Conoce tu identidad y vive conforme a ella

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Nuestra iglesia está llamada a fortalecer y a redoblar sus esfuerzos evangelísticos, yo estoy predicando una serie de sermones destinados a, primero, informarnos y educarnos acerca del llamado evangelístico. Segundo, llevarnos a reflexionar acerca del contenido bíblico y teológico que existe acerca de por qué tenemos que evangelizar. En tercer lugar, crear un sentido de urgencia y compromiso en el corazón de cada miembro de congregación León de Judá, incluyendo su pastor también, crear un sentido de urgencia y también de entusiasmo acerca del llamado evangelístico.

Y eso será parte de toda una serie de intervenciones. Un hermano se me acercó el domingo pasado en el servicio de las 12 y me dijo, “Pastor, está muy bueno que creemos consciencia a la gente acerca del llamado evangelístico pero también ellos necesitan instrucción y enseñanza,” y yo le dije, “Claro que sí, hermano, eso también está en el programa.” Vamos a estar también enseñando y dando entrenamiento acerca de evangelismo y vamos a estar evangelizando también, por eso usted oye de los servicios que estamos orientando hacia el evangelístico.

Y de paso, le digo que esto no se trata de una campaña evangelística, no es que vamos a estar dos meses y después business as usual, volvemos otra vez a la vida normal. No. yo les he dicho que durante todos estos años nos hemos estado dedicando una cantidad de nuestra energías a la construcción de edificios, renovación de planta física. Dios nos ha permitido ya concluir estos esfuerzos, 20 años de construcción. Tenemos una hermosa planta física, una infraestructura muy buena que Dios nos ha permitido establecer, y ahora, esas energías que se han liberado las queremos invertir en convertirnos en un organismo evangelístico, un organismo conquistador para gloria del en el nombre de Jesús en la ciudad de Boston y en esta región. Cuántos pueden decir amén aunque sea a las 10 de la mañana. Amén.

Quiero poner en ustedes un fuego evangelístico porque eso no se trata de un tiempecito que luego vamos a continuar con todo lo demás. No. yo quiero que nuestra iglesia como que ahora adquiera una naturaleza, un modo de vivir, una visión gobernadora con respecto al evangelismo. Queremos traer muchas almas al conocimiento de Jesucristo. Queremos conquistar esta ciudad. Por lo menos que la tierra que Dios nos ha dado la podamos preparar para el Señor.

Ya Dios nos ha permitido hacer muchas cosas bellas en esa área, pero yo sé que todavía hay mucho más que podemos hacer y entonces vamos a estar en las próximas semanas hablando, entrenando, preparando al pueblo y concientizándonos. Si nosotros entendemos la razón de ser de un creyente y si cambiamos las definiciones y entendemos cómo la escritura ve el llamado evangelístico y qué significa ser un seguidor de Jesucristo verdaderamente, auténticamente, qué significa ser un discípulo, qué Dios espera de ti. Cuando tu recibes a Cristo como Señor y salvador, entonces ¿qué? Bueno, ponchaste la tarjeta, te sellaron el pasaporte, te vas al cielo, okay, pero ¿es eso todo? Es la vida cristiana solamente venir a la iglesia los domingos y educar a nuestros hijos y la rutina evangélica de todos los días. Hay algo más. ¿Cuál es el significado verdaderamente de ser cristiano?

Cuando el Señor entra a tu vida, cuando el Espíritu Santo te toca, cuando tu adquieres esa nueva identidad de mujer, hombre nacido de nuevo, ¿qué cambios concretos se supone que se den en tu vida? ¿Para qué vives de ahí en adelante? ¿Cuál es la naturaleza de tu identidad?

Y vamos a hablar un poquito acerca de eso porque vamos a ver en la escritura que el Señor en todo momento vio la vida cristiana desde un ángulo bien específico y cuando quiso ilustrar lo que es un hijo de Dios, un seguidor de Jesucristo, un discípulo, usó una ilustraciones y unas expresiones muy concretas y muy específicas orientadas específicamente hacia un tipo de actividad y un tipo de mover dentro de la tierra de cada uno de los creyente y de la iglesia misa.

