Tenemos que salir de nuestra zona de comfort

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Quiero afirmar las declaraciones que hemos hecho en oración y esa apelación que hemos hecho al Señor aquí en esta tarde desesperada y atrevida, puedo decirlo así. En algún momento en mi oración me salió la mujer cirofenicia y sentí afirmar el espíritu de esa mujer, y recordar lo que hay detrás de ese texto de la Escritura que se encuentra en Marcos capítulo 7 en el versículo 24, y animarnos a todos nosotros a ser atrevidos delante de Dios.

El Señor dice que vengamos confiadamente ante el Trono de la gracia; a veces hay que venir al Señor desesperadamente, hay que venir al Señor como un último y primer recurso, hay que venir a Dios como vinieron esos seres que vemos en la Escritura registrados como: “¡Señor, hijo de David ten misericordia de mí!” y la gente le decía: cállate que el Señor no tiene eso en agenda, pero Bartimeo gritaba más duro todavía hasta que el Señor se detuvo, lo trajo a Su Presencia y lo sanó, y él se fue cargando su sábana que usaba de seguridad como tienen a veces los homeless, sus bultos y sus cosas allí, la sábana que usaba un ciego o un mendigo para sentarse es como la casa, y esa sábana que lo había sostenido a él ahora él se la lleva encima como declaración del Dios que lo ha liberado para que pueda ver, él dejó su manto de seguridad, lo dejó para venir ante el Señor y recibir sanidad de Dios, y a veces nosotros tenemos que ser así.

Tenemos que salirnos de nuestra zona de comfort y eso es lo que hemos hecho esta tarde. Uno puede orar de muchas maneras, hemos orado por Ana en diferentes maneras pero, cuando una Congregación dice: ¿sabes qué? vamos a comprometer nuestra imagen y vamos a arriesgarlo todo, y entonces salga pato gallareta, como dice Marcos capítulo 6 versículo 24 y dejar entonces que el Señor sea quien haga lo demás. Yo creo que a veces es la única manera en que Dios, esos seres desesperados que vemos en la Escritura que se acercaron al Señor fuera de tiempo, no era su derecho estar ahí, no estaba en la agenda del Señor inclusive, Dios ni siquiera les da una Palabra a veces de afirmación o de sanidad pero ellos se la arrebatan a Dios porque son seres desesperados.

La mujer con el flujo de sangre se acerca a Jesucristo, se mete entre la multitud, viola la ley judaica porque no se suponía que una mujer en ese estado de menstruación continua hiciera impura a la gente cuando la tocaba pero ella se metió en la multitud, tocó el borde de Su manto y se fue de allí con su sanidad, y con una Palabra de afirmación y de bendición de parte del Señor, y Dios no ha cambiado Su corazón, Él actúa siempre de la misma manera, y Él honra y responde al mismo tipo de conducta.

Cuando los hijos de Dios venimos y decimos: ¿sabes qué? no tengo nada que perder así que voy a tirarme a los pies del Señor, y argumentamos con Dios por amor y por respeto no por irrespeto, pero a veces yo creo que hasta forzamos la Mano de Dios y a Dios le gusta, ¿a qué padre no le gusta que su hijita de un año venga y le robe un pedazo de carne de la boca? le gusta porque dice: wow mi hijita tiene fuerza, se está aguerreando, me ama, me tiene confianza, yo creo que a Dios a veces le gusta que nosotros lo apretemos un poco, lo molestemos un poco.

El Señor dijo que la mujer que se acercó ante el juez injusto clamó y le tocó la puerta hasta que él dijo: ya estoy harto de esta mujer, la voy a bendecir para que me deje tranquilo, y él lo estaba haciendo como una ilustración de Dios que quiere que toquemos a Su puerta continuamente y que seamos insistentes, que nos atrevamos a venir delante de Él, que oremos dice a tiempo y a destiempo, que clamemos y prediquemos, que hagamos las cosas no como están en la agenda, que nos salgamos de lo común, de lo predecible, de lo formal y a veces hasta de lo decente, y que le creamos a Dios por un milagro ¿sabe?

Por eso es que hay que tenerle cuidado a veces al mucho orden, yo soy una persona de orden, me gusta el orden pero a veces hay que hacer desorden, hay que rebelarse contra el orden y el formalismo y para recordar que Dios es un Dios que Su Espíritu es como un viento, se mueve por donde le da la gana, es impredecible y nosotros tenemos que practicar eso para mantener nuestra fe activa. Yo le doy gracias a Dios por ustedes pentecostales locos que a veces me, la verdad que a veces me molestan pero yo digo: Señor esa píldora me la tengo que tomar y me mantienen a mí responsable delante de Dios, no dejen de molestar ¿sabe? yo les necesito, la Iglesia les necesita, alguna vez nos jalaremos los moños pero en ese proceso encontraremos el balance preciso de Dios, necesitamos gente aguerrida, gente agresiva, si perdemos ese fuego vamos a perder algo muy especial así que necesitamos, esta Iglesia necesita ese fuego continuamente.

Y esta mujer que fue retratada aquí en la Escritura venía del área de Siria, Fenicia era una región por eso le llaman cirofenicia, venía del área de Siria y de Fenicia, no era una judía, no era evangélica, no era ni siquiera católica, era pagana, venía de una región donde el Evangelio no había llegado, ella no era miembro de la familia de Dios por así decirlo pero había oído de Jesucristo, y había oído de que Él era compasivo y misericordioso, y que había poder, que el Poder de Dios estaba en Él; su teología puede que estuviera allí un poco imperfecta y alocada pero lo esencial ella lo sabía, que Jesús era el Hijo de Dios, que Jesús tenía poder, que Jesús era misericordioso y que Él escuchaba a los que clamaban a Él, y que ella podía permitirse el lujo de argumentar un poco con Él y de argumentar con Él para que Él le respondiera su necesidad.

Y nosotros sabemos que ese mismo Jesús está escuchando nuestras oraciones y que no podemos dejar de orar al primer silencio, y el primer día que pasa sin nosotros recibir lo que estamos pidiéndole al Señor, tenemos que insistir, tenemos que persistir, tenemos que clamar, tenemos que orar día y noche hasta que el Señor responda a nuestras peticiones. Una y otra vez vemos esa verdad explayada a través de las páginas de la Escritura: Dios honra a la persona desesperada, Dios honra a la persona que se atreve, Dios honra a la persona que se mete entre la multitud y hace un esfuerzo extra. A Dios no le complace la gente que se deja derrotar muy rápido, a Dios no le complace la gente cómoda, a Dios no le complace la gente que no está dispuesta a levantarse su mano, levantarse de una silla en un momento dado, a ponerse en ridículo o caminar esa segunda milla para recibir algo del Señor.

A Dios le gusta cuando creemos lo suficiente como para arriesgar nuestra imagen pública, arriesgar nuestra privacidad, arriesgar lo que la gente piense de nosotros y simplemente ir en confianza ante el Padre celestial y ser obedientes, y hacer lo que Él nos dice que tenemos que hacer, y esta mujer es este tipo de individuo y por eso la Escritura la honra con el retrato que se hace de ella.

Dice en el versículo 24 de Marcos 7 que Jesús se levantó del lugar donde estaba y se fue a la región de Tiro y de Sidón de donde era esta mujer en esas áreas generales, “y entrando en una casa no quería que nadie lo supiese pero no pudo esconderse.” Usted ve aquí, esto es interesante que nos hace pensar un poquito en la complejidad del misterio de la Voluntad absoluta de Dios y cómo los seres humanos podemos inclusive cambiar aparentemente los planes de Dios, cómo podemos afectar los planes de Dios, esto es un misterio, pero aparentemente la gente aguerrida y atrevida, insistente, desesperada puede cambiar la agenda del cielo.

El Señor quería pasar desapercibido, quizá estaba cansado, quién sabe, quizá no era el tiempo para que esa región reciba el Evangelio, quizá no estaban en ese momento en la agenda de Él, Él quería un tiempo de discreción, muchas veces Él quería esconderse y quería que la gente no supiera todavía que Él era el Hijo de Dios, es un misterio también, Dios tenía Su agenda con ese hombre Dios y tenía que venir un momento para que hubiera una declaración pública de que Él es y era el Hijo de Dios y el mesías que había de venir, y a veces Él se escondía y a veces le decía a la gente: no les digan este milagro que Yo hice porque Él no quería que la gente entonces lo metiera y adelantara la agenda porque Dios tiene una agenda, aún cuando Dios tiene un plan con un hombre, una mujer, históricamente Él también tiene que hacer otras cosas en el plano externo para que todas las cosas coincidan y el Señor tenía una agenda personal acerca de la revelación de Su Gloria y de Su mesianismo, y yo creo que por esa razón son alguno de Sus misterios.

Y yo creo que por esa razón, alguno de Sus misterios Él fue a este lugar, era un área pagana y Él no quería que se supiera que estaba allí pero dice que no pudo esconderse porque Su reputación lo precedía; había gente que entendía que Él era misericordioso y no era como los demás fariseos y los demás religiosos de su tiempo que se creían que eran más de lo que eran y no admitían contacto con la gente humilde y sencilla, no se salían de su agenda, y la gente venía y afluía a donde Él estaba, entonces no pudo esconderse porque habían los ojos de una madre desesperada, una madre que amaba y que estaba desesperada por la condición de su hija.

