Una comunidad ungida y diversa (Parte 2)

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Esta mañana tuve el privilegio de poder traducirle al Pastor Greg su mensaje en inglés ya que él estaba predicando en inglés y hoy, pues, ahora quisiera traer más o menos los mismos puntos que él trajo y añadirle algunas otras cositas que el Señor también ha puesto en mi corazón. Pero va todo más o menos en la misma línea. Digamos que es la segunda parte de ese mensaje.

Así que si quiere escuchar la primera parte vaya al Internet y oye la primera parte y ahora recibe la segunda. Pero le va a hacer sentido como quiera. Primera de Corintios Capítulo 12. Leemos en la Escritura. Voy a comenzar leyendo en el verso 4. Dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de operaciones pero Dios que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.

Porque a éste le es dada de Palabra por el Espíritu de sabiduría, a otro Palabra de ciencia según el mismo Espíritu, a otro fe por el mismo Espíritu. A otros dones de sanidad por el mismo Espíritu, a otro hacer milagros, otro profecía, otro discernimiento de espíritus, a otros diversos géneros de lenguas y a otros interpretación de lenguas. Pero todas las cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como Él quiere”.

Vuelvo y repito ese verso 11: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como Él quiere”. Hay algo de lo cual yo quisiera hablarles en esta tarde y es acerca de las dinámicas de un cuerpo sobrenatural. ¿Cuántos de ustedes entienden que tienen un cuerpo sobrenatural? Si se mira de lado o si se mira de frente o si se mira de espalda usted puede decir yo tengo un cuerpo sobrenatural. ¿Cuántos pueden decir eso?

¿Cuántos de ustedes se están mirando con los ojos de la fe? Si nos miramos con los ojos de la fe todos tenemos un cuerpo sobrenatural, ¿verdad? Pero ¿saben qué mis hermanos? Todos nosotros somos parte de un cuerpo sobrenatural y eso es el cuerpo de Cristo. Y hay algo que está inmerso en este pasaje, lo cual yo he querido reflexionar hoy. Y he querido más o menos poner esto en contexto, mis hermanos, porque yo creo que el Pastor Greg dijo unas cosas que son bien importantes esta mañana y yo quiero que ustedes las reciban también.

Que hay algo que para nosotros poder entender la dinámica de este cuerpo de Cristo, de esta comunidad de fe, esto es algo que se adquiere o que se puede entrar en ese tipo de dinámica solamente por la impartición del espíritu de Dios obrando en medio de nuestras vidas. Toda persona que ha recibido ese bautismo del Espíritu Santo que ha entrado, que ha accedido a aceptar la persona de Jesús en su vida, en su corazón, esto es la llave que abre esa puerta para nosotros ser parte ahora de esta familia, de esta comunidad.

No es una comunidad perfecta pero aún así sigue siendo una comunidad sobrenatural. Por aquél que opera en medio de esa comunidad. Y el Espíritu Santo y como ustedes ven, este pasaje es ese agente que funciona que imparte de parte de Dios, de parte de Jesús. O sea en este pasaje, mis hermanos, yo voy a leer un poquito más adelante en el verso 4. Yo quiero que ustedes vean esto. Dice: “Diversidad de dones pero el Espíritu es el mismo”.

“Diversidad de Ministerios pero el Señor –hablando de Jesús- es el mismo y diversidad de operaciones pero Dios que hace todas las cosas, en todos es el mismo”. Aquí primero que nada nosotros vemos una clara representación de lo que es la Trinidad, mis hermanos: Dios Padre, Dios hijo, Dios Espíritu Santo que está operando en ese cuerpo. Esa energía que este cuerpo recibe no lo recibe de ningún otro ser, de ninguna otra cosa que fue creada sino que la recibe de parte de un Dios trino.

Un Dios que tiene una entidad en sí solo pero que a la misma vez tiene esas funciones que lo distinguen. Greg decía esta mañana –me gustó mucho esto- que si usted trata de entender la Trinidad va a perder la cabeza. Pero si no trata de entenderla de alguna forma u otra puede perder su alma. Por eso es que es tan importante nosotros reconocer, mis hermanos, que Dios nuestro Dios opera en distintas formas pero a la misma vez lo hace impartiendo sobre su cuerpo, el cuerpo de Cristo. Las bendiciones, la influencia que él quiere que este cuerpo tenga.

Ahora cuando hablamos de cuerpo, mis hermanos, nosotros aquí Congregación León de Judá somos un cuerpo, somos una familia, somos una comunidad de fe. Pero asimismo esta comunidad es parte de un cuerpo aún mayor. Lo que se dice la Iglesia universal y no estoy hablando de denominación, consta. Estoy hablando de la iglesia de Cristo que se reúne alrededor de todo el mundo. Usted puede ir a China y se encuentra con una iglesia cristiana y usted es parte de ese cuerpo en el nombre de Jesús.

Usted puede llegar a la Patagonia y se encuentra con una iglesia cristiana y allí usted está en el cuerpo de Cristo. Usted puede ir a Alaska al tope de una de las montañas más frías y si allí hay hermanos y hermanas que están viviendo y adorando al Rey de reyes y Señor de señores usted es parte de ese cuerpo, también. Yo quiero que nosotros tengamos esto bien claro, mis hermanos, porque esto tiene grandes implicaciones.

