Un pueblo detallista

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El texto para esta meditación se encuentra en Lucas, Capítulo 7. Vamos al versículo 40, Lucas 7:40. Yo quisiera hablar de un pueblo detallista, un pueblo detallista, los detalles, la importancia del detalle. Eso quizás no es un tema que usted ha escuchado muchas veces en un sermón y yo mismo tampoco lo he escuchado y lo he dado, pero vamos a ver qué el Señor tiene: los detalles, la importancia de los detalles en la vida, de ser detallistas, que tiene también que ver con la excelencia.

Quiero dirigir esta palabra a todos también nuestros líderes que trabajan en la congregación, a los hujieres, quiero dirigírsela al grupo de alabanza, que espero que estén escuchando también, a los hermanos que trabajan en el sonido y en las transparencias. Quiero dirigírsela a los maestros de la congregación, quiero dirigirlo a nuestros diáconos y ancianos de la iglesia, dirigirlo a los que trabajan con jóvenes también, y a nuestros pastores, y líderes, y claro también a mi mismo, porque me toca y ya yo se la parte que a mi me toca de ese sermón. Ya lo procesé, les aseguro. Y ya el Señor me dio mis dos o tres azotes, también, así que estoy predicando como un sanador herido también, de la palabra del Señor.

Dice allí en Lucas, Capítulo 7 versículo 40: “...Entonces respondiendo Jesús le dijo ‘Simón, una cosa tengo que decirte’, y él le dijo ‘di, maestro’. Un acreedor tenía dos deudores”, -esta es una parábola ahora, un cuento, un relato que el Señor le hace a Simón, el fariseo-.

“...Un acreedor –es decir una persona que presta dinero o que quien se le debe dinero- ....tenía dos deudores, el uno le debía 500 denarios –es una cantidad muy grande-... y el otro 50. Y no teniendo ellos con qué pagar perdonó a ambos. Di pues, ¿cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón dijo ‘bueno, pienso que aquel a quien perdonó más, es decir aquel que le debía 500 denarios, ¿no? Y él le dijo ‘rectamente has juzgado’, y vuelto a la mujer dijo a Simón ‘¿Ves esta mujer?’ –se está refiriendo a esta mujer de mala fama que ha tenido estos detalles con el Señor, ¿no?

“....¿Ves esta mujer?, le dice ‘entré en tu casa y no me diste agua para mis pies, más ésta ha regado mis pies con lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso, más ésta desde que entré no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, más ésta ha ungido con perfume mis pies, por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados porque amó mucho, más aquél a quien se le perdona poco, poco ama.’ Y a ella le dijo ‘Tus pecados te son perdonados’. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa comenzaron a decir entre sí, ‘¿quién es este que también perdona pecados?’, pero él dijo a la mujer ‘Tu fe te ha salvado, ve en paz.’” Amen.

Padre, gracias por tu palabra la cual viene de ti, Señor, pasa a través de nosotros y regresa a ti habiéndonos bendecido y habiendo depositado su sedimento de vida y de alegría y de esperanza y de riqueza en nosotros. Abre tu palabra, Señor, delante de nosotros. Abrimos nuestra boca creyendo que tu ciertamente la llenarás con buenos pensamientos, pensamientos edificantes, Padre, que redundarán en salud y edificación para tu pueblo. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen y amen.

Si yo estaba allí tenía otro tema de hecho para compartir con ustedes, pero de momento me vino a la mente lo importante que son los detalles en la vida. Alguien ha dicho en inglés que el diablo está en los detalles, ‘the devil is in the details’, y es así, hermanos. Un pequeño detalle puede destruir todo un gran edificio.

La nave espacial Challenger, que fue destruida hace un tiempo atrás y el gran cohete también que hace años atrás con esta maestra, recordarán hace como 10 años, más quizás de eso, que explotó en el aire causando una tragedia tremenda, traumática para toda esta nación que en un sentido hizo un daño terrible al programa espacial por mucho tiempo y que todavía está en la psiquis norteamericana, fueron creados estos grandes accidentes que costaron billones de dólares por pequeños detallitos.

La nave esa que fue destruida en el aire a punto de despegar, por una gomita, una cosa simplemente que no costaría yo creo que en un hardware store, si la compráramos así para consumo regular, 79 centavos. Pero, desarrolló una serie de imperfecciones que se fueron multiplicando a través de toda la estructura de esa nave que hizo que estallara bajo la presión del despegue y causó de billones de dólares de pérdida.

Así que un detalle, hermanos, que parece algo mínimo en la vida, en la conducta, en el carácter, en la relación con Dios puede deshacer todas las demás cosas que nosotros hacemos para servir al Señor y para agradar al Señor. Y eso es algo frustrante para mi, de que tanto pueda perderse por algo pequeñito.

La Biblia habla de que toda una vida de buenas obras, de buen testimonio puede deshacerse por una sola cosa. No encontré la cita porque, como les digo, este pensamiento me vino esta mañana mientras estaba allí sentado, pero es así. Usted puede edificar toda una vida de buenas obras, y un solo acto, un solo evento puede destruir y echar a perder todo eso.

Cuantas veces nosotros hemos ayudado gente en nuestra vida, por ejemplo, también, y hemos invertido en ellos y hemos hecho muchas cosas para servirles y ayudarles y algo pasa, un detallito, un desacuerdo o lo que sea y como que todo se viene abajo, por esa pequeña cosa.

