Los dones deben usarse con un corazón pastoral

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Quiero invitarlos a ir conmigo a Primera de Corintios en el capítulo 14, es un tema interesante que quiero tratar con ustedes. A la luz de nuestro deseo de ser una iglesia efectiva en alcanzar almas y retenerlas y ser una iglesia que cuando la gente entra y adora con nosotros se sienta acogida, se sienta bien, se sienta en armonía, se sienta que están en un lugar seguro, un lugar donde pueden experimentar la paz del Señor. Porque de nada nos sirve que la gente venga y no encuentre el espacio que necesita para sus necesidades, cuando vienen a veces afanados, tristes, ansiosos, cuando vienen confundidos, cuando vienen heridos de fuera, cuando vienen con alguna situación que les aqueja, es importante que estén en un lugar donde puedan encontrar ese descanso y esa armonía que están buscando del Señor.

Y por eso es tan importante. El evangelismo incluye no solamente traer a la gente a la iglesia, sino también ofrecerles ese ambiente seguro, ese ambiente de paz, ese ambiente donde puedan permanecer y estar a gusto. El Apóstol Pablo era no solamente un teólogo, escribió muchísimo pasajes de la escritura, dos terceras partes del Nuevo Testamento lo escribió él, pero también era un plantador de iglesias, era un evangelista, y era pastor también porque tenía un corazón pastoral y le escribió a los pastores y a las congregaciones que él ayudó a plantar, acerco de cómo debían conducirse, cómo debían regular su vida diaria, su vida cotidiana como congregaciones. Y escribió principios porque en esos tiempos no tenían lo que nosotros tenemos, esta escritura ya escrita, ya codificada, ya bien ordenada. No sabían cómo conducirse porque apenas estaba comenzando el crecimiento del Evangelio. Era el primer siglo y todavía todo estaba por establecerse.

Y entonces él escribió cartas que luego fueron ensambladas y reunidas en lo que hoy llamamos la Biblia, pero en ese tiempo eran simplemente los consejos de un pastor escribiéndole a sus congregaciones que él había ayudado a plantar, a veces contestando preguntas que le hacían. Pablo, tenemos este problema en la iglesia, ¿qué hacemos? Tenemos tal situación, está causando división, ¿qué hacemos? Y él también preventivamente escribía muchos principios que luego evidentemente el Espíritu Santo lo estaba dirigiendo a hacer esas cosas, pero luego esos principios habían de ser colectados en este documento que se llama la Biblia, que nos ayuda a gobernarnos y a dirigir nuestra vida congregacional.

Eso a manera de preludio. Déjenme ir con ustedes rápidamente, el versículo 20. Primera de Corintios, capítulo 14, versículo 20. Dice allí y nos dice a nosotros:

“Hermanos de la congregación León de Judá, no seáis niños en el modo de pensar sino sed niños más bien en la malicia. – hay gente que es muy adulta en la malicia y muy niños en el amor y en la gracia. – dice, no sed niños en el modo de pensar, es decir en su conducta, en su forma de ver las cosas, en su forma de razonar, sino si van a ser niños sean niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar, porque en la ley está escrito en otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo y ni aún así me oirán, dice el Señor.

Es un pasaje del Antiguo Testamento que él está citando, eso de otras lenguas y otros labios hablaré al pueblo de isarael. Entonces él dice, “Así que la profecía son por señal no a los incrédulos sino a los creyentes, aquí él está refiriendo.” Aquí él se está refiriendo a los diferentes dones del Espíritu Santo de los cuales él ya ha hablado en el capítulo 12 de esta misma carta, dones de lengua, profecía, dones de ciencias, sabiduría, sanidad, señales y prodigios, todos estos diferentes dones e incluye también las lenguas.

Él está tratando de enseñar cuáles son los propósitos de cada uno de estos dones dentro de la vida de una congregación. “Si por ejemplo, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, como estamos nosotros en esta mañana, y todos hablan en lenguas y entran indoctos o incrédulos – ¿a qué se refiere? A gente… indocto quiere decir que no están instruidos y no son conocedores de la palabra de Dios ni de los principios de la vida cristiana. Son completamente no instruidos en la vida cristiana.

“… si entran indoctos o incrédulos – puede que entre también gente que no conoce a Dios y simplemente son totalmente foráneos a los principios del Evangelio – si entra ese tipo de gente a la iglesia y los ven a ustedes hablando en lenguas, todo el mundo a la misma vez y haciendo ruido sin sentido, como puede pasar a veces… yo no sé si usted alguna vez ha ido a una congregación donde es un sal para fuera, todo el mundo está allí teniendo su pequeña fiesta y todo el mundo está hablando y está moviéndose y gritando y todo eso, y es una cacofonía.

Y entonces si entra alguien en ese momento que es un indocto, es un incrédulo, es una persona tímida, es una persona que no entiende lo que está pasando, “¿no dirán que están locos?” lo está diciendo en una forma como que tengan cuidado, la idea es que nosotros no queremos que la gente venga y piensen que somos una cantidad de locos. Gracias a Dios que eso lo dijo el Apóstol Pablo y no yo porque si lo digo yo, dirían el pastor está dañando el espíritu, están constriñendo el espíritu, pero lo dice el gran Apóstol Pablo que conocía de todos los dones.

“¿No dirán que están locos? Pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o indocto por todos es convencido, por todos es juzgados.”

Ahora cuando dice, pero si todos profetizan, usted verá más adelante que él dice, si profetizan pero tiene que ser uno por uno. Vamos a saltar eso un momentito para que usted pueda ver, porque no se está contradiciendo. Mire el principio que él establece en el versículo 31, dice:

“Porque podéis profetizar todos uno por uno para todos aprendan y todos sean exhortados.” Pero alguien dirá, ah, pero pastor cuando yo quiero profetizar es que no me puedo aguantar, la boca se me salen las palabras, uno no puede controlar a Dios, uno no puede controlar el espíritu. Y él dice, “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas.” En otras palabras, tu sí puedes controlar. No me digas que te salió la palabra o que algo pasó.

