Una radiografía del corazón humano

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Evangelio según San Mateo capítulo 13. Quiero hablar acerca de una radiografía del corazón humano, una radiografía del corazón humano y específicamente con respecto a nuestra reacción a la Palabra de Dios y al Evangelio.

Capítulo 13 esa parábola conocida, la parábola del sembrador y la semilla. Dice que: "Aquél día" versículo 1 "salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente, y entrando Él en la barca se sentó y toda la gente estaba en la playa."

"Y les habló muchas cosas por parábolas diciendo: He aquí el sembrador salió a sembrar y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y la comieron." Primera escena, primer escenario digamos. Segundo, dice: "Parte cayó en pedregales donde no había mucha tierra y la semilla brotó pronto porque no tenía profundidad de tierra." Dice: "Pero salido el sol se quemó y porque no tenía raíz se secó" ese es el resultado negativo.

La tercera dice: "La semilla que cayó entre espinos" parte cayó entre espinos versículo 7 "Y los espinos crecieron y la ahogaron" cuarta semilla; "Pero parte cayó en buena tierra y dió fruto cual a ciento, cual a sesenta y cual a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga." Bendiga el Señor Su Santa Palabra, amén.

Vemos aquí al Señor Jesús hablando en parábolas y posiblemente fue una de las primeras veces que Él usó ese artificio por el cual Él es tan conocido de usar imágenes y usar relatos simbólicos para expresar ciertas verdades profundas espirituales, verdades del Evangelio, de la vida espiritual. Y aquí vemos que el Señor está hablando acerca de lo que pasa con la proclamación del Evangelio y cuáles son los elementos secretos que determinan el éxito o no de predicación o de una acción evangelística. Y vemos aquí que hay muchos factores, hay factores diferentes que a veces no tomamos en cuenta que son a veces los que determinan lo que sucede.

Es misterioso, la verdad que es misterioso. Cuando una persona pasa al frente y acepta a Cristo como Señor y Salvador, entrega su vida, como lo queramos llamar detrás de bastidores, detrás de ese momento hay miles yo diría de factores, quizás hasta millones de circunstancias no solamente en la vida de esa persona, no solamente en ese momento sino inclusive en generaciones que llevaron quizás a ese instante. Intercesiones secretas, experiencias que la persona ha tenido, intervenciones divinas y diabólicas; cultura, una cantidad de elementos diferentes que son los que intervienen para que una persona pase al frente y reciba al Señor o no lo reciba, es algo bien misterioso.

Y nosotros no podemos estar concientes de todas las cosas que suceden pero aquí el Señor se toma un momento como para señalar un poquito como detrás de las cortinas muchas de las cosas que suceden en la proclamación del Evangelio. No solamente en eso sino también yo diría que en la misma vida de cada creyente y el resultado si da mucho fruto, si no da fruto y hasta qué punto da fruto etc, todas estas cosas están aquí retratadas así en una forma así en cápsula.

Y el Señor señala cuatro destinos de una misma semilla. Fíjese que es interesante que la semilla no cambia, la semilla es la misma; la semilla tiene todo lo que necesita para dar fruto. El problema no es la semilla, ni siquiera es una cuestión de diversas semillas con diferentes constituciones internas ni nada por el estilo, es una sola semilla ¿cuál es la semilla?. El Evangelio, la Palabra de Dios, las verdades del Evangelio, los misterios del Evangelio. Eso no cambia, es igual en todas las circunstancias. Cristo es el mismo ayer hoy y por los siglos.

Cristo sana, Cristo salva, Cristo bautiza, Cristo viene pronto, eso no cambia y nosotros tampoco podemos cambiar la semilla. A nosotros no nos toca cambiar el contenido de la semilla, eso es de Dios; el sembrador no reconfigura las semillas, el sembrador no cambia la composición genética de las semillas, el sembrador simplemente obedece a la dinámica interna y a la constitución natural de la semilla. Lo que él hace es que él opera dentro de las leyes de la naturaleza que han sido establecidas, puede jugarse un poco pero las leyes son.

Cuando se hacen injertos y se crean otras especies de flores, otros tipos de matas o lo que sea no se viola la ley de la naturaleza, lo que se hace es que se encuentra cuáles son las leyes y se aprende a obrar creativamente dentro de esas leyes pero las leyes no se violan, la semilla es la semilla. Y entonces lo que está pasando aquí es que una sola semilla que es la Palabra de Dios, la cual es lanzada por alguien que es llamado El Sembrador ¿quién es el sembrador? tú, yo, la Iglesia de Jesucristo.

Nosotros somos sembradores. El sembrador simplemente obedece dentro de un contexto que le ha sido dado. El sembrador quiere vida, quiere fruto y entonces hace lo que se le mandó a hacer, lo que la naturaleza requiere. Para tener fruto hay que sembrar, para tener fruto hay que trabajar tierras, para tener fruto hay que tener paciencia, para tener fruto hay que tener visión, para tener fruto hay que tener persistencia, para tener fruto hay que sobreponerse a tormentas y sequías y plagas y volver a sembrar otra vez si no dió fruto la primera vez. Es una cuestión a largo plazo.

Y la Iglesia de Cristo eso es lo que hace, siembra la Palabra continuamente y yo creo que nosotros somos sembradores. Y yo creo que una de las cosas que me recuerda este pasaje es que hay cosas fuera de nuestro control. Nosotros no podemos controlar el corazón del hombre, no podemos la cultura en la cual nacimos para predicar el Evangelio. No podemos controlar la hora de Dios en los corazones ni en los misterios de cómo Dios interactúa con la gente. Nuestra parte es ser obedientes y sembrar.

