Siervos

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Quiero meditar esta mañana acerca del concepto de siervos, de ser siervos de Jesucristo. Usted sabe que usamos mucho esa expresión, siervos, a los pastores acostumbramos en ciertos países a decirles siervos, el siervo, aunque eso parece que ya ha venido a ser una palabra como de aristocracia, el siervo, aunque el sentido de la palabra es un sentido más bien de entrega total, de esclavitud mas bien. Y yo quiero que meditemos un poquito acerca de esto, el hecho de que como seguidores de Jesucristo, como cristianos que somos, nosotros somos siervos, diga la palabra siervo, ¿ok?.

Tú eres un siervo, una sierva de Jesucristo, cuando tú pasaste aquí al frente un día o en cualquier iglesia o te entregaste al Señor, tú pasaste a ser un siervo, una sierva del Señor, no solamente pasaste a ser miembro de una comunidad en particular, si no lo que sucede es que tú cambiaste de categoría y de estación en la vida, y entonces te convertiste en siervo de Cristo Jesús, un siervo de Dios, y vamos a ver lo que pasa con esa palabra, lo que quiere decir. Sabe, los próximos domingos voy a estar de vez en cuando extrayendo algunas enseñanzas de esta epístola a los Filipenses.

Mientras leía esta semana, me chocó esa expresión del apóstol Pablo en el capítulo 1 versículo 1, donde Pablo dice: "Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos de Jesucristo que están en Filipos" etc, etc. Él está dando una salutación a sus hermanos de la Iglesia de Filipos y se identifica a sí mismo y a su compañero Timoteo como siervos de Jesucristo. Y el Señor Jesucristo dijo que el Hijo del Hombre no vino para ser servido si no para servir, y los apóstoles se identificaban a sí mismos como siervos. Mire por ejemplo la salutación del apóstol Santiago que era hermano de Jesús y por lo tanto, hubiera tenido toda tentación al sentirse como miembro de una aristocracia, un miembro de una élite por ser hermano carnal de Jesucristo. Pero Santiago mismo en la epístola suya en el capítulo 1 versículo 1 escribe: "Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo." Él se identifica también como siervo de Dios y de su hermano que era en la carne, ahora glorificado, pero Dios mismo, y siervo del Señor Jesucristo.

Y el apóstol Pedro también, en su segunda epístola universal, capítulo 1 versículo 1 también, se presenta a sí mismo como Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo. Es decir que todos estos hombres, a pesar de su exaltada condición de apóstoles, y de gente muy escogida y dotada de Dios, se identificaban a sí mismos como siervos. Ahora, ¿qué connotación tenía eso?, porque ahora esa palabra no tiene la misma connotación que tenía en el siglo primero, cuando estos hombres decían somos siervos de Jesucristo estaban diciendo algo muy ubicado en la política y la economía, y la sociología de su tiempo. La palabra que se traduce al español siervos es dulos, y esa palabra dulos, en realidad la traducción literal es esclavos.

En realidad un dulos, un siervo originalmente era un esclavo, la esclavitud en el imperio greco-romano, al cual pertenecían Pablo y Santiago, y toda esta gente por extensión, el imperio romano cubría, la esclavitud era una institución pervasiva, estaba en todos lados, y mucha gente tenía esclavos, y habían cientos y cientos de miles de personas que eran esclavos, así que en realidad dulos quería decir esclavos, y los esclavos como ustedes saben, incluso en Europa y aquí, hubo esclavos por mucho tiempo, y todavía se practica en África en el imperio musulmán, hay muchos islámicos que esclavizan a mucha gente, pero la esclavitud quería decir que una persona que era esclava era propiedad de su dueño, de su Señor, no tenía autoridad propia personal, pertenecía a otro, su destino, sus días, las cosas que hacían, no estaba para él o ella escogerlo si no que su Señor tenía prioridad sobre todas esas cosas, a qué hora se levantaba, qué tenía que hacer, si se casaba o no, un esclavo vivía dentro de la casa de su Señor y ahí moría muchas veces.

Un Señor incluso podía disponer de la vida de sus esclavos, podía matarlo a lo sumo, y era su derecho, quizás no lo podría hacer en una manera arbitraria totalmente, pero sí si el esclavo se salía de ciertas cosas, podía meterlo a la cárcel si trataba de escaparse, y se cometía mucha violencia contra los esclavos, es decir un esclavo era una persona que no tenía vida propia, si no que pertenecía a su señor y a la casa donde vivía, y los hijos que vivían dentro de esa casa eran también esclavos, y estaban en la misma condición social.

