Una sola historia de redención

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Cuando su corazón está lleno uno quiere derramarlo, y Dios en su gracia hizo fluir, hizo brotar la tierra puso al hombre exactamente en medio del jardín del Edén. Y vamos a mirar hoy a la historia de la redención que comienza precisamente allí en el jardín del Edén y que entonces procede de ahí hasta llegar a lo que celebramos el domingo pasado, que fue el domingo de resurrección. Y es en realidad una sola historia desde Edén hasta la resurrección. Y Cristo está vivo. Amen.

Y vemos que Juan y Pedro corrieron a la tumba donde estaba Jesús pero estaba vacía. Y mientras ellos se preguntaban y volvía a decirle a los demás discípulos, ¿Dónde está el Señor? Buscaban por los campos, por los caminos, y preguntaban dónde está él. Y le preguntaban ¿dónde está el Señor? ¿Saben ustedes dónde está? Pero Jesús le dijo a los discípulos: vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas del Reino de Dios.

¿Y quién fue el primero en obedecer a ese mandamiento del Señor? Jesús, el mismo Jesús. Caminando por el camino ve a dos hombres en el camino a Meaux, y les pregunta de qué están hablando ustedes. Y eso lo que un buen maestro hace. Y ellos lo miraron, y le preguntaron no sabes algo, ¿no sabes acerca de Jesús el que fue crucificado? Y dicen que acaba de resucitar de entre los muertos. Y miren lo que el Señor les dice entonces:

“…Él les dijo, oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho, no era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria, y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decía….”

Él les dijo que en el libro de los profetas y en todo lo que Moisés había escrito en el Pentateuco hablaba acerca de él, de Jesús. El plan de Dios, el plan de redención divina está incrustado, tejido por todos los libros de la Biblia.

En Génesis 2:16 dice: “… y mandó Jehová Dios al hombre diciendo, de todo árbol del huerto podrás comer más del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás porque el día que de él comieres, ciertamente morirás…”

Eso es en los comienzos mismos de la palabra. Les dice, de cierto moriréis. ¿Dios estaba hablando en serio cuando dijo eso? Su palabra es verdadera y eso es lo que nosotros creemos. Si nosotros hubiéramos dicho, bueno, no, él no quería en realidad decir eso, pues simplemente cerremos el libro y despidámonos de él. Pero la palabra de Dios es verdadera y en ese mismo día Adán y Eva ciertamente murieron, espiritualmente.

¿Cómo murieron ellos? Su espíritu, la relación que tenían con Dios quedó quebrantada, ahí comenzó a manifestarse la muerte. Se dieron cuenta, estamos desnudos. ¿Y qué les habría cubierto antes de ese momento? Podemos ver solamente lo físico y no ver en los espiritual? Antes de pecar ellos habían estado cubiertos en esa gloria, esa relación íntima con Dios y ese era su cobertura, pero ahora después de pecar esa cobertura espiritual de relación con Dios quedó quebrantada, quedó quitada.

Y Dios no había terminado con ellos. Porque Dios es amor, y el amor no se da por vencido, Dios quería estar en relación con ellos, y Dios insistió en mantener esa relación con ellos. Con Adán también y con su esposa Dios les hizo pieles, túnicas de pieles y los vistió. Túnicas de piel, y esas túnicas de piel eran simplemente cualquier tipo de piel? No, en el hebreo, las letras con que se describen la palabra túnicas de pieles, nos hablan del misterio de la salvación.

Moisés fue instruido para hacer una túnica de piel para Aarón el sacerdote. Y esa vestimenta de Aarón como sacerdote que se suponía que representara a Dios ante los hombres, esa vestimenta era para gloria y para bien. Esa vestimenta representaba ese sacrificio de animales, la piel de los animales que era como una cobertura para aquellos que eran culpables a través del pecado.

Jesús viene para una novia que sea pura y sin mancha. ¿Están ustedes anticipando y deseando esa cobertura de justicia que dice la Biblia que nosotros hemos de recibir un día? Esa cobertura que Dios proveyó aquel día en Edén para Adán y Eva era una ayuda visual de la misericordia de Dios y la justicia de Dios para con Adán y Eva.