Tiene implicaciones bien serias para cada uno de nosotros de cómo vivimos y nos movemos en este cuerpo. Y hay tres cosas que yo quiero enfatizar aquí hoy. Voy a ser rápido en esto. Tres cosas: número 1, esos tres aspectos de ese cuerpo tienen algo que es sobrenatural y número uno es que recibe de parte de Dios, se nutre y transmite. Son tres partes que quiero mencionar con ustedes.

Primero esta idea de que recibe esa impartición particular. La recibe de parte del Espíritu de Dios. Esto no es algo merecido, mis hermanos, ni es por mérito sino que viene por la gracia de Dios sobre cada una de nuestras vidas. Nosotros entendemos muy bien que nada de lo que nosotros hacemos puede, como quien dice, ganarnos crédito delante de Dios. Porque lo que Dios da para nuestras vidas, Él lo da por gracia, lo da porque te ama.

Lo da porque aún cuando nosotros éramos pecadores Él mandó a su hijo a morir por nosotros y así fue como Él mostró su favor para cada una de nuestras vidas. Así que esto no es por mérito sino que es por la gracia de Dios que pertenecemos a esta familia. Miren, cuando yo veo allí en ese verso número 7 que dice: “Pero a cada uno le da la manifestación del Espíritu para provecho”.

Esto me da a entender que cada uno de nosotros mis hermanos, cada uno de nosotros, ustedes donde ustedes están; los que están sentados atrás en la esquina, por allá detrás, aquí al frente los que están arriba, cada uno de ustedes recibe una impartición particular de parte del Espíritu. Cada uno de ustedes tiene un don de parte de Dios. Tal vez usted lo conoce o tal vez usted es ignorante a ese don. Pero hay algo de parte de Dios en usted.

Y eso que Dios ha puesto en su vida es importante para el funcionamiento de este cuerpo. Si eso que Dios ha puesto en usted no se pone en función, este cuerpo no va a funcionar en su plenitud. Ahora, pero si cada uno de nosotros hacemos lo que tenemos que hacer por más grande o más pequeño que sea, este cuerpo va a estar funcionando en todo su apogeo. En su mayor eficiencia posible como Dios intenciona.

Y claro está hay distintas cosas mis hermanos como ustedes ven esa lista de dones y créanme yo hago eco de algo que mencionó el Pastor Greg esta mañana. Recuerden que un don no es lo miso que un talento. ¿Cuántos de ustedes tienen talentos aquí? ¿Sí? ¿Cuántos de ustedes pueden tocar una guitarra? ¿Cuántos de ustedes pueden cantar en la ducha? Eso es un talento también. ¿Cuántos de ustedes tienen un buen ojo para el arte, qué usted puede hacer una buena pintura o algo?

¿O que tal vez usted es un fotógrafo o una fotógrafa y usted puede tomar fotos que nadie más puede tomar porque su ojo lo tiene ahí? Cualquier cosa. Usted puede escribir una carta, usted puede hacer una llamada de teléfono y eso puede ser algo que le sale innato a usted. Usted puede correr una milla en 5 minutos y el Pastor Samuel puede correr en ocho. ¡Eso es un talento! ¡Qué estamos talentosos en una forma u otra!

Tengo que coger a alguien de punto, ya que Patricia me cogió a mi de punto yo voy a coger al Pastor Samuel ahora de punto. Gracias Patricia, donde quiera que estés. El asunto es mis hermanos que cada uno de nosotros tenemos algo innato, nacemos con algo, pero eso no lo hace un don. Usted puede tener un talento y usted puede dedicarlo al Señor. Usted puede orar y decir “Señor, esto que yo tengo lo dedico a ti. Dios lo puede usar para bendecir a este cuerpo”.

Pero cuando hablamos de dones son aquellas cosas que vienen directamente del espíritu de Dios y que son ahí sembradas en nuestros corazones, en nuestras mentes, en nuestro ser completo para que eso funcione para edificar el cuerpo de Cristo. Ahora es bien interesante porque Pablo comienza ese capítulo número 12 con el verso 1 diciendo: ‘Hermanos yo no quiero que ignoren acerca de los dones del Espíritu’.

Y eso es bien importante porque ninguno de nosotros podemos ser ignorantes de esto. No importa donde usted esté en su carrera, en su vida, usted no puede ser ignorante de cómo Dios quiere que usted funcione, que Dios quiere que usted opere en medio de este cuerpo. Lo que usted es, su vida con sus altas y sus bajas, con sus lados oscuros y sus lados claros, todo lo que usted es funciona como parte del propósito de Dios para que el cuerpo de Cristo pueda funcionar como Él intenciona.

Y nosotros recibimos eso de parte de Dios. Ahora cuando recibimos esto mis hermanos, también, nos nutrimos precisamente de esa impartición de parte de Dios. ¿Cómo nos nutrimos mis hermanos? Cuando aprendemos a vivir y vemos como es esas cosas que Dios da se manifiestan en medio de nosotros. De alguna forma u otra, mis hermanos el Espíritu de Dios nos permite el nosotros poder discernir, el nosotros poder ver como Él se está moviendo.