Cuantas veces uno como pastor, yo, hemos conocido durante veintipico de años de ministerio y los demás pastores aquí quizás no tienen tanto tiempo como yo, pero también tienen suficiente como para saber que muchas veces usted puede sembrar mucho en una vida y pasar años de bendición y de relación en la iglesia y un día, algo sucede, algo pequeñito, alguien les ofendió, algo sucedió que no le gustó, usted cometió un error, o simplemente le dijo algo pastoralmente que no le gustó, y ahí se fue todo el edificio, todo estos años de edificación.

Es decir la vida está llena de esa idea de que los detalles son importantes. Cosas que parecen pequeñas, insignificantes, son de gran, gran significado e importancia.

El sabio Salomón también dice que una mosca puede dañar todo un costoso perfume. Y es cierto, una... hay personas que una hormiguita que le entra en la comida, olvídense, que ya ni la tocan. Tan pequeñito que es ese insectito, pero puede dañar una montaña de comida.

Porque los detalles son importantes. Nunca juzgue la importancia de algo simplemente porque sea pequeñito o porque parezca que es desproporcionadamente mínimo comparado con lo demás. Ajustemos nuestra mente, hermanos, acostumbremos a nuestra mente a pensar en las cosas pequeñas. Yo creo que eso es en realidad lo que diferencia la gente extraordinaria de la gente básica, mediocre, mediana, son los detalles.

Cuando usted entra, por ejemplo, en la competencia olímpica, en realidad, las diferencias allí son de cientos de segundos. Un record mundial se establece en las olimpíadas por una décima de segundo. Allí los atletas todos corren, por ejemplo, en las carreras de velocidad o algo así, o aún en las carreras de larga distancia, en realidad un gran atleta se define por una décima de segundo, o por un segundo. Todos corren a un nivel extremadamente desarrollado, envidiable para cualquier atleta en el mundo, pero esos atletas cuando entran a ese nivel de grandeza, lo que diferencia a ellos es asuntos de....

Por eso es que usted ve que los atletas olímpicos hacen cosas que parecerían ridículas para fortalecer su performance, para mejorarla mínimamente. Por ejemplo, los nadadores se afeitan todo el cuerpo porque aún esos pelitos, los vellos del cuerpo con la frotación del agua, la fricción del agua puede significar ese milésimo de segundo, ese ciento de segundo que haga la diferencia en si llegan a la meta primero o no y si llevan la medalla de oro.

Los corredores por igual, usan trajes que son totalmente aerodinámicos, bien apretados, de cierto tipo de tela, porque la frotación con el viento puede increíblemente significar una diferencia en su actuación.

Es decir que los detalles, hermanos, eso fue lo que me vino a la mente y me vinieron a la .... ciertas ideas. Por qué este pasaje que yo escogí como ilustración de esto, porque ... y voy a hacer otras ilustraciones para que se nos quede grabada gráficamente en la mente esta idea de la importancia de los detalles y de las cosas pequeñas en la vida.

Déjenme decir algo más porque se que se me va a olvidar. No tengo notas, así que... y es de nuevo, las culturas se caracterizan y la grandeza de las culturas yo creo que se define por la atención a los detalles, la atención a las cosas concretas de la vida. El éxito en la vida se define, yo creo, que por esa capacidad para ir a ese nivel.

Naciones como EEUU, como Israel, por ejemplo, que es una .... se ha dicho tanto en estos días, es una nación del tamaño de New Jersey, uno de los estados más pequeños de EEUU. Sin embargo, Israel puede batallar y pelear con todas esas grandes naciones alrededor que nos mucho más numerosas, en términos de tierras, mucho más grandes porque tienen una tecnología muy grande, y esa tecnología depende de la atención al detalle, de científicos que desarrollan computadoras, y que entrenan a sus soldados muy bien, y que están continuamente ejercitándose y ensayando las mismas cosas una y otra, y otra vez hasta que han creado un ejército eficiente y con una tecnología altamente...

No se puede tener alta tecnología sin atención al detalle, sin gente que tenga atención a las cosas mínimas, a las cosas concretas, que pueda repetir la misma cosa una y otra, y otra vez, que pueda hacer cosas repetitivamente por disciplina. Esas son las cosas que determinan lo que es una gran nación o no.

En este país no es que la gente sea más inteligente que en Latinoamérica, al contrario, yo creo que muchas veces yo, observando objetivamente, yo conozco tantos latinos, por ejemplo, o de otros grupos étnicos que son tan inteligentes y más sofisticados muchas veces en su cultura y en su forma de ver la vida, que muchos de estas naciones anglosajonas y europeas que uno ve.

Pero la diferencia que yo he visto, por ejemplo, yendo a estas grandes universidades donde el Señor me permitió estudiar, es que hay gente allí que no son genios, no son brillantes, en el sentido estricto de la palabra, no son creativos necesariamente en su forma de pensar, pero son capaces de disciplinarse y darle a un libro 8, 10, 12 horas y pelarse las pestañas y escribir notas y disciplinarse para leer y para investigar y por pura fuerza de voluntad, perfeccionan una disciplina y salen adelante. No es que sean naturalmente dotados necesariamente, no es que sean brillantes sus mentes, pero son disciplinados y ponen atención a los detalles.