Puede que cuando una persona no tiene experiencia en una ocasión cuando por primera vez experimenta una llenura del espíritu, como no tiene sabiduría puede que en ese momento no tenga control, pero lo que Pablo está sugiriendo es que cuando usted ya tiene cierta experiencia en los asuntos del espíritu, usted sí tiene control, usted puede esperar para hablar, usted puede meditar cuál es el momento más apropiado, usted puede saber si está en un ambiente donde lo que usted diga va a provocar escándalo y confusión o va a ser de bendición. Todas esas cosas la persona que está profetizando debe considerarlas.

No es cuestión de que ay, el espíritu me dijo que esa persona va a tener un accidente cuando salga de aquí y se va a matar él y sus hijos así que se lo voy a decir inmediatamente en público. Hermano, así dice el Señor, cuando salgas de la iglesia te vas a encontrar un camión y te va a arrollar y va… Señor reprenda al diablo! Hay que tener cuidado con esas cosas. Hay que meditar, hay que pensar, hay que sopesar lo que uno está diciendo y entonces uno puede…

Es decir que siempre miren ese principio aquí de orden que él está tratando de establecer. Entonces, dice, “Pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o indocto por todos es convencido, por todos es juzgados, lo oculto de su corazón se hace manifiesto y así postrándose sobre el rostro adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.”

“¿Qué hay pues, hermanos? – Qué lindo este pasaje. – Cuando os reunís, como en una reunión de esta mañana, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación tiene interpretación, hágase todo para edificación.”

Ahora, note algo aquí también. A veces yo me adelanto un poquito al orden del sermón porque no quiero perder la oportunidad cuando llegue el momento del texto. Una cosa que hay que aclarar es que Pablo le está escribiendo a una iglesia, – por eso se llama iglesia primitiva, eran los comienzos mismos de la iglesia. En realidad no había tal como iglesias todavía. el concepto de iglesia como esta que existe aquí, como una sinagoga. Lo que los judíos tenían eran sinagogas, ellos entendían eso. La iglesia fue como una extensión quizás del concepto de una sinagoga o de un templo greco romano.

Pero, ¿cómo se reunían los primeros cristianos en las primeras décadas del Evangelio? ¿Dónde se reunían? En las casas. No había templos, no había santuarios. Recuerden, no había Biblia, un libro del Antiguo Testamento costaba el salario de todo un año de un obrero. No había nada escrito, no había textos que pudieran guiar la adoración en esos tiempos. No había ni siquiera pastores en muchos casos porque todavía ese concepto no se había desarrollado, ese género de un pastor que dirigiera. Poco a poco vemos que según va la iglesia avanzando esas cosas… la iglesia se va institucionalizando, va estableciendo un orden, protocolos, una forma de adorar.

No había ciertamente un piano eléctrico como este tan bien tocado por el hermano Omar Medina o diferentes instrumentos. No había un orden de servicios. No había coros. Entonces los hermanos se reunían y era… Dios le hablaba al pueblo y si había 10 hermanos, 15 hermanos reunidos en una casa uno tenía una palabra de edificación, “hermanos, tuve un sueño, el Señor creo que me habló acerca de esto, esto y lo otro.” Había testimonios, había salmo, uno tenía un himno. Yo quiero cantar algo para adorar el Señor.

El servicio era algo bien informal y gloria a Dios, dirigido por el Espíritu Santo. Yo creo que a veces nos hemos ido al otro extremo, donde hay iglesias que tienen tanto orden que es una camisa de fuerza más bien que limita al Espíritu Santo. Porque los extremos siempre son malos. En esos tiempos estos hermanos bien sencillos se reunían para adorar al Señor, y uno adoraba una cosa, otro decía otra, uno cantaba un himno, otro hablaba una palabra profética y así salían edificados y bendecidos de su reunión.

Ahora, hoy en día, las reuniones de la iglesia son públicas, son grandes congregaciones como la nuestra y no son gente de un solo pueblito metido en una montaña, son gente que vienen de todos los países de la tierra, son personas de diferentes nacionalidades, diferente culturas, diferentes niveles socio económicos, diferentes niveles de educación, inclusive diferentes trasfondos religiosos y diferentes trasfondos denominacionales. Algunos vienen de trasfondos presbiterianos.

Por ejemplo, ayer la hermana Delia, estuvimos en una reunión con ella y ella me hablaba de que ella asistía antes a una iglesia presbiteriana, antes de venir a León de Judá. Y en la iglesia presbiteriana usted sabe que todo es bien ordenado, gloria a Dios, lo decimos con mucho respeto, hay liturgia, hay repeticiones, hay cosas bien simbólicas. Y ella viene de ese trasfondo y entonces entró en una iglesia como la nuestra que es una iglesia más pentecostal, carismática, pero hay iglesias que todavía son más pentecostales o más ‘avivadas’ o cómo se llame, más espontáneas o lo que sea. Y aquí en nuestra iglesia hay gente que viene de todos esos trasfondos.

¿hay alguien que venga de un trasfondo metodista o que haya asistido por un tiempo a una iglesia metodista? Aquí tenemos a alguien, por ejemplo. ¿De un trasfondo bautista? Tenemos bautistas por acá. ¿Presbiterianos por casualidad alguien? Guau! es decir, que yo estoy seguro de que si yo pregunto va a haber alguien… ¿Cuántos asistieron a la iglesia católica alguna vez en su vida? Todos los que están aquí. Entonces, tenemos gente de diferentes trasfondos y hemos bebido esa leche y venimos y aunque entramos en la unidad de la iglesia León de Judá pero todavía tenemos algunos principios que recordamos de nuestros pasados y como que quisiéramos encontrar ese lugar perfecto donde… un poquito de allá, un poquito de acá, y un poquito de todo.

Pero recuerde que si hay un poquito de todo, eso quiere decir que no puede haber de todos para todos. Tiene que haber una selección de cosas, por eso a veces no vamos a poder ser agradados en todo lo que nosotros esperamos en un servicio. Pero en esos tiempos no, todos eran judíos, convertidos, o todos eran griegos o eran de un pueblito, de una montaña por allá y entonces podía haber esa mayor libertad, pero en un ambiente público como este, donde no solamente nos están viendo a nosotros aquí unos a otros, nos están mirando a través del internet, en España, en Italia, en Buenos Aires, en Guatemala, imagínese, es todavía más público este tipo de servicio, una pantalla de 2 dimensiones solamente, que no es lo mismo que ver a la persona en 3 dimensiones como los vemos aquí.