No tan solamente en medio de nuestras vidas individuales sino también como Él se mueve a través de las historias y de los relatos de otras personas que nosotros tenemos alrededor. Y a través de eso nosotros podemos aprender. Podemos recibir de Dios esa gracia para saber como funcionar mis hermanos.

Y esto es bien importante porque esto significa que nosotros tenemos que buscar intencionalmente las oportunidades de que este cuerpo pueda estar juntos.

Y que podamos, como quien dice, rozar nuestros hombros, nuestros codos y poder crecer unos con otros. En el Libro de Hebreos capítulo 10, los versos 23 y 25 se nos exhorta a que nosotros no dejemos de congregarnos. Esto es bien importante, mis hermanos.

Cada vez que nosotros tengamos la oportunidad de venir a cualquiera de las reuniones que tenga la iglesia no podemos dejar de congregarnos porque ahí es donde, como quien dice, ese fuego se enciende aún más en medio de nuestras vidas. Si usted coge los carbones en el barbacue, ¿verdad? Y los separa, ¿qué pasa? Se van a apagar. Pero si los mantiene todos juntos y los llena se mantienen ahí hirviendo, cocinando esa carne que usted pone en el grill para los que tienen hambre. Buena ilustración.

Busquemos intencionalmente, mis hermanos, esas oportunidades y a la misma vez cuando somos parte de ese cuerpo, nosotros resistimos –escuchen bien- tenemos que resistir cualquier cosa de rechazar o evadir a otros miembros de ese cuerpo. Y aquí es donde yo quiero hacer un alto. Vayan conmigo al verso 20.

Dice: “Pero ahora son muchos los miembros pero el cuerpo sigue siendo uno. Ni el ojo le puede decir a la mano ‘¡Ey! No te necesito. Ni tampoco la cabeza le puede decir a los pies ‘No tengo necesidad de ustedes’. Antes bien, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son los más necesarios y aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos a estos vestimos más dignamente y los que en nosotros son menos decorosos se tratan con más decoro’.

‘Porque los que en nosotros son más decorosos no tienen necesidad pero Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que le faltaba para que no haya desavenencia en el cuerpo sino que los miembros todos se preocupen todos unos por otros’. Aquí mis hermanos yo veo dos cosas que el Pastor Greg también mencionó. Perdonen que esté repitiendo lo que dijo el Pastor Greg pero quiero ser fiel a las palabras que él también mencionó esta mañana aquí hoy.

Pero aquí hay dos cosas. Aquí hay un sentido de inferioridad y también hay un sentido de superioridad reflejado en esos versos. El mero hecho de que una persona diga ‘¡Ah! Como yo soy el dedo más chiquito del pie y no soy ojo pues no significa que no soy del cuerpo o que no funciono en el cuerpo’ o que una persona diga ‘¡Ah! Porque yo soy el ojo y no soy el pie, pues no necesito al pie’. Ahí es donde se ve la superioridad. Uno se considera más importante que el otro o el otro se considera más pequeño que el otro porque está más cerca del piso o algo.

Mire, yo le aseguro si usted coge su cuerpo físico ahora mismo y le cortan el dedito chiquito del pie [murmullo] ¿Qué pasa si le cortan el dedo chiquito del pie a usted? ¿Además de que le va a doler, claro está? El balance se le va a ir a ajuste. ¡Usted no va a tener balance! El tímpano en el oído, ¿qué es lo que hace el tímpano? Afecta el balance. Cuando a usted le da una afección de oídos ¿qué es lo que pasa? Uhhh, se va en un viaje de repente.

¿Qué es lo que hace el hígado? Estoy dando una clase de anatomía aquí. ¿Cómo fue? Oí muchas cosas. El hígado limpia ¿qué? Yo pensaba que eso eran los riñones que purificaban la sangre. Estamos ahí relacionados, no se apuren. No estoy esperando que ustedes sean maestros de ciencias ahora. Pero miren lo que les estoy diciendo, mis hermanos. Esas partes que parecen más pequeñas, que parecen más indecorosas o que tal vez no se ven.

Que alguien diga: ‘¡Ah! Porque soy la vesícula y no estoy expuesto y no me ven, pues la vesícula va a decir “no soy importante”. Aunque yo se que la vesícula hay veces que se la sacan a la gente y la gente sigue funcionando como si nada. Pero la vesícula es una parte importante del cuerpo. En la misma forma, mis hermanos, yo quiero que ustedes vean esta ilustración porque así funcionamos nosotros en el cuerpo de Cristo.

Nadie aquí le puede decir a Hernán: “Hernán yo no te necesito porque tú no funcionas dentro de mi Ministerio”. Yo no puedo hacer eso. Yo no le puedo decir –deja ver a quien más puedo coger de punto, me voy a desquitar ahora. A ver, a ver… me voy a desquitar ahora. Deja ver a quien puedo ver por ahí - ¡Danny! Danny ahí atrás. Mi hermano Danny, levanta la mano, Danny. Yo no le puedo decir a Danny: ‘Danny como tú no predicas igual que yo, pues yo no te necesito en esta iglesia”. Yo no puedo decir eso. Dios me libre de decir eso.

