La prueba no mata, sino la falta de esperanza

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¿Para cuántos el Señor ha sido su dulce refugio? Amén. Un momento u otro. Isaías, capítulo 43. Isaiah, chapter 43. Versículo 1 y 2. Amen. Hermanos, para muchos solamente recibir esta palabra es suficiente y con esto usted se puede ir en paz. Si ese es usted, reciba esta palabra de parte del Señor en el nombre de Jesús. Declara la palabra así: “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Oh Jacob, y formador tuyo, Oh Israel, no temas.” Fear not. “Porque yo te redimí, te puse nombre mío o mía eres tú.” Amén.

“Y cuando pases por las aguas yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Dios bendiga Su palabra. Amén.

Espíritu de Dios te damos gracias. Te damos gracias por tu mano sobre nuestro pastor. Señor, te damos gracias porque sabemos que ahora que él está pasando por los ríos y por las aguas y por los fuegos, Tú estás con él. Estás con esta Iglesia y Tú te estás glorificando en grandes maneras.

Señor, te pido que Tú como has dictado esta palabra a través de tu Espíritu – Espíritu de Dios que Tú soples sobre esta palabra y la vivifiques. Señor, que sea de sostén para tu Iglesia y, Señor, que las promesas aquí encerradas se cumpla en cada vida que está oyendo esta palabra y recibiéndola por fe, en el nombre de Jesús. Amen.

Fíjate, muy apropiada esta palabra tal vez, para esta temporada que está viviendo nuestra Iglesia y nuestro pastor, pero les confieso que hace algunas semanas que el Señor me habló esta palabra. Es más, en una ocasión en la República Dominicana este verano, recibí esta palabra y lo compartí con la familia, pero hace tiempo el Señor me puso esta palabra para compartirla con esta Congregación en un momento apropiado. Y me permiten, hermanos, confesarles que a la verdad, esto es menos un sermón. Esto es menos un mensaje que un tributo que le estoy rindiendo a un Dios poderoso y salvador.

Un Dios que escucha las oraciones de sus hijos y que nos rescata del mal. Esto no es un sermón, como más un salmo de victoria que estoy cumpliendo un deber delante del Señor con levantárselo a Él y glorificando Su nombre, mis hermanos.

Es más, ¿me permiten un testimonio? Ustedes se acuerdan la semana pasada hicimos un anuncio, que el ministerio de abstinencia sexual que funciona aquí en la Congregación León de Judá: Vale Esperar; recibió un grant – una donación de parte del gobierno federal que permitirá que “Vale Esperar” siga en función por los próximos cinco años. ¡Gloria a Dios! Amén. ¡Gloria a Dios!

Pero, mis hermanos, ese anuncio, no le hizo justicia a todo lo que Dios hizo a través de ese proceso y todo lo que nosotros aprendimos a través de ese proceso. Aún, hermanos, yo diría que este humilde mensaje lo que es, es de compartirle a ustedes, tampoco le hará justicia de mi Dios.

Pero, en el nombre del Señor, les comparto este testimonio y este trasfondo, no solamente como un tributo al Señor, pero como un estudio de un caso. A case history. A case study. Lo que se hace en la escuela de medicina, la escuela de derecho, la escuela de negocios. ¿Cómo es que nosotros aprendemos la fe? Es a través del estudio de estos casos vivientes.

Y, hermanos, aquí les presento el caso de “Vale Esperar”. Fíjate, si no conocen a “Vale Esperar”, es un ministerio sin fines de lucros que trabaja con jóvenes, no solamente aquí en Boston, pero también el Señor ha hecho milagros a través de este ministerio en los últimos 18 meses. Ellos han podido compartir este mensaje positivo, a jóvenes latinos en Boston. En Worcester, en Providence, en Hartford y otras ciudades de Connecticut y Rhode Island y Massachussets; casi dos mil jóvenes en 18 meses recibieron esta instrucción, un día o dos, pero de 15 horas, consistente de que vale esperar hasta su día de matrimonio. Vales algo para el Señor.