Entonces, todas estas cosas son… él está hablando de esos ambientes que son bien homogéneos. Ahora, si tiene lengua, revelación, hágase todo para edificación, versículo 26. Digan todos conmigo, edificación. ¿Qué quiere decir edificación? Quiere decir para fortalecimiento de las personas, de su fe, para bendición de ellos, para instrucción de ellos, para que conozcan más de la palabra de Dios, para que se sientan más seguros en su fe, para que reciban algo que sea de provecho para sus vidas. Es decir, para que sean edificados más, como una construcción que va subiendo poco a poco.

Cada vez que venimos a la iglesia venimos para eso, para ser edificados entre otras cosas, también evidentemente para adorar a Dios, primeramente, pero también para salir más fuertes que cuando entramos. Y ese debe ser el principio número 1 que debe gobernar todo lo que se da dentro de la iglesia. Cuando tu hagas algo en la iglesia, y me incluyo a mí mismo, todos nos tenemos que preguntar ¿lo que yo estoy haciendo en este momento está resultando en edificación para los que son objeto de lo que estoy haciendo o los que están presenciando y viendo y observando lo que yo estoy haciendo?

Yo creo que si nosotros nos hiciéramos esa pregunta pastoralmente, ¿Cuántos saben que cada uno de nosotros somos pastores unos de los otros? Es como cuando Caín le pregunta a Dios, ¿seré yo acaso guarda de mi hermano? Sí, en la iglesia cada uno de nosotros es guarda de su hermano. Somos pastores unos de los otros. Nosotros tenemos que cuidarnos unos a otros y atendernos unos a otros y tener cuenta de qué está sintiendo mi hermano cuando yo estoy haciendo algo. A veces puede ser algo supuestamente en el espíritu, puede que sí, que sea en el espíritu, pero yo me tengo que preguntar en ese momento cuando yo estoy haciendo algo en el espíritu para glorificar a Dios, que yo creo, estoy convencido de que es bueno y es importante, cómo está afectando eso a mi hermano, a mi hermana? ¿Está siendo de edificación? ¿Está siendo de bendición? ¿o está siendo piedra de tropiezo o de escándalo o de extrañeza? ¿Le está quitando el gusto de estar en ese momento en la adoración?

Y eso tenemos que hacer la pregunta tanto acerca de un individuo a quién le estamos ministrando quizás al frente, o en términos de toda la congregación que nos está viendo, o quizás en términos de los que nos están viendo a través del internet. Ahora, entiéndame, que todo tiene su límite. No es que nosotros vivamos continuamente solamente haciendo las cosas que son universalmente aceptables para todo el mundo, porque entonces no se haría nada. Pero sí hay que tener un cierto grado de cuidado acerca de que ningún hombre es una isla, como dice por ahí un dicho bien famoso. Somos un continente, somos todos parte uno de los otros. Somos un cuerpo y entonces cuando yo estoy en mi tiempo de adoración y estoy metido en la presencia del Señor, yo tengo que reservar un poco de lucidez mental para observarme a mí mismo o como otros me ven y para tratar de preguntarme cómo está afectando lo que yo estoy haciendo el sentir y el estado espiritual de los demás.

Pregunto, ¿están conmigo hasta aquí o los he perdido en algún momento? ¿Me están siguiendo? Porque estas cosas yo sé que son un poquito delicadas. Y les voy a decir por qué después estamos predicando esto, pero me he adelantado y decidido coger el arroz y los frijoles y mezclarlo todo de una vez aquí.

Entonces, dice, “si habla uno en alguna lengua extraña sea esto por 2 ó a los más 3…” Lengua extraña, ¿qué quiere decir? una lengua que otros no pueden conocer, que otros no interpretan, es una lengua espiritual, está hablando a veces… si yo hablase lenguas humanas y angélicas, dice el Apóstol Pablo, una lengua que otros no entienden.

Si yo hablo en lengua extraña, sea esto por 2 ó a lo más 3 y – digan todos – por turno, quiere decir eso en secuencia, uno primero, otro después. Y eso también hay matices que se pueden añadir. “… y uno interprete – eso es algo también… hoy en día no se usa tanto en las congregaciones pentecostales esta idea de interpretación y muchos de estos términos requerirían un sermón completo solamente en ellos. Pero la idea es que si alguien por ejemplo, se levanta, digamos no como ahora, porque ahora yo estoy predicando y quién sabe puede que en un momento dado y a veces se puede dar pero es muy contado el número de ocasiones en que cuando un pastor está predicando alguien se ponga de pie y sea legítimo dar una profecía porque de nuevo dice por turnos.

Pero puede que haya una ocasión que así sea. Lo que Pablo se refiere es que cuando hay lenguas, cuando está hablándose en lenguas, en una manera como que detiene el curso de las cosas y comanda la atención de todo el mundo a esa persona que está hablando en lenguas, que tiene que haber interpretación de esa lengua.

Ahora, eso no quiere decir que si usted está en tiempo de adoración y Laura está en su cima de adoración, usted pueda estar tranquilo hablando en lenguas, suave, adorando al Señor, de manera que no interrumpa a su hermano, su hermana, usted puede hacer eso. y lo pueden hacer muchos a la misma vez, puede haber un murmullo muy lindo, o puede haber en ocasiones, por ejemplo, lo que se llama cántico nuevo. Qué lindo cuando una congregación adora el cántico nuevo y a veces están adorando en lenguas diferentes y alguno está cantando, otro está hablando en lenguas bajito. En ese caso lo que se oye más bien es como una unanimidad, un murmullo que nadie en particular está en ese momento tomando la atención. En ese caso sí yo creo que se puede hablar en lenguas hasta un poquito más alto.

Lo que Pablo está diciendo es que cuando hay como un discurso en lenguas se habla así específicamente o una persona está hablando lo suficientemente alto como para que todos lo escuchen, en ese caso, debe asumirse que tiene que haber interpretación. Y esa persona que está hablando en lenguas muchas veces debe pedirle, dice el Apóstol Pablo, al Señor la interpretación. Por qué? Porque es importante que sepan lo que se está diciendo.