Déjame ver a quien más puedo coger de punto. ¿Rosa tú quieres que yo te coja de punto? Tú estas haciendo así. Es más, Tatiana. Tatiana ahí atrás. Tatiana perdón te cogí de punto. Levanta la mano, Tatiana, di hola. Yo no le puedo decir a Tatiana, ‘Tatiana yo no te necesito en esta iglesia porque yo no te he visto haciendo nada’. Yo no puedo decir nada de eso, ella es parte de esta iglesia.

Yo no le puedo decir al hermano Roberto Naranjo, ahí atrás, ¡ay! imagínese. Yo no le puedo decir al hermano Roberto Naranjo: ‘Roberto Naranjo como usted no, es más voy hacer un chiste: ‘como usted necesita 3 distintos espejuelos para leer la Biblia, yo no, no puedo usarlo a usted aquí en la Iglesia’. Yo no puedo decir eso, y voy a explicarles el por qué del chiste, ¿Me das permiso Roberto? ¿Puedo?

Miren esto fue algo jocoso en el día de ayer. Voy a hacer un paréntesis. Ayer nosotros estábamos celebrando la vida de nuestro hermano Ernesto González. Gracias a Dios por la familia González los bendecimos. Pero a mi hermano Roberto ayer le tocó compartir una palabra y mi hermano Roberto mientras se preparaba a leer la biblia, el sacó un set de espejuelos de este del bolsillo y esos no eran, sacó otro set de espejuelos de aquí y esos tampoco eran, y todo el mundo tuvo que, nos tuvimos que echar a reír por que era como ¿cual de todos son los que el usa para leer la biblia? Hasta que sacó los que eran y se los puso para poder leer.

Miren mis hermanos, esas cosas así, eso es lo que hace el cuerpo de Cristo algo sobrenatural. Y tal vez a los ojos de este mundo eso va ha parecer como una locura pero eso es lo que hace a el cuerpo de Cristo algo sobrenatural. Por que Dios trae esta diversidad de personas de tantos lugares. Dios trae una diversidad de caras, Dios trae una diversidad de personalidades, Dios trae una diversidad de historias, unos trasfondos que muchas veces si nos sentamos a escuchar todas esas historias ¡Guau! Podemos hacer una novela, que gana cinco estrellas.

Pero el asunto es que Dios une todas estas cosas, mis hermanos, y hace un cuerpo tan y tan y tan diverso, que ahí es donde se ve esa naturaleza sobrenatural de Dios. Es ahí donde se da esa manifestación del Espíritu donde la gente lo busca es algo mas homogéneo donde todo el mundo podamos conectar, Dios lo hace a través de diversidad. Dios funciona a través de diversidades.

Y miren aquí en la Iglesia, está bien que uno pueda compartir con gente que son de su propio país o que mas o menos comparten los mismos estilos, las mismas ideas, pero eso no es el todo. Dios intenciona que nosotros vivamos con un sentido de incomodidad a la misma vez por que somos parte de ese cuerpo y hay algo que fluye y nos nutre para nosotros poder funcionar como parte de ese cuerpo.

La historia suya y la historia mía, por mas distinta que pueda ser, con todo y eso forma parte de la historia de Dios, para que sus planes y sus propósitos se puedan cumplir en el tiempo en el cual nosotros estamos viviendo. ¿Podemos decirle Amen a eso? Miren, hay algo que yo me puse a reflexionar esta mañana. Y yo me pongo a pensar a veces ¿cual es ese elemento, ese vinculo que mantiene la unidad en todo este cuerpo? ¿Algunos de ustedes me pueden decir? ¿Qué es lo que mantiene este cuerpo vivo funcionando? El Espíritu Santo, claro está, el Espíritu Santo.

Si nosotros pensamos en el cuerpo humano, ¿Cuáles ustedes me dirían que son los dos órganos más importantes en el cuerpo humano? El corazón y el cerebro y el oído. Ahí hay alguien que entiende que es oído y quiere mencionar que el oído es importante también. Mire, ¿Sabe que su cuerpo puede funcionar sin el cerebro? Una persona que cae en coma, su cerebro esta totalmente apagado, pero si ese corazón sigue bombeando, esa persona, su cuerpo va ha estar vivo entre comillas.

Ahora si su corazón se apaga, ahí si que se va todo lo demás, pero hay algo mucho más sutil. Gracias. La sangre mis hermanos. ¿Acaso eso no es interesante? La sangre es la que lleva el oxigeno a los lugares mas recónditos del cuerpo humano. Si de repente hay un coagulo que le tapa la vena que le lleva sangre a su dedo gordo del pie, ¿Qué le va ha pasar a ese dedo? ¿Cómo es que se dice? Le da ¿gangrena es? Se empieza a morir ese dedo y detrás de ese dedo sigue la otra parte del pie.

Si hay un coagulo que le tapa una arteria de las que van al cerebro ¿qué le va a pasar a su cerebro? Se va ajuste. Si hay un coagulo que se mete en alguna de las arterias carótidas que van al corazón ¿Qué le pasa al corazón? Se va. Un paro cardiaco eso es así. La sangre es la que corre por todos lados. Es la sangre la que lleva el oxigeno limpio, es la sangre la que coge todas las toxinas y las elimina, es la sangre la que hace eso.