Y por eso estas naciones rebasan y van muy por encima de otras naciones. Ojalá, por ejemplo, y nuestros países en Latinoamérica y en África y en otras partes del mundo subdesarrollado, nuestros líderes entendieran esa parte: que no es por lo llamativo de una persona, no es por el carisma que tenga. Nosotros escogemos a nuestros presidentes ¿por qué? Porque hablan mucho, declaman mucho, son bien machos o atractivos o lo que sea, y eso es lo que hace que la gente elija a los líderes.

A veces los mejores líderes son gente aburridísima que parece que no matarían una mosca, pero ponen atención al detalle. Hace poco yo leía un libro y hay un Capítulo que se llama ‘Level 5 leadership’, el nivel más alto del liderazgo según estos investigadores y habla acerca de que los más grandes ejecutivos, de las más grandes y mejores, y excelentes compañías de EEUU que han tenido un éxito de 50 años, por ejemplo, y han llegado a la verdadera grandeza corporativa, los grandes ejecutivos que han formado y fundamentado esas compañías y que las han llevado a su nivel de grandeza, casi ninguno parecía muy prometedor. No son gente necesariamente atractiva.

Un Lee Iacoca por ejemplo, que usted lo veía siempre hasta en la sopa, en las noticias, hasta en el cine, en la televisión, y uno pensaría, ‘guau, ese hombre sí que se come los niños crudos’. Bueno, al final, sí tuvo momento de altura pero como no tenía esa sobriedad y esa atención al detalle, cuando salió su compañía de autos y todo eso, cayó en crisis porque le puso atención a otras cosas, se fue a comprar viñas en Italia, y a escribir libros y todo eso. No tenía esa mentalidad de maratonista, de ir ahí, atención al detalle, el punto al punto.

Otros grandes líderes de corporaciones multi, multi billonarias que han durado, han sido gente muy sobria, muy tranquila, muy callada que no han estado mucho en las noticias, no aparecían... Miren el vicepresidente Chaney, no importa lo que usted piense de él en términos políticos, que sea santo de su devoción o no. Pero el vicepresidente Chaney, usted lo ve, ese hombre no ganaría ningún concurso de popularidad, ni de atractivo, ni de carisma en ningún lugar del mundo, pero es un tipo brillante, muy competente y que ha tenido una carrera donde ha ido acumulando diferentes tipos de destrezas y conocimiento y por eso, dígalo quien lo dígalo, es uno de los vicepresidentes más influyentes y más clave que ha tenido esta nación. Generalmente los vicepresidentes en este país son más bien ceremoniales, son simbólicos, no tienen tanta influencia. Pero este hombre la ha tenido, ahí calladito, nadie se da cuenta muchas veces pero tiene una influencia sobre el presidente Bush increíble. Porque es un hombre que le pone.... y eso es lo que define la grandeza en la vida.

Eso es lo que define la grandeza en el matrimonio, en la paternidad o la maternidad, es esos detalles, es la persistencia, es el mantenerse uno allí en las cosas y hacer las cosas que no nos agradan, que no nos gustan, y hacerlas simplemente ahí por principio, porque sí, y eso es lo que saca algo de lo mediocre a lo excelente, a lo sobresaliente.

De nuevo, mire aquí en este pasaje porque yo quiero hacer la conexión antes de continuar. Este pasaje habla de Simón, el fariseo, y la mujer que ungió al Señor Jesús, no nos dice su nombre aquí, se dice una mujer que era pecadora, es todo lo que se dice de su nombre. Esta mujer llega a la casa de Simón, el fariseo, donde está Jesús siendo atendido. Simón lo ha invitado a su casa y esta mujer entra, no invitada, porque es una mujer de mala fama en la ciudad y quiebra un vaso de perfume muy caro y echa el perfume sobre la cabeza del Señor y baña su cuerpo con ese perfume extremadamente caro, y todo el mundo está asombrado de lo que están viendo allí. Ella no pidió permiso para entrar sino que entró y quiere honrar al Señor.

Dice que ungió al Señor y dice ese pasaje, esa parte no lo leímos, dice que “.....estando detrás de él a sus pies, -versículo 38- llorando comenzó a regar con lágrimas sus pies y los enjugaba con sus cabellos y besaba sus pies y los ungía con el perfume”. Y el fariseo que es un hombre bien comportado, decente, respetable ve... él hace las cosas bien hasta cierto punto. Eso es lo que quiero decir, en 90% de su vida está muy bien: invitó a Jesús, hizo algo que muchos fariseos no hacían, lo invitó a su casa, le dio un lugar para que se sentara, él lo atendió. Es un hombre que tiene la mayor parte de su vida está en orden. Ahora, esta mujer viene y con su amor apasionado honra al Señor en una forma extravagante y fuera de lo común.

Hola hermanos, ahora me doy cuenta que están ahí arriba. Perdonen. Dios les bendiga. Tengo que obligarme siempre, que bueno tenerles. Nos alegramos de verles allí.