Entonces, vamos a ver algunos de estos pasajes. Miramos en Mateo capítulo 5, los versículos 13 al 16, dice:

“…Vosotros sois – los que asisten a la iglesia todos los domingos, los que leen la Biblia y se memorizan muchos versículos, los que trabajáis en el ministerio de ujieres, en las iglesias y los que son diáconos y ancianos y todo ese tipo de cosas. Mire lo que dice – …Vosotros sois la sal de la tierra. – dígase eso ahora mismo en su espíritu, yo soy sal de la tierra. – Pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? – porque no puede ser salada porque es sal ya. Si la sal pierde su sabor, hay otra expresión – No sirve más para nada…”

Entienda esto, si la sal no puede dar sabor, si por alguna razón pierde su capacidad para hacer lo que ella es, que es combinarse con diferentes materias, vegetales, carnes, todo este tipo de cosas, e impartirle su naturaleza salada, si no hace eso… porque uno pensaría, quizás puede hacer otra cosa, se pueden hacer muñequitos de sal, se puede hacer unas bolsitas muy bonitas de tela con sal adentro y vendérsela a la gente. Pero la sal no está hecha para eso, hay muchas otras materias que pueden hacer todo eso. La sal, su función, su naturaleza, su esencia, su identidad misma, su razón de ser, lo que justifica su existencia en la tierra es impartirle sabor y específicamente un tipo de sabor a las cosas. Y si la sal no hace esa función, no importa qué otra función haga, no está sirviendo su cometido. No está obrando según su identidad. Y yo creo que usted ya está comenzando a ver mi propósito.

“…No sirve más para nada…” Si una iglesia no hace lo que Dios la ha llamado a ser, no sirve para nada. Es simplemente otra cosa. Es un obstáculo muchas veces inclusive.

“…No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres…”

Guau! Esa terminología, echar fuera, es interesante porque el Señor la ha usado para siervos infieles echados fuera de la casa, y holladas, para ser pisoteadas por los hombres. Es interesante esto, que si la iglesia no lleva a cabo su función, sabe que se convierte en un objeto de ataque y de menosprecio e inclusive de opresión y abuso de parte de los hombres. Y yo creo que eso es parte de lo que está pasando en este tiempo en esta nación y en otras partes del mundo, que la iglesia ha adquirido una identidad diferente, no está haciendo su función, no está viviendo genuina, auténticamente como lo que Dios la ha llamado a ser, lo que Cristo vino a declarar que ella fuera, y entonces Dios se desentiende de ella, no está en contacto directo con los beneficios del Reino de Dios y entonces simplemente es hollada, es abusada, pisoteada, manipulada por los hombres.

Entonces, una imagen que el Señor usó para la iglesia es sal, que imparte su sabor. Otra imagen está al lado, en el versículo 14, dice:

“…Vosotros sois la luz del mundo…” Usted tiene que decir, yo soy luz. Dondequiera que la luz va despeja las tinieblas y alumbra. Esa es su naturaleza. Usted prende un bombillo y no sale música por el bombillo, no, lo que sale es luz, despeja las tinieblas. Si hay oscuridad desaparece la oscuridad y la luz impera y se impone y es invasiva. Un bombillo es pequeño pero arroja luz a todo su alrededor, mucho más grande que el bombillo mismo, la fuente de la luz.

“…Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se debe esconder…” yo recuerdo hace años atrás andaba con unos amigos viajando por México, estamos hablando más años de los que yo quiero recordar, cuando yo estaba en la escuela superior, imagínese. Hicimos un viaje por México cuando terminamos las clases que estábamos tomando en Guanajuato, México, y veníamos en la noche, íbamos a ir a Acapulco a predicar el Evangelio. Era de noche, la noche estaba bien oscura, íbamos en un van y habíamos atravesado un área montañosa y oscura y de momento dimos una vuelta y así a la distancia vimos las luces de Acapulco que estaba como en una altura donde nosotros estábamos. Y se veían todas esas luces brillosas, maravilloso, bello, eso infundió esperanza en nosotros. Ya estamos llegando, porque era tarde, se había hecho largo el viaje. Y pudimos ver las luces de Acapulco desde la distancia porque estaba en un punto alto.