Entonces cuando el apóstol Pablo, Pedro decían Pablo esclavo de Jesucristo, hoy esa palabra suena dura y terrible, nadie la quiere usar socialmente, it is not politically correct to speak with that word, yo creo que también en parte por eso se ha suavizado y se dice siervo, pero la palabra era esclavo de Jesucristo, y estos hombres usaban esta palabra para dar expresión a una relación que ellos sentían que tenían con Jesucristo, ellos decían hey, nosotros somos esclavos de Jesucristo, con todo lo que eso implica en nuestra vida.

Y por extensión la Biblia nos dice a nosotros también que nosotros somos esclavos de Jesucristo, ya no en la manera terrible deshumanizante que tenía, porque eso es otra cosa, el Señor Jesucristo dijo ya no los voy a llamar más esclavos o siervos, sino que los llamaré amigos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, Dios ahora, la relación de servicio, esclavitud al Señor ya no tiene la misma connotación, nunca la ha tenido, rebajante, humillante que tiene para los hombres, pero sí la esencia de esa condición que es que nuestra voluntad y nuestra libertad está sometida a las prerrogativas, las preferencias, el señorío y la soberanía de Dios, eso no ha cambiado en ningún momento, lo que pasa es que dentro de esa entrega total, el Señor como un amo benévolo nos trata con suma delicadeza, pero eso no cambia nuestro status ontológico por así decirlo, es decir nuestra condición real, la esencia de nuestra condición real no cambia, somos siervos, somos esclavos de Cristo Jesús, y eso tiene la gente que entenderlo.

La esencia de tu identidad es ser siervo, escucha eso, si eso se nos metiera profundamente en la mente cambiaría nuestra forma de existir, porque hoy en día la gente viene a la iglesia, se convierte al Señor, y como yo decía el domingo pasado, es más bien como que para que Dios se convierta en nuestro proveedor, y el que nos complace en todos nuestros antojos, el que suple nuestras necesidades y eso es real, Dios hace tantas cosas maravillosas, pero esa no es la esencia de nuestra relación con Dios, son beneficios que vienen como consecuencia de una condición previa de entrega total al Señor, y de sujeción de todo lo que somos.

Es una de las cosas que es importante que entendamos en nuestra mente, porque yo creo que también, déjeme, esto no está en absoluto fuera del centro de esta meditación. Yo pensaba esta mañana que esa idea de que la gente, hoy en día en esta cultura sobre todo, en que muchos pastores necesitan gente que venga a la Iglesia, a veces las iglesias están pequeñas, nos sentimos impotentes, la cultura nos critica, las iglesias tienen un complejo de inferioridad, y hay pastores e iglesias que queremos que la gente venga, queremos que el mundo nos ame, que el mundo nos aprecie, y que sepa que no somos hipócritas, que no somos fariseos, y entonces la gente llega de afuera, y hay veces como con un sentido de ser especiales, la gente viene como clientes a la iglesia, se ha creado una cultura como de clientela, ¿y qué es eso?.

Bueno, la gente llega a la Iglesia, y the customer is always right, yo creo que la gente llega a la Iglesia, y no hay un proceso que yo creo que debiera darse en toda congregación, y cuando la gente entra al evangelio, es como que primero, cuando llego aquí al frente y recibe al Señor como que yo debiera tener derecho a darle un par de bofetadas, y dejarle saber hey, tú estás entrando a una condición diferente al Reino de Dios, tú entras ahora como un siervo de Jesucristo, hay una humildad que tú tienes que tener una entrega, porque no, la gente viene y hay que tratarlos como vidrios de Belén, porque ¿qué hacen?, si no les gusta lo que predicas se van a otro lugar, tienen un sentido de entitlement, de que si tú no suples sus necesidades y tú no les das las cosas que ellos necesitan o quieren, mira, hay muchas otras tiendas por ahí donde se pueden ir a comprar, se van a otro lugar donde le den mejor servicio, y entonces los pastores vivimos con un miedo de decirle a la gente lo que el Señor verdaderamente quiere que le digamos, qué pena, y le hacemos un daño terrible a la gente, es cierto.

Porque yo creo que el llamado de los pastores, verdaderamente pastores, es a veces decirle a la gente lo que no quiere oír, ¿usted entiende? y nosotros tenemos que tener una gran botella de aceite para untarnosla cada vez que venimos a predicar pa que nos resbalen las cosas, y decir lo que el Señor quiere que digamos, sobre todo en este tiempo en que vivimos hermano, donde hay tantas doctrinas por donde quiera y los televisores vomitan una cantidad de enseñanzas falsas, y la Iglesia tiene una terrible necesidad de enseñanza sólida en este tiempo de la historia, y se necesita más que nunca la independencia de los pastores, y también la sujeción del pueblo que escuche la Palabra del Señor.

