesús o terminó matando a todos los hijos? No solamente los niños de 2 años para abajo, los menores de dos años para impedir que el Hijo de Dios, para neutralizar al Hijo de Dios Satanás mata muchos niños.

Y esta no es la primera vez que él trata de hacer esto. Lo trató con Moisés también, recuerdan? Cuando Moisés estaba emergiendo como el salvador del pueblo de Dios, Satanás se lanzó detrás de Moisés como niño, motivando al faraón y creando una ley invitando a las personas a matar a todos los bebés niños. Pero las parteras dijeron, no nos importa si tenemos permiso o no para hacer esto, no lo haremos. Y luego se hizo una ley que decía tienen que hacerlo, pero las parteras dijeron, temeremos a Dios, no nos importa lo que digan las leyes.

Si el diablo desea destruir al pueblo de Dios tiene muchas maneras de hacerlo. Pero una de ellas simplemente es sacarte del medio antes de que nazcas. El aborto es el devorar a nuestros hijos a menos que crezcan y que reconozcan a Jesús, y vayan al mundo y extiendan el Reino de Dios. El aborto no quiero que eso se de, para que apresuren el día de la venida de Jesús si nacen.

En otras palabras, el diablo está tratando de destruir a los niños como una acción que dilate su propio juicio, que él ha de recibir. Como dice el pasaje que acabo de leer, dice que él sabe que su tiempo se acerca.

Yo acabo de regresar ahora mismo de la China. En la China ahora mismo el Evangelio está creciendo más rápidamente que en cualquier otro lugar en toda la historia de la humanidad, está creciendo. Algunos reportes dicen que 200.000 creyentes surgen cada día en la China ahora mismo, China comunista. Pero la China es la única nación en todo el mundo que hay una ley que exige que las familias solo pueden tener un solo niño, un solo hijo. Y yo pude ver cien pastores llorando, lamentando porque ellos saben que ellos, los ancianos de su iglesia, sus esposas, ellos han tenido que abortar a sus propios niños y esto les causa gran dolor. El diablo no puede detener a esta generación, pero él tratará de devorar a la venidera, a fin de ganar un poco de tiempo antes de su juicio final.

A menos que el pueblo de Dios diga lo mismo que dijeron las parteras del Antiguo Testamento, nosotros rescataremos nuestros propios hijos, no importa cuán difícil, no importa que esté casado o no, nunca voy a derramar sangre inocente. Tenemos que decir, yo confiaré en que Dios le dará de comer a mi hijo, porque Dios no abandona a los suyos. Amén.

En Apocalipsis se nos dice que el diablo sale para devorar al niño. Pero el Señor viene al rescate del niño. Y en el versículo 13 dice que persiguió a la mujer que estaba a punto de dar a luz, y cuando ya está a punto de agarrarla, dice que Dios le da a la mujer las alas del águila.

En la historia nosotros sabemos que Dios advirtió a José y a María que huyeran a Egipto. Satanás vino a devorar pero Dios vino a salvar, y salvarlos de las obras del diablo. Satanás entonces le envío agua a que la tratara de ahogar, pero dice la Biblia que la tierra se abrió y se tragó el agua. Dice, el diablo vino a devorar pero Dios viene a salvar.

Y Dios nos llama a nosotros a ser salvadores junto con él. En Proverbios en el Capítulo 24, en el versículo 11, dice:

“… Rescata a aquellos que están siendo llevados a la muerte, aguanta a aquellos que están siendo llevados a la matanza. Y si dices, ah, no sabíamos esto, acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá…”

Que es una manera de decirnos, hey, no pretendas que no sabes lo que está pasando. Tu y tus hijos están en la mira del maligno. Su principal estrategia es devorar a los niños de que sean nacidos, y nosotros vamos a rescatar a aquellos que están siendo arrastrados hacia la muerte.

En el Salmo 82, en el versículo 4 dice: “… Rescata a los débiles y a los necesitados y sálvalos de la mano de los malos. Dios lanzó a Satanás a la tierra. Se dice que Jesús vino a deshacer a destruir las obras del diablo, el devorar a los niños, esa es su obra. Y Dios apunta hacia destruir esa obra llamando a su pueblo al rescate.

El Reino de Dios desciende en el mismo momento en que los poderes del diablo son también lanzados, descienden a la tierra. Y así que Dios entonces llegó a esa mujer que estaba vendiendo abortos. Él envió gente como tu a la vida de ella, de esta mujer que citamos. Ella vino a tener fe en Jesucristo. Puede Dios perdonar a alguien que ha vendido abortos? Sí. Esta mujer que citamos aquí comenzó a testificar y sacar a la luz, y exponer sus propias obras malignas. Y se convirtió en un testimonio poderoso. Inspiró a otras personas como ustedes a saber y entender cómo rescatar a mujeres del aborto.

Hoy en América hay 2300 centros de ayuda para mujeres en crisis de embarazo. Hace 40 años ninguno de esos centros existía. Esos centros han sido iniciados por nosotros, la comunidad cristiana. Nosotros los construimos, nosotros pagamos por ellos con nuestros donativos, y nosotros somos voluntarios en esos centros, trabajamos en ellos, hemos comprado máquinas de ultrasonido. Hemos traído enfermeras y doctores para que estén trabajando allí. Por qué? Porque el diablo estaba devorando a nuestros propios hijos.

Pero Dios nos llama a rescatarlos. Y eso es lo que hacemos. No es más que simplemente la parábola del buen samaritano. Ahí tenemos un hombre a punto de morir. Y qué hace el amor en ese caso? El amor no dice, ah, yo no sé, yo no lo estoy haciendo, yo no creo en eso. Y yo digo, bueno yo no estoy en pro del aborto. Y ¿Saben qué? No es suficiente.

El amor requiere que tu rescates al débil, al desamparado. Dice la parábola que el samaritano tomó al hombre, lo levantó, y lo que tienes que hacer es como el samaritano, lo pones sobre el asno y lo llevas al lugar de albergue y pagas por su cuidado y su sanidad. No tienes que ir a la escuela para entender esto. Simplemente tienes que amar a tu prójimo y descubrirás lo que tienes que hacer en el camino. Es fácil? No necesariamente. Te cuesta mucho. Y eso se llama cargar la cruz para la que carga al niño.

Cada vez que una mujer llama a Teresa al centro del Woman’s Concern, esa mujer está en problemas, necesita ayuda. Teresa, sus voluntarios, su personal, ellos vienen al rescate. Cómo pueden ellos hacer esto? Porque ustedes están ayudando a Teresa, ustedes son parte de Woman’s concern, porque nosotros rescatamos a los débiles y a los inocentes, y los rescatamos de la mano de los impíos y los malignos, no importa el costo.

La mujer que no podía hablar inglés, a esa mujer se le dijo que iba a tener mellizos. Descubrimos, como ustedes saben, que solamente había un bebé. Nosotros salimos a su rescate de que se le mintiera y fuera explotada. Pero, definitivamente, necesitaba mucha ayuda. Y ya que ella era venía desde la ciudad de Lowell, entonces nosotros contactamos iglesias allá en Lowell. Por qué? Porque vecinos deberían ayudar a sus vecinos.

Antes de que tu puedas ayudarla, ellos, sus vecinos allá en Lowell, debían ayudarla. Por otra parte, si mujeres en la Ciudad de Boston que necesitan ayuda, quién entonces las va a ayudar? Yo vivo en Atlanta. Ven, cómo funciona esto? Creen ustedes que necesitan ayudar a aquellos que están en Atlanta? No, hasta que las personas de Atlanta las ayuden a ellas. Es el poder del amor del prójimo, del vecino. Ama a tu prójimo, a tu vecino, rescata a tu vecino. Se cargador de la cruz para la que carga al niño.

En Miami nosotros comenzamos dos centros de embarazo en el mismo corazón de la comunidad cubana en Highalia. Allí hablan español. Esos cubanos son bien orgullosos de su herencia. Tenemos cubanos aquí? ustedes saben lo que quiero decir. Las iglesias latinas cubanas se unieron y comenzaron esa clínica. Abrimos un lunes y el jueves ladrones se metieron a la clínica y se robaron la máquina de ultrasonido. Es como que el diablo quiere sacar de lado y patear la obra de Dios. Me llamaron del centro, fuimos allá, estábamos llorando, estábamos orando, cantando, nos estábamos gozando porque lo único que el diablo podía hacer era robarnos una máquina.

Así que conseguimos una nueva, otra mejor. Dos días después estábamos funcionando a la perfección. Y hoy esa clínica atiende como a 15 mujeres cada día, mujeres que hubieran ido a una de esas 37 clínicas de aborto. Pero Dios abrió la tierra, se tragó el río que quería destruir a la mujer y llamó a su pueblo para que entrara a la pelea. Cuando uno ayuda, cuando tu ayudas a una mujer a salvar a su bebé, el bebé salva a la mujer. Amén. Porque ahora la iglesia ve hermanas, personas involucradas personalmente en su vida, ayudándola a casarse, por ejemplo, o ayudándolo a él a encontrar un trabajo, o ayudándola a la mujer a separarse del hombre si eso es lo que se requiere. Y todo el tiempo la iglesia está derramando el amor de Cristo en sus vidas.

Cómo conquistamos el mal? Ahí lo dice en el pasaje que acabamos de leer. Dice: “… Y lo conquistaron por la sangre del cordero y por la palabra de su testimonio…”

Quizás usted diga, bueno, pastor John, yo he tenido un aborto. Yo tengo sangre en mis manos. Yo creí en esa mentira, yo fui engañada. Yo devoré mi propio hijo. Quizás, tu hermano, varón, tu volteaste la cara y te fuiste del lado. Quizás la hiciste a ella vulnerable al aborto porque no estuviste allí. O la persuadiste a que no estaban listos para casarse. O quisiste esconder tu pecado, no querías ser avergonzado y abochornado en medio de la iglesia. Yo sé, el hecho de que 20% de las personas que tienen abortos todos los días son cristianos. Esto no es un problema que está allá afuera de la iglesia. Nosotros, todos, tenemos sangre en las manos, aún Roberto y yo porque nosotros somos sus pastores y nosotros hemos fallado en convencerlos a ustedes de salir a rescate como debiéramos hacerlo. Todos nosotros tenemos, en un sentido, culpabilidad de sangre.

Y entonces, cómo podemos conquistar? De la misma manera en que todos los demás lo hacen, por la sangre del cordero. Jesús derramó su sangre, él derramó sangre inocente para limpiarnos de los pecados y de derramar la sangre de otros. Él derramó su sangre para lavar todos nuestros pecados; los pequeños, los medianos, como por ejemplo, digamos la murmuración, y los grandes también que estamos tan avergonzados de ellos que los hemos mantenido como un secreto. Uno conquista al maligno reclamando la sangre del cordero, y uno conquista al maligno también por la palabra de nuestro testimonio. Uno abre su boca y dice yo una vez fui pecador, yo tuve un aborto y entonces tu le hablas a la mujer que está a punto de hacerse un aborto. Hombres, ustedes abren su boca y hacen un testimonio, y dicen, yo fui egoísta y tenía miedo, era más fácil pagar por un aborto que asumir la responsabilidad, pero yo he confesado mi pecado a Jesucristo y hoy tu le puedes decir, yo te quiero ayudar a que guardes y mantengas a tu bebé y entonces uno se sale al rescate confesando la sangre del cordero y dando testimonio por medio de la experiencia de uno. Uno no necesita hacer más nada.

Esas dos armas son poderosas y destruirán las obras del diablo. Yo te estoy pidiendo que te conviertas en un cargador de la cruz para las cargadoras de los niños. Te estoy pidiendo a ti y que determines, nunca me haré un aborto. Yo te estoy pidiendo que resuelvas, que determines, yo nunca voy a permanecer inactivo cuando alguien se quiera hacer un aborto.

Por ejemplo, si alguien quisiera lanzarse de un puente, tu le dirías, bueno quiero que sepas que yo voy a apoyarte en tu decisión no importa cuál sea. Lo que tu dirías es, hey, ven conmigo, no importa lo que fuera que te trajera a este punto donde tu estás dispuesta a saltar, hay otra solución, tu le dirías. Y yo te ayudaré a encontrar esa solución. Y bueno, tu me puedes decir, bueno, necesito dinero. Tu puedes decir, yo no tengo mucho dinero. Tu no tienes mucho dinero, pero Dios tiene muchísimo dinero y siempre hay espacio en este mundo para tu hijo, le puedes decir, o para el hijo de tu amigo, o para el hijo de tu hija, o para tus nietos.

Entremos nosotros en la pelea a favor de la vida. Únanse a mujeres y a parejas, aquí en la iglesia, en nuestras familias, en el trabajo, dondequiera que estemos y sepa que Dios nos usará para rescatar a estos niños y para ser testigos al perdón de Dios y el poder de Dios. Amén, amén. Gloria al Señor. Amén, amén.

Déjeme compartir con ustedes un par de minutos, una palabra pastoral ahora. John, te damos las gracias por ese llamado tan apasionado que has hecho en esta mañana. Yo sé que es algo bien difícil llegar aquí a las 9 de la mañana y escuchar este tipo de mensaje. Y mi corazón, de alguna forma u otra, se va hacia esas mujeres que en alguna forma u otra, o han tenido o han experimentado un aborto. Y yo espero que ustedes hayan escuchado nuestro corazón de compasión y no de condenación, y nuestra insistencia de que si usted confiesa sus pecados, el Señor Cristo le perdona y eso se queda a un lado, se echa atrás.

Así que si usted ha participado en o ha tenido algún aborto, nosotros queremos que usted sepa que creemos en esa restauración que proviene a través de Cristo Jesús en su vida. Queremos invitarle a orar por esta situación y le invitamos a que también pueda buscar algún tipo de consejería a través de sus pastores, o algún líder de célula, o algún diácono de la iglesia, o un hombre o mujer que usted le puede confiar estos asuntos y con quien usted pueda orar.

Pero tenemos que entender que muchas veces la iglesia por una inquietud de evitar que la gente se sienta incómoda, para evitar tal vez el que algunos visitantes se sientan incómodos, o que piensen en una forma distinta, o tal vez el evitar ofender a otros que puedan proceder en una forma más cautelosa para discutir estos temas.

Como bien decía nuestro hermano John, la iglesia muchas veces se convierte en un co conspirador de los hechos del diablo también. Y usted conoce el estilo de nuestra Congregación, conoce nuestro compromiso de querer honrar a Dios primero que al hombre, y también nuestro compromiso con deshacer las obras del enemigo. Así que preferimos incomodarle en vez de deshacernos de esa responsabilidad que tenemos como creyentes delante de Dios.

Y espero que ustedes puedan entender que nosotros somos motivados por amor y no por odio, no es por justicia personal. Como bien dijo John, nosotros hemos todos pecados y necesitamos esa gracia y misericordia de Dios. Y quiero terminar con este pensamiento. Como bien dijo John, a medida que usted tal vez lee la historia de esos alemanes nazis, donde alrededor de 6 millones de judíos y quién sabe si más fueron asesinados en estos campos de concentración allá en Alemania, cuando usted analiza este fenómeno histórico, este juego fue posible porque millones de personas se hicieron de la mente de este juego no estaba sucediendo.

Cuando todo este holocausto comenzó a suceder, mucha gente dijo, ah, nosotros no sabíamos. Y puede ser quizás que tal vez algunos, muchos no sabían de esto en su totalidad. Pero la historia bien nos dice una y otra vez que muchos sí sabían de esta situación y de alguna forma u otra se sedaron personalmente para no prestarle la atención que este asunto merecía o necesitaba. Y cuando muchas personas estaban más preocupadas por su comodidad y su moralidad o su relación con Dios, el diablo estaba muy ocupado haciendo lo que precisamente Jesús dice que a él le encanta hacer, que es matar, robar y destruir a la gente. Y conocemos también de la historia de aquellas personas en esa Alemania de los nazis que sabían sí de esta situación, y decidieron pararse y dijeron, no vamos a permitir que esto suceda. Ellos ganaron para sí mismos gran honor y nosotros les honramos a ellos, y aquellos que participaron en aquellos hechos han sido cubiertos por una gran vergüenza sobre sus vidas.

Así que tenemos que preguntarnos a nosotros mismos, en qué lado vamos a estar nosotros? Queremos tal vez estar del lado de una minoría que sí dice, vamos a estar en el lado de la verdad? Que vamos a experimentar ese martirio de lo que significa seguir a Jesús y defender a otros a nuestro alrededor? o tal vez como ese hombre en la parábola, vamos a decir, no, estoy muy ocupado, eso es algo muy sucio, no me gusta, no me voy a meter ahí?

Así que por favor, entienda lo que verdaderamente nos motiva a nosotros a seguir una pasión como esta, en la forma en que John también lo ha hecho hoy para nosotros. Y bendecimos a aquellos que están trabajando en esas líneas de batalla que tal vez toman y asumen esa posición, ese lugar de incomodidad para bendecir a aquellos que están pasando por esa situación.

Así que a medida que nos preparamos para irnos, quisiera que todos se puedan poner de pie, y quiero tomar una oportunidad para orar por aquellos hombres y mujeres, especialmente aquellas mujeres que tal vez de alguna forma u otra han experimentado, o han estado involucradas en algún tipo de experiencia de un aborto. Y no te voy a pedir que levantes tu mano, pero sí te pido que ahí donde estás en tu asiento puedas visualizar el amor de Cristo y recibir el toque sanador de parte del Señor, quien nos limpia a cada uno de nosotros de todo pecado, y agradecerle también a ese mismo Jesús porque él vino para limpiarnos y permitirnos llevar una vida libre y aún a pesar de todos los pecados que hemos cometido.

Así que no tienes que esconderte más por ese pecado. Puedes sí reconocerlo delante de Dios y puedes regocijarte en el hecho que a través de Cristo Jesús tu recibes un total perdón de parte de él y un comienzo nuevo en tu vida. Así que yo declaro ahora la sanidad de Dios en tu corazón, mujer o hombre, la gracia de Dios sobre tu vida y nos comprometemos como iglesia a ser ayuda a aquellos que no tienen el conocimiento o el poder para resistir esto.

Así que queremos orar por John Ciso y John Ensor y Teresa también. Pueden extender sus manos hacia ellos ahora.

Padre, te damos gracias, Señor, por hombres y mujeres profetas en tu tierra, por hombres y mujeres que lo dejan todo, Señor, para defender la causa del que no puede defenderse a sí mismo. Señor, los bendecimos, Señor, por nombre te presentamos a John, a John Ciso a Teresa, gracias por la obra práctica que ellos hacen aquí en la tierra, Señor, para crear conciencia de esta necesidad y de esta identidad que los hijos tuyos tenemos para colaborar en liberar y rescatar aquellos entre nosotros que no pueden hacerlo por sí solos. Los bendecimos, Señor.

Señor, recompénsalos y mil y una maneras, renuévalos en sus fuerzas físicas. Señor, que siempre beban del agua fresca de tu palabra y que la fresca unción tuya los renueve cada día.

Señor, que muchos, muchos miles, millones, los sigan a ellos. Gracias, Padre, por permitirnos verlos, conocerlos, escuchar de ellos. Señor, que su palabra nunca calle y que muchos decidan llegar a la posición necesaria por el testimonio de ellos. Señor, y declaramos una unción de multiplicación por sus vidas, que muchos, muchos sigan el ejemplo de ellos para la salvación de millones en esta tierra, Señor.

Señor, sana esta tierra. Señor, que nuestra iglesia sea lugar de refugio para todo aquel que esté posibilidad de caer en este pecado. Señor, levántanos, danos una voz que grite desde lo alto y trae a nosotros, Señor, aquellos que necesitan escuchar este mensaje.

Gracias Señor, por lo que hemos escuchado hoy y cómo nuestras mentes y nuestros espíritus han sido transformados por la palabra viva que tu has declarado en este lugar. Señor, ahora llévanos a cada uno a nuestros hogares, a nuestros lugares de empleo, a dondequiera que tu nos quieras llevar portando este mensaje de vida, Señor. Amén.

Les bendecimos hermanos, en el nombre de Jesús. Declaramos la paz de Dios sobre sus vidas, la gracia de Jesucristo. Salúdense unos a otros y bendíganse unos a otros. Amén y amén.

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Un nuevo comienzo

10 de enero del 2011 - Por Betsy Behan

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6

Entre otras cosas tenemos un nuevo comienzo cuando iniciamos un nuevo trabajo, un nuevo negocio, una nueva carrera, un nuevo año, un nuevo lugar para vivir. Este último fue mi motivación para empezar de nuevo, cuando decidí a principios de enero del año 2005 obedecer al Señor mudándome desde New York hasta Boston. Esta decisión ahora suena fácil decirla, pero por varios años estuve totalmente en contra de tomarla.

Amigas, al llegar a Boston yo estaba, y me sentía en pedazos, para empezar cuando me mude no tenía una cama propia donde dormir, emocionalmente me sentía destruida, y con el ánimo en el suelo, pero gracias a Dios su fidelidad se manifestó con aliento que mantenía mi fe viva de que El Señor me ayudaría. ¡El Señor nos da sorpresas! En esta ocasión me sorprendió tomando los pedazos de mi vida, y en lugar de armarlos me rompió en pedacitos tan pequeños que sólo Él podría armarme de nuevo, es decir que pasé de pedazos a cenizas; por otro lado las cosas no eran como parecían, lo que el enemigo utilizó para traer duda a mi mente con la constante pregunta de: Si estoy aquí en obediencia ¿porqué todo está en mi contra?

Al principio yo no entendía nada de nada, y mi deseo era regresar a New York...algo así como el pueblo de Israel cuando se vio en el desierto y deseaban regresar a Egipto, pero El Señor sabe más que bien que hay momentos en los cuales debe llevarnos hasta el polvo para poder hacernos de nuevo. Cuando enfrentamos situaciones que nos dejan en pedazos el proceso de armar nuestras vidas se hace doloroso, pero si le permitimos al Señor que sea El que nos arme, aún si El considera necesario rompernos más, el dolor se hace más llevadero, y estamos seguros que El nos hará conforme al modelo indicado para la misión que tiene designada para cada uno, y no debemos olvidar que SU OBRA EN NOSOTROS NO TERMINA. Es decir que él sigue moldeándonos.
Las experiencias vividas, y las situaciones que enfrentamos "Definen nuestro carácter" Saquemos lo mejor de ellas, esto nos proporcionará un carácter de bendición para nosotros mismos, y para los demás.

Cuando le permitimos a Dios que nos tome en sus manos, y sea El que nos moldee estamos confiados porque estamos en las manos perfectas. Cuando le permitimos al Señor que nos haga, y nos coloque en el lugar que él quiere, estamos preparados para vencer, y nuestra base se mantiene firme, porque El conoce mucho más de lo que podamos entender, y conocer. El se toma Su tiempo, nos arma, con amor y misericordia, lo hace pausada, delicadamente, y con mucho cuidado porque "Somos Su más valiosa pieza de arte"

Dios nos reviste de Su gracia, y nos toca con su Espíritu Santo. Amigas, éste año nuevo es una buena oportunidad para permitirle al Señor que nos moldee, para renovar nuestros votos, en general, un "Nuevo Comienzo".

Amado Dios: Te entregamos nuestras vidas en tus manos, renuévanos con un nuevo comienzo, moldéanos. Ayúdanos a ser como quieres que seamos, y a estar donde quieras que estemos. Queremos entender que la buena obra que comenzaste en nosotros la perfeccionarás en Tu día. ¡Amén!

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Llamado a una vida de santidad

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Siento del Señor retomar una palabra que Dios nos dio en la noche de Año Nuevo y como apretar un poco más esa palabra de Dios a nuestros corazones y de nuestra Congregación. Algunos de ustedes me han dicho que fue de bendición esa palabra y como que quisieran que la desarrollara un poquito más. Y yo mismo había sentido lo mismo, de que no era bueno dejarla así, simplemente como un llamado general a la santidad.

El 31 en la noche Dios nos hablaba acerca de que este año meditemos más en su llamado a una vida de santidad, de consagración a él, de entrega a él, de santificación, de santificarnos al Señor. Y yo le pido al Señor que este año nos recuerdo eso varias veces a través de nuestro programa de predicación. Que Dios quiere un pueblo consagrado a él, un pueblo santificado, un pueblo entregado a él.

Y la santidad es un tema complejísimo. Se tomaría muchas semanas para hacerle justicia a este tema tan importante. Pero queremos aunque sea apuntar algunas cosas acerca de ello. Y por eso les invito a ir a Primera de Pedro. Hay muchos pasajes que podríamos usar como punto de entrada o de partida hacia este tema de la santidad o la santificación, pero este pasaje me pareció muy, muy rico y denso así que quiero que lo estudiemos con otros pasajes, junto a algunos puntos que Dios me ha dado para que nos ayude a enriquecer nuestro entendimiento de la santificación y de la santidad.

Primeramente, antes que nada, qué quiere decir ser santo? Vamos a ver qué quiere decir la palabra santidad o santo? Apartado, ¿verdad? Apartado. Y esa palabra apartado, uno puede ser apartado de algo, ¿verdad? Pero también uno puede ser apartado para algo. Y la santidad es así. La santidad no es solamente algo negativo, como que no hagas, no hagas lo otro, no pienses así, no digas esto, etc. No es solamente negativo, sino que también es un llamado a cierta vida, ciertas acciones, ciertas actitudes, ciertas posturas de vida.

Entonces, nosotros somos apartados del mundo que no conoce a Dios y que no le da prioridad a las cosas del Reino de Dios. Somos apartados del pecado, somos apartados de las obras del mal, pero somos apartados también para ser vasos útiles al Señor, para ser instrumentos al Señor, para ser voz de Dios aquí en el mundo, anunciando, como dice el Apóstol Pedro en otro pasaje, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Entonces, somos apartados para servir al Señor. Apartados para serle agradables a él, apartados para dar fruto agradable que honre al Señor. Es decir, que es un doble llamado. Separarnos de ciertas cosas, dejar atrás ciertas cosas pero también ir hacia ciertas cosas hasta que la imagen de Cristo sea formada plenamente dentro de nosotros.

Así que aquí, es importante, esta idea de santificación, es consagrarse, dedicarse completamente al Señor para un solo propósito. Como las vasijas del Antiguo Testamento del templo, como todos los objetos del templo eran dedicados exclusivamente para la obra del Señor. No se podía usar una olla que estuviera en el templo, una vasija no se podía usar para hacer un sancocho. Era solamente para contener el aceite de Dios; o las lámparas no se podían usar para que el sacerdote cuando saliera del santuario se fuera para su casa alumbrándose en la noche. No, eran exclusivamente para el uso de la adoración.

Y ahí tenemos una imagen de lo que es la santificación. Esos objetos eran separados del uso mundano. Había un momento en que se consagraban y se dedicaban exclusivamente para el uso de los asuntos de Dios y después ya no se podían usar más, excepto para dar gloria al Señor y ser usados en el rito litúrgico, en la adoración a Dios. Y esa es una buena imagen.

Nosotros somos vasijas que somos usados y consagrados para el uso de los propósitos de Dios. Entonces eso es una buena imagen con la cual comenzar. Primera de Pedro, 1:13 al 25, dice aquí:

“… Por tanto ceñid los lomos de vuestro entendimiento…”, es decir, prepárense, póngase, enderécese en su asiento, quiero verlos así enderezarse. “… ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado. Como hijos obedientes, escuche eso, no os conforméis a los deseos que antes teníais…, es decir, no se ajuste a ello, no se deje dominar por ellos, no se someta a ellos,… estando en vuestra ignorancia, sino como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir…”

Hay mucho material, mucha tela que cortar en ese pasaje. Como el es santo, nosotros también tenemos que ser igual que él.

“…Porque escrito está, sed santos porque yo soy santo. Y si invocáis por padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación…”

No puedo reprimir un comentario antes de continuar. Fíjense que nosotros decimos, bueno, vivimos bajo la gracia de Dios, ya no vivimos conforme a las obras, como se vivía en el Antiguo Testamento, que los hombres y las mujeres tenían que hacer diferentes cosas para ganarse la aprobación de Dios.

Ahora, nosotros habitamos bajo la gracia pero eso no quiere decir que no tenemos que hacer buenas obras, o que las buenas obras son irrelevantes, que no tienen nada que ver con la vida cristiana. Un hijo de Dios que ha sido lavado con la sangre de Cristo, una persona que sirve a Dios se espera que refleje las obras de una persona sanada y salvada por la sangre de Cristo. No podemos decir, yo soy salvo, y practicar el pecado sin remordimiento. Vamos a pecar, pero tiene que ser una excepción y tiene que ser algo que nosotros hagamos en contra de nuestra voluntad. No podemos adaptarnos al pecado porque Dios sí, juzga a una persona que dice que yo soy cristiano, yo soy siervo de Dios pero vive una vida contraria, practica una vida que es contraria a la voluntad de la palabra de Dios, hay una contradicción inherente. No se puede.

Por eso es que tenemos un llamado, porque Dios sí, nos trata en un sentido, no somos salvos por obras, pero una vez que somos salvos se supone que produzcamos buenas obras. Y si no hay una contradicción. Tu ves? Por eso es que hay una tensión allí bien delicada, hay una ambigüedad en la palabra bien interesante. Dice;

“… y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación. Sabiendo que fuiste rescatados de vuestra vana manera de vivir…”

Rescatados, por qué? Por la sangre de Cristo. El que nos salvó a un precio tan alto no espera que nosotros le rebajemos su sacrificio con una vida que no esté a la altura de su sacrificio.

“… no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo pero manifestado los postreros tiempos por amor de vosotros. Y mediante el cual creéis en Dios quien le resucitó de entre los muertos y le ha dado gloria para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad mediante el espíritu para el amor fraternal, no fingido, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro, siendo renacidos, no de cimiento corruptible sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque toda carne es como hierba y toda la gloria del hombre, como flor de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae, más la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el Evangelio os ha sido anunciada…”

Ven ustedes lo complejo, lo rico que es ese concepto de la santidad? Hay mucho allí. Podríamos pasar horas desglosando y desmontando ese pasaje tan rico. Pero déjeme apuntar unas cuantas cosas, unos cuantos pensamientos. No todos van a estar relacionados con este pasaje, pero uso este pasaje como punto de partida. No lo voy a exponer expositivamente, pero quiero comenzar con algunos principios porque quiero sobretodo dejar ahí un fundamento de ideas y de pensamientos acerca de la santidad.

Miren, lo primero que tenemos que entender es esto. Nosotros somos un pueblo de sacerdotes. Servir y sacerdotisas, apartados para servir y glorificar a Dios. Cuantos saben que somos sacerdotes? Por eso la santidad es tan importante. Miren lo que dice Primera de Pedro 2:9 al 11, dice:

“… más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”

Somos un real sacerdocio, un linaje escogido, una nación santa. Y usted sabe que los sacerdotes cuando eran escogidos por Dios tenían que santificarse. Los sacerdotes eran un pueblo muy especial, era una casta, un grupo que no vivía como vivían las demás personas en Israel. Una de las cosas, por ejemplo, los sacerdotes no tenían tierra privada como tenían las demás personas. Porque Dios les dijo, yo soy su herencia. Así que ellos no tenían propiedad privada. Ellos vivían de las ofrendas del pueblo y tenían unas tierras colectivas que Dios les había dado para que ellos las vivieran. Pero ellos vivían en una manera muy diferente y eran consagrados.

Miren, por ejemplo, usted va a Éxodo, Capítulo 28, versículo 40, dice aquí el Señor:

“… Y para los hijos de Aarón, es decir, los que iban a ser sacerdotes, esa familia de sacerdotes… haréis túnicas, también les harás cintos y les harás tiaras para honra y hermosura, y con ellos vestirás a Aarón, tu hermano, y a sus hijos con él, los que habrían de ser sacerdotes… y los ungirás y los consagrarás y santificarás para que sean mis sacerdotes…”

Para que sean mis sacerdotes los santificarás y los consagrarás. Entonces, si en Primera de Pedro 2:9 dice que nosotros somos un real sacerdocio, una nación santa, apartados por Dios, adquiridos por su sangre para anunciar, para que sirvamos al Señor al avance del Reino, entonces nosotros tenemos que vivir una vida así misma de consagración y de entrega al Señor. Y esa es la cosa, que muchos de nosotros a veces como que no pasamos por ese proceso de concientizarnos acerca de lo que nosotros somos.

Tomamos esas palabras como algo poético, una metáfora. Oh, somos reales sacerdotes. No, Dios nos ve como continuadores de esa tradición. Antes, antiguamente los sacerdotes eran un poquito de gente muy escondida, un linaje familiar, una apellido. Pero ahora, en Cristo Jesús, todos somos sacerdotes.

Di conmigo, yo soy un sacerdote consagrado para la obra de Dios. Entonces, por eso es que tenemos que ser santificados. Nuestra vida tiene que reflejar la consagración de un sacerdote, una sacerdotisa.

Ahora, otro punto bien importante es este. La santidad, hermanos, es el requisito o pre requisito para las bendiciones de Dios en la vida del creyente. Si tu quieres bendición plena en tu vida, si tu quieres prosperar, si tu quieres gozar de todo lo que Dios ha prometido en tu vida, si tu quieres sentir el gozo del Señor, la paz del Señor, salud mental, salud física, bendición de Dios, lo que Dios ha prometido para tu vida, hay un requisito. Dios espera que tu vivas una vida que sea digna de que esas bendiciones de Dios desciendan sobre tu vida.

Ahora, Dios bendice al malo y al bueno, pero hay unas bendiciones especiales en la vida cristiana, hay una continuidad de la bendición que fluye en ti, en tu vida, que la santidad es un requisito. Por qué muchas veces tenemos dificultades en la vida y tantas diferentes cosas que suceden? No todas son de pecado, pero muchas veces es porque no estamos viviendo conforme a los principios de la palabra de Dios.

Qué dice Juan 15:10, por ejemplo, ya les dije que íbamos a usar nuestras Biblias. Una de las cosas que hace una persona santificada, es que carga su Biblia siempre. Por eso me gustó cuando Betsy pasó por acá y tenía su Biblia allí en la mano soldada, eso está bueno. Me gustan esos cristianos así, que son radicales. Juan 15:10 dice:

“…. Si guardares mis mandamientos, santificación, obediencia, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor…”

Ve? Y en Romanos 12:2 habla acerca de que presentemos nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios el cual es nuestro culto racional. Dice, “…. Para que comprobéis la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta…”

Para que comprobéis la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. En otras palabras, dice, para que tu puedas experimentar y comprobar, gustar la buena bendición de Dios, agradable y perfecta, tu necesitas entregar tu vida como un sacrificio al Señor. Mientras tu más te santificas, más te entregas, más te consagras, más te das al Señor, más mueres al yo y a tu propia realización y gusto, ¿Saben qué? La gracia de Dios se mueve con más facilidad en tu vida. Hay más bendición. Lo que Dios promete tu dices, es verdad, lo compruebas porque Dios no se cansa de derramar su bendición sobre tu vida. Así ese punto es bien importante. La santidad, la santificación, la consagración es el pre requisito para la plenitud de vida en Dios, para todas las bendiciones de Dios en la vida del creyente.

En segundo lugar, la santidad es la plataforma para la manifestación del poder de Dios. Uno es bendiciones en general, disfrutar de la paz, la presencia, la comunión, la bendición de Dios en tu vida. Pero si tu quieres una vida de poder, si tu quieres que Dios te use con autoridad, con aplomo, con unción, que el poder de Dios pueda correr libremente a través de tu vida, tienes también que consagrarte más y más a él. Por qué? Porque de nuevo, el aceite no podía descender sobre vasijas sucias en el Antiguo Testamento, esas vasijas tenían que estar limpias. Y la unción de Dios tiene que descender sobre hombres y mujeres que sean santificados.

Juan 15:16 “… No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros. Y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto y vuestro fruto permanezca para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo de…”

Tu quieres oraciones contestadas? Tu quieres que cuando tu oras por alguien, la unción de Dios fluya en tu vida? Tu quieres que la gracia de Dios se manifiesta a través de tu vida? Pídele al Señor que cada día te entre más y más en lo hondo de su santidad.

Recuerdan ustedes el pasaje de Josué que yo mencioné. Claro que sí, porque ustedes se recuerdan de todo lo que yo digo, ¿verdad que sí? El 31 en la noche Josué y el pueblo hebreo, antes de entrar a la tierra prometida, ellos iban a pelear con gigantes, Dios se iba a manifestar en sus vidas en una manera poderosa. Iban a ver milagros, señales, prodigios en esa tierra nueva. Qué fue l o primero que Dios les dijo que tenían que hacer antes de entrar ya en la tierra prometida? Tenían que circuncidarse, recuerdan? Tenían que consagrarse al Señor. Dios le dijo a Josué que dijera al pueblo:

“…Santificaos porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros…”

Santificaos porque el Señor quiere hacer maravillas entre ustedes. Yo decía el 31 que Dios quiere usarnos como Congregación para grandes cosas. Dios tiene propósitos y planes para esta Congregación y por eso es que yo creo que esa urgencia de que yo, ustedes, nos santifiquemos cada día más y más, nos preparemos porque Dios quiere hacer maravillas entre nosotros.

Y el que quiere moño alto, que aguante jalones, dicen por ahí los dominicanos. El que quiere gloria necesita dedicación. Eso es así. Noblece oblige, dicen los franceses. La nobleza tiene sus responsabilidades. Somos reales sacerdotes. Entonces, si tu quieres que el poder de Dios se manifieste en tu vida, tienes que santificarte. Si tu quieres que las bendiciones de Dios se hagan reales en tu vida, y su aprobación se haga manifiesta en tu psiquis, en tu vida familiar, en tu trabajo, en tus finanzas, tienes que santificarte.

Y en tercer lugar, ya hemos sugerido que la santidad es un requisito para el servicio a Dios. Ya mencionamos eso así que no voy a insistir mucho en ello. El hecho de que usted es un sacerdote, se supone que tu sirvas al Señor, Dios te hace un llamado hacia la santificación.

Hasta aquí, me van siguiendo? Cuántos se durmieron ya y se chequearon ya, se fueron a otro lugar? No. Están aquí todos? Amén. Okay.

Bien, otro punto bien importante acerca de la santidad, apúntelo allí. Quiero ver esos lápices al rojo vivo. La santidad nos protege de los ataques y acusaciones del enemigo. Tu quieres protección en tu vida? Tu quieres cobertura de Dios en tu vida? Y voy a poner un asterisco al lado de eso, pero no quiero adelantarme demasiado.

La santidad nos protege de los ataques y acusaciones del enemigo. Es una forma de nosotros protegernos. Muchas veces Dios quiere bendecirnos, Dios quiere cubrirnos de ciertas cosas en nuestra vida, pero como estamos en el terreno del diablo con nuestro comportamiento, el diablo es un acusador tremendo, es un legalista. Es el primer fariseo de toda la historia. Él nos acusa y él obliga, en un sentido, más bien él le dice a Dios, tu tienes que hacer cumplir tu justicia, esta persona dice que te ama, que te sirve, que ha sido lavado con la sangre y míralo por allí practicando ciertas cosas. Tienes que dejarme tocarlo. Así pasa muchas veces. El diablo es un acusador.

Y Dios a veces quiere cubrirnos con su sombra. Una persona que está metida en drogas y haciendo cosas indebidas, está en el terreno del diablo y a veces Dios quiere cubrir esa persona, pero ahí viene, puede ser un sida, puede ser una bala perdida en una discoteca o en un lugar de mal comportamiento o mala muerte. Y Dios en su misericordia a veces tiene que permitir ciertas cosas en nuestra vida para poder santificarnos y purificarnos más.

Entonces Dios quiere sanarnos de ciertos ataques del enemigo, pero nosotros tenemos que caminar dentro del terreno divino. Recuerdan la famosa imagen de Jesús en el monte de los olivos, antes de ser crucificado? Le dice a Jerusalén, “Jerusalén, Jerusalén, cómo quise yo cubrirte, como la gallina cubre a sus polluelos y no quisiste, y ahora tu eres abandonada y dejada para los ataques del enemigo.” Y ahí vino la gran invasión romana con toda la destrucción porque el pueblo hebreo se rebeló contra Dios, rechazando a su Mesías, y se rebeló contra los romanos también, y vino una destrucción terrible contra Jerusalén, contra Israel, un castigo muy fuerte. Por qué? Dios quería cubrirlo pero había ciertas cosas que él esperaba a ellos hicieran.

Y por eso también la santificación es tan grande, tan importante, que nosotros caminemos dentro de las previsiones del Señor y las estipulaciones del Reino de Dios para que Dios pueda plenamente cubrirnos.

Ahora, quiero decir esto, que el tu caminar en santidad no te exime de ser probado por Dios o de ser atacado por el enemigo. Ahora, cuando tu seas atacado y probado, será para una de varias cosas. Será o para la gloria de Dios o para el avance de sus propósitos, que él te va a usar a ti misteriosamente para avanzar sus propósitos, o para tu propia formación espiritual. Pero si Dios permite que tu seas tocado por el mal, mientras tu caminas en sus caminos, él le pondrá un límite a Satanás y a la larga eso redundará en gloria y honra para su nombre y bendición para tu vida.

Ven, por eso es que la Biblia dice que los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien. Job era un hombre justo, casi perfecto en sus caminos, podría uno decir, pero había un drama allí. Que el diablo quiso usar a Job para avergonzar a Dios. Dios dijo, ok, vamos a ver? Entonces Job sufrió extremadamente, pero en ese sufrimiento estaba implicada la gloria de Dios. Óigame y de cuánta bendición ha sido el libro de Job para la humanidad. Mire nosotros aquí, en el siglo XXI hablando de Job, pobre, ya él está bien allá arriba, ya está descansando, y cuánto jugo le hemos sacado a Job a través de los siglos y los siglos. Fue de bendición para nosotros, fue de gloria para Dios y me imagino, que él también fue iluminado y aprendió muchas cosas como el mismo libro de Job nos enseña.

Es decir, que cuando tu estás en los caminos de Dios, puede que sufras, puede que pases por prueba, puede que experimentes pérdida, pero siempre vas a ser bendecido. El diablo no se saldrá con la suya en tu vida. Dios tornará todos tus sufrimientos y padecimientos para gloria de Dios.

Y que bueno es cuando uno sufre, pero uno sabe que yo amo a Dios, yo estoy sirviendo a Dios, yo estoy buscando de él. Así que Dios me sacará adelante, él sabe lo que él hace.

Ok, entonces, nos protege de los ataques y acusaciones del enemigo y si somos probados y entramos en dificultades, siempre saldremos victoriosos.

Ahora, hay otro pasaje que quiero usar para los próximos puntos que se encuentra en Romanos 7 del 14 al 25. Hay otro punto que quiero apuntar aquí, valga la redundancia, una cosa que quiero apuntar es la santidad es un proceso. Diga, proceso. La santidad es un proceso no un estado. Entienden la diferencia o es demasiado temprano para ser tan sutil? Yo espero que ustedes hayan desayunado bien antes de venir aquí esta mañana. Porque la santidad es un proceso, no un estado. Ah, yo soy santo, ya no tengo nada que aprender. Olvídate que ya estás en la profundidad del infierno, mi hermano.

No, la santidad es un proceso. Nosotros siempre vamos hacia la santidad, es una lucha, es un proceso dinámico, es algo que siempre está dándose en nuestras vidas. Nunca llegamos a decir, ok, ya, llegué! Eso le pasó al fariseo ese que en la parábola de Jesucristo, oh, gracias Señor, te doy porque no soy como este publicano aquí, este sinvergüenza, yo diezmo, voy a la iglesia todos los domingos y los miércoles también, soy diácono. Gloria a Dios. ¡Aleluya! Él se sentía muy contento con su comportamiento y su estado, y Dios le decía, yo te aborrezco, yo no recibo tu ofrenda.

El otro, el publicano estaba allí, oh, Señor, ten piedad de mí porque soy pecador. Y qué dice el Señor, ese, el que reconocía su pecado, se fue bendecido y perdonado. El otro que estaba seguro de su santificación y muy satisfecho de haber llegado, el Señor lo aborrece. La santidad es un proceso.

Y yo digo eso en un sentido también para tu propia tranquilidad. Porque mientras luchamos por la santidad y vamos hacia la santidad tenemos que saber que nunca lo vamos a lograr completamente. Eso quiere que no tenemos que andar por ahí con un látigo con 7 puntas de bronce dándonos en la espalda todo el tiempo porque hoy me porté mal, hoy hice esto, hice lo otro. Es un proceso. Estamos en trabajo. Somos una obra en construcción y tenemos que también darle espacio al tiempo y a la obra de Dios en nuestras vidas.