Dice aquí que nosotros somos la luz del mundo y que una ciudad asentada sobre un monte no es posible que se esconda. Su naturaleza no se lo permite. “…Tampoco se enciende una luz y se pone debajo de un almud,” –es decir, usted no pone un bombillo y se lo pone debajo de la cama. Nunca he visto una conexión excepto quizás en la casa de un neurótico, debajo de una cama. Las luces se ponen en el techo o se ponen en las paredes porque así arrojan su iluminación sobre todo el medio ambiente. Se ponen en lugares despejados como para que todo el mundo pueda recibir su provecho.

Una luz no se enciende y se pone debajo de un almud, debajo de una almohada, debajo de una cama, “…sino se pone sobre el candelero y así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…”

Ese es el llamado entonces. Los hombres tienen que ver nuestra luz y esa luz se manifiesta en muchas maneras, se manifiesta a través de nuestro testimonio, comportamiento, vida noble, digna de admiración y respeto, nuestra generosidad y también nuestro testimonio, el cambio que Cristo opera en nuestras vidas. Cuando la gente ve la vida de la iglesia, cuando ve su forma diferente de vivir, la gente dice, guau, yo quiero creer en Jesucristo, yo quiero entregar mi vida al Señor, yo quiero lo que esa gente tiene. Pero nosotros tenemos que alumbrar y tenemos que ser sal.

Ahora vamos a otra sustancia, a otra esencia también que por su naturaleza misma tiene un comportamiento específico y un efecto específico. Vamos a Lucas, capítulo 13, versículo 18 al 21.

“…¿A qué es semejante el Reino de Dios y con qué lo compararé?” Vamos a ver, hermanos, ¿a qué se parece la iglesia de Jesucristo? ¿A qué se parece el Reino de Dios en la tierra? ¿A qué se parecen los valores y la economía del Evangelio.

“…Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto y creció y se hizo árbol grande – es un arbusto, es una planta que se esparce grandemente. Comienza con un granito pequeñito pero con el tiempo se va multiplicando, creciendo y puede llegar a ser una hortaliza inmensa. – Se hizo árbol grande y las aves del cielo anidaron en sus ramas…”

Qué imagen poética más linda la que el Señor escoge de seres vivientes que encuentran nutrición, refugio, descanso en ese árbol gigantesco que es el arbusto de mostaza, que nace de algo extremadamente pequeño. Si usted piensa la iglesia de Jesucristo con sus millones de personas en el mundo entero, que ha sido un elemento invasivo y determinante en la historia de la humanidad desde el primer siglo, comenzó en una pequeña aldea, en Belén cuando nació esa criatura santa y maravillosa que es Jesús, continuó con 12 discípulos pobres, insignificantes, ninguno de ellos altamente educado ni sobresaliente, un grupo de personas alrededor de él, mujeres piadosas que acompañaron a Jesucristo sin ningún poder, ninguna voz social, y de allí, desde ese pequeño y humilde comienzo, con un mártir crucificado se esparció por todo el mundo hasta llegar a ser esa fuerza poderosa y determinante que es la iglesia de Jesucristo. Comienza como algo pequeño.

El Señor siempre comparó el Reino de Dios con algo que comienza muy pequeño y se va haciendo más y más grande, más y más poderoso, más y más influyente. Y eso es lo que Dios quiere que nosotros seamos dondequiera que vayamos. Eso es lo que Dios quiere que esta iglesia, para gloria del Señor, sea más y más, como el grano de mostaza, comienza pequeñito pero se va expandiendo, creciendo hasta llegar a ser algo extraordinariamente invasivo y poderoso.