Y eso quiere decir que a veces yo me voy a equivocar, es cierto, pero usted tiene que asumir que yo tengo el mejor deseo de bendecirles a ustedes cuando yo digo algo, no lo digo por ira o por hacerles daño, o porque quiero que mis preferencias, no, es porque tengo el gran deseo de bendecirles a ustedes y de ser un verdadero pastor y pastorearles, y así todos nosotros, y las iglesias necesitan gente que sean siervos, una actitud, necesitan siervos de Jesucristo, mi responsabilidad es con Jesucristo, no con la gente. Y necesita siervos del otro lado que digan ¿sabes qué?, mi obligación es escuchar la Palabra del Señor, no lo que a mí me gusta, y si esta persona está predicando la Palabra de Dios entonces yo tengo que escucharla y someterme a ella.

Venir entonces con ese sentido de relajamiento y de entrega. Mire cómo Pablo pone esto en Gálatas capítulo 10, donde dice: "¿Pues busco ahora el favor de los hombres o de Dios, o trato de agradar a los hombres?. Pues si todavía agradara a los hombres no sería siervo de Cristo." Uno de los problemas de la Iglesia es que trata de agradar a los hombres, hoy en día y por eso la gente no quiere, nosotros creemos que si nosotros cambiamos el Evangelio y le decimos a la gente lo que quiere escuchar, que de alguna manera van a comprometerse con el Evangelio, la Palabra de Dios, la doctrina de Dios, sí, algunos se van a ir, pero vendrán otros. Cuando usted paga el precio de predicar la Palabra de Dios a largo plazo, porque la gente reacciona, al principio se molestan y algunos sí se van, pero otros dicen ¿sabes qué?, esa es la Palabra de Dios verdaderamente, el Espíritu de Dios está en ese lugar, y se quedan, y la Iglesia pero hay que pagar el precio primero.

Entonces nosotros somos siervos de Cristo, esta Iglesia sirve a Cristo y por lo tanto predicamos el Evangelio que el Señor nos dice, pero todos nosotros seamos humildes, cuando venimos al Evangelio tenemos que poner a un lado la prerrogativa, yo siento muchas veces cuando la gente no ha bajado la cerviz, no ha bajado la cabeza, es como el caballo que todavía está indómito, y el jinete quiere verlo cuando finalmente se rinda y baje la cabeza, hay mucha gente que viene a la Iglesia con la cabeza erguida, no se sujetan a la Palabra de Dios, yo creo que tiene que haber un quebrantamiento de la voluntad, cuando una persona es humilde y enseñable, y se deja guiar, hay una bendición tan grande en eso hermanos.

Esta cultura no le gusta esto de servicio, de ser siervos, esta lo que resalta más bien es la independencia de criterio, el ser tú tu propia persona, ser independiente, mis derechos, pero lo que yo veo en el Evangelio es todo lo contrario, en el Evangelio hay una cuestión de entrega, de sujeción, de servicio, y entonces Dios te levanta, Dios te exalta, Dios levanta al humilde, sea enseñable, pídale al Señor que le de un corazón, una mente enseñable, y déjese intruir por su Iglesia, hay bendición en eso, y si su Pastor se equivoca no se preocupe, el Señor va a bregar con él, porque su Pastor también esperamos está sujeto al Señor y dice Padre corríjeme, si estoy mal por favor corríjeme, porque yo quiero hacer Tu Voluntad, y entonces Dios irá haciendo la obra en su momento.

Pero yo les animo, hermanos finalmente, esa actitud de siervo una de las cosas que me dice es eso, bueno primero, Roberto, tú eres siervo de Cristo y no de los hombres así que predica la Palabra, así debe ser cada Pastor en esta congregación, ¿no?, predica, tú eres mi siervo, no siervo de la cultura ni de la gente, siervo de mi Palabra, amén. Y a la Iglesia le dice ustedes son siervos de mi Palabra también, cuando mi Palabra resuene y ustedes la escuchen digan sí Señor, aquí estamos con atención para hacer lo que Tú quieras que yo haga. Eso es lo que veía en el apóstol Pablo, esta gente tan entregada, no, yo no los estoy sirviendo a ustedes, estoy sirviendo a Cristo Jesús. Número uno sería eso, sirva, sea un siervo de su Iglesia, dejemos esa actitud de que yo soy un cliente, usted no es un cliente, usted es un siervo, lo siento mucho, usted es un siervo de esta Iglesia y de la Iglesia de Cristo y el Reino de Dios, no ande con esa cuestión de que si no me dan lo que yo quiero pues me voy a otro supermercado entonces, no, sujétese, entréguese y sirva al Señor y sirva a su congregación.