Dice aquí, y uno interpreta y si no hay intérprete calle en la iglesia y hable para sí mismo. Quiere decir en una forma más baja y para Dios. Asimismo los profetas hablen dos o tres y los demás juzguen. Qué quiere decir juzguen? Quiere decir determinen la validez, la legitimidad y el carácter bíblico de lo que esa persona está diciendo. Porque si alguien dice, he aquí, hijos míos, así dice el Señor, el pastor Miranda tiene que irse de la iglesia porque ya llegó su tiempo.

Yo voy a juzgar inmediatamente si esa persona está diciendo la verdad o no. hay cosas, hijo mío, así te dice el Señor, te tienes que casar con fulanito porque es vaso escogido por Dios para ti desde la fundación de los tiempos. Hay que tener cuidado con esas cosa. Hay que juzgar la legitimidad, hay que determinar si lo que esa persona está diciendo…

No hay nada de malo con que si una persona le dice, mire, el Señor me dijo que te vas a morir a los 35 años, usted le diga, hermano, déjame orar, voy a pensarlo bien, voy a meditarlos y si es de Dios yo le voy a creer. Hay que juzgar, hay que determinar la validez, la legitimidad de lo que la persona… eso no quiere decir que usted sea incrédulo. Es que hoy en día hay tanta… de cada 100 profecías yo creo que 3 ó 4 ó 5 muchas veces son del Señor y si eso le escandaliza a usted, lo lamento pero esa es la experiencia que yo he visto. No todo lo que sale de la boca de la gente, sobre todo en estos tiempos en que vivimos, es verdaderamente del Señor. Ofendí a alguien? No veo que nadie se paró de su asiento, así que parece que estoy bien hasta aquí.

Sí, hay que juzgar, hay que determinar lo que es de Dios y lo que no es de Dios. Yo digo que a veces las profecías son como en aquellos tiempos, como en los años 60, 70, yo no estaba nacido todavía pero me dicen que los meteorólogos decían en los años 60 cuando no había radares y no había todas estas maquinarias que hoy en día hay, mañana va a llover y hacía un sol quemaba a la gente. Se piensa que mañana va a haber sol y la gente hacía su fiesta afuera y le caía un chumbazo de agua. Hoy en día los meteorólogos son mucho más precisos que en aquellos tiempos.

Yo creo que hoy en día, no es porque Dios no hable claro, es porque muchas veces no hay nivel de revelación que había en otros tiempos por diferentes razones. Pero hay que tener cuidado porque la verdad es que cuando uno ve cuál es el resultado muchas veces de la palabra profética uno dice, guau, verdaderamente no hay la exactitud y es que hay que ser claro, o sí o no, no se puede tapar el sol con un dedo. Nosotros queremos ver la manifestación de Dios y a veces queremos tanto que oscurecemos el hecho de que no hay…

Dios no necesita excusas. Yo no tengo que maquillar a Dios. Él es perfecto. Yo no tengo que defenderlo. Si hay palabra, gloria a Dios, si no la hay, amén, él es Dios y sigue siendo Dios. Y hay que tener cuidado con estas cosas por eso hay que juzgar.

Aún en esos tiempos, estamos hablando del primer siglo y ya Pablo en esas décadas solamente de experiencia pastoral, ya había visto todo lo que se ve hoy en día en las iglesias, porque él escribió esto precisamente para dirigirse a los excesos y los abusos que ya existían en el primer siglo, hace 2000 años, ya estas cosas existían y también existen en este tiempo por eso es que los pastores y los instructores de la palabra de Dios que Dios ha puesto a presidir en las iglesias tenemos que ejercer ese mismo tipo de integridad y de orden en la conducta de las cosas de Dios.

Asimismo los profetas hablen dos o tres, los demás juzguen y si algo le fuera revelado a otro que estuviera sentado, calle el primero porque podéis profetizar todos uno por uno para que todos aprendan y todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas. Es decir, no me diga nadie, no, Pablo, es que no me puedo aguantar, usted sí se puede aguantar. El espíritu que Dios ha puesto en usted está… Dios le da a usted el dominio, el control para que usted lo dirija.

Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Podríamos seguir leyendo esto pero yo estoy predicando este sermón en el contexto de ser una iglesia efectiva en retener y alcanzar y evangelizar a otros, también de mantener la armonía y la paz entre nosotros mismos, porque si hay disgustos, si hay insatisfacción, si hay desazón en el pueblo de Dios ese ambiente va a afectar la bendición y va a afectar a la gente que viene y que se mantiene en una congregación.

Aquí hay varios principios que quiero señalar rápidamente, aparte de los que ya he señalado. 1. Los dones del Espíritu Santo son reales, son verdaderos y deben ser usados tanto en la adoración privada como dentro de la iglesia. Yo amo los dones del Espíritu Santo y yo jamás volvería atrás a otros tiempos en la vida de esta congregación donde no había lugar para la manifestación de los dones, como nosotros tenemos durante muchos diferentes tiempos en la vida de nuestra iglesia.

Yo me considero pentecostal, me considero carismático, considero que nuestra iglesia es una iglesia abierta a los dones del Espíritu Santo. Es una iglesia pentecostal. Mire mi Biblia que pesa como 7 libras, Biblia de estudio pentecostal. Esa Biblia ojalá que el Señor me la metan en mi tumba cuando yo me muera, quiero guardarla. Me gusta esa idea de que su interpretación de ciertos pasajes y los comentarios que hace es pentecostal. Yo creo en los dones y los dones deben ser usados.

Yo animo a mis hermanos a aprender más de los dones. Como dice el Apóstol Pablo en Primera de Corintios 12, hermanos míos, no quiero que ignoréis acerca de los dones del espíritu. Es importante. Así que no estoy diciendo que no, al contrario, lo que quiero es proveer una plataforma adecuada para que los dones se puedan seguir manifestando con libertad. Yo estimo tanto los dones que quiero asegurarme de que tengan el adorno y el fundamento adecuado para que puedan seguir siendo usados.

Lo otro viene de una conversación que tuvimos entre algunos de los pastores esta semana, en la reunión de staff pastoral, donde hablamos acerca de eso y… nos preocupamos un poquito acerca de los tiempos de ministración cuando pasa la gente al frente para asegurarnos de que a veces hermanos bien intencionados cuando ministran, que lo hagan en una forma adecuada a los demás, que no haya mal uso de los dones o de la palabra profética.