Como dice ese hermoso himno: sembraré, sembraré y dejaré el resultado al Señor. El apóstol Pablo también dijo: yo sembré, Apolos regó pero el crecimiento lo da Dios. Nosotros tenemos que ser obedientes; Dios nos ha puesto en la Tierra para sembrar la Palabra y nosotros tenemos que sembrar la Palabra hermano donde quiera que seamos puestos, nosotros somos sembradores eternos, constantes, incansables. Tenemos que sembrar en nuestros trabajos.

Alguien me hablaba los otros días acerca de una persona a quien le habló acerca de Jesucristo, no recuerdo quién fue la persona, me estaba diciendo esta semana creo que fue, le habló a alguien en VJ's, escuchó una conversación creo que fue la hermana Fanny; escuchó dos personas, dos amigos que se encontraron en VJ's, ese almacén ahí donde se venden tantas cosas y ella estaba allí en un área donde estaban sirviendo tantas cosas como hacen a veces en estos sitios.

Entonces escucha esta conversación entre estos dos hombres donde uno dice: ¡wow hace cuánto que no te veo! y el otro dice: sí, perdí a mi esposa hace poco y estoy bien triste, he estado muy deprimido y estoy luchando con eso, y entonces el otro lo consoló, lo saludó, hablaron un ratito y después se despidieron y Fanny estaba ahí con el oído prendido, sembradora. Somos sembradores y tenemos que mirar las oportunidades, tenemos que mirar las circunstancias.

Yo creo que uno tiene que crear una conciencia de sembrador. Si tú no te ves como una persona que ha sido llamada para predicar la Palabra muchas veces ciertas situaciones te van a pasar de largo y no vas a escuchar la voz de Dios diciendo: hey ve y siembra este es el momento como Felipe diciendo: acércate a ese carro, porque hay una necesidad; todo está listo, el escenario está preparado solamente prende la mecha y se prende el fuego, solamente prende la mecha y ella hará lo que tiene que hacer.

Entonces Fanny estaba allí mientras escuchaba titubeando cuando el hombre se fue, el compañero se fue, el otro se quedó allí el viudo y ella dice: ¿qué hago, le hablo? va a pensar que estaba yo pendenceando, quizás es algo muy privado no le debo hablar pero ¿sabes qué? ella dijo nada, en el nombre del Señor se animó. Le dijo al señor: caramba no pude dejar de escuchar lo que estaba diciendo cuánto lamento, entonces el hombre se abrió; en vez de estar cerrado y arisco y uraño no, le habló, abrió su corazón y le dijo: sí perdí a mi esposa hace poco, me siento muy mal y estoy triste.

Fíjese ella fue audaz como para, esta persona angloparlante, double jeopardy es angloparlante ella latina, nosotros una Iglesia mayormente latina pero se atrevió a decirle: mira en nuestra Iglesia tenemos un grupo de luto, es un grupo de hermanos algo que nació así muy espontánea aquí en nuestra Congregación, personas que han experimentado pérdidas en sus vidas de diferentes tipos, entre ellas está claro evidentemente pérdida de seres queridos y se reúnen periódicamente, el grupo lleva ya varios años; la hermana Marina lo comenzó hace un tiempo y siempre ha sido reuniéndose y vienen personas que han tenido pérdidas de diferentes tipos, se reúnen, toman un café, hablan, oran etc.

Y ella le dijo: mira tenemos este grupo en nuestra Iglesia, no te preocupes podemos traducirte, algo hacemos. El caso fue que el hombre dijo: claro yo necesito hablar, necesito abrirme con alguien porque esto es muy pesado para mí. Y el hombre vino y aceptó al Señor allí en la reunión. Y no solamente eso sino que está visitando el servicio en inglés allá abajo, está viniendo regularmente (aplausos).

Así que yo creo que esta idea ¿no? de que somos sembradores y el sembrador lo que hace es sembrar, el Señor lo hizo muy específico; no es ni siquiera un granjero, un farmer en general, no es un sembrador, eso es lo que Él hace. Y la Palabra del Señor es muy clara el modus vivendi, la razón de ser de la Iglesia y del cristiano es inseminar este mundo con la Palabra de Cristo, los valores del Reino de Dios, para eso vivimos y para eso somos. El único propósito de tu vida hermano a la luz de la eternidad y lo que Dios tiene destinado para ti es ser útil para el Reino de Dios no hay otra cosa, nada más justifica tu existencia excepto que tú seas un instrumento en las manos del Señor y que tú ayudes a otras personas a conocer a ese Cristo y entrar en ese destino sublime de una comunión eterna con el Padre por medio de Jesucristo.

Y yo creo que no hay un llamado más grande que ese y no hay una tarea más grande que esa y nosotros tenemos que poner todo lo demás a un lado para que eso se haga una realidad en nuestra vida. Quiera el Señor formando cada día más y más de nuestra Congregación una Iglesia sembradora, una Iglesia que siempre el Evangelio y que como dice Pablo: todo lo he llenado; ya no tengo más nada, no tengo más lugar dónde ir porque ya todo lo he leudado con la masa del Reino de Dios, con la levadura del Reino de Dios y eso es lo que nosotros tenemos que hacer.

Hay camino, aquí hay campo, hay terreno fértil. Este es tiempo fértil para la proclamación del Evangelio, de la semilla incambiada e incambiable del Evangelio y si nosotros lanzamos la semilla la semilla va a hacer lo que tiene que hacer yo les aseguro; el Señor se encargará, el problema ya no es nuestro, el problema entonces ya es la semilla, la tierra donde cae y la dinámica espiritual que eso está fuera de nuestro control. Nosotros simplemente hablemos a la gente y dejemos que el Señor se encargue de lo demás ¿ok? Eso es importante en esta imagen.