Así que bien importante eso primeramente, ¿no?, otra cosa acerca de eso, no puede faltar eso, sabe que, hoy en día también se ha creado esta cultura como de los pastores, de los evangelistas con una casta especial, yo creo que esta congregación hablando de definición, esta Iglesia debe distinguirse por una cosa, y es que todas las personas que trabajen en esta Iglesia como líderes, sea líderes de célula, sea diáconos, sea el pastorado, sea ujieres, sea maestros de niños o de cualquier departamento de esta Iglesia, por favor gente que sirve y que son líderes escuche esto, usted debe distinguirse por una actitud muy humilde y sencilla, porque usted es un siervo, no es una élite, ¿ok?.

Eso quiere decir que la gente que sirve en esta congregación y que trabaja en esta Iglesia debe distinguirse por un trato amable para con los demás. Yo no creo en eso, los pastores somos siervos. Usted sabe que los esclavos antes se les abría un hoyo en la oreja y se les ponía una argolla como señal de que eran esclavos, yo he pensado ponerme una argolla así mismo aquí, un día aparecerme acá, pero por temor de que le de un ataque al corazón a 3 o 4 de ustedes no lo he hecho todavía. Pero sinceramente hay algo lindo de tener una argolla aquí que diga yo soy un esclavo de Jesucristo, no soy mucho más que eso, yo no necesito andar con un Mercedes Benz para que la gente piense oh, qué exitoso este pastor, no no no, somos siervos, tenemos que ser humildes, yo repudio esa cultura hoy en día de élites, superestrellas.

Óigame, eso Dios lo aborrece, por eso es que la Iglesia está tan impotente como está en este tiempo, y aún en las mejores iglesias muchas veces iglesias llenas del Espíritu Santo donde se exalta la Palabra de Dios y los dones, los pastores andan por ahí como pavos reales, sirviéndose de las ovejas y con estas ínfulas de grandeza y esta seriedad, y nadie se puede acercar a ellos, el Señor reprenda al diablo sinceramente, porque eso no es de Dios. Y eso me entra a este punto también, ¿no?, de que ser siervo quiere decir que yo soy siervo de los demás, yo sirvo a los demás y que nosotros tenemos que distinguirnos por esa actitud de servir a los demás.

El apóstol Pablo hacía eso, mire en Segunda de Corintios capítulo 11 versículo 20, porque sabe esto se ha convertido hoy día en algo tan pervasivo, que la gente misma como que quiere que sus pastores anden por allí de esa manera. Hay gente que si el Pastor no los está abofeteando cada 5 minutos no están contentos, y piensan que el Pastor no merece respeto, de veras, si el Pastor no anda con una corbata de 500 dólares y con una corbata de cocodrilo no está ungido, y si no anda por allí con ínfulas de super apóstol y hablando con una voz así (grave), Dios le bendiga hermano, el Señor está con usted, entonces no son verdaderos siervos del Señor. Y muchas veces cuando hay una persona humilde y sencilla, y afable, sabe que como que lo subestiman, es cierto, yo he visto eso muchas veces con mis propios ojos y lo he experimentado, la gente quiere una persona que ande por allí como que con cierta persona, máscara de gran siervo para entonces respetarlo y sujetarse a su autoridad, y cuando usamos del Espíritu de Cristo, sencillez, afabilidad, humildad, entonces su imagen de uno baja, es terrible.

El apóstol Pablo experimentó eso de paso, digo esto porque a Pablo eso lo volvía loco, él estaba como un perro rabioso que le habían dado demasiadas bofetadas en el hocico y siempre se molestaba con esa actitud, mire por ejemplo en Segunda de Corintios capítulo 11 en el versículo 20, Pablo dice: "Ustedes toleran si alguno los esclaviza, si alguno los devora, si alguno toma de lo suyo, si alguno se enaltece, si alguno le da de bofetadas, para verguenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles." Si usted lee todo ese pasaje y otros pasajes, el apóstol Pablo se quejaba con los Corintios, porque dice sabe si viene un por allí a robarles el dinero, y a pedirles grandes ofrendas, y a maltratarlos a ustedes, y a tener ínfulas de grandeza, ustedes se le arrodillan de una vez, oh, este es un gran hombre de Dios, pero vengo yo con un corazón sencillo, una actitud mansa y humilde, predicando la Palabra de Cristo en una forma legítima, original y bíblica, y ustedes dicen ah no, míralo qué débil, sus cartas son de gente fuerta, pero mira su presencia es débil, su predicación menospreciable, pero viene uno declamando, haciendo gestos, y esto y lo otro, y haciendo grandes ínfulas de grandeza, y ustedes sí oh, este es un gran apóstol de Jesucristo.

