Dios puede cambiar cualquier situación

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Si pueden ir conmigo a Segundo Libro de Reyes, capítulo 2 versos del 19 al 22. Vamos a estar mirando cuatro versículos en esta noche. Segunda de Reyes capítulo 2 versos del 19 al 22. Dice la Palabra de Dios: ‘Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo “He aquí el lugar donde está colocada esta ciudad, es bueno, como mi Señor ve. Mas las aguas son malas y la tierra es estéril.

Entonces él dijo ‘Traedme una vasija nueva y poned en ella sal’. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas echó dentro la sal y dijo así ha dicho Jehová: ‘Yo sané estas aguas y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad’. Y fueron sanas las aguas hasta hoy conforme a la palabra que habló Eliseo”. Estos son cuatro versos muy simples aparentemente que relatan uno de los milagros que hizo Eliseo luego que Elías había partido de dentro de su presencia.

A simple vista uno lee esto y dice: pero ¿qué puede uno sacar de estos cuatro versos? Vemos que Dios hizo un milagro a través de Eliseo, que sanó unas aguas y todo lo demás pero ¿cómo eso se aplica en nuestra vida? ¿Cuál es el mensaje oculto en estos versos? Y cuando yo estaba estudiando este pasaje esa fue la pregunta que me hice: ¿y para qué me va a servir este pasaje? ¿Estos cuatro versos? ¿Qué yo voy a aprender de estos cuatro versos?

Una historia muy bonita y para mi sorpresa el Señor ministró a mi vida de una manera muy especial mientras yo estudiaba este pasaje. De una manera que yo no esperaba. Y en esta noche lo quiero compartir con ustedes lo que el Señor compartió a mi vida. Y quiero enfocarme, quiero que a medida que estudiemos este pasaje juntos en esta noche mantengan en su mente que Dios puede cambiar cualquier situación por medio de su Palabra.

Esa es la idea central de este pasaje. Dios puede cambiar cualquier situación sin importar lo imposible que parezca por medio de su palabra y yo se que muchos de nosotros atravesamos diferentes situaciones –hoy día, en esta noche: venimos del trabajo, de la escuela, de la casa, cansados con sólo Dios sabe con cuantos problemas ya sean problemas emocionales, problemas financieros, problemas de salud.

Problemas que quizás a simple vista nosotros no podemos hacer nada al respecto porque se escapan de nuestras manos. Problemas que venimos delante de Dios orando ya hace mucho tiempo y todavía aparentemente no recibimos una respuesta. Cosas que se nos escapan de las manos y que no podemos cambiar por nuestras propias fuerzas. Pero a través de este pasaje vamos a ver como Dios a través de su palabra puede tornar lo imposible en posible.

El pueblo de Israel en este contexto se encontraba en una situación que estaba fuera de su control. Durante el tiempo de este pasaje existía un fenómeno de idolatría muy fuerte en el pueblo de Israel. Ustedes saben que en el Antiguo Testamento ese era uno de los problemas más grandes de estas personas: que se iban tras dioses paganos, dioses ajenos en buscas de soluciones a sus problemas.

Y por lo tanto desobedecían la ley de Dios y en este pasaje el ídolo principal de estas personas era Baal un dios pagano que era supuestamente el dios de la fertilidad y de los efectos naturales. Ese dios se caracterizaba porque supuestamente controlaba la lluvia, el viento, la tierra y un sinnúmero de cosas que le tenía que ver con los efectos naturales. Pero vemos que en este pasaje está hablando de que hay un problema con las aguas de la ciudad.

En un mundo donde reina el ídolo de Baal. Si recuerdan, ¿cuántos de ustedes recuerdan la historia de Elías cuando se enfrentó a los cuatrocientos profetas? ¿Verdad? Porque había una sequía durante ese entonces y Elías confrontó directamente a estos profetas que adoraban… Eran profetas ¿de quién? De Baal, ¿verdad? Eran cuatrocientos profetas de Baal. Ellos adoraban a Baal y todo. Ese era el ídolo preeminente en ese entonces.