Y en el versículo 20… entonces tenemos sal, luz, grano de mostaza pequeñísimo que llega a ser algo grande y que se esparce y vamos a ver una cuarta sustancia o entidad que nos recuerda la naturaleza de la iglesia. Dice aquí, “… volvió a decir, ¿a qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo – digan todo – fue fermentado…”

¿Cuántos hacen pan aquí alguna vez? Cuando usted hace pan lo primero que usted coge es un sobrecito pequeñito de levadura, coge la harina, un poquito de agua tibia. Coge la levadura, echa la harina en agua tibia para que esa levadura comience a disolverse. Sabe usted que son organismos que comienzan a disolverse y comienzan a burbujear y a expandirse y entonces usted coge esa levadura que ha disuelto en agua tibia y la echa en la harina, con un poquito de sal, y entonces la mezcla y tiene que mezclarla muy bien, porque si usted la echa solamente en un poquito de harina y coge la harina y simplemente la mueve, pero una de las cosas que tiene que asegurarse es que esa levadura leude toda la masa, que se esparza por todas partes de la masa y entonces usted la coge, cuando la ha mezclado bien, la ha amasado bien, usted la esconde por un tiempo.

Le pone un pañito por encima, la pone a un lado y la deja una o dos horas y ¿qué pasa en ese tiempo? Que la levadura va creciendo dentro de la masa. Son burbujitas de aire que van empujando la masa. La cantidad de harina es la misma, pero las burbujas van expandiendo y entonces usted regresa un par de horas después y va a ver que si la levadura estaba buena, esa masa que era como una bolita así, se ha duplicado y quizás a veces hasta más si usted la deja más tiempo, porque se ha expandido. Está por todas partes en la masa y la hace mucho más grande. Y esas sustancias pequeñitas ahora como que han dominado, han tomado control de la masa y eso es lo que permite que el pan no sea un galleta, que sea pan las burbujitas, el aire, entonces usted coge ese pan… a veces lo que uno hace es que la vuelve a aplastar y otra vez vuelve y sube, como la iglesia de Jesucristo.

Usted la puede aplastar y perseguir pero otra vez vuelve y se expande. Entonces, vuelve otra vez porque va cogiendo el sabor de la fermentación y con la harina y todo eso, y finalmente usted tiene una masa que puede hacer un rico pan. Ya yo tengo hambre. Porque la levadura esa es su función, es expandirse, esa es su naturaleza, eso es lo que tiene escrito en su ADN.

Entonces, sal, luz, grano de mostaza, levadura. Entienda que en nosotros la naturaleza, la identidad de la iglesia, el ADN es expandirse, es ejercer influencia, es conquistar todo lo que está alrededor, es manifestar su naturaleza e imponer esa naturaleza sobre todo lo que está alrededor de ella.

¿Cuál es nuestra harina en la ciudad de Boston? La ciudad de Boston y cada uno de ustedes es un granito de levadura, en su trabajo, en la escuela, en la universidad, en el vecindario, en su edificio, en su club de lo que sea, en el tren, entra un granito de levadura, dondequiera que va un creyente entra un grano de levadura, entra un bombillo del Reino de Dios, entra en un grano de mostaza que tiene que expandirse. Esa es la naturaleza. Y cuando una iglesia, cuando una comunidad cristiana está funcionando conforme a su naturaleza es que se supone que crezca, se supone que se expanda, porque la vida de Dios está dentro de ella.

¿Sabe lo que es anormal en una iglesia? Que no crezca. ¿Sabe lo que es contra natura, lo que es un disturbio de la naturaleza? Es que una iglesia se quede siempre del mismo tamaño, pequeñita o que decrezca y se muera. Porque la naturaleza misma de una comunidad cristiana es expandirse, crecer, ser influyente y traer otros al conocimiento de Jesucristo. Eso es lo que tu tienes adentro de ti.