Entonces yo creo que otra cosa que sale de este pasaje bien importante es eso de que hay un elemento que está fuera de nuestro control, hay varios aquí. Uno de ellos es la persona misma quien recibe la Palabra y dónde está esa persona, en su condición interna en ese momento. Cuando nosotros predicamos el Evangelio las personas están en diferentes etapas y diferentes estados de receptividad. Algunos usted nada más tira la semilla y como magia brota enseguida porque eran tierra absolutamente fértil y preparada, otros rebota la semilla como si fuera una bola de básquetbol porque la persona no está preparada y eso vamos a ver en un momentito.

Pero hay cosas que nosotros no podemos controlar y que tampoco podemos caer en el error de querer jugar con la semilla o matarnos demasiado para que la semilla brote de alguna manera y forzar las cosas. Yo he aprendido como Pastor que no puedo agonizar demasiado tampoco por cosas que a veces están fuera de nuestro control. En la vida de una Iglesia el Evangelio es proclamado, mucha gente se convierte, pasan al frente en el curso de un año; vienen muchas visitas, vienen personas y escuchan la Palabra y se ofenden, otros reaccionan tibiamente, otros con gran entusiasmo, unos están un tiempo y se desaparecen permanentemente, otros se van, vuelven. Esa es la dinámica de la vida de la Iglesia hermanos.

Nosotros no tenemos control, debemos hacer todo lo posible todo lo que esté de nuestra parte sí para retener a la gente, para anclarlos en la Palabra de Dios, para convencerlos del Evangelio pero ¿sabe qué? hay una parte en que ya usted no se puede estrujar más de la cuenta para que esa persona acepte a Jesucristo. Y yo creo que la Iglesia a veces en estos tiempos como yo compartía con los hermanos en el discurso este que di estamos en una cultura que a veces puede ser muy escéptica y resistente a la Palabra del Señor y la tendencia de la Iglesia puede ser: ok entonces vamos a cambiar la semilla, vamos a jugar con la semilla para que la tierra entonces interactúe mejor con la semilla.

Y entonces comenzamos a bajar el Evangelio, comenzamos a acomodar el Evangelio a la gente. Nos teñimos el pelo como una mujer que no está segura de si es bonita o no, nos cambiamos el pelo después a la semana que viene somos pelirrojos, la semana que viene somos rubias, la otra somos pelo negro, los hombres nos dejamos crecer el bigote, nos cortamos la barba, adelgazamos, vamos al gimnasio, nos cambiamos de ajuar tratando de agradar a la gente y nada resulta porque es que hay algo interno muchas veces, según tú estás por dentro así va a ser tu belleza, así va a ser tu atractivo; si tú estás segura, seguro de ti mismo eso va a comunicar algo.

Si estás inseguro olvídate, mientras más tratas más inseguro te pones y menos atractivo resultas. Y yo creo que eso pasa también con nosotros ¿no? Yo creo que nosotros tenemos que estar seguros de en quién hemos creído, seguros del Evangelio sublime que tenemos, seguros de que el mundo necesita lo que Dios nos ha dado a nosotros. Y sí vamos a hacer todo lo posible por amar a la gente y darles en maneras que ellos puedan recibir pero hay un momento en que como dice el Señor Jesucristo: no vamos a echar nuestras perlas a los cerdos.

Una vez que hemos proclamado la Palabra con amor, con gentileza y con bondad y transparencia entonces nos echamos para un lado y que el Señor haga la obra. Tampoco podemos forzar a la gente más de la cuenta. Hay veces que nos hacemos imposibles a nuestros familiares y a nuestros amigos. Conocemos a Cristo y estamos predicándole a la gente y queriéndole meterles a Cristo a través de la garganta quieran o no y a todas horas y haciéndolos sentirse mal y a veces lo que hacen es que echan pestes de nosotros y cuando nos ven se mandan a correr porque ya viene.

Yo creo que nosotros tenemos que predicar el Evangelio sí insistentemente como dice la Palabra: en tiempo y fuera de tiempo pero no compulsivamente ¿no? Tenemos que hacerlo sabiamente, inteligentemente, saber cuándo hablar y cuándo callar. Cuándo esperar que la misma persona se cuelgue con su propia soga y entonces venga donde nosotros y nos diga: óyeme ¿qué fue lo que tú me dijiste hace tres años acerca del Evangelio? Y yo creo que tenemos que mezclar esa sutil combinación de ser solícitos pero también a la misma vez ser confiados y saber que lo que nosotros tenemos es algo sublime y predicar el Evangelio con confianza, que el producto que nosotros tenemos que ofrecer es algo inigualable.

Y si tú lo quieres recibir gloria a Dios yo me voy a gozar contigo, voy a celebrar y aún si no lo quieres recibir voy a tocar un poquito más fuertemente pero tampoco voy a estar suplicándote que recibas algo que es para tu bendición y que es algo sublime. El Señor Cristo dijo: no le echen sus perlas a los cerdos. Yo siempre veo esa mezcla en Jesús: solícito, amoroso; vino al mundo, se despojó de Su Gloria, sufrió lo indecible, padeció grandes cosas para que la gente se salvara pero yo nunca lo veo a Él suplicándole a la gente ni llorando para que lo acepten. Yo veo esa dignidad con que Él habla siempre, ese recato, esa seguridad de sí mismo. Solícito pero también seguro en lo que Él tiene.

Yo creo que si nuestra Iglesia cultiva esa seguridad entonces podemos hacer el trabajo. A nuestra Iglesia va a venir mucha gente; ya yo dejé de sufrir porque vienen cientos de personas y no todos se quedan. La predicación del Evangelio es así, es misteriosa. Nosotros sembramos, sembramos, sembramos y dejamos el resultado al Señor. Quizás esa vida que vino aquí el domingo y después estuvo seis meses acá y después se desapareció vuelve otra vez en algún momento o se va a otra Iglesia y allá la bendicen y la siguen edificando o se va a otro país y años después brota la semilla.