Y él se molestaba continuamente con esto, por eso él a veces tenía que decir, miren, Dios hizo conmigo esto, hizo lo otro, y después se sentía avergonzado y decía ustedes me obligaron a hablar de esa manera, porque si no hablo de esa manera entonces no creen lo que soy, la Iglesia es la que debe enseñarle a los pastores y a los siervos de Dios a ser sencillos y humildes, eso no quiere decir que no haya respeto para los hijos de Dios, pero tampoco estemos idealizándolos, engrandeciéndolos, adornándolos más de la cuenta, poniéndolos en un pedestal, y nosotros los pastores debemos rechazar eso, repudiarlo, y debe haber una cultura en donde la persona más sencilla y humilde de corazón sea la persona que sea más respetada. Si usted a alguien, un líder, un pastor que lo trata bien y lo trata con sencillez, mire dele más respeto a ese que al que lo trata con distancia y que se pone en un pedestal y esto y lo otro.

Es importante, no se dejen manipular hermanos, sean sabios para el bien e inocentes para el mal, hay mucha gente manipulando al pueblo de Dios, en la televisión, en las iglesias, en muchas otras partes, y nosotros estamos cultivando esta cultura de grandeza y de importancia, cuando el Señor llama a los hijos e hijas de Dios a ser sencillos de corazón, como el apóstol Pablo y otros lo fueron, así que es bien importante eso. Mire, el Señor no tenía tolerancia para eso, yo quiero, les digo a todos mis hermanos, esta Iglesia debe siempre caracterizarse por líderes que son siervos, líderes que no están buscando la gloria ni la adoración, la estima de los demás, pero los otros se la dan cuando hay verdadera humildad.

Mire, Mateo 23 del 5 al 12, cómo el Señor hablaba acerca de los fariseos, Él decía, "Estos hombres hacen sus obras para ser vistos por los hombres" nunca hagas nada para que la gente te vea, todo lo contrario, mira si tú disciernes que estás haciendo algo para que la gente te vea mira, enseguida huye y no hagas lo que tú ibas a hacer simplemente como disciplina, discierne a tu corazón siempre las motivaciones de las cosas que haces, ¿por qué tú sirves, por qué te moviste de un lado a otro, por qué te levantaste, por qué estás en el sitio que estás?. Ese monstruo del orgullo lo voy a matar, lo voy a secar en mi vida, "pues ensanchan sus filacterias" eso eran unos hilos, "y extienden los flecos de sus mantos, y aman los primeros asientos en las cenas y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas y que los hombres los llamen rabí, rabí."

Mira cuando tú llegues a una Iglesia y te inviten algo, siéntate en la parte de atrás para que entonces te digan venga, siéntese al frente, en vez de que te averguencen, no, eso está reservado hermano, siéntese por allá mejor, hay gente que se pelea. Mire, cuando llegue a una fiesta o a una casa, donde sea, no entre de una vez a comerse todos los dulces y la bandeja, deje que lo inviten, sea humilde, sea sencillo, para que después digan óigame pero todavía no es tiempo, disimúlate un poquito. Hay que ser humilde, hay que ser sencillo en todas las cosas en la vida, distíngase siempre, cuando lo inviten a un comité no empiece a dar inmediatamente su opinión, disimule, espere un ratito a que le digan ¿qué piensa usted?, hay gente que llega y empieza a pronunciarse, todo el mundo tiene que saber lo que piensan enseguida, no, espere, escuche, familiarícese con el ambiente, y entonces cuando usted sepa bien ya el contexto entonces comience muy débilmente primero, tentativamente, oríentese, y entonces vaya ganándose la confianza de la gente, y después ellos lo van a invitar a usted para que hable en vez de que usted los canse demasiado rápido y digan no, este ya dijo todo lo que tenía que decir, cállate ya, suficiente, ¿no?.

Aman que la gente los llame rabino, ¿cuánta gente quiere ser pastor ahora?, hay mucha gente que quiere enfermizamente pastores, no porque Dios los ha llamado si no porque tienen guilla de pastores (risas), todo el mundo quiere ser pastor hoy en día, y no saben que ser Pastor es la cosa más arriesgada del mundo, porque uno tiene que hablar tanto que en algún momento va a hacer el ridículo, va a decir algo malo, en algún momento dice la Biblia que donde hay mucha palabra hay mucha necedad también, ese es el horror de los pastores, uno habla tanto que siempre está metiendo la pata. Y dice la Biblia no os hagáis maestros muchos de vosotros porque recibiréis mayor juicio, mientras tú más autoridad tienes más se espera de ti y más Dios te demanda. Si la gente supiera lo que es la responsabilidad de servir al Señor no quisieran meterse a servir al Señor, tendrían que esperar a que el Señor los llamara, y mucha gente quiere que los llamen esto, rabí, rabí, pastor, pastor.