Así que inmediatamente vemos que ya Dios en Edén tenía un plan, tenía un propósito que él estaba comenzando a realizar, que era para traer en el futuro a un Salvador a la tierra. Y el Señor miró sobre toda la tierra y escoge a un hombre que se llama Abraham, ¿por qué Abraham? En las Escrituras descubrimos que Abraham posiblemente sabía acerca de las promesas de Dios. ¿Cómo habría sabido Abraham acerca de estas promesas y de estos propósitos divinos? Si seguimos la historia de Noé y sus hijos encontramos que Sem, uno de los 3 hijos de Noé, estaba todavía vivo cuando Abraham nació. ¿Es posible quizas que Abraham hablara con Sem, este hijo de Noé? Y posiblemente cualquiera de nosotros no hubiera ido a hablar con Sem quizas para que nos informara acerca de los propósitos de Dios si sabíamos que él estaba vivo?

Pero lo que sí sabemos es que Abraham fue fiel de ponerse en fe, de lanzarse en fe. Y yo creo también que Dios a muchos de ustedes los ha llamado también en algún momento de su vida para que se lancen a caminar en fe. Y como Abraham usted puede tener la seguridad que Dios llevará a cabo lo que él ha prometido.

¿Y qué fue lo que Dios le prometió a Abraham? Que le daría a Abraham y a sus descendientes una tierra que les perteneciera a ellos. ¿Y de hecho, tienen los descendientes de Abraham una tierra suya que les pertenece? Ciertamente, esa tierra está en el centro mismo de la contienda y del conflicto en los días actuales. También Dios le prometió a Abraham que tendría muchos descendientes y que haría de ellos una gran nación. Podemos preguntar, ¿tiene Abraham muchos descendientes? También en ese pacto con Abraham Dios prometió que bendeciría a sus hijos y al mundo con redención a través de un pacto nuevo hecho a través del Mesías, Jesucristo.

¿Somos nosotros recipientes de ese pacto, de esa promesa? Dice también te daré por luz de las naciones para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

Y entonces pasando a través de la historia vemos que esos descendientes de Abraham se encuentran ahora en Egipto esclavos. Pero Dios es fiel a sus promesas y a sus pactos. Dios escuchó el clamor de sus hijos y dijo, yo los voy a redimir, los voy a sacar de la esclavitud. Y comenzó a darle instrucciones a Moisés, y Dios le dijo a los israelitas, este mes será el comienzo de los meses del año para ustedes, este mes en que estamos actualmente, abril, en el calendario de Dios es el primer mes del año para sus siervos judíos. Y ese mes es el mes que muestra la redención de Dios.

Dios le dijo a Moisés, “…habla a los hijos de Israel y diles las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones serán las siguientes, estas…”

Nosotros hablamos de esas fiestas que Dios declaró que como si fueran fiestas judías, pero ¿qué es lo que está diciendo Dios verdaderamente? Dios dice, estas serán mis fiestas. Son los tiempos que Dios ha asignado. Si usted tiene una cita, por ejemplo, con un personaje importante usted se asegura de estar presente. Y Dios dice, estén presentes, lleguen a tiempo. Tres veces les dice, tres veces lleguen a mi santo lugar. Hay tres épocas de cosecha en el año: está el la cosecha de primavera, la cosecha del verano temprano y la cosecha del otoño.

Durante cada uno de esos tiempos, esas estaciones de cosecha, Dios hace citas con su pueblo a fin de mostrarles su gran amor. Y vamos a ver ahora cuáles son algunas de esas fiestas que Dios ha asignado a su pueblo. La primera fiesta es pasak que es lo que se llama la Pascua, en inglés Passover, Pascua en español. Y Dios dio instrucciones muy específicas para la celebración de esa fiesta, dice Levítico 23:5:

“… en el mes primero, es decir en abril, a los 14 días del mes entre las dos tardes celebrareis la pascua de Jehová…”

El 14 del mes de abril, eso fue la semana pasada.

Y la segunda fiesta es la fiesta de los panes sin levadura y en esa fiesta dice en Levítico 23:6, en la misma parte, un poquito más adelante, dice:

“…. Y a los 15 días del mes de abril esta fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová, 7 días comeréis panes sin levadura….”

El día 15, muy específico, se suponía que comieran pan sin levadura.