Entonces dice: “No pudo esconderse porque una mujer” no pudo esconderse porque una mujer. Gloria a Dios por las mujeres, gloria a Dios por las mujeres de fe, gloria a Dios por las mujeres ungidas, gloria a Dios porque aún hubo un tiempo de la historia en que las mujeres no contaban para nada y no se suponía que terciaran en el diálogo entre el hombre y Dios, mujeres desesperadas cambiaron la cultura, cambiaron la agenda, “porque una mujer”.

Hermano lo único que distingue ante el corazón y la Presencia de Dios es la fe, el corazón no el género, no si tú eres hombre o mujer, si eres rico o eres pobre, si eres religioso o no, es la sinceridad de tu corazón, es tu fe en Dios, es tu humildad para venir delante de Él. Dios dice que no hace acepción de personas.

Muchas mujeres, mucha gente humilde, muchas personas que no estaban en la agenda se hicieron presentes y Dios los atiende y los escucha. No importa cuántos años tú tienes en el Evangelio, no importa que tú seas una persona de autoridad o no que conozca la Biblia o no, lo único que Dios quiere saber es cuán fuerte es tu fe en Él y cuán grande es tu corazón para con Él, cuánto tú lo amas y cuánto tú le crees a Su Palabra.

Ahí recordamos la mujer con el flujo de sangre de nuevo que se parece mucho a esta mujer cirofenicia, la mujer con el flujo de sangre no estaba en la agenda de Jesús tampoco. El Señor iba en ese momento caminando hacia la casa de Jairo ustedes recordarán, Jairo era un hombre principal en su comunidad y le había pedido al Señor que bendijera a su hija, y el Señor iba camino hacia la casa de Jairo, en su mente no estaba una mujer con un flujo de sangre, eso no estaba en Su agenda. Y dice la Biblia que mientras el Señor iba en dirección a la casa de Jairo a sanar a la hija de Jairo que es lo que se esperaría, la gente importante siempre tiene los oídos de personas importantes y se esperaría que el Señor como que fuera a la casa de un hombre principal, importante, piadoso, conocido en su comunidad, y dice que el Señor iba a la casa de Jairo “pero una mujer” así es como dice, “pero una mujer que había padecido de flujo de sangre durante doce años” y que había gastado todo su dinero en los médicos, y que en vez de irle mejor le iba peor, “se acercó por detrás y tocó el borde de su manto”.

Esta mujer cambió la agenda, se metió, no estaba en el programa, en un sentido no merecía, no había hecho nada para merecer el toque milagroso del Señor pero su corazón se interpuso en la agenda y se inyectó en un lugar donde no debía estar, “porque una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo” su hija estaba endemoniada y no había ningún poder en la Tierra donde ella habitaba que pudiera sanar a su hija.

La Biblia nos dice que el Señor es Señor sobre todas las dimensiones de la realidad, Señor sobre las tormentas y sobre las manifestaciones naturales, Señor sobre la enfermedad, Señor sobre la muerte, Señor sobre cualquier limitación física, Señor del cielo y de la tierra, los demonios tiemblan ante la Presencia de Dios. No le tema a los demonios ¿sabe? no le tema a los demonios porque el Señor es más poderoso que cualquier demonio, clame al Señor, asegúrese de que su vida esté bien con Dios y entonces reprenda en el Nombre de Jesús con toda autoridad, su hija tenía un espíritu inmundo.

“Luego que oyó de Él” eso es tan revelador, porque esta mujer quién sabe dónde estaba, no era miembro de la tribu de Israel, no sabía de Jesús pero oyó de Él, ¿cómo oyó de Él? ¿alguna vecina que dijo: mira hay por ahí un hombre que tiene un poder de Dios que nunca se ha visto antes y que sana a los enfermos, y que se cree que es el Hijo de Dios, el salvador de Israel, lo oyó en un pozo mientras recogía agua, dos o tres mujeres comentando acerca de ello? pero el caso es que esta mujer oyó hablar de Jesús y eso hizo toda la diferencia, eso la capacitó para ir en búsqueda de la respuesta y la solución que ella necesitaba.

¡Qué importante es que la gente oiga de Jesús de parte nuestra! siembre la Palabra, siembre el mensaje del Evangelio, no se apure lo que pasa inmediatamente, su parte, nuestra parte es predicar la Palabra y dejarle saber a la gente que Cristo tiene solución, que Cristo tiene poder, que Cristo es el Hijo de Dios, que necesitamos de Él para la solución a nuestros problemas y para nuestro destino eterno.

Esta mujer oyó, uno no sabe cuándo una persona en un momento va a hacer uso de haber escuchado de Jesús en una forma genérica y general. A veces nosotros le hemos hablado a gente y aparentemente no hubo ninguna reacción ni ningún resultado pero ¿sabe qué? a veces en algún momento dado de su vida Dios activa esa Palabra y esa persona entonces va en búsqueda del Señor. Esa Palabra que usted dió así en forma general otra persona viene y añade a ella, y la copa se derrama y esa persona viene a Cristo, decide venir a la Iglesia un domingo, decide entregar su vida al Señor porque oyó hablar de Él y por eso es que nosotros tenemos que sembrar la semilla simplemente y dejar el resultado al Señor como dice ese maravilloso himno.

Ella había oído de Jesucristo y estoy seguro que, de nuevo, su fe era una fe muy imperfecta. Ella no tenía el ciento por ciento claro de quién era Jesús; yo no creo que si le hubieran preguntado quién era Jesucristo ella hubiera dicho: bueno es el Hijo de Dios, Dios hombre, Dios perfecto, Dios hombre despojado de Su gloria, venido al mundo, tomado forma de bebé, nacido de María y José o de María y el Espíritu Santo, y lleno de poder y de gracia para redimir a la humanidad de sus pecados y va a ser crucificado y va a dar justicia a la humanidad por Su muerte, y resucitará al tercer día, ella no podía recitar ese credo apostólico, ella no tenía, ella lo único que tenía era una fe bruta que era como una piedra afilada, era un nudo que tenía en su corazón de fe y de desesperación, de necesidad.

Es lo que yo digo que muchas veces es lo que Dios necesita y tenemos que pedirle al Señor que nos ayude, que nos arme de ese nivel de energía, y por eso dice que: “vino y se postró a sus pies”, toda respuesta a una oración tiene que estar precedida por una entrega, tiene que estar precedida Quiero como afirmar las declaraciones que hemos hecho en oración y esa apelación que hemos hecho al Señor aquí en esta tarde desesperada y atrevida, puedo decirlo así, me recordó la conducta de la mujer cirofenicia, en algún momento en mi oración me salió la mujer cirofenicia y sentí afirmar el espíritu de esa mujer, y recordar lo que hay detrás de ese texto de la Escritura que se encuentra en Marcos capítulo 7 en el versículo 24, y animarnos a todos nosotros a ser atrevidos delante de Dios, el atrevimiento, lo que llama la Palabra el denuedo, el Señor dice que vengamos confiadamente ante el Trono de la gracia; a veces hay que venir al Señor desesperadamente, hay que venir al Señor como un último y primer recurso, hay que venir a Dios como vinieron esos seres que vemos en la Escritura registrados como: “¡Señor, hijo de David ten misericordia de mí!” y la gente le decía: cállate que el Señor no tiene eso en agenda, pero Bartimeo gritaba más duro todavía hasta que el Señor se detuvo, lo trajo a Su Presencia y lo sanó, y él se fue cargando su sábana que usaba de seguridad como tienen a veces los homeless, sus bultos y sus cosas allí, la sábana que usaba un ciego o un mendigo para sentarse es como la casa, y esa sábana que lo había sostenido a él ahora él se la lleva encima como declaración del Dios que lo ha liberado para que pueda ver, él dejó su manto de seguridad, lo dejó para venir ante el Señor y recibir sanidad de Dios, y a veces nosotros tenemos que ser así.

Tenemos que salirnos de nuestra zona de comfort y eso es lo que hemos hecho esta tarde. Uno puede orar de muchas maneras, hemos orado por Ana en diferentes maneras pero, cuando una Congregación dice: ¿sabes qué? vamos a comprometer nuestra imagen y vamos a arriesgarlo todo, y entonces salga pato gallareta, como dice Marcos capítulo 6 versículo 24 y dejar entonces que el Señor sea quien haga lo demás. Yo creo que a veces es la única manera en que Dios, esos seres desesperados que vemos en la Escritura que se acercaron al Señor fuera de tiempo, no era su derecho estar ahí, no estaba en la agenda del Señor inclusive, Dios ni siquiera les da una Palabra a veces de afirmación o de sanidad pero ellos se la arrebatan a Dios porque son seres desesperados.

La mujer con el flujo de sangre se acerca a Jesucristo, se mete entre la multitud, viola la ley judaica porque no se suponía que una mujer en ese estado de menstruación continua hiciera impura a la gente cuando la tocaba pero ella se metió en la multitud, tocó el borde de Su manto y se fue de allí con su sanidad, y con una Palabra de afirmación y de bendición de parte del Señor, y Dios no ha cambiado Su corazón, Él actúa siempre de la misma manera, y Él honra y responde al mismo tipo de conducta.