Y esta mujer honra al Señor con los detalles. Entonces Simón se escandaliza de que el Señor permita que esta mujer lo toque y siendo una mujer de mala fama, qué van a pensar de él ¿verdad? Entonces Jesús le dice, ‘Simón, déjame decirte algo’. Más bien el Señor discernió que estaba pasando eso, discernió el corazón y dice, ‘mira, te voy a hacer una historia’. Había un hombre que tenía dos personas que le debían dinero, una le debía 100.000 dólares, otro le debía 10.000. Les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de los dos tu crees que le va a amar más al Señor y agradecerle más? Bueno, el que más le perdonó. Entonces, dice, ‘Simón, cuando yo entré a tu casa tu me diste una bienvenida básica, me tuviste ahí en tu casa, me sentaste, pero no hiciste nada, no saliste de lo común, ni te incomodaste demasiado.

Fíjense algo, hermanos, el Señor recibe lo que nosotros le ofrecemos y a veces no nos dice nada, pero si usted lo presiona usted va a descubrir que hay cosas allí que él quisiera recibir de usted y que usted no le está dando. Y esta es una de las cosas que tenemos que entender en nuestra vida. Nosotros venimos a la iglesia, miramos una papeleta a veces en el plato de la ofrenda, oramos de vez en cuando, no cometemos grandes desarreglos en la vida, hemos ordenado las cosas básicas de nuestra vida, y algunos damos más que eso, trabajamos en la iglesia arduamente, servimos en los hujieres, en el ministerio de música o maestros, lo que sea, y hemos llegado a cierto nivel.

Eso es lo que yo quiero decir, hemos llegado a cierto nivel de competencia en nuestra vida moral, espiritual, y el Señor recibe todo eso y se agrada y somos bendecidos como consecuencia de haber dado al Señor hasta cierto nivel básico. Pero a veces el Señor desearía que nosotros le diéramos más y no nos dice nada pero su corazón está deseando que vayamos, que salgamos de lo mediocre, de lo mediano, a lo excelente, a lo grande.

La mayoría de los cristianos se quedan. Y hermanos, el 90% yo diría de los cristianos nos quedamos en lo básico. Vamos a la iglesia, nos vestimos los domingos, y está bien, en vez de estar pasando la cruda como dicen los mexicanos y estar resacados de haber estado haciendo desarreglos la noche anterior, vamos a la iglesia. Gloria de Dios. Llevamos a nuestros hijos, vivimos vidas decentes. Amen. Pero, a veces nos quedamos allí y decimos ‘bueno, eso es suficiente, está bien, ya le di al Señor lo que yo tenía que darle. Que se conforme con eso porque yo tampoco soy un genio espiritual. Pero el Señor quisiera más, el Señor quisiera como que saliéramos de lo mediocre y que entráramos en ese nivel del 10% de los atletas olímpicos.

Esta mujer hizo eso. Simón se quedó en lo básico y entonces el Señor le dice ‘Simón, cuando yo llegué a tu casa tu no me diste agua para mis pies, pero ésta ha regado mis pies con lágrimas, no con agua sino con lágrimas, y los ha enjugado, no con una toalla sino con sus cabellos. Ni siquiera me diste un beso de recepción ¿por qué? Porque era un fariseo que veía al Señor con un poco de distancia, más ésta desde que entré no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, y todas estas eran señales, hermanos, de respeto para una persona especial, que se le daba cuando daba a la casa de uno, como una señal de preferencia y de cuidado.

Él le dio al Señor Jesús simplemente la recepción básica de cualquier otro ser. Al Señor usted no lo puede tratar así, sino que tiene que hacer mucho más que eso. Esta mujer fue mucho más allá y le dio al Señor con extremo y el Señor la bendijo grandemente.

Ve, la ilustración de este pasaje es eso. Usted y yo podemos ser como Simón dándole al Señor lo muy básico, pero el Señor... lo que saca del Señor las bendiciones más grandes, las revelaciones más grandes para nuestra vida, lo que nos entra en el nivel de los milagros y de la abundancia de vida, del gozo, del arreglo de nuestras relaciones, de la sanidad de nuestras emociones y nuestro recuerdos y nuestros matrimonios, lo que nos permite tener suficiente aceite para compartir no solamente con nosotros sino con nuestros hijos, para que entren también en el mismo amor del Señor que nosotros tenemos.

Lo que garantiza esa vida abundante que Dios tiene para nosotros es cuando entramos en ese nivel. Sino nos quedamos simplemente con un pasaporte ponchado para ir al cielo cuando nos muramos, pero aquí en la tierra no disfrutamos de la grandeza que Dios quiere para nosotros, porque no hemos dado a ese nivel, a ese nivel sobreabundante, generoso, digamos ambicioso, que Dios quiere.

Yo les animo en el nombre del Señor, hermanos, a mirar eso. El Señor se fijó en los detalles de esta mujer y los detalles sacaron de él esa medida extra que Simón no recibió.

Dice, ‘por lo cual, esta mujer porque amó mucho sus pecados le son perdonados’. Esa mujer se fue de allí habiendo recibido un toque directo personal de Jesucristo porque invirtió mucho y atendió a los detalles.

Ahora, ese es un nivel. Yo no quiero simplemente hablar de lo espiritual porque es más, hasta me interesa más el aspecto de la vida, hermanos, práctico de la vida. Porque yo quiero animarles asimismo a ser detallistas en otros aspectos de sus vidas.