Mientras perseguimos la santidad apasionadamente, también tenemos que saber que vamos en el camino, vamos a experimentar contradicciones y luchas y eso es parte, y tenemos que también no ser demasiado exigentes. Tengo más que decir acerca de eso con nosotros mismos. Ok, no podemos ser legalistas con nosotros mismos.

La santidad es un proceso. Miren Colosenses, antes de ir a Romanos, Colosenses, Capítulo 3, porque esto tiene tantos textos, Colosenses 3:9 y 10 dice:

“…No mintáis los unos a los otros habiendo despojado del viejo hombre con sus hechos y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno…”

Ve ahí proceso? Mientras usted se va revistiendo de nuevo cómo lo hace? Conforme a la imagen de lo que creó, usted se va renovando hasta llegar a la plenitud del conocimiento. Y sabe usted cuándo usted llega a la plenitud del conocimiento? Cuando se muere ahí es que a usted se le quita la venda de los ojos y dice Pablo que ahora veo cómo he sido visto. Ahora vemos como por espejos, oscuramente, más entonces veremos cómo nosotros hemos sido vistos.

Ve? Usted está siempre yendo hacia la santidad, usted está siempre siendo mejor. Esa es la idea. Pablo dice, hijitos míos, por los cuales padezco dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. Es como una madre que siempre está dando a luz. Hermanas, no quiero pesadillas para ustedes pero… el infierno podría ser eso, una mujer siempre dando a luz. Ese sería el infierno para muchos de nosotros. La idea es esa, Pablo decía, siempre estoy luchando para ver a Cristo formado.

Porque Cristo se está formando en nosotros siempre. Un poquito más, un poquito más, un poquito más. Siempre siendo más y más como Cristo. Es un proceso, es un ir hacia.

En Romanos, el pasaje de Romanos 7, yo veo aquí a Pablo. Este gran hombre de Dios que disfruta de unos conocimientos increíbles diciendo en el 7:21:

“… Queriendo yo hacer el bien hayo esta ley, que el mal está en mí, porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios, pero veo otra ley en mis miembros, que se revela contra la ley de mi mente y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. Miserable de mí! Quién me librará de este cuerpo de muerte?...”

Véase este hombre, siervo de Dios, lleno del Espíritu Santo, bendecido con unas visiones tremendas. Escribió dos terceras partes del Nuevo Testamento y todavía diciendo, miserable de mí, quién me librará de este cuerpo de muerte? Porque estaba en formación. Él de vez en cuando se veía haciendo cosas y diciendo cosas que él no quería hacer porque estaba en proceso.

Así que, mi hermano, si tu tienes luchas en la vida cristiana, bienvenido al club, tiene buena compañía. Es un proceso. Pero tenemos que meternos en ese proceso. Muchos estamos dirimiendo a pierna suelta y dice Dios, despiértate, manganzón y ponte las pilas. Entra en el proceso de la santificación. Ese proceso dura toda la vida.

Otro punto bien importante, la santidad involucra lucha. Digan todos ‘lucha’. Involucra conflicto interior, una decisión deliberada. Cómo se compara al cristiano en la Biblia? Con un guerrero, un soldado, un atleta, un labrador. Todas esas profesiones tienen lucha.

Pablo dice que él corre para que corramos con ligereza la carrera de la fe. Dice que nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra principados y potestades. Hay una implicación de lucha y de guerra en la vida cristiana. La vida cristiana no es para cobardes.

Nietzsche, el gran filósofo alemán, que no era tan grande después de todo, porque era un ateo empedernido, dice la Biblia que, dice el necio de corazón no hay Dios, pero era un gran filósofo de todas maneras. Él decía que el cristianismo era para esclavos, era una religión para esclavos, gente débil que no podía luchar con las cosas de la vida y por eso tenía que apelar a un Dios imaginario.

Pero ¿Saben qué? Él decía eso porque no conocía la Biblia como nosotros la conocemos. No conocía la vida cristiana como nosotros la conocemos. La vida cristiana es una vida de luchas. Si tu la vives verdaderamente como tiene que ser vivida, es una vida agónica, es una vida apasionada, es una vida de guerra contra ti mismo, guerra contra el mundo y la carne, guerra contra el diablo que quiere destruir tu vida y hacerte tropezar una y otra vez. Es una lucha interior.

Por eso Pablo dice, miserable de mí, quién me librará de este cuerpo de muerte? Según el hombre interior, mi espíritu yo quiero hacer la voluntad de Dios, yo quiero agradar a Dios, yo quiero hacer lo que dice la Biblia pero encuentro en mí otra ley biológica, carnal, terrenal, diabólica que me arrastra a hacer lo que yo no quiero, aún mientras bendigo a Dios, y le digo, Padre, ayúdame, estoy pecando y yendo hacia el pecado. Es una lucha agónica, agonía, es lucha.

Por eso yo digo, si tu estás cómodo allí, echándote fresco en la vida cristiana, como diciendo, y, esto es un jardín, que lindo. Tu no sabes lo que es la vida cristiana.

Ahora, no es que tampoco tu vivas paranoide, neurótico y lleno de ansiedad. No me refiero a eso, pero es la lucha del soldado. Tu estás hecho para la guerra. Tu eres un atleta y tu tienes que abrazar tu estado, tienes que abrazar tu llamado. Dios me llama a estar ahí en lucha, no acomodarme al pecado.

No os conforméis a este siglo, dice Romanos 12. No se ajusten a esta cultura, sino presentad vuestros cuerpos en sacrificio vivo. Es una entrega. Es una lucha. Pero es una lucha que no te hace neurótico. Si tu estás neurótico en la lucha de la vida cristiana, you’ve missed the point. Te equivocaste. Porque es la lucha del pelotero que le batean una bola bien alto, y casi parece que va a llegar fuera de jonrón y él está midiendo la bola y él está en tensión, él está en lucha, sus ojos, su cerebro, su cuerpo, sus manos, él está midiendo dónde va a caer, no vaya yo a caer también. Yo también estoy en lucha porque no me falle la ilustración aquí.

Entonces, él está esperando la bola y él la está buscando y pasan 5 segundo, 3 segundo, no voy a exagerar demasiado, entonces él está en tensión, su cuerpo está en tensión, su mente está en tensión, todas sus facultades están buscando esa bola y esperándola. Él se posiciona para cuando la bola caiga y su cerebro está calculando, su computadora cerebral está haciendo unos cálculos increíbles que ninguna computadora humana lo puede hacer, yo le aseguro. Son unos cálculos matemáticos terribles que él mismo no sabe lo que está haciendo.

Pero qué pasa? También usted lo ve y parece de lo más relajado. Él se tiene que relajar. Si él está… probablemente se pone nervioso no va a agarrar. Es una combinación de relajamiento y tensión, ¿verdad que sí? Así es la vida cristiana. Tu te esfuerzas por servir al Señor. Tu trabajas duro, tu estás en lucha pero también respiras, disfrutas de la vida, te gozas de la vida porque tu sabes que vas a llegar a la meta porque Dios ya se aseguró de que tu ganaras la batalla.

Tu sabes que vas a agarrar la bola, es cuestión nada más de estar ahí debajo de ella cuando llegue. Pero, tienes que esforzarte, es una lucha paradójica. Es una ansiedad hermosa. Es una tensión relajada. Porque hay mucha gente que solo están tensos, y eso son los que usted ve que están constreñidos y estreñidos en la vida cristiana, una cara seca y todo es religión y ley, y compromiso, y esto y lo otro.

No disfrutan de la vida, es como el hermano del hijo pródigo: “Papá, yo he estado siempre haciendo lo bueno y tu nunca me diste ni siquiera un corderito para que lo matara.” Ese no entendía lo que era estar cerca del Padre, porque era todo acción, obra. Marta, acción, hacer las cosas para el Reino de Dios, y María tranquilita. No, yo quiero que Marta y María se unan en una sola persona. Que Marta haga lo que tiene que hacer, pero también que lo haga relajadamente, no se canse, no se mate en la vida cristiana. Es lucha, sin embargo, pero no es una lucha destructiva.

Entonces, es una lucha, es un conflicto interior. Involucra una decisión deliberada. Voy a terminar ya porque es tanto, quizás vamos a tener que seguir una vez más aunque sea.

Lo último que quiero decir es esto, que la santidad sin embargo, aunque es lucha, no es producto de nuestro propio esfuerzo. Tu no, en última instancia, tu no produces la santidad. Por más que tu aprietes los dientes y trates de ser santo, lo único que te va a suceder es que vas a tener que ir al dentista para que te arregle las muelas que te desgastaste. La santidad no la producimos nosotros, la santidad es producto de la presencia y el mover del Espíritu Santo y la vida de Dios dentro de nosotros. Es producto de nosotros reconocer el llamado de Dios a la santidad y entonces pegarnos al poder del Padre, buscar del Espíritu Santo, llenarnos de la palabra de Dios, hacer nuestras disciplinas espirituales cada día. Tomarnos nuestras vitaminas del espíritu cada día, dejar que Cristo se haga grande en nosotros y que él obre a través de nosotros y produzca los frutos de la santidad.

Cuántos entienden lo que le estoy diciendo? Amén. Esto es importante porque muchos de nosotros queremos producir la santidad amarrándonos a un palo para no hacer nada malo, sin embargo todavía estamos dentro de nosotros aquí pensando malos pensamientos. No se puede.

De nuevo, hablando de que eso es producto de un esfuerzo pero también de un relajamiento. La santidad viene cuando tu haces tu parte, pero también cuando tu dependes de Cristo Jesús y del Espíritu Santo. No maldigas el pecado en ti, bendice la santidad de Dios en ti. Guau, que bien me salió eso! Apúntelo para que no se me olvide. No vivas peleando con la carne, abraza la vida de Cristo dentro de ti y trata de pegarte lo más posible a Cristo para que entonces tu puedas producir los frutos de la santidad.

Volviendo a Juan, Capítulo 15, los versículos del 1 al 8, mire cómo dice Cristo aquí:

“… Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador…”

Pido a los músicos que si son tan amables de pasar por acá.

“…Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto lo quitará… ─ ahí está el llamado a la santidad ─ … y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto…”

Ve, hay algo aquí, que el Padre te está limpiando. El Padre está tratando contigo. El Padre está formándose en ti para que tu produzcas los frutos de la santidad.

“… lo limpiará para que lleve más fruto, ya vosotros estáis limpios por la palabra que os hablado…”

La palabra de Cristo en nosotros, la palabra de Dios cuando habita en nosotros, cuando meditamos en ella, cuando la memorizamos, cuando la recibimos y le damos la bienvenida a nuestra vida, cuando moramos en ella, y la recibimos como palabra de Dios, esa palabra es viva dentro de nosotros y hace cosas en nosotros, y produce lo que ella misma dice que va a producir. Entonces dice:

“… Si guardares mis mandamientos permaneceréis en mi amor así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor...”

Donde quiero ir es más atrás, Juan 15 del 1 al 8. Dice:

“… Yo soy la vid verdadera, mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no llva fruto lo quitará, y todo aquel que lleva fruta lo limpiará para que lleve más fruto. Permaneced en mí, versículo 4, y yo en vosotros, como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo…”

Usted ve? Tu no puedes llevar fruto de santidad por ti mismo.

“… sino permanece en la vid, así tampoco vosotros sino permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto porque separado de mí nada podéis hacer…”

Hermanos, eso es lo bello. Hoy en día, tu y yo, si queremos vivir una vida que sea agradable a Dios lo que tenemos que hacer es irnos más hacia Cristo, meternos más dentro de Cristo, entregarnos más a él, consagrarnos más a él, tener más comunión con él, meditar más en él, en su obra, su persona, su nombre, su verdad, sus mandamientos. Buscar de Cristo, dónde está él? Cómo permanecemos en Cristo? Cómo nos metemos en Cristo? Es a través de todas las ayudas posibles, la disciplina cristiana, la oración, el ayuno, la lectura de la palabra, la comunión con los santos, el servicio al Señor. Todas estas son cosas que nos acercan más y más a Cristo. Cuando reconocemos que él es nuestro Dios, nuestro Señor, nuestro Rey, cuando morimos más y más a los apetitos del mundo y al deseo de la propia realización y mis propios placeres, y cada día nos vamos metiendo más dentro de Cristo. Nuestro fruto va injertándose más y `más orgánicamente en la persona de Jesús, entonces el fruto de Jesús, la santidad de Jesús se va transmitiendo a través de nosotros.

Que diferente a yo matarme por producir obras, por hacer esto, hacer lo otro, y cuando veo que no creo que agrada a Dios, me pongo las gríngolas con los caballos, voy en la otra dirección. Hay una paranoia, una neurosis, una compulsividad que no es de Dios.

Mientras que cuando uno dice, ¿Saben qué? Yo lo que voy a hacer es que voy a meterme más en Cristo, voy a bendecir más a Dios, voy a pensar más en las cosas de Dios, voy a apartarme de aquellas cosas que contaminan mi mente y militan contra los principios del Reino de Dios. Entonces, según Cristo se va adueñando más y más de ti, de tu vida, tus hábitos, tu tiempo, tu comportamiento, él va entonces haciendo la obra y tu te encuentras dando frutos de justicia para el Señor.

Un árbol de manzana, no dice cuando llega la primavera, oh, llegó abril así que tengo que ponerme a dar fruto. El árbol tiene la genética de árbol de manzana y reacciona a ciertas cosas que hay en el ambiente y cuando llegó ese momento se da unos procesos y él da fruto naturalmente sin dolor. Así somos nosotros también. Los frutos de justicia de la santidad lo damos cuando nos injertamos en Jesús, en su palabra, la obra de Jesús en nosotros. Amén.

Por eso no andes por allí tratando de hacer esto, o hacer lo otro. No, no, a la vez que te esfuerzas, también dile, Señor, aduéñate más de mí, lléname más. Toma control de mi vida y hazme un dador de buenos frutos para gloria de tu nombre. Cuántos sienten ese llamado de Dios a la santidad. Amén. Gloria al Señor. Gloria al Señor.

Pongámonos de pie un momento. Pongámonos de pie un segundo. Ve, la vida cristiana, hermanos, es compleja, pero también maravillosamente hermosa. Dios nos llama. Purifíquense, mis hijos. Yo creo que voy a tener que continuar un poquito más porque hay mucha tela que cortar en esto, pero Dios quiere que seamos un pueblo que sea agradable a él, hermanos, y que lo agrademos con nuestra vida.

Así, ahora mismo ahí en tu espíritu, dile al Señor, Señor, ayúdame a dar los frutos de un siervo, una sierva tuya.

Lord, help me to be a giver, a bearer of the fruit of the spirit. May Jesus become more and more the ground of my being, the source of my good works, the guarantor of my sanctification, if you will. Ask Jesus to take hold, take control of your life, complete ownership of your life.

Recuerda, tu eres una sacerdotisa, un sacerdote del Señor, para que las bendiciones de Dios se manifiesten en tu vida, tienes que ser santo. Para que el poder de Dios se manifieste a través de ti, necesitas santificarte, para que el enemigo no tenga poder para hacerte daño en tu vida, y que las pruebas de la vida redunden en bendición para tu vida, necesitas santificarte.

Y Dios no te llama a la agonía, no te llama a sufrimiento, a padecimiento, te llama a soltura, paz, gozo, a esperanza, al disfrute de la vida mientras te lanzas hacia la lucha de la santidad. Es un proceso que durará toda tu vida pero ¿Saben qué? Cada día más y más te parecerás a Cristo y ahí donde viene la verdadera felicidad en la vida. Así que, gracias, Señor, te bendecimos y te exaltamos, te damos gloria y honra, Señor, y pedimos que esa vida de santidad se haga real en nosotros cada día.

Ayúdanos a ser un pueblo que obedezca ese llamado tuyo, Señor. Oh, ayúdame a mí, Padre, primeramente y bendícenos a todos y danos un año de gran crecimiento espiritual, ir más hondo de tus caminos, en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice amén. Gloria al nombre del Señor. Amén.

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La mentalidad correcta para alcanzar tus metas

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Ya que estamos comenzando este nuevo año, la gente siempre se pone sus resoluciones de cosas que quieren alcanzar y muchas veces nosotros siempre vamos a la mesa de dibujo, como quien dice, y empezamos a trazar planes de cosas que queremos alcanzar. Puede ser que hayan algunos planes del año 2010 que nosotros todavía traemos y tenemos que seguir trabajando en ellos para este próximo año. Como también puede haber cosas nuevas que estamos alcanzando, metas que tenemos por delante.

Y algo que el Señor puso en mi corazón fue el hecho de que para nosotros poder alcanzar esas metas todo depende de la forma en la cual nosotros pensamos. Nosotros nos podemos trazar las metas más descabelladas que uno se pueda imaginar, pero si no tenemos la mentalidad correcta para hacerlo, nunca lo vamos a hacer. Y obviamente yo estaba meditando en ese pasaje de Romanos, Capítulo 12, verso 2 que dice que nosotros tenemos que cambiar nuestra forma de pensar para que así pueda cambiar nuestra forma de vivir.

“…Transformaos pues, por la renovación de nuestro entendimiento para que así seamos transformados en nuestra forma de vida…”

Y cada vez que nosotros nos enfrentamos a un nuevo año que pensamos en resoluciones y yo estaba hablando de 4 áreas primarias. Yo estaba hablando a nivel personal y eso tiene que ver mucho con nuestra salud, mucha gente que dice, pues este año voy a perder 30, 40, 50 libras o hay algunos como yo que tal vez decimos que me gustaría ganar aunque sea 5 ó 10 libras. Yo siempre trato pero no puedo. Algunos me dicen, ay, Omar, dame ese don que tu tienes. Pero ahí vamos.

Otra área tiene que ver acerca de nuestra familia, tal vez, uno quiere ser mejor esposo, mejor esposa, mejor padre, mejor hijo, mejor hija y nos trazamos nuestras metas a ese nivel también, a nivel de vocación profesional. Uno quiere ser o un mejor empleador o un mejor empleado y uno se busca la forma de poder funcionar en esas distintas áreas, y claro está, esa dimensión de nuestra relación con Dios, de cómo siempre podemos crecer, mejorar en nuestra relación con Dios.

Y por eso es que yo les estaba diciendo esto, mis hermanos, que nosotros nos atrevemos a creerle a Dios. Dígale otra vez a la persona a su lado, ‘atrévete a creer’. Y por qué yo digo, atrévete a creer? Eso suena como si nosotros no creyéramos ya, pero ¿Saben qué, mis hermanos? Hay veces que yo voy bien esto, obviamente yo siempre les hablo de mi corazón así que hoy estoy abriendo mi corazón a ustedes también. Pero yo me atrevo a decir que muchas veces las distintas circunstancias de vida por las cuales uno pasa, como que tronchan ese sentido de nosotros poder creer, de poder confiar, de que Dios puede hacer algo. Y tenemos la tendencia de tomar nosotros el control de las cosas porque como vemos que Dios está tardando en hacer algo, en obrar de alguna forma, pues, nosotros queremos intervenir en nuestra forma. Y muchas veces ese tipo de actitud puede tronchar también los planes de Dios.

Muchas veces eso puede tronchar esa forma de cómo Dios quiere obrar en medio de nuestras vidas. Y miren, yo los dirijo a un pasaje que para mí es clave. Está en Juan, Capítulo 14, si pueden ir conmigo. Juan, Capítulo 14 del verso 12 en adelante, dice:

“…. De cierto les digo que el que en mí cree las obras que yo hago, él las hará también. Y aún mayores hará porque yo voy al Padre y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo… ─ Verso 14 dice: ─…Si algo pidieran en mi nombre yo lo haré…”

Que bonito, ¿verdad? Son palabras claves para nuestra fe cristiana, para nuestra certeza, nuestra confianza en el Señor. Porque obviamente son palabras que no vienen de ningún hombre, son palabras que vienen de Jesús, es una promesa que viene de Jesús y nosotros depositamos toda nuestra fe en esas palabras.

Y claro está, mis hermanos, a lo largo de mi vida yo he visto momentos en los cuales yo he podido ver esas palabras en acción. Y yo estoy seguro que todos nosotros en alguna forma u otra, hemos visto estas palabras y las hemos visto concretizarse en medio de nuestras vidas. Que hemos pedido algo a Dios en el nombre de Jesús y Dios en su forma, a su manera, lo ha hecho. Como también yo puedo testificar que yo he tenido momentos en mi vida donde estas palabras se han desparecido, porque he pedido, he pedido, y he pedido y nada, nada sucede. Y yo no creo que no sea porque Dios no quiera, yo creo que hay muchas otras circunstancias en el mundo que impiden el que esas cosas se lleven a cabo.

Puede ser que hasta yo mismo esté pidiendo en una forma que no es correcta, y por eso es que Dios no lo permite. Pero lo que yo quiero enfatizar hoy, mis hermanos, es el asunto de que nunca podemos dejar de creer en Dios. Nunca podemos dejar de creer en Dios. Creerle a Dios. De que él se va a encargar de hacer lo que tiene que hacer en medio de nuestras vidas.

Yo miro aquí a lo largo del salón y yo me imagino la serie de novelas que se están llevando a cabo en medio de sus vidas. Y no estoy hablando de las novelas de Univisión, conste. Estoy hablando de las novelas de ustedes, de cómo ustedes se baten día tras día en todas las cosas que hacen, cómo ustedes lidian con sus alegrías, con sus gozos, con sus victorias, y cómo ustedes lidian también con sus dilemas, con sus frustraciones, y cómo yo me imagino, que Dios está en acción en medio de cada una de esas cosas. Situaciones que de repente salen que uno se queda como que, guau, espérate, y esto de dónde salió? Yo no me esperaba esto. Y uno tiene que enfrentar eso y echarle mano.

O hay veces que cuando sale uno se asusta tanto que entonces uno se echa para atrás, y dice, no, yo no voy a meter mis manos ahí. Pero sea como sea mis hermanos, estamos hablando que son circunstancias, situaciones que están ahí en la olla con nosotros y tarde o temprano vamos a tener que lidiar con ello. Son situaciones que o fortalecen nuestra fe o debilitan nuestra fe. Y está en nosotros el que una o la otra se de.

Claro está, si yo miro esas palabras que nosotros estamos leyendo es porque tenemos la certeza de que nuestra fe puede ser fortalecida en el Señor y que tenemos que creer a lo que él quiera hacer en medio de nosotros y cómo él quiere y cuándo él quiera. Si yo me dejo llevar mucho por ese aspecto de que mi fe se debilita, entonces es porque estoy quitando mis ojos de esa promesa que el Señor nos ha dado, de que todo lo que pidiéramos en su nombre él lo hará.

Saben por qué digo esto, mis hermanos? Yo hago referencia a este otro pasaje de Hebreos, Capítulo 12, que fue otro pasaje que usé anoche también. Hebreos, Capítulo 12, muchos de nosotros lo conocemos, pero para beneficios de aquellos que tal vez no están muy familiarizados con este pasaje, es el que dice:

“… por tanto nosotros también teniendo a nuestro alrededor una gran nube de testigos, despojémonos de todo el peso y del pecado que nos acedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante... ─ cómo dice después? ─… puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, pero yo diría de nuestra fe…”

Yo me imagino que cada uno de ustedes en las distintas resoluciones, metas, que usted se está trazando para este nuevo año, o las que usted está cargando del año 2010, las situaciones con las que usted se puede enfrentar porque póngale el sello de que van a salir circunstancias buenas que van a impulsar lo que usted pueda alcanzar esas cosas, como también van a salir circunstancias difíciles que lo van a poner perplejo y no va a saber cómo proceder. Pero en medio de todas esas cosas, mis hermanos, si hay algo que yo les puedo decir es que usted mantenga sus ojos puestos en el Señor. Mantenga sus ojos puestos en esas promesas que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, promesas que de acuerdo a nuestras vidas, el Señor se encarga de cumplirlas en su debido momento, en su debida forma, en la forma que él mejor entienda para usted.

Mira, puede ser que tal vez a este caballero que está ahí atrás, el Señor decida hacer algo con él en una forma distinta a cómo lo haga con este joven que está aquí al frente, también. Puede ser que la forma en que Dios obre conmigo sea una forma distintas de cómo lo que va a hacer también con esta niña aquí.

Mis hermanos, pero en medio de todas esas cosas, lo más importante de saber es que si Dios ha dado una promesa él va a cumplir su parte del trato, del deal, como quien dice. Él se va a encargar de cumplir eso. Está de nosotros entonces que nosotros nos atrevamos a creerle al Señor.

Miren, ustedes se recordarán de este proverbio, libro de Proverbio, Capítulo 3, solamente voy a hacer referencia a algunos de estos pasajes. Proverbios, Capítulo 3, verso 5, miren cómo dice:

“…Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus camino y él enderezará tus veredas. No te creas sabio en tu propia opinión, teme a Jehová y apártate del mal, porque será medicina a tu cuerpo y refrigerio a tus huesos…”

Este proverbio, cuando yo lo leo, para mí es clave. Al yo enfrentar un nuevo año, para mí esto es clave. Yo puedo hacer mucho planes y fácilmente dejar a Dios fuera de esos planes. Pero lo que estas palabras me están diciendo es que yo tengo que hacer esa acción intencional de reconocer a Dios en todo lo que yo hago.

Y ¿Saben qué? Esto yo lo puedo decir, ok, voy a escribir en esta libreta todos mis planes y después voy a decir, ok, Señor, qué tu crees de todo lo que escribí? Versus, primero decir, Señor, qué yo debería hacer en este nuevo año para entonces venir a la libreta y empezar a escribir en esa inspiración.

Y yo no estoy diciendo que una sea mejor que la otra, conste. No quiero decir eso porque yo creo que Dios honra también ese aspecto de que uno sea proactivo y que uno se trace sus planes y pedir el favor de Dios en eso. Pero muchas veces tenemos que aprender a irnos también por ese otro lado, aprender a buscar de parte de Dios, creer, miren cómo lo voy a decir, creer, creer que Dios tiene la capacidad de darnos revelación a nosotros de qué es lo que él quiere hacer en medio de nuestras vidas.

Y que no tan solamente creamos cuando Dios empiece a mostrarnos esas cosas, sino con esa creencia venga la sensibilidad de poder responder en una forma afirmativa a lo que Dios nos inquiete a nosotros a hacer. Que nosotros nos salgamos de nuestra comodidad un poco y podamos aceptar los retos que Dios traiga a nuestras vidas y alcanzar aquello para lo cual él nos está llamando a nosotros.

Y yo les soy honesto, mis hermanos, muchas veces nosotros queremos jalar a Dios a nuestros planes y decir, no Señor, esto es lo que yo quiero. Y de nuevo, está bien decir, Señor, mira, yo quiero esto, pero aunque que tengamos esa actitud, que nosotros también podamos ser lo sensible suficiente que si Dios nos dice a nosotros, tu quieres eso, pero que tal si consideramos esto? Me siguen por dónde voy?

Usted se quiere identificar como un verdadero hijo, una verdadera hija de Dios? Podemos ser una de dos clases de hijos: los que queremos amoldar a papá a nuestros planes, o podemos ser el tipo de hijo que si papá nos jala y nos dice, vamos a hacer esto primero, que lo hagamos. No a regañadientes, pero con un corazón sensible, humilde, dispuesto, obediente.

Yo no sé, mis hermanos, pero yo me atrevo a decir, es más, lo voy a decir para mí, si yo me atrevo a creerle a Dios que cuando él quiere hacer eso en mi vida las cosas van a ir bien, yo estoy seguro que voy a ver cosas grandes.

En la misma forma me atrevo a decir, que si usted se atreve a creerle a Dios cuando él empieza a hacer eso con usted, usted también va a ver cosas grandes. Podrá sonar sencillo lo que estoy diciendo, mis hermanos, pero yo sé que no lo es. A nadie le gusta que lo muevan de un lado a otro. A nadie le gusta, pero si entendemos que Dios es nuestro Padre, y tal vez algunos de nosotros venimos con un trasfondo donde la imagen paterna es medio turbia, esa figura de autoridad como que la resistimos a veces. Pero si esa es la situación, con más intención todavía Dios quiere agarrarnos, movernos, moldearnos, disciplinarnos para que entonces nosotros podamos ver lo él quiere hacer en nosotros.

Así que, mis hermanos, yo sé que solamente yo soy un poco más jocoso, pero hoy no es el momento de ser jocoso. Porque lo que estoy diciendo tiene un peso, lo que estoy diciendo lo estoy diciendo con temor y temblor. Porque yo sé que lo que estoy diciendo no es nada fácil de hacer. Muchos menos en el tipo de sociedad en la cual nosotros vivimos, donde se nos anima y se nos motivo, y se nos instruya a que nosotros asumamos control de nuestras vidas. Lo que yo estoy diciendo es que nosotros soltemos ese control al trato de Dios.

Y ahí es donde viene ese aspecto de atrevernos a creer que lo que sea que él quiera hacer en nosotros, es mucho mejor de lo que nosotros podamos hacer, mucho mejor de lo que nosotros podamos decidir o pensar. Fantástico, hagan sus planes, planeen su vida, sean proactivos, tomen acción, por favor háganlo. No se queden ahí sentados entonces esperando a que Dios haga algo. No, no, no, tome acción, haga las cosas que está haciendo o que planea hacer, reconozca a Dios en todos su camino, y él se va a encargar de enderezar sus veredas.

A eso es a lo que se refiere lo que yo estoy diciendo. Usted reconoce a Dios en su camino, y cuando él endereza… imagínese esa acción de enderezar algo. Usted tiene algo que está todo virado, torcido, que doloroso sería ese proceso de ponerlo todo en su lugar.

Miren, hay veces, yo no sé si usted se ha dado cuenta, pero hay veces que yo me jorobo y mi espalda se va para el frente y yo sé que eso puede ser un peligro para mí. Si yo mismo cuando yo trato de enderezarme, que yo mismo siento el dolor en mis vértebras cuando se acomodan otra vez, cuán más doloroso sería el que otra persona lo haga por mí, con la fuerza que necesita para poderme enderezar.

Suena bien bonito ese proverbio, “reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas.” Ese punto de Dios es doloroso. Pero miren, a través de ese dolor viene algo nuevo, algo bueno, porque entonces uno se siente más derecho, más firme para poder enfrentar cualquier cosa que venga.

Así que, mis hermanos y hermanas, yo los quiero dejar con esta palabra en esta noche. Sea cual sea la meta, los planes que usted tenga, sea cuales sean los retos, las dificultades que puedan llegar a su vida en este año 2011, miren, atrévase a creer. Atrévase a creer como dice el Señor Jesús, que lo que usted pida al Padre en el nombre de él, él lo va a hacer. Tal vez no lo haga a su tiempo, pero lo va a hacer.

Y reconózcalo en todos sus caminos, y cuando usted sienta el dolor de que lo están tirando en una dirección que usted no pensaba, suéltese y deje que el Señor lo enderece.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Padre, te doy las gracias, Señor Jesús, en esta bella noche, Señor Jesús. Cada vez que tenemos la oportunidad de exponernos a tu palabra, cada vez que tenemos la oportunidad de escuchar, Señor, lo que tu tienes para nosotros, es un privilegio, Dios. Yo lo considero como un privilegio. Y Padre, asimismo, yo tengo que reconocer que lo que tu pides de nosotros no es nada fácil, muchas veces, quieres darnos sí una vida abundante, una vida bendecida, pero también tiene sus procesos dolorosos.

Así que, Señor, yo te quiero pedir por cada uno de mis hermanos y hermanas, a medida que ellos continúan adentrándose a este nuevo año 2011, Señor, yo sí declaro tu cobertura, yo declaro tu protección sobre sus vidas, Señor, que tu los libres de todo mal, Padre, líbralos de todo mal. Que tu cuides su entrada y su salida, su acostarse y su levantarse, Señor, pero aún después de haber dicho esto, Señor, si llegaran esos momentos duros y difíciles en la manera que se puedan manifestar, sí sabemos que no podemos evitar las dificultades, Señor, nosotros podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, podemos tratar de cuidar nuestra salud, pero eso no impide que podamos enfermarnos en algún momento.

Podemos tratar de guiar con precaución pero líbranos, tu Señor, un accidente puede ocurrir en cualquier momento. Podemos luchar por tener familias sólidas y estables, pero eso no impide que haya momentos de roces, de corajes, de molestias. Pero no quiero enfocarme tampoco en esas cosas negativas, Señor, quiero también resaltar todas las bendiciones con las cuales nos vamos a encontrar. Quiero resaltar también esos momentos donde vamos a ver tu mano moviéndose con poder, Señor, donde vamos a ver peticiones que sean concedidas, Señor. Donde vamos a ver puertas que se abran de par en par, Señor, que nosotros no tengamos ninguna otra opción que decir, guau, Señor, esto definitivamente eres tu que te estás moviendo aquí! eres tu el que me ha dado la fuerza para hacer esta riqueza, o para escribir todas estas cosas. No ha sido la fuerza de mi propia mano, sino que has sido tu, Señor, el que lo has hecho.

Así que, mi Dios, yo te ruego, Padre, que a lo largo de lo que va comenzando de este año 2011, Señor, yo te pido que tu fomentes en cada uno de mis hermanos y hermanas, ese sentido de fe que todos necesitamos, Señor, para atrevernos a creerte a ti de que tu te encargarás de proveer las cosas.

Señor, mira, yo me atrevo a decir que van a haber personas aquí que van a tener que tomar decisiones riesgosas, van a tener que tomar decisiones donde si se dejan llevar por lo que pueda suceder, nunca lo van a hacer. Pero Señor, van a tener que tomar esas decisiones como quieran. Algunos van a tener que cambiar de trabajo, algunos van a tener que cambiar de localidad, algunos van a tener que cambiar de formas de pensar y concebir esa idea es bien difícil, pero, Señor, aún en medio de esos riesgos, yo declaro, Señor, que tu estarás ahí, que tu responderás a las oraciones de tus hijos e hijas, Señor, y que tu no los vas a dejar caer en vergüenza, Señor Jesús.

Padre, cualquiera sea el caso, Señor, desde lidiar con una persona difícil en el ámbito de trabajo, hasta lidiar con un cónyuge o una persona nueva que vayamos a conocer, Señor, yo te pido, por gracia, por discernimiento, Señor, nuestras palabras, atrevernos a creerte a ti, Señor, de que tu puedes infundir en nuestras mentes esa gracias para saber cómo hablar, para no ser tan rápidos de juzgar a otros, Señor, sino que sepamos ver a las personas como tu los ves a ellos primero, Señor.

Oh, Dios, mira, ayúdanos a enfatizar esta enseñanza que tu nos das. Que antes de quitarla la pajita que pueda tener otra persona en su ojo, que siempre podamos quitarnos nosotros primero las vigas que tenemos en nuestros ojos para poder ver mejor, Señor.

Padre, yo bendigo a tus hijos e hijas, Señor, en esta noche. Yo les bendigo, Padre, yo declaro sobre ellos, sobre sus familias, sobre todo lo que ellos hacen, sobre todo lo que ellos poseen, Señor, yo declaro tu bendición, yo cancelo cualquier obra del enemigo, Señor, que trate de destruir lo que tu estás haciendo en sus vidas, Señor, yo lo cancelo en tu nombre, y yo declaro que todas las cosas obrarán para bien, Señor, para todos aquellos que te aman, Señor, y yo sé que aquí hay un grupo bien grande de personas que te aman, Señor.

Sea cual sea la forma que tu quieras usar para llamarnos la atención, para enderezar nuestros caminos, ayúdanos a tener esa sensibilidad de espíritu y de corazón para poderte obedecer y responder en la forma que tu quieres que respondamos. A ti te damos toda la gloria y todo el honor, Señor, llévanos con bien hasta nuestros hogares, bendícenos, Señor, danos un sueño tranquilo, reparador, mi Dios, para las energías de nuestro cuerpo y que mañana si así tu lo permites, Señor, podamos echarle mano a un día más y poder lograr las cosas que estén a nuestro alcance y si tu nos das la oportunidad de hacerlo algo más por otra persona, Señor, mira, que nuestro brazo no se estreche, no se acorte, sino que podamos extender nuestras manos y servir a aquellos a nuestro alrededor.

Bendecimos tu nombre en esta noche, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.

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Cuidado con el asesino silencioso

3 de enero del 2011 - Por Carmen Samano

Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí. Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: “¿Qué vamos a beber?” Moisés clamó al SEÑOR, y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés al agua, y al instante el agua se volvió dulce.
En ese lugar el SEÑOR los puso a prueba y les dio una ley como norma de conducta. Les dijo: “Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que les devuelve la salud.”
--Éxodos 15:23-26

El murmurar o quejarse es un pecado que muchas veces ignoramos. Algunas veces nos enfocamos más en los “pecados grande” como el homicidio y el adulterio, de tal manera que no le damos importancia a este pecado. Pero el Señor no lo pasa por alto, sino todo lo contrario. La murmuración es un asesino silencioso. ¡Este pecado fue la causa de una plaga que mató a miles de Israelitas! (Ver Números 16.) Arriba leemos cómo los Israelitas, quienes tenían una sed desesperante, sólo miraron que el agua que habían encontrado estaba amarga y no se podía tomar. ¡Qué rápido se olvidaron del Dios que los sacó de Egipto, con señales y prodigios! Ellos habían sido testigos de cómo Dios había dividido el Mar Rojo y destruido a los que los habían esclavizados. Aún así, prontamente volvieron a mirar los problemas en frente de ellos, olvidándose por completo del poder milagroso de su Dios.

Entonces comenzaron a murmurar contra Moisés. Pero en realidad ¿no estaban ellos dirigiendo su murmuración en contra de Dios? Una vez más, Moisés intercedió por ellos. Les reveló la fidelidad de su Dios que respondía a todos sus problemas y proveía para todas sus necesidades. Una vez más, Moisés les enseñó con su ejemplo. Ellos sólo tenían que clamar delante de Dios en humildad para ser escuchados.

Muchas veces, al igual que los israelitas, nosotros miramos nuestras circunstancias sólo con nuestros ojos físicos. Al no mirar con ojos de fe caemos en la trampa de estarnos quejando. Y si eres como yo, es posible que cuando empiezas a quejarte se te hace difícil parar. Muchas veces cuando he dejado correr mi actitud de queja, Dios me habla y me pregunta: “¿No es realmente contra mí que estás murmurando?” Yo tengo que recordar que debo dejar a Dios obrar en mis problemas para evitar caer en el pecado de la murmuración. No dejes que éste pecado tome control de ti. Examínate continuamente porque tanto tú como yo somos vulnerables.

El mismo Dios hacedor de maravillas que sacó a los hijos de Israel de Egipto, sigue obrando hoy. No permitas que tus murmuraciones y quejas te impidan recibir las bendiciones que Él tiene apartadas para ti.

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Cuando Dios cambia todos tus planes

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Feliz año, Congregación León de Judá! Felicidades en el año 2011. Espero que en todo lo que le venga a su vida en este año sea de bendición y prosperidad. Lo esperado y lo inesperado. Que todo sea de bendición para sus vidas.

Y de eso se trata el mensaje de hoy. Abramos nuestras Biblias en Mateo, Capítulo 1, por favor. Mis hermanos, casi les tengo que pedir disculpas porque aquí van a oír de nuevo José, María, Jesús. Me descorazoné esta semana caminando por mi cuadra viendo árboles de navidad en la acera y yo no suelto la navidad tan fácil. Me encanta esta época del año.

Pero, hermanos, yo les aseguro que, bueno sí, se puede llamar un mensaje navideño, pero a la verdad, el Señor me dio este mensaje para este día en particular, este día. Este primer día de un nuevo año. El primer día de un nuevo año que comienza una nueva década, se da cuenta? Y si usted como yo, muchos de ustedes, estarán comenzando un nuevo comienzo. Tal vez mañana regresarán a sus trabajos, tal vez después de un espacio, muchos de los estudiantes aquí, tal vez con dolor en su corazón se van a despegar de su hogar y regresan a la universidad y a sus estudios. Y cuántos han hecho planes para el año 2011? Amén.

Eso, les animamos. Muchas veces se ha predicado eso aquí. Queremos hacer planes, tener metas, amén, queremos lograr cosas ambiciosas delante del Señor. Tenemos peticiones que tenemos delante del Señor, sueños que anhelamos realizar en este año. Y a la vez, si usted como muchos de nosotros, como acabamos de orar, queremos que a la vez el Señor abra los cielos sobre nosotros.

Cuántos anhelan eso? Señor, yo tengo mis planes delante de ti, pero sobre todo yo anhelo que me visite el espíritu de Dios en este año, no? es esa su oración? Señor, quiero una visitación de tu santo espíritu. Y aún mientras planificamos y hacemos nuestros planes, le pedimos al Señor que él derrame su gracia sobre nuestras vidas y él tiene que mirar nuestras vidas patas arriba. Cuántos le han pedido eso al Señor? Hazlo. Queremos que Dios nos tenga en su mira. Sea lo que nosotros planifiquemos o no, que el Señor nos tenga en su mira y que nos use de la manera que le de gloria a él.

Queremos ser parte de algo de él, queremos ser parte de su propósito divino, no? así oramos el viernes. Señor, queremos que rompas brechas en nuestra vida, algo espectacular. Padre, que tu derrames tu gracia y tu espíritu sobre nuestras vidas.

Una pregunta mis hermanos, cuando el espíritu de Dios te visite así, en este año, lo reconocerás? Cuando el espíritu de Dios te visite de la manera que le acabas de pedir, cómo vendrá? Cómo anunciará su venida?

Más importante, mis hermanos, cuando el espíritu de Dios visite tu vida y visite tu hogar, cómo cabrán tus planes con los planes de Dios? Esos planes que acabas de elaborar. Y aún antes de este mensaje, mis hermanos, les dejo este consejo. No tengas temor de recibir, no tengas temor, mi hermano, de aceptar y cubrir y ser mayordomo de lo que Dios tenga para tu vida en este año. Por más inesperado que sea, por más amargo o incómodo que parezca al principio, no tengas temor de recibir tu María en este año. Puede ser que de esa manera el Señor cumpla sus propósitos en ti y se glorifique a través de ti.

Vayamos al Señor y luego a la palabra. Señor, yo me añado a las voces de los hermanos, de los santos que acaban de cantar delante de ti. Ábrenos los cielos. Espíritu de Dios, sopla sobre esta palabra. Una y otra vez, Señor, se ha declarado sobre este altar y aún en esta mañana, sin reserva, Señor, nuestras vidas son tuyas y así lo hemos a declarar. Señor, con temor y temblor tal vez ni siquiera dándonos cuenta de todo lo que eso representa, toma estas vidas, nuestras vidas, nuestros días, este año y visítanos con tu espíritu. Te pedimos en el nombre de Jesús.

Versículo 18 de Mateo, Capítulo 1:

“….El nacimiento de Jesucristo fue así. Estando desposado María, su madre, con José, antes que se juntasen se halló que había concebido del Espíritu Santo. Y José, su marido, como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo; “José, hijo de David, no temas de recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Jesús porque él salvará al mundo de sus pecados.” Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo, “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel, que traducido es Dios con nosotros.” Y despertando José del sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió… que este espejo mágico se hizo pedazos.”

No sé cómo él se enteró. Yo me imagino que fue la misma María. Te tengo noticias, don’t get upset! Esto es de Dios. Es del Espíritu Santo. Estoy en estado. Ahá. Ahá. Y uno ve, él de momento ese espejo se hizo pedazos. Sus planes, todo lo que él tenía en mente. Y hermanos, es tan fácil que nuestros espejos mágicos se hagan pedazos.

El viernes pasado, el viernes que despedimos el año nuevo aquí, en un momento el pastor hizo un llamado para todos aquellos que han perdido a alguien en el año que acabamos de despedir o algo serio: trabajos, hogares, pérdidas serias. Como muchos de ustedes se han enterado, yo perdí mi papá en el domingo después del día de Acción de Gracias. Yo fui el primero que pasé con Marina a mi lado, pero no fui solo. Y no estaba solo por mucho tiempo. De momento yo sentí una mano sobre mi hombro y vi a la hermana Carmen que amo muchísimo, y que ella también en este año perdió una hermana. Y detrás de la hermana Carmen yo vi una multitud de hermanos a mi alrededor. no te puedo decir cuántos, pero decenas de hermanos alrededor de mí. Todos ellos, todos nosotros teníamos algo en común. En el año 2010 perdimos a alguien o perdimos a algo en este año.