"Pero vosotros no queráis que os llamen rabí, porque uno es vuestro Maestro, Cristo, y todos vosotros sois hermanos." Yo soy su hermano, y usted es mi hermano y mi hermana, yo no soy más que usted, simplemente tengo una posición que Dios me ha dado y desempeño lo mejor que puedo, pero yo no soy superior a usted, en nada, entonces somos hermanos. "Y no llaméis Padre vuestro a nadie en la tierra porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos, ni seáis llamados maestros porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, el que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido."

Nosotros como Iglesia tenemos que crear una cultura de hermandad y de servicio los unos a los otros. Mientras más alto llegue una persona más debe distinguirse por ser humilde, ser sencillo de corazón, poner sus derechos a un lado. Ahora, déjeme decirle que también un siervo tiene que usar autoridad, porque si no se vuelve un salto afuera, ¿no?, a veces hay que poner el orden, hay que disciplinar, hay que pararse claro, pero debe ser en una forma que no delate orgullo, altanería, sentido de superioridad, ni nada de eso. ¿me entiende?. Hay una forma en que uno puede establecer disciplina desde la posición que uno ocupa en términos de rango, pero no de ontología, no de lo que yo soy, que soy mejor que tú ni nada de eso, yo tengo que decir siempre hay que tratar a la gente con sumo cuidado, suma dignidad, cada miembro de esta Iglesia es precioso ante los ojos del Señor, es un hijo, una hija de Dios, y hay que tratarlo con sumo cuidado.

Y al nosotros desempeñar nuestras tareas, cualquiera sea la tarea que tú desempeñas, óigame si alguien hermanos no expresa esa postura, no sé que voy a decir, denúncielo o algo pero no se someta a eso, no toleremos altanería en esta Iglesia de parte de un líder, hable con él o con ella y exprésele su punto de vista, pero eso no es del Reino de Dios y no expresa la cultura preferencial de esta Iglesia, tenemos que tener una actitud de ser siervos de los otros.

Mire el apóstol Pablo, Primera de Corintios capítulo 9 versículos 19 al 23, dice: "Por lo cual siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos, para ganar a mayor número, me he hecho a los judíos como judíos y a los que están sujetos a la ley como sujetos a la ley para ganar a los que están sujetos a la ley, me he hecho débil a los débiles" versículo 22, "para ganar a los débiles, y a todos me he hecho de todo para que de todos modos salve a algunos, y esto hago por causa del Evangelio para hacerme copartícipe de él." ¿Por qué debemos nosotros comportarnos con esa humildad, esa sencillez, ese buen trato en la Iglesia?. Por causa del Evangelio, para darle crédito al Evangelio, porque habla acerca de eso, continuamente el Señor habló de servir a los demás, de ser siervos de los demás, "Y vosotros me llamáis Señor y decis bien porque lo soy, pero si Yo que soy el Señor le lavo los pies a ustedes ustedes tienen que lavarse los pies unos a los otros."

Hermanos si esa cultura de servicio de unos a los otros, en esta Iglesia se hiciera dominante, cómo cambiaría en el hogar, en los esposos, servir a sus esposas, óigame si un día llegara su esposa y encontrara los platos lavados, le daría un ataque al corazón, pero antes de morir recibiría una bendición (risas), estoy jugando. Si cuando llegara a la casa tuviera un pollo, no de Kentucky, de Boston, si usted se fue a Boston Chicken, se compró un buen pollo asado, se compró un botecito así de papa majada y otro de maíz, ¿usted sabe a qué me estoy refiriendo?, y quizá hasta un poquito de sweet potatoes, también majados, y unos cuantos cornflakes que le trajo, y no tiene que cocinarlos pero sírvalo y póngalo allí con dos velitas y unos platos bien, óigame esa mujer va a premiarlo en una forma inconcebible después (risas).

Tenemos que servir a nuestras esposas, quizá soy muy dramático, invítela a Kentucky entonces, pero no, muchas veces hermanos, no es la idea que yo soy la cabeza de la casa porque así fue que Cristo dijo, y esposa igualmente, sea atenta a las prerrogativas de su marido, gloria a Dios, por lo menos alguien aprecia lo que estoy diciendo. Sabe la Biblia habla de la mujer que respeta a su marido, los hombres tenemos el ego frágil, es porque somos débiles que ustedes deben respetarnos, el hombre necesita una mujer que lo trate preferencialmente, que lo haga sentirse especial, que él vale, que tiene autoridad, tengo entendido que la mujer se nutre del amor, el hombre del respeto. Si usted quiere servir a su marido trátelo con amor, con respeto, iba a decir reverencia, ok, eso es demasiado, pero por lo menos con respeto, hágale sentir que su hombría vale, y que es un buen proveedor, que su masculinidad levántela, en vez de pisoteársela, eso es importante.