 

 

Mi sobrino Omar, que quizás está escuchando este mensaje, porque él los escucha, y no solamente me dice que lo escucha, habla de manera que yo se que los escucha. Él comienza mañana, por lo cual lo felicito, y me siento en ese sentido muy orgulloso de él, comienza mañana un trabajo extraordinario en Nueva York después de mucho, arduo trabajo y estudio y entrevistas por todas partes. El Señor le ha dado un buen trabajo, un trabajo extraordinariamente bueno y lucrativo, etc. y hablábamos... estuvimos juntos unos días hace poco y me preguntaba acerca, ‘bueno, qué yo le aconsejaba ahora que comenzaba su trabajo en esta gran corporación y qué consejo le podía dar acerca de su comportamiento, acerca de su desempeño allí en esa corporación’.

Y una de las cosas de la cual yo le hablaba era precisamente de ser detallista, de cuando hiciera un reporte, mirar cómo el spelling, la deletrear, la ortografía, cómo deletreaba las palabras, el formato que fuera bien hecho, que sus jefes vieran una persona que llegaba a tiempo a las reuniones, y que conocía la historia.... Y yo le dije ‘Mira, lo primero que tienes que hacer, estudia la historia de esa corporación donde estás, lee todo lo que tu puedas de esa corporación. Algo tan.... y voy a tomarme una libertad con él un momentito, es una compañía que tiene unas siglas, HSPP, digamos y así todo el mundo la conoce.

Es como estas corporaciones, como HP, que mucha gente ni siquiera sabe que quiere decir Hewlett Packard, porque ya las letras son lo que la distinguen, ¿no? Y cuando él me dijo que estaba entrevistándose con una compañía y me dijo las letras, las siglas de la compañía, yo le pregunté ‘y bueno, ¿qué significan las siglas?’. Y me dijo, ‘Uf’, no estaba seguro en ese momento. Yo le dije ‘pues, mira, lo primero que tienes que hacer es, antes de ir a la próxima entrevista, asegúrate de que si alguien te pregunta tu puedas decir exactamente... eran nombres chinos de hecho. Pero asegúrate de que tu sepas exactamente qué significa cada letra y ve y estudia la historia de esa compañía, quién la fundó, en qué países tiene sus ramas, cuáles son las cosas que la caracterizan, porque esa podría ser el lugar donde tu termines trabajando y a donde tu tengas que.... Y si un jefe un día está por ahí y te preguntan y escucha que tu no sabes, eso puede... no es algo mortal, pero rebaja tu imagen ante.... porque si uno está trabajando digamos en cuestiones de banco y de finanzas será mejor...

Miro aquí a mi hermano el Dr Luis Valles, pienso un médico detallista. Imagínense un médico que opere, que te saque el pulmón derecho en vez del izquierdo. Un pequeño error, nada, los pulmones son iguales todos. Pero, ay, si te saca, cuántos errores médicos y cuántos millones de dólares le sacan los abogados, porque un error pequeñito en una operación. Imagínense, en una operación de esas delicadísimas, que por un milésimo de milímetro se puede perder un ojo o una vida. Los detalles.

Entonces yo le decía los detalles son bien importantes. Y yo creo que eso es lo que hace, por ejemplo, que un empleado llegue a cierto nivel de altura en una corporación es porque esa atención al detalle, esa puntualidad, esa ropa bien puesta, no tiene que ser necesariamente que vaya con traje, pero por lo menos una camisa que represente, que si se va a poner una corbata, que el nudo esté derecho por lo menos ¿no? A veces un reporte mal hecho, una persona que tiene que estar mirando y qué fue lo que dije y vuelve otra vez a las notas, y eso... dos o tres veces usted hace eso, ya olvídese que perdió, en una entrevista usted... Si usted hoy en día la competencia es tan grande, que si usted no tiene todas las cosas bien planchadas, no se vista que no va, como dicen por ahí.

Los detalles, hermanos. En el trabajo, ahora, no tenemos que hablar de las grandes corporaciones, en su propio trabajo en la oficina, en una factoría donde sea, una fábrica, usted si quiere, usted puede pasar toda su vida siendo un trabajador básico, mediano o puede llegar a la grandeza, a ser un supervisor o a ganarse la confianza en sus jefes por ser atento al detalle. Sino, despreocúpese que simplemente lo van a poner en la ficha de la inmensa mayoría, la mediocridad.

En el ministerio tiene que ser igual. Aquí entró el destornillador, lo estoy metiendo en la carne. Nuestros hermanos líderes que sirven en todas las cosas: la alabanza, las transparencias, el sonido. Usted saben que yo definitivamente yo cometo muchos errores, pero una de las cosas que soy, no voy a decir perfeccionista, porque yo no creo que soy perfeccionista pero sí me gusta la excelencia y me saca de quicio cuando los detalles.... El espíritu santo puede estar aquí, los ángeles flotando encima de mi cabeza, pero hay cosas que me quitan la bendición. Detalles.

Y yo, de nuevo, quiero una iglesia de excelencia porque yo se que eso redunda en bendición para el pueblo de Dios porque nosotros somos un ejercicio. Cuando ustedes vienen aquí a esta iglesia yo se que hay muchas cosas que están recibiendo subliminalmente, sin darse cuenta, en su subconsciente, entonces nosotros tenemos que hacer todo lo posible... tenemos que representar lo mejor porque nosotros tenemos el espíritu de Dios, tenemos todos las bendiciones del Reino de Dios, Dios nos las ha dado, tenemos la mente de Cristo, dice la palabra. Tenemos los dones del espíritu santo, hermanos, ¿cómo es posible que nosotros entonces teniendo todas esas cosas seamos mediocres? Es una contradicción del Reino de Dios. Los hijos de Dios tenemos que ser los mejores, pero ¿sabe lo que pasa? Y el problema está en que muchas veces nosotros mientras más a veces enfatizamos el poder y la unción, más descuidados somos en los detalles.