Cuando los hijos de Dios venimos y decimos: ¿sabes qué? no tengo nada que perder así que voy a tirarme a los pies del Señor, y argumentamos con Dios por amor y por respeto no por irrespeto, pero a veces yo creo que hasta forzamos la Mano de Dios y a Dios le gusta, ¿a qué padre no le gusta que su hijita de un año venga y le robe un pedazo de carne de la boca? le gusta porque dice: wow mi hijita tiene fuerza, se está aguerreando, me ama, me tiene confianza, yo creo que a Dios a veces le gusta que nosotros lo apretemos un poco, lo molestemos un poco.

El Señor dijo que la mujer que se acercó ante el juez injusto clamó y le tocó la puerta hasta que él dijo: ya estoy harto de esta mujer, la voy a bendecir para que me deje tranquilo, y él lo estaba haciendo como una ilustración de Dios que quiere que toquemos a Su puerta continuamente y que seamos insistentes, que nos atrevamos a venir delante de Él, que oremos dice a tiempo y a destiempo, que clamemos y prediquemos, que hagamos las cosas no como están en la agenda, que nos salgamos de lo común, de lo predecible, de lo formal y a veces hasta de lo decente, y que le creamos a Dios por un milagro ¿sabe?

Por eso es que hay que tenerle cuidado a veces al mucho orden, yo soy una persona de orden, me gusta el orden pero a veces hay que hacer desorden, hay que rebelarse contra el orden y el formalismo y para recordar que Dios es un Dios que Su Espíritu es como un viento, se mueve por donde le da la gana, es impredecible y nosotros tenemos que practicar eso para mantener nuestra fe activa. Yo le doy gracias a Dios por ustedes pentecostales locos que a veces me, la verdad que a veces me molestan pero yo digo: Señor esa píldora me la tengo que tomar y me mantienen a mí responsable delante de Dios, no dejen de molestar ¿sabe? yo les necesito, la Iglesia les necesita, alguna vez nos jalaremos los moños pero en ese proceso encontraremos el balance preciso de Dios, necesitamos gente aguerrida, gente agresiva, si perdemos ese fuego vamos a perder algo muy especial así que necesitamos, esta Iglesia necesita ese fuego continuamente.

Y esta mujer que fue retratada aquí en la Escritura venía del área de Siria, Fenicia era una región por eso le llaman cirofenicia, venía del área de Siria y de Fenicia, no era una judía, no era evangélica, no era ni siquiera católica, era pagana, venía de una región donde el Evangelio no había llegado, ella no era miembro de la familia de Dios por así decirlo pero había oído de Jesucristo, y había oído de que Él era compasivo y misericordioso, y que había poder, que el Poder de Dios estaba en Él; su teología puede que estuviera allí un poco imperfecta y alocada pero lo esencial ella lo sabía, que Jesús era el Hijo de Dios, que Jesús tenía poder, que Jesús era misericordioso y que Él escuchaba a los que clamaban a Él, y que ella podía permitirse el lujo de argumentar un poco con Él y de argumentar con Él para que Él le respondiera su necesidad.

Y nosotros sabemos que ese mismo Jesús está escuchando nuestras oraciones y que no podemos dejar de orar al primer silencio, y el primer día que pasa sin nosotros recibir lo que estamos pidiéndole al Señor, tenemos que insistir, tenemos que persistir, tenemos que clamar, tenemos que orar día y noche hasta que el Señor responda a nuestras peticiones. Una y otra vez vemos esa verdad explayada a través de las páginas de la Escritura: Dios honra a la persona desesperada, Dios honra a la persona que se atreve, Dios honra a la persona que se mete entre la multitud y hace un esfuerzo extra. A Dios no le complace la gente que se deja derrotar muy rápido, a Dios no le complace la gente cómoda, a Dios no le complace la gente que no está dispuesta a levantarse su mano, levantarse de una silla en un momento dado, a ponerse en ridículo o caminar esa segunda milla para recibir algo del Señor.

A Dios le gusta cuando creemos lo suficiente como para arriesgar nuestra imagen pública, arriesgar nuestra privacidad, arriesgar lo que la gente piense de nosotros y simplemente ir en confianza ante el Padre celestial y ser obedientes, y hacer lo que Él nos dice que tenemos que hacer, y esta mujer es este tipo de individuo y por eso la Escritura la honra con el retrato que se hace de ella.

Dice en el versículo 24 de Marcos 7 que Jesús se levantó del lugar donde estaba y se fue a la región de Tiro y de Sidón de donde era esta mujer en esas áreas generales, “y entrando en una casa no quería que nadie lo supiese pero no pudo esconderse.” Usted ve aquí, esto es interesante que nos hace pensar un poquito en la complejidad del misterio de la Voluntad absoluta de Dios y cómo los seres humanos podemos inclusive cambiar aparentemente los planes de Dios, cómo podemos afectar los planes de Dios, esto es un misterio, pero aparentemente la gente aguerrida y atrevida, insistente, desesperada puede cambiar la agenda del cielo.

El Señor quería pasar desapercibido, quizá estaba cansado, quién sabe, quizá no era el tiempo para que esa región reciba el Evangelio, quizá no estaban en ese momento en la agenda de Él, Él quería un tiempo de discreción, muchas veces Él quería esconderese y quería que la gente no supiera todavía que Él era el Hijo de Dios, es un misterio también, Dios tenía Su agenda con ese hombre Dios y tenía que venir un momento para que hubiera una declaración pública de que Él es y era el Hijo de Dios y el mesías que había de venir, y a veces Él se escondía y a veces le decía a la gente: no les digan este milagro que Yo hice porque Él no quería que la gente entonces lo metiera y adelantara la agenda porque Dios tiene una agenda, aún cuando Dios tiene un plan con un hombre, una mujer, históricamente Él también tiene que hacer otras cosas en el plano externo para que todas las cosas coincidan y el Señor tenía una agenda personal acerca de la revelación de Su Gloria y de Su mesianismo, y yo creo que por esa razón son alguno de Sus misterios.

Y yo creo que por esa razón, alguno de Sus misterios Él fue a este lugar, era un área pagana y Él no quería que se supiera que estaba allí pero dice que no pudo esconderse porque Su reputación lo precedía; había gente que entendía que Él era misericordioso y no era como los demás fariseos y los demás religiosos de su tiempo que se creían que eran más de lo que eran y no admitían contacto con la gente humilde y sencilla, no se salían de su agenda, y la gente venía y afluía a donde Él estaba, entonces no pudo esconderse porque habían los ojos de una madre desesperada, una madre que amaba y que estaba desesperada por la condición de su hija.

Entonces dice: “No pudo esconderse porque una mujer” no pudo esconderse porque una mujer. Gloria a Dios por las mujeres, gloria a Dios por las mujeres de fe, gloria a Dios por las mujeres ungidas, gloria a Dios porque aún hubo un tiempo de la historia en que las mujeres no contaban para nada y no se suponía que terciaran en el diálogo entre el hombre y Dios, mujeres desesperadas cambiaron la cultura, cambiaron la agenda, “porque una mujer”.

Hermano lo único que distingue ante el corazón y la Presencia de Dios es la fe, el corazón no el género, no si tú eres hombre o mujer, si eres rico o eres pobre, si eres religioso o no, es la sinceridad de tu corazón, es tu fe en Dios, es tu humildad para venir delante de Él. Dios dice que no hace acepción de personas.

Muchas mujeres, mucha gente humilde, muchas personas que no estaban en la agenda se hicieron presentes y Dios los atiende y los escucha. No importa cuántos años tú tienes en el Evangelio, no importa que tú seas una persona de autoridad o no que conozca la Biblia o no, lo único que Dios quiere saber es cuán fuerte es tu fe en Él y cuán grande es tu corazón para con Él, cuánto tú lo amas y cuánto tú le crees a Su Palabra.

Ahí recordamos la mujer con el flujo de sangre de nuevo que se parece mucho a esta mujer cirofenicia, la mujer con el flujo de sangre no estaba en la agenda de Jesús tampoco. El Señor iba en ese momento caminando hacia la casa de Jairo ustedes recordarán, Jairo era un hombre principal en su comunidad y le había pedido al Señor que bendijera a su hija, y el Señor iba camino hacia la casa de Jairo, en su mente no estaba una mujer con un flujo de sangre, eso no estaba en Su agenda. Y dice la Biblia que mientras el Señor iba en dirección a la casa de Jairo a sanar a la hija de Jairo que es lo que se esperaría, la gente importante siempre tiene los oídos de personas importantes y se esperaría que el Señor como que fuera a la casa de un hombre principal, importante, piadoso, conocido en su comunidad, y dice que el Señor iba a la casa de Jairo “pero una mujer” así es como dice, “pero una mujer que había padecido de flujo de sangre durante doce años” y que había gastado todo su dinero en los médicos, y que en vez de irle mejor le iba peor, “se acercó por detrás y tocó el borde de su manto”.

Esta mujer cambió la agenda, se metió, no estaba en el programa, en un sentido no merecía, no había hecho nada para merecer el toque milagroso del Señor pero su corazón se interpuso en la agenda y se inyectó en un lugar donde no debía estar, “porque una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo” su hija estaba endemoniada y no había ningún poder en la Tierra donde ella habitaba que pudiera sanar a su hija.