Yo he visto qué maravilloso, es una ecología que nosotros no tenemos total control de ella. Nuestra parte simplemente es hacer el trabajo de Dios lo mejor que podamos y entonces dejar que las dinámicas diferentes, el diablo y los ángeles y Dios y las circunstancias y el corazón de la gente hagan su obra allí, tengan su química y entonces se dé lo que Dios quiere que se dé. Nosotros tenemos que ser así como Iglesia, no vamos a cambiar la Palabra, vamos a tergiversar el Evangelio y tampoco vamos a estar contínuamente como sobreeximándonos y compulsivamente criticándonos porque no tengamos diez mil personas o porque vienen muchos, hagamos todo lo que podamos pero entonces dejemos el resultado al Señor.

Yo veo eso aquí porque el sembrador siembra y entonces hay otras cosas que intervienen cuando él siembra. Entonces hay tres, cuatro clases de diferentes semillas; diferentes corazones, diferentes sensibilidades, diferentes psicologías que interactúan con la Palabra, con el mensaje que ese sembrador, ese evangelista está proclamando.

Dice que: "La primera semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y la comieron." Y el Señor después les explica a los discípulos que no están acostumbrados a esta modalidad de enseñanza y dice: ¿Qué quiere decir eso? Entonces en el versículo 18 más adelante en ese mismo capítulo Él les dice el significado de esa primera semilla que cae junto al camino. Dice: "Cuando uno oye la Palabra del Reino y no la entiende viene el malo y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste fue el que fue sembrado junto al camino."

Entonces esa semilla que cae junto al camino es símbolo de la persona que escucha el Evangelio, no lo entiende y entonces como no se agarra al Evangelio entonces el diablo tiene poder entonces para venir, el malo es eso el diablo, Satanás. Mire qué interesante Cristo sabía bien; Satanás no era una metáfora ni era un principio ciego, es un ser que tiene voluntad, propósito y sentido de inteligencia y que tiene una estrategia y que su deseo es que la gente no conozca a Jesucristo. Esa es la obra principal del mal en el mundo, es tergiversar y subvertir e impedir que el Evangelio progrese y que la Palabra del Señor encuentre en el corazón de la gente asidero para que la Palabra los salve.

Satanás está comprometido a que las naciones, las colectividades, los individuos, las familias no se sanen y no escuchen el Evangelio, no retengan la Palabra. Cuando nosotros sembramos la Palabra, cuando la Iglesia se mueve en el mundo tiene que entender que estamos en guerra por cada alma y que hay un enemigo que no quiere las almas se salven y se sanen. Tenemos que entender que sembramos en un mundo hostil; el príncipe de este mundo dice: "Cegó el entendimiento de ellos para que no les resplandezca la luz del Evangelio."

Hay gente que se pierde porque el diablo está jurado a muerte a impedir que las personas sean salvas. El diablo no quiere que las culturas sean salvas, que las naciones sean salvas y nosotros predicamos en ese contexto por eso es que nosotros tenemos que armarnos de toda la armadura de Dios. Las iglesias que quieran ser efectivas espiritualmente en este tiempo evangelísticamente, espiritualmente tienen que ser llenas del Espíritu Santo. Iglesias diestras en el manejo de las armas del Espíritu, iglesias que conozcan la dinámica de la guerra espiritual.

Iglesias intercesoras, iglesias que oren, iglesias que clamen al Señor. Iglesias de gente que hayan muerto ellos mismos y que sepan lo que es pelear con el diablo cuerpo a cuerpo y con la carne y con el mundo y que entonces puedan predicar el Evangelio desde una perspectiva: conocemos los misterios, sabemos que eso es guerra a brazo partido con las fuerzas del mal.

El Evangelio no se predica en términos neutrales. El Reino de los Cielos dice: "se hace fuerte" quiere decir que avanza por fuerza. El Evangelio no avanza neutralmente como un barco en un mar plácido; avanza contra el viento de la cultura y el viento del hombre y el viento del diablo. Y entonces nosotros tenemos que saber eso para vivir vidas de oración, para orarle al Señor y forcejear por las almas para que suelte.

Una hermana me hablaba ayer mismo acerca de su lucha son su esposo que parece que es duro para el Evangelio, no cree ni en Dios siquiera y se goza en estrujarle en la cara que no cree en Dios. Un hombre bueno parece pero y eso la desencanta a ella. Yo digo: hermana lo único que usted puede hacer es clamar a Dios por su alma, orar, interceder para que Dios. No pelee con él porque eso evidentemente no va a dar resultado; entrégueselo al Señor, entrégueselo al sabueso divino y Dios lo perseguirá y lo ablandará allí, esa semilla va a tener que echarla como las habichuelas, dos, tres días allí para que con el fuego y el agua se ablanden.

A veces tenemos que chubarle al sabueso divino a la gente para que se les tire detrás de ellos y los persiga y los haga pasar por unos cuantos sustos a ver si así, y aún a veces ni siquiera así a veces. Entonces el malo viene y arrebata, nosotros tenemos que predicar el Evangelio en una manera mlitante y feroz y arrebatarle las almas al diablo, y saber que a veces tenemos que orar, clamar y a veces es más: cuando estamos predicando más fuertes tenemos que ser en el Espíritu porque el diablo se va a tirar atrás de nosotros también para neutralizarnos, para destruírnos.

Pero es interesante también que hay un protagonista, hay un actor tras bastidores muy fuerte en la proclamación del Evangelio que es Satanás y las fuerzas del infierno y nosotros tenemos que entender eso para proclamar el Evangelio en una forma efectiva.