Que interesante que en el cuerpo de Cristo es la sangre de Jesús, la que nos limpia es la sangre de Jesús, la que nos libera, es la sangre de Jesús la que limpia todas las toxinas en medio de nuestras vidas, es la sangre de Jesús la que mantiene tu parte, mi parte, la que mantiene, lo que tú haces, el don tuyo que lo mantiene corriendo que lo mantiene fluyendo. Es la sangre de Cristo con todo su poder obrando en medio de nosotros.

Ahora yo no estoy diciendo que cojamos, yo no estoy diciendo mis hermanos, que cojamos una cubeta así de sangre y nos tiremos ¡no, no, no!, eso es algo pagano no piensen eso. Recuerden que la sangre de Cristo es el símbolo espiritual que permea todo lo que nosotros hacemos. Cuando uno esta orando por el poder de la sangre de Cristo mire los demonios se tienen que ir huyendo de donde quiera que estén, por que no pueden resistir el poder que se encierra en la sangre de nuestro Señor Jesús y en el sacrificio que el hizo por cada uno de nosotros.

Cuando nosotros somos parte de ese cuerpo, es esa misma sangre la que nos une y el significado detrás de esa sangre que lo que viene detrás de eso es el amor de Dios. Lo que el amor de Dios estaba haciendo en cada uno de nosotros, mire, el amor de Dios es el fundamento de todas las cosas. Pablo mismo dice en Colosenses dice: “Vestíos todos, pues, de amor que es el vinculo perfecto” ¿de qué? “de unidad”. Es el vínculo perfecto de unidad, mis hermanos.

Aquí en esta Iglesia, con toda la diversidad de personas que tenemos, miren, nosotros podemos decir que somos una Iglesia mayormente hispana verdad. ¿Cuántos están de acuerdo conmigo? Pero aún dentro de esta comunidad hispana hay una gran diversidad, ¿verdad que sí Pastor Samuel? Él es el primero que tiene una gran diversidad por dentro.

Él dice que es puertorriqueño pero yo digo que es “new yorkrican”.

No es puertorriqueño de pura cepa como yo. Pero como quiera somos parte del mismo cuerpo. Dentro de la comunidad hispana aquí hay casi como 20 veintes países representados. Usted menciónelos y así mismo nosotros nos dolemos. ¿Cuántos de ustedes cuando escucharon la noticia del terremoto que sucedió en Chile, cuantos de ustedes no se sintieron, verdad? Ahora voy a hacer una pregunta más.

¿Cuántos de ustedes se recordaron de sus hermanos chilenos aquí en la iglesia y rápido se pusieron a pensar “Caramba algún familiar en la iglesia tendrá alguien allá”? Eso es lo que hace es el cuerpo de Cristo. Yo les confieso que antes cuando yo vivía en Puerto Rico y escuchaba esos desastres y lo más que me salía de la de la boca “¡Ay! Bendito que Dios los cuide”. Eso era lo más que me salía de la boca y estoy siendo bien honesto.

Pero ahora que Dios me ha puesto, me ha sembrado aquí en este cuerpo y estoy en contacto con tantas y tantas personas de distintos lugares cada vez que yo oigo algo así lo primero que me viene a la cabeza “¿Quién en la iglesia nosotros tenemos que es de ahí?” Que no vaya a ser que tengan algún familiar que haya sufrido o algo. Cuando sucedió lo de Haití también lo mismo. Es más hasta rápido pensamos en la República Dominicana pensando en como las ondas de ese terremoto pudieron afectar.

Y nos ponemos a pensar en todas esas cosas. Eso es lo que hace la conexión del cuerpo de Cristo, mis hermanos. Es por eso que yo me enfatizo tanto en lo que dicen estos versos, mis hermanos. Nosotros tenemos que rechazar esa idea, eliminarla por completo de nuestro sistema de que “Mira yo no me puedo rozar con este o no puedo hablar con esta persona o no puedo trabajar con esta persona porque su estilo no me gusta o tiene el pelo demasiado grifo o porque tiene el pelo rubio” o sea lo que sea mis hermanos.

No podemos dejar que eso afecte el funcionamiento de este cuerpo. A la primera que nosotros dejemos entrar a eso este cuerpo comienza a "desfuncionar" en otras palabras. No podemos, mis hermanos, no podemos darnos y miren yo les estoy hablando esto y yo solamente les estoy pidiendo a Dios que nos de discernimiento para saber como estas palabras se aplican a nuestras vidas.

Como se aplican a nuestros ministerios, como se aplican a nuestras familias. Nosotros tenemos que buscar cuidar este cuerpo, mis hermanos. Cuidar la diversidad que Dios ha puesto en este cuerpo. Es más, cuidarla y honrarla y celebrarla mis hermanos. En el primer servicio nosotros celebramos la idea que teníamos personas que son directamente de África, africanos que teníamos aquí.

Africanos que vienen con su estilo. Que muchas de estas personas se visten con sus trajes típicos de África y vienen con estos sombreros así bien grandes que parecen como una flor a veces en su cabeza. Pero eso, hay veces que uno lo mira como que “¿Y esa persona de donde salió?” Pero Dios lo mira como que ‘ese es una hija mía, eses es un hijo mío y yo quiero que tú celebres eso’.