Una asamblea de los walking wounded, los heridos ambulantes, ahí delante de la presencia del Señor recibiendo sanidad. Gracias a Dios por ese llamado. Pero una pregunta, hermanos, qué hace uno, qué decisión hace uno cuando el espejo de su vida se hace pedazos así, o cuándo tiene una pérdida así? Y hermanos, creo que la verdad es que tenemos dos opciones. En ese momento uno puedo o decidir resistir este cambio a tus planes, uno puede intentar rechazar los planes que ha hecho con tu vida. Hay muchos que intentan hacer eso. Y por el resto de su vida, ir rechazando estos cambios. O puedes escoger recibirlos, recibirlos.

Recibirlo como José recibió a María. Hermanos, cómo se hace eso? Primeramente, y no es sorpresa, eso es la opción que yo les recomiendo a ustedes, a la iglesia de Jesucristo. Primeramente, cómo uno recibe esos cambios? Primeramente, tome tiempo para escuchar de Dios antes que nada y antes de actuar. José, en un momento, como ustedes van a ver, José es un hombre decidido, un hombre de acción, y él de un momento, él ya había decidido lo que él iba a hacer. Yo me imagino oyéndolo, “las ganas que tengo es matarla. La podría matar. Tengo todo el derecho de matarla, no la voy a matar, lo la puedo matar. No, no, no la voy a matar. Calladitos nos divorciamos, no va a haber gran cosa.” Pero él se apartó, se echó un sueñito y en ese sueño el ángel del Señor le habló.

Y hermanos, yo les recomiendo, nuestro primer instinto muchas veces es actuar de una manera. Haga un espacio, haga un espacio, mi hermano, para oír de parte de Dios. Cuanto más seria sea la pérdida o más violentos sean los cambios a tus planes, más tiempo necesitas a solas para oír la voz del Señor, y para discernir para qué y por qué. Porque lo inesperado viene, mi hermano, lo inesperado es inevitable.

Y en esos momentos, toma tiempo para estar a solas con el Señor. Ahora, mis hermanos, nuestra cultura no celebra la soledad o el silencio. Tal vez eso no es algo normal para usted. No es algo normal tomar tiempo en quietud para estar aparte con el Señor, procesar tu vida, llevar delante del Señor, Señor, esto era mi plan, esta otra cosa completamente cambió todo lo que yo había planificado para mi vida. Por qué? Haz hecho eso, mi hermano? Yo te lo recomiendo porque, mis hermanos, el Señor quiere oír de ti también.

Yo no creo que el Señor se hubiese ofendido si el Señor hubiese oído, yo me imagino a José diciendo Señor, yo soy un hombre justo. Ahí lo dice, José fue un hombre justo. No merezco esto, esto no es lo que yo tenía planificado. Eran planes… tu habías entregado esta muchacha, tu me habías dado estos sueños. Ahora entonces, qué?

Ustedes ha hecho esas oraciones? Me alegro si lo ha hecho. Eso es saludable. Ven delante del Señor, derrama tu corazón delante de él. Estoy hablando de un tiempo a solas con el Señor. No estoy hablando de nosotros convertirnos en ermitaños. De eso vamos a hablar ahorita. Pero sí tomar un tiempo para oír la voz del Señor y que el Señor derrame su luz y ordene nuestros pasos y declare sobre nosotros el por qué.

Y justamente le respondió a José a través de un ángel. Y el Señor le dijo a través de este ángel, José, hijo de David, no temas de recibir a María, tu mujer. No temas de recibirla porque lo que en ella ha engendrado del Espíritu Santo es.

Hermanos, tenga cuidado de no resistir lo creado de Dios para ti. Tenga cuidado de apresuradamente rechazar lo que el Espíritu Santo ha concebido para ti sin querer. Sabe, muchas veces nosotros rechazamos las cosas que no son concebidas por nosotros. Y de eso viene muchas veces nuestro instinto a resistir o rechazar los cambios que el Señor ha puesto en nuestras vidas o él ha dictado en nuestras vidas.

Hay un elemento de orgullo en eso. Porque estamos determinados de que lo que el Señor haga, lo haga precisamente como nosotros hemos determinado que lo haga. Y que todo se lleve a cabo como nosotros lo hemos planificado. O sea, insistimos que lo que se lleve a cabo sea la cosa que nosotros hemos concebido. Y tal vez rechazamos lo que el Señor nos ha dado, tal vez a veces por temor o por vergüenza, o por aferrarnos a nuestros planes o ilusiones. Rechazamos sin saber lo que el Espíritu Santo concibió para nosotros, para un propósito que ni siquiera podemos imaginar. Sin saber te visitó el espíritu de Dios y lo rechazaste. Sin saber el espíritu de Dios por fin, oyó tu oración, te visitó donde estabas, tal vez no en la forma que tu quisiste, o de la manera que has soñado, pero fue él. Es él. Este es el momento, el momento por el cual usted nació, precisamente la manera en que Dios se ha de glorificar en su vida y no nos damos cuenta, por aferrarnos a nuestros propios planes. No nos damos cuenta, por resistir lo que no fue concebido por nosotros.

Hermanos, lo que el Espíritu Santo concibió para nosotros es mil veces mejor de lo que nosotros podemos concebir, mil veces mejor. Pues, tenga cuidado de no rechazar lo que el Espíritu Santo le da.

Y tercero, mis hermanos, así como nosotros recibimos el espíritu de Dios, te dice el Señor, mira, este ser de nacer, José, es para salvación de muchos incluyéndote a ti, incluyéndote a ti. Y no tengas temor de hacer precisamente lo que te toca hacer en este momento, recibir a María, por una razón si tan solo por una razón: Dios está contigo, Emanuel.

Y esa es una de las razones por qué me encanta la navidad. Me encanta el concepto del Emanuel. No sé cuántos recuerdan un mensaje que prediqué el año pasado por este tiempo del año, pero ahí con toda esta idea de Dios con nosotros. Hermanos, ya con eso, tiene todo el equipaje que usted necesita, toda la herramienta que usted necesita para confrontar lo que venga. Dios con nosotros.

Dios no es un lejos, Dios es un Dios que está cerca de ti, envuelto en tus cosas. Él está en este drama. Dios con nosotros. Quiere decir que es un Dios que está a tu favor, él no está en contra de ti. Él te ama. Él quiere verte vencedor. Él quiere ver que sobre esta cosa, el Señor te levante y te use de una forma poderosa y glorificarse a través de ella.

Dios está contigo. Dios con nosotros. Eso quiero decir que hay un Dios apoyándote, un Dios levantándote, un Dios abriendo caminos delante de ti, un Dios que no solamente quiere que tengas la victoria, está allí para garantizarlo. Emanuel. Dios está contigo.

Mis hermanos, nosotros podemos perderlo todo o como Job, de un momento. El hecho de que Dios está contigo te debe dar la seguridad que tu redentor vive. Tu redentor es el que garantiza que el mismo que te dio estos anhelos y estos sueños, te los puede volver a nacer.

Y esto me lleva, mis hermanos, creo que la razón primordial por qué estos eventos inesperados son muchas veces los regalos más preciosos que Dios nos da. Pero para eso finalmente, hermanos, tenemos que aprender una cosa que es lo más que yo admiro de José, su fidelidad, su fidelidad.

Hermanos, el versículo 24, “… y despertando José del sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer…”

Hermanos, si vas a recibir a María, sea cual sea tu María en este año, el Señor te envía una María y te dice, recíbela. Si usted va a recibir su maría un consejo: recíbela. No lo hagas a medias. Sabe lo que quiere decir esa palabra? Esa palabra es casarse con, hacerse mayordomo de, hacerse responsable por, celebrar el hecho de que María es tu mujer. No, me vas a acompañar, pero ya sabes que es de mala gana. O sí, voy a hacer esto, pero ya sabes, yo sé que ese muchacho no es mío. O, sí, lo voy a hacer pero si le tengo que dar sus nalgadas, sabe que se lo voy a dar.

No recibas tu María regañadamente. Si el Señor te acaba de decir, esto es concebido por el Espíritu Santo, celébralo. Si esto es lo que el Señor te ha enviado, abre tu corazón, abre tu imaginación, abre tus bienes, toma tus planes, quémalo en el fogón de navidad, sácalo con el árbol si lo tiene que hacer para que lo recojan el próximo día, haz lo que tengas que hacer con esos planes, hermanos, esos planes. Cámbialos por lo que Dios ha concebido para ti. Reciba su María, si lo va a hacer.

Mis hermanos, José es uno de mis héroes espirituales. Y una de las razones por qué es uno de mis héroes espirituales es porque por lo menos la palabra lo registra, que él jamás mandó que bajara fuego del cielo, jamás la palabra no registra que el Señor usó para sanar a nadie, por lo que sepamos él nunca predicó un sermón a una multitud. Es más, no es ni siquiera que él predicaba un mensaje. En toda la palabra no se registra ni una palabra a José. Not one.

Bueno, ya vamos a ver, tal vez una palabra muy especial dentro de poco. Eso no era así. Pero sí era un hombre decidido. I love that about this guy. Me encanta esto de este hombre. Era un hombre de acción. En el momento que él recibió la palabra de Dios a través de este sueño, y esto se ve una y otra vez en este relato, esta es la primera vez que se ve en este relato, pero una y otra vez vemos este patrón. José en un sueño, el ángel del Señor lo visita. El ángel le avise, le dice, le revela. El próximo día, próxima mañana, muchas veces ni siquiera llegaba hasta la mañana, en medio de la misma noche, se levantaba y obedecía.

Hermanos, eso es lo que el Señor nos está llamando a hacer, fidelidad. En medio de la fidelidad, no te sorprenda si usted es el único que entiende por qué usted está siendo fiel. En medio de la fidelidad no te sorprenda si nadie más entiende la misión a la cual el Señor te ha llamado. En medio de la fidelidad no te escandalices si nadie jamás te aplaude, como compartía el pastor el viernes. Nosotros estamos rodeados de una nube de testigos. No te apure, hay un coro celeste aplaudiéndote, viendo este drama.

Hay un Señor intercediendo por ti. Bueno, Samuel, entonces qué sacó José con esto? Qué sacó? Saben, tantas veces yo leyendo este pasaje y este año estas palabras como que resaltaron más que nunca. El último versículo de este Capítulo de Mateo, declara: “… sí pero José no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús…”

Saben lo que quiere decir eso? En inglés es aún más claro. And he, en otras palabras, José, he, y pido que por favor los músicos me acompañen en este momento, y José le puso por nombre Jesús.

Ahora, piensen esto. Este es su hijo primogénito, un hombre judío, de quién era el privilegio en la cultura judía de ponerle el nombre al hijo? Del papá, del padre. Claro, no le iba a poner Jacinto, no le iba poner Samuelito, no le iba a poner el nombre que le daba la gana. Ya el Señor le había dictado a ellos, lo llamará, esto es lo único que pido que hagas, llévalo, que de luz esta mujer, y el momento que nazca le pondrás por nombre Jesús. Esa es tu asignación, simplemente, sencillamente. Confiamos en ti.

En ese momento nace y yo me imagino esta escena. Levantan este muchacho recién nacido. Se lo entregan al papá y le preguntan, José, cómo se llama este muchacho? Y por primera vez en la historia humana un ser humano declaró ese nombre por primera vez, Jesús. José tuvo el privilegio de ser el primer ser humano en invocar este nombre que ante el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará como Señor. Pero José fue el primero.

En la escena de mi mente yo veo un terremoto, algo tiene que acontecer de momento que él declara ese nombre, Jesús.

Pongámonos de pie. El pastor declaraba antes del mensaje que todos los planes de Dios para tu vida son buenos, son buenos. Y en este momento, hermanos, yo primeramente le pido al Señor por aquellos que están todavía mirando por su retrovisor al año 2010. Hermanos, entrégale eso al Señor porque hay algo precioso, poderoso, lindo, bello, concebido por el Espíritu Santo para ti en el año 2011.

Gracias a Dios por el 2010, pero lo que Dios tiene para tu vida en el 2011 no tiene nombre. Tal vez haya algunos hermanos aquí que miran el año 2011 y hay muchas cosas, tal vez, que son inciertas y temen, temen lo que no ha acontecido todavía, temen lo inesperado, también hermanos, yo les aseguro, si Dios está contigo lo que viene para ti es bueno. Y el Señor se glorificará a través de ello. Amén.

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Entra liviana al Nuevo Año

27 de diciembre del 2010 - Por Meche López-Miranda

 

Si fueras una maratonista, ¿cómo te prepararías para poder llegar a la meta? Seguro que lo primero que te viene a la mente es que te sería necesario estar en buena forma y hacer progreso en incrementar las distancias que corres cada día. Algo más, que a primera vista puede no parecer tan importante, es qué atuendo escoges para la carrera. Este tendría que ser el más liviano posible. Pues el cargar sólo unas pocas onzas en exceso por tan larga distancia malgastaría tu energía y disminuiría tus posibilidades de llegar a la meta. Si tu intención fuera verdaderamente tener éxito en esta empresa te despojarías diligentemente de todo peso innecesario.

Tú y yo tenemos en Cristo el mejor modelo que jamás haya existido de lo que significa despojarse:

...el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y, estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:6-8)

Sabemos que, diferente a nosotros, Cristo no tuvo que despojarse de nada pecaminoso o insano. Él, que es la perfección, no se aferró a su posición sino que lo dejó todo por amor a ti y a mí.

El autor de Hebreos menciona a muchos que, manteniendo sus ojos en el Señor, permanecieron fieles hasta llegar a la meta. Éstos son los llamados héroes de la fe, que la Palabra nos invita a imitar. Hebreos nos anima a nosotras a despojarnos de todo aquello que pueda impedir que alcancemos lo que ellos alcanzaron:

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

Muchas pensamos que sólo tenemos que despojarnos de aquellos comportamientos que son obviamente pecaminosos. Pero en realidad estamos llamados a vivir en obediencia y pureza aún en las áreas que aparentemente no tienen efectos espirituales. Es necesario que pasemos por el cedazo de Dios todos nuestros hábitos y apegos, aún los aparentemente inconsecuentes, como, por ejemplo, cómo gastamos nuestro dinero, qué programas de televisión vemos, con quién nos relacionamos, y muchos otros. Él es el que determina si nuestros comportamientos, hábitos, y actitudes nos encaminan a persistir firmes en la carrera o a aumentar las distracciones que nos atrasan o desvían de ella.

Al comienzo de un nuevo año, muchos acostumbran hacer una lista de resoluciones para los siguientes 12 meses. Ésta es una buena práctica, pero permíteme animarte también a hacer un inventario de las experiencias vividas en el año que ya está llegando a su fin. ¿Qué has aprendido? ¿En qué áreas tienes que crecer? ¿De qué necesitas despojarte para correr la carrera livianamente? ¿Qué cambios tienes que hacer para aminorar distracciones y enfocarte en lo verdaderamente importante?

Al comenzar el nuevo año ¿puedes afirmar con toda sinceridad que quieres deleitar el corazón de tu Padre con tu obediencia tanto en los asuntos de gran importancia como en los aparentemente insignificantes? ¿Estás determinada a sobreponerte a cualquier obstáculo que se interponga ante tu propósito de tener éxito en arribar a la meta?

Querida hermana, ante el gran potencial que nos ofrece el 2011 con sus 365 días, decidamos apropiarnos de las inspiradas e inspiradoras palabras de Pablo:

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús...olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12, 13b, y 14)

Permita Dios que, al final de este próximo año, podamos mirar atrás con la satisfacción de haber completado un tramo más de la carrera. Que podamos saborear el gozo de saber que el habernos despojado de pesos innecesarios nos ha permitido correr más livianamente y producir un mayor deleite en el corazón de nuestro Padre. A fin de cuentas es ese el propósito principal de la carrera.

¡Feliz Año Nuevo!

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Sermon clásico #6057: Judo espiritual

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Dice allí la palabra del Señor: “… oísteis que fue dicho, ojo por ojo y diente por diente pero yo os digo, no resistáis al que es malo, antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra, y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale. Y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo, pero yo os digo, amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os siguen para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, que hace llover sobre justos. Porque si amáis a los que os aman qué recompensa tendréis? No hacen también los mismos los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, qué hacéis de más? No han también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto….”

El Señor me ha estado hablando acerca de la necesidad de nosotros meditar sobre esa verdades que a veces tendemos a dejar como en un plano de segundo lugar en nuestro deseo de buscar el poder de Dios y de buscar la gloria de Dios en nuestra vida, buscamos a veces las cosas más llamativas y más espectaculares, y nos olvidamos de esas cosas sencillas que tienen que ver con las actitudes de nuestro corazón, que tienen que ver más con el ser de la vida cristiana que con el hacer de la vida cristiana.

Porque hermanos, si nuestra vida relacional no está bien y no es agradable a Dios, no importan cuántas cosas grandes queramos hacer y cuantas oraciones elevemos delante de Dios, cuántas veces ayunemos. Lo que nos entre por un lado asimismo se ha de escapar por el otro. Muchas de las derrotas que sufre el pueblo de Dios, cualquier nivel, sea el nivel de la familia, el nivel del matrimonio, el nivel de la iglesia, el nivel del ministerio, vienen yo creo, por esa falla que hay en nuestro carácter y esas zonas de nuestra vida que no están tratadas por el Señor, y esas actitudes y esa forma de relacionarnos unos con los otros, que no son agradables a Dios y que por lo tanto le dan cabida al principio satánico a operar en nuestra vida.

Y nosotros tenemos que aprender técnicas tanto ofensivas como también defensivas, y por eso a mi me gusta cada año sacar una porción de mis sermones y dedicarlo a que reflexionemos un poco sobre esa dimensión un poco más sutil de la vida cristiana.

Yo quiero hablarles acerca del yudo espiritual. Han oído esa expresión alguna vez? Yudo espiritual? El yudo es uno de las artes marciales. Yo le voy a hablar un poquito acerca de eso. Yo creo que el Señor Jesucristo en este pasaje acerca del amor hacia los enemigos y de vencer el mal con el bien estaba hablando acerca de yudo espiritual.

Recuerdo que el domingo pasado hablábamos acerca de sobrellevar las cargas unos de los otros. Y yo decía que para que la iglesia pueda ser una comunidad verdaderamente sanadora, y para que la familia pueda ser un organismo sanador y para que nosotros podamos ser individuos sanadores que Dios pueda usar para canalizar su gracia a otros que están en necesidad tenemos que sobrellevar las cargas unos de los otros como yo hablaba de Pablo que decía, hijitos míos, por los cuales padezco dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros, yo les decía, que así nosotros cada uno tenemos que padecer dolores de parto los unos por los otros hasta que el propósito de Cristo y la personalidad de Crista sea formada en cada uno de nosotros. Desgraciadamente hablábamos, muchas veces las iglesias no son ese lugar, como Pablo decía, restaurador donde hay espacio para que Dios vaya trabajando y para que a veces cometamos errores y caigamos, y entonces unos nos levantemos a los otros y haya esa intención restauradora. Como decía el Apóstol Pablo, si alguno de vosotros cayere en la trampa y fuere sorprendido en alguna falta vosotros que sois espirituales, dice, restaurad con espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tu también seas tentado por lo mismo que el otro cayó. Ahí hay unos principios que elaboramos, de que para que Dios pueda sanar y restaurar y cumplir su propósito en la vida de la iglesia, de la familia, tiene que haber gente que asuma un poco de la carga y el peso que lleva la otra persona. Y eso se tiene que traducir en paciencia, en mansedumbre, perdón, en soportar las inconsistencias y las inexactitudes y los pecados de los demás en lo que Cristo va elaborando su propósito.

Decía yo que la iglesia es un hospital, que en un hospital habrá manifestación de enfermedad. Todos estamos enfermos en un grado u otro, entonces para que la iglesia pueda sanar tiene que haber una atmósfera de tolerancia y de amor y de paciencia. Yo creo, de igual manera, que para que en la vida de la iglesia, de la familia, en el trabajo, en la comunidad, haya canales para que la gracia de Dios corra y se manifieste a través de ellos tiene que haber un espíritu de mansedumbre y tiene que haber ese espíritu del cual habla Jesucristo de yudo espiritual.

Yo le voy a explicar qué yo quiero decir con eso. Si usted busca el yudo en sí en su forma puramente como deporte o como arte marcial, el yudo establece como principio primordial el usar la fuerza del contrincante en su contra para ventaja del otro contrincante. Es decir, esa es la forma en que, según el yudo, una persona mucho más débil puede derrotar a una persona mucho más fuerte. Usa la fuerza del enemigo y su superioridad de fuerza la usa en contra y eso permite que haya una victoria, usa el impulso y la agresividad del otro para derrotarlo. En un sentido caso no resistiéndolo sino dejando que el ímpetu que lleva el individuo lo haga tropezar y lo derrote. Es un misterio, en un sentido, es una paradoja. El yudo usa la paradoja para obtener la victoria.

Y Cristo habla en este pasaje precisamente de ese tipo de dinámica en que nosotros usamos la agresividad y la violencia y la maldad que hay en el otro, y en vez de oponernos frontalmente y pararnos y tratar de oponer fuerza en contra, usamos la fuerza del enemigo para en un sentido derrotar y vencer. Claro, mi palabras ponen las palabras de Jesucristo en un contexto como militar o de guerra, aunque Cristo aquí no las trata de esta manera pero yo creo que cuando el Señor habla de correr la segunda milla, o de no resistir al que te pide tu capa o que te pide tu túnica está usando situaciones que son potencialmente de conflicto para que nosotros podamos entonces usar los principios de los Evangelio, el principio del amor y de la paz y del perdón para neutralizar esa agresividad, para derrotarla.

Miren lo que dice Romanos, capítulo 12, versículos del 19 al 21, dice:

“… No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios porque escrito está mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de beber pues haciendo esto ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No sea vencido de lo malo sino vence con el bien el mal….”

Yo creo que ahí, en este pasaje de Romanos está más claro esta idea de qué es lo que nosotros estamos persiguiendo en un sentido. Yo no creo que el Señor Jesucristo estaba hablando de dejarnos pisotear, o de dejarnos abusar o simplemente ser víctimas que la gente haga lo que le de la gana con nosotros. El Señor nos estaba enseñando cómo obtener la victoria más bien en situaciones de conflicto y de guerra usando principios de luz en vez de principios de las tinieblas. La Biblia dice que nuestras armas no son armas carnales, nuestros principios no son principios de guerra carnal sino de guerra espiritual. Nosotros luchamos con armas que Dios ha revelado a nuestras vidas, con actitudes y con comportamientos que obtienen la victoria pero sin agredir, sin dañar, sin ofender, sin destruir a nuestro contrincante.

Y yo creo que esto neutraliza la idea entre muchos que han leído este pasaje y que lo han rechazado, porque asumimos que lo que Cristo estaba diciendo es que simplemente nos convirtamos en víctimas, que la gente pisotee una y otra vez. Yo no creo que haya un principio bíblico que asegure más una vida victoriosa y una vida de dignidad y de provecho y de progreso que este principio que Cristo ha establecido aquí.

La resistencia a este principios, yo diría, que reside muchas veces en que va tan en contra de la intuición natural de nosotros, las ideas que nosotros tenemos que cómo funciona la vida humana y las relaciones humanas, este principios de Cristo del amor hacia los enemigos es tan contra intuitivo, tan contrario a lo que nosotros entendemos como la forma en que debemos tratar a los demás que por eso a veces resistimos la idea de practicarlo.

Viene, yo creo, en parte de ver la vida como una forma desintegrada y atomizada. Cada elemento, cada individuo por su parte, cada persona por su lado en vez de ver la vida humana y las relaciones humanas como un sistema, como una red de relaciones en el cual todos estamos ubicados. Ahora mismo yo miro esta congregación y yo veo hilos invisibles que van de una persona a la otra y hay una red de relaciones entre nosotros como iglesia. Si pudiéramos ver este lugar con los ojos de Dios veríamos hilos invisibles y si lo miráramos desde arriba, desde la parte superior del techo veríamos hacia abajo una red luminosa que va de persona a persona y que establece puntos de contacto entre todos los que estamos aquí y nos constituye en un sistema de relaciones espirituales, emocionales, físicas, de comunicación, etc. todo esto, no somos, dice por ahí, ningún individuo, nadie es una isla, ningún hombre es una isla hay un dicho en inglés. Ningún ser humano es una isla, todos somos parte de un continente, todos somos parte de una red, de un sistema de relaciones.

Y precisamente yo creo que las peleas y las luchas y esa forma agresiva en que muchos de nosotros nos tratamos unos a otros viene de no entender ese sentido de comunicación y de sistema que nos une a todos en una sola unidad, en una sola familia. Y yo creo, hermanos, de nuevo, que para que en una iglesia pueda reinar el amor y la armonía de Dios nosotros tenemos que entendernos unos a otros en esa manera. Sino no se va a dar el propósito de Dios en la vida de la iglesia. Lo que menos encuentra a veces en la iglesia es ese espíritu de sobrellevar las cargas unos de los otros y restaurar al caído.

Y les digo, hermanos, que lo que menos reina muchas veces en la vida de la iglesia es el espíritu de amar al que percibimos como nuestro contrincante y por eso muchas iglesias se dividen y se rompen y se quebrantan, y yo creo que el problema más grande de las iglesias no es tanto los ataques de Satanás sino lo que hay en el corazón humano que Satanás usa para dividir y para disgregar esa unidad que Cristo ha establecido entre su pueblo.

Pero yo creo que cuando comenzamos a vernos como parte de un sistema, como todos unidos en lazos indisolubles unos con los otros, que lo que yo hago aquí afecta todo lo que pasa en la vida de la congregación y que mis palabras aparentemente dichas y aisladamente van a reverberar sobre toda la congregación y que la manera en que yo resuelvo un conflicto con mi hermano, allá en la oficina del pastor, o por teléfono tarde o temprano va a diseminar sus influencias negativas o positivas, toda la vida de la congregación. Y cuando yo entiendo que yo soy parte de un tejido mucho mayor que yo, entonces las cosas comienzan a cambiar. Es la forma en que nos percibimos.

Cuando yo veo a mi hermano allá afuera en la calle como parte de un sistema mayor o cuando yo me veo en mi trabajo donde hay quizás, 20, 30, 40 personas como parte de un sistema y yo estoy implicado dentro de ese sistema y nada que yo haga o diga va a dejar de afectar todo el sistema, entonces las cosas cambian en la manera en que yo actúo, en la manera en que yo reacciono a lo que yo percibo es un ataque, o un error, o un cualquier acto negativo de parte de mi hermano en contra. La manera en que yo lo perciba a él y el lugar que él ocupa en mi vida, y en ese sistema de relaciones, esa forma va a determinar cómo yo voy a reaccionar.

Déjenme darle un ejemplo, porque esto suena un poco teórico, pero yo quiero aplicarlo a lo que Cristo dice aquí, el que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica déjale también la capa; cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Eso no lo podemos aceptar y no lo podemos practicar y no lo podemos entender a menos que no veamos ese sentido de familia y de unidad y de sistema dentro del cual nosotros nos movemos.

Déjenme darle el ejemplo del matrimonio, por ejemplo, en el matrimonio el conflicto sostenido, esa guerra a veces fría que continuamente hay en los matrimonios o el conflicto que surge una y otra vez en los matrimonios que siempre están en lucha y en pugna y en pelea, eso viene del cada uno verse separado y pensar en sí mismo como un elemento separado y no verse como parte de una unidad que compone al esposo y a la esposa. Por eso es que cuando nos casamos y venimos ante el pastor y él lee la porción que dice, y serán una sola carne y dice, yo los declaro marido y mujer y ahora ustedes pasan a ser como Cristo y la iglesia, una sola cosa. Eso nos pasa por aquí, suena muy bonito, pero no entendemos las implicaciones de eso. Entonces en el matrimonio hay lucha y hay pugna. Yo digo que cuando el matrimonio tiene una pugna continua, no las pugnas aisladas que van a surgir inevitablemente, pero cuando la pugna y la lucha se convierten en el principios rector de la vida matrimonial es porque a la raíz cuando usted busca y usted coge todo el follaje, el ramaje y todas las hojas y va a la raíz, usted encuentra egoísmo. Es decir, cada uno, el esposo y la esposa pensando en términos individuales y no viéndose como una unidad, como un sistema que es el matrimonio. Entonces no somos capaces de pensar en la pareja como una unidad, como un organismo sino que cada uno está pensando como algo separado el uno del otro.

Y entonces cuando surge un conflicto o hay una ofensa, o se hace algo que ofende al otro, el otro se tranca y se siente ofendido y quiere contraatacar y quiere en un sentido entre comillas vengarse, ya sea a través del insulto, a través del silencio, a través de una acción dañina al otro. Por qué? Porque piensa la persona que lo que hace no está afectando el sistema, sino que está afectando a la persona que él o ella percibe como el origen de su incomodidad, o de su dolor, o de su ofensa, pero no está viendo a la pareja como un sistema en el cual lo que yo hago en esa dirección también me rebota y me va a afectar a mi. Cuando hay ese tipo operación, uno de los dos cónyuges no estaba pensando en que yo le estoy haciendo daño, no a mi cónyuge, sino a la pareja de la cual yo soy parte. Lo que yo estoy haciendo con mi esposa está afectando al otro sistema que es la familia, que incluyen entonces a mis hijos. Y lo que nosotros estamos haciendo está rebotando de él o de ella y pasando a los hijos y de los hijos unos a los otros y de los hijos entonces otra vez al padre o a la madre que comenzó todo, o el que reaccionó, al que inició todo.

Es decir, es algo bien complejo pero hay una red de relaciones en que cada uno está afectando al otro y si nosotros nos percibiéramos como parte de esa red indisoluble, entonces las cosas cambiarían. Porque lo que comienza como una ofensa de un solo individuo en realidad está afectando al otro individuo y la reacción del otro individuo está afectándolo a él mismo, al que está reaccionando, y al que originó la ofensa, y entonces está afectando a los demás. Y esto se convierte en una cadena que se refuerza a sí misma, como un disco que está siendo tocado una y otra vez, ese patrón se va haciendo más y más fuerte y las ranuras más y más hondas, más difícil se hace escapar de ese círculo vicioso. Porque no estamos entendiendo que lo que yo estoy haciendo y la forma en que estoy reaccionando está afectando todo el sistema, sino que yo pienso que solamente es una pugna entre dos personas y que mi acción solo afecta a la persona a quien está dirigido.

Esto no es geometría pero es una familia bien pequeña. Aquí usted tiene arriba el esposo y la esposa, ven, y aquí usted tiene usted tres hijos solamente. No los quise poner muy grande, aquí usted tiene en esta parte una familia, un poquitito más extendida, suegro 1, suegra 2, suegro 3 y suegra 4, y entonces aquí usted tiene las relaciones entre estas 9 personas, cada flecha, por ejemplo, del esposo va una flechita a cada uno de los hijos y a la esposa. De la esposa a cada uno de los hijos y al esposo, y del hijos hacia el papá y la mamá y entre ellos también. Usted entiende el diagrama? Y cada uno de esas flechas quiere decir influencias que van de un lado al otro; el esposo afecta a la esposa, la esposa afecta al esposo, los hijos afectan al esposo y a la esposa, y viceversa, se afectan unos a otros, y ese es el sistema de la familia nuclear, es decir, la casa, solamente papá, mamá y tres hijos.

Pero entonces hay también las relaciones entre los suegros, ellos se relacionan entre sí uno con el otro, pero también ellos se relacionan con la familia, con el hijo o la hija de una sola. Imagínense si yo pusiera aquí 4 ó 5 hijos más con sus propia familia lo complicado que sería ese diagrama ¿verdad? Pero toda esta gente se están afectando unos a otros en diferentes maneras y lo que pasa en el hijo de arriba, la ‘h’ primera va a influenciar lo que pasa aquí, porque una cosa va ligada a la otra. Es como una conexión eléctrica que el sistema de la casa está todo vinculado uno al otro.

Entonces muchas veces hay un hijo pequeñito por allá que está haciendo unas cosas, y nosotros creemos que lo que hay que hacer es atender el hijito eso. Pero de dónde viene ese problema, en alguna parte comenzó. Y ese hijito va a afectar todo el sistema de la familia y entonces nosotros tenemos que entender, hermanos, que cuando nosotros hacemos algo, decimos algo, estamos afectando a mucha gente a nuestro alrededor. Cuando hay conflicto, cuando dejamos que las reacciones negativas rijan un pequeño aspecto de la familia, estamos envenenando todo el sistema. Y ese sistema me está envenenando a mí también que soy solamente una piececita. Así que cuando yo reacciono y cuando trato de resolver un problema, una pugna, una lucha, yo tengo que entender que lo estoy haciendo no solamente por mí y por mi cónyuge sino un nivel mucho más amplio de relaciones. Ya mis acciones y mis reacciones tienen un peso mucho, mucho mayor del que yo jamás podría pensar si yo me veo solamente como una piececita aislada de todo el sistema.

Por eso los psicólogos hablan del paciente identificado, porque muchas veces en la familia puede que el individuo X esté manifestando ciertas neurosis y ciertos problemas y ciertas reacciones, y entonces las reacciones, vamos a llevarlo al psiquiatra porque está pasando un problema para que el psiquiatra nos lo cure. Pero la familia tiene que ver cómo ese individuo está siendo afectado por todo el sistema familiar. Toda la familia necesita sanidad en un sentido.

Cuando mi esposa me ofende o el esposo ofende a la esposa no es solamente que unilateralmente ella o él está haciendo eso, está reaccionando a algo y la forma en que yo reaccione va a rebotar de ella, en la manera en que yo actúe y va a afectarme a mí también. Así que conviene muy bien yo resolver el problema en una manera que no le haga daño a ella, ni me haga daño a mí, le haga daño a los hijos, le haga daño a la iglesia ni al Reino de Dios ni a la comunidad.

Una piedra que yo tiro en un lago tiene reverberaciones que llegan hasta el fin del universo, porque el universo y las relaciones humanas son toda una red de relaciones bien bien (….) y por eso tenemos que tener cuidado cómo nos tratamos. Tenemos que tener cuidado cómo resolvemos los problemas unos entre los otros, porque somos responsables. Muchos pueblos en última instancia, las acciones que yo lleve a cabo va a afectarme a mí, la manera en que yo trate a mi enemigo, si yo lo apuñalo, o si yo lo venzo como un principio positivo de bien y de amor, va a determinar la calidad de mí vida interior y sanidad emocional, la manera en que yo disfrute de la vida, la manera en que yo hable, la calidad de persona que yo sea, la calidad de cristiano que yo sea. Así que a mí me conviene, para yo defenderme a mí mismo y para yo tener ventaja para mí mismo, yo tengo que obrar conforme al principio de Jesucristo porque la manera en que yo reaccione para con mi contrincante va a determinar la manera en que yo viva también.

Así que al yo defender a mi contrincante y buscar una forma no destructiva de vencerlo, yo me estoy defendiendo a mí mismo porque los dos somos parte de un sistema. Déjenme darle un ilustración de este principio de cuerpo y de unidad que no se puede separar. Cuando nosotros nos quemamos por casualidad, alguien coge una olla caliente por el mango, se quema y arde. A uno le da ira ¿verdad que sí? Pero usted no coge un martillo y le da a la mano por haber cogido el mango caliente por lo descuidada que fue la mano, ¿verdad que no? Por qué? Porque usted sabe que su mano está vinculada a su brazo y que el que cometió el error quizás fue el cerebro porque usted dice, qué tonto fui yo. Usted no dice, esta mano es tan estúpida, me la voy a cortar para que no lo vuelva a hacer. Por qué? Porque sabe que si usted da el martillazo a la mano el que va a sentir el dolor es todo el cuerpo y el que tiene la culpa es todo el cuerpo, incluyendo el cerebro que estaba ahí adentro. Usted dice, yo tuve la culpa. Que tonto soy. Y eso es si lo dice bien. Otros decimos otras cosas. Pero la idea es que todo mi cuerpo y todo mi ser cometió el error y agarró el mango en última instancia. La mano fue simplemente el punto de contacto. Por qué? Porque yo soy una totalidad, yo soy una unidad.

Lo mismo pasa en el matrimonio y en la relación con los hijos y la iglesia. Cuando nosotros nos vemos como esa totalidad que todos somos el producto unos de los otros, y que nos afectamos unos a otros y que nos hacemos daño unos a otros en cualquier acción, ya entonces cuando adquirimos ese sentido de cuerpo y de organismo y de unidad, la forma en que resolvemos los conflictos y que tratamos los errores que cometemos unos con los otros, es muy diferente. Yo soy parte del problema siempre porque yo soy parte del sistema y por lo tanto yo soy parte de la solución. Y tengo que tener mucho cuidado cómo yo resuelva el problema porque no solamente soy yo parte de este sistema de aquí, sino que yo soy parte del Reino de Dios y del pueblo de Dios. Y lo que yo haga afecta el nombre de Dios.

Cuando Abraham y Lot tuvieron problemas Abraham se acercó y dijo, la implicación fue, mira, alrededor de nosotros están todas estas tribus, todos estos grupos, tu y yo somos hermanos, no traigamos vergüenza en un sentido a nuestra relación familiar entrando en conflicto. Vamos a resolver el problema.

Cuando David pecó violando a la esposa de Urías, el profeta Natán le dijo a David, tu hiciste blasfemar a los hijo de Dios. Por qué? Porque hay una relación entre una cosa y la otra. Lo que David hizo allí a escondidas afectó a Urías, afectó a los enemigos de Dios, afectó a Dios, afectó las generaciones futuras de David, todo fue dañado.

Cuando Adán y Eva pecaron en el Edén toda la humanidad por el resto de la historia fue afectada y todavía nosotros sentimos las reverberaciones de ese acto mínimo y privado que se cometió allá en el Edén. Porque todos somos parte de una comunidad indisoluble, y la forma en que nos tratamos unos a otros y la forma en que nos vemos unos a otros va a tener unos daños terribles sobre el nombre de Dios y la calidad de la vida en nuestra familia, la iglesia. Por eso es que nos conviene tratar las cosas conforme a este espíritu de mansedumbre y de bondad y de sanidad, por eso es que hermanos, depende de cómo nos concibamos a nosotros mismos, de esa manera, nosotros nos vamos a tratar unos a los otros.

Voy a usar un ejemplo, una ilustración: el concierto de Juan Carlos Alvarado. Una operación de esa magnitud usted ve que la gente llega y dos o tres horas todo se esfuma. Horas y horas y días y días de preparación en dos o tres horas todo está consumado, y la gente llega bien vestidita y se sienta y no saben que detrás de todo eso hay un sistema inmenso operando de días y de días que ha sido capaz de producir esos minutos de adoración y de alabanza y de gozo. Y detrás de todo eso, hermanos, ha habido, yo diría, docenas de oportunidades para que el espíritu de ese concierto se dañara y que al final lo que quedara era malos sentimientos entre todos los que participaron. Hubieran podido pasar muchos disgustos bien grandes en ese tiempo.

Ahora, qué fue lo que permitió que esos momentos de calor y de potencial conflicto fueran neutralizados y que al final pudiera haber un espíritu tan lindo de armonía y de paz y de bendición? Te voy a dar tres momentos en que pudo haber un conflicto bien serio. El primero fue cuando hace unos días se nos notificó ya a última hora y casi por coincidencia que Marcos Vidal, el segundo cantante que venía, no iba a llegar. La tendencia de uno es a decir, nos han engañado, no nos han dicho las cosas como tenían que decirnos y uno reacciona violentamente e insultar a las personas o entrar en un conflicto serio, y dañar toda la cosa. Porque así es que se resuelven los conflictos en el mundo. Usted ve? Ese es uno de los principios que cuando usted permite espacio y lugar a Dios en vez de usted querer tomar las decisiones usted y resolver los asuntos usted, y buscar su propia justicia usted por fe le permite a Dios espacio para ser honrado, para ser bendecido. Ese el yudo espiritual y usted gana la victoria al final y Dios entonces llena ese espacio con gran bendición. Primer problema.

Segundo problema fue que cuando Juan Carlos Alvarado llegó al lugar entonces fue nuestra oportunidad para pedirle disculpas a él. A la larga él mismo me dijo, está bien, no hay problema, vamos a tocar con esto y la gloria de Dios se dejó sentir allí. Dios llenó el espacio. Yo no me puedo preocupar por mi propia dignidad solamente pequeñita ofendida, yo tengo que pensar en términos del beneficio del Reino de Dios a la larga, cómo lo que yo haga y lo que yo diga puede afectar almas que van a ser salvadas en el futuro. Ve? Eso se llama pensar sistémicamente, pensar en términos de todos los demás. La mayoría de nosotros pensamos solamente aisladamente, lo que a mí me toca.

La última cosa que sucedió fue que nosotros le habíamos llamado por teléfono con mucha anticipación para pedirle que si podíamos hacer un video del concierto y ellos nos habían dicho que sí, que no había ningún problema, y cuando llegaron aquí el representante de la firma de discos que graba las grabaciones de Alvarado, cuando se dieron cuenta que se estaba tomando este video, nos llamaron aparte, estaba allí el representante de firma y entonces ellos me dicen, la firma dice que eso no se puede usar. Bueno, me presentaron una ley, qué podía yo hacer en ese caso, ponerme a pelear, etc.? Ellos eran bien tajantes en su situación. Yo dije, bueno hermanos, miren, ya faltaban como unos minutos para el concierto. No nos vamos a poner a pelear aquí. Mandamos a hablar con ustedes y se nos dijo que podíamos hacerlo y si eso es lo que hay, no se preocupe. Mire, sabe, en ese momento cuando yo dije eso, cambió la cara. Yo lo vi y algo cayó en ese momento y entonces uno de ellos llamó al otro y se retiraron un poquito de mí. Y entonces se susurraron algo y vinieron y dijo, mira, vamos a permitir que se hagan 100 videos y hagan ustedes lo que quieran con esos 100 videos. Yo dije, bueno, gracias. Al ratito, como a los 3 segundos dice el ejecutivo de la firma, que hagan 150. Según iba progresando el concierto hacia el final de la noche, se acercó el mismo ejecutivo y dice, mire, hagan todos los que ustedes quieran. Hermanos, yo no tuve que disparar un solo tiro. La muralla cayó sin siquiera soplar, ojalá yo hubiera soplado aunque sea sobre la muralla.

Hermanos, qué hizo la diferencia? El yudo espiritual. El uno sobrellevar la carga del otro en ese momento. Uno asumir el pecado que haya en el grupo o donde sea y uno entender que en ese momento no podíamos dañar el ambiente, no podíamos darle gloria a Satanás, no podíamos entrar en una pugna de insultarnos unos a otros y pelear unos con los otros. Eso no lleva a nada. Un dinerito se saca de dondequiera y Dios es glorificado y a la larga Dios lo suple y Dios lo colma de bendiciones y Dios los multiplica.

Y simplemente uso esta experiencia que está allí así de esa manera, yo les podría dar tantas experiencias en mi matrimonio, en la relación con los hijos, en la vida de la iglesia. Hermanos, Dios nos ha puesto bajo un sistema muy diferente al que el mundo de afuera opera. El mundo allá afuera solo sabe a lo máximo la ley del talión, el principio diabólico es el principio de explotarnos unos a otros, matarnos unos a otros, buscar ventajas unos sobre los otros. Ese es el principio darwiniano de la evolución: el animal más grande se come al más pequeño. Ese es el principio diabólico de la carne y la biología que gobierna el universo y detrás de todo eso está Satanás que es el padre de ese principio carnal.

Ahora, Cristo ha establecido un principio totalmente diferente y es el principio de vencer el mal con el bien, el principio de vencer el odio con el amor, el principio de vencer la guerra con la paz, el principio de vencer la palabra hiriente con el silencio preñado de fuerza espiritual que neutraliza y que apaga el mal que hay en esas palabras hirientes.

Ahora, dónde está tu fe? Que si tu no crees en un Dios que interviene en las cosas más pequeñas de tu vida, eso no tiene sentido para ti. Tu solo crees que la vida y tus victorias y tus derrotas dependen de ti solamente, que Dios no está atento a las cosas de este universo, entonces tu no vas a entender lo que yo estuve diciendo. Ahora, si tu crees que Dios está metido ahí a tu lado, cuidando todas las cosas y velando por aquellos que lo honran, creyendo que la venganza es mía, dice el Señor, no tu darte el gusto de tu perpetrar tu propia venganza, entonces de esa manera tu vas a entender que Dios se ha comprometido contigo.

La gente más feliz que yo conozco es la gente que aprende a vivir conforme a ese principio. Yo todavía estoy, pero muy, muy lejos de poder estar a la altura de lo que yo mismo le estoy predicando. Ahora, noto que cuando tengo el valor y la fe necesaria para aplicar esos principios siempre Dios honra y siempre Dios bendice.