Usted ve esos evangélicos por allí que no creen ni en la luz eléctrica, pero tienen iglesias preciosas, limpias, todos sus procesos están en orden, la gente disciplinada, sus servicios impecables, sus finanzas bien bendecidas, sus carros brillantes, y nosotros que enfatizamos la gloria de Dios, la unción, el poder del espíritu santo, vivimos vidas destartaladas, iglesias manga por hombro, servicios en las iglesias, desordenados, nuestros programas no funcionan, porque no... creemos que Dios lo va a hacer todo y no le aplicamos la energía al detalle, a las cosas pequeñitas.

Si a usted se le asigna algo asegúrese de llegar a ser la mejor persona en esa área pequeña. La persona que dirige, por ejemplo, los hujieres... yo amo los hujieres porque son gente que se esfuerzan, les pido cada día esfuércense más, asegúrense de que cuando llegue el momento de recoger la ofrenda ya usted esté ahí listo para recogerla. Sea atento al detalle, que las cosas sean siempre las mismas en el sentido positivo de la palabra.

Si los domingos se supone que tengamos esas hojas para darle a los visitantes, esas hojas deben estar en sus manos porque si lo hacemos dos domingos pero el tercero ya vamos decayendo. Eso es lo que pasa muchas veces, el mundo, el tercer mundo es así. El mundo subdesarrollado somos así. Comenzamos pero a las tres semanas se nos olvidó todo lo que habíamos prometido y todo lo que habíamos hecho y tiene alguien otra vez volver a darle a la manigueta para pompearnos otra vez para .... oh sí, perdone me acordé.

Hermanos, los detalles. Los detalles son tan importantes en la vida. El tratar de hacer lo mejor posible. Si tu vas a dirigir tienes que asegurarte de que tu sabes... tu tienes que sentarte primero, porque no es solamente orar, yo creo en orar. Yo creo en buscar la unción del Señor, yo creo.... todo eso, pero aparte una vez que tu has hecho todo eso que es lo principal, entonces apréndete cada coro de memoria y asegúrate de que tu sabes ya perfectamente la secuencia de cada coro, cuando terminó uno ya tu sabes lo que viene después. Mientras estás cantando uno, estás pensando cuál es el próximo que voy a cantar, y ya lo estás buscando.

Esos aspectos mecánicos que nosotros, el pueblo de Dios no hemos aprendido a atender en nuestras vidas: el aspecto mecánico de las cosas, asegurarse de que las transparencias están en su lugar, de que sabemos cuál va a venir después; que hemos ido allá arriba y que la persona que está trabajando con nosotros sabe exactamente las señales que le damos, nos entendemos bien, y sino nos vamos a reunir para hablar acerca de eso, a fin de que cuando vengamos a la casa de Dios y el espíritu santo esté fluyendo, ya los detalles estén planchados y no tengamos que preocuparnos de ello. Eso es lo que conduce a la excelencia, mis hermanos, a la belleza del Reino de Dios.

Yo he estado observando a nuestros vecinos ahí al lado, tenemos una familia, de hecho que... bueno, no voy a entrar en muchos detalles... el caso es que yo he estado viendo un experimento aquí de un camión al cual se le está poniendo, están construyendo una caja sobre el camión para cargar cosas, etc. El camión no tenía nada sino simplemente la cama, pequeño y han contratado un carpintero.

Lo primero, toda esa madera va a estar expuesta a los elementos y no es madera tratada así que esa madera en un año, eso va a ser una papilla, porque los elementos la van a destruir, no está pensando en simplemente qué tipo de madera usar. Y la caja está 85% bien hecha pero las unidades no se ven muy bien, las cosas están destartaladas y un poquito maltrechas y va a hacer lo que tiene que hacer pero no va a representar bien a ese carpintero. Evidentemente no es una persona detallista. Todo lo que ha hecho, todas las energías que ha invertido no se ven porque no le ha puesto atención a los detalles, las cosas básicas que van a hacer que ese aparato funcione bien o no, o que se vea bien, no se le ha atendido. Sino que él hizo el 90% bien, pero ese 10% afea todo el 90% porque no puso atención, no le dedicó tiempo a las cosas pequeñas.

El último ejemplo que se me ocurre es en la cocina. Si usted, mire por ejemplo, un arroz con pollo. No voy a entrar aquí en cuestiones culinarias. Mire, el 80% de un arroz con pollo, uso eso porque todo el mundo sabe lo que es arroz con pollo, todos nuestros países lo tienen. El 85% de un arroz con pollo, todo el mundo lo hace igual hasta cierto punto, tiene la mayor parte, arroz y pollo, sea que lo corten en pedacitos o sea que usted use un pollo entero, o pechuga, lo que sea, es lo mismo. Todas las amas de casa o las personas que cocinan le echan al arroz.... arroz con pollo, tiene arroz, tiene pollo, le echan un poco de sal normalmente, le echarán un poquito de ajo y de cebolla y salsa de tomate probablemente en alguna forma u otra. Las cosas básicas todo el mundo las usa y hacen lo mismo esencialmente, juntan el arroz con el pollo y esos elementos básicos.