Enfatizando el liderazgo personal y una vista a largo plazo y amar la santidad. Es un currículo precioso; en esos 18 meses ellos entrenaron a líderes de jóvenes en distintas iglesias en toda esta región de Nueva Inglaterra que entrenaron en sí sus jóvenes. Y no solamente, no es meramente es el hecho que entrenaron casi dos mil jóvenes a través de toda Nueva Inglaterra, pero el hecho de que ellos ministraron a cientos de pastores y cientos de iglesias latinas en Nueva Inglaterra.

Y vemos que después de 18 meses, estamos viendo este milagro bello que no solamente están jóvenes ahora emocionados acerca de la pureza personal, celebrándolo y emocionados acerca de la santidad. Y celebrándolo como una contra-cultura. Un movimiento contra-cultural, pero a la vez, estamos oyendo testimonios de iglesias en distintas regiones de Nueva Inglaterra que tal vez, hubo una vez que no… Esto pasa en la Iglesia de Jesucristo, mis hermanos, no se escandalicen. Algunos pastores que no se pueden ver en la misma función, pero a un evento de Vale Esperar, llegaban.

Y llegaban con sus jóvenes, y compartían con sus jóvenes. Pero, a la vez – esto es brillante – a la vez, ellos estaban obrando unidad entre la iglesia de Jesucristo en toda la región de Nueva Inglaterra y a la vez emocionando a esos jóvenes a amar la santidad y la pureza. ¡Gloria a Dios!

Pero hubo un problema. El día 30 de septiembre de 2010, se sabía que los fondos que crearon a Vale Esperar iban a terminar. Y nosotros, aunque nosotros sometimos otras propuestas para que Vale Esperar siga en función, sabíamos que a menos que el Señor no tocara el corazón del gobierno, y uno de estos grants se aprobara, el día 30 de septiembre, Vale Esperar, más o menos, iba a dejar de existir.

Pues, sometimos los grants, y esperamos. Vale Esperar… pero fuerte, hermano, eso es fuerte. Estábamos allí esperando el veredicto del Señor. ¿Qué iba a hacer el Señor? En junio tuve una reunión con estas hermanas, y les dije… Hermanas, es increíble lo que el Dios ha hecho a través de estas cinco hermanas, Yasiel Fernández y su equipo. Y les compartimos, “mis hermanas, no hay garantía de nada aquí. Pues, siéntanse libres si ustedes necesitan una recomendación, allí lo tienen, no se apure.” Me creen que hasta el último momento, estas hermanas se mantuvieron fiel a su puesto.

Sin garantía de nada, solamente la semana anterior fueron ellos a Connecticut para integrar un grupo de jóvenes, ni siquiera sin saber si iban a tener el privilegio, la oportunidad de darle seguimiento a ese entrenamiento. Un camino… Y yo miraba esto, yo lo veía. Iba delante del Señor y apelaba a la justicia del Señor, y apelaba su bondad, y le dije Señor, esto es algo bello. Tú tienes que ver, Señor, lo mismo que estoy viendo. Padre, responde. Responde. Y muchos de ustedes se unieron a ese clamor, se oyeron aquí oraciones: Padre, responde.

Y, ¿sabe? Parece que ya yo tenía al Señor un poco cansado. Y como seis días antes de esta fecha final, septiembre 30; cada día pasaba y uno como si fuera un condenado en la prisión, esperando a ver… Hoy es el 22, ¿qué hubo? Nada. 23… ¿qué hubo? Nada. 24… ¿qué hubo? Nada.

Y una mañana, el Señor me dio este sueño y yo lo comparto como un sueño profético. Soñaba yo… ¿ustedes han tenido estos sueños, que uno confronta distintas calamidades? Ni siquiera te acuerdas de todas ellas. Pero en medio de esto yo me veo, en un salón de escuela bíblica con un grupo de niños. Esa es la parte favorita de Marina. Y un día de estos que me vea enseñando niños aquí. Pero, con un grupo de niños y la Biblia abierta y las únicas palabras que yo veía de la Biblia – como que saltaban estas palabras. En tres dimensiones fueron éstas, en inglés: Have no fear. Have no fear. No tengas temor. No temas.