Lo otro que dice acerca de esta persona es que no entendió, dice: "Escucha el Evangelio y no lo entiende" y eso es lo que hace a esa persona fácil presa para la obra de Satanás. ¿Qué quiere decir no entender el Evangelio? Para mí yo creo que no entenderlo quiere decir bueno, primeramente a un nivel puramente cognocitivo quiere decir que no le resplandece la verdad del Evangelio. No entiende los misterios, las paradojas, las contradicciones, lo sutil del Evangelio porque es una cosa muy sutil y no se puede entender con la mente, no se puede con el cerebro ni por medio de la cultura ni los esquemas intelectuales. Eso hay que respirar, bajar la guardia y dejar que como un niño la Palabara penetre a nuestro corazón. No se entiende a través de la mente.

Si tú estás luchando: ah ¿con quién se casó Caín después que mató a Abel y cómo después tuvo descendencia si sólo era él y su hermano Abel? Que si hay platillos voladores y si se van a salvar los marcianos en Júpiter, que si hay otros planetas y hay gente en otros, y por qué hay hipócritas en la iglesia y por qué no te visitaron. Mira si tú te pones nunca vas a entender el Evangelio, nunca lo vas a recibir porque siempre va a haber gente hipócrita, quizá tú mismo vas a ser uno de esos algún día y siempre va a haber imperfecciones en la Iglesia, y siempre va a haber algo que no vamos a poder explicar sea la teoría de la evolución o cómo el mundo se creó finalmente en detalle, hay mil maneras y no vamos a entenderlo.

Tenemos que hacernos como niños. Dice la Palabra que si no nos hacemos como niños no podemos entrar al Reino de los Cielos. Así que no trates de entender el Evangelio porque no lo vas a entender jamás ni a través de argumentos tampoco porque ninguno te va a satisfacer.

Yo creo que otra cosa que no entiende el Evangelio, esto también quiere decir que no entiende la importancia de lo que le está predicando, no reconoce lo sublime, lo profundo y lo bello y lo importante que es el Evangelio. La gente no entiende muchas veces que se está hablando de su destino eterno; dónde van a pasar la eternidad, si van a ir al cielo o al infierno. Si van a estar con Dios o con el otro.

Y yo creo que nosotros tenemos que hacerles entender eso, es que esto es tu destino eterno, esto va a determinar a dónde tú vas. La vida humana y el tiempo que tú pasas en este mundo es un puntito infinitésimamente pequeño comparado con esa extensión interminable que es la vida eterna y lo que tú decidas aquí con respecto a Jesucristo va a determinar dónde tú vas a estar por los siglos de los siglos de los siglos multiplicado ad infinitum. Entonces yo creo que esta gente no entiende; hay mucha gente que cuando tú le hablas del Evangelio cree que tú le estás hablando simplemente de otra fruta más en el mercado de las religiones o de las filosofías.

Otra cosa más pero el Evangelio es infinitamente importante y Cristo es el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por Él. Es la cosa más importante, la decisión más importante que tú puedes hacer y yo espero que tú la puedas entender y que le des importancia y que la consideres. Pero hay mucha gente que está tan preocupada por tantas diferentes cosas y no entiende lo importante de esa decisión, no se debe dejar para última hora porque tú no sabes cuándo te llegará tu momento y tienes que hacerlo en ese momento.

Hay otra cosa antes de continuar acerca de esto. Hablamos acerca de la acción de Dios en la proclamación del Evangelio, perdón del diablo ¿pero qué hay de la acción de Dios? que es algo que nosotros tampoco podemos controlar y es algo que yo lo pongo allí como un puntito casi como extra, un asterisco. ¿Sabes que también Dios está involucrado a veces de una manera neutral o positiva en la proclamación del Evangelio? Hay personas para quien Dios tiene propósitos en el Evangelio y por alguna razón misteriosa Dios los escoge desde la fundación del mundo y Dios los va a salvar y va a tener tratos con ellos, y va a movilizar todas las fuerzas y del Reino Suyo para esa gente entre al conocimiento de Él y reciba a Cristo como Señor y Salvador y sean salvos.

Como el caso de Felipe ahí, el eunuco Dios lo quería usar y movilizó todo Su Poder para que Felipe tuviera un encuentro con Él. La samaritana el Señor tuvo allí, hizo una cita con ella, le habló la trató y la llevó a Sus caminos. Pero hay personas con quien Dios quizá no tiene planes también ¿sabía eso usted? Eso es uno de los misterios. Hay gente por la cual yo no sé por qué razón pero yo creo que en la Palabra es claro que hay personas con quien, Dios escoge muchas veces también y hay personas con quienes Dios simplemente no ha activado Su Santa. En última instancia Él es el soberano en todo caso, nadie viene a Cristo sino porque el Señor lo trae.

Pero también es como que hay gente con quien Dios no tiene tratos. Yo he conocido personas y quizá lo que pasa también es que no es el momento para ellos, quizás más adelante pero hay personas que son torpes para el Evangelio. Es como tirar una moneda en un pozo hondo y es tan hondo que la moneda sigue viajando, viajando y es tan hondo que tú ni la escuchas cuando cayó al fondo. Hay personas que son un hoyo negro y el Evangelio simplemente como que no hace resonancia en ellos yo creo que en parte porque Dios quizá no tiene planes para esa gente.

Pero ¿sabes qué? yo creo que otra cosa acerca de eso es que yo creo que sí en los misterios de la soberanía y la libertad humana nosotros podemos orar por personas para activar y para ponerlos en la agenda de Dios por así decirlo. Yo creo que nuestras oraciones y nuestra intercesión puede activar la gracia de Dios a favor de gente y puede ponerlos en la mira divina y entonces podemos interceder.