La Biblia nos dice que el Señor es Señor sobre todas las dimensiones de la realidad, Señor sobre las tormentas y sobre las manifestaciones naturales, Señor sobre la enfermedad, Señor sobre la muerte, Señor sobre cualquier limitación física, Señor del cielo y de la tierra, los demonios tiemblan ante la Presencia de Dios. No le tema a los demonios ¿sabe? no le tema a los demonios porque el Señor es más poderoso que cualquier demonio, clame al Señor, asegúrese de que su vida esté bien con Dios y entonces reprenda en el Nombre de Jesús con toda autoridad, su hija tenía un espíritu inmundo.

“Luego que oyó de Él” eso es tan revelador, porque esta mujer quién sabe dónde estaba, no era miembro de la tribu de Israel, no sabía de Jesús pero oyó de Él, ¿cómo oyó de Él? ¿alguna vecina que dijo: mira hay por ahí un hombre que tiene un poder de Dios que nunca se ha visto antes y que sana a los enfermos, y que se cree que es el Hijo de Dios, el salvador de Israel, lo oyó en un pozo mientras recogía agua, dos o tres mujeres comentando acerca de ello? pero el caso es que esta mujer oyó hablar de Jesús y eso hizo toda la diferencia, eso la capacitó para ir en búsqueda de la respuesta y la solución que ella necesitaba.

¡Qué importante es que la gente oiga de Jesús de parte nuestra! siembre la Palabra, siembre el mensaje del Evangelio, no se apure lo que pasa inmediatamente, su parte, nuestra parte es predicar la Palabra y dejarle saber a la gente que Cristo tiene solución, que Cristo tiene poder, que Cristo es el Hijo de Dios, que necesitamos de Él para la solución a nuestros problemas y para nuestro destino eterno.

Esta mujer oyó, uno no sabe cuándo una persona en un momento va a hacer uso de haber escuchado de Jesús en una forma genérica y general. A veces nosotros le hemos hablado a gente y aparentemente no hubo ninguna reacción ni ningún resultado pero ¿sabe qué? a veces en algún momento dado de su vida Dios activa esa Palabra y esa persona entonces va en búsqueda del Señor. Esa Palabra que usted dió así en forma general otra persona viene y añade a ella, y la copa se derrama y esa persona viene a Cristo, decide venir a la Iglesia un domingo, decide entregar su vida al Señor porque oyó hablar de Él y por eso es que nosotros tenemos que sembrar la semilla simplemente y dejar el resultado al Señor como dice ese maravilloso himno.

Ella había oído de Jesucristo y estoy seguro que, de nuevo, su fe era una fe muy imperfecta. Ella no tenía el ciento por ciento claro de quién era Jesús; yo no creo que si le hubieran preguntado quién era Jesucristo ella hubiera dicho: bueno es el Hijo de Dios, Dios hombre, Dios perfecto, Dios hombre despojado de Su gloria, venido al mundo, tomado forma de bebé, nacido de María y José o de María y el Espíritu Santo, y lleno de poder y de gracia para redimir a la humanidad de sus pecados y va a ser crucificado y va a dar justicia a la humanidad por Su muerte, y resucitará al tercer día, ella no podía recitar ese credo apostólico, ella no tenía, ella lo único que tenía era una fe bruta que era como una piedra afilada, era un nudo que tenía en su corazón de fe y de desesperación, de necesidad.

Es lo que yo digo que muchas veces es lo que Dios necesita y tenemos que pedirle al Señor que nos ayude, que nos arme de ese nivel de energía, y por eso dice que: “vino y se postró a sus pies”, toda respuesta a una oración tiene que estar precedida por una entrega, tiene que estar precedidad por una postura de adoración al Señor. Cuando ella se postró delante de Él eso era un gesto muy significativo, eso quería decir que ella reconocía de alguna manera general el Señorío de Cristo, se estaba postrando ante un Rey, se estaba postrando ante un ser superior a ella, se estaba postrando como un adorador se postra ante una deidad para reconocer su divinidad, se estaba postrando y su vida, su voluntad, estaba entregándose a Él, quizá ella misma no entendía las implicaciones de lo que estaba haciendo y estaba también humillándose y rogándole al Señor que hiciera algo, y estas son las actitudes y los elementos que componen una buena oración delante de Dios y que componen una buena actitud que el Señor se agrada y honra, adoración, entrega, intensidad, reconocimiento del Señorío de Cristo, humildad, abandono a Su Voluntad, clamor, urgencia.

Tenemos que pedirle al Señor: ayúdame a llevar mi oración al punto del rojo vivo porque yo creo que las oraciones genéricas al Señor lo dejan frío, las oraciones que Dios honra son las oraciones al fuego vivo, las oraciones al blanco de tan caliente que están. Cuando estábamos aquí antes de este tiempo de oración yo les había dicho a los hermanos hace ya una semana y media más o menos el Señor puso en mi corazón que vamos a hacer un clamor a favor de Ana Andújar y vamos a ponerlo todo sobre la mesa, y regamos la voz entre la gente que la conoce a ella, son gente de oración, y vamos a ayunar y orar por ella un día, dos días, una semana, lo que sea pero tomemos un tiempo de oración, acumulemos.

Mi deseo era que durante ese tiempo podamos acumular energía. ¿Sabe que ese tipo de imagen y de razonamiento es bíblico? Hay veces que uno tiene que, como un lanzador de una honda, yo me imagino que cuando David le iba a tirar esa piedra a Goliat él se aseguró de darle cincuenta vueltas a la honda y cogió impulso ¿no? como un lanzador de esos, y cuando lanzó la piedra la lanzó con fuerza a la frente del gigante, y así yo creo que tienen que ser nuestras oraciones.

Muchas veces tenemos que, las primeras oraciones son simplemente ensayos, nosotros vamos a pedirle al Señor por algo grande, será mejor que nos preparemos e insistamos, porque hay una parte casi física en los procesos de los milagros: la repetición, la intensidad, la fe, la expresión verbal física, la postura del cuerpo, estos son elementos que forman parte de la oración que Dios contesta, y esta mujer se postró, se tiró delante del Señor.

Al Señor le gusta oír gritos, al Señor le gusta ver lágrimas, al Señor le gusta oler malos olores de sudor porque la gente está trabajando, al Señor le gusta cuando la gente se le pega y lo toca como la mujer del flujo de sangre, al Señor le gusta cuando nosotros usamos el cuerpo y clamamos a Él, y esta mujer se tiró. Nunca abandonemos esa dimensión de la vida pentecostal, seamos un pueblo de levantar manos, de arrodillarnos, tirarnos a los pies, saltar, danzar, decir: amén, gloria a Dios, salirnos de nuestros asientos, Dios honra eso hermanos y hay que practicar estas cosas, de nuevo, en una forma adecuada pero sí hay que hacerlo, y dice que se postró, se tiró a sus pies, su necesidad había llegado hasta ese punto, su premura, su urgencia, su sentido de desesperación.

Todo le había fallado y ella se tiró ante ese ser que ella no entendía bien pero que sabía que tenía poder. Dice que la mujer era griega y cirofenicia de nación, Marcos pone eso ahí porque era importante que se supiera que ella no tenía derecho por ciudadanía, por cultura, por religión no era parte de la agenda en un sentido, ella era una aberración, algo inoportuno, pero dentro de ella ella cargaba la visa y el pasaporte que le daba derecho, y ahí el que tiene oñídos para oír oiga.

Dios es muy raro en la forma, los hombres tienen sus agendas y sus cosas pero a veces Dios dice: ¿Sabes qué? ahora hay un indulto total y Yo voy a responder a la premura y a la urgencia de este ser humano. “Y era griega y cirofenicia de nación” y dice: “y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio” ¿por qué usa esa expresión? porque quiere enfatizar el derecho de que estaba repitiendo, no dice: “le rogó” porque si hubiera dicho “le rogó” quiere decir que lo hizo una vez y luego se calló, no, yo creo que esto fue un diálogo que se tomó tiempo.

Ahí lo que hacen es que nos resumen lo que pasó pero yo creo que ella argumentó con el Señor un tiempo, le rogó una y otra vez, esto fue un diálogo que ella argumentó y dijo: no yo no me voy de aquí hasta que Tú me bendigas. ¿Ustedes saben esa historia de Eliseo y Elías que Dios le había dicho a Eliseo? Dios tenía ya a Eliseo escogido para ser el heredero de la unción y el ministerio de Elías, y ya Dios se iba a llevar a Elías con Él para el cielo, y Eliseo se pegó a Elías porque Él quería la bendición y Elías le dijo dos o tres veces: mira déjame tranquilo, ya me tengo que ir, ya esto terminó aquí, porque es que a veces Dios se hace el remolón como dicen los mexicanos para probarnos y para provocar en nosotros una reacción de fe.

Dios usa a veces muchas maneras como para incitar en nosotros una postura aguerrida. A Dios le gusta eso no me pregunte por qué, pero a Él le gusta así como juguetear con nosotros y ponernos a esperar porque es que Él quiere que nuestro clamor llegue a ese punto de hervor, y también yo creo que porque Sus bendiciones valen tanto que a Él no le gusta darlas demasiado barato, la persona que se da por vencida demasiado rápido no merece las bendiciones del Señor, y Dios a veces se vende caro porque a veces dice: mira, tengo que hacerlo porque si no me dan el valor tengo que dármelo a Mí mismo.