Así que hermanos, cómo nos vamos a ver nosotros? Nos vamos a ver cada uno como un individuo aislado, o nos vamos a ver como parte de una familia, partes de una red maravillosa que Dios ha establecido? Tenemos que velar los unos por los otros porque tenemos que perdonarnos unos a otros.

Yo les reto y me reto a mí mismo en el nombre del Señor, vamos a vivir conforme a los principios del reino, vamos a, como dicen por ahí, poner nuestro dinero donde está nuestra boca, te decimos cada domingo, vamos a vivir, vamos a darle el lugar a Dios y vamos a poner a Dios a prueba. Yo les garantizo en el nombre del Señor que si usted aprende a usar ese principio de yudo espiritual usted será una persona mucho más feliz y mucho más victoriosa a diario. Que el Señor nos bendiga.

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Adoración genuina

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Dios puso algo en mi corazón esta mañana y funciona perfectamente bien con lo que los niños acaban de hacer hoy. Y tiene que ver con nuestro llamado fundamental como congregación, nuestro centro mismo de lo que somos, nuestra identidad.

Qué significa la palabra Judá, nosotros somos la congregación León de Judá. No tienen que gritarlo ni nada pero si saben lo que quiere decir Judá pueden asentir con la cabeza. Quiere decir alabanza, adoración. Judá quiere decir alabanza porque cuando nació Judá en el Antiguo Testamento, su mamá dijo, “Finalmente, saben lo que voy a hacer? Voy a adorar al Señor”.

Y nuestro llamado como iglesia se resume en muchas maneras en nuestro nombre. El león es una imagen de guerra, de realeza…. A nosotros como congregación a entrar en ese espíritu de guerra espiritual, pero también se nos llama a ejercer esa guerra espiritual a través de la alabanza y la adoración. Cada uno de nosotros tiene ese llamado. Y en el relato navideño vemos el concepto de la adoración relacionado y entrelazado con todo los relatos de la navidad.

Así que, por favor, abran conmigo sus Biblias en Mateo, capítulo 2. No sé si lo pueden poner en la pantalla en inglés entonces, Mateo, capítulo 2, versículos del 1 al 12.

“….Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo, “Dónde está el rey de los judíos que ha nacido porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó y toda Jerusalén con él, y convocados todos los principales sacerdotes y los escribas del pueblo, les preguntó, “Donde había de nacer el Cristo? Ellos le dijeron, “En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta y tu Belén, de la tierra de Judá no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador que apacentará a mi pueblo, Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella y enviándoles a Belén, dijo: “Id allá, y averiguad con diligencia acerca del niño y cuando le halléis hacédmelo saber para que yo también vaya y le adore. Ellos habiendo oído al rey se fueron y aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos hasta que llegando se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella se regocijaron con muy grande gozo y al entrar en la casa vieron al niño con su madre, María, y postrándose lo adoraron. Y abriendo sus tesoros le ofrecieron presentes, oro, incienso y mirra, pero siendo avisados por revelación en sueños, que no volvieses a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino…”

Oramos. Padre, en el nombre de Jesús hay algo en los corazones de los magos que tu quieres que nosotros tengamos, Señor. Señor, danos este corazón, el corazón de adorador en espíritu y en verdad que marque una nueva época en nuestras vidas y como congregación, Señor, para que podamos darte el tributo que mereces. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Los reyes vinieron a adorar al Señor, lo dice dos veces en realidad. Por eso vinieron ellos. Si usted lee los relatos navideños usted encuentra una y otra vez el tema de la alabanza y la adoración. En el principio mismo del relato cuando Zacarías, el papá de Juan, sacerdote, está ofreciendo su sacrificio y su adoración en el santuario, afuera, en el santuario había una multitud de personas adorando mientras él dirigía la alabanza dentro del santuario.

Fue durante ese tiempo de adoración congregacional que el ángel se aparece a Zacarías. Si vemos hacia el final del relato y pensamos en Simeón y en Ana también, quienes vieron a Jesús mientras él estaba siendo presentado en el santuario, qué hacían ellos una y otra vez en el templo?

Pasaron día y noche orando y adorando en el santuario, y cuando Simeón ve el bebé lo toma en sus brazos, mira a ese bebé, y le dice, “Dios, sabes qué? Terminé mi función.” Bendijo al Señor y dijo, “ya me puedes llevar contigo, estoy listo para ir, he visto a Jesús, he visto su gloria.”
Yo conozco gente como Simeón pero ya volveremos otra vez a esa parte. Hay otro lugar ahí donde se habla de adoración. Había otra persona que ni siquiera había nacido pero que también adoró a Jesús. Todavía estaba en el vientre de su madre. Saben de quién estoy hablando? María se aparece, va a visitar a su prima, Elizabeth. “Hola, cómo estás?” y en el momento en que Elizabeth escucha la voz de María, es llenada con el Espíritu Santo y el bebé salta dentro de su vientre.

¿Saben qué? Mi hijo Noé era uno de esos saltarines. Uno se le acercaba a Kenny cuando ella estaba encinta, y enseguida lo sentía… Noé daba unas patadas tan fuertes dentro del vientre de su mamá.

¿Saben qué? Juan el Bautista, in Vitro, dentro de su madre, saltaba en adoración. Que Dios nos de un corazón así que salte. Cuando uno entra en la adoración le ha pasado alguna vez? Uno entra y algo dentro de uno salta. Es su espíritu reconociendo a aquél que ha hecho ese espíritu.

Les digo, mi mejor momento favorito durante cualquier día, es cuando yo veo a Noé, mi hijo y a Caris mi hijita, y no los he visto un buen rato y vienen saltando como…. Y Caris llega a mis rodillas su cara, y… mis llaves y mi celular en mi bolsillo, …. Contra…pero eso no la detiene. Es esa sensación de que no te he visto durante mucho tiempo y quiero estar cerca de ti. Que Dios no de…..que cuando entramos a adorar, algo dentro de nosotros diga, “Papi, Aba, te amo, te veo de nuevo”.

Oh, que nosotros seamos niños, una congregación inocente como niños. Y saben ustedes la palabra que alude a esa idea de saltar de deleite, Elizabeth salta de alegría, hay una palabra en hebreo gail. Es como que la misma palabra expresa…..

La palabra Abigail quiere decir simplemente volverse loco de alegría, estás gritando, estás gimiendo de felicidad. Es solo una notita… Abigail es de aba, mi papá, mi papi, y gail es gritar de alegría. Alegre, y nosotros tenemos que ser alegres.

La palabra dice que “Dios se regocijará con canciones sobre ti.” Como nosotros gozamos en su presencia él gozará también en nuestra presencia. Ser como niños, vimos hace un momento a esos niños haciendo esa adoración espectacular. Algunos de esos niños me matan. Y me parece increíble que pudieran conseguir que un varoncito que hiciera esa parte….

Eso conllevaba una adoración sistemática, bien elaborada, bien planificada. Pero también hay un tipo de adoración que es una adoración infantil cuando sacamos las sillas del medio y simplemente saltamos como monitos adorando y gozándonos en la presencia de Dios. Que Dios nos de ese tipo corazón, esa capacidad para liberarnos en la adoración y alabanza.

Pero, saben algo? No podemos hipnotizarnos o entrar en eso forzadamente, psicológicamente. Tiene que ser algo genuino, algo del corazón. Y hay otro elemento acerca de la adoración que es meramente externa, formal, de afuera. Digo ilustraciones concernientes a niños. Mi hijo Noé de vez en cuando asume una cierta mirada. Nunca se me olvidará, tenía año y medio, más o menos, lo llevamos al acuario un día, qué hace? Se pega al vidrio del acuario del tanque y pega la cara sobre eso y está mirando a los peces pasando y yo lo miré de momento y vi esa mirada en sus ojos. Es como que estaba allí pero también estaba en otro lugar. Y pensé para mí, guau, estoy contemplando lo que es esa mirada de maravilla, de asombro que sale del alma de una persona. No dura mucho, en un niño de esa edad.

Esa mirada también la vi en el despliegue de fuegos artificiales el 4 de julio. Y hace un par de semanas inclusive, la vi otra vez. En I wanna, el programa de los niños, y hay un tipo que se viste de león, es la mascota de I Wanna. Quizás nos visite por aquí algún domingo. Él llegó a una de las clases de escuela dominical donde están los niños de 3 y 4 años, y yo estaba espiando. Y vi a Noé, mi hijo, acercársele y está mirando a ese león raro y tiene esa mirada a la cual me estoy refiriendo.

Saben ustedes? Hay gozo pero también hay como un poquito de temor en esa mirada. Lo que está mirando es un león y no estoy seguro si me va a comer, y lo hace más interesante. Estoy tratando de enseñarle a mi hijo acerca del temor y Halloween y todo eso, y por qué no lo celebramos, y le digo, hay cosas a veces que nos da miedo. Y él me dijo, se siente bien tener miedo. Y tuve que hablarle acerca de eso. Pero ¿sabe qué? En realidad nada más aterrador que Dios.

Las crónicas de Narnia, una película, el león de esa historia y los niños en la historia dicen, “Ah, un león!” Es seguro, se puede confiar en él? Y el otro niño dice, “Bueno, no es muy seguro, no es muy manso el león”. Es un león, no es manso necesariamente pero es bueno.

Cuando nosotros adoramos, adoramos al león de la tribu de Judá. Adoramos a un Dios majestuoso y maravilloso. No es un Dios con quien podemos jugar, no se debe tomar livianamente tampoco, pero es bueno, que Dios nos de ese corazón de asombro y de maravillas.

Saben ustedes, los discípulos cuando estaban con Jesús, algunas veces se sentían cómodos con él y hablaban libremente, pero un día el Señor se quedó dormido en la parte de atrás de la barca. Recuerdan lo que pasó? Una tormenta se desató de momento. Los discípulos se están volviendo locos de miedo. Señor, no te da temor de que nos estamos muriendo aquí en el barco? Me imagino al Señor levantándose, tocándose la cara y mirando alrededor… Y el Señor dijo, “Tormenta, cálmate!” Y todo de momento se calmó.

La reacción de los discípulos, dice la Biblia, fue que tenían miedo de la tormenta, pero el texto bíblico aclara en una forma muy enfática, que tenían miedo a la tormenta, tenían terror de Jesús al ver su autoridad. Después de este milagro se preguntaron, bueno, qué es lo que tenemos dentro de esta barca? Podría ver todos se pusieron de un solo lado mirando con terror a esta figura misteriosa que era Jesús.

Que Dios nos de ese sentido de asombro y de temor… En el libro de los Hechos, vemos también que al ver los milagros que hacían los discípulos, dice que la multitud miraba y que la palabra que en el griego original se usa, se refiere a miedo, había como terror de lo que estaban mirando.

Dice en el salmo, adorad al Señor en el esplendor de su santidad. Yo tengo un amigo que una vez se encontró en una conferencia en la ciudad de Kansas, y allá visitó una iglesia que se mueve mucho en el ámbito profético. Y el pastor líder dijo, saben qué? Vamos a tomar un momento y yo voy a orar para que el Señor nos revele el temor del Señor en este momento. Silencio de momento y nada más, y este amigo me relata que lo único que él pudo hacer durante los próximos 90 segundos, fue tirarse al piso, quedarse en el piso tirado con su rostro al suelo y rogarle al Señor que no lo matara. Absoluto terror, temor.

Ahora, entendemos ese es un momento extremado, pero de vez en cuando es bueno tener un sentir así, un saborcito de temor a Dios. Le da peso cuando nos reunimos como congregación para adorar al Señor. Podemos ser como niños que agarramos el león y jugamos con la melena del león y nos subimos encima de él y le damos gracias a Dios que le está rugiendo a los malos, no a nosotros. Cuando Satanás nos ataca o cuando hay gente que quiere perseguirnos, no tenemos que tenerles temor a esas personas porque tenemos a un Dios que es mucho más aterrador que esos malos… y él está de nuestro lado.

Los tres Reyes Magos comprendieron ese espíritu de reverencia delante de Dios. Sabían que un gran rey estaba naciendo en su vida en ese momento, y llegaron a adorar a ese rey. No vinieron simplemente a hacerle caricias y chulerías a un bebé, vinieron a pagarle tributo reverente a un nuevo rey, a un gobernador que ellos sabían que tenía mucha más autoridad que la que ellos tenían.

Saben ustedes, hay muchas palabras en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento que aluden al sentido y al acto de la adoración. Yo hablé acerca de esto en la mañana. Los esquimales tienen como veinte palabras que se refieren todas a la misma cosa, la nieve. Tienen nieve que se puede apretar fácilmente, nieve liviana, polvorienta que se puede esparcir en el aire, la nieve que está ya como fuerte y pegada en la superficie. Por qué tienen ellos tantas palabras para referirse a un fenómeno que se llama nieve? Probablemente porque es una parte muy importante de sus vidas, la nieve.

Les animo a ir a google, al Internet, y buscar la palabra adoración en el griego, por ejemplo. Usted verá página tras página de palabras en el griego original y en la Biblia que se refieren a la adoración. Por qué? Probablemente porque era la esencia de sus vidas. Porque la adoración para un creyente es como respirar. La adoración es como el centro alrededor de lo cual todos nosotros giramos y nuestra vida se desenvuelve.

Estos reyes usan la misma palabra tres veces para referirse a su adoración a ese niño recién nacido. Es la palabra griega proscuneo y se refiere a arrodillarse y postrarse rostro abajo y darle tributo a un gran rey. Es como rebajarse a sí mismo para exaltar a uno que es mucho mayor que el adorador.

Tome su Biblia y mire el salmo 2. Describe muy bien esto a lo cual yo me estoy refiriendo. Dice, por qué conspiran las naciones y tratan de hacer cosas contra Dios en vano. Los reyes de la tierra tratan de hacer cosas en contra del Señor contra su ungido. Dicen ellos, rompamos el yugo de Dios en nuestra vida, saquemos las cadenas que han puesto sobre nosotros. Pero la Biblia dice, el que está en el trono en el cielo se reirá de ellos, se burla de ellos. Y entonces los reprende en su ira y los aterroriza en su ira, y dice, he instalado a mi rey en Sión sobre mi monte santo. Yo proclamaré la declaración de mi Dios. Dios ha dicho, tu eres mi Hijo hoy, yo te engendré.

Saben ustedes la frase Hijo de Dios? Claro, eso alude que Cristo es divino. Yo tengo un hijo, por ejemplo, y es humano como yo. A menos que sea cosa de ciencia ficción el niño sale diferente. Pero la frase que tenemos en la Biblia Hijo de Dios, implica también esta idea de Rey. Al rey se le llamaba también el Hijo de Dios. Así que cuando Cristo es bautizado y esa voz del cielo dice, “Este es mi Hijo”, también diciendo, “Este es mi Rey, el Rey que ha venido. Escúchenlo a él.”

Y el salmo 2 continua y dice, pídeme y te daré por herencia a las naciones, le dice al Rey, a su hijo. Vas a dominar sobre ellas con tu cetro y las quebrarás como si fueran piezas de barro. Así que, reyes, sean sabios, admitir amonestación, oh jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

Los reyes aquí en Mateo, en el relato que acabamos de leer, es como si hubieran salido exactamente del salmo 2. Ellos saben que un rey nuevo aparece en el escenario. Este es un rey que no se puede matar, un rey que tomará control de toda la tierra y realmente yo quiero estar del lado de ese rey. Así que estos reyes magos vienen, se postran sobre sus rodillas delante de él.

Y es la misma palabra que vemos en el libro de Apocalipsis también. Proscuneo habla acerca de todos esos ángeles que están alrededor, postrados alrededor del trono de Dios. Y dice en Apocalipsis que ellos se postran sobre sus rodillas y tiran al suelo sus coronas delante de ese gran Rey, y dice, alabanza, y gloria, y sabiduría, y gracias, y honor, y poder, y fuerza a ese, nuestro Dios por siempre y siempre. Proscuneo. Adoración.

Nosotros hemos estado orando al Señor, clamando por un gran avivamiento durante mucho tiempo para que venga sobre nosotros el Reino de Dios. Y en la medida en que ese reino va llegando a nosotros, mientras nosotros adoramos al Señor, y ese velo es levantado y vemos a Jesús en su majestad real, ese es el tiempo para nosotros arrodillarnos, y dejar nuestras propias coronas, ponerlas a sus pies, y decir, toda la gloria y el honor te pertenecen a ti Jesús.
Cuando nosotros adoramos, declaramos, Señor, tu eres el Dios, el Rey. Eres el Rey de mi vida y eres el Rey de esta tierra y tu estás tomando control.

Una notita adicional aquí. Estos tres reyes que llegaron a adorar a Jesús, probablemente no eran del mismo país ellos tres. No eran todos boricuas o lo que fueran, no eran de una sola nación. Tenemos reyes cada uno, en un sentido de autoridad de nuestros diferentes países. Allí en ese lugar había como unas Naciones Unidas en esos tres reyes. Eso en realidad era algo profético. Dios dice que un día todas las naciones vendrán a adorar a los pies de Cristo.

Eso es algo que tiene mucha vigencia para nosotros como congregación. Miren alrededor de ustedes. Habrá alguna línea de asientos que no tenga representantes de diferentes países? Quizás usted está sentado al lado de su esposa, o algo así pero. Es cierto, cuando uno mira desde aquí y ve una cantidad diferente de… Y también ahora que tenemos el ministerio en inglés, todavía la cosa se pone mucho más interesante y sazonada. Hemos contado en esta iglesia y tenemos ya más de 30 nacionalidades en nuestra congregación. Y la Biblia dice que eso constituye una señal profética, porque cuando personas de diferentes países se reúnen juntos para adorar al Rey, como los reyes que vinieron a adorar al bebé Jesús, estamos haciendo una declaración. Estamos diciendo, un nuevo Rey ha llegado a la tierra. Antes de ser gringo, nos estamos diciendo, soy ciudadano de ese nuevo reino. Amén. Gloria a Dios. Al unirnos en esta diversidad estamos diciendo que algo nuevo ha descendido sobre el ámbito humano, y que la llave a esto es, yo creo, la adoración.

Saben ustedes el texto que hay en apocalipsis que están rodeando el trono y dicen, con tu sangre, Señor, tu nos has comprado a nosotros, de cada tribu y lengua, nación y etnicidad, dice, tu los constituido en un reino. Nosotros tenemos un reino nuevo entre nosotros y estamos tomando control, porque el rey ha llegado.

Pero no termina allí el relato, dice, nos has hecho un reino pero también nos has hecho sacerdotes. Qué hace un sacerdote? Un sacerdote es un mediador a la adoración. La adoración es la clave. El texto apocalíptico dice que de momento surgieron voces de miles y de millares en el santuario, rodearon el trono y comenzaron a hacer un ruido de adoración diciendo, el cordero es digno.

Qué es lo único que puede mantener unificada una iglesia de más de 30 naciones? Vamos a ver. Buena organización, buen programa? O simplemente una idea de que es bueno estar contentos y estar unidos bien romántico. Nada de eso. No se trata de una organización, es de ser un organismo, al vivo. No es esto de tener altos ideales. Se trata de tener una experiencia común, la experiencia de adorar un rey que tenemos en común todos nosotros. Eso fue lo que unificó y trajo a ese mismo lugar a estos tres reyes. Y saben, eso es lo que nos unirá, eso es lo que nos mantendrá unidos a través del tiempo.

Saben, cualquier avivamiento que ha surgido a través de los siglos, siempre se ha caracterizado por ese fenómeno. Cuando el espíritu se mueve la gente comienza a cantar y a declarar, la gente comienza a adorar al Señor, y gente que normalmente no se verían juntos unos con los otros se hacen amigos.

Fue escandaloso el avivamiento en Azuza a comienzos del siglo XX, de que gente afroamericana, negros y blancos se unieran para adorar juntos. Era escandaloso! Solamente el poder del Espíritu Santo… Era adoración declarando que el Rey de Reyes ha llegado al escenario. Y Dios nos ha llamado, hermanos, a nosotros a hacer lo mismo, de asegurarnos de que cuando adoramos estemos declarando de que un día toda rodilla se doblará y toda lengua en los cielos y en la tierra, y debajo de la tierra confesará que Cristo es el Señor para gloria de Dios, el Padre. Y ese es nuestro llamado. Oh, Señor, que sea sincero ese llamado de adoración.

Saben, hermanos, no toda la adoración es sincera, genuina. En el relato que tenemos aquí de los reyes, los tres reyes, saben, no solamente había reyes buenos. En realidad debiera ser el relato de los 4 reyes, no los 3 reyes. Los tres buenos y un cuarto rey inexpresablemente malo. Uno de los versículos más aterradores de toda la Biblia, el Rey Herodes, parte judío y probablemente con una bella sonrisa en sus labios, diciéndoles a los magos siniestramente, hey, cuando encuentren al bebé déjenmelo saber porque yo también quiero adorarlo. Saben hermanos, no toda la adoración es la misma.

Jesús dijo acerca de los fariseos, en vano esta gente me adora. Son religiosos pero son hipócritas. En el Antiguo Testamento en el libro de Isaías, hay un momento en que Dios dice, ¿saben qué? Estoy harto de sus sacrificios y sus festivales de alabanza. ¿Saben qué? Déjenme descansar, esa adoración me apesta. Por qué no aprenden a comportarse bien, muestren misericordia con el pobre, con el huérfano. Aprendan a hablar la verdad. Aprendan a adorar con su vida y no solamente con su boca.

En el Nuevo Testamento vemos la adoración, nos dice, ofrece todo tu cuerpo como un sacrificio vivo, santo y aceptable, agradable a Dios para que eso es tu verdadero acto de adoración. No hay una línea divisoria entre lo físico y lo espiritual. Dios te dio un cuerpo. Es bueno, así que úsalo para buenos propósitos.

Saben ustedes, el símbolo cuando uno levanta sus manos. Por qué hacemos eso de levantar las manos? No les parecía eso a usted cuando usted era nuevo en el Evangelio eso de que la gente levantara la mano? Yo recuerdo ir a una iglesia pentecostal cuando era un nuevo creyente, recuerdo que yo pensaba, me gusta el sermón pero ese lío de que estar levantando la mano y haciendo gestos, eso no me cae tan bien. Qué quiere decir esto de levantar uno su mano? Qué quiere decir normalmente en la vida cotidiana cuando uno levanta su mano? ¿Saben qué? No tengo armas. Puede arrestarme oficial. Simplemente lléveme donde usted quiere pero no dispare. En ese tiempo bíblico quería decir, en el tiempo del Nuevo Testamento quiere decir lo mismo, levantar las manos: quiere decir rendirse, darse por vencido. Por eso es que es tan difícil uno hacer eso cuando uno no entiende lo que está detrás. Quiere decir rendirse. Quiere decir, Señor, sabe qué, entrego las armas. He tratado de hacer las cosas a mi manera pero simplemente no funcionan. Así que, tómame, llévame como tu prisionero, Señor.

Se nos habla en el Nuevo Testamento acerca de una mujer que adoró a Jesús con todo su cuerpo. Tenemos a Jesús cenando en la casa de un fariseos, un líder religioso, ahí están ellos teniendo una cena muy decente. Esta mujer de la calle con esa actitud callejera, se dice a sí misma, saben qué, yo voy a meter a ese lugar y voy a ver a Jesús. Ella pasa a través de la gente que está a la puerta, se mete ahí al lugar de la cena, se arrodilla delante de Jesús, comienza a llorarle a Jesús encima.

A veces hablábamos de que los Kleenex debieran ser como el símbolo, el logo de nuestra iglesia. Y no es porque nosotros estemos de luto, sino porque el Señor está sacando nuestro dolor. Le ha pasado a usted alguna vez? Usted está en la iglesia y de momento salen lágrimas y usted se pregunta, pero de dónde salieron esas lágrimas? Es el dolor que está saliendo a través de sus ojos. Esta mujer comenzó a derramar su dolor a través de sus lágrimas sobre Jesús. Pienso que no había hujieres ahí pasando Kleenex. Era un lío. Ella está usando su cabello para limpiar el rostro de Jesús. Los fariseos religiosos se escandalizan de lo que están viendo. Dicen, cómo puede Jesús permitir que esta mujer lo toque? Casi me puedo imaginar a Jesús, esto es imaginario, pero puedo ver a Jesús tomando su rostro, levantando su mandíbula y diciéndole no te preocupes, no los mires a ellos, no les pongas atención a lo que están diciendo. Ella dijo, tu me acabas de ungir para mi sepultura. Mírame a mí, pon atención, tus pecados te son perdonados. Y me imagino esas palabras penetrando el alma de esa mujer.

¿Saben qué? Esa mujer no era pasiva, era sincera y estaba enfocada y estaba comprometida y determinada a adorar a Jesús. Y también los mismos reyes. Eso reyes eran poderosos, eran hombres ricos, pero tenían un mismo corazón.
Yo puedo visualizar en mi mente, hombres poderosos, ricos, pero con una mirada infantil, pero tenían la misma pasión, tenían esa misma obsesión de encontrar ese rey. Esta mañana nos reíamos acerca de la palabra obsesión, normalmente no se trata de una buena palabra, no la asociamos con cosas santas. Quiere decir, bueno, hey, necesitas relajarte un poquito. Pero saben algo? El Señor Jesús puede convertirse en nuestra obsesión magnífica. Deja que el Señor se convierta en tu adicción, como ese adolescente obsesionado diciéndole a su novia que no puedo mantenerme alejado de ti. Como el salmista que dice, mi corazón tiene sed de Dios, quiero estar cerca de mi Dios. Y por eso es que usted confrontó la nieve y vino aquí, a la casa del Señor. No fue por otra razón, por qué vino usted hoy a la iglesia? Porque yo quiero estar cerca de mi Dios. Yo quiero adorar a Jesús hoy. Por eso usted ha llegado a la casa del Señor. Esa es nuestra obsesión.

Saben ustedes, nuestros músicos, no es simplemente un acto más, no es un evento musical, artístico más para ellos. No es otro guiso para ellos. Dios nos ha dado adoradores aquí, gente con talento, con grandes dones espirituales, con un corazón obsesionado para adorar al Dios viviente y nosotros somos un reino de sacerdotes. Somos el equipo de adoración.

Ahora, el espíritu de adoración tiene que ser cultivado. Saben, adorar, en un sentido es como la cosa más natural del mundo. Qué es lo que vamos a hacer finalmente cuando estemos en el cielo por toda la eternidad. Yo creo que sí, va a haber un reino nuevo, una tierra nueva, cielo nuevo, va a haber mucha acción también. Yo no creo que vamos a estar ahí como fantasmas, simplemente flotando en el aire, yo creo que el enfoque de nuestra existencia va a ser adorar.

Aquel, dice la palabra, que va a reemplazar el sol mismo, no necesitaremos el sol más, porque la gloria de Dios su resplandor, será nuestra luz, dice la Biblia. Hermano, tu fuiste hecho para adorar a Dios pero simplemente porque sea algo natural, no quiere decir necesariamente que surja dentro de ti naturalmente. Es natural, por ejemplo, comer? Cuántos de nosotros sabemos que es difícil muchas veces con un niño de 2 ó 3 años llevarlo a que coma su comida?

La adoración tiene que ser cultivada. Algunas veces quizás no te sientas como que quieres adorar. Algunas veces quizás te sentirás como que eres pecador, no te vas a sentir bien, te vas a sentir como cruel, indispuesto, con sueño. A veces sabe que uno se levanta los domingos y no se siente exactamente como un cristiano. Y esas son las mañanas en que más debemos escoger adorar.
Saben, por ejemplo, ayer por la mañana, pusimos algunos regalos debajo del árbol navideño. Nuestros dos hijos se levantaron y les dijimos, quédense allá arriba que vamos a entregar los regalos. Ellos saben simplemente que es un juego y entonces pusimos los regalos, y los niños comienzan a bajar por la escalera y estamos ahí esperando en expectativa. Y Caris, mi hijita de año y medio, quien sabe exactamente lo que ella quiere en la vida, se acerca y tenemos una cantidad de regalos, ¿saben qué? Ella deja los regalos y se va a las galletitas. Y le decíamos, aquí hay regalos, nos tomó mucho tiempo envolverlos, tuvimos que convencerla que vea los regalos y después lo que más le interesó fue el papel de envoltura. Pero cómo puede ella llegar a entender que eso es una actividad que es alegre y agradable.

La oración es algo que necesitamos desempacar. La Biblia dice, probad y ved que es bueno el Señor. No hay nada más delicioso que gustar de la dulzura del Espíritu Santo. Pero eso es algo que adquirimos, es un gusto que no nos viene naturalmente, tenemos que aprender. Es algo que tenemos que cultivar.

Una historia más acerca de Noé y ya…. Un día estoy yo jugando con Noé afuera, cuando es otoño y hay muchas hojas en el piso, y ese día estábamos visitando a mis padres donde hay árboles y mucha grama, y yo estoy allí barriendo un montón de hojas secas, y yo voy afuera con Noé y le digo, Noé puedes jugar con las hojas, dos años tiene. Y él me mira y dice: Qué es lo que quieres que haga? Por qué crees que yo voy a creer jugar con las hojas? Entonces yo tomé y lo tiré dentro de las hojas, y se quedó ahí patas arriba, boca arriba, mirando como, no estoy seguro de que me gusta esto. Pero entonces, de momento, como que su rostro comenzó a cambiar y se dio cuenta, guau, esto va a ser muy divertido. Entonces comenzó y se lanzó otra vez sobre las hojas.
Dios ha preparado un montón de hojas, ha preparado una mesa para nosotros. Todavía no nos damos de cuan disfrutable es eso. Ese es el gozo de experimentar lo que es la adoración. Quizás, esa experiencia de adoración será diferente para cada uno de ustedes. A veces la adoración puede ser algo bien alto, bien ruidoso. A veces cuando lee los salmos, uno como que tiene esa sensación de que estos judíos sabían adorar.

Pero saben que muchas veces en la Biblia también la adoración es silenciosa y callada. Algunas veces el silencio puede estar más lleno del espíritu de adoración que la canción más alta que podamos levantar delante de Dios. La adoración va a ser una experiencia diferente en tiempos diferentes. Nos encontraremos componiendo cosas de exquisita belleza delante de nuestro Dios. Por ejemplo, el servicio de adoración de navidad el domingo pasado. Guau, qué les pareció eso? Como una persona detrás de la otra y uno se pregunta, guau, son profesionales? No, eran gente nuestra, nuestro pueblo y la danza hermosa aquí delante del altar. Algunas de las cosas más exquisitamente bellas que la humanidad ha elaborado a través de la historia fueron elaboradas para la gloria de Dios.

Ustedes habrán escuchado, por ejemplo, acerca del gran compositor Juan Sebastián Bach. Al final de cada una de sus maravillosas composiciones musicales, Juan Sebastián Bach siempre ponía 3 letras: SDG, soli Deo gloria, a Dios solamente la gloria.

Saben hermanos, Dios va a levantar gente en esta Congregación para que hagan grandes cosas para Dios también, escriban hermosa poesía para la gloria de Dios, para que puedan jugar con una destreza maravilloso para la gloria de Dios, que puedan pintar para la gloria de Dios, que puedan edificar edificios para la gloria de Dios. Vamos a adorar al Señor con excelencia un día.
Pero ¿Saben qué? La adoración puede ser también un poco desordenada en un sentido. Por ejemplo, cuando David danzó delante del Señor, ¿Saben qué? No era ballet necesariamente clásico. Él se ….. se quedó en paños menores y simplemente saltó como un loco delante de la presencia de Dios. Y dijo, ¿Saben qué? Eso yo lo hice delante de mi Dios y me rebajaré aún más si es necesario para su gloria.

Hermanos, hay diferentes tipos de adoración y lo importante es que lo hagamos, que participemos en ello en cada lugar, en cualquier manera, en cada minuto, lugar de nuestras vidas escribamos siempre SDG, solamente de Dios la gloria. ¡Aleluya! Dios nos está llamando a adorarle. Nos ha hablado proféticamente como Congregación acerca de nuestro llamado adorador.

Recuerdan ustedes, una reunión de oración que tuvimos hace unos meses atrás? Cuando una hermana que casi nunca participa en el servicio públicamente Dios le dio como una canción susurrada y no tenía palabras, era como un gemido, era como una alabanza sin palabras, era simplemente el espíritu viniendo, llamando a Dios sin palabras, era una palabra profética de momento que surgió de la Congregación y en esa profecía el Señor nos decía, los voy a entrar a un nuevo tipo de adoración como iglesia. Y yo quiero decirle sí Señor, amén, a ese llamado.

Y quiero cerrar con esta ilustración final. La Biblia dice que cuando adoramos a Dios, cuando contemplamos su gloria, nosotros a la misma vez reflejamos la gloria de Dios. Como Moisés, por ejemplo, cuando estaba allá arriba en la montaña y qué pasa? Su rostro estaba refulgiendo tanto que la gente se asustó de él.

Quiero compartir esta historia y tengo permiso de parte de una familia para compartir esta historia. Una mujer de nuestra familia Congregacional cerca ya de la muerte, los doctores había dicho probablemente hoy puede morir y su hija me llamó para que fuera al hospital a orar por su mamá, y ella sabe que ella misma hubiera podido orar con su madre pero quiso que yo fuera allá. Entonces nosotros llegamos allá, y era una abuela ahí peleando por su vida sobre el lecho de la muerte. Y uno podía detectar que a través de su vida esta mujer había tenido que pelear muchas veces. Esas matriarcas que han sufrido arduamente por sus familias, y se sentía muy incómoda esta abuela, esta mamá, y estaba muy seria, y mientras yo estaba allí apenas me contestó, yo estaba tratando de conversar con ella, nada, no contestaba, no contestaba.

Y yo le pregunté a ella, hermana, le gustaría recibir a Jesús? Y ella asintió con su cabeza silenciosamente. Entonces yo comencé a orar con ella, a lo máximo yo esperaba que ella simplemente asintiera con su cabeza lo que yo estaba diciendo. Y yo dije, Señor Jesús, y de momento escuché una voz, Señor Jesús, con gran firmeza, eran las primeras palabras que ella había dicho, era como que estaba diciendo, “¿Saben qué? Conversación superficial no me interesa, voy a usar mis últimas fuerzas para lo importante”. Entonces oramos con ella. Eso nos ha pasado varias veces con abuelas aquí de nuestra Congregación, yo regreso después, ¿Saben qué? Ella había cambiado su rostro, un día mucho mejor, entonces yo regresé y pudimos hablar un poquito más que la primera vez.

Sinceramente ella estaba poniendo su fe en el Señor, ahora ya estaba en un hogar de cuidados donde ya se sentía un poco mejor, estaban cuidando menos intensivamente, y ¿Saben qué? Les aseguro, llego al cuarto donde ella está, y esta vez estaba brilloso y una sonrisa y una mirada que se había suavizado. Y había una belleza que brillaba a través de ella. Y dice su compañera de cuarto que en medio de la noche muchas veces escuchaba su adoración. Y saben cuál es el nombre de esta señora? Luz. Su nombre quiere decir Luz.

Saben hermanos, cuando nosotros adoramos, cuando nosotros abrimos nuestros corazones al Señor, la gloria de Dios nosotros la reflejamos. Hermanos, que seamos una Congregación adoradora que adora en espíritu y en verdad. Oh, que sea genuina nuestra adoración. Quiero invitarles a ponerse de pie y vamos a cerrar en oración.

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Mensajeros de Su paz

20 de diciembre del 2010 - Por Fanny Rodríguez

“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, Buena voluntad para con los hombres.” Lucas 2:14

Estas fueron las palabras de la multitud de ángeles que alababan a Dios y anunciaban la gloriosa llegada del Mesías tan esperado. ¿Entiendes tú el mensaje maravilloso de PAZ que vino a establecer Jesús? Estamos en tiempo de celebración, Jesús nuestro Salvador descendió dejando su gloria para traernos el regalo de su PAZ.

En estos últimos días hemos sido impactados con la noticia de jóvenes militares que han perdido su vida en el mismo inicio de su carrera. Uno de ellos, Scott viajó un mes después de su graduación, con alegría de poder servir a su patria. La semana pasada la familia recibió su cadáver.

Nos preguntamos en éste tiempo que celebramos la PAZ que el Rey del Universo vino a traer ¿donde está esa PAZ? En el evangelio de Juan 14:27 Jesús nos dice: “La paz os dejo, mi paz os doy…” El Señor nos dio pautas claras para vivir una vida abundante, algunos de éstos consejos son: poner la otra mejilla, perdonar los que nos ofenden, tolerarnos los unos a los otros, soportar el agravio. Si sus leyes rigieran de seguro no habría guerra.
Parece que el establecimiento de la PAZ no depende de Dios sino de nosotros. No podemos entender éste misterio, que el Príncipe de PAZ no puede establecer de manera arbitraria la PAZ sino que permite que nosotros seamos agentes de su PAZ.

El significado de la Navidad es Jesús, Dios con nosotros; no permitamos que los afanes, y otras distracciones le quiten el sentido a este tiempo maravilloso. Es nuestra responsabilidad llevar el mensaje de Paz, primero en nuestras vidas aunque estemos en luchas y situaciones difíciles. Después a nuestros hogares, nuestras familias, nuestras amistades, compañeros de trabajo y en todo lugar donde tenemos influencia.

Padre Celestial te doy gracias por la encarnación de tú hijo y por el regalo de la Paz. Pido por las familias que hayan perdido sus hijos en la guerra, dales paz en sus corazones y que ellos sean también mensajeros de Paz. Bendice esta nación y trae un mover de tú Paz. Cubre nuestras familias y permite que tú paz que sobrepasa todo entendimiento desate armonía, gozo, esperanza y sobre todo salvación. Que al recibir el nuevo año entremos con la convicción clara de que somos mensajeros de tu Paz. Amén

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El lado guerrero de la navidad

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Quiero invitarles a ir conmigo a la palabra del Señor en la primera Epístola del Apóstol Juan, Capítulo 3, versículo 8. Es una expresión un poquito enigmática y algunos dirían como que es poco apropiada para una lectura el día de navidad en este momento tan lindo en que estamos celebrando la luz, el gozo y la alegría que Cristo trae al mundo. Hablamos de paz que Cristo trae. Hablamos de noche de paz, hablamos de un humilde bebé nacido en un pesebre. Y tenemos que recordar que la esencia de la navidad es Cristo, la venida de Cristo al mundo. Después de todo eso, ese es el resumen de la navidad.

Aunque en este tiempo la sociedad en su deseo de ser inclusiva y pluralista en esta cultura en que vivimos donde hay tantas diferentes razas y religiones y denominaciones, tratan de hacer genérica la navidad. Y se ha tratado, quizás no a propósito, pero en muchos lugares uno casi como que se siente avergonzado de decir, feliz navidad, merry christmas. Hoy en día, lo políticamente correcto es decir, happy holidays. Algo genérico que abarque a todo el mundo, pero en realidad este tiempo, al única manera que tiene significado es cuando recordamos que en este tiempo Jesús, Cristo nació en el mundo.

Y el mundo tratará de robarnos todos los días que el cristianismo le ha regalado a la humanidad, pero no podemos hacerlo. Tenemos que recordar eso que es la venida de Cristo al mundo. Entonces, yo estaba meditando esta mañana y dije, Señor, qué tu quieres que predique? Y le pedí al Señor no uno de esos mensajes genéricos, esos textos genéricos que siempre leemos del nacimiento de Jesús en el pesebre, la aparición a los pastores, los tres reyes magos, anunciamiento a María o a Elizabeth. Son los textos que generalmente escogemos para celebrar la navidad. Pero no queremos ser genéricos, queremos darle al Señor un texto.

Y entonces, queremos predicar algo que venga al caso, que venga al momento de hoy. Qué palabra tiene Dios para nosotros hoy en esta mañana, esta tarde, en este lugar, a esta Congregación? Y al pedirle al Señor eso, vino a mi mente este texto y les confieso que luché un poquito con él porque es un poquito tétrico, es más, yo podría llamar esto como, este sermón, como el Lado Siniestro de la Navidad, pero no lo voy a hacer.

El Apóstol Juan, en el Capítulo 3, ver 8, la última parte de ese versículo dice:

“… para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo…”

Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Y usted puede ver inmediatamente como que eso choca a la sensibilidad navideña, porque quizás estamos buscando algo mucho más relajante, y más sencillo, no queremos cosas muy complicadas. Y quizás alguno está diciendo, pastor Miranda, denos una vacación, caramba, díganos algo celebratorio y alegre y no tan pesado. Pero yo creo que eso es lo que Dios quiere enfoquemos en esta tarde.

Porque de nuevo, navidad es la venida, la aparición. Este versículo me vino porque para esto apareció, vino Jesús, aterrizó Jesús en el mundo. El Señor vino con una misión a esta tierra. Y es interesante que este pasaje nos da una perspectiva muy diferente a lo que normalmente pensamos que Cristo vino a hacer al mundo. Uno pensaría, bueno, esto lo diría uno de esos pentecostales de rajatabla, que solo piensan en guerra espiritual o demonios y todo este tipo de cosas, la parte negativa, siempre buscando el reverso de las cosas.

Pero yo creo que le hemos hecho una gran injusticia a la navidad, porque hemos muchas veces reducido la navidad y reducido a Jesús a ese bebito perenemente frágil y como que Jesús siempre se quedó el niñito Jesús en la sensibilidad de mucha gente. Siempre se quedó allí frágil y muchas veces presentamos a Jesús, aún cuando ya está como adulto, con una mirada lánguida en los ojos y un cuerpo bien delicadito y con pelo rubio y sus ojos verdes, que no los tenía, estoy seguro, porque era un judío del siglo primero, y era un semita que parecería más bien como un árabe. Y al hacer esto, yo creo, que reducimos la navidad a solamente su dimensión más superficial.

Pero tenemos que entender que la navidad tiene un lado de conflicto, aún en el anunciamiento del ángel, le dijo a María, que una espada traspasaría su corazón. Y Cristo mismo dijo, yo he venido a traer la espada y no solamente la paz. La navidad tiene también sobre tonos de conflicto, de tinieblas y de lucha. Yo creo que en el momento en que Cristo nació hubo un choque de poder en los aires y casi se hubieran podido escuchar los truenos cuando el frente del Reino de Dios se chocó con el frente de las tinieblas, porque el niño representaba la gloria de Dios. Ese niño frágil encarnaba la plenitud de la vida de Dios y ese niño venía con una misión militar, venía a arrebatarle al diablo el poder. Satanás había ocupado la creación, se había apoderado ilegítimamente de lo que a Dios le pertenece, y lo que a la humanidad le fue legado por Dios.

Y entonces el Señor aparece para arrebatar eso y para volver a establecer el orden de la creación. Tenemos que recordar que en medio de ese tiempo de luz y de celebración hay también magos que son científicos y hombres de alta categoría que vinieron de un lugar lejano, atraídos por algo misterioso que era una estrella, y vinieron viajando grandes distancias. Tenemos que recordar la angustia de José y María mientras buscaban un lugar donde pudiera nacer su hijo porque ya los dolores del parto estaban apresurándose y acelerándose y María tenía que encontrar un lugar y había dolor. Hubo rechazo de parte de las personas, la sociedad para que ese niño encontrara un lugar donde nacer. Hubo un rey que era una encarnación del mal, Herodes, que cuando escuchó que había un posible contrincante, según él lo veía, y claro que sí, porque lo era, de sus reclamos de autoridad ilegítima, quiso matar al niño. Y recordamos la fuga, la huida hacia Egipto.

Y hay muchas cosas que nos recuerdan que la navidad no es solamente la parte esa que se presta a las postales navideñas, sino que hay también otra dimensión de guerra. Y una dimensión también de promesa y de redención, porque en eso había esperanza para la humanidad, había bendición para nosotros también.

Entonces, yo creo que Juan, el Apóstol Juan, capta esa dimensión de la navidad y nos dice que Cristo apareció para deshacer las obras del diablo. Una de las razones para la navidad, sí, fue para hacer posible que nosotros tuviéramos redención y vida eterna, reconciliación con Dios, vino para deshacer las consecuencias de la caída adánica, vino para hermanar a los hombres y a las mujeres y hacer una nueva humanidad, una iglesia redimida. Pero, detrás de todo eso interesantemente se nos dice que él vino también para guerrear contra la industria del mal.

Todo lo que alimenta el mal en el mundo, todas las obras, erga, dice en el griego original, todas las acciones, todos los movimientos del mal, el Señor vino a deshacerlos y hacer guerra contra ellos.