Yo a veces estoy manejando y veo a alguien en el camino y siento como que Dios me dice: Ora por esa persona. Es que Dios necesita que aquí en la Tierra se hagan cosas para Él y Él entonces hacerlas allá en el cielo. Y los misterios de la autoridad de la Iglesia son increíbles. Y a veces Dios necesita que se ore para que por ejemplo vengan obreros a Su mies. Bueno si Dios sabe que se necesitan obreros para la mies ¿para qué tenemos que orar para que vengan, por qué Él simplemente no los activa?

Es que Dios necesita que haya acción entre Su pueblo porque Dios es un Dios muy ordenado y entonces nosotros debemos también orar por las personas para que el Señor los traiga al conocimiento de Él, para que sea quitado el yelmo de hierro que cubre su entendimiento, para que Dios active Su Poder y sean sanados y vengan al conocimiento del Señor y entiendan la importancia del Evangelio.

De todas maneras es importante eso que entendamos que hay personas que no entenderán todo esto y entonces el enemigo tendrá libre campo para hacer daño. Otra cosa aquí yo creo que esta parábola tiene como dos niveles. Un nivel es el de la gente, el inconverso pero otro nivel también es nosotros. Yo creo que hay gente que Dios no los usa más en la vida cristiana porque no entienden la importancia del Evangelio, no le dan importancia y entonces no hacen todo lo que tienen que hacer para trabajar en la viña del Señor y para saber lo importante que es su acción, y para entender la cuestión de vida y muerte que es el servicio al Señor y avanzar los intereses del Reino de Dios.

No están poseídos por esa urgencia de su posición y su identidad y entonces el enemigo también les arrebata los buenos propósitos, los llamados que se dan en la Iglesia, las invitaciones a ser siervo del Señor, a trabajar arduamente para el Evangelio y el diablo entonces les quita todo eso y se van y se olvidan. Qué interesante que esta semilla está junto al camino donde viene el vaivén de la vida y el corre-corre todo esto, eso es aparte.

Segundo dice que aparte de la semilla cayó en pedregales donde no había mucha tierra y brotó pronto. Irónicamente hay un tipo de personas que recibe el Evangelio y como son personas cambiantes y como personas almáticas, ¿cómo dice en inglés? son gente que hoy en día están en un sitio y cambian rápidamente de mood, de temperamente y de convicción. Volubles ¿quién dijo eso para darle un aplauso? oh volubles, oiga hermana qué bueno ese es vocabulario colombiano, volubles exactamente.

Y entonces esas son personas que cambian tan rápido. Un día son hare krishna y otro día son budistas o adventistas o lo que sea. Para ellos you know, todo es posible y el Evangelio bueno está bien lo tratan por un tiempo pero después lo dejan, no son personas de larga duración y no se mantienen en los compromisos que hacen. Entonces dice el Señor aquí que ese tipo de personas dice: "No tiene raíz en sí sino que de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución las piedras, los pedregales son símbolo de la aflicción y la persecución."

Esta semilla brota rápido porque la tierra es llana y entonces está en contacto con el calor de esa piedra y el calor de la piedra y las piedras alrededor y como no tiene mucha raíz a donde ir como que se acelera el proceso y brota enseguida. Por eso a mí me gusta cuando la gente se toma tiempo para considerar el Evangelio, son gente sólida muchas veces y cuando se convierten lo hacen firmes. A veces mucho del trabajo es porque la gente tiene un propósito y quiere que vayan hondo para que cuando broten broten con fuerza.

Pero paradójicamente aquí esta gente recibe el Evangelio y creen como que wow: el Evangelio es un lecho de rosas, todo me va a ir bien. Esta gente que me invitó a la Iglesia me pegó un botón aquí cuando yo llegué de flores, me presentaron y me dijeron que me pusiera de pie, me llamaron cuando yo no fui a la Iglesia el próximo domingo y cuando yo llegué el Pastor saltó corriendo para darme un abrazo. Pero pasan los días y el Pastor me dice: hola hermana Dios le bendiga y sigue caminando o no me llamaron. O vienen los problemas.

¿Sabe que cuando mucha gente viene a Cristo entonces es que el diablo se pone en contra de ellos, se tira? Y tienen a veces dificultades y problemas y luchas. He hablado muchas veces con los hermanos así que digo: wow caramba parece que les fue peor antes de conocer a Cristo que antes pero admiro su tezón, admiro el hecho de que se mantienen y que no dan su brazo a torcer y siguen amando a Dios. Yo les digo: hermano persiste allí hasta que pase la tormenta, ármate de toda la armadura de Dios, no reniegues de tu Dios y manténte firme porque el Señor un día hará que esa tormenta se vaya y vendrá tiempo de refrigerio y de bendición para tu vida pero no te cuitees. Que el diablo quiere eso, que tú le voltees la espalda y te eches a huír.

Sabe que a veces venimos al Reino de Dios por medio de aflicciones y dificultades y luchas. El Evangelio no es fácil, no se le puede ofrecer a la gente que venga a Cristo y todo te irá bien; no vas a tener problemas, no te vas a enfermar, tu mujer te va a querer más, tus hijos van a ser un dechado de virtudes. ¿Es misterio? no hay lucha. Lo que adquirimos es, Dios no cambia el mundo, nos cambia a nosotros y nos da poder y armas para vencer y persistir y seguir adelante pero el Evangelio es difícil y está acompañado de muchas tribulaciones. Y a veces vendrán muchas pruebas para fortalecernos.

Porque ya nuestra escala de valores no es cuánto dinero tengo y cuánta ropa tengo en el clóset y cuánta comida delicada me puedo comer sino que ya los valores de Dios ahora son producir un hombre, una mujer que refleje el carácter de Cristo y a veces eso va a requerir un entrenamiento arduo, el entrenamiento del soldado, del atleta. Carácter. Carácter viene a ser más importante que comida o dinero y entonces la intención de Dios va a ser hacer un hombre, una mujer que sea como Cristo y entonces eso va a hacer que vengan pruebas y luchas para templarte, para entrenarte y también el enemigo va a querer destruírte y tú tienes que saber que eso no es lo que legitima o le da su veracidad al Evangelio, que Dios puede usar todas las cosas como dice el apóstol Pablo para para bien en tu vida.