A Dios le gusta cuando nosotros reconocemos que lo que queremos es lo suficientemente importante para incomodarnos y para insistir. Y ella le rogaba y le insistía, hermanos la insistencia en la oración es tan importante. Yo les digo que hay oraciones en mi vida que yo las estoy recitando desde que yo tenía 10 u 11 años y todavía se las traigo al Señor ¿sabe? y me moriré orando las mismas cosas porque hasta que yo no las vea contestadas no tengo permiso para dejar de orar en esa manera, hay que clamar al Señor hasta que veamos la respuesta y si Él no quiere eso es problema de Él, mi parte es orar y clamar, y hacer lo que Él me dice que haga, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá dice la Palabra del Señor, tenemos que clamar delante de Dios, tenemos que ser un pueblo aguerrido e insistente como para a veces rayar en ser irrespetuoso delante del Señor, a Dios le gusta eso hermanos.

“Le rogaba que echase fuera de su hija al demonio, pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos” wow. Hermanos yo me hubiera ido pa’ mi casa inmediatamente, me hubiera dicho dos o tres cosas feas y olvídate que este hombre es un sinvergüenza y yo no quiero saber de él, mira cómo me insulta, pero ¿sabe? de nuevo lo que Jesús estaba haciendo era probando la fe de ella, y Dios sabía que este evento iba a estar registrado y que en el siglo XXI, en el año 2016 en un día de agosto una Congregación de locos latinos iba a estar predicando acerca de esa mujer y que iba a estar recibiendo inspiración de ese momento, y yo creo que el Señor estaba como elaborando un drama que Él sabía que iba a ir mucho más allá de esta mujer, y que iba a trascender la historia, y que incontables generaciones iban a obtener inspiración y bendición de ese encuentro entre esta mujer y Jesús.

Porque muchas veces estos dramas que se dieron entre un hombre y una mujer, entre Jesús, o que están registrados en las páginas de la Escritura no estaban allí solamente para el beneficio de los que inmediatamente iban a escuchar o leer esas narrativas, era para generaciones después de ellos, eran dramas, narrativas, parábolas vivientes que iban a registrarse para que el pueblo de Dios se alimentara de ellas a través de los siglos hasta que Cristo viniera, que encontraran alimento para el camino arduo que iban a tener que seguir durante siglos hasta que el plan de Dios se cumpliera completamente en la historia.

Es decir que yo creo que el Señor dirigido por el Espíritu Santo estaba allí estableciendo una serie de paradigmas espirituales, de prototipos espirituales para que el pueblo de Dios los entendiera y fuera iluminado e instruído espiritualmente en su caminar. Entonces cuando Él le da esta negativa insultante a esta mujer Él lo está haciendo para beneficio de todos los que van a leer y es que aunque parezca que una persona está despreciablemente lejos de la Voluntad del Señor y de los caminos del Señor el amor de Dios es tan grande que puede sobrepasar estas cosas, y bendecir, y sanar, y ministrar, y responder a su clamor.

Y ciertamente esta mujer venía de una mujer pagana, ciertamente esta mujer era impura delante de los ojos de Dios porque lo único que nos hace puros y aceptables es la sangre de Jesús y la Palabra de Su Espíritu, en un sentido sí, como lo es todo ser humano no importa cuán honesto y honrado, y trabajador sea, si no tiene a Cristo en su corazón es un perrillo, peor que un perrillo, es un perro, porque sin Cristo somos inmundos delante de la santidad perfecta de Dios, lo único que nos hace aceptos delante de Dios y acceder a Su Presencia es la sangre y el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario, eso es lo que nos pasa de la condición de perrillos a la condición de hijos, eso es lo que cambia nuestro estado interior, nuestra naturaleza interior, eso es lo que nos hace aceptos de la Gracia poderosa y sanadora de Dios a través de Cristo Jesús.

Entonces Él estaba diciendo: mira, ¿cuáles son los hijos? supuestamente son los que conocen la Escritura, son los que pertenecen al linaje de Abraham, y Él le dice: no está bien tomar el pan que pertenece a los hijos y echárselo a los que no lo merecen, y en ese sentido Él estaba ahí haciendo acopio de una cantidad de verdades de la Escritura, el pueblo de Israel había sido escogido por Dios pero ¿sabe qué? el Señor, es claro que Él quiere más de lo que está diciendo aquí porque Él mismo había dicho que Él había venido a bendecir a toda la humanidad sin importar si fueran judíos o no judíos, Él sabía que Su Evangelio, Su Palabra, Su obra salvífica iba a alcanzar a todas las naciones así que Él estaba teasing her, estaba jugueteando con ella, quería ver qué iba a hacer ella con esa curva que Él le estaba tirando allí, y Él quería probar su fe y quería saber si ella era verdaderamente merecedora de esa bendición que ella estaba pidiendo, y si ella tenía suficiente carga espiritual en ella para ir más allá de lo convencional y de lo formal acerca de la religión.

Gracias a Dios esta mujer dice: “Y ella le respondió y le dijo:” y yo creo que esta respuesta fue iluminada por el Espíritu Santo, esta fue una respuesta tan genial y una respuesta tan fuera de lo común, y tan como de un abogado entrenado en las leyes de la argumentación que tenía que venir de Dios, una mujer humilde iletrada como ella yo creo que no se le podía ocurrir una respuesta tan extraordinaria como la que ella le dió al Señor, “respondió ella y le dijo: si Señor, pero aún los perrillos que están debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos” gloria al Señor.

Ella tomó el mismo argumento que el Señor le estaba tirando y se lo volteó, y le dijo: aquí te va, coge esa mientras te viene la otra. Le dijo: bueno Señor estas diciendo que somos perrillos, okay te lo acepto pero ¿sabes qué? que en el mundo aún los perritos que están debajo de la mesa se van debajo de la mesa y cuando les tiran algo o se cae algo ellos comen eso, eso es lo que yo quiero. No me des chicken cordon bleu ni filete mignon, dame un pedacito de pan aunque sea porque una migaja de Tu Mano vale todo lo que yo necesito, una palabra mínima de parte del Señor es suficiente para llenar toda necesidad.

No se necesitan grandes declaraciones de parte de Dios, un movimiento mínimo de parte del Señor en nuestra dirección es suficiente para cambiar el curso del universo hermanos. Dice ese coro que cantamos: una mirada de fe es lo que puede salvar al pecador, muchas veces lo que se necesita es un movimiento ínfimo del corazón y el poder de Dios es suficiente. La mujer del flujo de sangre solamente tocó el borde del manto, uno de los flequitos que se salían del manto judío de Jesús, ella tocó el hilito extremado de uno de los extremos, de los extremos del manto de Jesús y eso la sanó completamente, lo que los médicos no habían podido hacer, frenó y congeló el flujo de su sangre, y ella le dice: Señor aún los perrillos debajo de la mesa comen.

Vamos a pedirle al Señor que nos dé siempre las palabras correctas para orar porque aún para venir delante de la Presencia de Dios tenemos que venir como abogados, tenemos que encontrar el argumento preciso y correcto. Hay veces que Dios pone en nosotros una palabra y uno dice: pero ¿de dónde me salió eso? y esa expresión te la puso el Espíritu Santo porque esa es la llave que va a abrir el corazón de Dios y que va a traer la bendición que tú necesitas.

Hay veces que Dios es tan generoso con nosotros que nos da el argumento que Él quiere oír para que se desate Su Poder a nuestro favor, así de grandes son los misterios del Señor. Cuando Dios ponga a veces en tu corazón una expresión úsala, porque esa expresión puede ser el conducto que va a abrir el corazón del Señor y va a hacer lo que tu vida necesita que se haga. Yo creo mucho en esos argumentos y por eso tengo que pedirle: Señor prepara mi oración.

Y por eso es que esta tarde comencé a decirle algo y se me fue el hilo, pero mientras estábamos allí en el tiempo de alabanza mi corazón estaba en una sola cosa: Señor prepara mi corazón para el tiempo de oración que vamos a hacer, prepara mi corazón, prepara la estrategia, ayúdanos a configurar la logística, la forma en que Tú quieres que clamemos a Ti y la manera, y la secuencia, y el lenguaje, y la soltura espiritual porque yo creo que es así, Dios es un ser estratégico y Él piensa de esa manera, y la oración es más compleja de lo que uno piensa, el lenguaje, la logística de la oración, los misterios de la ciencia de Dios son tan profundos, y nosotros tenemos que pedirle al Señor: Señor danos sabiduría para poder entender todos los cubículos y los recintos, y los diferentes niveles de Tu misterio y de Tu ciencia.

Ella usó el argumento, usó la misma palabra del Señor para ponerlo contra la espada y la pared. Los movimientos del Espíritu son judiciales, el diablo sabe y Dios ciertamente lo sabe, el mundo del Espíritu se mueve conforme a principios judiciales, y el hombre tiene justicia y ley porque el mundo del Espíritu tiene justicia y ley, y nosotros simplemente imitamos lo que en nuestro espíritu se nos ha sido revelado, en nuestra genética, por eso hay leyes, hay gobiernos y hay sistemas judiciales, porque el mundo del Espíritu es legal y judicial en su manera, y por eso es que nosotros tenemos que entender cuando oramos, tenemos que también pedirle al Señor: Señor danos entendimiento de cómo los misterios de la oración.