Y en este pasaje se está retando de forma directa el poder de Baal en contra del poder de dios. Las personas en aquel entonces no entendían por qué en su ciudad había un problema con las aguas y si Baal era el ídolo del momento por qué Baal no había resuelto este problema. Pero para darle un poquito más de información acerca de la ciudad, estamos hablando de Jericó. Una ciudad que se encontraba relativamente cerca como a 5 millas del Río Jordán que era un río muy fructífero en una zona muy desarrollada.

Era una ciudad magnífica, el único problema de esta ciudad era que el agua era mala. El agua causaba infertilidad y por lo tanto en esa tierra no había frutos de árboles. Algunos comentaristas dicen que las mujeres en cinta perdían sus hijos porque el agua está contaminada. Y para nosotros no es nuevo pensar en el agua como un símbolo de vida, ¿verdad?

Cuando uno piensa en agua uno piensa en vida, el agua que fluye a través de la cual los árboles se alimentan. Nosotros necesitamos mucha agua para poder hidratar nuestro cuerpo y poder desenvolvernos. Entonces, en una sociedad donde el agua estaba contaminada era difícil ser productivo. Y ese era un problema que estaba afectando esta ciudad que irónicamente se encontraba cerca del río Jordán.

Y las aguas del río Jordán eran buenas, eran fructíferas. Pero ¿cómo entonces esta ciudad tan cercana a ese río tenía un problema con las aguas que se escapaba de sus manos? Que quizás los científicos de aquel tiempo no podían explicarse, no podían arreglar el problema. Era algo sin precedentes que ellos no se explicaban. Y entonces ¿qué pasa con ellos? Ellos vienen donde Eliseo y le presentan el problema.

Le dicen en el verso 20: “Los hombres de allá dijeron a Eliseo ‘el lugar donde está colocado la ciudad es bueno, es una ciudad [imagínese la ciudad de Cambridge aquí en Boston cerca del río Chas una ciudad muy atractiva, ejecutiva, con muchas escuelas y todo pero que de repente diga: hay un problema con el agua. El agua en esa ciudad es un desastre. No se puede vivir por más linda que sea la ciudad, por más edificios que tenga, el agua está mala, no se puede vivir en esa ciudad.]

Entonces sería un tiempo muy interesante para las personas tratando de vender o rentar apartamentos, promover su localidad sabiendo que hay un problema así. Era un problema similar el que afectaba a esta ciudad. Y estas personas se preguntaban: ‘¿Dónde está Baal? ¿Dónde está el dios Baal? ¿Qué está pasando con Baal?’. Muchas veces nosotros como cristianos tenemos dioses ajenos aparte de Dios.

Que durante nuestra vida recurrimos a ellos. Vamos a decir “el dinero” puede ser que sea uno de esos dioses que nosotros tenemos. Muchos de nosotros dependemos del dinero para hacer todo. Y ponemos el dinero en un lugar tan alto en nuestras vidas que se convierte en un ídolo. Pero sin embargo al pasar de los años uno se da cuenta de que hay cosas que el dinero no puede resolver.

Y uno dice: Y ¿qué pasa con mi dinero que no me puede sanar de esta enfermedad? No puede sanar mi corazón, no puede sanar una relación rota, no puede sanar a mi hijo, mi hija, mi esposo, mi esposa. Cosas que se nos salen de la mano y entonces acudimos a Dios. Algo similar era que estaba pasando en el contexto de este pasaje. Sin embargo había algo más allá de lo que estas personas podían entender.

Que era la razón por la cual el agua en esta ciudad estaba mala. Si van conmigo a Josué 6:26. El libro de Josué. Dice aquí –vamos a leer desde el 25 para darle un poquito el contexto-: “Mas Josué salvó la vida de Raab la ramera y a la casa de su padre y todo lo que ella tenía y habitó ella entre los israelitas hasta el día de hoy por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a recoger Jericó.

En aquel tiempo hizo Josué un juramento diciendo: maldito delante de Jehová al hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó sobre su primogénito hecho en los cimientos de ella y sobre su hijo menor asiente sus puertas. Esto ocurrió inmediatamente después que los israelitas habían marchado siete veces alrededor de la ciudad de Jericó y las murallas se cayeron.