Y la tercera fiesta, la fiesta de las primicias. Dice aquí, en esa fiesta, la tercera, recuerden, Pascua, sin levadura, primeros frutos, dice:

“.-… habla a los hijos de Israel y diles, cuando hayáis entrado en la tierra, es decir, en Canaan, que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová para que seáis aceptos el día siguiente del día de reposo, él la mecerá. Quiere decir, presentársela al Señor al sacrificio…”

Y vamos a mirar, vamos a ver, examinar esas 3 fiestas que Dios declaró para su pueblo con un poquito más de detalle cada una. Dios le instruyó a cada familia que llevara un cordero sin mancha a su hogar el décimo día del mes hasta el día 14, del décimo al 14. esa es la fiesta de la Pascua. Estamos examinando estas tres fiestas más de lleno, en la fiesta de la Pascua se suponía que cada familia tomara un cordero sin mancha y lo llevaran a su hogar el décimo día de abril hasta el día 14. Recuerden, que estas fiestas Dios se las da mientras son esclavos en Egipto.

Y Moisés le dice al faraón, deja salir a mi pueblo y faraón se niega. Y entonces Dios envía las plagas de Egipto porque Dios mismo va a sacar a su pueblo de Egipto. ¿Y cómo iba a Dios a llevar a cabo esa liberación?

Les dice a través de esta fiesta de la Pascua le dice, tome el décimo día de abril y busquen un cordero sin mancha, tráiganlo a su casa y retengan ese cordero allí hasta el día 14 de abril. Y Jesús hizo exactamente ese mismo acto, lo llevó a cabo, porque el Señor les dijo, lleven a cabo este acto como un memorial a través de todas las generaciones y el Señor obedeció.

Así que imagínese al Señor yendo al campo y su Papá diciéndole a Jesús le dice, Jesús es el tiempo de escoger el mejor corderito de la manada. Imagínense a Jesús buscando allí entre los corderitos y Jesús toma ese corderito y lo toma en sus brazos. Y le dice, Papá, este es el mejor corderito que he encontrado. Y le pregunta, lo vamos a llevar a casa de nuevo y debo guardarlo por 4 días y retenerlo? Y su papá le dice, sí, puedes hacerlo. Y entonces dice el Señor, pero papá, después tendremos que matarlo, sacrificarlo? Imagínense a Jesús en su forma humana agarrando ese corderito que iba a ser sacrificado como un memorial, como un recordatorio a ese tiempo en que el Señor había sacado a los judíos de Egipto. Se suponía que antes de ofrecer ese cordero ellos lo examinaran para asegurarse de que no tenía ningún tipo de mancha ni defectos. Se suponía que mataran a ese cordero al atardecer y que tomaran algo de la sangre de ese cordero, en esa época de la Pascua, en esa celebración de la Pascua y que la pusieran en los dinteles de la puerta de su casa. Y los judíos allí en Egipto fueron salvados por esa sangre que pintaron sobre los dinteles de sus puertas. Dice que cuando Dios iba a derramar esas plagas, sobretodo la destrucción de los primogénitos, se suponía que al ellos pintar la puerta de su casa se mantuvieran dentro de la casa. Para los israelitas lo que estaba a su puerta iba a ser una señal, esa sangre pintada en los dinteles de la puerta iba a ser una señal de aquel a quien ellos adoraban. Y cuando entraban a su casa estaban bajo el cuidado del Señor.

Esa misma noche, dice la Escritura, el ángel de la muerte pasó por todo Egipto donde estaban los hebreos pero los primogénitos de los israelitas no fueron matados. Porque Dios ya tenía la señal de la sangre y Dios los sacó.

Dice en Deuteronomio 26:8: “… y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto y con señales y con milagros…”

El brazo de Dios es el brazo redentor, el Señor siempre realiza sus promesas por medio de su brazo derecho. ¿Dónde está Jesús? Dice, al lado derecho, a la derecha de Dios. Como un niño le dijo a su madre hace un par de años atrás, le dijo el niño, mamá, vi a Jesús en un sueño anoche. Y la mamá le preguntó, ¿Dónde estaba Jesús? Y la mamá le pregunta, ¿estaba sentado a la diestra, a la derecha de su Papá? Le dijo, no, mamá, él es el brazo derecho del Padre.

En el tercer mes cuando los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto ese mismo día ellos entraron al desierto de Sinaí. Y allí en la base del monte de Sinaí algo glorioso iba a suceder. Dios había de revelar otra pieza de su plan redentor. Cuando usted se casa usted entra en pacto con su esposo, o esposa, hace un pacto con él o con ella, y ese pacto implica un compromiso eterno.

