Rogad al Señor por la paz de esta ciudad

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Quiero invitarle a que leamos una porción de la palabra del Señor, una porción que ha causado impacto en mi vida por muchos años. Dice el libro de Jeremías, capítulo 29, versículo 7. Solo quiero dejar esta reflexión en su corazón, porque hay una respuesta del Señor, pero en esa respuesta del Señor hay una conducta que su pueblo debe comenzar a practicar y a proponer en este país, en esta nación. Dice así:

“…Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar y rogad por ella a Jehová porque en su paz vosotros tendréis vosotros paz, y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar por ella porque en su paz tendréis vosotros paz…”

Versículo 11, “… Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, pensamientos de paz y no de mal – escuche bien – para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis – cuántos están invocando por esto que estamos haciendo? – y vendréis y oraréis a mí y yo os oiré, y me buscaréis y me hallaréis porque me buscaréis de todo vuestro corazón…”

Aquí está hablando del shalom. Cuando nosotros leemos esta porción de la palabra no solo leamos la palabra paz como un concepto, paz para nosotros significa estar libre de cualquier tipo de conflicto, paz para nosotros es no tener problemas, paz para nosotros representa un estado parcial en nuestra manera de vivir, estados esporádicos pero la palabra que está usando aquí es shalom, y cuando está diciendo ‘y procurad la paz de la ciudad’ está diciendo, ‘y procuremos el shalom de esta ciudad’. No solo procuremos la paz sino procuremos el bienestar, procuremos la misericordia, procuremos los beneficios, procuremos la justicia, procuremos la bondad, procuremos todas aquellas cosas que van a hacer de esta ciudad, de este estado, de este país, un lugar mejor.

El contexto es un pueblo en esclavitud. Aquí el Señor le está hablando a un pueblo que está marcado por un contexto de esclavitud y muchos de nuestros hermanos hoy día se sienten algo esclavos de un sistema que no les permite abrirse, pero el Señor nos está diciendo, no acumulen rencor en su corazón, no acumulen odio, no acumulen resentimientos, promuevan el shalom para que yo bendiga la ciudad donde están, promuevan el shalom para que mi bendición caiga sobre donde ustedes están.

Y roguemos al Señor, no le roguemos al presidente primero, no le roguemos a los senadores, eso está bien, pero antes de ir dónde ellos, doblemos nuestras rodillas, elevemos nuestros rostros a lo alto y digamos, Señor, tu que estás en lo alto, tu eres el socorro que viene de lo alto y de las alturas, allá en el cielo, allá en tu presencia descenderá mi respuesta.

Y cuando yo me levanto de esa oración, entonces puedo caminar donde los representantes, donde el poder político y decirle, yo exijo que la respuesta del Señor se manifieste a través de cada uno de ustedes. Ahí tendrán paz pero no esa paz humana, no la paz que el mundo da, dice Jesucristo, yo doy una paz distinta donde todo es armonía, donde todo entra bien.

Rogad al Señor por la paz de esta ciudad. Sabe por qué? Porque cuando venga la respuesta del Señor, mire, yo me imagino esa respuesta del Señor para 12, 13 ó 15 millones, la verdad los millones no son tan importantes, sino la consecuencia, el resultado que va a haber en esta nación, el shalom de Dios va a descender y la bendición que ha estado retenida sobre esta nación ahí, que quiere descender y no desciende, va a comenzar a bajar completita para esta nación.

Y no crea que no va a haber trabajo, va a haber trabajo, va a haber justicia, va a haber salud, va a ser la tierra de los sueños y de las realidades, va a ser el lugar donde muchos se van a reconciliar con el Señor porque la paz del Señor, el shalom de Dios inundará cada área en esta nación.

Somos hijos de Dios, somos su creación y cuando usted lo mire así nadie tiene predomino sobre usted, solo Dios, solo Dios. Somos la iglesia del Señor. Levantémonos para servir a la creación de Dios en este mundo, para eso el Señor puso su iglesia aquí y traigamos a la memoria una frase que el Señor usa para José ahí en el libro de Génesis.

Sabe que José era la causa de bendición de los que lo rodeaban, dice la palabra del Señor, por causa de José todos los que rodeaban a José eran bendecidos, todos, por causa de los hijos del Señor en esta nación, en este estado, en la ciudad donde usted vive, por causa suya son todos bendecidos alrededor suyo. Por una sola razón, porque Dios nos ama, porque Dios ama a su creación. Él es fiel, él es fiel.

Así que vamos a rogar por la paz de esta tierra, vamos a rogar para que el shalom de Dios esté con cada uno de nosotros en cada instante de nuestra vida y en cada momento de esta lucha. Cierre sus ojos un momento.

Gracias, Señor Jesús, gracias, Señor Jesús. Gracias, Jesús. Gracias, Señor. Espíritu Santo trae el shalom que tu iglesia necesita experimentar y que este mundo necesita ver tu shalom a través de una iglesia que muestre los valores del Reino en nuestra ciudad, en nuestras calles.