Y esta mujer tropezó con uno de ellos, y es que nosotros tenemos que usar la Palabra de Dios para amarrar a Dios y lo digo con todo respeto, no estoy diciendo que pongamos el santo boca abajo, pero estoy diciendo que no hay mejor manera de orar que en la Palabra del Señor. Cuando usted le dice: Señor Tu Palabra dice que, Señor Tú has declarado en Tu Palabra que, Señor Tú has prometido que, esos argumentos legales tienen poder ante el corazón de Dios, por eso es que tenemos que conocer la Palabra, tenemos que estudiar la Palabra.

Un joven me preguntaba al final del servicio esta mañana: Pastor yo quiero sabiduría, estaba hablando acerca del sermón que se predicó esta mañana, yo quiero sabiduría de parte de Dios y yo le dije: mira la mejor manera que yo conozco de tener sabiduría es compenetrándote con la Palabra de Dios, estúdiala, hónrala, dedícate a ella, búscala como se buscan el oro y la plata, visualízala como algo vivo y real, como una entidad que encarna el Poder y la vida de Dios, cómetela todos los días, métela dentro de ti y esa Palabra te va a dar sabiduría, y Dios te va a dar entonces ojos para ver, y todo lo que tú vivas entonces tú lo vas a poder aprovechar, interpretar, y eso entonces va a crear en ti una energía de sabiduría y de verdad. Una de las maneras apreciando y valorando como el oro y la plata la Palabra de Dios, y esa Palabra entonces nos permite venir ante el Trono de Dios, nos permite usar el lenguaje adecuado, la Palabra misma brota de nuestros labios y cuando oramos, cuando predicamos, cuando razonamos la Palabra de Dios está razonando a través de nosotros, y entonces no nos sorprendamos de que vengan milagros y obras maravillosas en nuestras vidas porque es la Palabra de Dios honrándose a sí misma a través de nosotros.

Entonces esta mujer dijo: Señor te voy a tomar Tu palabra, si yo soy un perrillo amén, pero Tú sabes bien que los perrillos tienen derecho a comer de las migajas, y entonces el Señor le dijo, estoy casi seguro que el Señor se rió cuando ella le dijo eso, el Señor dijo: me pillaste, me agarraste, te saliste con la tuya ¿qué puedo decir Yo a eso? Él se divirtió, se deleitó, a Él le agradó esa respuesta atrevida de esta mujer, y el Señor le dijo: “Por esta palabra” aleluya, “por esta palabra” es la palabra, es el argumento, es esa expresión precisa que el Espíritu ha puesto en ti, es el momento, eso es lo que desata el poder y la gloria, y el afecto de Dios en nuestras vidas, es la oración humilde y sencilla propiciada por el Espíritu Santo, Él le dijo: por esta palabra que tú me acabas de dar el demonio ha salido, ha salido.

Qué interesante, Él dice: por esta palabra que tú me acabas de dar el demonio ha salido de tu hija, eso es un misterio, era una palabra preñada, era una palabra llena del poder y de la gracia de Dios. En nosotros está el poder ya de Dios para hacer cosas increíbles, para separar las aguas del mar, para hacer llover donde no hay lluvia, para hacer detenerse la lluvia donde hay lluvia, para abrir puertas que nadie puede abrir y cerrar puertas que nadie puede cerrar, para derribar muros, para resolver problemas, para traer consejo a nuestra vida, para traer soluciones que no parecen humanamente posibles, para darnos gracia ante autoridades, para hacer obras mayores que las que Jesús mismo hizo porque Él lo ha prometido así y Él ha dado permiso para que así sea, obras mayores haréis porque Él está duplicando el poder que antes Yo tenía aquí en la Tierra, ahora soy Yo y Dios a tu favor, y tú también orando.

La palabra de esta mujer, su palabra de fe liberó a su hija en reacción y en acción con Jesucristo, por esta palabra vete, el demonio ya salió. Ya esa niña sabe Dios a cuántas millas de distancia cuando esta mujer dió esa palabra experimentó un cambio, su mente quedó clara, sus movimientos físicos volvieron bajo su control, su voluntad recuperó la facultad para moverse y su hija fue sanada completamente, y aquí tenemos la confirmación, dice que cuando ella volvió a su casa halló exactamente como el Señor le había dicho, el demonio había salido y encontró a su hija acostada descansando en su cama, gloria al Señor, amén, amén.

Me imagino que por primera vez en quizás muchos meses esta niña, esta jovencita pudo dormir tranquila y estaba tan agotada por su crisis y por el tiempo que había pasado tan duro que simplemente se tiró a dormir y durmió, y cuando se despertó estaba descansada, sanada, libre, y las cosas nunca volvieron a ser las mismas en ese hogar.

Hermanos vamos a creerle a Dios, vamos a clamar delante del Señor, vamos a vivir vidas atrevidas y aguerridas delante del Señor porque tenemos un Dios que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Ese Cristo que está retratado ahí en esa narración es el mismo Jesús a quien tú le sirves hoy ¿sabes? es el mismo Jesús que quiere ver ese mismo tipo de fe y que honra también ese tipo de fe en nuestras vidas también, vamos a servir así.

Bajemos nuestras cabezas un momento y no se mueva de su asiento si usted puede, y deje que esa Palabra se meta en su corazón, vamos a tener silencio un momento en este lugar, y vamos a mirar a ese Jesús que está aquí en este lugar también y que nos está invitando a hacer un pacto con Él, el Señor no honra la oración de nadie que no esté dispuesto a postrarse delante de Él, que no esté dispuesto a ponerse incómodo, que no esté dispuesto a hacer una expresión física y visible de su respeto y su reverencia, y su entrega a la Voluntad del Señor.

Tú puedes ser como esa mujer cirofenicia, quizás viniste aquí a la Iglesia pero no conoces a Jesús, eres cirofenicio, no eres parte de la familia de Jesús, pero un gesto de acercamiento, un gesto de entrega a Jesús, un gesto público, un gesto visible, y si tú no has hecho ese gesto de entrega al Señor yo quiero invitarte en esta tarde a que entregues tu vida a Jesucristo y que no te vayas de aquí siendo cirofenicio, que te vayas de aquí siendo miembro de la familia de Cristo Jesús habiendo invitado al Señor a entrar a tu corazón y a ser parte central de tu vida.

por una postura de adoración al Señor. Cuando ella se postró delante de Él eso era un gesto muy significativo, eso quería decir que ella reconocía de alguna manera general el Señorío de Cristo, se estaba postrando ante un Rey, se estaba postrando ante un ser superior a ella, se estaba postrando como un adorador se postra ante una deidad para reconocer su divinidad, se estaba postrando y su vida, su voluntad, estaba entregándose a Él, quizá ella misma no entendía las implicaciones de lo que estaba haciendo y estaba también humillándose y rogándole al Señor que hiciera algo, y estas son las actitudes y los elementos que componen una buena oración delante de Dios y que componen una buena actitud que el Señor se agrada y honra, adoración, entrega, intensidad, reconocimiento del Señorío de Cristo, humildad, abandono a Su Voluntad, clamor, urgencia.

Tenemos que pedirle al Señor: ayúdame a llevar mi oración al punto del rojo vivo porque yo creo que las oraciones genéricas al Señor lo dejan frío, las oraciones que Dios honra son las oraciones al fuego vivo, las oraciones al blanco de tan caliente que están. Cuando estábamos aquí antes de este tiempo de oración yo les había dicho a los hermanos hace ya una semana y media más o menos el Señor puso en mi corazón que vamos a hacer un clamor a favor de Ana Andújar y vamos a ponerlo todo sobre la mesa, y regamos la voz entre la gente que la conoce a ella, son gente de oración, y vamos a ayunar y orar por ella un día, dos días, una semana, lo que sea pero tomemos un tiempo de oración, acumulemos.

Mi deseo era que durante ese tiempo podamos acumular energía. ¿Sabe que ese tipo de imagen y de razonamiento es bíblico? Hay veces que uno tiene que, como un lanzador de una honda, yo me imagino que cuando David le iba a tirar esa piedra a Goliat él se aseguró de darle cincuenta vueltas a la honda y cogió impulso ¿no? como un lanzador de esos, y cuando lanzó la piedra la lanzó con fuerza a la frente del gigante, y así yo creo que tienen que ser nuestras oraciones.

Muchas veces tenemos que, las primeras oraciones son simplemente ensayos, nosotros vamos a pedirle al Señor por algo grande, será mejor que nos preparemos e insistamos, porque hay una parte casi física en los procesos de los milagros: la repetición, la intensidad, la fe, la expresión verbal física, la postura del cuerpo, estos son elementos que forman parte de la oración que Dios contesta, y esta mujer se postró, se tiró delante del Señor.