Yo voy a hablar más adelante acerca de eso. Pero esa conversación que tuve con los pastores me motivó a decir, voy a tomar un sermón para hablar un poquito más acerca de eso y para establecer el orden, lo que la iglesia cree. Porque muchas iglesias no se toman tiempo para hacer esto que Pablo hizo aquí en Primera de Corintios, capítulo 14.

Esas dos cosas, ser efectivos, entretener a la gente y traerlos cuando son extraños y no conocen de la palabra y también asegurarnos de que haya orden en los momentos donde el espíritu se manifiesta y donde hay ministración.

Entonces los dones existen. Un principio importante que ya lo dije, los dones existen para la edificación del pueblo de Dios y como una señal de su poder y su presencia en medio de la congregación. Por eso Pablo habla de que cuando una persona es sanada o cuando recibe una palabra atinada proféticamente, guau… cuánta gente ha venido a la iglesia y me ha dicho, pastor, esa persona parece que estaba leyendo mi correo porque me dijo una cosa que fue absolutamente cierto y eso me tocó, me impactó. Y es de bendición. En otras ocasiones están como en otra parte de la galaxia hablándole a la persona y no dieron pero para nada. Depende, pero en muchas ocasiones sí el ejercicio de los dones puede bendecir a una persona que llegue de súbito a la iglesia. Existen para la edificación.

Otro principio, los dones poseen importancia y valor en la medida en que resultan para la bendición y edificación de los que están presentes en una reunión del pueblo de Dios. Si un don bendice, edifica, fortalece, sana, ayuda, promueve el crecimiento de alguien o de la congregación, es definitivamente de gran provecho.

Ahora, si el ejercer un don resulta en confusión, en escándalo, en descrédito para el Evangelio, entonces ese don se convierte en una piedra de tropiezo más bien y no tanto en una bendición. Los dones deben usarse con un corazón pastoral, ya lo dije eso, es decir, teniendo en cuenta a la persona a quien se le está ministrando o a los que están alrededor y teniendo cuidado de no escandalizar, herir, confundir, producir incomodidad o conflicto en las personas que están alrededor de nosotros.

Yo recuerdo hace años fui a la graduación en Gordon College y era un momento… sabe cómo son estos evangélicos anglosajones, bien solemnes, era una graduación bien todo en orden, bien solemne y había un hermano, no voy a decir de qué cultura era, pero venía de un trasfondo evidentemente pentecostal, y cada vez que el predicador decía algo, él salía con una expresión pentecostal, amén, Aleluya! Gloria a Dios, era el único que estaba haciendo eso y él resaltaba como un asío en una pierna y mientras iba procediendo el servicio, la predicación, más incómoda se ponía la gente. Usted veía a la gente mirándose unos a otros, él estaba teniendo una fiesta bien grande consigo mismo, él pensaba que estaba tocando le borde del manto de Dios en el santuario celestial, pero aquí abajo, esta gente que no estaba acostumbrada y en este ambiente donde no se permitía esas cosas o no se acostumbraba, él desafinaba como si estuviera en otra clave completamente diferente.

Yo creo que en parte él quería afirmar su cultura de dónde venía y también su cultura pentecostal. Bueno, esto es importante, al Señor le gusta, así que lo voy a hacer y los demás que les de un ataque al corazón, a mí qué me importa. Y yo dije, aquí usted tiene un caso donde esta persona no está discerniendo el espíritu, no está teniendo un corazón pastoral. Él está feliz con lo que está haciendo, él cree que está agradando al Señor, pero no está teniendo cuidado de sus hermanos alrededor, no está ejerciendo ese espíritu de Jesucristo que es tan importante cuando nosotros ministramos en el espíritu. Me siguen?

Deben usarse con un corazón pastoral. De nada sirve que una persona ejerza un don si está provocando conflicto en la iglesia o escándalo o incomodidad de algún tipo o provocando confusión en personas que muchas veces no tienen experiencia en el uso de los dones. Una iglesia como la nuestra donde ahora mismo yo puedo decirles que hay por lo menos 20 personas que son relativamente nuevas a la iglesia, o muy nuevos en el Evangelio, o están apenas todavía explorando la idea de entregar su vida a Jesucristo, o son visitantes, o vienen de un trasfondo…

Ahora mismo hay dos jóvenes que están visitando, uno a un miembro de mi familia y otro que… jóvenes que están en el servicio en inglés, que son completamente indoctos en las cosas del Evangelio. Gloria a Dios que están aquí en esta mañana. Pero vienen de un trasfondo muy intelectual, muy académico y yo estoy seguro que lo que ellos han visto es la ridiculización muchas veces de los dones entre los pentecostales y ahora vienen y gloria a Dios que están acá, y ellos no tienen criterio para poder juzgar ciertas libertades que nosotros, que tenemos experiencia en el Evangelio, nos tomamos.

Mire hermano, si alguien coge ahora mismo y se guinda de una de las paredes de esta iglesia, yo me quedo tranquilito y sigo adorando al Señor, a mi no me quita, pero yo como pastor, sé que hay muchos otros que sí se inquietan con eso y se sienten como que es una falta de respeto a su sensibilidad. Entonces uno tiene que tener cuidado con esas cosas. Ahora, si todos estamos… es como cuando la gente está borracha, usted ha visto 6 u 8 borrachos hablando, dicen tonterías y todos se entienden, se ríen de los chistes, el que está sin beber los ve y dice, esta es una partida de locos, pero ellos están felices y se hacen sentido y disfrutan de su tiempo y afirman su amistad como nunca, porque están todos borrachos.

Y así pasa, en una iglesia donde todo el mundo cree lo mismo y están todos con la misma costumbre, mire ahí pasa cualquier cosa, un sal para afuera y todo el mundo está feliz. El Señor está aquí, se van edificados, fortalecidos, arreglándose el moño que se les cayó, etc. sudando como caballos, pero en un ambiente diverso es muy diferente la cosa. Entonces, uno tiene que juzgar la madurez, la experiencia de la gente, la cultura, eso es bíblico, eso no es uno simplemente siendo un cobarde evangélico de 4 por 4, es siendo bíblico lo que dice el Apóstol.