Y uno se puede preguntar, bueno, obras, las obras del diablo, cuáles son las obras del diablo? Uno siempre inmediatamente piensa solamente en las manifestaciones más obvias del mal. Pensamos en la guerra, pensamos en la pobreza, pensamos en el crimen, pensamos en la promiscuidad, pensamos en todas las cosas tétricas, el abuso, pero también Cristo vino a deshacer cosas menos obvias acerca del mal. Vino a deshacer la injusticia, vino a deshacer la opresión del hombre contra el hombre, vino a hacer guerra contra la mentira, contra la manipulación, contra la insinceridad, el egoísmo, y aún más allá todavía de eso, vino a hacer guerra y a deshacer la cultura que está en contra del señorío de Cristo.

El Señor vino a deshacer, yo creo que un día en esos museos del mundo, donde hay obras preciosas de arte, si esas obras no se hicieron para glorificar el nombre del Señor, si no se hicieron con reverencia ante el autor de esas obras, en realidad, que fue el que dio el don, esas obras van a perecer, se quemarán, arderán en el fuego. Y gobiernos y leyes que no glorifican el nombre de Dios, que no obedecen al espíritu que da vida y que anima la vida de Dios, esas obras también van a tener que ser deshechas aún en el mundo religioso, hermanos, religiones que no reconocen el señorío de Cristo, que mantienen a la gente con un sustituto, con una droga sustituta, para que la gente se sienta piadosa y falsamente segura, pero que un día los conducirá a una eternidad sin Dios. Esas obras van a ser también, y están siendo deshechas por el Hijo de Dios.

Él vino para deshacer todas esas cosas y aún más todavía, aún en la religión cristiana, en las iglesias hay tanta cosa que no es de Dios, tantas actitudes, tantas prácticas, tantas costumbres, tanta manipulación, tanto abuso del poder, tanta corrupción aún esas cosas el Señor vino a deshacer todas esas obras y a establecer su reino de justicia. Los gobiernos en sus acciones, que son injustas y que no cumplen el propósito de un gobierno, que es bendecir a los gobernados, animar la vida, fortalecer al débil, expresar compasión y misericordia con los que no tienen poder y proteger a los que no tienen voz y ayudar a que los ignorantes se eduquen y que los oprimidos salgan del yugo de la opresión el amor y la justicia y la gracia en el mundo, aún esas obras, Cristo vino a deshacer todas esas cosas.

Yo comentaba con el grupo de las 9 que, y no puedo reprimir esto, aunque sea un comentario político, de todas maneras yo creo que hay que hacerlo, mi corazón se quebrantó al leer acerca de esta decisión que tomó el gobierno de los Estados Unidos, la casa de representantes y el senado para matar el Dream Act, ese acto que hubiera hecho posible que jóvenes inmigrantes, latinos de otras nacionalidades, que lo quieren es estudiar y bendecir a esta nación.

Muchos de ellos llevan toda su vida prácticamente aquí, no son ciudadanos pero han vivido mucho, es todo lo que conocen aquí. quieren estudiar, no quieren vender drogas, quieren bendecir a esta nación con sus estudios, con sus destrezas y vienen de familias que saben lo que es el trabajo duro y lo que es el esfuerzo y hay tanto joven hoy en día sin propósito, vendiendo droga, matando, haciendo tantas cosas, llenando las cárceles, y estos jóvenes quieren estudiar, ir a la universidad y hacer sus estudios y un grupo de personas, en mi opinión obstinadas, por no dar su brazo a torcer y por no ejercer misericordia y amor, matan los sueños de tantos jóvenes inmigrantes. A mí me parece que es una de las obras que Cristo vino a destruir y a deshacer.

Quizás usted piensa diferente, pero desgraciadamente yo soy el que tiene el micrófono, así que yo soy el que estoy hablando y respeto su punto de vista, pero yo creo que hay que denunciar esas cosas, porque se ha perdido una oportunidad para que esta nación haga lo que tantas otra veces ha hecho es abrir sus playas, y abrir su riqueza para que gente de afuera puedan encontrar un lugar de refugio. Esta hubiera sido una gran oportunidad para ejercer misericordia y gracia y amor y compasión.

Yo creo que este asunto de la inmigración no se va a resolver con ley, con fariseísmo, sino se va a resolver con justicia, con amor, con compasión hacia el pobre, hacia el débil, hacia el necesitado, gente que viene a bendecir esta nación con sus valores y con su temor a Dios, en vez de tanta gente que hay por ahí sembrando muerte en esta nación, muy altamente educados, pero con una mente reprobada que no conoce al Señor.

Y yo creo que eso hay que denunciarlo también. Lo que quiero decir, hermanos, es que Cristo vino, apareció en esta tierra para confrontar y deshacer todas las obras del diablo en cualquier manifestación que fuera. La Biblia dice que el diablo se viste comunidad un ángel de luz muchas veces y yo creo que una de las cosas que el Señor más vino a hacer a este mundo, fue a establecer gracia y misericordia. Si los gobernantes de este mundo entendieran lo que es gracia, se extendieran a la historia, tendrían que llegar a esa primer día de acción de gracias, donde los primeros puritanos que eran ilegales, de hecho, porque había ya gente aquí residiendo, que eran los indios, que eran los verdaderos dueños de este país.

Y llegaron esta gente aquí a despojar y desposeer a todas unas naciones, había muchísimas naciones, grupos pequeños, cientos de miles de gente aquí que eran los verdaderos inmigrantes. Esos vinieron indocumentados aquí. Hoy en día ellos desprecian y atacan a los otros que vienen también buscando un pedacito del pastel y huyendo de naciones que muchas veces están como están porque nosotros aquí hemos contribuido al mal que hay allá también, pero no vamos a comenzar a hablar de eso porque nos va a tirar muy lejos.

Pero yo creo que hay que denunciar esas cosas y hay que entender que el Señor vino a denunciar y a deshacer todo el mal en el mundo. Y por eso yo le digo al Señor, Señor, ayúdanos cada día, porque lo me lanzó en esa línea de meditación es que a veces nosotros pensamos en la iglesia, somos tan superficiales, en la manera en que nosotros vemos la obra redentora de Cristo, y creemos que es cuestión simplemente de usted ponchar una tarjeta, conseguir un carné de evangélico. Ok, ya pasé al frente, ya dije que recibo a Cristo y ahora me acuesto a dormir hasta que él venga y me lleve.

No, hay mucho que hacer adentro de nosotros. ¿Saben qué? Las obras del diablo tienen que ser deshechas dentro de nosotros, en nuestra propia consciencia mala. Las cosas que tenemos, el Señor está deshaciendo obras diabólicas en mí vida y en la tuya ahora mismo y nosotros tenemos que cederle al Señor nuestro ser, mente, alma, cuerpo, emociones, voluntad, recuerdos, todo y decir, Señor, deshace las obras del diablo dentro de mí porque yo quiero ser más como Cristo. Yo entrego al Señor todo lo que no sea de él, le entrego al Señor el egoísmo, le entrego al Señor la manipulación, le entrego al Señor el deseo de gloria. Le entrego al Señor el creerme que yo siempre tengo que mis derechos me los tienen que dar, le entrego al Señor de siempre mantener mi pedacito del pastel y no sacrificar nada por los demás. Y en mi matrimonio hay obras del diablo que tienen que destruirse también. Yo tengo que ser mejor esposo, mejor esposa, tengo que ser mejor padre, tengo ser mejor hijo, tengo que poner a un lado la rebeldía, que es lo que caracteriza al diablo, si soy joven y sujetarme a las autoridades. Tengo amar a mi prójimo, tengo que dar a los demás, tengo que sacrificarme para que otros sean. Porque es el espíritu navideño, es el espíritu de Jesús. Él se despojó de su divinidad, se despojó de su gloria, vino al mundo y encarnó en un humilde bebé para darnos redención y vida eterna. Yo tengo que imitar el espíritu de la navidad.

Yo creo que nosotros tenemos que estar en el asunto de cada día ser más y más como Cristo, que cada día Dios destierre las obras del diablo en nuestra consciencia. Yo le pido al Señor que nuestra iglesia siempre sea un lugar de gracia, de amor, de misericordia, porque eso es lo que caracteriza al Reino de Dios. Tenemos que ir más hondo, hermanos, que simplemente el ser evangélico, ser religiosos, porque el espíritu de Cristo es un espíritu que dondequiera que ve algo que le recuerde… porque el espíritu diabólico es el espíritu darwinista, es el espíritu de que el fuerte es el que gobierna, es el espíritu de que yo me salgo con lo mío porque yo tengo el derecho de hacerlo y porque si otro no lo hace, yo lo voy a hacer. Es el espíritu que no considera, no se sacrifica por el otro, que no perdona, que demanda siempre su libra de carne como dicen en inglés. Si me la hicieron me la pagan. Y ese espíritu darwinista, ese espíritu farisaico, estéril, eso es lo que nos mata, hermanos.

Y sabe lo que avergüenza al diablo? Saben lo el enemigo no puede jamás destruir en nosotros? Es el espíritu de Jesús. Ese fruto del Espíritu Santo en nosotros, esa gracia de Dios en nosotros, porque eso es lo que representaba ese bebé frágil, era el mentís, era la contradicción de todos los paradigmas que rigen la humanidad sin Cristo. Todo lo que este mundo, el gobierno de este mundo, Cristo vino a cuestionarlo todo, ponerlo patas arriba y boca abajo. Por eso él nació como un niño, creció y nació en una familia pobre, miserable, no en un lugar rico. Por eso el anuncio primero se lo dieron a pastores, hombres que eran considerados impuros, por su profesión por la gente alta de la sociedad y por los religiosos de su cultura. Se le apareció a humildes pastores.

Y por eso trajo gente de afuera de la cultura judía, hombres que estaban buscando, tenían hambre y estaban indagando en los astros con razones impuras, porque era astrología y ocultismo, pero tenían hambre de lo sobrenatural, tenían hambre de Dios. No había recibido la verdad y yo digo, ¿Saben qué? Allá donde ustedes están a cientos y cientos de millas de distancias los voy a traer, los voy a guiar para que ustedes vean a mi Hijo y lo conozcan antes de que los otros lo conozcan.

Porque el Señor estaba diciendo, no son los adentro, son los de afuera a quienes yo quiero muchas veces. No los que se sienten cómodos, no los poderosos, sino los que son frágiles. A esos son los que Dios viene a buscar. Y yo creo que en ese drama navideño, en todas las cosas que se dan, cantidad de cosas, una humilde mujer, María no tenía un doctorado, no era una mujer de renombre, una humilde doncella que seguramente tenía un corazón de niña, a esa Dios le dio el privilegio, no a una reina, no a una princesa, a una mujercita pequeña y humilde. A esa le dijo, tu vas a ser la portadora de mi Hijo. Tu vas a dar a luz divinidad, porque el Señor estaba diciendo, yo quiero que ustedes sepan, cada vez que hablen de la navidad que yo vine a deshacer todas las obras del diablo dondequiera que sea, sea en el palacio, sea en la casa de gobierno, sea en la casa religiosa, sea en el museo de arte, sea en la universidad, sea en la oficina de trabajo social, dondequiera que no haya el amor de mi Padre, allí yo voy a deshacer esas obras.

Uno de los pasajes que a mí siempre me gusta en la Escritura, cuál es la esencia de la obra de Cristo en el mundo? Es el pasaje de una humilde mujer que dice que el Señor fue a una sinagoga un día de reposo, que es interesante porque el día de reposo, el día de descanso, el día en que encontramos refugio a nuestro trabajo, nuestros afanes, porque es donde el Señor quiere llevarnos, para eso él vino, para darnos reposo. Darle reposo a la humanidad. Y en ese día de reposo, él se encuentra con una pobre mujer. Dice que estaba encorvada durante 18 años, creo que era algo así, una eternidad esa mujer así, encorvada.

En el griego original sunquoto, ella estaba como doblada como sí misma. Yo he visto personas así caminando por las calles, me han quebrado el corazón, completamente su espina dorsal doblada. Es algo demoníaco. Yo he visto eso y algo malo tiene que haber allí, porque es como un espíritu que se goza en quebrar un ser humano y se goza en agonía, mirando siempre para abajo. Y así estaba esa mujer ahí, el día de reposo. Y el Señor la vio con compasión y misericordia, gracia, amor. Y usó su poder redentor, porque para eso vino él.

Él estuvo allí en medio de ese lugar, vio esa escena y él vino a deshacer las obras del diablo. Y esa era una mujer que estaba bajo opresión, tenía un espíritu dice, de enfermedad en ella, y el Señor le dijo, “mujer, eres libre de tu azote”, y esa mujer se desdobló y se enderezó de nuevo. Y el Señor manifestó de esa manera su espíritu redentor, porque eso es lo que él vino a hacer, vino a deshacer las obras del diablo.

Pero qué pasa? Que ahí mismo en esa casa de religión, el jefe de la sinagoga, el pastor, el sacerdote en estos casos el equivalente sería, se airó con Jesús, se airó con Jesús porque tenía un espíritu diferente al de Jesús.

Porque les digo, hermanos, de nuevo, en las iglesias se encuentra a veces tanta maldad y tanta obra del diablo como afuera, desgraciadamente es la verdad. Por eso es que tenemos que tener cuidado. No digo esto para que nos deprimamos, lo digo para que estemos alerta. Tenemos que buscar la levadura. Esa costumbre que tenían los judíos en el tiempo de uno de sus festivales de meterse las mujeres a buscar la levadura en todas partes, era un símbolo de buscar el pecado dondequiera que se encontrara en la casa.

Nosotros tenemos que pedirle al Señor, Señor, ilumínanos cada día, dónde están las obras del diablo? En mi mente, mi corazón, mi voluntad, mis recuerdos, depresión, angustia, ansiedad, manipulación, rebeldía, abuso, egoísmo, todas estas cosas. Tenemos que buscarnos, no con afán ni con paranoia. No, no, tenemos que buscarnos sabiendo que ya somos restaurados. Ya Cristo nos ama. Ya Dios nos redimió, pero ahora tenemos que darle al Señor lo mejor, tenemos que deshacer las obras del diablo en nuestras vidas, tenemos que ser agentes de bien.

Y tenemos que decirle al Señor, como dice el salmista, examíname oh Dios, y conoce mi corazón, pruébame, y conoce mis pensamientos, y ve si hay en mí camino de perversidad. Ponga allí, obra del diablo. Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame por el camino eterno. Ese es el clamor que nosotros debemos hacer cada día como iglesia, como individuos, como ministerios, como líderes. Señor, dónde están las obras del diablo en mí vida, en esta iglesia y ayúdanos a deshacerlas, porque a veces están en los lugares más insospechados. Donde están las obras del diablo ahí está el diablo, y puede estar en nuestros hogares, puede estar en nuestro matrimonio, puede estar en nuestros hijos. Y yo le digo, Señor, quita todas las pistas de aterrizaje que el diablo tenga en mi vida, todas, para que no tenga dónde aterrizar y traer su droga de muerte y todas sus cosas dañinas y terribles. Porque el Señor vino a deshacer.

Entonces, este fariseo se airó contra Jesús y dijo, mira, cómo te atreves a sanar una mujer en el día de reposo? Si la vas a sanar hazlo en los otros 6 días de la semana. Y el Señor dijo, hipócrita, yo me imagino que se llenó la boca con la palabra hipócrita. Hipócrita, dice, si tu tuvieras un animal y ese animal cae en un hoyo en el día sábado, no lo rescatarías tu? Cuánto más esta pobre mujer que el diablo, dice, tenía atada. No merece ella, es una hija de Abraham también, como tu te consideras hijo de Abraham.

Y yo veo allí, esa confrontación del amor y la gracia, y la misericordia de Dios chocando contra las obras del diablo en el corazón de ese fariseo que no tiene compasión por esta mujer. No tiene gracia. Es que la religión desprovista de gracia, misericordia, amor y compasión, bondad, el espíritu de Cristo, el fruto del Espíritu Santo, es tan diabólica como matar a alguien con una pistola. Es terrible. Es más, es más terrible todavía porque lleva a la gente a una eternidad sin Dios, sin Cristo, pensando que van a ir a la eternidad con Dios, porque le da un sustituto que es muerte, y los hace sentirse piadosos cuando no son, no están redimidos.

Tenemos que tener cuidado. Yo le pido, Señor, permite que nuestra iglesia sea una iglesia de gracia, de amor y de misericordia, aún mientras proclamamos santidad y aún mientras buscamos agradar a Dios en todo lo posible. Pero tenemos que hacerlo con un espíritu relajado, un espíritu de gozo. Ya Dios se agrada de nosotros y ahora tenemos que darle lo mejor porque él ya dio lo mejor por nosotros.

Entonces, nuestra búsqueda de santidad no es para agradar a Dios ni para mostrar que somos mejores que nadie. No, es porque tenemos que celebrar con obras de bien la bondad de Dios para nuestras vidas. Ve? Es una perspectiva muy diferente, y eso nos deja libres entonces para ser más santo y más agradables delante de Dios. Buenas obras que suplantan las obras del diablo.

Entonces, Dios nos dice, mira, busca las obras del diablo, y busca las obras del bien donde tu menos piensas que están. Dios nos anima a ir a un nivel mucho más alto de ética. Muchas veces los evangélicos somos tan torpes y tan toscos en nuestra moralidad y en nuestra ética que creemos que simplemente tirándole a Dios unas monedas en el cesto de diezmos, y viniendo a la iglesia el domingo, ya con eso cumplimos. No, es alabar y adorar a Dios y hacer las obras del bien es entregarnos con un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios para que nuestra vida sea un continuo desangramiento de todo lo malo y una llenura del espíritu de Cristo Jesús en nuestras vidas. Deshacer las obras del diablo.

Termino con esta idea. Hay muchas cosas muy bellas aquí en este pasaje pero una de las cosas que más me gusta es esa idea de que Cristo vino a deshacer las obras del diablo, deshacer. Esa palabra en el griego original es luso, que quiere decir, desmontar sistémicamente, sistemáticamente, despedazar, romper a pedazos. Es como si usted se imagina un papel y ve unas manos poderosas rompiéndolo en 20 mil pedazos, deshaciéndolo.

Esa es la idea de lo que Cristo vino a hacer al mundo en la navidad. Él vino a quitarle su coherencia, yo diría, al mal en este mundo. Vino a cuestionarlo radicalmente, vino a quitarle su legitimidad. Vino a mostrar su bancarrota. Vino a dondequiera que estuviera, arrancarle esos pedazos y esa es la idea, que no es solamente bien burda y obvia, no?

El Señor está buscando en todo el mundo, dondequiera que hay algo dañino, allí el Señor dice, yo voy a deshacer eso, voy a destruirlo y el Señor está en su proceso de redención en la historia. ¿Sabes qué? Tu y yo somos los continuadores de la obra de Cristo Jesús. Él ha dejado su iglesia aquí en la tierra para que continúe la obra de deshacer las obras del diablo.

Cada vez que nosotros nos reunimos en un día como este, por ejemplo, cada vez que venimos el domingo a la iglesia, cada vez que nos reunimos en una célula de hogar, cada vez que nos invitamos a comer en la casa y a celebrar nuestra hermandad como hijos de Dios, cada vez que hacemos una obra de bien, cada vez que manifestamos amor hacia alguien, cada vez que nos callamos cuando nos ofenden para que haya paz en el hogar o en la escuela, o en el lugar de trabajo, cada vez que hacemos una obra como las obras de Cristo, estamos participando en deshacer las obras del diablo. Cada día, cada día, nosotros, tu y yo, y por eso es que tenemos que purificarnos.

Si usted mira ese pasaje de Primera de Juan, Capítulo 3, esa declaración poderosa de que él vino a deshacer las obras del diablo se da en el contexto de un llamado a vivir una vida santa, purificarnos, a no practicar el mal, porque el que practica el mal es el diablo y Cristo vino a deshacer las obras del diablo. Entonces nosotros tenemos que vestirnos también más bien de la luz, nosotros tenemos que usar las armas de la luz. Nuestras armas no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Tenemos que derrotar el mal con el amor, por la gracia, la misericordia. Tenemos que ser una Congregación de gracia, amor, aceptación, bondad, perdón. Aún, como digo, no subestimando la importancia de la santidad, pero hay una manera de ser santos que incluye esa actitud benévola de Cristo Jesús.

Yo me gozo cada vez que veo a mis hermanos reírse entre ellos y para mí uno de los placeres de estar aquí todos los días de la semana es, cuando toda la gente que trabaja en esta iglesia e invito a los músicos por favor que pasen por aquí un momentito, cuando toda la gente que trabaja en la iglesia, en los días cotidianos de la semana, y yo camino los pasillos de estos edificios y yo oigo risa y alegría y celebración entre los miembros del personal de esta Congregación, cuando hay manifestaciones de amor y de gracia. Y cuando gente viene a la iglesia y dice, ¿Saben qué? Cuando entré por esas puertas sentí la presencia de Dios. Y eso es lo que glorifica verdaderamente al Padre.

Y eso es lo que Dios quiere en nuestros hogares y en nuestros trabajos, que nosotros seamos agentes de paz y bien y de bendición, deshaciendo las obras del diablo. Cada vez que nosotros declaramos a través de la música y el canto la alabanza a Dios, estamos informándole a los principados y a las potestades, que Cristo es el gran iluminador de la humanidad, el que bendice la humanidad, el que redime la humanidad, el que deshace las obras del mal en el mundo.

Nosotros estamos haciendo la obra del Señor. Tu eres un instrumento de la obra salvífica de Dios. Y el mejor canal para esa obra es la bondad, el amor, la misericordia para con los demás, el espíritu de Jesucristo. Y eso te bendecirá a ti, bendecirá a tu familia, no permitirá que el diablo tenga asidero en tu casa, en tu corazón, en tu matrimonio, en tus hijos. Seamos portadores de esa gracia y deshagamos las obras del mal, dondequiera que se encuentren.

Hermanos, que en esta navidad nosotros recordemos ese espíritu dadivoso, generoso de Jesús. Yo pido al Señor que nuestra iglesia, nuestra familia, sea una iglesia de bondad y de misericordia siempre deshaciendo las obras del diablo. Seamos humildes cazadores, pero muy poderosos dondequiera que haya mal, tiniebla, maldad, ahí estaremos nosotros desmintiendo esas obras con nuestra vida, nuestro ejemplo, nuestras palabras, nuestra actitud, nuestros corazones, nuestro espíritu generoso.

Que ese espíritu anide en ti y en mí en este día. Vamos a ponernos de pie un momento. Damos gracias al Señor por su obra de bondad. Gracias, Señor Jesús, porque tu viniste a deshacer las obras de las tinieblas y nosotros tenemos el privilegio de continuar esa obra, Señor. Te bendecimos, Señor, te damos gracias.

Baja tu cabeza un momentito, y dile al Señor, Señor, dónde están las obras de las tinieblas en mi vida? Yo quiero entregarte esas obras. Yo quiero entregarte esas obras. Te entrego todo mi ser Señor Jesús. Te entregamos, Señor, nuestras vidas. Gracias Jesús. Gracias Jesús. Te adoramos, Señor, te bendecimos. Gracias, Señor. Gracias.

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Fanny Rodríguez: Un milagro llamado "Alex"

El ser educadora conlleva situaciones difíciles, pero que maravilloso cuando vemos claramente milagros en frente de nosotros.

Enseñaba en el tercer grado con un grupo que tenía significativas deficiencias académicas. En especial un estudiante, Tomás no sabía ni leer ni escribir ni disponía de los fundamentos en matemáticas. Pero el problema más serio era su falta de atención y disciplina.

Traté sentándolo al lado de la mejor estudiante, solo en una esquina del salón, ofreciéndole regalos si trabajaba en asignaciones en clase y en casa, quitándole el tiempo de recreo para trabajar, pero nada lo ayudaba. Mi preocupación era que el a pesar de lo atrasado, cuando participaba oralmente en preguntas de comprensión y de análisis lo hacía correctamente. Así yo descubrí que poseía un potencial pero le faltaba motivación.

Después de tratar innumerables métodos me dí por vencida. Una mañana mientras oraba por mi clase en el salón le declaré al Señor mi incapacidad y que no insistiría más. Mientras hablaba con el Señor vi que en los exámenes de matemáticas del dia anterior, estaba el de Tomás encima de todos y tenia la inicial de su segundo nombre (A.) y se me ocurrió una idea. Cuando llegaban los estudiantes a clase, se sentaban a leer hasta que toda la clase estaba en el salón y nos reuníamos en la alfombra para empezar el día. Cuando Tomás llegó, le hice una señal con el dedo para que se acercara, no quería interrumpir el silencio con que los demás leían. Le pregunté en voz baja: "¿Que significa la 'A'?" El me respondió "Alex" "No lo puedo creer, que nombre más bonito, ¡me encanta!" le contesté. "¿Te gusta? Tú me puedes llamar así." "Me encantaría, pero no, no puede ser." le dije "Claro! ese es mi nombre, mis papas no dirán nada y a mi también me gusta." Entonces le expliqué: "Hay un pequeño problema, ese es un nombre nuevo y entonces tu tendrías que ser un estudiante nuevo." Me preguntó "¿Como así?" Le contesté: "Tendrías que hacer las tareas todos los días, trabajar en clase, dejar de jugar y molestar en clase," El se quedó pensativo por unos segundos, yo le dije: "te puedes ir a sentar." Pero no se fue, dijo "YO SI PUEDO." Le expliqué que se fuera a sentar y cuando llamara la clase a sentarse para las instrucciones del día, lo presentaría para que todos lo llamaran por su nombre nuevo. Se sentó en su escritorio, muy callado y tratando de leer un libro. Yo pensé, bueno eso es por ahora.

Cuando la clase saludó, les di la noticia de que teníamos un nuevo estudiante, todos miraron alrededor, entonces dije: "su nombre es Alex," el se paró y todos se rieron (él permaneció serio), entonces puse orden y les hablé del propósito que él tenía de aprender. Ese día fue increíble, no le llamé la atención ni una sola vez. Al final del día me dije, "bueno eso fue hoy, como todas las veces esto mañana no trabajará."

Pero que equivocada estaba, a partir de ese día la vida total de este jovencito cambió. Los padres vinieron a la escuela para preguntarme que le había hecho porque aún en su casa su comportamiento cambió. Aprendió a leer y le gustaba también escribir las matemáticas y todas las áreas mejoraron notablemente y pasó con buenas notas al cuarto grado.

La historia no termina, después de unos años cuando estaba en la secundaria sus padres vinieron con él a visitarme y darme las gracias porque era uno de los mejores estudiantes en la escuela. Entonces les dije que no fui yo que fue Dios quien me dio la estrategia.

Yo sé que esa idea no vino de mi, fue el Espíritu Santo que me iluminó, cuando vio mi frustración y mi tristeza porque era la primera vez que iba a tirar la toalla. Aún no ha llegado la primera vez de tirar la toalla, gracias a Dios.

Ya les compartiré otros milagros. Es una bendición ser una maestra ungida por el Señor, Recuerde si usted no es maestra, es posible que sea una madre ungida, o tía, o abuela, pídale al Señor sabiduría que El da abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5)

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Una promesa de compañía

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Déjeme ir a compartir algo que estaba meditando hoy y si se recuerdan bien, cuando comenzamos el servicio hoy, comenzamos leyendo ese salmo 91 donde habla acerca de tener a Jesús, ¿Cómo es que dice? El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo quién?

So, estamos hablando de un sentido de protección de parte de Dios, un sentido de compañía, de presencia. Y hoy yo quisiera hablarles acerca de este tema: Una promesa de compañía. Quiero hablarles de esto, una promesa de compañía. Así que si me puede hacer un gran favor, le puede decir a la persona que está al lado suyo, prepárate porque Dios te quiere hablar. Hay una palabra para ti hoy y así yo lo creo. Hay algo para usted hoy en el corazón, amén, yo lo recibo. Yo lo creo así, yo creo que ya Dios me dio mi porción y la voy a compartir con ustedes ahora.

Una promesa de compañía. Si yo le fuera a preguntar, mis hermanos, qué es una promesa? Yo me puse a buscar como buen estudiante, y encontré en el diccionario la siguiente respuesta o definición. El diccionario define una promesa como un ofrecimiento solemne, me gustó eso, un ofrecimiento solemne que es equivalente a un juramento de cumplir bien los deberes de un cargo o función que se va a ejercer.

Déjeme repetirlo. Un ofrecimiento que equivale a un juramente de cumplir bien, mira eso, cumplir bien los deberes de un cargo o función que se va a ejercer. Soy, en otras palabras, esto indica una persona que se compromete a cumplir o ejercer algo en favor o por el bienestar de otra persona.

Si yo les doy varios ejemplos de esto, cuando uno se casa en el altar, qué es lo que uno hace? Uno hace una promesa de estar por esa persona en tristeza, en alegrías, en pobreza o en riquezas, en salud, en enfermedad. Esos son los votos, esos son esas promesas y uno dice, mira yo, estoy haciendo un juramento con esta persona de que yo voy a cumplir bien esa promesa, de que voy a estar contigo, de que te voy a cuidar, que te voy a proteger, yo voy a suplir a tus necesidades.

Otra promesa que uno puede ver es, si usted tiene un hermano, una hermana, un amigo, una amiga que son uña y carne, como yo digo a veces, y esa persona usted la encuentra en una necesidad y usted se compromete con esa persona, y usted le dice, mira, yo te prometo que yo voy a orar por esta semana todos los días a las 9 de la mañana, yo voy a ponerte en oración. Pero yo no estoy diciendo de esas promesas de que sí, voy a orar, pero mañana se me olvida que le dije a esa persona que iba a orar. Yo estoy hablando de esas promesas donde uno dice, mira, yo te prometo que tal día, a tal hora, es más, en tal rincón de mi casa, yo voy a estar orando por ti. Tu puedes estar seguro de eso. Y por toda esa semana pasan los días y usted está a la hora que usted dijo, en el lugar que usted dijo, orando por esa persona. Y usted cumple con esa promesa y esa promesa trae bendición sobre esa persona.

Otro ejemplo que tal vez muchos de nosotros lo vemos muy bueno, es cuando usted firma un préstamo en el banco. Perdón no quise traer eso a su memoria!! Pero es otro ejemplo, porque usted está haciendo una promesa de pagar su casa a 15, 20 ó 30 años, y si usted no cumple con eso, hay consecuencias. Ok, pueden orar después por ustedes para que les perdonen.

Pero, claro está, el mayor gesto de una promesa, mis hermanos, se ve en la persona de Dios. Es el Dios de pacto del cual nosotros cantamos, del cual nosotros oramos, hablamos. Dios que se compromete con su pueblo. Como estaba diciendo hace unos minutos que aún cuando ese pueblo, muchas veces insiste en caminar de espalda a Dios, Dios se mantiene ahí. Dios dijo, no, no, no. yo he hecho un ofrecimiento solemne. Yo hice un juramento de que yo voy a cumplir bien mis deberes como Dios, de mi cargo como Dios y que las funciones que yo tengo que hacer, las voy a ejercer aunque tu me des la espalda, pero yo voy a estar ahí. Una promesa de compañía.

Miren, tal gesto, aquí es donde yo veo que está lo bello de una promesa, tal gesto va a generar en nosotros un sentido de esperanza. Acaso eso no es lo que hace una promesa? Si yo le prometo algo a usted, usted va a tener la esperanza de que va a recibir algo, de acuerdo a lo que se le ha prometido. Usted va a tener un sentido de esperanza que le va a dar a usted ánimo en dirección hacia el futuro y también le va a dar ánimo a usted concerniente a su presente. Porque entonces su presente, esa esperanza le nutre a usted y día tras día usted va en dirección a ese futuro, y por ende, estamos viviendo con un sentido de esperanza que nos llena tanto en este tiempo corriente en el cual estamos ahora, como también nos impulsa a seguir adelante.

Así que esa esperanza, por último, en la ecuación, como yo diría, esa esperanza nos da a nosotros un sentido de confianza. Si hay una persona que hizo una promesa que va a cumplir algo en mí favor, eso me va a dar esperanza y como estoy esperanzado, esa esperanza me va a dar un sentido de confianza en esa persona, de que esa persona no me va a traicionar, de que esa persona no me va a decepcionar, que puedo contar con esa persona. Y eso es Dios para nosotros.

Miren algo en un ejemplo bíblico. Vayan conmigo a Éxodo, Capítulo 33. Voy a dar distintos ejemplos bíblicos pero que yo creo que son bien claves, que nos pueden dar mucha luz en esto que estamos hablamos. Éxodo, Capítulo 33, voy a leer del verso 12 en adelante, una promesa de compañía, miren cómo Moisés está hablando con Dios en este suceso donde Moisés está, como quien dice, tanteando con Dios, mira, tu nos has traído hasta aquí y nos estás llevando ahora a la tierra prometida, pero antes de entrar a la tierra prometida, yo me quiero asegurar de que tu vas a ir con nosotros. Pues, miren, cómo se da esta conversación:

“….Dijo Moisés a Jehová, verso 12, mira, tu me dices a mí, saca a este pueblo y tu no me has declarado a quién vas a enviar conmigo. Sin embargo, tu dices, yo te he conocido por tu nombre y has hallado gracia también en mis ojos. Ahora pues, si yo he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino para que te conozca y halle gracia en tus ojos y mira que esta gente es pueblo tuyo…”

No sé, pero estas palabra son algo, como algo irónico, es como que, ok, Moisés le está diciendo, yo sé que he hallado gracia, pero te voy a pedir que me des gracia. Es como que, ok, o te peinas o te haces rulos, cuál quieres hacer? O la tienes o no la tienes? Pero si entendemos bien el contexto de este pasaje Moisés lo que está diciendo es como que desde el momento que tu me llamaste a sacar el pueblo de Egipto hasta aquí, tu me has mostrado, como quien dice, una porción de tu gracia, pero ahora de este momento en adelante yo necesito ver algo nuevo, más o menos eso es lo que Moisés le está queriendo dejar saber a Dios. Entendieron?

Entonces, miren cómo Dios responde, verso 14:

“… Mi presencia irá contigo y te daré descanso...”

Entonces, Moisés le dijo: “… Si tu presencia no va conmigo, no me saques de aquí…”

En otras palabras, yo quiero estar bien seguro. So, si tu presencia no está conmigo, para allá yo no voy.

“… Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y pueblo, sino en que tu andes con nosotros y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra…”

Si yo te parafraseo ese verso ahí, lo que Moisés le esta queriendo dejar saber a Dios es como que, mira la única forma en que nosotros podemos saber que tu presencia va con nosotros, es que dondequiera que nosotros nos metamos la gente, los pueblos donde nosotros estemos, se den cuenta de que tu estás con nosotros, que nosotros no tengamos que decir, Dios está con nosotros, sino que el mero de nosotros entrar en algún lugar, ya le de entender a la gente como que, guau! Esa gente tiene tremendo bodyguard con ellos. Por que se va a notar. So, eso es lo que Moisés le está queriendo pedir a Dios. Y entonces, miren, Dios tan bonachón él, no, no bonachón, tan bueno, Dios le dice a Moisés:

“…Sabes que? También voy a hacer esto que tu has dicho por cuanto has hallado gracia en mis ojos y te he conocido por nombre…”

Así que Dios está confirmando esta promesa a Moisés. En principio cuando lo llamó, miren el encuentro que Moisés tuvo con Dios en la zarza, en ese momento cuando Dios lo llamó, y le dijo, “Ve, saca a mi pueblo, preséntate a faraón y sácalos de ahí”. Y Moisés le empieza a decir, ah, quien soy yo, si yo soy un gago, yo no sé hablar, envía a Aarón. Qué fue lo que Dios le dijo? Él se lo dijo, “Yo voy a estar contigo”, le hizo esa promesa. Yo voy a estar contigo. Le hizo una promesa de compañía y la cumplió. Lo demostró con señales, con prodigios, la gaguera se le fue porque Aarón no tuvo que hablar por él sino que él lo hizo.

So, Dios le demostró esa promesa de compañía a Moisés. Y ahora aquí en este punto en la vida lo está reafirmando, diciéndole, mira, Papito, tu has hallado gracia conmigo, tu estás cool, hay buena onda entre tu y yo, pero si quieres más, mira, te lo voy a decir, me presencia va a ir contigo. Estoy reafirmando mi promesa de que yo voy a estar contigo. Y ya saben cómo la historia sigue.

Estuvo esa promesa, y esa promesa se trasladó entonces a este otro personaje que a mí me fascina y me encanta, y no es porque sea mi segundo nombre, pero estoy hablando de Josué. Cuando nosotros vemos la historia de Josué, miren Josué, capítulo 1, les dije un secreto, por si no lo sabían, mi nombre es Omar Josué. Miren cómo Dios le dice a Josué, Cuando Moisés muere, Josué, capítulo 1 Dios le dice a Josué:

“… Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tu y todo este pueblo a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como se lo había dicho a Moisés, todo lugar que pise la planta de tu pie, desde el desierto del Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar, donde se pone el sol, será tu territorio…”

Entonces aquí este verso a mi me fascina, recíbelo como si fuera Dios hablándote a ti. Mira cómo dice:

“…Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida, como estuve con Moisés, estaré contigo…”

Estaré contigo. Mira aquí lo afirma aún más todavía, le dice:

“…No te dejaré ni te desampararé…”

La promesa se renueva una vez más. Una promesa de compañía. Yo voy a estar contigo. Oigan miren esto. Déjenme hacer un paréntesis aquí.

Miren qué cosa más bonita. Como Dios nos pesca, por así decirlo. Dios nos da estas promesas tan bellas y tan hermosas, voy a estar contigo. No te voy a dejar. No te voy a abandonar. Me presencia va a estar contigo. Te voy a acompañar. Pero él no nos dice los problemas que nos vamos a encontrar en el camino. Yo creo que por algo obvio él le dijo a Josué en 3 ocasiones, esfuérzate y sé valiente, el verso 6. el verso 7 qué le dice?

“…Solamente esfuérzate y se muy valiente. Y entonces en el verso 9 qué le dice? Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas…”

Una promesa de compañía. Hoy usted se va a ir de aquí con esa frase grabada en su cabeza. Usted tiene una promesa de compañía. Y yo le voy a decir cómo usted puede comprobar que usted tiene una promesa de compañía. Pero mire, para terminar mi paréntesis. Sabe por qué le digo que Dios sabe cómo pescarnos y engatusarnos? Engatusarnos, no, no, no. Perdón, como atraparnos, cautivarnos, enamorarnos, a eso es lo que me refería. Él nos presenta todas estas promesas que son tan bellas, tan hermosas.

Hey, mira, dondequiera que tu pongas tu pie, eso va a ser tuyo. Tu quieres un carro? Ve y písalo, va a ser tuyo. Tu quieres una casa? Vete, písala, va a ser tuya. Es un chiste que yo escuché: tu quieres una esposa, un esposo? Písala, písalo, reclámale en el nombre del Señor. Si te dan un cantazo pues ya saben… pero reclama, eso, o sea son promesas bellas y hermosas que el Señor nos da. Uno ve todo el vislumbre de esas promesas que el Señor nos está dando, que nos está diciendo, que nos está mencionando y uno, guau!

Imagínense a Abraham cuando le dice, mira el cielo, mira las estrellas, tu ves todo eso? Así va a ser tu descendencia. Yo me imagino a Abraham ahí, las babitas así saliéndose. Guau! Pero no le dijo todos los problemas que iba a encontrar en el camino.

Miren, un detalle bien interesante de la historia de Josué. Saben cuántos reyes Josué tuvo que conquistar en su época? Josué, capítulo 11, miren esto, el verso 24, aquí te da el resumen porque si me empiezo a decirlo a todo los voy a marear. Pero Josué en total pudo derrotar 31 reyes, 31 reyes. Eso significa que por cada rey, estamos hablando que era una nación o un país distinto. So, no tan solamente derrotó a ese rey, sino que con ese rey también derrotó a todo el ejército que estaba de parte de ese rey. 31, en total.

En otras palabras, es como decir, 31 problemas tuvo que enfrentar en su vida y tal vez si usted se pone a sacar cuentas, usted me va a decir, ah, pues yo soy mejor que Josué porque yo llevo 67 o algunos de ustedes llevarán 80 y algo, no me lo tires tanto a 500.000, por favor. Eso es la naturaleza del hispano, del latino, es el hiperbólico. Dios tiene que tratar en esa área con nosotros. No, muchacho, que allí se formó una pelea y había como mil personas involucradas, y eran 3 nada más, yo lo vi todo.

Pero miren esto, mis hermanos, esto es un detalle que yo creo que es bien importante. Saben por qué? Porque con la promesa del Señor, obviamente no está diciendo que usted va a tener ausencia de problemas y de circunstancias que tiene que enfrentar. Pero lo que esto sí está queriendo decir, es con cada uno de esos 31 reyes que Josué tuvo que enfrentar, estaba la presencia de Dios con él. Por qué? Porque había una promesa de compañía, había una promesa de protección. Había una promesa que aunque David dijo esto, tiempo después, porque yo estoy seguro que quién sabe si el mismo Josué había pensado, el que habita a la sombra de quién? Morará bajo quién? Por eso es que les pregunto, porque es que a mí se me olvida. Quiero que me lo refresquen.

Aún en medio de adversidades, de problemas, o dificultades, la promesa se manifiesta en el hecho que la compañía de Dios va con cada uno de nosotros a lo largo de todas estas circunstancias. Dios no se aleja. Dios se mantiene con nosotros. Dios usa esas circunstancias para moldearnos, para tratarnos, para ponernos más de acuerdo a la imagen que él quiere que nosotros tengamos, el formato de cabeza, de pensamiento que él desea que nosotros tengamos, y Dios se vale, mis hermanos, de todas las cosas para tenernos ahí. Pero eso confirma aún más el mero hecho de que él tiene una promesa sobre su vida, y es el mero hecho, de que él quiere pasar tiempo con usted.

Cómo yo les puedo confirmar esto? Qué es lo que dice Jesús en Mateo, capítulo 28? Alguien me lo puede recordar. Qué dice la gran comisión? Porque a mí se me olvidó. Dígamelo, van bien, van bien… Jesús dice, por tanto id y haced… a dónde? Todas las naciones, y qué hay que hacer? Bautizarlos en el nombre del Hijo del Espíritu Santo enseñándoles que guarden todas las cosas que yo he mandado,

Mira cómo se confirma la promesa otra vez de la compañía de Dios. Qué es lo que dice después? Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Óigame, yo no sé usted, pero cuando yo pienso en eso, y yo miro hacia atrás, yo me digo, guau, Señor, tu estuviste con todas estas personas a lo largo de la historia y esa promesa de tu compañía no ha fallado, no ha cesado, no se ha acabado, porque en las palabras de Jesús, esas palabras donde él les estaba diciendo a los discípulos, vayan por todo el mundo, prediquen el Evangelio, bautícenlos, enséñenles todas las cosas que yo les he enseñado a usted, y con esa misma enseñanza viene ese punto donde el mismo Jesús está diciendo, y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo, todos los días hasta el fin del mundo.

Óigame, mi hermano, cuál es el propósito con yo compartir esta palabra con ustedes en esta noche? Cuando usted salga de aquí, váyase con un sentido de esperanza, váyase con un sentido de confianza sabiendo que el Señor está con usted, que no se oiga como un cliché. Sí, ya, la vieja historia de antaño, Dios está conmigo. Si usted piensa así, hmm, I wonder, si Dios verdaderamente esta ahí. Bueno, sí Dios está ahí, pero nosotros lo estamos ignorando.

Pero esa promesa, mis hermanos, va con nosotros dondequiera que nosotros vayamos. Pase lo que pase cuando usted salga de aquí de esta puerta, y obviamente que Dios le cubra, que Dios le proteja, que él lo arrulle en su sala y que los proteja bien, pero pase lo que pase, cuando nosotros salimos de aquí y llegamos a nuestra casa, nuestro trabajo, nos encontramos con nuestras amistades, colegas, amistades de antaño que cuando los miramos nos traen un tic nervioso como que, ay, esta persona. Mire, pase lo que pase, usted tiene una promesa de que Dios está con usted, de que Dios le está dando compañía, de que Dios lo está dirigiendo, de que Dios abre puertas y cierra puertas, de que Dios se ha comprometido con usted para cumplir una serie de funciones que están de su parte para bendecir su vida.