Entonces, el 85% de los arroces con pollo van a ser iguales hasta casi el 90%, pero hay algunas amas de casa que los detalles... y eso es lo que va a hacer la diferencia entre un arroz con pollo memorable, que usted se recuerde de él y que se las arregle para que lo vuelvan a invitar a la casa; o un arroz con pollo que lo llenó, hizo el trabajo, pero que usted simplemente es uno más de muchos que se comió. ¿Cuál hizo la diferencia? La ama de casa excelente, coge por ejemplo unos cubitos de sopa, de esos, y se lo echa para que todo el arroz esté mejor sazonado, ¿verdad? coge un poquito de cilantro y lo corta y se lo echa, coge un sobrecito de sazón Accent de esos y también. El pollo lo enjuaga con limón quizás antes de echarle los demás sazones y después coge el pollo, quizás y lo sofríe un poco para que se selle y no pierda todo el gusto, ¿verdad? que no se le vaya en el agua, porque es lo que pasa con mucha carne. Que usted la hierve entonces todo el gusto se le va y el arroz tiene saber pero la carne lo perdió, entonces usted lo que hace que lo sella, lo sofríe un poquito. Por eso es que la gente sofríe la carne para que se sellen por fuera y retengan sus jugos.

Entonces, como usted ve me gusta la cocina y me gusta la comida también. Entonces, esos detallitos que de esa ama de casa es lo que hace que ese arroz con pollo sea un arroz con pollo memorable, olímpico, o un arroz con pollo mediocre, básico, ¿no? Los detalles, hermanos. Eso es lo que las grandes cocineras saben, por eso es que dicen ‘¿qué hizo usted hermana?’. ‘Bueno, yo no se, yo no más lo eché allí..’ No, esa mujer tiene detalles, ella sabe lo que está haciendo. Aprendió.

Entonces, hermanos, en la vida es eso. Es los esfuerzos que nosotros hacemos, el poder disciplinarnos en el trabajo, en el hogar, en la relaciones humanas. Qué bonito son los detalles de una persona cuando la persona piensa en las cosas pequeñas de la personalidad. Muchos de nosotros ya hemos llegado a cierto nivel de madurez espiritual en nuestras vidas, pero todavía, ya como que nos cansamos, ya sacamos afuera los demonios principales y ya creemos como que ya no tengo más que trabajar. Hermanos, tenemos que ser como dice el Apóstol Pablo, prosigo al blanco, al supremo llamamiento.

Yo me imagino que Pablo todos los días de su vida, hasta el último respiro, hasta el último suspiro estuvo puliendo su vida, puliendo su relación con el Señor, puliendo su carácter.

Habrá siempre cosas pequeñas en nuestra vida, habrá cosas que tendremos que mirarnos. Hay detalles de nuestra personalidad, defectos en nosotros mismos, hay cosas pequeñitas que son las que destruyen la vida de un hombre, de una mujer, una relación, esos pequeños hábitos, esa forma de hablar que matan el amor, esas omisiones en las relaciones, eso es lo que destruye las relaciones humanas y que no les ponemos atención porque decimos, ‘porque si ya yo he hecho un buen trabajo. Mira, yo no soy un criminal, no soy un abusador de niños, no estoy adulterando o fumando o bebiéndome el dinero, o jugando, entonces ¿qué más quiere Dios de mi?

Hay cosas pequeñas que son las que van a determinar si tu llegas a la grandeza espiritual o no, y si tu persigues allí hasta la meta, día a día, buscando siempre en ti ‘¿qué más le puedo ofrecer al Señor? ¿Cómo mejor puedo yo mejorar mi vida, mi forma de ser, mi actuación en el trabajo, en la iglesia, en mi ministerio? ¿qué otros detallitos puedo yo añadir para embellecer mi vida, mi perfil humano? Eso es lo que te va a llevar al otro nivel.

El Señor mira los detalles y quiere que tu le dediques tiempo a eso. Esos aspectos de tu vida, esas fallas de carácter que parece que no son importantes, pero son absolutamente claves, y muchas veces son las que obstruyen la plena manifestación del espíritu de Dios en tu vida. Y tu tienes que pedirle al Señor, examíname, Señor y dame lucidez para yo entender qué otra área me falta, dónde está el área que yo debo añadir para que mi perfil en cualquier área de mi vida sea excelente, sea grande, sea hermoso, sea olímpico.

Queremos vivir vidas olímpicas. Si usted quiere un título para este sermón ‘vidas olímpicas’. Dije antes un pueblo detallista, pues ahora digo ‘vidas olímpicas’, mejor todavía. Vidas olímpicas eso es lo que Dios quiere de ti. No te conformes con lo mínimo. Para una persona de que tenía dudas de qué iba a predicar hace un ratito, me he excedido bastante.

Lo último, mire Apocalipsis Capítulo 2: las cartas a las iglesias, que el Señor le escribió a las iglesias. Me impresiona cuántas veces el Señor repite esta frase a las iglesias. Mire, por ejemplo a la iglesia, Capítulo 2 a la iglesia en Efeso, el mensaje a Efeso, Capítulo 2 de Apocalipsis, versículo 2, el Señor le dice: “... Yo conozco tus obras, le dice a la iglesia de Efeso, y tu arduo trabajo y paciencia, y que no puedes soportar a los malos y has probado a los que se dicen ser Apóstoles y no lo son, y los ha hallado mentirosos, y has sufrido y has tenido paciencia y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado...”