Que si por casualidad llega una persona así bien vestida y con un vocabulario bien “proper” y ‘Hola ¿cómo está?’ y tratando a todo el mundo de usted y su vocabulario es bien filosófico, bien elaborado y es como poesía a mis oídos cada vez que escucho a una persona hablando así. Y de repente me encuentro con alguien de la calle “Ay a ‘mano ¿qué es lo que pasa, muchacho? Tú sabes como es”, “Mira m’hijo tú no te enteraste la última” y me vienen hablando así y hermano Elías ¿tú sabes como es la cosa, verdad?

Y lo único que te dicen es eso “¿Tú sabes como es, verdad?” Porque así es como hablamos en la calle. Mira hay veces que uno dice ¿con quien me gustaría más hablar, con esta persona proper o con este así de la calle que es todo así ‘Mira ‘mano tú sabes’? Mira en el cuerpo de Cristo tenemos que abrazarlos a ambos. Yo tengo que aprender como hablar. [Aplausos]. Yo tengo que aprender como hablar en una forma informada con esta persona que es bien proper y cosas así.

Y también tengo que venirme acá al otro lado y hablar con mi hermano en el lado de acá y relajar con él: “Chilling you know”. Es verdad que nunca me van a ver con un pantalón a mitad de… ya tú sabes donde, pero si puedo conectar con esa persona. Este cuerpo tiene un llamado también mis hermanos y es el llamado de transmitir esa misma gracia de Dios que está en nosotros.

No es tan solamente para que este cuerpo se nutra entre sí mismo, que nosotros podamos mirarnos y podamos vernos y digamos “¡Guau! ¡Qué chévere! No puedo esperar a que llegue el miércoles para verte de nuevo. No puedo esperar a que llegue el domingo para verte la cara otra vez”. Es como que siempre está ese deseo de conectar con mis hermanos y hermanas. Pero a la misma vez esa bendición que Dios trae aquí tenemos que regarla aquí afuera donde quiera que vamos.

Porque Dios nos llama a que ese cuerpo sea un cuerpo contagioso y no es que le estemos contagiando viruses malos ahí sino que estemos contagiando esa misma gracia de Dios. Miren esto. El mismo Jesús hablando en el Libro de Juan Capítulo 17 el verso 21 cuando Jesús está en esa oración tan intensa y tan intima con el Padre, una de las cosas que Jesús le dice al Padre es que Él le dice es “Señor que ellos puedan ser uno como tú y yo somos uno”.

“Padre que en su unidad, el mundo crea que” ¿qué? “que Tú me has enviado”. Es en esa unidad muchas veces mis hermanos, en esa cotonía que es la expresión teológica diría yo, en esa comunidad, en ese compartir, en ese compañerismo, cuando estamos todos en un mismo sentir, en una misma mente y en un mismo espíritu que la misma sangre corre por todos nosotros.

Cuando viene alguien que no es parte de ese cuerpo, mira, y ve esa energía que está corriendo ahí, esa persona no va a poder evitar y resistir el decir: “¡Guau! Espérate aquí hay algo mucho más interesante de lo que está sucediendo allá”. Hay algo mucho más genuino de lo que yo me estoy encontrando afuera en la calle. El cuerpo con el que yo me conecto en la barra de la esquina que estamos ahí hasta las 3 de la mañana bebiéndonos las penas y después llego al mi casa y estoy totalmente solo, ese cuerpo no está funcionando.

Pero si esa persona llega aquí y se encuentra con un hermano, con una hermana que le recibe que lo saluda, que le da una sonrisa, que le dice “Oye, ¡que bien te veo!” aunque esté andrajoso, mira, esa persona va a recibir algo distinto aquí. Es esa unidad que transmite la verdad de Dios obrando en medio de nosotros. Hay otro texto cuando Pablo, en Segunda de Corintios capítulo 2 verso 15 él dice: “Donde quiera que nosotros vamos llevamos el olor o el aroma de Cristo a todos los lugares”.

Pregúntale a la persona al lado suyo ¿a qué tú hueles? Dile ¿a qué tú hueles que hueles tan rico? Digo, si huele rico, consta. Chantel, aquí tienen Chantel, qué se yo, Champs, Channel, whoops! Viste ya ahí… Okay. A los que huele a Maja, hay un perfume que se llama Maja o Majo. ¿A qué hueles? Llevas el aroma de Cristo contigo. Donde quiera que vas tú puedes decir que tú hueles a Cristo, que la gente se te pega y es como que ¡Ah!

Samuel huele a Cristo definitivamente aún en el segundo servicio. Aún más todavía. (Aplausos). Miren en Efesios 3, este me gusta mucho, voy terminando ya. Pablo también dice otra cosa que es muy importante. Él está hablando aquí en Efesios 3, verso 10, él está hablando del llamado de la iglesia como parte de la iglesia dice “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia, los principados y potestades en los lugares celestes”.

Esa frase “la multiforme sabiduría de Dios”. ¿Qué es algo multiforme? Que tiene distintas formas obviamente. Dios no tiene forma de caja, Dios no tiene forma de círculo, Dios no tiene forma de pentágono. Dios no tiene forma de triángulo. Yo quiero que usted se imagine todas esas formas metidas en una, ¿Cómo se verá eso? Eso es como una molécula química.

Saben las moléculas químicas que tienen como distintas formas que se van una pata por allá y una pata por allá.