Y en la misma forma nosotros tenemos que vivir a la luz de esa palabra, mis hermanos y hermanas. Si Dios, como dice Pablo en Romanos, si Dios es por nosotros, quién contra nosotros? En medio de esas adversidades, mira sí problemas llegarán a nuestra vida y van a tratar de confundirnos, van a tratar de engatusarnos, ahí sí puedo usar esa palabra, para nosotros perder el enfoque de lo que Dios verdaderamente quiere hacer en nuestra vida, pero miren, aún en medio de eso, Dios mete su mano. Dios cubre, protege, saca, pone, él hace de las suyas para que nosotros podamos ver y entender que él está ahí con nosotros.

Así que, mis hermanos, como se le dice a Josué, yo les mando a ustedes a que se esfuercen y sean valientes. Cuando usted salga por esa puerta o por esta, cualquier puerta que usted salga, esfuércese, sea valiente. Que el frío no le congele los pensamientos, ni le congele el espíritu. Sea cual sea la situación que usted vaya a enfrentar cuando usted salga a esas puertas, póngale nombre, llene el espacio en blanco, sea cual sea la situación, esfuércese, sea valiente, no tema, no desmaye. Por qué? Porque Dios está con usted dondequiera que usted vaya.

Cuando vaya al trabajo, dígalo, Dios está conmigo. Cuando usted se vaya a acostar a dormir, el Señor está conmigo. Alguien le viene con un chisme, mira que si tu esto, aquello, lo otro, Dios está conmigo, neutraliza ese pensamiento. Dios le da a usted esa capacidad. Dios no hace de sus hijos monigotes blandengues que no puedan hacer nada, sino que Dios le a usted el poder y la autoridad para que usted pueda llevar a cabo todas esas cosas, todas las cosas que él quiere que usted haga.

Así que vamos a ponernos de pie, mis hermanos, y vámonos con esta palabra de ánimo, de esperanza, de confianza. Es más, vamos a leer el salmo 91 otra vez, por favor.

Tienen el salmo 91 ahí conmigo? Vamos a leerlo todos juntos. Esta va a ser nuestra oración.

El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quién confiaré? Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora, con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y adarga es su verdad. no temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en la oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya, caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, más a ti, no llegarán.

Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo, por tu habitación. No te sobrevendrá mal ni plaga tocará a tu morada, pues a sus ángeles mandará a cerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. en las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra, sobre el león y el áspid pisarás, hollarás al cachorro del león y al dragón, por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré, le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé. Con él estaré en la angustia, lo libraré y le glorificaré, lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.

Amado Dios, nosotros reconocemos que estas son palabras que tu le das a tu pueblo, le das a tus hijos e hijas. Son promesas tuyas, de tu compañía en medio de nuestras vidas. Y, Señor, yo declaro estas palabras, mi Dios, las hemos declarado juntos, las hemos confesado sobre nuestras vidas, sabiendo, Señor, que nuestra seguridad está en ti. Así que una vez más yo declaro este pueblo bendecido, protegido por ti, Señor, y juntos a una voz, también levantamos un clamor por un hermano de esta iglesia, Señor, por mi hermano David Muñoz.

Padre, tu conoces su situación de salud, mi Dios, cómo esta familia está viviendo distintas situaciones y adversidades en estos momentos. Padre, yo te suplico que esta palabras que se han predicado, Señor, es más, yo las envío ahora mismo sobre la vida de David y Señor, yo declaro que él pueda sentir tu compañía ahora más que nunca, Señor. Yo declaro que ninguna plaga llegará sobre su vida, Señor, y que tu eres quien le sana, que tu eres quien le liberta mi Dios. Ahora mismo la vida de él, Señor, está en tus manos y te pedimos que tu le levantes, que tu sanes su ser por completo y que esto sirva de testimonio a toda su familia de que tu estás con ellos, que tu estás en medio de ellos, que tu les das tu compañía, y que tu eres quien los proteges.

Padre, declaramos su vida bendecida por ti. Y asimismo, Señor, yo bendigo a este pueblo, mi Dios. Declaro que seas tu dirigiéndoles que al ellos salir de aquí, que ellos puedan salir con la certeza, la esperanza, la confianza de que esa promesa de tu compañía va con ellos dondequiera que ellos van. Gracias te damos, Señor Jesús, te amamos y te bendecimos en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias, Señor Jesús. Gracias Dios.

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Batalla contra el desaliento

13 de diciembre del 2010 - Por Carmen Samano

…animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
Hebreos 10:25

Unos días atrás encontré una lectura devocional que alguien compartió conmigo hace muchos años. Había olvidado que lo tenía guardado. Cuando la encontré, sentí que debía compartirlo contigo. Por favor lee con atención.

“Un día como cualquier otro apareció este anuncio en el periódico:

El diablo está auspiciando una venta de garaje y todos están invitados. Sus más finas herramientas estarán a la venta: envidia, odio, celos, dudas, engaño, orgullo. Usted encontrará todas estas herramientas en la mesa principal a un precio de descuento. Y, apartada de todas las demás, estará una extremadamente usada, pero que está valorada a un precio bien alto: ¡el desaliento!

Alguien le preguntó al diablo ¿Por qué esa herramienta tan usada está valorada a un precio tan alto? El contestó: "Ah, es porque ésa me es más útil que todas las demás. Con ella yo puedo penetrar el corazón de un hombre o una mujer, cuando con otras herramientas no puedo ni siquiera acercarme a ellos. Ya dentro de ellos puedo manipularlos a mi gusto. La herramienta se ve tan usada porque yo la uso por todo el mundo. Pocos saben que me pertenece a mí."

Al enemigo le gusta sembrar desaliento, pero nosotros los creyentes tenemos algo más poderoso para contrarrestarlo: la herramienta del ánimo. La Biblia nos manda a “animarnos los unos a otros.” A nuestro alrededor, en todos nuestros círculos de influencia, hay decenas de personas que necesitan nuestras palabras de ánimo. Piensa en tu cónyuge y tus hijos, en tus supervisores y compañeros de trabajo, y en tus hermanos en la fe.

Nosotros tenemos en nuestros labios el poder de reavivar a un alma desalentada. ¡Animémonos unos a otros con palabras de aliento! No cuesta nada y tiene beneficio eterno.

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El pasado ya pasó

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Tenemos un invitado especial en esta mañana, amigo personal y de muchos años que conocemos, es el pastor Efrén Durán. Efrén es uno de dos pastores, su hermano también, Edwin Durán, de muchos años en el área de Arecibo en Puerto Rico, creo que es el Norte de Puerto Rico. Gente que amamos muchísimo y que Dios… tienen un testimonio muy lindo de cómo el Señor los sacó de, digamos, la religión por así decirlo, y los llevó a una experiencia frontal con el Espíritu Santo y con los dones del espíritu e hizo algo muy bello en la vida de su familia, una transformación radical. Eso llevó a la formación de una iglesia en Arecibo, que comenzó en una casa simplemente dando tumbones y aprendiendo cómo hacer el ministerio, porque su iglesia original los sacó de la Congregación porque no creían en los dones del Espíritu Santo y Dios bendijo mucho a esa Congregación.

Yo he tenido la oportunidad de predicar allá y de compartir enseñanzas con ellos. Una iglesia que ama la adoración. Ellos adoran con tanto fervor y es una iglesia muy vivaz, muy llena del espíritu, mucha juventud linda, cosas bellas que Dios hace a través de esa Congregación Comunidad Cristiana en Arecibo. Efrén ha venido muchas veces aquí a Boston pero nunca había tenido ocasión de invitarlo para que predicara. Y hace poco yo estuve allá con ellos y les dije, mire Efrén, cuando vuelvas tienes que venir a la iglesia y compartir la palabra con nosotros.

Así que vamos a dar la bienvenido a nuestro hermano Efrén Durán y vamos a recibir lo que Dios tiene para nosotros a través de él. Efrén, Dios te bendiga, un placer tenerte aquí.

Para mí es un placer estar aquí. voy a revelar esto, que estaba entreteniendo al nieto de Roberto que quería salir corriendo y yo lo entretuve ahí con fotos de mi nieto. Muchas gracias. Yo quiero compartir una palabra contigo en esta mañana. Quería decirte que a la edad de 17 años me convertí a Cristo. En estos días, dentro de unos días cumplo 55 y comencé a pastorear bien jovencito. Las circunstancias me obligaron. No soy pastor porque lo decidí o porque lo estudié, sentí en algún momento dado que Dios me cogió por aquí y a pesar de que yo no quería, en esto estoy. Peleé con Dios durante mucho tiempo pero al final me rendir, ahora amo lo que hago.

A los 17 años cuando me convertí como que me convertí con tanta convicción que yo mientras los otros muchachos de la iglesia querían novias y lo demás, y el vacilón en la iglesia, yo, no me interesaba nada de eso. Y dije Señor, yo quiero conocerte a ti de verdad y sé que tu tienes una… así, recién convertido sé que tu tienes una mujer para mí, yo simplemente oro para que en el tiempo correcto sea. Lo único que yo te voy a pedir es que yo quiero una mujer que sea mejor que yo. Eso es lo único que yo te pido, Padre, yo quiero una mujer que sea mejor que yo.

Y yo me cuidé, yo no tuve ninguna novia, yo no tuve intimidad con ninguna mujer, ni nada de eso, porque yo quería, cuando me casara, yo quería darle lo mejor… A veces los hombres piden mucho y dan poco. Yo decía, pues yo quiero darle a ella lo que pido, o lo que espero.

En fin de cuentas, oré y oré y oré hasta que yo dije, un día conocí a quien es mi esposa. Estaba en la iglesia simplemente que la conocí un poquito más en términos de amistad. Y yo cuando un día, recuerdo, que llegué a mi casa y dije, guau, Señor, esa mujer es mejor que yo. Y al poco tiempo, cuando ya tenía como 21 años, me hice novio de ella. Cuando me hice novio de ella le dije, yo desde que me convertí a Cristo, un día le dije al Señor, Señor, yo quiero tener tres hijos. Y le dije, pero te quiero decir, yo quiero tener tres hijos en un orden, yo quiero tener primero la nena, después yo quiero tener un nene, y después quiero tener una nena y los quiero tener bien rápido.

Y entonces, cuando me hago novio de ella le digo, oye, te puedo hacer una pregunta? Cuántos hijos tu quieres tener? Y ella me dice: me gustaría tener tres. Tres le digo yo, en algún orden? Y ella me dice, me gustaría tener primero una nena, un nene, y una nena. Y yo digo, no puede ser! Yo dije, Señor, Señor, tenemos tres hijos, queremos una nena, un nene, una nena.

Así que yo tengo tres hijos: yo tengo una nena, un nene y una nena. En estos días mi hija mayor y el segundo, tienen la misma edad. Los tuve bien rápido. Y del segundo al tercero se llevan 18 meses porque hubo un aborto. Era bien rápido, ve? En fin de cuentas tengo 5 nietos y quiero decirles que Dios me dio la mujer que yo pedí y Dios me dio los hijos que yo pedí.

Y yo les confieso a ustedes, les digo delante de Dios, que me relación de noviazgo duró un año, un mes y nunca yo tuve una sola discusión con ella, ni tampoco ella conmigo. No tuvimos una discusión entre ninguno de los dos, nada. Un día yo me molesté con ella porque ella no se cuidaba. Le dije, claro, tu no te cuidas, y me dijes, tu quieres pelear? Y yo dije, no. y ella me dijo, porque para pelear se necesitan dos y yo no voy a pelear contigo. Lo único que pasó entre nosotros siendo novios, fue esa diferencia.

Entonces Dios me dio la mujer que yo quería. Dios me dio los hijos que yo quería. Yo pensé que yo iba a tener una vida perfecta. Me casé y les confieso a ustedes que a los 6 meses de casado yo se la quería mandar al Señor. Pensé que iba a tener una vida perfecta, porque ahora que era cristiano y Dios me dio lo que yo le pedí. Y yo pensé que iba a tener hijos perfectos. Me tardé 10 años en descubrir, me tardé 10 años teniéndolos, en descubrir que yo no podía tener hijos perfectos. Que el único que podía tener hijos perfectos era Dios y Dios decidió no tenerlos, te hizo a ti y a mí.

Entonces, en estos casi 38 años que llevo en el Evangelio, que llevo conociendo al Señor, he tenido grandes y extraordinarios triunfos. He vivido momentos normales y he vivido momentos en que siendo creyente y siendo pastor he estado literalmente en el suelo, literalmente en el suelo.

Y uno de esos días, hace unos años atrás, estaba estudiando, mirando la Biblia y cuando estaba mirando la Biblia mis ojos se depositaron en ese famoso Capítulo dedicado en honor a las mujeres del libro de Proverbios, Capítulo 31. Cuando leí el verso 25 yo me tuve que detener. El verso 25, Capítulo 31 de Proverbios dice:

“… fuerza y honor son su vestidura y se ríe de lo por venir…”

Y yo tuve que preguntarme en ese momento, me detuve porque yo me tuve que preguntar, cuando tu miras al mañana, te puedes reír? Porque esa mujer del libro de Proverbios, cuando mira al mañana, cuando ella mira al futuro hay risa en su boca. Y cuando yo me estaba haciendo esa pregunta me recordé que en la Biblia otra mujer se rió, Sara. Sara se rió y es interesante. Leo Génesis Capítulo 18, verso del 12 al 14 que dice:

“… Se rió pues Sara entre sí, diciendo, después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi Señor ya viejo. Entonces Jehová dijo a Abraham, por qué se ha reído diciendo, ¿será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? Hay para Dios alguna cosa difícil. Al tiempo señalado volveré a ti según el tiempo de la vida Sara tendrá un hijo…”

Es interesante. Dos mujeres se rieron, pero la risa de cada una de ellas era diferente. La risa de la mujer de Proverbios era una risa cargada de fe, cargada de esperanza, cargada de sueños. Es una risa que agrada a Dios. La risa de Sara es una risa cargada de sarcasmo. Cuando tu le dices a alguien una ironía, cuando tu le dices a alguien todo lo contrario. Ves a alguien que lo ves que diez libras más que antes y le dices, oye, te veo bien flaquito en estos días, ¿verdad? Y hace una sonrisa de esas que todo el mundo sabe que eso se llama sarcasmo, ironía. Estás diciendo algo que es totalmente contrario a lo que tu sientes. Sara se rió. La risa de Sara era totalmente contraria a lo que ella sentía.

Se supone que tu te rías de alegría. Ella no se reía de alegría. Ella se reía de tristeza. No la tristeza de un tercero. No la tristeza de un particular. La tristeza de ella misma. Por qué? Porque en algún momento dado ella escuchó lo que decía de Abraham y para ella. Cuando lo escuchó hacía casi 25 años atrás ella había empezado a escuchar y no había ocurrido absolutamente nada.

Cuando tu miras esos versos, tu descubres es una mujer que está viviendo una condición bien lamentable. Es bien lamentable porque ella… la historia si usted la ve con calma, lo que dice es que apareció el ángel de Jehová, aparecieron unos personajes celestiales, apareció el ángel de Jehová a hablar con Abraham. Abraham le dijo, quédense ahí un momentito, voy a decir que preparen comida. Le dijo a Sara, hey, ahí tengo el ángel de Jehová y con otros más y vamos a preparar comida. Hey, dice la Escritura que hicieron mantequilla, hicieron leche, panes y cogieron un becerro y lo asaron. Yo no soy cocinero pero yo me imagino debe haber transcurrido qué se yo, en matar un becerro, por lo menos, matarlo y asarlo, y todo lo demás, unas cuantas horas, ¿correcto?

Y luego de eso, se sentaron y se lo comieron. Y después de la comida es que el ángel de Jehová pregunta. Oye, dónde está Sara? Usted puede creer y si Roberto llega… no el ángel de Jehová, Roberto llega a mi casa, no el ángel de Jehová, Roberto llega a mi casa y cuando yo veo a Roberto entrar por la puerta, mi esposa está en el cuarto y yo le digo, mami, aquí está Roberto. Ella sale corriendo, si no está arreglada adecuadamente, ella se cambia rapidito pero lo más rápido que ligero se cambia, lo saluda y en seguida le dice, quieres café? Quieres algo? Este es cafetero así que le va a dar café, etc. Me explico? Pero ella va a salir rápido.

Ahora, imagínense han pasado, 4, 5 horas y Sara no quiere salir para nada. No quiere salir a ver a ese personaje tan importante que ha llegado a visitarlos a ellos. Ella no sale, de manera tal que este personaje, el ángel de Jehová es quien tiene que preguntar dónde está Sara? Sin embargo, sabemos que Sara era el prototipo de una mujer latina porque cuando Dios dice, está hablando acerca del hijo, dice que Sara estaba escondida, ¿verdad que sí? Detrás de la tienda, con el oído parado ¿verdad? Está con el oído parado así.

Yo antes de venir para acá compré regalos de Navidad de mi esposa, pero es un secreto, es un secreto de estado. Y entonces le estoy diciendo al hijo mío en la marquesina, Frenchi, le compré el regalo a mami. Cuando al momento veo que Frenchi hace así. Frenchi estaba montado en su automóvil, veo que Frenchi deja de mirarme a mí y hace así, y cuando miro para atrás, estaba mi esposa en la puerta tratando de escuchar qué es lo que yo le estoy diciendo en voz baja porque ella se sospecha que yo tengo algo, me explico?

Entonces, así estaba Sara. Es capaz de moverse y hacer algo como eso pero no es capaz de decir, encantada de que nos visite. Para mí es un placer tan extraordinario. Yo soy Sara. Vamos a tratar de servirles a ustedes lo mejor que pueda. Cualquier cosita que necesiten, no tengan ningún temor en llamarme. No es ninguna molestia. Será un placer. Nosotros en nuestra naturaleza es ser hospitalarios. Es por lo menos eso. Pero ella no, en todo momento se quedó allí y luego cuando escucha la voz de lo que el ángel de Jehová está diciendo, ella se ríe con sarcasmo, con ironía, será cierto? Será cierto eso?

Ahora, por qué? Sara era una mujer que vivía con dolor. Por qué Sara era una mujer que vivía con dolor? Sara era una mujer que vivía con dolor porque ella escuchó a la Dios y ella quiso ayudar a Dios. Ella quiso arreglar varias cosas y agarró y le dijo a Abraham, mira, como este asunto no sale, ahí está la mujer. Ahí está la sierva mía, tómate la sierva y… Usted se imagina?

Hermanos, yo no sé, yo soy hombre, pero si yo fuera mujer yo estaría loca. Sí, yo estaría loca, estaría loca decirle a mi esposo. Hey, cógete esa mujer y quédate allá. Esa noche en que yo sé que ella está ya, yo no dormiría. Me explico? Yo me quedaría ahí, qué noche más larga, Señor. Ese desgraciado, qué estará haciendo? Esto por cumplir conmigo, este infeliz la estará pasando bien también. Eso es lo que me falta ahora. No sé si me explico?

En fin de cuentas, la historia sabemos nosotros, la otra mujer al ratito se embarazó y después que se embarazó la cosa se complicó. Porque dice la Escritura que embarazada ella se paseaba y ahora se burlaba de Sara, porque ahora tenía algo, como quien dice, yo tengo aquí algo que Abraham quiere. Yo tengo aquí lo más que Abraham desea, un hijo, yo lo tengo aquí.

Entonces, ahora la vida de Sara se complica, por qué? Porque la sierva se burla de ella y la humilla. Y entonces Sara no tiene hijo, han pasados todos los años, dónde están las promesas de Dios? Dónde está ese Dios que nos prometió y que nos dijo que nos iba a dar cosas grandes y extraordinarias, que nos iba a dar hijos y que nos iba a dar una descendencia extraordinaria? Dónde está? Y ahora lo que tengo es esta mujer.

En fin de cuentas, le monta la guerra también a la mujer dentro de la casa, al nivel que después de eso, agarra Abraham y monta una pelea con Abraham también. Como si Abraham fuera el culpable. Ahora es culpa de Abraham también porque la mujer tiene un nene. Al fin de cuentas hace que Abraham la bote a la mujer con el nene. Después cuando tenía 14 años.

Ven la historia de ella? Ella era una mujer como tu y como yo, porque yo no te puedo decir en forma específica lo que hay en tu pasado. Pero yo sé lo que hay en tu pasado, yo sé. Te voy a decir lo que hay en tu pasado. En el pasado tuyo hay exactamente lo que hay en el mío. Te digo lo que hay en el mío? En el mío hay pecado. En el mío hay dolor. En el mío hay culpa. En el mío hay pérdida, y en mi pasado hay vergüenza, qué te parece?

Eso había en el pasado de Sara. Eso hay en el pasado mío. Yo descubrí hace tiempo que yo no puedo vivir ahí en el pasado. Hace tiempo lo descubrí. Sara vivía en el pasado. La risa de Sara era una risa ausente de fe, llena de sarcasmo que a Dios le molestó la risa de ella, porque era una risa que estaba cargada de incredulidad, eso fue producto de promesas simplemente que no se había dado el tiempo. Porque Dios promete, Dios no está obligado a que Dios te dice algo y salga corriendo, te voy a prosperar. Cuantos de nosotros hemos recibido esa palabra? Y lo que hacemos es, pensamos que mañana por la mañana me llega el cheque. Y para colmo cuando ocurre un testimonio así, hermanos, oré, pedí el dinero y cuando fui al correo había un cheque de 10 mil y nosotros pensamos que eso funciona así para todo el mundo, como si fuera magia. El cristianismo no es magia.

A veces una promesa de Dios se va a tardar mucho tiempo. Pero toda promesa de Dios se va a cumplir en el tiempo específico en que Dios lo tiene predeterminado. Toda promesa de Dios se va a cumplir.

Sara era una mujer que vivía con dolor. Sara era una mujer que vivía con culpa. Sara era una mujer que vivía con amargura. Sara era una mujer que no podía reírse del mañana porque Sara vivía en el pasado. Sara no podía disfrutar el día de hoy.

Los principios de la gente que son más felices, dicen, los principios de la gente que son más felices, dicen que no se puede reír del mañana quien no se ríe de su presente. Quien en el presente no puede reírse, no se puede reír del mañana. También dice que no se puede reírse de su presente, quien no se puede reír de su pasado. Y también no se puede reír se su pasado quien vive en el pasado. No se puede reír.

Le dije que no pude crear hijos perfectos, pero soy pastor, yo he vivido toda la vida ahí. He tratado de vivir una vida sin hipocresía, enseñándoles a mis hijos lo que es amar a Dios. Tengo una excelente relación con mis hijos. No vine aquí a jactarme, vine aquí a decirte la verdad. Tengo una excelente relación con mis hijos de que nos tocamos continuamente, de que nos llamamos continuamente, que nos vemos todos los días. en fin de cuenta, mis tres hijos se casaron y Roberto sabe, ¿verdad que sí? Hay que patearlos para sacarlos de casa, ¿verdad?

Están en casa todos los días con los nietos, todos los días. Cualquier excusa de ellos es buena para estar en casa y comer en casa. Y a mí me encanta, pero a mí me encanta que estén en casa. Eso era parte de mi sueño, de que ellos se fueran y regresaran y cuando se fueran nunca dijeran, ah, Dios mío, me casé y estoy contento con la vida que tengo, pero yo añoro ir a casa de papi y de mami.

Así que, gloria a Dios por eso. Pero ni un día cuando las torres cayeron en el 2001, el 9/11, martes, el 8, sábado cayeron en mi casa cuando mi nena de 19 años, estábamos reunidos y estábamos contentos porque mi otra nena con su novio se van a casar en dos meses. Acabaron de comprar un yeta nuevo, y estamos programando el yeta y ahí cuando de momento salimos, pusimos el yeta ahí, y estamos todos en casa, mi esposa estaba haciendo comida para todos y ahí estamos sentados cuando mi nena de 19 años me dice, papi, estoy embarazada.

Ahí estaba el novio de ella y yo no pude hablar. Yo sentí que el mundo se me fue. Escuché que ella lloró y abrazó a la mamá. Mi hijo estaba ahí, se sacó un grito de gemido y yo me quedo así diciendo, Dios, llevo tantos años enseñándole a la gente, yo llevo tantos años, yo soy un experto en resolverle problemas a la gente, esa es mi especialidad, y yo estoy aquí y escucho lo que mi hija me dice y yo no sé qué hacer. Estoy perdido, ayúdame, y cuando digo eso, yo tengo la imagen mental de un avión que se va cayendo y escucho la voz de un piloto que dice, hey, los motores no tienen fuerza, tenemos que tirar las cosas que no sirven para poder preservar la vida y en ese momento cuando yo tengo esa imagen mental, yo pregunto, qué es lo importante? Qué es lo que sirve? Y yo en ese momento sé la contestación es demasiado sencilla: mi hija. Qué es lo más importante que la apariencia? El qué dirán los demás.

En ese momento yo dije, yo hablé y dije, mamita, tu le pediste perdón. Escuché que tu le pediste perdón al Señor. Sí, papi, yo pedí perdón al Señor. Ok, pues yo te quiero decir que si tu le pediste perdón al Señor, el Señor te perdonó. Y si el Señor te perdonó, yo te quiero decir esto, yo también te perdono. Le dije al novio, tu tienes que decir algo? Y él, con los ojos cerrados llorando, hizo así, ni siquiera abrió la boca. Hizo así. Yo lo entendía. Yo no entendía, de la escuela que yo vengo que le haga eso a una hija mía, de donde yo vengo, yo vengo de un sitio bien malo donde me crié. El que le haga eso a una nena mía hay que darle con un bate, me explico?

Entonces, él no abre los ojos hizo así, y yo dije, ok, después… yo le dije, mi amor, yo no creo en el matrimonio por obligación. Ella me dijo, yo tampoco, papi, tu nos enseñaste bien. Yo tampoco. Yo dije, ok, perfecto, yo creo que en el matrimonio debe ser un asunto de convicción y yo le dije a él. Ok, yo te voy a hacer una promesa a ti. Yo no sé si te vas a casar con ella, pero yo te voy a prometer aquí hoy, delante de Dios y delante de mi familia, que si te casas con ella, yo te voy a tratar como un hijo. Y le dije, nos pusimos de pie, y dije, parece que es un buen momento para orar así que nos pusimos de pie, oramos. Cuando terminamos de orar yo fui donde él y lo abracé y le di un beso en el cuello, y le dije, yo creo que las cosas van a salir bien. Dios nos va a ayudar. Y él lloraba, y lloraba, y lloraba. Y luego de eso fui donde la nena mía y le dije, tu entendiste lo que yo le dije a él? Y ella me dijo, sí papi. Y yo le dije, si eso yo le dije a él, imagínate tu.

Ahora, lo que quiero decirles es esto, lo siguiente, todo esto se los tengo que contar, porque soy pastor de una iglesia muy conocido en Arecibo, mi familia en un lugar bien público. Entonces fue un tiempo bien difícil esos primeros tiempos, fueron bien difícil cuando mi nena salía a cualquier sitio público. Ah, te casaste? Y ella le decía, no, no me casé, voy a tener un bebé. Y estaba mi esposa, y estábamos nosotros y la gente se ponía: ah, perdone, yo le decía, tranquilo, tranquilo, ya nosotros tenemos una especialidad en explicar esto. No se preocupen.

El mejor sitio para mi nena vivir era en mi casa. Ahí se sentía segura, salía de casa, no se sentía tan segura. Pero ahí estábamos, muchas veces simplemente un abrazo era todo lo que ella necesitaba, y llorar encima de mi hombro y nada más. Y yo decirle, todo va a ponerse bien.

Cuando fuimos a la iglesia yo conté en la iglesia, todo lo que pasó lo conté inmediatamente, antes que el diablo lo diga, yo lo dije. Así que le robé el tiro al diablo y le robé el tiro al diablo y el diablo no pudo decir nada, se quedó con las ganas. Y entonces la iglesia se convirtió en los protectores de mi familia, los protectores de mi hija y los hermanos eran los tíos del nieto mío que iba a nacer. Y eso fue un espectáculo cuando mi nieto nació y una alegría, porque fue todo sin apariencia, fue ahí a la luz. Me explico? Gente como tu y como yo que cometemos errores, que nos estrellamos pero hemos entendido lo que es la bondad y la misericordia de Dios. Un Dios que tiene una palabra que es de esperanza, una palabra de que si el diablo te roba los sueños aquí está Dios para restaurarlo.

Ese es el Dios de nosotros. Pero te cuento esto, un año nace mi nieto en mayo, y en diciembre tenemos una fiesta de la familia de mi mamá y es tan todos regados por Puerto Rico y se iba a hacer en la casa. Y yo dije… los que viven cerca pues saben, pero yo dije, los que viven lejos, yo no me voy a preocupar ahora para ir a explicarles, así que tenemos esa reunión de la familia, quien se casa es mi hija mayor, y ahora está mi nena. Mi nena es blanca de ojos azules y el nieto mío es más oscurito que Roberto. Imagínese. Sí, sí, es más oscurito que Roberto. Porque las dos nenas mías yo no sé si es del cielo o un asunto del diablo, se casaron con dos negritos, las dos. Son dos negritos extraordinario, yo tengo un arco iris en casa de nietos, que eso es increíble. Y el más que me come el coco, saben cuál es? El primero, el negrito primero que llegó, ese, ese es el nieto de mi dolor, ese es… yo soy loco con ese, y ese es locura conmigo también.

Bueno, pero ya mi nieto tiene, qué se yo, tiene 7 meses de nacido, y tenemos la fiesta de Navidad en la casa de mami. Y yo tengo una tía que es cristiana, pentecostal de doble tracción, usted entiende eso, ¿verdad? Y mi nena blanca de ojos azules con un bebé de 8 meses, negrito, en las manos y mi tía le dice a la nena mía: Yo pensé que la que se casó fue la otra? Y la nena mía le dice, Sí, sí, fue la otra, la mayor. Y mi tía le dice: Y el bebe? Y la nena mía le dice, ah, el bebé es mío! No puede ser, tu adoptaste un bebé? Y la nena mía le dice, no, yo no adopté este bebé, este es mi bebé. Y mi tía hace…. Y se fue y la dejó.

Yo estaba debajo de un árbol que me estaba tomando una Coca Cola, habíamos estado reunidos con la familia, pero era la hora de la comida y se había ido todo y yo me quedé un ratito tomando una Coca Cola solo ahí, cuando la nena mía viene, papi, papi, te tengo que contar. Qué pasó? Titi, si vieras…. Y para ser ligero, la nena me cuenta todo esto. Y yo le dije, ah, sí, sí, no le hagas caso, tu sabes que esas cosas pasan. No, la nena mía se estaba riendo y me dice, dónde está mami (mi esposa, su mamá)? Donde está mami y Mireli, mi otra hija? Y yo le dije, yo vivo mi mamá aquí y al lado mi hermano, mi hermana y yo le dije fueron a casa un momentito a buscar algo. Ah, y mi nena dice, tengo que ir a buscarlas para contarles esto. Ella va muerta de la risa.

Cuando mi nena va, muerta de la risa, para contarles a ellos, yo estoy sentado debajo del árbol tomando una Coca Cola, ella se ríe y yo estoy llorando. Saben por qué yo estoy llorando? Yo te voy a decir por qué yo estoy llorando. Yo estoy llorando porque mi hija se está riendo de lo que un día fue su dolor. Y esa es la vivencia más grande que yo tengo que mi hija está sana, pero que un día pasó. Esa es la evidencia más extraordinaria que en mi vida, que la nena mía es una nena que está destinada a disfrutar de las bondades, de la misericordia de Dios porque ha entendido lo que es tropezar, levantarse, experimentar perdón, misericordia y ser restaurado, me explico?

Yo le estoy dando gracias a Dios porque mi nena no está estacionada en el pasado. El pasado pasó, y ella tiene una vida diferente. De hecho, un año después se casó. Usted sabe quién fue el portador de los anillos, ¿verdad? El negrito, mi nieto, fue el portador de los anillos. Fue una boda sin apariencia, fue una boda real, fue una boda preciosa, fue una boda profética. Ahora mi nena está casada, el que era novio ahora es como un hijo mío. Me explico? La relación que tenemos es una relación extraordinaria.

Ahora, ellos tienen 3 hijos: tienen el negrito, tienen uno vainillita y tienen otra blanquita. Eso es bien extraño pero es así. Eso tienen. Solo puede reírse del mañana quien puede reírse de su presente. Solo puede reírse de su presente aquel que se puede reír de su pasado y solo. Y solo se ríe de su pasado aquél que no vive estacionado en su pasado.

Por qué? Porque en el pasado, en el mañana, están los ladrones del gozo. En el pasado están los ladrones del gozo que es culpa, vergüenza, pérdida, dolor, todo lo que yo mencioné ahorita. Quién puede vivir en ese lugar? En ese lugar de culpa, vergüenza, pérdida, dolor, pecado. Quién puede vivir en ese lugar? Es un lugar de desesperanza, nadie puede vivir ahí. Si tu por casualidad eres cristiano y estás estacionado en ese lugar, en esta mañana es un buen día para que tu salgas de ese lugar. Y tu salgas de ese lugar y descubras las bondades, las misericordias extraordinarias que Dios tiene para la vida tuya.

Ahí hay culpa, hay vergüenza, la culpa es algo terrible. Me explico? Y entonces qué hay en el mañana? En el mañana hay preocupación y miedo. Eso es otra cosa terrible. Preocupación.

Yo recuerdo cuando yo tenía12 años tuve un accidente en bicicleta, por poco me mato en la bicicleta y mi papá sabe lo que dijo? Me dio una clase de paliza, me dio una paliza. Me dijo quítate la ropa, me dio con una correa de cuero, me sacó sangre y me dijo, un año sin bicicleta. Imaginen, un año sin bicicleta. Y todos los amigos míos en el barrio usaban la bicicleta todo el tiempo y yo ahí sentado los miraba.

Un año, hermano, delante de Dios, te lo digo, delante de Dios, un año sin bicicleta. Y ahí estaba yo, y a veces los amigos a mí me decían, eh, móntate, móntate, tu papá no está. Yo no me atrevía, yo decía, monto en la bicicleta y cuando vaya llegando a la curva allá abajo viene papi y viene papi y me agarra, me da otra paliza con la correa de cuero otra vez, y me da otro año más. Y entonces yo dije, no, para nada.

Sabe, yo tenía la fecha exactamente cuando había ocurrido el accidente, y yo decía, se está llegando el año, se está llegando el año, voy a correr en bicicleta, se está legando el año. Llegó el año de correr bicicleta, llegó el año. Sabe lo que pasó? Es que la preocupación es terrible. Yo dije, yo sé que hace un año y si papi no lo sabe? Y si papi piensa que lo que van son 10 meses? Y yo me monto en la bicicleta y papi me ve y dice, mira, qué hace este infeliz que van más que diez meses nada más y me agarra y me da otra paliza y me extiende… ¿Sabe lo que yo hice? Y esto se le digo delante de Dios, yo le di tres meses de gracia a mi papá por las dudas. 3 meses de gracia a mi papá, por las dudas. Porque eso hace la preocupación, te roba el día de hoy.

Y si este avión se cae? Y si no se cae? Y si tengo cáncer? Y si es muscular solo? Y si es lo supuesto, se alimenta de los supuestos, preocupación. Mire la ansiedad que tenemos por cosas que casi nunca ocurren. Definición, que casi nunca ocurren. Nace del supuesto.

Jesús dice, hey, no te preocupes por el día de mañana. Vive el día de hoy. Es el único día que tu puedes vivir. Basta a cada día su propio mal. Eso nos enseñó Jesús. Miedo, el miedo es contrario a la fe. Miedo es terror, te roba los sueños, te roba la desesperanza, te roba la capacidad de soñar. Eso es miedo. Eso es miedo. Todo el mundo puede vivir el día de hoy. Yo puedo vivir el día de hoy con mis circunstancias. Sabe cuándo la cosa se complica? Cuando yo a mi día de hoy le tengo que añadir el peso del ayer, la eternidad del mañana. Es que la cosa se complica. Me explico?

Voy a poner un ejemplo que tal vez no es el mejor ejemplo pero es este. Digamos que yo soy mujer y estoy casado con un hombre inconsciente, como muchos latinos ¿verdad?, con un hombre inconsciente y entonces resulta ser que yo estoy casada 10 años con él y hoy voy a recoger la casa y este hombre salió del baño y dejó el pantaloncillo en el baño y yo digo, este infeliz, 10 años, 10 años llevo casada con él, 10 años llevo recogiendo los condenados pantaloncillos esos. Tengo 35 años. Las estadísticas me dicen que yo voy a vivir todavía 40 años con este infeliz. Yo tengo que recoger… llevo 10 años recogiendo pantaloncillos, yo tengo que recoger esos pantaloncillos 40 años más? Cuando el hombre llegue a la tarde del trabajo sabe que hay guerra, ¿verdad? Me explico? Sabe que hay guerra, sabe que la comida fría, sabe que se acuesta frío… Qué te pasa? Nada. Y dice, qué le pasará a la mujer?

Ahora, si yo estoy contento y estoy alegre y yo voy ahí cantando y yo voy al baño y yo veo el pantaloncillo en el suelo y yo no pienso en los 10 años, ni pienso en los 45 y veo el pantaloncillo así, es más, yo hago una ….. para el poquito… desarrollo una técnica y yo al pantaloncillo le hago así y lo tiro por el aire, hago así, tac, lo tiro y a la cesta, y sigo contento caminando. No se dañó mi vida, me explico? Estoy viviendo el día de hoy, solo el día de hoy. Eso es todo lo que yo tengo que hacer.

Pero en el mañana hay preocupación, hay miedo y eso es terrible. Yo sé lo que es vivir eso. En estos días estaba hablando con un pastor amigo mío y me dijo, hey, Efrén quisiera que fueras conmigo a tal sitio para hablar con unos pastores amigos míos que tienen problemas. Qué pasó? Mira, si vieras que son una gente muy buena, de una iglesia tremenda, pero pasa lo siguiente, el pastor un día va a la computadora y descubre que su hijo de 15 años está viendo pornografía de hombres. Ay! Comienza a trabajar el asunto con el hijo pero van dos meses, tres meses con el asunto y como que no avanza. El hombre está totalmente desesperanzado. Así que el hombre, es una persona muy reservada, decide que hay un pastor muy prominente, amigo de él, él dice, yo necesito buscar consejo con otro, alguien que me ayude. Va a donde el pastor prominente amigo de él, y le dice, tengo el problema. Y le cuenta todo su problema. Al final sabe lo que le dice el pastor prominente? Le dice, yo quisiera decirte algo pero no puedo decirte nada. Lamentablemente yo tengo el mismo problema que tu. Que te parece! Pastores! Hombres de Dios, con el corazón lleno de desesperanza. Hombres de Dios que perdieron la capacidad de soñar porque por alguna razón el enemigo le ha entrado y le ha robado sueños y le ha robado la esperanza del mañana.

Que te parece si entrevistamos a esos pastores. Y yo les digo, quiero que leas Proverbios 31:25. “Fuerza y honor son su vestidura y se ríe del porvenir”, y tu me expliques cómo tu miras tu vida mañana. No van a poder hablar. Ninguno de ellos puede hablar, porque su vida está llena de desesperanza. En vez de sueños tienen pesadillas.

Algunos de nosotros como creyentes lamentablemente cuando nosotros miramos al mañana, no podemos mirar al mañana como la mujer de proverbios, algunos de nosotros miramos el mañana como Sara, miramos al mañana con sarcasmo, y miramos al mañana con ironía. Yo te puedo decir, yo sé de lo yo estoy hablando, ok? Yo pasé por ese terreno.

Para ir bajando la cuesta, te digo lo siguiente. Hace cerca de 6 años atrás, aproximadamente 6 años atrás, mi hijo se fue de casa, criado en la iglesia, buena relación con él, extraordinaria, nos llevamos súper bien. Descubrí que mi hijo vivía adicto a la droga. Para mí eso fue terrible. Adicto a la droga. Él trató de resolver el asunto estando en casa. Fue tan difícil estando en casa. Nunca nos robó, nunca… pero ahí él seguía con su condición. Trataba de hacer fuerza por amor a nosotros, callado, deprimido. Yo entré en una depresión tan grande. Yo reservado, cómo hablar de esto? Tan duro.

Recuerdo el día que se fue de mi casa, era un martes a las 9 de la mañana. Ese día se fue de casa. Yo le ayudé a recoger las cosas en su carro. Y lo despedimos a las 9 de la mañana en el balcón de mi casa. Nos despedimos abrazados, llorando. Yo sabía lo que significaba eso. El día que se fue yo me quedé a lo lejos mirando el carro de él, cuando desaparecía y junto con el carro que desaparecía también yo sentía que desaparecían mis sueños, también yo sentía que desaparecía mi esperanza. Yo decía, Señor, yo te amo desde que tengo 17 años. Toda mi vida te he servido a ti. He tratado de vivir una vida no hipócrita, Señor. No he tratado de jugar a la iglesia.

Cerré la casa. No había nadie en mi casa, y estuve como una hora caminando como un loco por la casa llorando, llorando y llorando, diciéndole a Dios, yo necesito que tu me des una palabra, yo necesito que tu me des una palabra, yo necesito que tu me des una palabra porque crisis llega a tu vida en ausencia de una palabra. Y cuando tu tienes una crisis, tu corazón está lleno de desesperanza, la mejor alternativa no es un antidepresivo, la mejor alternativa es una palabra del cielo.

Y yo estuve como una hora llorando y me fui a mi cama y me sequé mis lágrimas en la cama. Y yo tengo un librero en mi casa que había como 100 libros ahí y yo no podía ver porque tenía mis ojos llenos de lágrimas. Agarré cualquier libro que estuviera allí, cualquiera, yo cogí cualquier libro. El libro que cogí era “Fuego vivo, viento recio” de Jim Cymbala. Y yo, tiempo atrás lo había estado leyendo y lo había dejado a mitad, yo acostumbraba que cuando leo un libro, si por casualidad no lo voy a continuar inmediatamente le doblo la esquinita donde me quedé. Así que doblé la esquinita donde me quedé y yo miré y yo dije, ah, esto yo lo leí. Y pasé la página, y cuando pasé la página decía: “el tiempo más duro de nuestra vida fue el día que nuestra hija se fue de nuestra casa.”

Yo comencé a llorar, pero allí había esperanza, porque entonces terminaba contando el testimonio de cómo su hija, producto de la oración, vino, cómo su hija está casada, cómo están pastoreando, etc., etc. Y yo estaba… ustedes saben las posibilidades, entre 100 libros que están ahí de que yo meta la mano y que yo coja un libro y que esté justamente en una página donde tiene una situación parecida a la que yo estoy viviendo, y yo le estoy pidiendo a Dios durante una hora, Señor, necesito una palabra.

Eso no fue suficiente. Dios me tuvo que dar unas cuantas palabras para cimentar mi corazón. Saben por qué? Porque yo descubrí en este proceso que había ocurrido erosión de fe en mi vida, siendo pastor. Y que mi corazón se había llenado de desesperanza por alguna razón, erosión de fe. Yo necesitaba restaurar la fe mía en Dios. Fue un proceso, no ocurrió así, pero en ese proceso varias cosas pasaron.

Un día yo descubrí que mi hijo simplemente estaba así, su condición era esa, porque él simplemente tenía ataduras en su vida, que el día que él fuera libre de las ataduras, su vida iba a cambiar. Y ese día que yo descubrí eso, yo llegué a mi casa, y yo dije, que bruto, Dios mío, que bruto, Señor, si yo lo único que tengo que hacer es destruir las fortalezas que están en la mente de mi hijo. Si yo destruyo las fortalezas que el diablo ha puesto en la mente de mi hijo, la vida de él va a cambiar automáticamente. Así que yo empecé mi guerra personal contra el diablo por la vida de mi hijo. Y yo empecé, mañana, tarde y noche, mañana, tarde y noche, mañana, tarde y noche haciendo una misma cosa.

Yo no oraba por mi hijo, yo no oraba, yo no decía, cuida a Frenchy. Yo decía, Padre, gracias porque tu tienes a Frenchy, está bien cuidadito. Gracias porque tu lo tienes cubierto. Gracias por dondequiera que esté, no importa por donde camine, tu eres un Dios de pacto, él está atado con cuerda de amor. Me paré en el púlpito y dije, algunos de ustedes me pregunta por mi hijo Frenchy? Les voy a decir. Aquí lo van a ver nuevamente tocando y cantando y adorando a Dios. Un día lo van a ver. Yo lo tengo agarrado con cuerdas de amor.

Entonces yo decía, Padre ahora mismo el centurión me enseñó a enviar la palabra a distancia. El centurión dijo, no vayas a mi casa, envía la palabra, así que ahora mismo yo envío la palabra a la mente de Frenchy. Yo declaro en el nombre de Jesús que toda fortaleza se derrumba en el nombre de Jesús en la mente de Frenchy. Mañana, tarde y noche, mañana, tarde y noche. Tres meses llevaba así, 3 meses. Jueves a las 2.30 de la mañana envío la palabra y digo: Padre, estoy enviando la palabra a la mente de Frenchy.