Hace poco supe que había habido un programa aquí que se iba a desarrollar con el tema de la sexualidad. Ese matrimonio entre un hombre y una mujer es algo sagrado. Y a través de este pacto en Sinaí podemos ver algunos elementos del pacto matrimonial. Es tan magnífico. Cuando verdaderamente comprendemos que Dios se casó, estableció un pacto matrimonial con su pueblo y se supone que nosotros como pueblo de Dios seamos una imagen de ese pacto matrimonial entre Dios y su pueblo, solamente así podemos verdaderamente mostrar aprecio por lo sagrado que es este pacto.

Dice aquí en Éxodo 19:1: “… En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí y Dios les dice, en Éxodo 19:5 y 6, …. He aquí si ustedes obedecen de hecho mi voz, y guardan mi pacto entonces ustedes me serán como un reino de sacerdotes y una nación santa….”

¿Hemos escuchado lo que Dios está diciendo? ¿Hemos dicho en nuestro corazón, ejecutaremos, llevaremos a cabo ese pacto? ¿Hemos obedecido el pacto? En la ceremonia matrimonial se nos pregunta, tomas tu a este hombre, tomas a esta mujer?, hay una pieza hoy en este día, en estos días que se está quitando de ese pacto matrimonial. La gente no le gusta decir ya, yo obedeceré.

Pero aquí mismo Dios está diciendo si usted quiere pacto conmigo usted tendrá que obedecerme.

Y la gente llegó al pie de la montaña, del monte de Sinaí y se vistieron con ropas limpias porque estaban entrando a un terreno santo. Se hicieron ofrendas, sacrificios. Cuando se hace un holocausto esto representa el corazón de la persona entregado en total rendimiento, y lo que vemos aquí es la presentación de un rendimiento total de Jesús en la cruz.

Dice aquí, y él envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová, y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.

Total rendimiento, total entrega al Señor a través de esa imagen del sacrificio. Ese animal inocente estaba entregando su sangre.

Dice aquí, Dios tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo, haremos todas las cosas que Jehová ha dicho y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo y dijo, he aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Moisés tomó ese pacto que Dios estaba haciendo con el pueblo allí en el Sinaí, roció la sangre sobre ese pacto y también la roció sobre el pueblo hebreo. ¿Estás tu bajo la sangre del cordero? Pero sabemos que Israel no le fue fiel a Dios en ese pacto. ¿Qué va a hacer Dios en ese caso? Él ama a su pueblo y desea tener relación con ese pueblo, él había hecho un pacto con ellos.

Dice aquí, por qué cuando vine no hallé a nadie y cuando llamé nadie respondió. ¿Acaso se ha cortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar?

Dios estableció las estrellas en el cielo. Dios estableció el curso del mar. ¿No es Dios capaz de redimir a su pueblo? Él es santo, lo que no es no es santo no puede acercarse a Dios porque Dios es santo. ¿Y cómo podía entonces santificar a su pueblo?

En Oseas 2:19 dice, he aquí yo te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.

Dios es compasivo. Su amor y misericordia son eternos. Dios ciertamente ha de redimir a su pueblo.

Jeremías 31:31 “… mirad los días vienen, dice el Señor, cuando haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá..”

De nuevo, un nuevo pacto después que Israel quebranta el antiguo pacto en Sinaí, ahora Dios quiere hacer un nuevo pacto con ellos.

Ese nuevo pacto dice no será como el pacto que hice con sus padres, el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto porque ellos invalidaron mi pacto, aunque yo fui como un marido para ellos, dice Jehová.

Este nuevo pacto no iba a ser como el primer pacto que ellos invalidaron.

Este nuevo pacto, dice, será de tal manera que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice, Jehová, quedaré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón y yo seré a ellos por Dios y ellos me serán por pueblo.

¿Pero cuándo sería ese nuevo pacto que Dios iba a hacer con su pueblo? ¿Y cómo lo iba a llevar a cabo?

Entonces saltando en el tiempo vemos a Jesús diciendo a sus discípulos, vayan a la ciudad y encontrarán un hombre al cual le dirán, dice el Señor, mi tiempo ha llegado y yo voy a guardar la pascua en tu casa con mis discípulos. El Señor Jesucristo le dijo así a sus discípulos que le dijeran a esta persona. El Señor les dijo, yo voy a guardar esa pascua con mis discípulos.