Y por eso es que las iglesias se mueren, porque dejan de crecer, dejan de expandirse, reprimen su verdadera identidad. Eso es lo que a mí me ha preocupado siempre para crecer y progresar. Usted ve que la naturaleza del reino es avanzar, todo lo vivo se mueve, hermanos. Ahora mismo la sangre dentro de usted está corriendo continuamente, si se paró, es porque usted ya está camino al cementerio. Su corazón está siempre latiendo. Las células de su cuerpo están siempre siendo reemplazadas, se mueren y son reemplazadas continuamente. Las células de su piel se despojan y crecen nuevas células para cubrir su piel. El mundo es dinámico. Los átomos no descansan un solo minuto. Esa silla firme sobre la cual usted está sentada es un universo que si usted lo viera se asustaría de lo dinámico que es, está hecho de átomos y partículas subatómicas que explotan y se chocan una con la otra y se recrean a una velocidad frenética.

Los planetas nunca dejan de moverse alrededor de sus estrellas, de sus soles. Las galaxias siempre se están expandiendo y moviéndose. El universo que Dios creó es un universo dinámico, expansivo y todo lo que se estanca se muere o huele mal, y la iglesia por igual, si la iglesia no se mueve… por eso es que ustedes me ven a mí siempre fraguando nuevas ideas. Okay, unas pantallas nuevas, no porque a mí me gusta simplemente la actividad por actividad, pero yo… uno siempre tiene que estar pensando cosas nuevas.

La iglesia de Cristo tiene que estar mejorando, perfeccionándose, puliéndose, adquiriendo nuevas destrezas, aprendiendo a ser la iglesia de Jesucristo. Usted como cristiano tiene que crecer, tiene que desarrollarse, tiene que aprender nuevas cosas, tiene que ser más como Cristo cada día. La vida cristiana es una vida dinámica. Hay que estar creciendo, aprendiendo. ¿Cuántos cogen lo que estoy diciendo? ¿Cuántos se atreven a vivir una vida dinámica, expansiva en el nombre del Señor?

Porque así tiene que ser. Y no se quede donde usted está nunca. No se quede son sus defectos y sus depresiones y sus limitaciones, diga, bueno, ya Dios me hizo así, yo he tratado. No, en el nombre del Señor vaya al nuevo nivel, porque Dios lo hizo a usted un espíritu expansivo y la iglesia de Jesucristo tiene que ser así. Gloria al Señor que nosotros hemos venido aquí a Boston, Dios nos ha bendecido grandemente, de cuando llegamos aquí un grupo de 200 personas más o menos, y Dios nos ha bendecido en muchas maneras, pero ha sido por su gracia y porque yo creo que la naturaleza de un pueblo es mejorar cada día, crecer cada día.

La naturaleza del pueblo de Dios, nuestro ADN, nuestra constitución interna como hijos de Dios, la identidad que Dios nos ha impartido, aunque no la reconozcamos, y aunque no la veamos, es una identidad de conquista, de triunfo, de impacto, de influencia. Dios te ha hecho por naturaleza influyente, te ha hecho grandioso y excelente.

Estaba leyendo, recordé algo, esta misma mañana la historia de unos niños vietnamitas, 4 de ellos, madres vietnamitas, sus madres eran prostitutas, mujeres que trabajaban en hoteles arreglando sábanas y camas y todo eso, y había un millonario norteamericano, su nombre Larry Hillblom y este hombre, este millonario norteamericano viajó a Vietnam del Sur y a las Filipinas y tuvo relaciones con varias mujeres mientras él iba a desarrollar sus hoteles y sus campos de golf. El caso fue que varias de estas mujeres concibieron hijos de este billonario y con el tiempo estas mujeres se combinaron varias de ellas y demandaron a Larry Hillblom, que ya estaba aquí en Estados Unidos, por paternidad. Varias mujeres, eran como 10 o más, y solamente 4 de ellas pudieron probar que sí, que sus hijos eran hijos de Larry Hillblom y cada uno de estos niños que ahora sus madres y ellos mismos quizás entendían su verdadera naturaleza, lo que tenían por dentro, cada uno de ellos heredó una fortuna de $90 millones de dólares por ser hijos de Larry Hillblom.