De nada sirve que uno ejerza un don si está provocando conflicto, desazón o escándalo en algún tipo de persona que no tienen experiencia en el uso de los dones. En congregación León de Judá nosotros queremos dar espacio para la manifestación de los dones del Espíritu Santo, de la exuberancia del espíritu, pero a la misma vez queremos promover armonía congregacional, queremos evitar conflicto, escándalo, confusión para las personas que no tienen experiencia o madurez, o profundidad en esta dimensión.

Yo no estoy diciendo necesariamente que esa gente esté incorrecta. Simplemente estoy diciendo que como son más débiles o tienen menos experiencia o quizás están correctos, debemos tener cuidado con ellos. Sabe que hay una cosa, que el hecho de que tu tengas razón no quiere decir que tu tienes libertad. Piense en eso. Váyase a su casa y mastique eso un poquito.

Muchas veces el principio del amor es superior al principio de razón. Por ejemplo, Pablo habla en un caso de aquellos que no les importaba comer comida que hubiera sido sacrificada a los ídolos previamente. En los tiempos greco romanos se mataba una vaca, se sacrificaba a Júpiter y después lo metían a la carnicería para vender a $4.99 la libra y entonces los evangélicos, los cristianos decían, yo no puedo comer de esa comida, ha sido sacrificada a Satanás. Si me la como me va a coger un demonio, o lo que sea. Y había otros cristianos que eran bien maduros y bien seguros y decían, deme esa pechuga para acá, yo me la voy a comer en el nombre del Señor y esos ídolos ahora mismo quedan cancelados en el en el nombre de Jesús. Me voy a guisar ese pollo y me voy a comer hasta el hueso mismo, gloria a Dios. Aleluya! Y otros pensaban, si me como eso me va a coger un demonio.

Entonces cuando se reunían para la santa cena, para comer todos juntos los que tenían mucha libertad y madurez se pegaban su buen pedazo de carne sacrificado a los ídolos, porque ellos sabían que los ídolos no eran nada. Y el otro hermanito que pensaba que sabía que había sacrificado a los ídolos decía, guau, este hombre, cómo se atreve a comerse eso? no cree en Dios, no tiene reverencia, no tiene santidad y juzgaba al otro y pecaba. Entonces ese hermanito libre, maduro, que sabe que los ídolos no son nada estaba siendo piedra de tropiezo para el otro, aunque tenía razón. El otro es el que está equivocado porque los ídolos no son nada, conforme a tu fe te será hecho y si tu fe te da para ciertas cosas, gloria a Dios. Pero el otro no tiene esa madurez. Así que tu tienes que…

Pablo dice, entonces, somete tu madurez y tu convicción a la del hermanito más débil y no lo provoques a juzgar mal. Yo espero que alguien esté entrando en bendición ahora mismo. Gloria a Dios. Le estoy dando oro aquí, caramba. No todo lo que tiene razón es legítimo necesariamente en el contexto del cuerpo.

Sabe lo que es una célula cancerosa? Una célula cancerosa es una célula que dice, yo voy a seguir creciendo a cómo de lugar, no me importan las otras células. Yo tengo que crecer y quiero ser grande y fuerte y quiero multiplicarme. Y esa célula no tiene consciencia de que pertenece a un cuerpo completo y comienza a multiplicarse y crea un tumor que hace daño a un órgano y mata a la persona, porque no pensó que estaba, por así decirlo, en el cuerpo.

El hecho de que existimos en el cuerpo uno con los otros, tiene una serie de ramificaciones y de consecuencias muy grandes que están por encima de simplemente yo tener razón y yo quiero hacer lo que Dios me dice que haga o lo que yo pienso que Dios me dice que haga.

Entonces, amamos los dones pero queremos que sean manifestados en una forma ordenada. León de Judá es una congregación muy diversa, con personas de diferentes trasfondos cristianos y mucha gente nueva en la fe, o que están apenas explorando la fe y de diferentes trasfondos culturales y educacionales, por lo tanto tenemos que ejercer mucha cautela y disciplina para asegurarnos que el uso de los dones no provoque confusión y conflicto.

Pablo era un ardiente defensor de los dones, por eso escribió Primera de Corintios 12, léalo para que usted vea. Por eso enseñó acerca de ello y declaró que no quería que ignoráramos acerca de los dones pero a la misma vez se esforzó por establecer un orden y dar buenas guías y barreras de seguridad para el ejercicio de los dones, estableciendo un orden, estableciendo una lógica espiritual en el uso de los dones.

Hay que conocer la palabra para entender dónde están los linderos que gobiernan el uso de los dones, porque existimos en términos de un cuerpo. Y muchas veces, esto es importante, yo digo que muchas veces el orden colectivo produce cierto grado de empobrecimiento que si no existiéramos en conjunto uno con los otros sería muy bonito poder tenerlo, pero como existimos en términos de una sociedad, una colectividad, entonces a veces hay que empobrecer las cosas para que pueda haber el orden que se necesita.

Por ejemplo, son las 3 de la mañana y yo estoy parado en la Highland Ave. esquina Lowell en Summerville, a 3 cuadras de mi casa, y no hay un carro por ninguna parte, no hay ni un caballo, no hay una cucaracha moviéndose a las 3 de la mañana en esa esquina, pero hay un sign que dice “No se dobla a la derecha en rojo,” y la luz está roja y yo miro alrededor no veo un policía, no veo a nadie, pero hay una ley, porque sí puede que yo no vea a nadie pero y si viene un carro de momento con las luces apagadas y yo doblo y me choca y alguien resulta dañado o muere un niño o lo que sea. Qué hago yo? Yo tengo que pararme allí, perder 2 minutos de mi vida, esperando que la bendita luz cambie cuando no hay nadie alrededor y estoy desperdiciando tiempo, pero es lo que exige el orden de la sociedad y de la cultura.

Porque a las 3 de la tarde puede que haya un choque, o a las 2 de la mañana o 3, si yo no estoy viendo porque me tomé un par de traguitos por allí y no veo ese carro que vino, mis reflejos no están suficientemente rápidos, o cruza un perro que no vi, puede haber un accidente, entonces no. tenemos que… aunque no sea urgente y absolutamente necesario el orden exige que yo me mantenga allí.