Eso es servirnos unos a los otros, los padres tienen que servir a sus hijos y sus hijos servir a los padres tambien, óigame si una cultura de servicio cundiera en esta Iglesia sería la Gloria de Dios en la Tierra, vamos a practicarlo, vamos a servirnos unos a otros hermanos. Los líderes sirven a los laicos de la congregación, los laicos exaltan a sus líderes y dicen que están haciendo un buen trabajo, ¿no?, no es que estén adornándolos después pero sí están reconociendo su buen trabajo, una bendición tremenda, esa es la atmósfera en la que el Espíritu Santo puede hacer cosas bien poderosas, cuando hay servicio de los unos a los otros.

Entonces vemos eso, ¿no?, somos siervos de Jesucristo a diferencia de siervos de los hombres, las congregaciones son siervas de la Palabra y del Reino de Dios y por lo tanto se dejan enseñar por esos valores, los líderes son siervos humildes y sencillos que sirven a las personas que están bajo ellos, en un liderazgo de servicio. Los que son servidos bendicen y le hacen fácil la vida a sus líderes que no los abusan ni los manipulan, ni los oprimen, si no que admiran el hecho de que estos hombres y mujeres los sirven con humildad y sencillez de corazón, y hay bendición en toda esa área.

Lo último, el último valor que se desprende, porque hay muchos valores que se desprenden de esta cultura de servicio, es que somos siervos de la justicia y de la santidad. Wow, eso sí que duele, somos siervos y la Biblia nos llama entonces a entender que ya ahora tenemos que servir a unos valores ya muy altos. Mire Romanos capítulo 6, vamos a Romanos capitulo 6 versículos 16 al 19, dice aquí, bueno vamos al 15 porque comienza ahí en una sección: "Qué pues, ¿pecaremos porque no estamos bajo la ley si no bajo la gracia?." Eso es lo que pasa también, cuando están bajo la ley, un sistema opresivo, demandante, exigente, oh, entonces se portan bien, pero entonces viene la Gracia de Dios que no nos trata como esclavos si no con amor, con misericordia, nos perdona nuestros pecados, no nos exige acciones para ser salvos, entonces mucha gente abusa de eso, entonces Pablo dice: "En ninguna manera, ¿no sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquél a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?."

Usted tiene dos tipos de esclavitud que tiene que escoger en su vida, o escoge esclavitud al pecado o esclavitud a la justicia, pero hay que escoger entre una cosa y la otra, yo prefiero ser esclavo de la justicia. Dice: "Pero gracias a Dios que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquélla forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" otra palabra, ¿eh?, está reteniendo la idea de autoridad y de sujeción a autoridad, y de pertenencia a algo mayor que usted, "Y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de la justicia", ¿amén?. Ya tú pasaste de ser siervo del diablo, del pecado, pero ahora tú pasas a vivir para la justicia y la santidad de Dios.

"Hablo como humano por vuestra humana debilidad, que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia, a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia." De la misma manera que tú te tiraste al fondo de la piscina para hacer el mal y el pecado, ahora lánzate también para hacer la santidad de Dios y servir a Dios en una manera pura, santa y limpia. Es un llamado de completa inmersión en una vida de pureza, de santidad y de justicia en los valores de Dios, no hay término medio. Yo creo que el Señor nos está llamando en este tiempo como congregación a ser una Iglesia que sirva a la santidad, sirva a los valores de Dios, sirva a la Palabra, tenemos que zambullirnos en las aguas de la santidad y de la justicia porque somos siervos.

Mire el versículo 22: "Porque ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y como fin la vida eterna." Ya hemos sido libertados del pecado y hemos sido hechos siervos de Dios, y nuestro fruto debe ser la santificación para la vida eterna. Mire otro pasaje para remachar esto completamente como es debido, bueno hay muchos, pero vaya conmigo a Mateo capítulo 24 versículos 42 al 51, Mateo 24:42-51, este quizás no es tan claro como en ese sentido acerca de la santidad pero sí nos habla acerca de una entrega total en todos los aspectos de nuestra vida, y es estar velando por la aprobación de nuestro Señor.

Mateo 24:42 al 51, dice: "Velad pues porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor, pero sabed esto, que si el padre de familia sabría a qué hora el ladrón ha de venir velaría y no dejaría minar su casa, por tanto vosotros estad preparados porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensais. ¿Quién es pues el siervo fiel y prudente al cual puso su Señor sobre su casa para que les de el alimento a tiempo, bienaventurado el siervo al cual cuando su Señor venga lo halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá, pero si aquél siervo malo dijere en su corazón oh, mi señor ha de venir, y comenzara a golpear a sus consiervos, y aún a comer y a beber con los borrachos, vendrá el Señor de aquél siervo el día que este no espera y a la hora que este no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas, allí será el lloro y el crujir de dientes." ¿Usted entiende mi hermano?.