¿Por qué? Porque tenían el ADN de este hombre, no eran destinados a la pobreza, no cargaban dentro de ellas el ADN de un filipino o un vietnamita del sur, miserable y pobre, sino el ADN de un billonario y su vida fue transformada porque también ellos se dieron cuenta de su identidad. Sus madres se dieron cuenta de la identidad y se actualizó la identidad que ellos llevaban por dentro y eso se convirtió en una fortuna y en una vida transformada para ellos.

Y yo pienso que así el mundo está lleno de hijos, no de Larry Hillblom, pero del Rey de Reyes y Señor de Señores. El Señor nos ha impartido una nueva naturaleza, somos nacidos de nuevo, somos criaturas nuevas, las cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza verdaderamente ahora. Nos ha impartido la identidad de ganadores, triunfadores, conquistadores, gente de influencia. Dios ha puesto en nosotros una dotación multibillonaria de poder. Lo que pasa es que la mayoría de los cristianos viven la vida cristiana y mueren sin actualizar y a veces sin percatarse de la verdadera identidad que llevan por dentro, no la actualizan, no la ponen en práctica, no comienzan a ejercerla, no leudan la masa, no cogen esa masa que tiene la levadura divina y comienzan a moverla y amasarla para que comience a expandirse. La dejan ahí simplemente guardada.

Yo creo que cuando la iglesia de Jesucristo se da cuenta de su verdadero llamado y de la dotación que tiene dentro de ella, lo que cada cristiano, cada creyente tiene dentro de él. Si León de Judá se da cuenta de que Dios nos ha hecho, esto es una bomba atómica, hermanos. Imagínese si con… gracias a Dios nosotros hemos hechos, no es tampoco que nos estamos echando tierra en la cabeza, Dios nos ha permitido hacer muchas cosas en esta ciudad precisamente por esa razón, porque la naturaleza… pero imagínese si nosotros ahora nos ponemos predominantemente a evangelizar y a expandirnos y a crecer y atraer vidas.

Eso es lo que a mí me asusta verdaderamente cuando yo pienso en este proyecto, porque lo que yo tengo en mente es algo grande y transformador para nosotros. Y me asusta porque eso quiere decir que hay tantos cambios que tenemos que hacer y que esto es como si yo decidiera irme a vivir ahora a la China y me olvidara de vivir en Estados Unidos y de volver a Estados Unidos y tuviera que hacer mi vida en otro país, con una identidad casi nueva totalmente y lo que significa cambiar el curso de una congregación. Esto me asusta tanto a mí casi como cuando salimos desde Cambridge para venir a Boston, el temor que uno sentía de… esto era ya como Cortés irse de España a México y cortar los puentes detrás de él cuando entró a ciudad México, porque no había vuelta atrás ya. Tenía que seguir adelante.

Porque esto va a significar un cambio radical en nuestra vida, en nuestras vivencias, en nuestras actividades. Y yo estoy anunciando esto tanto que cómo retrocede uno después de amarrarse en una manera tan grande y tan comprometedora públicamente. Porque lo que estamos hablando es algo grandioso. Yo creo que si nosotros hemos podido hacer las cosas que hemos podido hacer medianamente evangelísticos, qué no podríamos hacer nosotros si nos dedicáramos a eso. y yo estoy poniendo a prueba aquí la vigencia y la autenticidad y la legitimidad del Evangelio al declarar esto.

Porque si nosotros no crecemos y no vemos un cambio, yo lo consideraría un fracaso. Pero yo creo que no vamos a fracasar sino que vamos a prosperar en el nombre del Señor. Porque Dios nos ha hecho de esa naturaleza. El Padre nos ha inseminado, como Larry Hillblom, con una nueva vida interior, un nuevo poder.