Y así pasa con el ejercicio de los dones. Yo creo que sí sería mejor que todo el mundo pudiera saltar a la hora que quisiera. Ahora mismo el hermano Miguel se pone de pie y comienza a saltar en la silla, gloria a Dios. Aleluya! Padre, te adoro. Y yo estoy pensando aquí, esa silla nos costó $45 dólares. Suyen que está detrás de él está diciendo, no me deja ver al pastor y qué es lo que hace este loco saltando acá. Pierde la bendición. La otra hermana por allá, está diciendo, yo contribuí $10 dólares para esa silla y mira lo que este le está haciendo. Pierde la bendición.

Para el orden de conjunto tiene que haber ciertas cosas. Quizás el hermano va a tener que suprimir un poquito su libertad pero en el contexto de la iglesia completa él hacer eso, en un sentido está glorificando a Dios. Qué lindo es cuando uno se exime de hacer ciertas cosas que uno quisiera hacer por amor a los demás. Eso glorifica al Señor también muchísimo. Y a veces nosotros tenemos que empobrecer un poquito nuestra propia libertad para que haya la armonía necesaria en el cuerpo de Jesucristo. Por eso es que se necesita tanto el amor.

El mayor principio de todo es el amor. Y Pablo lo dijo en Primera de Corintios 12, yo digo que todo lo que usted tiene que saber acerca de los dones está en Primera de Corintios 12, 13 y 14. Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, címbalo que retiñe. Y si tuviese todo los dones del mundo, profecías hasta el extremo y no lo hace eso con amor, nada soy, de nada me sirve porque el amor es el principio imperativo, es el principio número 1 y todo lo que hacemos nosotros tenemos que hacerlo en el contexto del amor de los hermanos y de los demás.

Y el Señor sabe allá arriba. Mira si tu sentiste que Dios te dijo, tírate a los pies de aquel hermano y bésale los zapatos ahora, y tu dices, pero si yo hago eso este hombre va a pensar que yo estoy loco, que estoy haciendo un acercamiento raro a él. Y tu te eximes. Tu vas a pensar, no, estoy ofendiendo a Dios. No. el Señor sabe. Tu vives en un contexto diferente, un contexto extraño. No creas que simplemente porque tu tuviste un impulso, no, mídelo primeramente. ¿Cómo va a recibirlo el hermano? ¿Cómo lo va a ver la persona que te ve ahí besando los zapatos del hermano? Qué va a pensar?

Entonces uno tiene que tener cuidado y si por alguna manera Dios quería que lo hiciera y no lo hiciste, ¿tu crees que el Señor va a estar allí listo para tirarte un rayo como Júpiter? Le voy a partir la cabeza porque no hizo lo que yo dije. No. el Señor sabe.

Yo le digo a veces a los hermanos, yo prefiero que no haga eso ahora. No, pastor, pero Dios me dijo que lo hiciera y usted está… No, te preocupes, yo y Dios nos arreglamos. Sinceramente, porque Dios le ha dado a los pastores a veces una carga de mantener el orden. Dios usted cree que está allí porque el pastor erró un poquito el blanco o le va a condenar entonces, una enfermedad o lo que sea, porque no hizo… Eso no es así. Dios es un Dios mucho más amplio, más lógico, más… él delega.

Ahora yo siempre digo, Señor, tu conoces mi corazón. Si es algo que yo estoy impidiendo que tu gloria se manifieste corrígeme, háblame, enséñame, yo estoy deseoso de hacer tu voluntad. Y yo creo que Dios y yo estamos bien al final del día. Yo creo que uno siempre está aprendiendo y está creciendo pero yo sirvo al Señor en ese sentido con tranquilidad. No me preocupo. Yo sé que Dios es un Dios que entiende nuestras debilidades y nuestras limitaciones.

Los dones no son un fin en sí mismos sino que dependen del contexto en que se usan y la forma en que se usan para expresar su verdadero valor. La iglesia tiene que mantener un balance entre la libertad en el uso de los dones y la responsabilidad pastoral de mantener el orden, evitar el conflicto y la confusión mientras se desarrolla el servicio.

En particular hay 2 tiempos en que es más cuidadoso esto, en los tiempos de adoración y en los tiempos de ministración. Son los tiempos de mucho tráfico y ahí son momento en que tiene que haber mucha disciplina y orden y supervisión pastoral y sujeción de los hermanos a la autoridad pastoral. Es importante tener en cuenta el orden en esos tiempos y el poner atención a la naturaleza pública de lo que se está dando.

A veces hay que establecer protocolos que no son ideales para permitir la libertad en el espíritu, pero que hacen posible ese orden bíblico del cual estamos hablando. Y siempre habrá una tensión entre la absoluta libertad y el control absoluto. Ambos tienen que limitarse hasta cierto punto para que haya un balance adecuado.

Yo creo que eso tiene que dar, por ejemplo, hay hermanos que les gusta pasar, y a mí me encanta que pasen al frente durante la adoración. Eso es bello, eso es lindo, eso es bíblico, eso es espiritual, a mí me inspira cuando veo hermanos que pasan al frente en tiempo de ministración y están ahí listos para adorar, para orar. Yo creo que la danza es bonita también, es linda, es hermosa pero también según el nivel público y atrayente del gesto uno tiene que tener cuidado.

Una persona se para aquí al frente y simplemente, Padre, estoy aquí trayéndote mi carga. Eso es mínimo el nivel de atención que comanda. Ahora si una persona está saltando o está haciendo otras cosas más… gloria a Dios. Aleluya! Santo es el Señor. Ya es otro nivel, entonces tiene que tener más cuidado cómo se hacen las cosas. Si tu te mueves, si estás danzando, todas estas cosas si estás aquí al frente en el medio, todo el mundo te ve. Yo le digo a los hermanos, mira, si tu quieres expresar fusión y entusiasmo y exuberancia espiritual yo no tengo ningún problema, veta una esquina. Hermanos, cuántos creen que Dios te puede ver debajo de ese balcón o aquí al frente? Sí o no?

Esto no es para meterle miedo a nadie. Esto es para que usted simplemente se sienta libre. Entonces, en la medida en que uno está comandando la atención del público, en esa medida uno tiene que decir, guau, ¿estoy yo siendo de bendición? Por ejemplo, cuando una persona ve a través de la internet, esa gente no está donde nosotros estamos, o cuando un incrédulo viene no tiene el amor que nosotros tenemos a la iglesia.