Y dice aquí, fueron pues y hallaron, como el Señor les había dicho, y prepararon la pascua y cuando era la hora se sentó a la mesa y con él los Apóstoles.

Y dice allí que cuando él tomó el pan y había dado gracias por el pan, él quebró el pan, lo abrió y les dio a ellos diciendo, este es mi cuerpo el cual es entregado por ustedes, hagan esto en memoria de mí.

Este es el pan que el Señor quebrantó en esa celebración de la pascua, la santa cena, o la última cena como se conoce, esa era la señal de ese nuevo pacto que Dios estaba haciendo, ya que el primero había sido quebrantado por los hebreos.

Lo que el Señor puso sobre la mesa cuando celebró esa pascua con los discípulos era pan sin levadura, como lo que Dios había dicho antes. ¿Cuántos de ustedes han ido alguna vez a un Sader? Es una celebración de la pascua judía. Alguno ha estado alguna vez en una celebración de pascua judía? El año que viene deben ir a una celebración de la pascua judía, vamos a tener un Sader, vamos a tener una celebración de pascua. Y en esa celebración de la pascua nuevamente judía, hay vino y hay pan sin levadura.

Y es importante porque cuando el Señor trajo esos símbolos él dijo, yo voy a ser el cumplimiento de esos símbolos que ustedes están participando.

El Señor dijo, y tomen también la copa de igual manera después de cenar, diciendo, esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, la cual es derramada por ustedes. Es decir, ese era el nuevo pacto que Dios había dicho que iba a hacer, una vez que fue el primer pacto quebrantado, a través de la sangre de Jesús. El Señor tomó una copa muy especial, según el orden de la, esa celebración judía esa copa que el Señor tomó se llamaba la copa de redención y el Señor tomó precisamente esa copa que estaba en el ritual judío y el Señor había de realizar ese nuevo pacto a través de su propia sangre derramada en realidad por nosotros.

Cuando ya estaban saliendo, terminando la cena y saliendo del lugar que había sido escogido, dice la Biblia que ellos cantaron un himno. Cantaron salmos, siempre los judíos año tras año cantaban los mismos salmos en esa celebración de la pascua.

Aquí por ejemplo, en el salmo 118, uno de los salmos que usaban dicen, el Señor es mi fortaleza y mi canción y él se ha convertido en mi salvación. La mano derecha del Señor, la diestra del Señor es sublime, la diestra del Señor hace valentías, la piedra que desecharon los edificadores ha venido ser cabeza del ángulo. Este es el día que hizo Jehová, nos gozaremos y alegraremos en él.

Es uno de los salmos que cantaban ellos. Año tras año antes de que Jesús llegara a la tierra los judíos proclamaban eso, dice, la piedra que rechazaron los constructores ha venido a ser la piedra principal, la piedra del ángulo. Estaban proclamando algo que había de venir en el futuro.

Dios reveló ese nuevo pacto a nosotros cuando Jesús estableció el pacto con su Padre a favor nuestro en la cruz del calvario. Como ustedes pueden ver la sangre de Jesús, lo que hizo fue realizar en actualidad lo que la fiesta de la pascua simplemente anunciaba desde tiempos de Moisés y los judíos en Egipto. El Señor realizó todo eso. Y hay otras fiestas también pero por lo menos ustedes pueden ver por lo menos…

Simplemente para que no se pierdan de las otras fiestas también, son parte de… porque Dios había dicho que en el 14 día del mes de abril sería la fiesta de la Pascua, y el Señor es el cordero sin pecado, sin mancha. Él es el pan que no tiene levadura, que no tiene mancha, no tiene contaminación. La levadura era así por la contaminación. Y en el mes de abril en el día 15 era el día del pan sin levadura. La Escritura dice cuando una semilla cae a tierra y es enterrada en la tierra brota, sale y da mucha vida, da mucho fruto. Jesús, el que no tenía pecado, el que no tenía levadura fue enterrado como una semilla en la tierra precisamente en ese día de pan sin levadura. Y el Señor se levantó como ese grano, esa espiga que sale de la tierra precisamente en el día de las primicias, de esa segunda fiesta, para dar vida a la humanidad.