¿Cuántos de ustedes recuerdan esa historia? Una historia muy famosa ¿verdad? Que Jericó era una ciudad que oprimía a los israelitas entonces ellos marcharon siete veces, se cayeron las ciudades. Inmediatamente luego de eso Raab que fue la persona que Dios utilizó para que ayudara a Josué luego de que ella fue salva, Josué declaró una maldición encima de esa ciudad.

Y está diciendo aquí que “maldito el hombre que delante de Jehová se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó sobre su primogénito hecho sobre los cimientos de ella y sobre su hijo menor asienta sus puertas”. Declara una maldición sobre esta ciudad. Pero cuando vamos más adelante, el pasaje de nosotros en Segunda de Reyes nos dice que esta ciudad era Jericó. O sea que años después, alrededor de 500 años más tarde la ciudad había sido reedificada.

Y era una ciudad, un lugar bueno aparentemente, pero había un problema que no se podía explicar que se relataba hasta este evento, aquí, en el libro de Josué. Una maldición proclamada por Josué y endorsada por el mismo Dios. Pero ¿quién construyó la ciudad otra vez? Bueno en primera de Reyes 16:34 nos da el relato de un hombre.

Dice: “En su tiempo Jirel de Betel reedificó a Jericó a precio de la vida de Avían su primogénito echó el cimiento y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas. Conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Non”. Aquí vemos que hubo un individuo que construyó esa ciudad a precio de la sangre de sus hijos.

Esto es una abominación terrible delante de los ojos de Jehová. Inmediatamente esta persona hizo eso, la maldición de Josué tomó en efecto. Y esta era una ciudad que había estado oprimida ya por alrededor de 500 años bajo una opresión divina que había sido permitida por manos de Dios. Pero ¿por qué? Por causa de la desobediencia de esta persona.

En el tiempo de los Reyes el Señor se comunicaba con esa persona a través de los Profetas. Los Profetas servían como un recordatorio de que ‘Dios está en nuestro medio y Dios está hablando’ y Eliseo estaba recordándoles a ellos la presencia de Dios en sus vidas. En el verso 20 dice: “Y él dijo ‘tráiganme a mi una vasija nueva y pongan en ella sal’ y ellos lo trajeron a él. Los hombres obedecieron”.

¿Por qué pide él una vasija nueva y con sal? Ellos están hablando de que el agua en la ciudad está mala y él dice “tráiganme una vasija nueva y con sal” y hay quien pregunta ¿qué vas a hacer tú con una vasija nueva y con sal? ¿Acaso tú vas a resolver la situación con una vasija y con sal? Y si es una vasija ¿cuánta sal tú necesitas? Yo me imagino que estas fueron las cosas que estaban pasando por su mente a medida que Eliseo responde de esta manera.

Pero sin embargo, ellos obedecieron y le llevaron su vasija nueva y su sal. Sin preguntas. Para que Dios trabaje en nuestras vidas el primer paso que tenemos que dar es: obedecer sin preguntas. A veces no vamos a entender exactamente cual es el propósito de Dios a través de las cosas que nos rodean y la cosa más absurda puede ser el instrumento que Dios use para llevar a cabo su plan en nuestras vidas.

Entonces estas personas trajeron la vasija nueva y la sal. La sal, como ustedes saben, es un símbolo de purificación y de preservación en el Antiguo Testamento. Todo esto era simbólico. Y la vasija nueva quizás representaba el nuevo ministerio endorsado por Dios del Profeta Eliseo. El Profeta conocido en aquel tiempo por Elías porque Elías fue que se había enfrentado –esto ocurrió después de la confrontación con Elías y los profetas de Baal.

Él era el profeta preeminente en aquel entonces y Eliseo era un muchachito nuevo que acaba de llegar y que todo el mundo: “Vamos a ver si Eliseo puede hacer algo”. Entonces quizás este lenguaje de vasija nueva y sal era algo simbólico. Pero noten lo que dice el Verso 21 dice: “Saliendo él a los manantiales de las aguas echó dentro la sal y dijo: ‘Así ha dicho Jehová: “Yo sané estas aguas y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad” “.