Y busque esta cita bíblica, respondiendo a ese mensaje que el Señor me envío y yo sentí que el Señor me envió esto en este sueño, y se lo envié a las hermanas de Vale Esperar en un e-mail y seguimos esperando. Tres días después, ese lunes – dos días antes de la fecha final – nosotros oímos noticias de ese grant. Que milagrosamente extiende la vida de Vale Esperar. Pero, hermanos, hasta el viernes pasado no pude apreciar lo enorme que fue este milagro.

¿Sabe? Hubo más de 160 organizaciones, ministerios, por así decir, de abstinencia sexual, en toda la nación afectada por la falta de estos fondos. 160 organizaciones que recibieron ese grant original. Solamente cinco – cinco organizaciones en toda la nación americana recibieron el grant que recibió… por cierto, Vale Esperar fue uno de ellos que extendió su vida. Los demás a menos que ellos tuvieran una manera independiente de sostenerse, más de ciento y pico organizaciones que proveen información de la abstinencia sexual… eso fue una extinción masiva en todos los Estados Unidos.

A mass extinction of abstinence education programs in the United States. Pero, por la gracia de Dios, Vale Esperar está aquí. Y seguirá aquí. Y yo declaro, hasta que Cristo venga y haga otra cosa con ella.

Hermanos, ¿por qué les comparto esto? Aparte de meramente darle la gloria que el Señor merece, y darle al Señor una oportunidad de humillarme delante de ustedes y declararles lo mucho que dependemos del Señor. Hay cosas que aprendimos de esto y pido al Señor que esto también sea de bendición para ustedes.

Primeramente uno aprende esto: Dios permitirá – un Dios que nos ama, un Dios que nos conoce, un Dios que nos aprecia, un Dios que está con nosotros – ese Dios permitirá que pasemos de vez en cuando por las aguas. Ese Dios que tú amas y que te ama a ti también, permitirá que pases por el fuego. ¿Como lo sabemos? Porque lo dice en toda la palabra.

Esto es consistente en toda la palabra. La palabra no dice otra cosa. Hay tantos ejemplos de eso, pero con uno es suficiente: Jesús. Poco antes de subir a la cruz, una cruz a propósito, que él le rogó al Padre que le librara de ella. “Si es posible, Padre, pasa delante de mi esta copa.” Eso para que sepan, mis hermanos, si Él – si el Señor permitió que su hijo amado, unigénito, confrontara su temor con una “T” mayúscula, Él no va a hacer la excepción de personas.

Y, Jesús, poco antes de subir a la cruz, intercediendo por sus discípulos, el le pidió al Padre, “no ruego que les quites del mundo.” Como… imagínese… El Señor tenía la capacidad de hacer como hacen en Star Trek, arrancar a uno de este mundo y llevarlo directamente al cielo. O como muchos de nosotros hemos gritado en esos momentos, “tierra trágame.” O algo así, “desaparéceme de aquí. El Señor tenía… tiene, aún, la capacidad de hacer eso.

A Jesús ni siquiera se le ocurrió pedirle eso al Padre. Específicamente le dijo otra cosa. Le dice, no ruego que los quites del mundo, sino que los guarde del mal. Y a esta misma gente les dijo, “estas cosas he hablado para que en mí, tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Y usted dirá, “bueno, Samuel, ¡qué bueno lo de Vale esperar! ¡Gloria a Dios! Yo celebro eso con usted, pero eso no es nada comparado a lo que estoy pasando.” De acuerdo. “Eso no es nada, pasó… a mi esposo le dieron… a mi esposo lo despidieron del trabajo. Hace seis semanas que no trabaja, estoy por perder la casa.” De acuerdo, hermanos. De acuerdo. Hay cosas aún más serias que perder un ministerio más en la ciudad.