Sean pruebas, sean dificultades Él lo va a usar para bendecirte pero no te apartes del Evangelio simplemente porque estás teniendo un tiempo difícil. Persiste, manténte. Esto se refiere tanto a los nuevos que no conocen pero también a nosotros. No seamos de corta duración en nuestro servicio, en la Iglesia y en nuestro servicio al Señor, en nuestra firmeza, en las cosas en las cuales nos comprometemos. Seamos gente que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no. Si tú pusiste las manos sobre el arado manténla allí; te comprometiste con un ministerio, no te vayas simplemente porque la gente no vino el día que tú citaste para una reunión.

Sigue adelante, sigue persistiendo en lo que Dios te dió, se fiel para lo que Dios te llamó y no te cuitees simplemente porque no te va bien un día u otro. ¿No? si Dios te llamó sigue adelante. Y si Dios te llamó no te salgas simplemente porque te vaya mal, sigue porque Dios te dará la victoria en última instancia.

La tercera semilla es la semilla que cayó entre espinos. Dice: "Los espinos crecieron y la ahogaron." Entonces el Señor explica lo que es esa semilla, dice: "El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la Palabra pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra y se hace infructuosa, no da fruto." Entonces ¿cuál es esa persona? Es la persona que oye el Evangelio pero hay una cantidad de cosas que compiten con su capacidad de aceptar lo que se está diciendo.

Esa persona ama más al mundo que a Dios. Ama más la historia en la que está insertado que la eternidad a la cual Dios lo llama. Ama más la complacencia de un momento y el placer de un momento que el placer inconcebible de una vida eterna con Cristo que no puede ver ahora mismo, ni siquiera puede imaginarse. Una persona tosca, superficial y vanidosa; vive en la vanidad de vanidades. Y lo que le importa es el último vestido que sale en Cosmopolitan o la última película o la última canción que uno de estos cantantes sacó o el último juguete tecnológico que sale, el último juego. Están tan metidos en el mundo, tan absortos en las cosas del mundo. Es el hombre de negocios que sabe que está haciendo cosas que no debe y si entra al Evangelio va a tener que dejar esas cosas pero es capaz de vender su alma al diablo en vez de dejar esas cosas que sabe que le impiden entrar en el Evangelio.

Es la persona que sabe que está en una relación indebida o hace algo sabe que no le agrada a Dios pero ama eso mucho más que la salvación de su alma. Hoy en día hay tanta gente que crea sistemas completos apologéticos para explicar y justificar una práctica adictiva en la cual están metidos y la aderezcan y adornan con toda una filosofía y un sistema de apoyo y cultura y todas las demás cosas, entonces dicen: eso es lo que yo soy, así yo soy. Puedes ser muchas cosas diferentes, porque no tienen el valor de poner eso a un lado y venderlo todo para heredar el Reino de Dios.

Hermano: no importa cuál sea lo que tú amas, qué sea lo que tú amas y qué sea lo que te atrapa, véndelo todo y entrégalo todo. Pierde ojo, mano, lo que sea para entrar al Reino de los Cielos. No ames ni el mundo ni nada de este mundo más que el llamado de Dios a tu vida. Sacrifica lo que sea necesario para entrar al Reino de Dios. Pon a un lado todo lo que tengas que poner a un lado, véndelo todo. Esa imagen de venderlo todo, de dejarlo todo; el que no deja padre y madre, hermano o hermana, hijo o hija por Mí no merece ser Mi discípulo dice el Señor.

Por eso es que el Evangelio es más difícil, es porque tú tienes que establecer una escala de valores muy diferente a la del mundo. Tú tienes que examinar todas las bolitas de vidrio que tú tienes en tus manos que tanto te fascinan y decir: ¿qué hago me quedo con ellas o acepto el pan de vida que es Cristo Jesús y lo dejo todo para el incomparable valor de conocer a Cristo como Señor y Salvador? Y yo creo que nosotros tenemos también al nivel de creyentes eso mismo. Hermano no hay nada más valioso en este mundo que ser un agente para el avance del Reino de Dios en la Tierra.

¿Qué estás haciendo tú para avanzar el Reino de Dios? ¿Cuál es tu llamado, dónde está tu trato con Dios directo entre tú y Él? ¿Qué es lo que Dios te ha llamado a hacer a ti? ¿Y estás poniendo tú todo lo demás a un lado por el incomparable gusto de ser usado por Dios y ser un instrumento en las manos del Señor? ¿Qué es lo que te aguanta?

Gracias a Dios que hay una cuarta semilla que no tenemos que insistir mucho en ella. Yo espero que todos nosotros aquí o la inmensa mayoría seamos ejemplo de esa cuerta semilla. Es la semilla que cae en buena tierra. Yo espero que todos nosotros seamos buena semilla. Son la gente que entendió la importancia del Evangelio. Son las personas que no dejaron que la aflicción o las pruebas o las vicisitudes de la vida normal de este mundo lleno de aflicción les aparte del Evangelio. Y son las personas que aman más a Dios que los apetitos de este mundo y los placeres de este mundo y las vanidades, y los ofrecimientos traicioneros de este mundo y que lo han perdido todo para ganar a Cristo.

Y yo espero que todos aquí seamos meustra de esa cuarta tierra, tierra fértil que da fruto. Fíjese que no es tierra que simplemente recibe la semilla, brota una mata y eso es todo. Dan fruto a treinta, a sesenta, a ciento por uno. Si tú has verdaderamente has recibido a Cristo como Señor y Salvador Dios espera que des fruto de alguna forma, de alguna manera que seas usado para gloria del Señor y avance del Evangelio.