El Señor les dijo a sus discípulos antes de subir al cielo, “Id y haced discípulos a todas las naciones.” Y como ustedes recuerdan que les dije el domingo pasado, primero dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. ¿Por qué dijo él eso? porque estaba extendiendo esa potestad también a la iglesia. Él estaba diciendo, esa potestad que está en mí, yo se las doy a ustedes y por eso les digo, vayan y hagan discípulos a todas las naciones. Y al final dijo, “Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”

En otras palabras, no teman, yo voy con ustedes y ciertamente eso fue lo que pasó. Este grupito de cristianos con el poder del Espíritu Santo comenzaron a cambiar toda la historia y un par de siglos después la potencia más grande en toda la historia, Roma, cayó a los pies del Evangelio. Y el mismo emperador Constantino se convirtió al Evangelio. Porque la iglesia es poderosa, la iglesia… hay peleas, hay batallas, sí, hay luchas que tienen que librarse, hay oposición del diablo, puede haber algunas caídas y algunas derrotas de una y otra batalla pero la guerra es nuestra, la victoria es definitivamente inevitable.

Ese es el llamado de la iglesia. Es ser sal, ser levadura, ser grano de mostaza en el mundo. La sal preserva. ¿Por qué el Señor escogió estas imágenes? Bueno, la sal sala, imparte un sabor, pero otra cosa que la sal hace es preservar la comida. Se usaba en aquellos tiempos, cuando no había refrigeradores, se usaba la sal para salar la carne en esos grandes viajes marítimos. Libra las cosas de deterioro y de corrupción. Sabe usted también que la iglesia como sal de la tierra es un preservador de la sociedad. La sal permite… donde la iglesia está, hermanos, se supone que haya un elemento de progreso, bendición, para la ciudad, para los vecindarios donde está la iglesia.

Y ciertamente para gloria del Señor y por testimonio aún de legisladores de la ciudad de Boston reconocen que nuestra venida aquí a este vecindario, ha sido para bendición y para preservación de vida. Dios ha permitido que esta iglesia… yo recuerdo, este lugar donde nosotros estamos ahora mismo posados, donde está este edificio, era una cueva de ladrones, esto era horrible. Aquí se tiraban drogas, aquí prostitutas practicaban su labor, aquí en este espacio santo ahora donde nosotros estamos alabando y glorificando el nombre del Señor. Aquí mataban gente en ese pasillo entre los dos edificios de Harrison y North Hamptom, mataron a dos prostitutas justamente antes de nosotros llegar en el primer edificio.

Y era un lugar de mala muerte literalmente, esta área toda por acá. Yo le digo a los hermanos siempre que una de las primeras cosas, cuando nosotros comenzamos… quizás usted conoce la historia, cuando nosotros abrimos el edificio primero que comenzamos a trabajar en él, comenzamos con voluntarios de la iglesia y un día, como los primeros dos o tres días de nosotros comenzar a trabajar acá, estaban los hermanos trabajando, era un sábado por la mañana o algo así, y estaban comenzando a romper paredes en el primer edificio, alguien toca a la puerta, que era una puertecita, la de vidrio primera aquí en North Hampton Street, tocan a la puerta y voy yo todo polvoriento y abro la puerta y había un hombre que estaban tocando la puerta con sangre corriendo desde la cabeza a toda la cara. Y me dice, “Mira, me acaban de dar un botellazo, unos hombres me agarraron.” Evidentemente él era narcómano también, era un adicto a drogas, se veía… parece que se metió en una pelea con ellos y le rompieron una botella en la cabeza y estaba botando sangre.

Para mi vergüenza, yo lo confieso, hermanos, ¿sabe lo primero que yo pensé? No pensé en el hombre, pensé, “Ojalá que esta gente adentro no vean a este hombre porque se me van a acobardar y van a pensar a dónde nos ha metido el pastor Miranda. Mire el vecindario donde nos trajo este hombre.”

Y yo estoy mirando para atrás y escuchándolo a él, entonces yo abrí la puerta, la cerré y hablé con él afuera de la puerta y llamamos a la policía y el hombre estaba bien. Pero era una imagen muy tétrica, ese era el vecindario donde nosotros llegamos aquí, hace menos de 20 años. Y el Señor ha bendecido este lugar en grandes maneras.