“Es cierto, pastor, eso no es nada. A mí me dieron un 25% de vida a menos que el Señor haga un milagro.” Sí, es cierto. Mis hermanos. Relieve me, hay cosas que muchos de ustedes están pasando, que yo le doy gracias a Dios que no se le ocurrió pasarme por eso. Y que no se le ocurra. Y yo les respeto a usted, y doy gloria a Dios que Él ve en usted la capacidad de sostener esa cruz. Pero esto sí es cierto, todos tenemos un temor. Todos tenemos un temor con una “T” mayúscula. Todos tenemos algo que tememos sobre todo. Y en su divina soberanía, el Señor permite que confrontemos ese temor con “T” mayúscula.

¿Por qué? ¿Por qué un Dios que se supone que nos ama, teniendo el poder para que evitemos completamente estos malos ratos, por qué Él permite que nosotros pasemos por el fuego y pasemos por las aguas? ¿Por qué?

Bueno, yo le sugiero que le pregunte al Señor. Sí, sí. Esto es parte de la terapia. Pregúntaselo al Señor. Pero esto sí yo les puedo sugerir… ¿me permite? Yo veo por lo menos un par de propósitos. Primeramente, hay una obra divina que el Señor está haciendo en usted. Un proyecto divino que el Señor está haciendo en nuestras vidas. Hermanos, la fe… ¿Ustedes se acuerdan ese versículo en el Libro de Santiago – en su carta?

Santiago declaró la fe… ¿sin qué? La fe sin obras es muerta. Yo diría, si no muerta, igual que muerta. La fe sin obras es inerte. La fe sin obras es puro potencial. Hermanos, es importante. Y como declaraba la Pastora Meches, antes de que usted se encuentre en las llamas, y antes de que usted se encuentre en las aguas, comience a proyectar, a declarar, a profesar, Dios es grande. Dios sana. Dios libera. Dios provee.

Pero francamente, hermano, ¿cómo usted sabe que Dios sana y que Dios libera y que Dios provee hasta que usted no se encuentre en un buen aprieto en donde no tienes otra alternativa sino de gritar, Señor sáname, provéeme, libérame, escúchame? Esta prueba escribe un gigantesco ME. En sus oraciones y declaraciones. Y ahora estás viviendo por fe. Ahora ese motor de 8 cilindros que usted lo tenía estacionado… ese Jeep que estaba pidiendo monte: “¡Sácame! ¡Llévame por favor! Esto de llevarme al Stop-n-Shop y regresar… yo fui hecho para algo más grande, una aventura.”

No dijo el Señor, ¿mira no piden más fe? Con lo que tienen es suficiente. Díganle a esta montaña que cruce de donde está al corazón del mar. Te obedecerá. Pero, ¿cómo usted lo sabe si no confronta una buena montaña?

Hermano, usted no sabe lo que está dentro de usted. Usted se va a sorprender lo que el Señor ha plantado dentro de usted. Y el horno que hará brillar lo que tiene usted es confrontar su temor. Confrontar lo que más te asusta y ver al Señor derretirlo bajo su mano y su unción.

¿Sabe? Y hay otro propósito, nada – quiéralo o no – nada nos santifica como una buena prueba. Nada nos santifica… Mis hermanos, la prueba – las llamas, el río – mi hermano, todo lo que usted le ha pedido al Señor: “Señor, santifícame. Señor, quiero profundizar mis oraciones. Señor acércame a ti.” El Señor te dice: Yo tengo precisamente la receta para ti. Será una obra… ¡Usted verá! No te apures, te voy a contestar tu oración, vas a orar como nunca antes.

Ya va a dejar el libro de ayuno y vas a presentar tu primer buen ayuno. Ya va, hombre de Dios, nos estamos levantando a las 4 de la mañana. Nos inspiramos llegar a las 5 de la mañana a la iglesia. Lo que no te sacaba de la cama, ahora, ¡Pum! A dónde es que estamos rumiándonos hoy. De momento, nos sentimos inspirados a buscar el rostro de Dios. Y, ¿sabe? Sentimos la cercanía de Dios como nunca antes.

Y este es el punto – es más que el punto – es el propósito, mis hermanos, muchas veces. Eso.. seamos sinceros, mis hermanos, ¿cuántos de nosotros no estuviéramos ni siquiera aquí si no fuera por un buen empujón divino? Un buen empujón que nos dio el Señor. Si un día los voy a sorprender, un día de estos ustedes me van a ver, no te apures. No te… tal vez, la navidad que viene, no problem! No problem!