¿Qué hizo Eliseo? El fue a los manantiales. Los manantiales es como la fuente donde nacen las aguas ¿verdad? La mayoría de la gente identificó un lugar por donde pasaba el agua y eso. Él fue a la fuente, él identificó la raíz del problema y allí fue y echó la sal. Pero sin embargo, él no está diciendo que fue la sal que hizo la purificación o la preservación.

Él está dando crédito a la Palabra de Dios. Ni siquiera está tomando crédito para si mismo como el profeta de Dios que acaba de hacer este milagro. ¡No! Él está apuntando todo otra vez a Dios y dice: “Así ha dicho Jehová: ‘Yo sané las aguas y no habrá más en ella muerte ni enfermedad´”. Dios había cambiado una maldición que estaba oprimiendo esta ciudad por más de 500 años a través de su Palabra.

Y el significado profundo que hay aquí es que Dios cambió algo que estaba muerto y dio vida. Esas aguas estaban malas, contaminadas y causaban muerte y esterilidad. Y Dios por medio de su Palabra cambió todo eso demostrando su poderío en contra del ídolo de aquel tiempo, que era ¿quién? Baal. Fue Dios que lo hizo. Fue un recordatorio que Él estaba dando otra vez a estas personas de que “Yo soy el Dios verdadero”.

Y una vez que ellos habían agotado todos sus recursos que ya no tenían ninguna otra forma de solucionar el problema tuvieron que acudir a Dios. Entonces dice que “ya no habrá más muerte ni enfermedad”. Listo todo. Y el verso 21 dice: “fueron sanas las aguas hasta hoy conforme a la Palabra que habló Eliseo”. O sea el resultado de la intervención de Dios hasta hoy fue eterno.

No fue que las aguas se sanaron y que años después tuvimos el mismo problema y se pinchó una tubería y yo no se qué. ¡No, no! Cuando Dios obra, Dios obra de por vida. Y así es que Dios quiere transformar nuestras vidas. No importa que problema nosotros tengamos, ni por cuantos años hemos lidiado con ese problema. Ya sea nosotros, nuestras familias, sea un problema financiero, un problema emocional, un problema causa del pecado. No importa.

Yo no se cual es tu problema pero la Palabra de Dios dice que Dios lo puede cambiar a través de su Palabra. El mismo Dios de ayer es el mismo Dios de hoy. Y si nosotros creemos que Dios hizo esto y que levantó una maldición que Dios mismo había endorsado encima de una ciudad, Dios puede levantar cualquier maldición que hay en tu familia.

Cualquier opresión que hay en tu familia. Dios la puede levantar pero en su tiempo. A estas personas les tomó 500 años. Y muchos de ellos decían: ‘¡Oh! Será que Dios cambió de opinión finalmente”. No, Dios no cambió de opinión. Para ellos parecía que Dios había cambiado de opinión. Pero Dios desde antes de declarar la maldición, Dios sabía que había declarado una maldición y que 500 años después la iba a levantar.

Dios en su soberanía sabía. Pero Él quería mostrarles a estas personas quien era el verdadero Dios. Y así es que Dios decide glorificarse, manifestarse a través de nuestras vidas. Cualquier opresión que nosotros estemos atravesando tiene que ser obvia para las personas que nos rodean. ¿Por qué? Porque Dios se quiere glorificar a través de eso. Esta situación era obvia para la ciudad entera.

Y las ciudades de alrededor, me imagino, que dirían “¡Oh! En esa ciudad no se puede vivir. Ahí hay un problema”. Entonces era algo obvio. Pero así es que Dios decide hacer las cosas para glorificarse. Para que cuando el mundo dice “no se puede”, Él entrar y decir “Sí se puede”. Yo no se cuantas veces tú has escuchado en esta semana “No se puede. No se puede”. Quizás tú creciste en una familia que eso era lo único que escuchabas: no se puede.

Pero Dios a través de su Palabra te dice: “Si se puede” y los cambios van a ser eternos. Pero tienes que obedecerme. Lo único que yo quiero es que me obedezcas y que si te pido una vasija con sal por más ridículo que parezca que me la entregues. Y yo me voy a glorificar. Me voy a glorificar para que las personas en tu comunidad, en tu escuela, en tu hogar vean que fui yo que transformé y redimí tu vida.