Nosotros tenemos que vivir como que Dios puede venir en cualquier momento, porque hay mucha gente que ha entrado al Evangelio y como que nos hemos metido en una economía que, ah, ya llevamos dos mil años, y sí, Cristo puede venir hoy pero también puede venir dentro de mil años más, así que ¿para qué preocuparnos en vivir a ese nivel de santidad total?, va a venir en cualquier momento, yo hice esto la otra vez y no me cayó un rayo, no me partió, y lo voy a hacer otra vez por si acaso, y cuando venimos a ver nos vamos como durmiendo, y nos portamos mal, como dice aquí comenzamos a abusar de la casa de Dios, donde Dios nos ha puesto como siervos del Señor.

Dice no, tú tienes que vivir con un sentido de urgencia, un sentido de entrega total al Señor. Tú tienes que vivir como que Dios está mirando continuamente y hoy mismo puede ser el día en que tú comparezcas ante el Tribunal de Cristo y tengas que darle cuentas acerca de tu mayordomía, de cómo tú te has comportado, cómo tú has vivido, wow, eso nos obliga a nosotros a examinarnos a nosotros mismos y preguntarnos si estamos viviendo a la altura del Evangelio que Dios nos ha llamado a vivir.

Vamos a pedirle al Señor que desarrolle en nosotros ese sentido de completa urgencia, de que en cualquier momento Cristo puede venir, tenemos que vivir así entregados totalmente a Él viviendo a un nivel de pureza en nuestras vidas, que ese sea el sentir en nuestro corazón hermanos. Qué bello, siervos de Jesucristo, tú eres un siervo de Cristo, yo soy un siervo de Cristo, esta es una cultura, esta es una Iglesia de servicio al Señor, vamos a pedirle al Señor que selle eso en nuestro corazón en esta mañana, ¿amén?.

Vamos a ponernos de pie, pídale a Dios allí que haga esa obra en su espíritu, en su corazón ahora mismo, y que cale hondo ese llamado a una cultura de santidad, de humildad, de servicio los unos a los otros, de sencillez de corazón, de mirar siempre al Señor y preguntarle a Él ¿qué es lo que Tú quieres que yo haga Señor?, dime Tú lo que Tú deseas de mí, lo que pides de mí, y todo te pertenece a ti, no tuve tiempo mis hermanos, ese es otro punto también, de que todo lo que tenemos es de Él. Todo lo que tú tienes es del Señor, nada es tuyo, tu dinero, tu tiempo, tu cuerpo, tus energías, tu familia, tu casa, tu trabajo, tu profesión, tu futuro, todo es del Señor primeramente, y tú lo manejas con el permiso del Señor, y cuando el Señor lo necesita para sus propósitos tú tienes que entregárselo al Señor para sus propósitos, vivir solamente para Él, tú no vives para ti mismo, el apóstol Pablo dice y ya no vivo yo mas vive Cristo en mí, lo que ahora vivo lo vivo en la fé de aquél que se dió por mí.

Si Dios nos ayudara hermanos a vivir así como que nada es mío, todo es del Señor, cuando yo estoy en mi trabajo tengo que decir no, esta profesión no es mía, este trabajo no es mío, este trabajo pertenece al Señor, este dinero es del Señor, esta mujer con la que yo me he casado es del Señor, estos hijos que tanto amo son del Señor, lo que Dios quiera es lo que se hará en esta Iglesia, esta Iglesia no es mía es del Señor Jesucristo, y la manejamos con sumo cuidado porque le pertenece a Él, quiera Dios que ese sea nuestro sentir en la vida.

Padre ayúdanos a llegar a ese nivel de conciencia, de que todo lo que tenemos, todo lo que somos te pertenece a ti, y que estamos sujetos a unos valores y a un Reino que no es un Reino de independencia falsa si no de sujeción, amor los unos con los otros, servicio, humildad, mansedumbre, elevarnos unos a otros, fortalecernos unos a otros, amarnos y estimularnos unos a otros, Padre suplicamos con desesperación casi que ese sea el distintivo de esta familia que es la congregación León de Judá, todos los días de su existencia, queremos agradarte a ti Señor, queremos ser una Iglesia entregada a ti, agradable a ti, desesperadamente deseosa de servirte y agradarte sólo a ti Señor, ayuda a que esta Palabra sea una declaración profética que como un tornillo se meta profundo dentro de la estructura de esta Iglesia, estructurando su gobierno y su economía, su forma de vivir y de existir todos los días de su existencia.

Gracias, ayúdanos Padre, declaramos Tu Verdad y la vivimos ahora, ayúdanos a vivirla ahora Padre, gracias en el nombre de Jesús, y el pueblo de Dios dice amén, Dios les bendiga mis hermanos.