Y se siguen extendiendo así y uno no sabe que tipo de forma tiene pero tiene una forma. Esa es la multiforme sabiduría de Dios. Dios se le puede revelar, hermano César, en una forma totalmente distinta a una forma en que se le puede revelar a mi hermana Ana Andújar. Dios se le puede revelar en una forma totalmente distinta a mi hermana Clarita y se le puede revelar en una forma totalmente distinta a mi hermano Quique también.

Dios se le puede revelar en una forma totalmente distinta a mi hermana Lisie y se le puede revelar en una forma totalmente distinta a ¿cuál es tu nombre? No, a él, ¿cuál es tu nombre? Daniel. Daniel, iglesia, iglesia Daniel, mucho gusto. Se le puede revelar en una forma totalmente distinta. Dios se revela en distintas formas, mis hermanos y hermanas. Por el mero hecho de que Él se te revele a ti en una forma y a otra persona en otra no significa que tú eres más importante que el otro.

¡No! Porque Dios como quiera se está revelando a su cuerpo, está transmitiendo algo, está comunicando algo. Y mis hermanos nosotros tenemos que entender esa dinámica que cuando vemos que Dios se mueve en distintas formas y el cuerpo entero con sus líderes como que busca entender lo que Dios está comunicando y cuando lo recibimos, when we grasp it, es como que podemos tener el alcance total de ese conocimiento de Dios.

Entonces ese cuerpo está llamado a comunicar esos misterios de Dios al mundo, a la sociedad en la cual nosotros vivimos. Eso es algo que el mismo cuerpo de Cristo no lo puede limitar o impedir. A la primera que el cuerpo de Cristo deje de ejercer ese contacto hacia afuera pierde parte de su funcionalidad. Porque entonces el cuerpo se va a estar aquí llenando, llenando y llenando.

Nos vamos a estar poniendo todos gordos, de “grasa espiritual” y entonces el cuerpo poco a poco se va a ir dañando. Más sin embargo cuando nos mantenemos activos que estamos alcanzando nuestra comunidad siempre, buscando la forma en como alcanzar a más personas para Cristo, a como compartir su amor, a como trabajar en ese propósito de transformación de nuestra sociedad, de nuestra comunidad.

Cuando nos ejercitamos de esa forma, mire, ese cuerpo va a tener una forma sobrenatural sin duda alguna porque va a estar ejerciendo un llamado, un propósito que es de Dios, sale del corazón de Dios. Así que mis hermanos y hermanas en esta tarde yo quiero cerrar con esto: cada una de estas partes del cuerpo se necesita a sí mismo. Esa frase es clave en este texto. Yo no le puedo decir a nadie “Mira, no te necesito, échate para allá”.

Yo no puedo decir eso. En alguna forma u otra aún esas partes que nos se ven, aquí mismo en medio de nosotros, mire, hay gente que en forma secreta en sus casas están orando. Hay gente que pasan horas orando, intercediendo por alguno de ustedes, intercediendo por nosotros los líderes, intercediendo por los propósitos de la iglesia a nivel local y el propósito de la iglesia a nivel mayor.

Hay gente que están orando y tal vez usted nunca los va a conocer. Es más, puede ser que usted hasta los haya saludado pero no sabe que esa persona tiene ese llamado. Que su función es esa, de estar orando, de estar intercediendo en cualquier parte de su casa o donde quiera que va, esa persona está constantemente orando, intercediendo. Ninguno de nosotros le podemos decir a esas personas “¡Ah! ¿Pero quién tú eres? Yo no te veo, yo no te necesito”.

Mire, Dios reprenda eso. Mentira del diablo porque esas son las personas que más necesitamos, que mantienen ese aceite de oración corriendo a través de este cuerpo funcionando y mantienen esa maquinaria ahí corriendo en todo momento. Cada una de las partes son necesarias mis hermanos. Desde la persona que trae un vasito de agua al predicador para que no se ahogue cuando esté hablando hasta la persona que hace llamadas por teléfono.

La persona que cuando se encuentra con alguien ahí afuera en la calle y lo reconoce, le llama por su nombre “¡Ey! ¿Cómo estás? Mira, me alegro que estés viniendo a la iglesia, sigue viniendo con nosotros”. O que estás así trabajando y tienes un colega y ese colega lo viste y lo reconoce ¡Ah! Mira esta persona lo vi en la iglesia los otros días. Y tú vas y te le acercas y puedes hablar con esa persona y esa persona se desborda en lágrimas y te cuenta todos sus traumas.

Y tú como que ¡Guau! ¿Qué hago ahora? La gracia de Dios está funcionando a través de ti. Eso es lo que este cuerpo está llamado a ser sin ser un cuerpo diverso y reconocer esa diversidad, celebrarla pero a la misma vez funcionar de acuerdo a las intenciones y los propósitos de Dios. Mírese usted mismo, mi hermano, mi hermana.

Si en algún momento por su cabeza le ha cruzado ese pensamiento, ‘esta iglesia es muy grande para mi. Aquí nadie me conoce, yo me siento solo. Yo me siento sola’. Mire ahora mismo elimine ese pensamiento. Esta iglesia es cuerpo de Cristo. Esta iglesia es una comunidad de fe, esta iglesia es su familia. Usted es tan parte de esta iglesia sea que llegó ayer, sea que llegó hoy, como si estuviese aquí desde los 25 años que esta iglesia lleva funcionando.