Yo amo a la iglesia aún cuando tiene sus locuras y sus cosas, yo la amo. Otros no tienen ese afecto para la iglesia, solo ven… Estaba ayer viendo por casualidad una de esas cosas, me vino un YouTube un grabación dice, “Ministers gone mad” y es una colección de alguien que estoy seguro no ama a la iglesia, de las locuras que hacen los pentecostales cuando están en su servicio.

Había un hermano pastor gateando por todas partes de la iglesia, había otro aullando como un lobo, una cantidad de cosas y yo como soy miembro de la iglesia de Jesucristo veo eso y siento ternura para con mis hermanos. Yo amo al pueblo de Dios que está disp8esto a aullar por Dios. Debemos comenzar un aúlla por Dios, es un buen lema. Yo los amo, pero imagínese uno de esos ateos furibundo, esa gente tan cínica con el Evangelio viendo esas cosas, se ríen, hacen el ridículo. Es como hacer el amor ante una cámara pública. El amor se hace en intimidad, tu con tu esposa en tu cámara. Y yo creo que muchas veces en este ambiente público en que uno vive de la iglesia, uno hace cosas que son íntimas a la iglesia. La iglesia entiende estas cosas pero cuando hay un público a veces que no le importa ni sabe ni quiere ni ama, lo que ven es una partida de locos haciendo cosas y para mí eso rebaja la dignidad del Evangelio.

Nosotros tenemos que ser respetuosos con esas cosas. Cuando le ministramos a la gente… a mí me gusta, yo amo el hecho de que hay libertad, de que hermanos vienen y orar por otros y yo no veo ningún problema en que alguien se acerque si Dios le mueve a una persona y con todo respeto se pare calladamente y con respeto, sabiendo que no es lo mismo que tu ser pastor.

Por ejemplo, yo tengo relación con hermanas que me conocen hace muchos años, si yo me acerco y le pongo la mano en el hombro cuidadosamente, con respeto, ellas se sienten tranquilas, pero si viene un hombre que no conocen y les impone las manos se sienten incómodas porque quién es esa persona. Él quizás está muy tranquilo y muy inocente pero hay que tener cuidado. Si una hermana le ministra a otra hermana hay que tener cuidado con lo que tu le dices. Hermana, tu no puedes dar a luz porque pecaste hace 10 años y ese aborto que te hiciste ahora te impide… Ten cuidado con lo que tu dices. Hay que tener mucho cuidado. Mientras más arriesgada la profecía, más cuidado debes tener.

Yo creo que no es lo mismo un pastor ministrando o una hermana amada que tu bien conoces que está orando por ti, que una perfecta extraña. Entonces uno tiene que tener cuidado con las libertades, imponer manos… yo veo a veces personas que lo que les falta es que le metan una llave inglesa para que la gente se caiga al piso. Yo no tengo que probarle mi unción a nadie, si se van a caer eso es cosa de Dios. Yo no tengo que ayudar a Dios.

Si tu no conoces no impongas manos. Sé respetuoso. Yo mismo me acerco a la gente y trato de decir, hermana, que conozcan mi voz y que sepan quién es. A veces están metidos que los asusto si hablo muy fuertemente, con cautela, corazón pastoral, sabiendo tus límites, poniéndote a tono con la otra persona a quien tu le estás ministrando y diciendo, quién es esa persona? Qué está sintiendo? Qué desea?

Hay veces que una persona lo que quiere es pararse aquí al frente y estar presente ante su Dios y estar tranquila con Dios, no quiere que le impongan manos, no quiere que la abracen, no quiere que la besuqueen, no quiere que le arreglen el pelo, simplemente estar tranquilos con Dios.

A veces hay que darle tiempo a la gente también. A veces la gente pasa y enseguida le caemos encima. No, déjalo que… cójalo suave, chico. Dale un ratito que esté con Dios y entonces acércate. Corazón pastoral. Ponerse a tono con las necesidades de las personas.

Yo no creo que estoy diciendo nada que no sea bíblico hasta aquí, hermanos. Y lo que buscamos es que haya lugar para la manifestación bella, armoniosa, atractiva, ministrante de los dones del Espíritu Santo. Queremos una iglesia madura, como dice Pablo, en los principios de la palabra de Dios, que matice una cosa con la otra, que compagine un tema con el otro y que pueda haber armonía y un lugar adecuado para que los dones se manifiesten. Eso es lo que deseamos y que el Señor nos ayude a ser una iglesia del espíritu, una iglesia de los dones del espíritu, pero también una iglesia de amor y de armonía espiritual.

Les bendigo en el nombre del Señor. Ore conmigo. Padre, Señor, damos gracias por tu palabra, damos gracias por el consejo del espíritu, damos gracias porque tu eres un Dios generoso, un Dios bueno, un Dios que te apiadas de nosotros y que conoce nuestras debilidades y pedimos que esta iglesia siempre tenga espacio para todo lo que tu quieres hacer. No queremos jamás limitarte y decimos, Padre, que habrá cosas a veces extrañas también, que tu vas a hacer y no entenderemos pero si es de ti te daremos la gloria y nos sujetaremos también, Señor. Líbranos de contristar tu espíritu, líbranos de limitar lo que tu quieres hacer.

Enséñanos tu el balance, Padre. Guíanos cada día a ser una iglesia donde la libertad en el espíritu se manifieste en todo momento y en formas efectivas y poderosas. Que nadie resulte dañado en alguna manera, Señor, de esta enseñanza que ha sido presentada en este día. Gracias por el consejo de tu palabra. Bendigo a tu pueblo, Señor, allá arriba, aquí debajo, sus vecindarios, sus hogares, sus familias, sus matrimonios, sus estudios, sus apartamentos donde viven, sus amistades, sus sueños, temores, ansiedades, los bendigo en el en el nombre de Jesús. Y arrojo toda bendición espiritual sobre tu pueblo, Señor, en este día. Recíbela ahora en el en el nombre poderoso de Jesús y regresa a tu hogar, a tu casa con la seguridad de que Cristo va contigo todos los días hasta el fin del mundo. Te bendigo en el en el nombre de Jesús amén, amén. Dios les bendiga, mis hermanos.