Bajemos nuestras cabezas un momento hermanos y preguntémonos: ¿Dónde estoy yo en esa escala de valores? ¿Qué tipo de tierra soy yo? ¿A qué nivel estoy yo dando fruto en mi vida? ¿He yo recibido la Palabra por primera vez?

Mucha gente ha estado sembrando; el Pastor predica en el sermón los domingos. Mi amigo, mi amiga que me trajo a la Iglesia me ha dicho que acepte a Cristo, que me reconcilie con Él, que abra mi corazón para que Él entre a mi vida y yo no lo he hecho todavía y yo quiero ser una buena tierra. Yo quiero ser abierto a la Palabra, yo quiero entender la importancia del Evangelio. Pídele al Señor que abra tu corazón, pídele al Señor que abra tu mente ahora mismo. Pídele al Señor que te muestre la importancia.

La decisión más grande que tú puedes hacer en tu vida es aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador. No hay nada que vaya a tener más impacto mayor en tu vida aquí de paso; no solamente en tu vida eterna se me ocurre sino también la calidad de vida que tú tengas aquí en la Tierra. Si vas a vivir una vida superficial y vana o vas a vivir una vida sublime y profunda manejando las cosas más bellas que tú te puedas imaginar. La Palabra de Dios, los misterios del Evangelio. Eso es lo que Dios quiere para ti y todo comienza cuando tú te constituyes en buena tierra que recibe la Palabra y esa Palabra cae hondo en el corazón y echa raíz para vida eterna.

Yo quiero invitar si hay alguien aquí que no ha dado ese paso todavía de invitar a Jesús a entrar a su corazón que lo haga en este momento, yo quiero invitarles. ¿Hay alguien que quiera aceptar a Jesús como Señor y Salvador que no lo ha hecho antes y quiere dar un paso de fe? Y decir: Señor yo soy buena tierra, yo te recibo, entra Tu semilla hondo en mi vida te doy mi semilla, te doy mi corazón. ¿Habrá alguien? levante su mano queremos orar por usted hermano o hermana donde quiere que esté ¿habrá alguien que no lo ha hecho todavía? si ha venido en algún momento y no ha dado todavía su vida al Señor Jesucristo, queremos orar por usted levante su mano.

Hay dos personas allí, dos hermanos que levantan su mano ¿alguien más? Queremos orar por ustedes hermanos no pierda la oportunidad de hacerlo. ¿Quiere acompañarla alguno de los hermanos, de los ujieres a esa hermana? pasen por acá vengan un momentito queremos orar por ustedes o pónganse de pie entonces está bien ahí mismo donde están ustedes, no se preocupen entendemos muy bien, póngase de pie allí y vamos a orar simplemente por ustedes no se preocupen, está bien como quieran lo importante es que en el corazón allí hay una apertura al Señor.

Nunca deje eso de que pasar al frente o no de usted decirle al Señor, no no se preocupe Dios sabe cómo se trata eso en su corazón pero sí tiene que haber un movimiento interno de alguna forma para que se dé esa química allí, para que confesemos al Señor activamente. ¿Habrá alguien más? todavía un momentito más abrimos ese momento para que alguien más que necesite oración para ponerle en los brazos del Señor Jesucristo y entonces usted pueda continuar su camino entonces bien seguro, bien claro de que la semilla del Evangelio está instalada en su corazón.

Y de allí nadie la podrá arrebatar ¿sabe? Si usted entra a Cristo y se mantiene allí y le dice: Señor me encomiendo a Tu Gracia el diablo nunca va a poder arrebatar la semilla de su corazón ¿sabe? confíe en que Dios va a estar con ustedes en todo momento y entonces comience a caminar esa vida cristiana seguro de que el Señor lleva la carga. Lo tuyo es mantener la semilla allí en su lugar, hacerla, nutrirla con la Palabra de Dios, la oración y el Señor se encarga de que tú llegues al destino.

Así que vamos a orar por estos hermanos y hermanas, estos dos hermanos allí que están de pie y este hermano aquí también de en frente, extienda sus manos hacia ellos y vamos a bendecirlos. Señor gracias porque estas vidas te aceptan. Yo les animo a decirle ahí a Cristo: entra a mi corazón y toma control de mi vida, yo me entrego a Ti. Dígale en sus propias palabras ahí internamente, hable con el Señor y abra su corazón y su mente para que Él haga la obra en usted.

Y dígale: Señor entra a mi vida, toma control de ella yo te recibo como mi Cristo el enviado de Dios, el ungido del Señor, el que Tú has enviado Dios para que sea mi intermediario y mi modo de acceso al Padre y yo lo recibo así y lo acepto así y lo creo así y lo confieso así, creo que Cristo es mi Salvador y el que perdona mis pecados, y el que sana todas mis heridas y el que paga todas mis deudas. Y me hago hoy siervo de Cristo, sierva de Jesús; lo seguiré hasta la muerte y seré fiel a Su Palabra.

Gracias por entrar en mi vida Señor Jesús, te recibo y me declaro siervo Tuyo, sierva Tuya, propiedad Tuya del Reino de Dios y renuncio a toda obra de Satanás y de la carne y abrazo los valores del Reino de Dios y de la eternidad. Gracias Padre.

Señor yo bendigo a Tus hijos y declaro Tu Presencia en sus vidas, séllalos con Tu Espíritu y gracias Padre por el misterio de la salvación. En el Nombre de Jesús y el pueblo de Dios dice: amén. Dios les bendiga mis hermanos, Dios te bendiga hermano, hermanos. Hermanos Dios les bendiga aquí.