Usted es parte de esta familia. Que hay partes en la que usted pueda conectar, sí, y nosotros como iglesia tenemos el llamado en buscar la forma en como ayudarle a conectar con esas otras partes del cuerpo. Pero que usted se sienta que no es, (sonido onomatopéyico de ‘no’). Not here. Aquí no. Tal vez usted nos se va a poder aprender los nombres de las novecientas y pico de personas que vienen aquí constantemente los domingos. Pero si se aprende el nombre de al menos de cincuenta o de 25 o de 5 o de 10 o de otra persona, usted es parte de esta iglesia.

Usted es parte de esta comunidad, usted es parte de este cuerpo. En otras palabras usted es parte de Cristo. Usted es parte de Dios. (Aplausos) Usted es parte de Él y Él es parte suya. Él es parte suya también. Así que yo quiero que se ponga de pie. Vamos a orar. Y voy a hacer lo mismo que hizo el Pastor Greg esta mañana. Con mucho respeto yo le pido que usted mire a la persona que está al lado suyo y que usted le diga a esa persona “Mira, yo te necesito”.

Te necesito para mi crecimiento, te necesito para tener gozo, para tener vida. Mira si es su esposo o su esposa aprovéchese. Déle el beso y el abrazo que no le ha dado en el día de hoy. Si es su mamá o su papá aproveche, déle también ese cariño y si es un hermano o una hermana en la iglesia, mire, edifique el cuerpo de Cristo mejor dicho. Vamos a decirle así. Señor Jesús estamos delante de ti. Tú eres la cabeza de este cuerpo Señor.

Es de ti que proviene toda la vida Señor. Es tú sangre la que corre por toda las partes de este cuerpo, Señor, limpiándonos, purificándonos, trayendo vida, trayendo ese oxigeno que necesitamos para poder funcionar. Y Señor ahora mismo, yo presento de ti a todas las partes de este cuerpo por más grandes o más pequeñas que sean. Señor sea que seamos partes públicas, expuestas mi Dios en nuestra labor, en nuestro funcionamiento o sea que seamos partes que funcionamos tras bastidores, mi Dios.

Donde nadie nos ve pero que estamos ahí bien activos, Señor. Nutriendo la vida de esta iglesia, de esta comunidad. Tú nos estás haciendo un llamado a reconocer ese aspecto sobrenatural de este cuerpo Señor donde si operan milagros, sanidades, pero uno de los milagros más grandes que podemos ver es la hermandad que existe entre cada uno de nosotros, Señor. Ese es un milagro de cada día, de cada momento.

Que tal vez a pesar de nuestras diferencias, Señor, a pesar de los malos entendidos que podamos tener en algún momento u otro, Señor, podemos una vez… más y encontrarnos con esa persona y disculparnos, Señor y abrazarnos. Y mira, seguir trabajando juntos, Señor, no nos extirpamos el uno al otro sino que buscamos sanarnos unos a otros, Señor. Cuando una parte de ese cuerpo se duele nos dolemos todos con esa parte, Señor. Y cuando una parte de ese cuerpo recibe honra, Señor, todos recibimos honra.

Y nos alegramos con esa parte, Señor. Padre yo celebro la vida que está aquí ahora mismo Señor. Celebro la vida de esta comunidad, Señor Jesús, la diversidad que existe en medio de nosotros. Padre sigue trayendo esa diversidad en medio de nuestras vidas y enséñanos a saber como recibirla, Señor, como nutrirnos de esa diversidad, como aprender a vivir unos con otros.

Para a la misma vez poder seguir transmitiendo tu gracia, tu poder y tu unción, Señor en los distintos lugares donde nosotros podamos entrar. Padre, que esto sea una comunidad transformadora, un cuerpo transformador, Señor. Que las personas que se sigan uniendo aquí puedan ser impactados con el poder de tu amor funcionando en medio de ellos y que todos, mi Dios, podamos ser, podamos llamarnos que somos parte de tu cuerpo. Que somos todos una familia, Señor.

Que siempre podamos estar dispuestos para escuchar, Señor cuando es tiempo de escuchar. Para poder hablar cuando es tiempo de hablar. Para poder extender la mano cuando hay que extenderla, para poder abrazar cuando hay que abrazar, para poder llorar cuando tenemos que llorar y poder reír cuando hay que reír, Señor. Para guardar silencio cuando hay que hacerlo y para declarar tu justicia cuando también es el momento oportuno para hacerlo. Yo bendigo a este pueblo, Señor.

Que tu gracia y tu poder pueda seguir funcionando, Señor día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto, Señor Jesús. Que tu gracia funcione, Señor, en una forma bien fluida aquí en medio de nosotros. A ti te damos la gloria y el honor por siempre Señor Jesús. Gracias te damos Papá. Aleluya. Amén, amén. Gracias Jesús. Oiga, salude al pie, a la mano, al ojo, al oído que está ahí al lado suyo. Salude a la vesícula que está al lado suyo. Salude al pulmón que está ahí al lado suyo.

Saludo al átomo, a la molécula más pequeña que está ahí al lado suyo. Salúdele en el amor, Señor. Hermanos, que el Señor les bendiga, que el Señor les guarde. Adelante en el siempre. Será hasta la próxima. Bendiciones.