Que transformé y redimí tu relación tu relación con tu papá, tu relación con tu mamá, tu relación con tu hijo, con tu vecino, con tu jefe. Así es que Dios trabaja en nuestras vidas. Y Él transforma algo que está muerto y lo llena de vida hasta el día de hoy. Y tenemos muchos ejemplos de esto a través de la Biblia entera.

En el Antiguo Testamento, ahí en el mismo Libro de Reyes, Elías resucitó al hijo de la viuda de Zarepta. Estaba muerto. Muerto. Era una situación imposible. Ya se murió ¿qué vamos a hacer? Pero a través de la palabra de Dios el niño resucitó. En el Nuevo Testamento la hija de Jairo se murió. Todo el mundo vio, los vecinos, todo el mundo vio. Jesús fue, la levantó de entre los muertos para que fuera algo obvio.

No importa que situación sea imposible. A veces nos pasando la vida entera orando por un familiar que queremos que venga a los pies de Cristo y no pasa nada, y no pasa nada. Y bueno, ya, perdimos toda esperanza. No pierda la esperanza hermano, porque Dios lo va a hacer en su tiempo. Sea dentro de dos días, dentro de 10 años, el Señor lo va a hacer.

La vida de Saulo, Pablo, antes de que él fuera Pablo él era el perseguidor de la iglesia. Él se conocía porque perseguía a los cristianos. Los encerraba y los mataba. Si había una persona mala para con la iglesia, que la iglesia quizás no quería saber de esa persona, era Pablo, Saulo. Yo imagino que un Pastor veía que Saulo llegaba a su iglesia y se sentaba, diría “sáquenmelo de aquí por favor. Ese hombre tendrá una bomba o algo. Yo no se”.

Era una persona que en cuanto a los criterios humanos no tenía perdón de Dios. Era imposible que Saulo reaccionara y cambiara. Pero sin embargo a él fue que Dios utilizó para ser una de las personas más importantes –prominentes- en el desarrollo dentro de la iglesia. Él fue un misionero que a través de su trabajo millones de personas escucharon el Evangelio de Dios.

Y Dios se encontró con Él directamente y él escuchó la voz de Dios audible. Escuchó, entendió y obedeció, ¿verdad? Entonces no importa, hermanos, lo que haya pasado en tu vida. Todo el drama, todo el pecado, toda la maldad que hayas hecho o que una persona en tu vida te haya hecho, el Señor lo puede cambiar. Pero tenemos que venir a Dios y pedirle a Dios que lo cambie Él.

Y cuando le pedimos a Dios que lo cambie tenemos que estar dispuestos a entregarle lo que Dios nos pida. Yo no se que el Señor te está pidiendo a ti que le entregues para que Él pueda glorificarse pero recuerda: por más ridículo que parezca, sabes que es lo que el Señor te está pidiendo que le entregues. Sea tu carrera, tu vocación, tus recursos. Entrégaselo a Dios y deja que Él haga el milagro para que las personas puedan ver y Dios sea glorificado.

Vamos a orar. Señor te damos gracias porque tu Palabra es viva y eficaz, Padre. Gracias porque Tú eres el Dios que torna lo imposible en posible por medio de tu Palabra, Señor. En esta noche venimos a ti, Padre con diferentes problemas, diferentes necesidades, Señor. Tú las conoces. Muchos de nosotros, ya cansados de orar, cansados de esperar sin entender tu propósito, Señor.

Y te pedimos para que Tú renueves nuestras fuerzas, Señor. Nos des tu paciencia para poder esperar en Ti, Señor. Ayúdanos a obedecer tu Palabra y a entregarte lo que nos pides para que Tú puedas glorificarte en medio de nuestras vidas, Señor. Gracias porque Tú eres un Dios de orden y porque eres el mismo ayer, hoy y siempre, Señor.

Y nosotros declaramos Padre que de la misma forma en que Tú llenaste una ciudad de vida donde antes había muerte, Tú puedes llenar nuestra ciudad de vida en medio de muerte, Señor. Tú puedes llenar nuestras vidas de una nueva vida, Señor y purificarnos. Ayúdanos a escuchar tu voz, Señor. A entender tu voz, Dios mío, y a obedecer tu voz, Padre.

En el nombre de Jesús. Amén.