Mire como él alaba a la iglesia en Efeso, cómo el dice ‘tu has hecho las cosas bien. Tu has sufrido, te han perseguido, has expuesto tu vida, has hecho cosas que otros no han hecho. Ahora, mire lo que dice el versículo 4:

“... pero, tengo contra ti que has dejado tu primer amor”. Un detalle, después de todas las cosas grandes que esa iglesia ha hecho, pero tengo algo contra ti. Tengo contra ti.

Vamos a otro pasaje, el mensaje a la iglesia en Pérgamo, Capítulo 2, versículo 13, Apocalipsis 2:13 “Yo conozco tus obras, le dice a la iglesia en Pérgamo, y dónde moras, donde está el trono de Satanás, pero retienes mi nombre y no has negado mi fe, ni aún en los días en que Antipas, mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás....”

Cosas buenas, grandes, te has dejado sacrificar, estás en medio de donde está el mismo diablo y has persistido en tu fe. No has negado tu fe, “....pero tengo unas pocas cosas contra ti....” Pero tengo unas pocas cosas contra ti.

Esos detallitos afeaban ese gran y hermoso perfil de esta iglesia que había sufrido y dado tanto por el Señor.

Mire el mensaje de Atira, versículo 19, 2:19 “...Yo conozco tus obras y amor y fe y servicio y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras, pero tengo unas pocas cosas contra ti...” Es la misma idea.

¿A cuántos de nosotros nos diría el Señor eso? Yo se que tu me sirves, yo se que tu das, yo se que tu te has limpiado de muchas cosas, yo se que tu has sacrificado mucho por mi, inclusive me sirves en la iglesia y testificas a otros y te has limpiado de muchas áreas de tu vida, pero todavía tengo unas pocas cosas contra ti que necesitas cambiar, necesitas pulir, necesitas perfeccionar en tu vida.

Entonces, esa es la palabra del Señor para nosotros en esta mañana. ¿Cuáles son las pocas cosas, cuáles son las pequeñas zorras que echan a perder tu viña?, como dice el escritor de Eclesiastés o cantares, mejor dicho. ¿Cuáles son las pequeñas zorras, cuáles son los pequeños detalles en tu vida profesional, de trabajo, en tu vida como ama de casa, en tus relaciones matrimoniales, en tu trato con tus hijos, en tu desempeño ministerial en el área donde estás sirviendo? ¿Cuáles son esas poquitas cosas? Cuáles son los detallitos que todavía necesitas trabajar en ellos para que lo demás, todo el armazón, que las terminaciones estén bien, las terminaciones, porque ahí es donde se definen los grandes carpinteros, es en las terminaciones, los grandes artistas, es en las terminaciones siempre, en los detalles.

El Señor nos está llamando a poner atención a esas cosas. No nos conformemos con simplemente hacer el 90% bien. Procedamos a la meta, al blanco con excelencia. Démosle al Señor lo mejor de lo mejor de lo mejor porque él se lo merece. Ofrezcámosle vidas que le hagan justicia a ese Dios poderoso y perfecto que nosotros tenemos. No creas que porque le diste al Señor simplemente el 90% que él no está mirando, dale el 100% y busca ser el mejor, la mejor ofrenda al Señor, una ofrenda agradable al Señor.

Pongámonos de pie y hagamos un voto de excelencia para con el Señor, y una vida vivida honrando a Dios. Y pregúntale al Señor, Padre, ¿qué área de mi vida todavía está floja? ¿dónde está esa tuerca que puede destruir toda la nave si no la atiendo a tiempo? ¿dónde está el detalle? Dónde está el área de mi vida que yo te tengo que entregar, esa fortaleza donde está enemigo atrincherado y él dice, no te voy a dejar, no voy a soltar eso porque si suelto eso te perdí completamente, así que está bien, no te puedo prevenir de hacer todas las demás cosas, pero esa me voy a quedar con ella, porque mientras yo tenga ese asidero en tu vida, por lo menos tengo entrada y de ahí yo puedo un día, en un descuido, romper todo lo demás, así que no lo voy a soltar. Y él está ahí forcejeando en ese punto y tu te has acomodado y acostumbrado y ese es el punto estratégico que cuando tu se lo des al Señor y lo entregues, ahí va a venir la gran bendición en tu vida. ¿Cuál es esa área estratégica en tu vida? Pequeñita, pero estratégica, tan pequeñita que parece sin importancia y por eso la descuidas, pero es precisamente el punto de apoyo para toda la demás área de tu vida. Entrégasela al Señor y no subestimes la importancia de los detalles.

Te adoramos, Señor. te bendecimos en esta mañana. Padre, trata con nosotros. Límpianos. Examínanos, oh Dios. Examíname, conoce mi corazón y ve si hay en mi algo que no te agrade y sácalo Señor y danos la fortaleza para extraerlo de nuestra vida. Te amamos, Señor. Te adoramos, te bendecimos en esta mañana. Saca todo lo que no sea de ti, Padre, todo lo que no convenga. Te lo entregamos. Ayúdanos a ser detallistas, Señor, en el nombre de Jesús. Amen.