Pero, de momento, no solamente te ves en la casa del Señor, pero te ves… ni siquiera sabes cómo pasaste el altar. Ni siquiera sabes cómo fue que te encontraste arrodillado aquí llorando en público… ¿quién ha visto eso?

Hermanos, no me estoy burlando de usted – ¡te estoy celebrando! Amén. Porque es el amor de Dios obrando milagrosamente dentro de usted. Ese fue el shock eléctrico que el Señor aplicó a tu corazón y ya sientes los primeros palpitares espirituales – you are alive! Por la gloria del Señor estás vivo porque Dios nos dio ese empujón.

Y, ¿sabe qué? Queremos ganar a Nueva Inglaterra para Cristo. Verdad. Hermanos, es lindo tocar… es lindo hacer declaraciones. Lo que va a derrumbar los muros es el ojo de tigre – un ojo de fuego que de al mundo en los ojos de aquellos que claman al Señor y que testifican que Jesucristo es su Señor. Y cuando te miran a ti, no ven hueco, ellos ven una profundidad de certeza que tú sirves, y tú aplicas la sangre de Cristo con autoridad y que tú conoces que tu Dios es real y verdadero.

Y se te ve encima: con ese no se puede meter. Porque él ha estado con Dios y Dios con él. Y nadie le puede cambiar gatos por liebre. Él sabe lo verdadero y lo poderoso. Y ellos ven esa autoridad en ti. Ellos ven esa profundidad en ti. Verán esa profundidad, esa autoridad en la iglesia de Jesucristo.

Hermanos, todo esto el Señor lo cumple a través de las llamas y a través de las aguas. Una iglesia junta confrontando sus temores y viéndola vencida en el nombre de Jesús. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Qué hacemos si sabemos que vamos a pasar por el fuego y por las aguas? ¿Qué deberíamos hacer, mis hermanos? Si saben que viene una inundación, cómprese un buen seguro de inundación. Get some flood insurance.

¿Qué hacemos? Mis hermanos, les aconsejo que no se olviden de estas tres cosas en medio… aún antes de que usted se vea en las aguas, primeramente, no te olvides, número uno: Eres precioso para Dios. Y Él tiene un propósito con esto. Eres preciosa, precioso para Dios y Él tiene un propósito con esto. ¿Sabe? El Señor, aún antes de declarar esta verdad, primeramente Él describió su posición. ¿Sabe usted su posición delante del trono de Dios? ¿Quién eres? A Dios… lo que eres para Dios. ¿Lo que representas para Dios? Pues si no lo sabías, Él dice, “mira yo soy creador tuyo y formador tuyo.” Eso son palabras que un artista usa para describir su obra de arte de magnitud. You are His master piece.

Creación quiere decir que hay… esto no es meramente un niño jugando con lodo – hay propósito en todo lo que Dios hace. En todo lo que Dios dice, en cada manera en que Él opera en tu vida hay propósito. Lo peor del mundo es pasar por algo así, pasar por las llamas, pasar por el fuego. Ver la “T” de temor delante de uno y no tener esperanza o idea de que esto tengo sentido. Senselessness. Senseless suffering.

Lo que lo mata a uno no es la prueba. Es la falta de esperanza.

Lo que lo mata a uno es creer que esto no tiene sentido. Esto está desconectado de la realidad. ¿Para qué estoy pasando por esto? Por eso es que Dios tiene un propósito. No te puedo decir cuál es. Ni siquiera te puedo decir cómo esto terminará. Ni siquiera te puedo decir cuándo terminará, pero un propósito tiene esto. Y, tal vez es esto. Declara el Señor encima de eso, no solo soy tu creador y tu formado, pero yo te redimí. O sea te compré, te puse nombre – algo acerca de eso.

Mis hermanos, sí quiere decir el momento en que nosotros recibimos al Señor. Nos compró con su divina sangre. Lo sabe… Jesús nos compró con su sangre, pero a la vez mientras está pasando por esto; mientras esté usted pasando por su prueba, mientras esté pasando usted por su situación y está aclamando al Señor y llevando su petición delante del Señor. No te apures cuando eso pase, y que pases de largo, y te veas en victoria. El Señor te va a pasar su factura, mi hermano.