Yo declaro que se derrumbe toda fortaleza del enemigo y cuando estoy orando así, digo, Señor, por qué tu no me haces un favorcito? Por qué tu no me mandas una señal, mándame una señal que esto que yo estoy haciendo, esta oración de esta manera, es la correcta, te parece, Señor? Te parece bien que me hagas eso? Jueves a las 2.30 de la mañana, ese jueves llegó Frenchy a mi casa al mediodía, me dio un beso, lo abracé. Tienes hambre? Sí, papi. Te compro comida? Sí, papi. Le compré comida. A las 3 de la tarde me dice, papi, yo puedo hablar contigo un momento? Y yo le digo, sí, mi amor.

Y nos fuimos al cuarto y ahí estábamos hablando y él me dice, escuche esto porque es tan… recuerde la oración que yo hacía. Yo envío tu palabra, yo declaro que se derrumba toda fortaleza en la mente de Frenchy. Frenchy me dice, yo te voy a decir algo, papi. Yo no me veo en la iglesia. Yo dijo, aja. Yo no me veo en la iglesia pero algo está pasando últimamente. Y digo, aja. Yo siento, yo digo tiene que ser Dios. Me dice él yo siento papi, que hay pensamientos en mi cabeza que se están derrumbando. Que te parece. Y yo, ah! Él está usando las mismas palabras que yo oro. Y yo le digo, y yo no quiero seguir con esta vida que yo estoy viviendo.

Y yo le digo, tu tienes algún problema para entender el amor de Dios? Y me dice, no papi, para mí el amor de Dios es bien sencillo. Para mí Dios es como tu me tratas a mí, así es Dios. Y yo dije, ah, que bien, pues yo te quiero decir qué es lo que se derrumba, soy yo. Soy yo que un día te dije que mi amor por ti era tan grande que si yo tenía que ir al infierno a pelear por ti, yo lo haría. Yo estoy en el infierno peleando por ti, todos los días yo soy el que envió la palabra derrumbando las fortalezas del enemigo que hay en tu mente porque el día que se derrumben tu vuelves.

Una semana después, me dijo, ese día se fue y me dice, tu puedes orar por mí? Yo llamé a mi esposa, fuimos al cuarto, oramos por él. Él lloró. Nos dio un beso y un abrazo a los dos, se fue. Una semana después me dijo, papi, tu me ayudas? Yo no quiero seguir viviendo esta vida. Hace 5 años que regresó. Hoy está en el Señor, está casado, toca en la iglesia, adora al Señor. No tiene una vida perfecta, pero es un hombre perdonado, es un hombre perdonado como tu y como yo, es un hombre perdonado. Dios es bueno. Dios es extraordinario. Dios hace cosas increíbles. Todo el mundo puede vivir el día de hoy. Eso es lo único que Dios espera.

Dios espera que tu no vivas en el mañana porque en el mañana hay culpa y vergüenza, y la Escritura dice que todo eso que era tu pasado, Dios lo cogió y lo lanzó al fondo del mar y Dios ni se acuerda más de eso. Si Dios no se acuerda de eso, que es a él a quien le tendría que importar porque él es que está perdonando, pues para qué rayos yo me voy a recordar de algo que ya Dios me perdonó y me libertó a mí. El mañana mío está seguro, esta seguro en las manos del Señor. Mi mañana está bien seguro.

Antes se cantaba un corito así, no temo al mañana, yo se que él preparó mi futuro, no temo al mañana, mi vida está segura en él. Tu vida está segura en él. Él es tu Dios. Él es mi Dios, me explico? Nosotros somos hijos de un Dios extraordinario, de un Dios poderoso, de un Dios extraordinario. Ah, extraordinario o interesante es esto. Yo no empecé a vivir con gozo cuando Frenchi llegó. No. yo empecé a vivir con gozo cuando yo empecé a creer. Me explico?

El día que yo descubrí, Dios mío, si yo estoy orando mal, por eso es que yo estoy así en esta angustia. Y yo empecé a creer, y yo empecé a declarar, y yo veía a mi hijo tocando. Yo lo veía con su guitarra, tocando. Él toca guitarra y piano y yo lo veía tocando acá arriba. Y yo empecé a decirlo. Entonces mi vida cambió porque ahora cuando mi hijo venía, yo lo veía delgadito y lo veía en la conducta en que él estaba, pero a pesar de eso, yo decía, lo veo así, pero no le hago caso de eso. Yo lo veo de otra manera.

Has leído el libro de hebreos que dice, de esos hombres que por la fe dice que hicieron algo increíble. Dice que lo miraban de lejos, lo creían, lo saludaron y lo confesaron. Ellos hacían 4 cosas: lo miraban de lejos, y cuando lo miraban qué hacían? Mientras más lo miro a mi hijo por la fe más lo creo. Y mientras más lo creo, más lo saludo, más me lleno de gozo y de alegría. Y mientras más me lleno de gozo de y alegría, más lo confieso, más me lleno mi boca para decirlo. Y mientras me lleno mi boca para decirlo más ganas me dan de mirarlo y continuamente por los 4 vientos comenzó a llegarme palabra, a llegarme palabra, gente que me decía, oye, tuve una experiencia. Tuve un sueño anoche, vi a tu hijo nuevamente tocando en la iglesia, cantando y adorando. Vi a tu hijo grabando un disco.

El próximo año empezará a grabar un disco. Tienen una banda formada que suenan lo más bien, y ya tienen en planes comenzar a grabar un disco. O sea, tantas cosas que empezaron Dios a mostrarme de aquí y de allá, y entonces qué pasaba? Mientras esas cosas ocurren, mi fe se alimentaba, más yo lo veía, más lo creía, más lo saludaba, más lo confesaba. Mi vida cambió no cuando Frenchy llegó, mi vida cambió cuando yo decidí creer. Mi vida cambió cuando mi fe fue restaurada porque mi fe se había perdido en el camino y mi corazón se había llenado de desesperanza.

Una actividad del enemigo es tratar de llenar tu corazón de desesperanza. Una actividad del enemigo es que tu miras a tu mañana y tu no te puedas reír. Pero yo te quiero decir, junta, piensa en las palabras que Dios te ha dado. Cuando tu pienses en las palabras que Dios te ha dado, yo te garantizo, yo estoy seguro que todos nosotros aquí tenemos suficiente palabra de Dios sembrada en el corazón para dar un vistazo al mañana y reírnos, para dar un vistazo al mañana y decir, oye, que Dios me ha dicho a mí? Qué Dios te ha dicho a ti? Qué a Dios te ha dicho a ti? Acaso Dios no te ha dicho que él ha puesto su mano sobre tu vida? Acaso no te ha dicho que él ha puesto su mano sobre tu casa? Acaso no te ha dicho que ha puesto su mano sobre tus hijos?

Yo te quiero decir, Dios es un Dios de pacto, que bendice las generaciones de aquellos que le aman a él hasta mil generaciones. Él es así. Él cumple lo que promete. Él cumple lo que dice, pero qué quiere el enemigo? Que tu y yo no llenemos de desesperanza, como esos pastores que entre uno y otro, somos comunicadores de esperanza y esos pastores estaban comunicando desesperanza entre ellos mismos. Saben por qué? Porque el enemigo había logrado martillar dentro de sus corazones y robarles. Qué mensaje pueden darle ellos a las comunidades de fe si ellos perdieron la esperanza para mirar al mañana?

Pero Dios en esta mañana quiere recordarnos a nosotros que él es el Dios de toda esperanza, él es el Dios de toda esperanza cuando dice, qué fue lo extraordinario de Abraham. Abraham cometió muchos errores, metió la pata muchas veces. Pero qué fue lo extraordinario de él, dice la Escritura, él creyó en esperanza contra esperanza. Eso en español significa, cuando ya no había esperanza porque él miró la esposa y estaba, como decimos nosotros en Puerto Rico, desbaratá, destrozado.

La miró a ella estéril, vieja, destrozada, desbaratá. Se miró él mismo, y dijo, rayos yo tampoco tengo alternativa. Cuando él miró a ella y lo miró a él y dijo, aquí no hay esperanza, aquí no hay esperanza, en esa mujer ni en mí, en los dos no hay esperanza, cuando no había esperanza, la Escritura lo que dice es, él decidió, él tuvo la actitud de creer en Dios. Él decidió tener esperanza cuando no había esperanza. Él creyó en esperanza contra esperanza porque él dijo, el Dios mío tiene dos características, número 1 es fiel, para cumplir su palabra y número 2 él es todopoderoso para hacerla, todopoderoso para hacerlo. El Dios tuyo, el Dios mío es todopoderoso para cumplir todo aquello que él te ha prometido a ti, si tu lo crees y si tu lo crees, llena tu boca y confiésalo.

Ahora, yo termino con esto, con algo que Dios me dijo en esa época. Me dijo que nunca en la vida se me ha olvidado y nunca se me olvidará. Si tienes una palabra mía en tu corazón por qué vives como si no la tuvieras? Si tienes una palabra en tu corazón por qué tu vives como si no la tuvieras? Tu te puedes poner sobre tus pies.

Yo te quiero invitar a ti, así rapidito, yo sé que aquí ya estamos terminando. Yo te quiero invitar rapidito, si tu eres una persona que tu corazón ha sido sacudido como fui yo, no te sientas mal, ok? No te sientas mal. Todos somos sacudidos. Si tu vida está siendo sacudida, si tu fe está siendo sacudida, si tu fe necesita ser renovada, si tu fe ha sido erosionada por los golpes de la vida, por promesas que simplemente tu pensaste que eran para hoy y no son para hoy, las hizo Dios pero son para mañana. Pero, tranquilo, toda palabra de Dios se va a cumplir. Yo te animo a que tu vengas aquí y tengamos un momento una palabra de oración.

Si hay alguien así sino créeme que yo me arranco ahorita otra vez, a predicar otra vez con el mismo gozo, porque yo te estoy compartiendo lo que yo honestamente en mi corazón creo, he creído que era para ustedes. Amén.

Yo simplemente te digo, habla con Dios ahí. Yo te quiero decir, nadie me puso las manos a mí. Fue una experiencia solo. Yo la tuve entrando a mi casa cuando yo dije, ay Dios mío, que bruto si yo estoy orando mal. Señor, gracias, me llegó por revelación. Y ese día yo comencé a orar algo diferente. Nadie estaba conmigo a las 2.30 de la mañana cuando yo le dije, mándame una señal, a las 2.30 y 12 horas después mi hijo venía con la señal en la boca de él, la señal de que esa oración de que yo estaba haciendo era correcta.

Así que si usted tiene un familiar que tiene alguna atadura, yo te digo, sería bueno que tu empieces a practicar mandarle la palabra a la mente, mandar la palabra del Señor al corazón a la mente, para romper toda fortaleza, y que tu vives felizmente libertad porque si tienen una palabra de salvación, no ores por salvación, por él, él va a venir, ora para que se quebrante, que se quebrante lo que lo tiene atado. Envía la palabra para que se quebrante aquello que el enemigo ha construido en la mente de él y él sea libre. No importa quién sea, no importa dónde esté, la palabra llega. Lo importante es que tu envíes la palabra. Amén.

Yo te animo para que en esta hora tu levantes tu corazón aquí y simplemente le des gracias a Dios si tu piensas que en esta mañana algo, ha habido algo de Dios para tu vida, si tu piensas que en esta mañana algo de lo que yo he dicho, ha tocado tu corazón porque te ha confrontado, te ha confrontado con alguna realidad tuya, o te ha confrontado con algún episodio en tu vida que tu estás pasando con algún familiar, en donde tu has perdido sueños en el camino, yo te quiero decir en esta mañana hoy es un buen día para empezar a soñar. Hoy es un buen día para empezar a restaurar aquellos sueños que Dios te había dado durante tanto tiempo y que tu pensaste que ya Dios se había olvidado de eso, que se había acabado, que eso tal vez fue un malentendido de algún profeta que vino por aquí, de alguien que oró por ti. Yo quiero decirte, no fue un mal entendido. Dios es fiel. Toda palabra de él se va a cumplir en el tiempo de él. Amén.

Padre, en el nombre de Jesús en esta hora yo te alabo y yo te doy gracias porque hasta aquí tu me has traído, Señor, para comunicar, Padre, una palabra, Señor, sobre este pueblo en nombre de Jesús, yo oro para que tu nos bendigas. Yo oro para que ahora mismo tu Espíritu Santo empiece a moverse por este pueblo, tu Espíritu Santo empiece a moverse aquí.

Tu estás aquí. Tu hace rato que te estás moviendo, desde que estamos adorándote en esta mañana tu te estás moviendo. Tu fuiste el primero que llegaste a esta reunión convocada por tu espíritu para tocar, para bendecir, para hablarnos, Señor, y en esta hora yo oro y yo declaro Señor eterno, que tu Espíritu Santo que está aquí, está produciendo convicción de los corazones de mis hermanos para creer que en este día se está restaurando fe, que en este día se está restaurando esperanza, que en este día corazones están empezando a soñar, que en esta mañana, en este día sueños están siendo restaurados en los corazones de vida que habían perdido sus sueños en el camino, simplemente por golpes de la vida, o por golpes del enemigo. Padre, pero en esta hora, estamos tomando autoridad para resistir la mentira del enemigo y declarar que la mentira del enemigo es exactamente eso, una palabra de mentira.

Pero la palabra tuya es una palabra de verdad y estamos enviando la palabra tuya de verdad a la mente de mis hermanos, a la mente de tus hijos, de mis hermanos, de tu pueblo, declarando, Señor, que tu eres el Dios que viene a poner sueños en su mente, a poner sueños en sus corazones. Señor, a sembrar esperanza, esperanza contra esperanza, esperanza contra esperanza, cuando ellos pensaban que no había más alternativa para creer Señor, en esta mañana estamos declarando que esperanza está naciendo en los corazones de tu pueblo, esperanza para soñar, esperanza para reírse, esperanza para mirar al mañana con gozo y con alegría, y declarar que tu eres el Dios de su mañana, que tu eres el Dios de su presente, pero tu eres el Dios de la mañana de ellos, que ciertamente cada uno de ellos son hijos tuyos llenos de grandes promesas que tu has declarado sobre sus vidas.

Padre, que el nombre de Jesús, Espíritu Santo has una obra grande, toca, produce convicción, cambia actitudes de nuestros corazones, cambia actitudes en nosotros, Señor, has una obra tan grande, oh, que cuando salgamos de este lugar salgamos con la profunda convicción de que hay un sabor a ti en nuestra boca, que hay un sabor a ti en nuestro corazón, que hay un sabor a ti en nuestra mente. Todo nuestro ser está saturado con el sabor al Dios del cielo, que hay un sabor a tu Espíritu Santo en nuestra vida, en esta reunión. Padre, en el nombre de Jesús estamos declarando esta palabra. Yo te bendigo a ti, yo bendigo tu casa, yo bendigo tus hijos, yo bendigo tu negocio, tu trabajo, tus estudios.

Yo declaro que aquellos están lejos van a regresar al camino en el nombre de Jesús yo declaro una palabra de salvación sobre aquellos que están alejados. Yo declaro que se quebrantan fortalezas, que se quebrantan ataduras. Yo declaro que se rompen cadenas en el nombre de Jesús como se rompieron las cadenas y las fortalezas que ataban a mi hijo. Yo declaro que en el nombre de Jesús y yo envío la palabra a tu familiar y yo declaro que se quebranta y se rompe en el nombre de Jesús y yo declaro que Dios hace algo nuevo. Yo declaro en el nombre de Jesús tu tiempo nuevo sobre tu vida. Yo declaro que vienen tiempos de refrigerio sobre tu vida.

Yo declaro sobre esta iglesia tiempos nuevos en el nombre de Jesús, yo declaro sobre este pueblo y sobre este ministerio, yo declaro tiempo de refrigerio del Señor, tiempo nuevo. Yo declaro que Dios está metiendo la mano alrededor del cielo y está cambiando la hora para este lugar en el nombre de Jesús y que van a ver cosas grandes y cosas extraordinarias en el nombre de Jesús. Yo lo declaro, lo declaro, lo declaro en el nombre de Jesús. Gracias, gracias, gracias, Señor. Gracias Señor en el nombre de Jesús. Gracias Señor.

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Has dejado tu primer amor?

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Quiero hacer una recomendación que cada uno de nosotros debe considerar cada día que se levanta hasta que se vuelve a levantar. No dejar que Jesucristo pase a ser un segundo plano en nuestra vida. En nuestra vida de fe cuando nosotros llegamos al Evangelio, cuando nosotros entregamos nuestra vida a Jesucristo muchos de nosotros no teníamos horario para estar con el Señor, muchos de nosotros no teníamos ningún impedimento, no importaba que se levantara el mundo contra nosotros, pero queríamos estar donde estaba el Señor, queríamos escuchar cada palabra, queríamos escuchar cada enseñanza. No nos olvidábamos de un servicio, no nos olvidábamos de una conferencia, no nos olvidábamos de un encuentro de iglesias, no nos olvidábamos de la célula, no nos olvidábamos de nada, no nos olvidábamos de nuestras responsabilidades. Nos podríamos olvidar de los que tenían que comer en la casa, pero no de lo que pasaba mientras estábamos conociendo al Señor. El primer amor es importante mantenerlo a través del tiempo.

Sabe por qué? Porque no es solo el primer amor, es el único amor. No es solo el primer amor sino que es el amor. Y cada uno de nosotros debe cada día levantarse y pensar cómo yo hoy le demuestro a mi Dios, a mi Señor, a mi Cristo, que lo amo. Cómo hoy día estoy dispuesto a dar pasos concretos en mi vida espiritual, en mi vida emocional, en mi vida física para demostrarle al Señor, Señor, yo te amo.

Y quiero invitarlos a pensar un momento a que es necesario que nuestra vida se convenza, que nuestro corazón esté convencido, que nuestra mente esté convencida de que sin el amor de Jesucristo nuestra vida no tiene un sentido claro, ni un rumbo directo, ni un rumbo seguro con Cristo tenemos vida eterna, con el amor de Cristo tenemos salvación. A través del amor de Cristo nuestros pecados han sido perdonados. A través del amor que Jesucristo demostró por nosotros en la cruz del calvario, nuestra vida fue llamada como vida nueva, completa y total, a través del amor de Jesucristo reflejado en la cruz del calvario fuimos hechos hijos de Dios.

No cree que es un privilegio? Yo creo que es un privilegio ser hijo de Dios. Al comienzo del Capítulo 2 en el libro de Apocalipsis nos habla un poquito acerca de la iglesia de Éfeso, una iglesia interesante. Y aunque hay muchos estudios serios con respecto a estas cartas, yo siempre he admirado estas cartas como la personalidad de cada uno de nosotros. Estas 7 cartas, o estas 7 iglesias, para mí, en una opinión muy personal, yo no sé si me van a mandar a decir cosas por el internet o no esta vez, pero tiene que ver ciertas características en nuestra vida que a veces cumplimos y se reflejan en una de estas cartas. Y yo me sentí impactado por la iglesia de Éfeso, que muchas veces refleja nuestra personalidad, ese deseo de servir al Señor, de amarlo, no solo a través de nuestras obras, ni de nuestra conducta, sino a través del comportamiento de otros.

La iglesia de Éfeso representa a esos hombres y mujeres que se han convertido al Señor y que han dado su tiempo para el Señor, y que han dado su dinero para el Señor, y que han dado los espacios de su familia para el Señor, y han dado mucho más para el Señor que han llegado a ser parte importante en el crecimiento y en el desarrollo de las iglesias en las ciudades. La iglesia de Éfeso representa a esas personas que se meten profundamente tan grande, tan íntimo con el Señor que no hay nada, que no hay nada que pueda hacer que ellos miren hacia otro lado.

Yo conozco tus obras. Yo conozco tus obras. Y hay una serie de detalles en las obras de esta iglesia que muchas veces nosotros nos sentimos identificados. A veces hemos venido enfermos a la iglesia, pero hay que estar en la iglesia, hay que estar con los hermanos, hay que estar apoyando a la célula, hay que estar apoyando las actividades de los ministerios, hay que estar ahí, presente. Una iglesia de trabajo, una iglesia donde los hombres y mujeres no solo tienen un full time, como dice un hermano en mi iglesia, sino un part time y un part time in situ. Gente de trabajo, gente sacrificada, cobran hasta para llegar a su casa. Gente que ha resuelto incluso sobre su propia salud física, el demostrar su amor por el Señor. Gente que ha de alguna manera, ha recibido insulto o persecución o ha tenido que sufrir la soledad por amar al Señor.

Esto de alguna manera representa a esta iglesia de Éfeso. ¿Saben qué? El Apóstol Pablo, 30 años atrás, cuando escribió la carta a los efesios, en el libro de Efesios, Capítulo 1, versículo 15, Pablo, el Apóstol Pablo se asombraba del amor y la fe que esta iglesia tenía. 30 años atrás de que se haya escrito el libro de Apocalipsis, esta carta en el libro de Efesios. Pablo estaba asombrado, Pablo había estado ya algunas veces, unas de las últimas veces estuvo más de dos años predicando el Evangelio, hablando de las cosas del Señor, estando asombrado por las cosas que el Señor estaba haciendo.

La iglesia de Éfeso tenía una cualidad importante, como muchas de esas iglesias. La iglesia primitiva tenía un don de discernimiento tan grande en los primeros tiempos de la iglesia. Fíjense que desnudaban, sabían quién era un mal Apóstol. Nosotros nos tenemos que enterar por las noticias como dos años después. Sabían quién eran sus malos líderes. El Señor, el Espíritu Santo estaba trabajando en esas iglesias, de una manera tan amplia, tan a campo abierto que ellos estaban, tenían una sensibilidad tan grande del Espíritu Santo para poder darse cuenta quién no estaba predicando la sana doctrina.

El discernimiento era importante. El don de milagros era importante en esos tiempos. Qué cree de hoy día? Será importante también? Bueno, pero no vamos a hablar de los dones. Pero es importante mantener esta características de esta iglesia, tenerla presente, que muchas veces se identifica con nosotros, con nuestra manera de ser, con nuestra manera de vivir, con nuestra manera de compartir el Evangelio de Jesucristo.

Dice que ha sufrido, has tenido paciencia por amor de mi nombre, pero al paso del tiempo la liturgia y la rutina fueron desplazando el amor hacia Jesucristo por las reglas humanas, por la costumbre, por simplemente lo que me parece y lo que no me parece. Por eso el Señor en este versículo 4 le reprocha a la iglesia de Éfeso: tengo algo contra ti. Mira le está diciendo, yo reconozco todo lo que tu has hecho por el bien del Evangelio, por la extensión del Evangelio, yo sé que lo que has hecho lo has hecho bien, pero con el tiempo hubo algo que dejaste de lado, y era mirarme a mí, era amarme a mí, era hacer las cosas por amor a mí, era dejar de hacer cosas por amor a mí, era hablar por amor a mí, era dejar de hablar mal por amor a mí.

Hoy día, tenemos un desafío en este tiempo, ser una iglesia que ame al Señor con todo su corazón. Y que lo demuestre no solo en sus actos, no solo en sus dichos, no solo en sus pensamientos, sino en su manera de vivir, en su manera de proyectar este Evangelio. Hay muchos de nosotros que probablemente estamos encerrados en medio de nuestras actividades, y creemos que eso es amar al Señor. Nos estresamos de tantas actividades que tenemos, hasta de mal genio nos ponemos de tanta actividades que tenemos. Dejamos a nuestra familia de lado, dejamos a nuestros hijos de lado, dejamos a nuestro entorno de lado, por tantas actividades que tenemos. Ya no estamos amando a Jesucristo, estamos más amando la idea de la organización a quién estamos sirviendo. Servimos al Señor y a través de ese servicio muchos de los que están a nuestro alrededor son impactados, pero porque servimos al Señor.

Una iglesia que sirve al Señor es una iglesia que no se olvida que su primer es Jesucristo. Una iglesia como la que cada uno de nosotros compartimos en el diario vivir es la que nunca se olvida que Jesucristo es su pasión, es todo. Tengo algo contra ti, que has dejado a tu primer amor.

Y eso en Primera de Timoteo, Capítulo 5, versículo 12 se refiere a como una… es como falsear la primera fe, es como estar falseando el primer amor. No guardaron el primer amor. Tenemos que aprender que el camino del Señor es un proceso y debemos ir guardando día a día, esa mentalidad de ser una iglesia amada por Dios a través de Jesucristo.

Cuando amamos al Señor, cuando reconocemos su amor en nosotros, nuestra fe se va haciendo verdadera, nuestro amor se va haciendo real. No vamos a olvidarnos de lo que el Señor puso al comienzo en nuestras vidas.

Pablo ya había escrito en Efesios, Capítulo 1, versículo 15 su admiración por esta iglesia, por su amor, por su fe y su amor. Efesios, Capítulo 1, versículo 15:

“… era por su amor y por su fe para con todos los santos…”

Esto lo escribió 30 años antes de que se escribiera nuevamente, de que Juan escribiera en el libro de Apocalipsis. Pero este amor se había llenado de reglas, pero este amor se había llenado de impurezas, pero este amor se había llenado de asperezas, pero este amor se había llenado de dificultades que se van desarrollando en las relaciones con las personas, con los que son hijos, con los que son llamados santos. Este amor se fue desfigurando por aquellos que de alguna manera ejercieron algún liderazgo equivocado. Este amor se fue siendo más condicionado en la medida de que si está con mis intereses, yo apoyo, si no tengo mis intereses yo guardados allí, mejor yo no apoyo. La iglesia necesita sacudirse de esa rutina litúrgica, religiosa que ha traído muchas veces mal al pueblo simplemente por haber dejado de amar al Señor.

Necesitamos sacarnos todo eso que puede impedir que el amor de Dios fluya a través de nosotros en las diferentes acciones, de las diferentes maneras, como él quiere actuar con nosotros. Cuando el amor de Jesucristo invado todo nuestro ser debemos preocuparnos día a día de que no se vaya filtrando, de que no se vaya escapando, con mucha oración, con mucha lectura de la palabra del Señor, con ayuno, con juntarnos, con mirarnos a los ojos honestamente, con mirar en nuestro hermano el rostro de Cristo por el cual Cristo fue crucificado, y no mirar al hermano como nuestro enemigo.

Tengo algo contra ti, que has dejado tu primer amor. Voy por compromiso, lo hago por compromiso, doy por compromiso, por compromiso con quién? Por compromiso para quién? Debemos analizar nuestro corazón, debemos abrir nuestro corazón, dejar que el Espíritu Santo redarguya todo nuestro ser y comience a revelarnos cuáles son las reales motivaciones que hoy día tenemos para servir al Señor. Debemos dejar que el Espíritu Santo trabaje en nuestro entendimiento, renueve nuestro entendimiento cada día, como dice Romanos, Capítulo 12, debemos ser renovados constantemente. Por qué? Porque en esa renovación nos vamos a ir dando cuenta de aquellas cosas que no le agradan a Dios y podemos corregir a tiempo.

Sabe cuál es la idea? Seguir amando al Señor con todo nuestro corazón. Sabe cuál es la idea de esto? Es seguir creyendo que su amor es suficiente para nosotros. Sabe cuál es la idea de esto? Es creer que el amor de Dios todo lo puede en nuestra vida y yo creo que cuando está el amor de Dios hay milagros, hay sanidades, hay señales, hay prodigios, hay provisiones, está la presencia, está su unción, está su autoridad. El amor de Dios presente en nosotros refleja la compañía de Jesús, la compañía del Espíritu Santo, la compañía del Padre, la compañía de este Dios divino, poderoso que nos va a llevar de victoria en victoria.

Cuidemos a la iglesia de no cambiar su amor por los intereses que cada uno de nosotros tengamos, incluyendo los líderes. Cuidemos de cambiar el amor de Dios, que no sea cambiado por la rutina litúrgica y religiosa. Hay una frase bien famosa, la oí en la radio, que yo no la comparto mucho, yo tengo una relación con Dios, no una religión. Y es bonito, pero ¿Saben qué? Yo he llegado a entender que mi religión es mi religar con el Señor, ese volver a unirme con Dios. No tiene ni un problema hablar de que mi religión es Cristo. No se guíe por esa frasecita famosa que dan en la radio. Las relaciones se rompen, cuando uno se vuelve a ligar con el Señor, no hay nada que rompa eso. No hay nada que lo haga pedazos porque yo estoy ligado, religado.

Eso significa religión, religar, volver a unir y a través de Jesucristo esta relación, que era una relación simplemente de creador a creación se transformó de Padre a hijo. Eso provoca el amor de Jesucristo en nosotros. Eso lo provoca el amor de Jesucristo en nuestras vidas. Ya no somos desconocidos, ya no somos advenedizos, somos familia por el amor de Jesús.

La iglesia necesita estar pendiente, el amor es Dios, el amor es el mayor, el amor de Dios a través de Jesucristo nos dio salvación. El amor de Cristo es, según Juan, Capítulo 13, versículo 1, es invariable. Usted puede estar con alguien al lado y un día lo ama más que otro. Según Juan, Capítulo 15, versículo 9, el amor de Dios es divino. Según Juan Capítulo 15, versículo 17, el amor de Dios es abogado, fíjense. El amor es abogado. En Romanos, Capítulo 8, versículo 35, es un versículo tradicional evangélico, a mi me encanta molestar a los evangélicos con esto. Se lo saben de memoria o no? romanos Capítulo 8, versículo 35, quien nos separará del amor de Cristo.

Así que el amor de Dios, el amor de Jesucristo es inseparable. Según Gálatas, Capítulo 2 versículo 20, el amor de Cristo es sacrificado, es por su sacrificio que él nos amó. Quién nos separará del amor de Cristo, quién? La religión, la relación, la tribulación, ángeles, principados, potestades, lo que está arriba, lo que está abajo? Quién? Nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor y salvador nuestro.

Así que si estaba pensando seguir la religión simplemente porque le gustó el club de la iglesia. Deje de pensar así. Comience a entender de que esto se camina por amor a Dios, por amor al Señor, y nuestra vida debe estar envuelta en ese amor, y nosotros debemos dejarnos envolver por el amor de Jesucristo. Quiere vivir en victoria? Nunca se aparte del amor del Señor. Quiere ver su petición respondida? Nunca se aparte del amor de Dios. Que no se enfríe lo que el Señor ha puesto en su vida. La salvación se pagó un gran precio por la salvación. Solo eso basta para amar al Señor. Nada más, si tenemos más, si tenemos menos eso no importa. Es la salvación que él nos dio a través de su sacrificio en la cruz del calvario.

Usted está aquí porque ama al Señor. No está aquí porque no tiene nada más que hacer el día miércoles. No está aquí porque simplemente se aburrió en la casa y vino. Está aquí porque ama al Señor, porque quiere ver a todos los que aman al Señor aquí con usted y adorar y bendecir su nombre, declarar su amor delante del Rey de Reyes y Señor de Señores. El amor de Dios sobrepasa todo entendimiento. El amor de Dios sobrepasa todo conocimiento. El amor de Dios sobrepasa toda emoción. El amor de Dios sobrepasa todo lo que pueda considerarse importante en esta humanidad.

Así que, que el Señor no le diga tengo algo contra ti, sino que le diga, bien buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor. ¡Aleluya! Denle un aplauso al Señor.

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Pertenecer al Señor

6 de diciembre del 2010 - Por Myrza Marilys Lassús

Al final del año, tendemos a pensar en cosas nuevas para nuestras vidas para el nuevo año y nos olvidamos de las cosas que prometimos hacer para el año que se va. Pero lo más importante es y debe de ser nuestra relación con Dios. Buscamos pertenecer a una familia, un grupo, una iglesia, un país…. pero mi intensión en mis oraciones y mi adoración no es pertenecer a nada ni a nadie, sino a nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué quiere decir pertenecer al Señor?

Pertenecer al Señor es: confiar en El, creer en El, refugiarse en El, vivir en El y para El, amarle a Él, obedecerle a Él y nunca, nunca dudar en Su fidelidad. Que nunca olvidemos todo lo que nuestro Dios ha hecho por nosotros y por nuestras familias. Que todos los días podamos decir: "He encontrado en ti la razón de mi existir". Lo demás es extra.

Gracias Jesús por encontrarme, por salvarme y por hacerme tu sierva. Pertenezco a ti y pido que seas siempre el primero en mi vida. Te amo mi Dios.

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El mejor regalo que satisface

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Yo estaba pensando mientras yo preparaba el mensaje anoche y me decía, Señor, qué rápido se ha ido este año. Yo no puedo creer que hace un par de días atrás nosotros estábamos celebrando la despedida del año 2009 y recibiendo el 2010. Y dónde estamos ahora? Estamos ahí de decirle, vamos al 2010 y recibir el 2011. Esto significa que el 2012 se acerca, así si el calendario azteca está correcto.

Pero mejor vamos a pensar que fue que se le acabó la piedra a los indios de aquel entonces. Vamos a pensarlo así mejor. Pero obviamente mis hermanos, estamos en el tiempo de Navidad. Cuántos de ustedes ya pusieron su arbolito de navidad ya en su casa? Vamos a ver. Okay. Pusieron los venaditos que mueven la cabeza con lucecitas y todo al frente de la casa. Ok. Los que no lo han hecho… oiga póngase al día, adorne su casa. Póngase en el jingle, las canciones de jingle bells y cosas así.

Pero, mis hermanos, el asunto es que es la época, como quien dice donde rápido empezamos a pensar en regalos. Particularmente los niños empiezan a pensar en sus listas de regalos, cosas que les gustaría, que desearían tener. Nosotros mismos, empezamos a tirarle hints al esposo o a la esposa y diciendo, oye, qué lindo se ve eso en la tienda! O me gustaría, decimos, oye soñé que tenía tal y tal cosa en mi mano. Y empezamos así a comunicar nuestros deseos y empezamos a darle la listita a mamá santa y papá santa, porque obviamente no es que yo creo en Santa Claus, pero la mamá santa de Dios y el papá santo de Dios, pues empezamos a repartirle la lista, ¿verdad? Y no las enviamos al Polo Norte sino que la enviamos al lugar de donde nosotros vivimos para llegue bien la lista. Yo espero que no le esté dañando la historia a ningún niño que esté por ahí.

Pero el asunto es, mis hermanos, que esta es la época donde nosotros comenzamos a buscar cómo satisfacer algunas necesidades que nosotros tenemos como seres humanos. Comenzamos a pensar en cómo puedo satisfacer algo, un anhelo, un capricho que tengo ahí en mi corazón de algo que me gustaría tener. Y obviamente yo estoy hablando concerniente a la época de navidad, pero saben que esto se da en muchos aspectos de nuestra vida.

Siempre estamos buscando cómo satisfacer alguna necesidad en nuestro interior. Algunas personas dicen, si tuviera x, ye, cantidad de dinero, mi vida sería muchísimo mejor de lo que es ahora. Algunas personas podrán decir, oh, si mi esposa o mi esposo hiciera esto, pues mi vida sería mucho mejor de lo que es ahora. O hay padres que tal vez dicen, caramba, si mi hijo o mi hija, hiciera x o ye cosa, la vida sería tan y tan buena. O tal vez algunos de nosotros piensa como, oye si mi jefe fuera de tal y tal forma, mi lugar de trabajo sería un cantito del cielo en la tierra.

Y el asunto es que tendemos a pensar que nuestra satisfacción, la mayor parte del tiempo depende de lo que otra persona y alguna otra situación pueda hacer por nosotros. Y yo me atrevo a decir, que el 99.9% de las personas que están aquí en este lugar, sin hacer excepción de ninguna, en algún momento ha pensado de esta forma. Yo soy el primero.

O me equivoco? Corríjame. Dígame que ninguno de ustedes nunca ha dicho, si yo tuviera tal cosa, si alguien hiciera esto por mí, es más, hasta si Dios hiciera esto por mí, mi vida sería mucho mejor, ¿verdad? Habremos dicho esto en algún momento.

Pero miren, yo les voy a decir una verdad que es muy verdadera, válgame la redundancia. y el asunto es que aún si usted tuviera esas cosas, aún si alguien hiciera lo que usted desearía que hicieran por usted, aún si usted tuviese la cantidad de dinero que usted desea tener, aún si usted tuviese un jefe que hiciera lo que usted le gustaría que hiciera, aún si usted tuviese una esposa, un esposo que hiciera lo que usted le gustaría que hiciera, con todo y eso, usted no estaría totalmente satisfecho.

Algo nuevo saldría que va a ocasionar en usted una insatisfacción y usted va a estar buscando alguna otra cosa. Y esto se transmite en distintas formas. Y uno de mis mayores deseos es que esto se de en nuestra vida espiritual, que nunca esté satisfecho en su vida espiritual, que siempre esté anhelando, buscando algo más.

Pero, volviendo a la época de navidad, el asunto que en esta época estamos buscando que algún deseo sea satisfecho en nuestra vida, en nuestro corazón, en nuestro ser. Y yo quisiera hablarles hoy acerca del mejor regalo que satisface. El mejor regalo que satisface. Pregúntele a la persona al lado tuyo, tienes tu el mejor regalo que satisface? Dígale a la persona, dame una sonrisa si tienes tu el mejor regalo. Es para los esposos y esposas que están ahí afuera. Mire a su hijo, a su hija, en la cara y dígale, tu eres mi mejor regalo, tu me satisfaces.

Miren, vayan conmigo al libro de Juan, Capítulo 4. En este Capítulo hay una historia que yo sé que muchos de nosotros hemos escuchado, y si no la han escuchado pues hoy se van a enterar de la historia. Pero es la historia donde en un momento Jesús salió de Judea e iba en dirección a Galilea, pero tenía que pasar por Samaria. Y en ese transcurso de Judea a Galilea, paró en un pozo y en ese pozo de agua, le dijo a sus discípulo, muchachos, por favor, vayan ustedes, consíganse algo de comer, saben estaba un poco cansado. Vayan ustedes, consigan algo de comer, que yo me cojo un break aquí y descanso. Pero Jesús sabía lo que él estaba haciendo, porque él sabía que se iba a encontrar con alguien allí en ese lugar y ese alguien fue una mujer. Recuerdan la mujer samaritana cuando llegó que ya venía con su cántaro a buscar agua? Cuando llega a ese lugar, obviamente Jesús le pide agua, y a lo largo de esto comienza una conversación. Pero hubo algo de esta historia que me cautivó por el propósito de este mensaje. Y es el mero hecho que la historia de esta mujer, era una mujer que no estaba satisfecha. Era una mujer que de acuerdo al relato bíblico nos dice que había tenido ya 4 esposos y ahora iba en el número 5. So, dígame usted si la mujer estaba insatisfecha o no. yo quiero que usted imagine esto conmigo.

Cada navidad, la primera navidad se dio cuenta que no estaba muy satisfecha y qué dijo? Espero que para la próxima navidad tenga algo mejor. So en la próxima navidad, llegó el nuevo candidato y dijo, ay, si este esposo hiciera esto y esto y esto, por mí, mi vida sería mucho mejor. Pero qué pasó? No funcionó. Vamos a la próxima navidad. Hay esperanza, otro regalo. Ay, si este esposo hiciera esto, esto y esto por mí, mi vida sería mucho mejor de lo que es ahora. Pero qué pasó? No funcionó. Ah, la cuarta navidad llegó. Y qué pasó? Tampoco funcionó. Llegó la quinta navidad y a la quinta navidad supuestamente, de acuerdo al relato bíblico, todavía no era su esposo, so, dígame usted si estaba satisfecha o no? no había satisfacción ahí. No había encontrado satisfacción. Es más, ¿Saben qué? Yo me atreví a mirar un poquito más allá en esta historia y quién sabe si cuando se cruzó con Jesús en el pozo, quién sabe si habrá pensado, hmmm, candidato número 6. Buen mozo, ojos de crisol, que voz, guapo, es un judíos, judíos y samaritanos no se llevan, so, ahí tal vez mis papás van a tener algún problema con eso, pero hey, quién sabe si de aquí viene mi esperanza? So, empezó la conversación, pero qué le dijo Jesús? No way. Eso no soy yo. Yo te puedo conocer, te puedo recomendar un candidato que sí te puede satisfacer de verdad. Y ahí fue, mis hermanos, donde Jesús sacó esta frase y le dice a esta mujer: mira mujer, dame un poco de agua, solamente para iniciar la conversación. Cómo tu me pides agua, tu eres judío, soy samaritana. Hello, tu y yo no nos llevamos, qué es esto? Y ahí fue donde Jesús le dijo:

“…si tan solamente conocieras el don de Dios y quién es el que te pide agua, tu le dirías a él, dame a beber de tu agua para no volver a tener sed…”

Si conocieras el don de Dios. Esa palabra don se puede traducir también como el regalo de Dios. Y yo quisiera hacer una pregunta, mis hermanos. Por qué nosotros tenemos que aceptar ese regalo? Por qué lo tenemos que aceptar? Y una primera respuesta que yo les puedo dar. Es el mero hecho que quien lo ofrece es Dios. No es ninguna otra persona. ¿Saben qué? Los regalos que nosotros podemos dar están limitados. Nuestros regalos siempre van a estar limitados, porque tal vez no tenemos suficiente dinero, o no podemos comprar lo que nos piden, o es demasiado grande, o es demasiado portentoso. So, siempre vamos a tener nuestros límites, pero Dios da sus regalos, como dice Filipenses 4:19, Dios da sus regalos, Dios pues suplirá todas las cosas de acuerdo a sus riquezas en pobreza. No, su riqueza en gloria, así es como Dios da. So, los regalos de Dios vienen de un recurso ilimitado.

Los regalos que nosotros damos dentro de dos o tres días, o dentro de dos o tres semanas, tienen su significado y su valor, más sin embargo los regalos que Dios da, duran por toda una eternidad, duran por toda una eternidad. Así que por qué vamos a aceptar ese regalo? Por quién lo está ofreciendo. No se lo estoy ofreciendo yo. No se lo está ofreciendo el pastor Mirando. No se lo está ofreciendo la persona que está al lado suyo. Se lo está ofreciendo Dios.

Miren, el significado de un regalo, mis hermanos, no tan solamente se encierra en el mero hecho del gesto que te lo dieron. Yo no sé cuántos de ustedes le ha pasado esto que le dan un regalito, bien sencillo y cuando usted lo abre, es como que, oh, y después le dice a la persona que se lo dio para que no se sienta mal, le dice, no te apures, si el gesto es lo que vale. el gesto es lo que vale.

Pero el verdadero significado de un regalo no está necesariamente en el gesto de lo que te dan, sino también en el contenido de lo que te están dando. Si a usted le regalan una corbata, qué usted hace con esa corbata? Usted la coge, la analiza, guau, que bonita, tela fina, cómo es la marca? Nueva York, Tommy Hilfigher, yo las compro marca Tiger y marca Coast. So, digo guau, que linda, y entonces uno las va clasificando de acuerdo al gusto de uno. Si a una mujer su esposo le regala un collar, le regala una pulsera, una sortija o algo, qué es lo que usted hace? Usted conoce ese regalo y usted lo primero que mire si es oro oro, oro blanco, si es titanio o de cuántos quilates es el oro, o de cuántos quilates es la piedra que tenga esa prenda también. Vemos todo eso y queremos conocerlo.

Si a usted le regalan una computadora, obviamente está el significado del gesto, guau, me regalaron una computadora, pero entonces usted lo que va a hacer es conocer ese artefacto. Y usted lo saca de la caja, lo conoce, va conectando todas sus partes hasta que usted se familiariza con esa computadora y la logra dominar con los ojos cerrados. En la misma forma, mis hermanos, ese regalo que nos da Dios, ese gesto tiene un significado, tiene un valor, pero el valor significado se ve en la complejidad del contenido de ese regalo. Que no es suficiente con el mero hecho de abrir una cajita y decir, ah, sí, que chévere, y la ponemos al lado, sino más bien, es el mero hecho, mis hermanos, de que hay un contenido que uno tiene que conocer, que uno tiene que explorar, que uno tiene que prestar atención a ello para ver que uno logra sacar de ese regalo.