Y cada una de esas tres fiestas: la fiesta de la Pascua, él Señor la realizó, la llevó a cabo; la fiesta de los panes sin levaduras. Lo vemos allí cuando esa semilla cae a tierra y ese pan brota como una espiga, salió de la tierra como el Señor resucitó. En ese tiempo de que Jesús muere, la tierra estaba completamente llena de cereal, y de la misma manera en que los sacerdotes iban a cortar las primeras espigas y para arrancarla de la tierra, en ese mismo momento el Señor también se levantó de la tierra. Él es bueno, y de la misma manera que el sacerdote cogía esas espigas y las llevaba adentro del templo en celebración de esa fiesta y las mecía delante de Dios, las mecía delante del Señor, si era aceptable, si era aceptaba entonces eso quería decir, bueno, toda la cosecha es aceptable y es buena. Y mientras el sacerdote mecía estas espigas delante de Dios el Señor había dicho a María le había dicho, no me toques le dijo cuando ya había resucitado y estaba pasando esto, yo tengo todavía que ascender a mi Padre, todavía no he ascendido a él. Y le dijo a María, ve, y dile a los discípulos que yo me encontraré con ellos más tarde en este día. Dice la Biblia que en ese tiempo, entre el tiempo que habló con María y fue a visitar a sus discípulos, el Señor ascendió al cielo, ese tabernáculo no hecho por manos de hombre y el Señor se presentó como esa ofrenda que iba a ser mecida delante del Padre. Amen.

Y allí el Señor fue aceptado por el Padre, como esas espigas simbólicas del sacerdote, fue aceptado como perfecto, como aceptable por el Padre. Y entonces por lo tanto toda la cosecha, que somos nos, es buena delante de Dios y aceptable también. Usted es parte de esa cosecha de Cristo Jesús y ¿Qué dice? Dice que la cosecha está lista, los trabajadores son pocos y dice, vayan ustedes, vayan. Hay mucho trabajo que hacer pero la cosecha está lista y Dios desea venir y tomar esa cosecha para sí mismo. Gracias. Amen.

Como ven, hermanos, es importante, hay mucho material, tanto material que es difícil uno absorberlo todo, pero yo espero que lo que ustedes saquen de esto es entender que el Antiguo Testamento no está desvinculado del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento es lo que estaba haciendo era como presentando simbólicamente todo lo que el Señor iba a ejemplificar en su propia persona. Es decir, que los judíos sin darse cuenta, toda la Escritura apunta hacia la persona de Jesús. Y esos ritos están allí, esas fiestas están allí y tienen un significado precioso. No podemos entender todo lo que Cristo hizo a menos que no entendamos esas fiestas y esas declaraciones de parte de Dios en el Antiguo Testamento. Así que les animamos a continuar estudiando estas cosas. Porque se aprende mucho de, por ejemplo, eso de la cena que el Señor celebró. Nosotros la celebramos pero no entendemos que eso era lo que los judíos estaban haciendo hace miles de años atrás. Lo que el Señor hizo fue en esa cena él presentarse, ok, hoy, todo los hebreos han estado diciendo se cumple en mi persona. Él fue la copa, él fue el pan quebrado por nosotros.

Es decir, que podemos entender mucho mejor todo el significado de eso. Muchas cosas que no entendemos de Jesús a menos que no entendamos esa parte. Así que les animamos, Gail va a estar dando seis lecciones más adelante, donde con mucho más detalle usted podrá entrar en estas cosas, entenderlas mejor, yo sé que Dios quiere que eso se dé y vamos a ser muy, muy instruidos.

Vamos a orar por Gail. Vamos a orar por ella y por esa pasión que ella tiene por instruir al pueblo de Dios, porque yo creo que este es el tiempo que Dios quiere que el pueblo de Dios entienda estas cosas y que rescatemos muchos de estos…

Y oren también para que yo aprenda a hablar español. Amen.

Bendecimos la vida de Gail, Señor. Gracias por lo que hemos aprendido hoy, Señor yo pido que el recuerdo de esas fiestas, Señor, de la pascua, de las primicias, de los panes sin levadura y cómo el Señor realizó todo eso en su persona, la manera en que tu palabra tiene esa coherencia, Señor, tan perfecta que nosotros podamos entender esto cada día. Y Padre, lo que tu quieras rescatar, lo que tu quieras que nosotros volvamos a integrar, Señor, a nuestra vida de adoración como iglesia, nosotros estamos bien dispuestos a entregarte todo lo que tu desees, Señor. Enséñanos cómo diferenciar entre una cosa y la otra, Padre. Y a ti daremos toda la gloria y toda la honra.

En el nombre de Jesús, amen y amen. Gloria al Señor.