El Señor te va a pasar su invoice, su bill. Y te va a decir, “a propósito, yo te compré – te redimí. Ahora yo te voy a dar otro nombre; yo te voy a llamar otra cosa. Y tú naciste hoy, oíste. Mío… mío eres tú. Ya tu eres mi propiedad.”

Yo les voy a decir algo acerca de Vale Esperar. Hermanos, cuando nosotros recibimos noticias del grant, tuvimos un tiempo de oración y le dimos gracias al Señor. Ni siquiera fue un tiempo largo. Yo creo que ni siquiera estuvimos quince minutos juntos, porque ya sabíamos que Dios se iba a glorificar. Y una de las palabras que recibimos en ese tiempo es esta: Vale Esperar ya no será igual. No puede ser igual porque han experimentado una fe, han visto la mano de Dios de una forma sin igual antes de eso.

Y eso también le aplica a usted. Cuando usted pase por esto ya no eres igual. Ya tú eres propiedad del Señor. Y eso me trae al próximo punto, número dos: si el Señor te dice, cuando pases por las aguas, cuando pases por los ríos, cuando pases por el fuego, haga al Señor un gran favor, pase por las aguas. Camine, ande… pase por los ríos. Levántate y camina y anda por donde quiera… Mira, cuando pases – cuando andes en valle de sombra de muerte, yo estaré contigo te dice el buen pastor. Pero el Señor no quiere que te quedes en las llamas, o en las aguas, sea fiel a donde usted está.

Pídele al Señor, Padre, ahora más que nunca pido fidelidad a ti. ¿Sabe? Son estas experiencias que descubre mucho de lo que hay dentro de nosotros. Son en estos momentos en que descubrimos – en que el Señor distingue el espíritu de cobardía que no es de Dios. Pero si andamos en estos fuegos con la presencia de Dios al lado, podemos experimentar el espíritu de poder.

Y puedes hacer – fue admirable, cómo estas hermanas llegaban al trabajo, día tras día, fielmente y ello se atribuye al poder de Dios. Dios no te ha dado espíritu de poder – de temor, de cobardía, sino de poder y de amor. ¿Sabe? Usted se va a sorprender de su capacidad de amar aún en medio de la prueba. De amar aún cuando a usted le duele todo. De amar cuando más necesita que le amen a usted. Y de dominio propio.

Pero, hermano, eso usted no lo va a descubrir hasta que usted decida andar, caminar y no resistir – y no resistir lo que Dios ha decidido para su vida. Y finalmente, mis hermanos, no se olvide esto: Él prometió, yo estoy contigo. Él prometió, yo estoy contigo. Y, ¿sabe lo que uno descubre?

A propósito, mis hermanos, como dijo la pastora ahorita, no esperes hasta que te encuentres en las aguas para buscar al Señor. Entrénate a buscarlo a hora. Pero si te encuentras en las aguas, esta es una buena oportunidad de comenzar. Y cada sentido que usted tiene para poder sentir y apreciar la presencia del Señor – sus oraciones. Hermano, al orar al Señor, abandona los patrones.

Hermano, sea claro con Él. Si te vas a quejar, quéjate a Él. Si vas a aclamar a alguien, no sufras en silencio, no sufras en lo particular, velo, inclúyelo. Y esta palabra, hermanos, cuando más el Señor se nos acerca a nosotros, es cuando oímos su voz a través de esta palabra. Y, hermanos, no tiene que ser una exégesis de la palabra. Yo aquí – y perdonen, mis hermanos, esto es un poco humillante porque yo sé que estoy parafraseando muchas veces esto.