Y aquí es donde yo veo, donde está la diferencia, mis hermanos, de cómo nosotros muchas veces procedemos con esta percepción que nosotros tenemos de poder recibir un regalo. Muchas veces yo me analizo a mí mismo, o sea, estoy haciendo aquí un examen de introspección. Muchas veces yo me analizo a mí mismo, y me digo, caramba, Omar, cuánto valor tu le das a los regalos que tu recibes? El regalo de la vida o regalos materiales que yo pueda tener a mi alrededor. y yo le saco sí su valor. Pero yo me doy cuenta cuán fácilmente después de par de semanas o algo ese regalo es como que ya está ahí cogiendo polvo. Y ya estoy pensando en una próxima cosa. Qué más puedo adquirir? O qué otra cosa puedo recibir? O qué otra cosa puedo dar?

Pero el regalo que se concentra en Dios, mis hermanos, no está diseñado para que coja polvo. El regalo de Dios está diseñado para que dure por toda una eternidad en medio de nosotros. Porque eso es lo que él quiere hace. Él lo que quiere es dar un regalo que pueda y que puede satisfacer todo lo que hay en ti. Pero para que tu pueda recibir eso, para que tu lo puedas aceptar, tiene que haber una sensibilidad en tu corazón.

Lo que estaba diciendo ahorita, te dan un regalo y tu lo abres y es como que, ay, bendito. Si yo lo podía conseguir. ¿Saben qué? Hay muchas veces que la gente trata el regalo de Dios así. Hay muchas veces que la gente cuando uno le habla de ese regalo de Dios lo ven como que, ay, bendito, eso nada más? Yo necesito otra cosa.

Cuando verdaderamente no entendemos que aunque esté en un paquetito chiquito, el regalo de Dios cuando usted lo abre es como… se abre todo un mundo de oportunidades. Pero para nosotros poder descubrir ese mundo hay que conocerlo bien. y hablando de conocerlo, mis hermanos, yo quiero hablarles de algo que, un regalo bien particular, un regalo que mi deseo como pastor, es que usted lo añada en su lista para esta temporada. Es un regalo que sin él la vida se nos puede hacer un poquito más difícil. Y yo les estoy hablando acerca del regalo del discernimiento.

El miércoles por la noche yo compartía esto con los hermanos que vinieron al servicio. Y Dios me movió a poderlo compartir hoy también. Y yo quiero animarles mis hermanos, que en este tiempo que usted pueda incluir en su lista de oración el pedirle al Señor que le de discernimiento.

Qué es el discernimiento? Si yo fuera a definir el discernimiento, el discernimiento se puede definir como la capacidad de poder distinguir entre una cosa y la otra, de poder percibir. Si estamos hablando en términos de algo que pasa con una persona, o algo que una persona le dice a usted, el discernimiento le ayuda a usted a poder distinguir, a poder percibir si eso que la persona le está diciendo, viene de origen de Dios o si viene de origen del diablo, o si viene de origen del propio capricho de esa persona, que lo que quiere es manipular algo.

Ahí es donde se ve el discernimiento. En la Escritura hay muchos ejemplos de personas que operaron en discernimiento o que pidieron en discernimiento. Uno de ellos que yo pienso es el rey Salomón, el hijo de David, cuando le tocó a él subir al reino. Dios se reveló a su vida en un sueño y en ese sueño le dice, pídeme todo lo que tu quieras que lo voy a hacer. Imagínese eso para una lista de regalos. Que Dios se le aparezca de frente y le diga, pídeme todo lo que tu quieras que you got it. Un cheque en blanco, yo lo firmo y tu pon ahí todo lo que tu quieras.

Pero Salomón qué fue lo que le dijo? Señor, tu me has puesto a gobernar este pueblo y es bien difícil, así que lo más que te voy a pedir es que me des sabiduría para saber cómo hacerlo y que me des el discernimiento para poder distinguir entre lo bueno y lo malo y poder gobernar a tu pueblo. Salomón lo necesitó y ya vemos el historial de Salomón. Es verdad que en un momento de su vida como que el discernimiento se le embotó y la fregó bien fregada, pero como quiera, Dios tuvo misericordia de él.

Otro ejemplo que puede hablar de esto fue Nehemías, cuando Nehemías estaba construyendo los muros de Jerusalén. A mí me gusta mucho esta historia. Sanbalat y Tobías estaban viniendo como que para amedrentarlo, para ponerle una traba, una trampa en los pies y engañarlo y tomarlo y eliminarlo para que no se siga la construcción de las murallas de Jerusalén. Y Nehemías, la palabra dice que Nehemías conoció, Nehemías comprendió, en otras palabras, discernió que lo que ellos estaban tramando en contra de él era un plan para eliminarlo y él entonces, por ese discernimiento que Dios le dio, no cayó en esa trampa y pudo completar aquello que Dios lo estaba llamando a hacer.

El mismo Jesús, las muchas peleas que Jesús tuvo con los fariseos, que en muchas ocasiones le dijeron, y quién es este para sanar enfermos en el día de reposo? O quién se cree este que puede perdonar pecados? Solamente Dios perdona pecados. Y qué es lo que dice el texto que cada vez que Jesús escuchaba eso, él conocía, discernía los pensamientos de estas personas para saber cómo responderles.

Nosotros necesitamos el discernimiento hoy día más que nunca, mis hermanos. Por qué? Vivimos en una sociedad allá afuera que día tras día está usando una subliminalidad bien directa para buscar cómo engañar a la a gente. Y nosotros necesitamos saber cómo discernir para saber cómo proceder en distintas situaciones o circunstancias de la vida. Para saber cómo responder a distintas amenazas que buscan cómo pararnos o frenarnos en nuestro progreso de nuestra vida cristiana y saber cómo escuchar verdaderamente y discernir lo que Dios quiere hacer en medio de nosotros.

Usted necesita discernimiento en su vida personal para decisiones que usted tiene que tomar. Nosotros no nos podemos dar el lujo de tomar decisiones solamente basadas en nuestro propio raciocinio humano o por lógica o por pura experiencia. Esos son recursos que usted puede usar pero no se puede reclinar solamente en ellos. Necesita ese discernimiento de parte de Dios para saber cómo identificar lo que usted tiene delante y saber cómo proceder.

Hay mucha gente que se pudieron haber evitado un dolor de cabeza o varios dolores de cabeza si le hubieses pedido a Dios discernimiento en medio de las decisiones que tenían que tomar. Usted tiene una situación con su hijo o su hija, ya ha ido al psicoloco, perdón al psicólogo pero no funciona con el psicólogo. Hay ido al médico le ha recetado medicina, y tampoco funcionan las medicinas. Ha hablado con el pastor y el pastor tampoco no ha podido hacer nada. Y usted ya está en su casa desesperado, desesperada y qué más voy a hacer? Mire, acuda a aquel, al admirable, como dijimos al principio del servicio, acuda al consejero de consejeros. Esa cajita cuando se abre de ahí sale el admirable, de ahí el consejero, de ahí sale el Dios fuerte, de ahí sale el príncipe de paz y por ahí puede seguir saliendo una multitud de cosas para ayudarnos a nosotros a saber cómo lidiar con las cosas que tenemos en nuestras manos.

Hay que pedirle a Dios discernimiento, mis hermanos. Saber discernir, mire, yo no me canso de decir esto. El mero hecho de que usted está aquí hoy, sea el trasfondo de que usted venga, pero cuando usted se mete aquí, usted se mete en un lugar peligroso, por así decirlo, porque esta iglesia si se distingue por algo, es una iglesia que quiere anhela y desea obedecer el llamado de Dios cueste lo que cueste. Que queremos estar en línea con lo que Dios quiere para esta iglesia y eso es algo peligroso, mis hermanos, porque muchas veces creemos que porque se canta lindo aquí, creemos que porque se mueve el espíritu de Dios que entonces es una iglesia bien vibrante, bien chévere, pues yo quiero ser parte de esa iglesia. Pero no nos damos cuenta que ser parte de una dinámica como esa tiene implicaciones bien grandes y es el mero hecho de que usted es parte de un ejército de personas que Dios está preparando para causar un impacto bien fuerte dondequiera que nosotros nos metamos.

So, el mero hecho de que usted llegue aquí, si usted llega aquí solamente con el sentido de que, ah, yo quiero ir para sentirme bien, esa iglesia es como una anestesia. Es como si estuviera en una nota, entra aquí y mira, viene por el parking refunfuñando y entra por la puerta, déjame sentarme aquí a absorber todo. Es como se hubiese metido en un sauna o algo así, un spa. Y mira, sí amén, que lindo, pero eso no lo es todo, mis hermanos. Cuando usted se mete aquí, usted recibe algo, usted recibe una energía, usted recibe un regalo, déjeme ponerlo así para seguir en línea, usted recibe un regalo cuando usted llega aquí y usted tiene la opción de coger esa cajita, alguien tiene una cajita, un Kleenex o algo, mira, a usted le dan un regalo, valga la ilustración, usted recibe un regalo y es como el bulto de Mary Poppins, usted mete la mano y saca, guau, espérate yo no sabía que eso estaba ahí? Y usted vuelve y mete la mano y puede volver a sacar otra cosa.

So el mero hecho que usted es parte de esta iglesia, mis hermanos, usted está siendo parte de una conexión directa al cielo. Usted está siendo parte de una conexión que va directa a los recursos ilimitados de Dios, y no es porque ninguno de nosotros seamos merecedores de algo así, sino es porque Dios tiene sus ojos sobre este lugar. Y cuando usted entra por esa puerta, el pastor no lo está mirando, los hujieres no lo está mirando, es Dios el que está poniendo sus ojos sobre usted.

Y cuando Dios lo está mirando, ay mamá, él dice yo tengo un regalo para ti, do you want it? Quieren mi regalito o no lo quieres? Quieres papel rosado o quieres papel verde? Quieres guirnaldas alrededor de la cajita? El asunto es, mis hermanos, que ese regalo está ahí dispuesto para todos y cada uno de nosotros.

Miren esto, qué diferencia hace este regalo en nuestra vida? Toda la diferencia en el mundo. Si yo te doy un regalo hoy, ya mañana se te olvidó que hasta te di ese regalo. Porque a ese nivel es que puede llegar el regalo que yo te puedo dar. Mi regalo tiene límites. Mi regalo tiene dificultades. Mi regalo tiene imperfecciones. Te puede llevar de aquí a la esquina tal vez, o de aquí a par de días, déjeme no ponerme tan barato, perdón. Te puede llevar a par de semanas, par de meses, pero después de ahí se fue a juste el regalo.

Pero si nosotros miramos el regalo de Dios, si conociéramos ese regalo de Dios y quién es el que lo está ofreciendo, ah, nos tiraríamos de calle, y diríamos, Señor, come on, bring it on, tráelo, Señor, yo lo quiero, yo anhelo ese regalo. Y suena bien bonito, queremos ese regalo, todos nosotros lo queremos. Yo quiero ese regalo, pero así como Jesús hizo con esa mujer samaritana, le dijo, antes de darte el regalito, hay par de cositas que tenemos de arreglar, un par, no muchas, un par. Son 5. 5 y quién sabe si una más.

Jesús lidió con esa mujer, Jesús habló con ella y mira, esto, esto, y esto, y Jesús lo hizo porque él tuvo un sentido de amor, de compasión hacia esta mujer, quería edificar su vida, y a través de ella bendecir a los samaritanos. Acaso Dios no quiere hacer lo mismo con cada uno de nosotros? Él te lo dice, mira, hey, tengo este regalo para ti, lo tengo, lo tengo, está ahí, pero hay un par de cositas que quiero hacer contigo. It’s right there. But we have to take care of business.

Me gusta mucho. Escuché a alguien decir una vez lo siguiente, concerniente a la oración del Padre Nuestro, sabes la parte que dice, el pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y después dice, y perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y es interesante, escuché a un predicador decir una vez, que Dios, escuche bien, Dios no negocia su pan con sus hijos, él te da el pan y después de comer te dice, ok, let’s talk. Vamos a hablar. Vamos a comer, te voy a dar este regalo, pero a medida que estás disfrutando este regalo, tenemos que tomar cuenta, los negocios, los asuntos que hay que hacer.

Y así es Dios, porque Dios quiere bregar con el interior en ti. Dios no quiere que tu te conformes con un regalito así que lo abras y, ah, no. Dios quiere que tu abras ese regalo, guau! Que sigas sacando, guau, mira esto. Acaso Pablo no dice que el amor de Dios es tan ancho, tan alto, tan profundo, tan largo que no se puede contar, no se puede medir, y ahí en toda esa dimensión está el regalo de Dios.

Por algo estaba diciendo que nosotros no nos podemos conformar con lo que hemos conocido de Dios en nuestra vida, en nuestra relación, en nuestra conexión con él, porque siempre, mis hermanos, hay algo nuevo que conocer. Si usted dice que lo sabe todo, reprendo ese pensamiento ahora mismo, porque ni yo mismo lo sé todo. Siempre hay algo nuevo que conocer, siempre hay algo nuevo que experimentar del amor de Dios. Y ese es el regalo que él nos ofrece hoy a todos nosotros.

Yo quiero hacer la pregunta, habrá alguien aquí que quiere recibir ese regalo? Habrá alguien que quiere decir, Señor, mira, quien sabe que yo soy como esa mujer samaritana. No estoy diciendo que has tenido 5 esposas, o 5 esposos, pero que sí has estado corriendo por la vida con una insatisfacción total. Has intentado tantas y tantas cosas y nada te satisface. Es más, quien sabe si has intentado un Evangelio que te lo predicaron como que medio cocido, y ese Evangelio no te ha satisfecho en su totalidad. Más sin embargo hoy Dios está aquí para darte una oportunidad y experimentar the whole fullness, la abundancia del amor de Dios, la abundancia de ese regalo que se encierra en la persona de Cristo Jesús. Tu consejero, tu pastor, tu ayudador, tu estandarte, el que te sana, el que te liberta, el que te perdona, el que te restaura, el que te levanta cuando caes, tu camino, tu luz, tu agua de vida, ese es el regalo del cual estamos hablando, que tal vez no se mide con cosas tangibles que podamos agarrar en nuestras manos, pero sí se mide con cosas que suceden en el interior, que nos llevan a toda una eternidad. Se disfrutan cosas materiales a lo largo del camino pero eso es nada, comparado con lo que él hace en el interior, y cómo a través de ti opera en otros.

Así que, mis hermanos, yo quiero tomar un momento para orar. Si hay alguien aquí en esta tarde que quiere recibir ese regalo, por primera vez, hay alguien en esta tarde que por primera vez quiere recibir ese regalo, y usted dice, mira pastor Omar, esta palabra me llegó hoy al corazón, yo quiero recibir ese regalo de Cristo Jesús. Yo quiero recibir esa razón de esta temporada, Jesús viviendo en mí vida. Si ese es usted hoy, yo le animo, póngase de pie ahí a donde está y yo voy a orar por usted bien rapidito. Póngase de pie, póngase de pie y vamos a orar por usted.

¡Aleluya! Mire, y este regalo se extiende a toda la casa. Este regalo se extiende a toda la casa. Este regalo se extiende también a los hijos que han conocido a ese Papá por años y años, y si usted también quiere este regalo, si usted quiere conocer más de lo que pueda salir de esa cajita, por usted también yo quiero orar hoy. Así que eso es usted, yo lo invito, póngase de pie, únase a mí aquí arriba, vamos a orar, vamos a pedirle al Señor conocer ese regalo, conocer ese regalo en una forma más grande, más abundante, una forma que transforme todo lo que somos, todo nuestro interior.

Padre, te damos la gloria y la honra, Señor, por lo que tu haces, por la forma en que tu nos hablas a cada uno en nuestras vidas, Señor Jesús. Padre, gracias por tus hijos e hijas que han escuchado esta palabra, en esta tarde. Todos nosotros que estamos siendo expuestos a esta palabra de vida, Señor, que tiene la capacidad de poder penetrar a lo más profundo de nuestro ser.

Jesús, yo te suplico que a esas personas que están recibiendo este regalo hoy por primera vez, yo te pido que tu les sorprendas, mi Dios, y que tu llenes en abundancia cada una de esas vidas y corazones. padre, sobre cualquier mujer, cualquier hombre que hoy ha tomado esta decisión, yo te pido Señor Jesús que tu les llenes a capacidad, que tu amor abrume a esas personas de tal forma, mi Dios, que ellos puedan saber y comprender de que tu eres real, Señor, y de que tu tienes el poder para obrar en medio de ellos. Dales la paz que ellos necesitan, mi Dios, dales el aliento, dales el consuelo que necesitan en este momento. Y sobre todos nosotros, los demás, miembros de esta iglesia, Señor, que te hemos conocido por muchos años, oh Padre, yo te pido que esta temporada que tu nos sorprendas a capacidad.

Señor Jesús, sorpréndenos. Danos encuentros contigo, Señor, donde nosotros no tengamos ninguna otra opción que decir, guau, Señor, tu verdaderamente has estado en medio de esta situación. Danos ese regalo del discernimiento, Señor, ese regalo de un corazón que es sensible a tu voz, que sabe distinguir entre una cosa y la otra, Padre, para saber cuando tu eres el que nos está moviendo a conocerte aún más. Padre, sea en tempranas horas de la mañana, sea en la noche, sea durante horas de trabajo, sea en el tráfico, sea donde sea, Señor, que tu nos des oportunidad donde te podamos conocer aún más.

Padre, y que en esta temporada de Navidad, donde celebramos, mi Dios, tu llegada a este mundo, Padre, que esa temporada cobre un significado como nunca antes, Señor Jesús. Yo pido eso sobre toda la iglesia, que nosotros entendamos que la navidad eres tu viviendo en medio de nuestros corazones. Es el regalo de tu vida, Señor, haciendo la diferencia en nosotros para impactar la vida de otras personas a nuestro alrededor. Llena nuestros corazones, llena nuestro ser, abunda en nosotros, Señor, y permite que de nosotros como bien dice este texto de hoy, que de nosotros salgan ríos de agua viva, Señor, que rebosen para la eternidad en medio de nuestros corazones.

Renuévanos con tu agua viva, Señor Jesús, renuévanos con tu agua viva que pueda satisfacer cualquier necesidad en medio de nuestros corazones, en medio de nuestras vidas, mi Dios. Padre, y nosotros como iglesia, te damos a ti toda la gloria, te damos a ti todo el honor porque solo tu lo mereces, en el nombre de Jesús oramos así, Señor, y te damos toda la gloria y toda la honra, oh Dios. Amén y amén. Gracias, Jesús. Gracias, Señor.

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El regalo del discernimiento

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Ha habido una presencia bien solemne de parte del Señor. Y yo reconozco que obviamente sí nosotros tenemos nuestros pesares, tenemos nuestras aflicciones, pero lo más bello que podemos experimentar en momentos como este es el mero hecho de poder experimentar la paz de Dios en medio de nosotros.

Y yo enfatizo el hecho, quiero reiterar, el hecho de lo que estaba mencionado en el tiempo de oración de que la paz del Señor no necesariamente significa la ausencia de las situaciones que podamos estar viviendo, sino que más bien se refiere a la presencia de algo mayor en medio de esas situaciones. Y ese algo mayor es la presencia de Dios que estabiliza, como quien dice, todo nuestro ser interior para nosotros poder sobrellevar cualquier cosa que esté abrumándonos ahora.

Así que si hay algo que usted pueda recibir con esta primera parte, reciba eso. En medio de las circunstancias el Señor es el que está ahí en medio de ustedes. Él no le ha dejado solo, no le ha dejado sola para que usted pueda experimentar esa paz interior que usted necesita para poder afrontar cualquier cosa que venga a su camino. Amén.

Y Señor, yo te pido ahora que esta breve reflexión que quiero compartir con mis hermanos, Señor, yo sé que viene de ti y es muy propia para este tiempo, así que te pido que tu la uses para que esto inspire a mis hermanos y hermanas en seguir adelante, te lo pido por favor en el nombre de Jesús. Amén.

Hermanos, les voy a hacer una pregunta. Cuántos de ustedes pueden creer que falten 30 días para que se acabe el 2010? Yo veo sus caras, es como que uuuuf. Cuántos de ustedes creen que el tiempo se ha ido, este año iba a 100 millas por hora y quién sabe si más. Muchas cosas que han pasado en este año, ¿verdad? Si usted se pone a ver, desde enero del 2010 usted puede decir, guau, muchas cosas han sucedido. Han pasado cosas buenas, han pasado cosas duras, han pasado cosas fuertes, como también algunos de nosotros hemos experimentado cosas gloriosas. Puede ser que alguno de nosotros estemos todavía como quien dice, en standby, como que yo no he visto nada suceder aún, pero eso no significa que no vaya a suceder.

Y yo pensando en esto, yo mismo me asusté, yo me dije, guau, que rápido se ha ido el tiempo. Pero yo me estaba diciendo, guau, Señor, este es el tiempo donde la gente empieza como a empezar a reflexionar sobre los deseos que tienen, hay algunos que empiezan a hacer sus listas de regalos de navidad y cosas así por el estilo. Algunos empiezan a trabajar en sus resoluciones para el próximo año. Otros tal vez continúan resoluciones que han empezado.

Pero yo quiero compartir algo con ustedes en esta noche que es bien importante. Siempre tengo algo importante que compartir. Pero hoy yo quiero hablar de un regalo en particular que yo quiero que usted añada a su lista. Y es el regalo del discernimiento. Eso es de lo que yo les quiero hablar hoy, del discernimiento.

Esto es un regalo que todos nosotros deberíamos tener, aspirar, desear, desde lo más profundo de nuestro ser y yo les voy a explicar por qué. Primero que nada, déjeme definir que es el discernimiento. Yo estoy seguro que la mayoría de todos aquí entendemos qué es el discernimiento, pero quiero solamente tirar algunas cositas ahí.

Si yo defino el discernimiento de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, lo define de la siguiente forma: distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Eso es el diccionario de la Real Academia Española.

Ahora, pero miren cómo la Biblia lo define: la Biblia lo define de la siguiente forma, habla acerca de distinguir, habla acerca de entender, habla acerca de examinar atentamente, habla acerca de percibir si las acciones, las palabras o las motivaciones de algo o alguien son de origen divino, de origen feo, o de origen humano, por así decirlo. Tres distintas dimensiones.

Miren algunas referencias bíblicas que yo encontré donde se habla acerca del discernimiento. Voy a mencionar solamente algunas. Y una de ellas es un pasaje que es bien conocido que está en Primera de Samuel, Capítulo 3, verso 8. Se acuerdan cuando Dios empezó a llamar a Samuel, al profeta Samuel, que Samuel no le conocía todavía, aunque funcionaba en la adoración y en el trabajo de las cosas del templo. Lo empezó a llamar y las primeras dos veces qué hizo Samuel. Samuel se levantó pensando que quien lo estaba llamando? Que Elí lo estaba llamando. Él iba donde Elí y no, vete acuéstate, yo no te llamé. A la tercera ronda qué fue lo que pasó? Cuando Samuel se levanta y viene donde Elí miren lo que dice el texto:

“… Y él se levantó y vino Elí y dijo, “Heme aquí para que me has llamado?, y dice, Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven…”

Esa palabra entendió implica que Elí discernió que no era obviamente él sino que era Dios el que estaba llamando, la que estaba captando la atención de Samuel.

Otro pasaje que también es bien conocido, tiene que ver con el personaje de Salomón, en Primera de Reyes, Capítulo 3. Cuando Dios se le presenta a Salomón en un sueño y le tocaba a Salomón asumir el trono de su padre, David, Dios se le presenta y le dice, “Pídeme cualquier cosa que quieres que haga por ti”, ¿verdad? Salomón le responde a Dios, le dice, miren, le dice:

“.. . Da pues a tu siervo un corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo porque quién podrá gobernar a este pueblo tuyo…”

Para discernir. La historia de Nehemías es una que me gusta mucho. Nehemías Capítulo 6, se empieza a ver este relato de reyes que estaban opuestos a la idea de que las murallas de Jerusalén se reconstruyeran y comenzaron a mandar mensajes a Nehemías, como quien dice, amenazas, como que, ah, ven te vamos a reunirnos para hablar, pero lo que querían hacer era eliminar a Nehemías. Y hay un texto donde Nehemías dice:

“… Y yo entendí que Dios no los había enviado sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat los habían sobornado…”

So, en este caso cuando Nehemías, dice y entendí lo que está diciendo es que yo pude discernir que Dios me estaba librando de un soborno, de yo caer en una trampa. So, el discernimiento pudo distinguir un soborno que estaba tratando de engañar a alguien.

Y claro está, si yo pienso en el personaje más interesante de todos que es Jesús, en Lucas, Capítulo 5, verso 21 y 22 miren lo que dicen:

“… Cuando los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar en contra de Jesús diciendo, quién es este que habla blasfemias? Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? Miren cómo dice, entonces Jesús conociendo los pensamientos de ellos…”

Ese conociendo, implica también que Jesús pudo discernir lo que esta gente estaba pensando, pudo leerle los pensamientos.

Mis hermanos, miren, yo quiero dejarlos en esta noche con esta idea, porque yo aquí yo creo que voy a comenzar algo que se puede cortar mucho aquí. Pero mi deseo es que así como estos relatos que yo he leído y muchos otros también que nosotros podamos incorporar en nuestro tiempo de oración, o en nuestras peticiones de oración, el que Dios nos de discernimiento.

Sí, yo sé que usted puede orar por muchas otras cosas, pero si hoy día hay algo que nos hace falta a nosotros como pueblo cristiano es el discernimiento. Precisamente todas estas cosas que nosotros hemos estado experimentando en estos días, miren, 4 fallecimientos en cuestión de una semana, o sea, eso es algo que a uno como que, guau, espérate, esto le cae fuerte a uno. Y muchas veces en vez de uno hundirse en la amargura o en el dolor de la situación, por qué mejor no decimos, Señor, dame discernimiento para poder entender todo lo que está sucediendo a mi alrededor.

Podemos escuchar noticias de familiares que su situación de salud empeora o cosas así por el estilo. Nosotros mismos, en nuestras propias vidas, hay veces que suceden cosas que es como que, guau, espérate, y esto de dónde salió? Tenemos que discernir.

Como iglesia, mis hermanos, miren, yo voy a compartir con ustedes una petición como pastor o no una petición, un sentir, mejor dicho. Todos nosotros sabemos que aquí en esta iglesia se han dicho tantas palabras proféticas de que Dios quiere hacer algo con esta iglesia, ¿verdad? Que hay algo que Dios está haciendo, hay un mover de Dios que está haciendo o que está llegando a nuestras vidas. Lo hemos escuchado de parte del pastor, lo hemos escuchado de parte mía, personas de afuera han venido y han hablado de esos mensajes aquí, y nosotros decimos amén a eso.

Pero se ha detenido en algún momento y ha pensado, Señor, qué implica esto? Qué implica todas esas palabras porque suenan bien bonitas a nuestros oídos. Suena como música a nuestros oídos, pero qué implica? Y cuando uno empieza a pensar en esos términos, ya uno está diciendo, Señor, dame el discernimiento para yo poder entender cómo esa palabra se aplica a mi vida para yo poder ejercer mi función como parte de esta iglesia.

Porque miren, si una palabra se da así en la iglesia, hello, como yo siempre les digo, quién es la iglesia? Nosotros somos la iglesia. La iglesia no son los pastores, la iglesia no son los que dirigen la alabanza. Bueno, sí somos, pero no somos los únicos, somos parte de la iglesia. Así que al nosotros escuchar una palabra como esa, mis hermanos, tenemos que pedirle a Dios discernimiento para saber cómo fluir en esa palabra de Dios.

Es más, cuando uno escucha esas palabras así, uno hasta le tiene que pedir discernimiento a Dios para saber si esa palabra es genuina de parte de él o si no, o si no es formulación de algún deseo humano o algo así. Es como si yo llegara aquí de repente y tuviera aire de profeta y le dijera a Fabio, Fabio, la esposa con la que tu estás ahora, no es la que Dios tiene para ti. Te tienes que casar con otra. Mire, eso usted me coge por el cuello y saca de aquí a patadas. No permita que eso suceda, por favor, aunque yo parezca ser el profeta más ungido de todos.

Pero sí, mis hermanos, es importante nosotros pedir qué? Por qué? Les voy a decir por qué? Varias cosas que les voy a mencionar. Apúntelas por ahí, para que piense en ellas después. Por qué necesitamos el discernimiento? Número 1, para entender la voluntad de Dios. La voluntad de Dios concerniente a qué? Número 1, los tiempos en los cuales estamos viviendo ahora mismo. Tenemos que entender los tiempos en los cuales estamos viviendo.

Romanos 13:11 dice, “…hagan todas estas cosas… estaba hablando acerca de amar al prójimo… hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que están viviendo, que ya es hora que despierten del sueño porque nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos…”

Tenemos que estar bien conscientes de los tiempos. Efesios 5:15 al 17 dice:

“… Así que tengan cuidado en su manera de vivir, no vivan como necios sino como sabios aprovechando al máximo cada tiempo, cada momento oportuno porque los días son malos…”

Y Colosenses Capítulo 4 verso 5 dice:

“… Compórtense sabiamente con los que no creen el Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno, cada tiempo, que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así sabrán cómo responder a cada uno….”

En los tiempos que vivimos, mis hermanos, nosotros tenemos que aprender a discernir. No porque tenga un guía de evangelista significa que voy ir a la primera persona que me encuentre en la calle y le voy a decir, arrepiéntete ahora mismo porque sino vas para el infierno. Y yo sé que algunos que tienen el don de hacer eso, y lo hacen mejor que yo y la gente termina convirtiéndose y entregando su vida al Señor. Pero no todo el mundo lo hace así.

Hay veces que si uno conoce a la persona que uno tiene que tener el discernimiento, Señor, ayúdame a discernir para saber cómo darle la vuela y enganchar a la persona. Hay que pedir el discernimiento también para entender los designios y propósitos de Dios eternos. A qué me refiero con esto?

Interesante. Ahorita estábamos hablando de esto, bueno, orando de esto. Nosotros tenemos esta fe, esta esperanza que aquellos que se han ido a morar con el Señor antes que nosotros que vamos a tener la esperanza de verlos otra vez. Eso es parte de nuestra fe. Eso es parte de nuestra razón de por qué creemos en Cristo. Porque tenemos la esperanza, tenemos la promesa de que nos vamos a encontrar con nuestros seres queridos, que vamos a vivir por la vida eterna junto con Dios. Que los tiempos finales se acercan, y yo sé que son un tema bien grande y bien amplio y bien difícil de agarrar por un solo lado. Pero el mero hecho de que esos tiempos se están acercando, que el Señor está más cerca ahora que antes, y puede ser que haya gente que me diga, ay, pastor Omar, yo llevo escuchando eso desde… pero mire, yo lo creo. Puede ser que se tarde 5, 10, 20 años más pero de que está más cerca, está más cerca.

Puede ser que haya algunos de ustedes aquí que tal vez no lo vean, pero las generaciones que vienen después de ustedes lo van a ver. Y precisamente por eso uno tiene que pedirle a Dios discernimiento concerniente a cómo vivir a la luz de esa realidad también. Y eso no significa, como también dice la Escritura, no significa que ah, voy a dejar de trabajar, voy de dejar de hacer cosas porque ya Cristo viene pronto así que me voy a tirar a morir. No. tampoco es eso. Pedirle a Dios discernimiento concerniente a sus designios y propósitos eternos.

Número 2: hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Es algo muy importante. Hay que pedirle a Dios discernimiento concerniente a la toma de decisiones. Mire, yo podría enumerar multitud de ejemplos concerniente a esto, pero no los voy a enumerar todos porque yo sé que ustedes se los están imaginando ahora mismo.

Pero necesitamos discernir concerniente a decisiones que tenemos que tomar. Si usted toma decisiones on the go, a la ligera, sus dolores de cabeza van a ser más que si usted hubiese detenido y hubiese pedido al Señor, Señor, ayúdame a entender esta decisión que tengo por delante? Lo estoy haciendo por mero capricho mío? Lo estoy haciendo por el capricho de otra persona? O lo estoy haciendo por capricho tuyo? Porque tu me estás moviendo a yo hacer esto?

Tenemos que discernir, mis hermanos. Quiero comprar una casa y estoy a punto de firmar como quien dice, los papeles, pero tu crédito está bien, tu crees, tienes la seguridad de trabajo de que vas a poder pagar eso a 30, 40 años, lo que sea? Tenemos que saber cómo discernir. No me siento cómodo en esta iglesia. Me quiero ir a otra. Estás discerniendo? Eso eres tu? Si el problema es la iglesia, si el problema eres tu?

Tomas decisiones concernientes a tu vida personal? Tomas decisiones concernientes a tu familia? Tomas decisiones concernientes a tus negocios? Es más, tomas decisiones concernientes a tu llamado y tu ministerio? Quiero hacer algo nuevo en mi ministerio. Discierne, es el tiempo de Dios para que hagas algo nuevo? O tienes que cogerte un tiempo, un poquito más, o sí es el tiempo de hacer algo nuevo, entonces tienes que discernir, ok, Señor, dame la estrategia, las herramientas para saber cómo hablar con fulano, mengano, y zutano para entonces poder incorporar estas cosas. Hay que discernir.

Miren, necesitamos discernimiento para saber cómo ministrar o servir a alguien. Saber cuándo ir y tocarle la puerta a alguien, saber cuándo hablarle en una palabra sazonada, a buen tiempo a una persona. Necesitamos saber cuándo es el mejor tiempo oportuno para darle un vaso de agua a alguien o no. necesitamos discernimiento para saber recibir o lidiar con las palabras o acciones de otras personas hacia nosotros. Eso es otra, también.

Muchas veces esto nos pasa cuando las personas nos quieren hablar en un sentido profético a nosotros, y dicen, mira, Félix, el Señor te dice así, así, así y así. Félix tiene la responsabilidad de hacer lo siguiente, el problema no es tan solamente la persona que lo está diciendo. Félix tiene la responsabilidad de aplicar lo que dice primera de Salonicenses, Capítulo 5, verso 21:

“… examinarlo todo, retener lo bueno, desecha lo malo…”

Un cristiano maduro hace eso. Porque no es que le vamos a decir amén y sí a cualquier palabra que nos den. Uno tiene que aprender a cómo escuchar, ok, vamos a analizar, vamos a evaluar esto. Señor, esto es una palabra que tu me estás diciendo en un buen tiempo en mi vida? Tengo que prestarle atención? Me voy a quedar con algunas partes, otras las voy a dejar, como quien dice, en standby? Uno tiene que aprender a cómo discernir esas cosas también, cómo proceder con cada uno de esas cosas.

Y miren, por último, voy a decir esto. Uno tiene que aprender a discernir para proteger nuestras vidas y nuestras familias de lo que yo llamo la subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo. Eso se oyó grande, ¿verdad? La subliminalidad engañadora del enemigo a través de la sociedad en la cual estamos viviendo.

En buen español que podamos entender, tenemos que aprender a protegernos de las maquinaciones del enemigo en formas bien sublimes que tratan de desviarnos por otras ideas, por otras filosofías de la vida, que podrán parecer, como dice el proverbio, al hombre su camino le parece bueno, pero su final es…

Son tantas cosas, mis hermanos, tantas cosas que tenemos que discernir hoy día. Y miren, lamentablemente, yo me atrevo a decir esto. Lamentablemente muchas veces a todos nosotros, incluyendo esta persona, ese filtro, como que lo sacamos y se nos van cosas así y actuamos, tomamos decisiones, pensamos sin verdaderamente procesar las cosas como Dios manda que nosotros lo hagamos.

Miren, el discernimiento obviamente sí habla, si yo pienso en uno de los versos más conocidos es cuál, Primera de Corintios, 12 cuando está hablando del discernimiento como parte de ese conglomerado de dones que es impartido a través del Espíritu Santo, ¿verdad? Pero yo los dirijo a un verso aún mucho mejor. Primera de Corintios, Capítulo 2, voy a cerrar con esto, se los prometo, I promise. Primera de Corintios, Capítulo 2, lean conmigo desde el verso 9 en adelante. Abrid sus Biblias, disciernan dónde está Primera de Corintios, Capítulo 2, miren cómo dice:

“… Antes bien como está escrito, cosas que ojo no vio, ni oído oyó ni han subido en el corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman…”

Eso suena bien bonito, ¿verdad? A mí me gusta eso.

“…. Pero Dios nos las rebeló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él. Así tampoco, nadie conoció las cosas de Dios sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos no con palabras enseñadas con sabiduría humana, sino con las que enseña el espíritu acomodando lo espiritual a lo espiritual y aquí es donde está el punch line,… en el verso 14… porque el hombre natural no percibe las cosas que son el espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente…”

Miren, déjeme romperles este pasaje de esta forma. Imagínense que el Espíritu Santo es el… esto va a ser una ilustración bien rara, pero… déjeme decirlo así, el Espíritu Santo es el reportero de Dios, conoce todas las cosas que están en el corazón de Dios. Es el espía, el que está ahí en el CIA, centro de inteligencia del cielo, por así decirlo, es el Espíritu Santo. Ese se mete en hard drive del corazón de Dios y descubre todos los secretos internos de Dios y no se queda con ellos, como es que dice? Cómo es que dice? Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

Miren, hay algo ahora mismo en el corazón de Dios que ya Dios lo ha concedido para usted. Hay algo ya. Póngale el sello, ahora mismo. En este tiempo de oración, en este de alabanza que hemos tenido hoy, hay algo que Dios ya lo concedió para su vida. Lo que falta ahora, es como yo siempre digo, es como si Dios nos dijera a nosotros, now, that’s for me to know and for you to find out.

Cómo nosotros lo podemos saber entonces? Hey, there is that secret agent. El Espíritu Santo de Dios que nos hace el favor de darnos a conocer los bochinches que están en el corazón de Dios, eso es lo que iba a decir ahorita. Y se me salió como quiera. El que nos cuenta los bochinches de Dios, el Espíritu Santo nos cuenta los chismes que hay en el corazón de Dios para cada uno de nosotros. Así que si usted se quiere enterar de los mejores chismes que hay en el mundo conéctese con el espíritu de Dios para que sepa los que están en el corazón de Dios.

No se ponga a ir a oír a la comai, por favor. Oiga el compadre mejor. Mire, mis hermanos, este texto para mí es tan inspirador. Cuántas veces usted se ha encontrado orando, diciendo, Señor, yo quiero conocer lo que tu tienes para mí, ¿verdad? Oramos mucho en esa forma? Miren, mis hermanos, la respuesta está ahí. La respuesta está dada. Nosotros solamente tenemos que abrir nuestras antenas, ponerlas bien paradita y decir, mira, Señor, tu lo has decretado, tu lo sabes ya, tu espíritu lo sabe, y tu no me has dado a mí ningún otro espíritu que no sea el tuyo, así que, hey, manda ese Espíritu Santo que me deje saber a mí lo que tu quieres.

Ahora, pero mis hermanos, para nosotros poder entender eso, aplíquele el discernimiento porque esta mente humana está tan y tan contaminada por tantas cosas que puede ser que Dios nos esté hablando día tras día dejándonos saber cosas y cosas, y cosas, pero nosotros estamos tan y tan tergiversados como que hay algo ahí como que no funciona bien, que nos ponemos a pensar, ah, no, ese soy yo. Esa fue una idea loca que se me ocurrió ahí, eso no puede ser Dios.

Miren, saben esta canción “Rey de gloria” que hemos estado cantando recientemente, sabe cuál es mi parte favorita de esa canción? Lo voy a decir un secreto mío ahora, es el verso que dice, mi conciencia me recuerda que necesito su perdón.

Cuántos de ustedes le hacen caso a su conciencia? ¿Saben qué? Yo estoy convencido hoy más que nunca, que mi conciencia es la vocecita de Dios que me deja saber lo que él tiene en su corazón para mí. Y hay veces que mi conciencia puede estar un poquito medio, como que errónea, pero yo estoy seguro que Dios sigue hablando ahí.

Así que, mis hermanos, a medida que nos acercamos al final de este año 2010 no se olvide de incluir el discernimiento en su lista de regalos. Esos son los dones, ¿verdad? Acaso los dones no son regalos? Hey, pide ese regalo, en vez de pedir el Wii para bailar de frente al televisor. Pida discernimiento. En vez de pedir la nueva maquinita de café …. Que usted pone y sale el café automático. Pida discernimiento. Vamos a ponernos de pie.

En vez de pedir que el pastor Omar termine, pida discernimiento a ver si es el tiempo de Dios para que yo termine o no. no, yo puedo discernir eso muy bien.

Padre, te doy las gracias por este tiempo que hemos tenido esta noche de poder estar delante de tu presencia, Señor, y de escuchar tu palabra y de descansar en ti, Señor. Sabemos que todas nuestras peticiones tu las tienes en tu corazón, tu las tienes bien presentes para cada uno de nosotros. Así que, mi Dios, como hemos escuchado esta palabra te pedimos que nos des discernimiento, Señor, hoy más que nunca necesitamos discernir tu mover en medio de nuestras vidas.

Así que, Padre, llénanos, dirígenos, ayúdanos a poder conocer tus designios en medio de nuestras vidas. Y Padre, que sobre todas las cosas cuando tu nos hables, cuando tu empieces a revelar esas cosas que están en tu corazón, mi Dios, que nosotros no nos abneguemos, que no nos echemos para atrás, sino que podamos responder que sí y amén a todas las cosas que tu tengas en medio de nuestras vidas. Te damos las gracias, Señor, por este tiempo en esta noche y a ti, mi Dios, encomendamos nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Te bendecimos Dios. Amén, y amén.

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Si mi iglesia no avanza a "Crecer"

29 de noviembre del 2010 - Por Miryam Díaz

Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Romanos 14:1

Desesperada por ver mi iglesia crecer a diferentes niveles en Cristo y con muy buenas intenciones, clamaba a Dios. Clamaba por el entendimiento y la paz en mi corazón. Estaba determinada a esperar en Dios, en Su santa respuesta más mi corazón me traicionaba de tiempo en tiempo. Me asaltaban los pensamientos de salir a buscar refugio en otro lugar.
Había veces que culpaba a los pastores, amándolos los juzgaba sin querer. Dentro de lo profundo de mi corazón estaba naciendo un resentimiento. Lo veía y no lo quería. Pedía a Dios que me lo quitara. Entendía la posición de mis pastores. Con más de mil miembros ellos tenían que procesar la comida hasta poderla poner en el pico de cada uno de nosotros, como la madre pájaro alimenta a sus pajaritos. Lo único que estos líderes tenían 500 bocas a las que alimentar a la misma vez. Llenos de sabiduría y compasión así lo hacían mientras mi corazón se quería estallar de tanta alabanza que había en el. Necesitaba reconciliar estos sentimientos.

Una Mañana en Desayunos De Cristo donde comparto con hermanas que adoran a Dios en el mismo modo en que lo hago yo. Dios me habló. Esto es lo que me dijo:

Romanos 14:1-13
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, solo come legumbres. 3 El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido. 4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme. 5 Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa. 6 El que distingue un día de otro, lo hace para el Señor; y el que no distingue el día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios. 7 Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. 8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9 Cristo para esto murió, resucitó y volvió a vivir: para ser Señor así de los muertos como de los que viven. 10 Tú, pues ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?, porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, 11 pues escrito está: «Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios». 12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. 13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano...

Me recordaba el SEÑOR cual hubiese sido mi reacción si aquellos que adoraban a Dios a la manera que yo ahora lo adoro lo hubiesen hecho en libertad un domingo mientras yo aún en pañales gateaba por el templo. Me hubiesen pisoteado y hubiese salido dando gritos de el templo. Lo sé. Yo no estaba preparada. Gracias le doy a Dios por la sabiduría que le dio a mis pastores de alimentarme con paciencia y tanto y tanto amor.

Gracias oh Dios por ese amor tan tuyo. Hoy ya siento el mismo amor y en mi grupo adoramos saltando los montes y en los domingos adoramos con más cautela por aquellos pajaritos que son recién nacidos o niños en pañales o jovencitos aún tiernos. Sin ser piedra de tropiezo, no haciendo caer a otro. Esta es la muestra de el amor de Dios manifestado en nuestras vidas.

Eternamente agradecida a Dios por ser tan piadoso conmigo y enseñarme con tantísimo amor y cuidado.

Un consejo propio: si usted tiene hambre de adorar a Dios de lo profundo de su vientre, encuentre o fórmese un grupo en su propia iglesia de adoradores que también tienen ese hambre y disfruten unidos en un mismo sentir. No abandone su pastor. Ame, ore y crezcamos unidos.

Les invito a ver 1 Corintios 5, 6, 7 donde se explica aún más sobre éste tema y abunda en profundidad de detalles. Luego váyase a Cantares 3 y deléitese en lo que su Rey piensa de usted al verla/o amar

Les amo en Cristo Jesús,

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