Al Señor le gusta oír gritos, al Señor le gusta ver lágrimas, al Señor le gusta oler malos olores de sudor porque la gente está trabajando, al Señor le gusta cuando la gente se le pega y lo toca como la mujer del flujo de sangre, al Señor le gusta cuando nosotros usamos el cuerpo y clamamos a Él, y esta mujer se tiró. Nunca abandonemos esa dimensión de la vida pentecostal, seamos un pueblo de levantar manos, de arrodillarnos, tirarnos a los pies, saltar, danzar, decir: amén, gloria a Dios, salirnos de nuestros asientos, Dios honra eso hermanos y hay que practicar estas cosas, de nuevo, en una forma adecuada pero sí hay que hacerlo, y dice que se postró, se tiró a sus pies, su necesidad había llegado hasta ese punto, su premura, su urgencia, su sentido de desesperación.

Todo le había fallado y ella se tiró ante ese ser que ella no entendía bien pero que sabía que tenía poder. Dice que la mujer era griega y cirofenicia de nación, Marcos pone eso ahí porque era importante que se supiera que ella no tenía derecho por ciudadanía, por cultura, por religión no era parte de la agenda en un sentido, ella era una aberración, algo inoportuno, pero dentro de ella ella cargaba la visa y el pasaporte que le daba derecho, y ahí el que tiene oñídos para oír oiga.

Dios es muy raro en la forma, los hombres tienen sus agendas y sus cosas pero a veces Dios dice: ¿Sabes qué? ahora hay un indulto total y Yo voy a responder a la premura y a la urgencia de este ser humano. “Y era griega y cirofenicia de nación” y dice: “y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio” ¿por qué usa esa expresión? porque quiere enfatizar el derecho de que estaba repitiendo, no dice: “le rogó” porque si hubiera dicho “le rogó” quiere decir que lo hizo una vez y luego se calló, no, yo creo que esto fue un diálogo que se tomó tiempo.

Ahí lo que hacen es que nos resumen lo que pasó pero yo creo que ella argumentó con el Señor un tiempo, le rogó una y otra vez, esto fue un diálogo que ella argumentó y dijo: no yo no me voy de aquí hasta que Tú me bendigas. ¿Ustedes saben esa historia de Eliseo y Elías que Dios le había dicho a Eliseo? Dios tenía ya a Eliseo escogido para ser el heredero de la unción y el ministerio de Elías, y ya Dios se iba a llevar a Elías con Él para el cielo, y Eliseo se pegó a Elías porque Él quería la bendición y Elías le dijo dos o tres veces: mira déjame tranquilo, ya me tengo que ir, ya esto terminó aquí, porque es que a veces Dios se hace el remolón como dicen los mexicanos para probarnos y para provocar en nosotros una reacción de fe.

Dios usa a veces muchas maneras como para incitar en nosotros una postura aguerrida. A Dios le gusta eso no me pregunte por qué, pero a Él le gusta así como juguetear con nosotros y ponernos a esperar porque es que Él quiere que nuestro clamor llegue a ese punto de hervor, y también yo creo que porque Sus bendiciones valen tanto que a Él no le gusta darlas demasiado barato, la persona que se da por vencida demasiado rápido no merece las bendiciones del Señor, y Dios a veces se vende caro porque a veces dice: mira, tengo que hacerlo porque si no me dan el valor tengo que dármelo a Mí mismo.

A Dios le gusta cuando nosotros reconocemos que lo que queremos es lo suficientemente importante para incomodarnos y para insistir. Y ella le rogaba y le insistía, hermanos la insistencia en la oración es tan importante. Yo les digo que hay oraciones en mi vida que yo las estoy recitando desde que yo tenía 10 u 11 años y todavía se las traigo al Señor ¿sabe? y me moriré orando las mismas cosas porque hasta que yo no las vea contestadas no tengo permiso para dejar de orar en esa manera, hay que clamar al Señor hasta que veamos la respuesta y si Él no quiere eso es problema de Él, mi parte es orar y clamar, y hacer lo que Él me dice que haga, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá dice la Palabra del Señor, tenemos que clamar delante de Dios, tenemos que ser un pueblo aguerrido e insistente como para a veces rayar en ser irrespetuoso delante del Señor, a Dios le gusta eso hermanos.

“Le rogaba que echase fuera de su hija al demonio, pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos” wow. Hermanos yo me hubiera ido pa’ mi casa inmediatamente, me hubiera dicho dos o tres cosas feas y olvídate que este hombre es un sinvergüenza y yo no quiero saber de él, mira cómo me insulta, pero ¿sabe? de nuevo lo que Jesús estaba haciendo era probando la fe de ella, y Dios sabía que este evento iba a estar registrado y que en el siglo XXI, en el año 2016 en un día de agosto una Congregación de locos latinos iba a estar predicando acerca de esa mujer y que iba a estar recibiendo inspiración de ese momento, y yo creo que el Señor estaba como elaborando un drama que Él sabía que iba a ir mucho más allá de esta mujer, y que iba a trascender la historia, y que incontables generaciones iban a obtener inspiración y bendición de ese encuentro entre esta mujer y Jesús.

Porque muchas veces estos dramas que se dieron entre un hombre y una mujer, entre Jesús, o que están registrados en las páginas de la Escritura no estaban allí solamente para el beneficio de los que inmediatamente iban a escuchar o leer esas narrativas, era para generaciones después de ellos, eran dramas, narrativas, parábolas vivientes que iban a registrarse para que el pueblo de Dios se alimentara de ellas a través de los siglos hasta que Cristo viniera, que encontraran alimento para el camino arduo que iban a tener que seguir durante siglos hasta que el plan de Dios se cumpliera completamente en la historia.

Es decir que yo creo que el Señor dirigido por el Espíritu Santo estaba allí estableciendo una serie de paradigmas espirituales, de prototipos espirituales para que el pueblo de Dios los entendiera y fuera iluminado e instruído espiritualmente en su caminar. Entonces cuando Él le da esta negativa insultante a esta mujer Él lo está haciendo para beneficio de todos los que van a leer y es que aunque parezca que una persona está despreciablemente lejos de la Voluntad del Señor y de los caminos del Señor el amor de Dios es tan grande que puede sobrepasar estas cosas, y bendecir, y sanar, y ministrar, y responder a su clamor.

Y ciertamente esta mujer venía de una mujer pagana, ciertamente esta mujer era impura delante de los ojos de Dios porque lo único que nos hace puros y aceptables es la sangre de Jesús y la Palabra de Su Espíritu, en un sentido sí, como lo es todo ser humano no importa cuán honesto y honrado, y trabajador sea, si no tiene a Cristo en su corazón es un perrillo, peor que un perrillo, es un perro, porque sin Cristo somos inmundos delante de la santidad perfecta de Dios, lo único que nos hace aceptos delante de Dios y acceder a Su Presencia es la sangre y el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario, eso es lo que nos pasa de la condición de perrillos a la condición de hijos, eso es lo que cambia nuestro estado interior, nuestra naturaleza interior, eso es lo que nos hace aceptos de la Gracia poderosa y sanadora de Dios a través de Cristo Jesús.

Entonces Él estaba diciendo: mira, ¿cuáles son los hijos? supuestamente son los que conocen la Escritura, son los que pertenecen al linaje de Abraham, y Él le dice: no está bien tomar el pan que pertenece a los hijos y echárselo a los que no lo merecen, y en ese sentido Él estaba ahí haciendo acopio de una cantidad de verdades de la Escritura, el pueblo de Israel había sido escogido por Dios pero ¿sabe qué? el Señor, es claro que Él quiere más de lo que está diciendo aquí porque Él mismo había dicho que Él había venido a bendecir a toda la humanidad sin importar si fueran judíos o no judíos, Él sabía que Su Evangelio, Su Palabra, Su obra salvífica iba a alcanzar a todas las naciones así que Él estaba teasing her, estaba jugueteando con ella, quería ver qué iba a hacer ella con esa curva que Él le estaba tirando allí, y Él quería probar su fe y quería saber si ella era verdaderamente merecedora de esa bendición que ella estaba pidiendo, y si ella tenía suficiente carga espiritual en ella para ir más allá de lo convencional y de lo formal acerca de la religión.

Gracias a Dios esta mujer dice: “Y ella le respondió y le dijo:” y yo creo que esta respuesta fue iluminada por el Espíritu Santo, esta fue una respuesta tan genial y una respuesta tan fuera de lo común, y tan como de un abogado entrenado en las leyes de la argumentación que tenía que venir de Dios, una mujer humilde iletrada como ella yo creo que no se le podía ocurrir una respuesta tan extraordinaria como la que ella le dió al Señor, “respondió ella y le dijo: si Señor, pero aún los perrillos que están debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos” gloria al Señor.

Ella tomó el mismo argumento que el Señor le estaba tirando y se lo volteó, y le dijo: aquí te va, coge esa mientras te viene la otra. Le dijo: bueno Señor estas diciendo que somos perrillos, okay te lo acepto pero ¿sabes qué? que en el mundo aún los perritos que están debajo de la mesa se van debajo de la mesa y cuando les tiran algo o se cae algo ellos comen eso, eso es lo que yo quiero. No me des chicken cordon bleu ni filete mignon, dame un pedacito de pan aunque sea porque una migaja de Tu Mano vale todo lo que yo necesito, una palabra mínima de parte del Señor es suficiente para llenar toda necesidad.