Pero en medio de esto, el poder declarar, los que confían en Jehová son como el monte de Sión que no se mueven sino que permanecen para siempre. Este pobre clamó y Jehová lo escuchó y lo libró de todos sus temores. ¿Por qué te abates…? I can’t even read my own writing… ¿Por qué te abates alma mía? Y, ¿por qué te turbas dentro de ti? Creed en Dios que aún ha de salvarme. Y Dios mío y Rey mío. Aférrese a estas promesas como tablas de madera flotando en un océano de desesperación y duda. Agárrate de estas promesas hasta que la nave de Jehová venga y te rescate. Porque así Él lo prometió.

Y, ¿saben, mis hermanos? La manera en que el Señor nos va a sacar de las aguas, y la manera en que el Señor nos va a proteger de las llamas, eso es asunto de Él. Pero a lo largo, el que se toma la gloria es Él.

En Vale Esperar estábamos nosotros preparando nuestro propio funeral. Porque la gran probabilidad era que no nos iba a llegar ni un centavo. Y, ¿saben lo que decidimos? Me dicen ellas, “Pastor Samuel, pase lo que pase, tenemos que celebrar lo que Dios ha hecho en los últimos 18 meses.” Y el impacto que este ministerio ha tenido en Nueva Inglaterra, Gracias a Dios que el Señor permitió otra cosa. Pero pase lo que pase, tarde o temprano, tenemos que besarle la mano a Dios.

Sólo servimos a un Dios. He is the only game in town. Un solo Dios. ¿A quién iremos? Si sólo Tú tienes palabra de vida. Tarde o temprano, pase lo que pase, permita lo que Él permita, sooner or later, tenemos que ir a este Dios arrodillarnos delante de Él, y decirle: “Soberano eres.”

Hágase tu voluntad. Seguimos confiando en ti. Pongámonos de pie. Hermano, yo le invito. Bajemos nuestros rostros un momento, y cerremos nuestros ojos, tanto para venir delante del Señor y meditar delante de Él. Pero también para interceder pero darles a otros lugar. Yo quisiera que si usted está pasando por las aguas, si usted está pasando por el fuego, si alguien que usted ama está enfrentando su temor y esta es su temporada, yo le invito que levante su ano, que queremos orar por usted. Queremos que el Señor ministre en su vida.

Pastor, estoy pasando… sé lo que es eso. No sé cómo el Señor va a resolver esto, pero queremos que el Señor obre en su vida. Así que levante su mano y vamos a orar por usted. Padre, te damos gracias que tú eres un Dios coherente, un Dios consistente y un Dios que nos ama perfectamente.

Y yo declaro en el nombre de Jesús que tus propósitos en la vida de Tus hijos se cumplirán. Yo declaro en el nombre de Jesús, que ninguno que clama a ti y espera en ti será avergonzado jamás. Declaro en el nombre de Jesús que Tú estás haciendo una obra y que Tú te glorificarás. Te pido esto, Señor, primeramente, mis hermanos, envía tu gracia, envía tu poder.

Señor, como intercediste por Pedro, pido que su fe no flaquee. Pido que sientan tu presencia como nunca antes. Pido que tú le ministres a su interior. Pido Señor, que sus manos no se cansen. Pido, Señor, que traigas a su alrededor un pueblo, Señor, una cadena de intercesores. Pido, Señor, que cualquier estrategia que tenga el enemigo para aprovecharse de estos momentos de prueba y debilidad sea frustrada y anulada en el nombre de Jesús. Y pido victoria para tu pueblo. Pido victoria para tu pueblo.

Pido que de esta experiencia nazca un pueblo invencible. Un pueblo que no le tiene temor como declaraba nuestro pastor, que no le tiene temor a la saeta que vuele de día. Que no tiene temor a la mortandad. Que no le tiene temor a los dados del enemigo. No tenemos temor, no conocemos temor porque tú estás con nosotros.

Tú estás con nosotros.

Lo declaramos en el nombre de Jesús. Ahora, Señor. Ahora, Señor, glorifícate. Padre, ahora que aún el pastor pasando por las aguas y por el fuego, declaramos Señor que él saldrá de allí pulido, más ágil en tus manos, peligroso, Señor. Él saldrá de ese hospital peligrosamente preparado para lo que venga. Si Dios con nosotros, quién contra nosotros. Así lo declaramos en el nombre de Jesús.