No se necesitan grandes declaraciones de parte de Dios, un movimiento mínimo de parte del Señor en nuestra dirección es suficiente para cambiar el curso del universo hermanos. Dice ese coro que cantamos: una mirada de fe es lo que puede salvar al pecador, muchas veces lo que se necesita es un movimiento ínfimo del corazón y el poder de Dios es suficiente. La mujer del flujo de sangre solamente tocó el borde del manto, uno de los flequitos que se salían del manto judío de Jesús, ella tocó el hilito extremado de uno de los extremos, de los extremos del manto de Jesús y eso la sanó completamente, lo que los médicos no habían podido hacer, frenó y congeló el flujo de su sangre, y ella le dice: Señor aún los perrillos debajo de la mesa comen.

Vamos a pedirle al Señor que nos dé siempre las palabras correctas para orar porque aún para venir delante de la Presencia de Dios tenemos que venir como abogados, tenemos que encontrar el argumento preciso y correcto. Hay veces que Dios pone en nosotros una palabra y uno dice: pero ¿de dónde me salió eso? y esa expresión te la puso el Espíritu Santo porque esa es la llave que va a abrir el corazón de Dios y que va a traer la bendición que tú necesitas.

Hay veces que Dios es tan generoso con nosotros que nos da el argumento que Él quiere oír para que se desate Su Poder a nuestro favor, así de grandes son los misterios del Señor. Cuando Dios ponga a veces en tu corazón una expresión úsala, porque esa expresión puede ser el conducto que va a abrir el corazón del Señor y va a hacer lo que tu vida necesita que se haga. Yo creo mucho en esos argumentos y por eso tengo que pedirle: Señor prepara mi oración.

Y por eso es que esta tarde comencé a decirle algo y se me fue el hilo, pero mientras estábamos allí en el tiempo de alabanza mi corazón estaba en una sola cosa: Señor prepara mi corazón para el tiempo de oración que vamos a hacer, prepara mi corazón, prepara la estrategia, ayúdanos a configurar la logística, la forma en que Tú quieres que clamemos a Ti y la manera, y la secuencia, y el lenguaje, y la soltura espiritual porque yo creo que es así, Dios es un ser estratégico y Él piensa de esa manera, y la oración es más compleja de lo que uno piensa, el lenguaje, la logística de la oración, los misterios de la ciencia de Dios son tan profundos, y nosotros tenemos que pedirle al Señor: Señor danos sabiduría para poder entender todos los cubículos y los recintos, y los diferentes niveles de Tu misterio y de Tu ciencia.

Ella usó el argumento, usó la misma palabra del Señor para ponerlo contra la espada y la pared. Los movimientos del Espíritu son judiciales, el diablo sabe y Dios ciertamente lo sabe, el mundo del Espíritu se mueve conforme a principios judiciales, y el hombre tiene justicia y ley porque el mundo del Espíritu tiene justicia y ley, y nosotros simplemente imitamos lo que en nuestro espíritu se nos ha sido revelado, en nuestra genética, por eso hay leyes, hay gobiernos y hay sistemas judiciales, porque el mundo del Espíritu es legal y judicial en su manera, y por eso es que nosotros tenemos que entender cuando oramos, tenemos que también pedirle al Señor: Señor danos entendimiento de cómo los misterios de la oración.

Y esta mujer tropezó con uno de ellos, y es que nosotros tenemos que usar la Palabra de Dios para amarrar a Dios y lo digo con todo respeto, no estoy diciendo que pongamos el santo boca abajo, pero estoy diciendo que no hay mejor manera de orar que en la Palabra del Señor. Cuando usted le dice: Señor Tu Palabra dice que, Señor Tú has declarado en Tu Palabra que, Señor Tú has prometido que, esos argumentos legales tienen poder ante el corazón de Dios, por eso es que tenemos que conocer la Palabra, tenemos que estudiar la Palabra.

Un joven me preguntaba al final del servicio esta mañana: Pastor yo quiero sabiduría, estaba hablando acerca del sermón que se predicó esta mañana, yo quiero sabiduría de parte de Dios y yo le dije: mira la mejor manera que yo conozco de tener sabiduría es compenetrándote con la Palabra de Dios, estúdiala, hónrala, dedícate a ella, búscala como se buscan el oro y la plata, visualízala como algo vivo y real, como una entidad que encarna el Poder y la vida de Dios, cómetela todos los días, métela dentro de ti y esa Palabra te va a dar sabiduría, y Dios te va a dar entonces ojos para ver, y todo lo que tú vivas entonces tú lo vas a poder aprovechar, interpretar, y eso entonces va a crear en ti una energía de sabiduría y de verdad. Una de las maneras apreciando y valorando como el oro y la plata la Palabra de Dios, y esa Palabra entonces nos permite venir ante el Trono de Dios, nos permite usar el lenguaje adecuado, la Palabra misma brota de nuestros labios y cuando oramos, cuando predicamos, cuando razonamos la Palabra de Dios está razonando a través de nosotros, y entonces no nos sorprendamos de que vengan milagros y obras maravillosas en nuestras vidas porque es la Palabra de Dios honrándose a sí misma a través de nosotros.

Entonces esta mujer dijo: Señor te voy a tomar Tu palabra, si yo soy un perrillo amén, pero Tú sabes bien que los perrillos tienen derecho a comer de las migajas, y entonces el Señor le dijo, estoy casi seguro que el Señor se rió cuando ella le dijo eso, el Señor dijo: me pillaste, me agarraste, te saliste con la tuya ¿qué puedo decir Yo a eso? Él se divirtió, se deleitó, a Él le agradó esa respuesta atrevida de esta mujer, y el Señor le dijo: “Por esta palabra” aleluya, “por esta palabra” es la palabra, es el argumento, es esa expresión precisa que el Espíritu ha puesto en ti, es el momento, eso es lo que desata el poder y la gloria, y el afecto de Dios en nuestras vidas, es la oración humilde y sencilla propiciada por el Espíritu Santo, Él le dijo: por esta palabra que tú me acabas de dar el demonio ha salido, ha salido.

Qué interesante, Él dice: por esta palabra que tú me acabas de dar el demonio ha salido de tu hija, eso es un misterio, era una palabra preñada, era una palabra llena del poder y de la gracia de Dios. En nosotros está el poder ya de Dios para hacer cosas increíbles, para separar las aguas del mar, para hacer llover donde no hay lluvia, para hacer detenerse la lluvia donde hay lluvia, para abrir puertas que nadie puede abrir y cerrar puertas que nadie puede cerrar, para derribar muros, para resolver problemas, para traer consejo a nuestra vida, para traer soluciones que no parecen humanamente posibles, para darnos gracia ante autoridades, para hacer obras mayores que las que Jesús mismo hizo porque Él lo ha prometido así y Él ha dado permiso para que así sea, obras mayores haréis porque Él está duplicando el poder que antes Yo tenía aquí en la Tierra, ahora soy Yo y Dios a tu favor, y tú también orando.

La palabra de esta mujer, su palabra de fe liberó a su hija en reacción y en acción con Jesucristo, por esta palabra vete, el demonio ya salió. Ya esa niña sabe Dios a cuántas millas de distancia cuando esta mujer dió esa palabra experimentó un cambio, su mente quedó clara, sus movimientos físicos volvieron bajo su control, su voluntad recuperó la facultad para moverse y su hija fue sanada completamente, y aquí tenemos la confirmación, dice que cuando ella volvió a su casa halló exactamente como el Señor le había dicho, el demonio había salido y encontró a su hija acostada descansando en su cama, gloria al Señor, amén, amén.

Me imagino que por primera vez en quizás muchos meses esta niña, esta jovencita pudo dormir tranquila y estaba tan agotada por su crisis y por el tiempo que había pasado tan duro que simplemente se tiró a dormir y durmió, y cuando se despertó estaba descansada, sanada, libre, y las cosas nunca volvieron a ser las mismas en ese hogar.

Hermanos vamos a creerle a Dios, vamos a clamar delante del Señor, vamos a vivir vidas atrevidas y aguerridas delante del Señor porque tenemos un Dios que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Ese Cristo que está retratado ahí en esa narración es el mismo Jesús a quien tú le sirves hoy ¿sabes? es el mismo Jesús que quiere ver ese mismo tipo de fe y que honra también ese tipo de fe en nuestras vidas también, vamos a servir así.

Bajemos nuestras cabezas un momento y no se mueva de su asiento si usted puede, y deje que esa Palabra se meta en su corazón, vamos a tener silencio un momento en este lugar, y vamos a mirar a ese Jesús que está aquí en este lugar también y que nos está invitando a hacer un pacto con Él, el Señor no honra la oración de nadie que no esté dispuesto a postrarse delante de Él, que no esté dispuesto a ponerse incómodo, que no esté dispuesto a hacer una expresión física y visible de su respeto y su reverencia, y su entrega a la Voluntad del Señor.

Tú puedes ser como esa mujer cirofenicia, quizás viniste aquí a la Iglesia pero no conoces a Jesús, eres cirofenicio, no eres parte de la familia de Jesús, pero un gesto de acercamiento, un gesto de entrega a Jesús, un gesto público, un gesto visible, y si tú no has hecho ese gesto de entrega al Señor yo quiero invitarte en esta tarde a que entregues tu vida a Jesucristo y que no te vayas de aquí siendo cirofenicio, que te vayas de aquí siendo miembro de la familia de Cristo Jesús habiendo invitado al Señor a entrar a tu corazón y a ser parte central de tu vida.