Yo siempre le digo a la gente que un estudio al lado de la North Hampton Street vale el doble de lo que nos costó todo el edificio con los 10 mil pies cuadrados donde está este edificio también. Porque nadie quería vivir en esta área en ese tiempo, pero Dios ha regenerado… esta área es un área ahora que todo el mundo quiere vivir en ella y por dondequiera están construyendo condominios.

Porque yo creo que cuando la iglesia… no somos el único show, yo entiendo eso aquí. Dios ha usado otras cosas, y también han venido otros gigantes a la tierra, pero este lugar ha sido transformado de una manera preciosa. Y dondequiera que uno va uno tiene que creer que Dios va, donde va un hijo de Dios va el poder de Dios, va la sal del reino, va la levadura del Reino de Dios, va la influencia y cualquier vecindario donde tu estás… cuando tu estás en tu vecindario cree que el Señor va contigo, el Señor está contigo.

Yo recuerdo Sommerville donde nosotros nos mudamos hace 30 años, era un área decrépita, nunca fue un vecindario malo pero sí no tenían nada que lo recomendara, simplemente un lugar ordinario. Yo creo que porque hijos de Dios están allí, nosotros incluidos, esa área ha sido bendecida grandemente, porque cuando uno va a un lugar uno cree que Dios va con uno. Dios bendice los vecindarios. La gloria de Dios está con usted.

Si usted vive Dorchester, si vive en Mattapan, hay droga allí, hay violencia, hay gangas, establezca una bandera de Reino de Dios y diga, aquí está el Reino de Dios. Comience a reprender al diablo en esa área donde usted está. Ore por su cuadra. Ore por el vecindario inmediato donde usted está. Ore por el edificio, para que Dios o convierta a las alimañas o se las lleve, pero que haya un cambio. Usted entre con la bandera del Reino de Dios. No entre a sufrir y a padecer y a aguantar, entre a conquistar, entre a cambiar la configuración de donde usted está, porque Dios va con usted.

El Reino de Dios avanza, dice, lo hace con fuerza, el Reino de Dios avanza con violencia. El Reino de Dios destruye todo lo que está por delante y lo conquista para el Reino de Dios. Todo pensamiento… dice Pablo que todo pensamiento rebajándolo al dominio de Jesucristo, todo lo que se levanta contra el nombre de Cristo se supone que nosotros tengamos guerra contra ellos y lo cambiemos.

Pero yo creo que se necesita una actitud aguerrida, por eso es que yo quiero estos sermones contagiarlos a mis hermanos con esa actitud de que tu no eres un energúmeno, un insecto bajo las fuerzas del diablo y del enemigo. Tu eres un agente de poder. Tu estás en control, porque tu eres un hijos de Dios, tu tienes el ADN, del Hijo de Dios dentro de ti y donde la iglesia entra es a conquistar, porque si nosotros creemos que simplemente este mundo está perdido y la gente está dura y está resistente y no quiere oír el Evangelio entonces no vamos a tener la fuerza que necesitamos.

Usted tiene que creer que usted tiene poder y que si esta congregación se dedica verdaderamente a proclamar el Evangelio y a buscar maneras, Dios no nos va a fallar y vamos a ver la gloria de Dios establecida.

Yo podría estar aquí mucho tiempo hablando de este tema, hermanos, pero yo creo que el meollo, el centro de este sermón es que Dios te ha puesto a ti para crecer. Dios te ha puesto a ti para conquistar. Hay gente en tu vecindario, en tu trabajo, que con la ayuda del Señor tu vas a usar el poder de Dios en ti para traerla al conocimiento de Jesucristo.

Me viene a la mente una última imagen bíblica de cuando los judíos, los israelitas estaban a punto de entrar en la tierra prometida de Canaán después de 40 años en el desierto y Dios le dijo a Moisés que enviara espías para ver la tierra donde él los había llamado. Y mandó a 10 espías entre los cuales estaba Josué y Caleb, ustedes recuerdan la historia. Y esos 2 espías entraron a la tierra, la examinaron y había dos elementos, un elemento de tiniebla y un elemento de luz. Un elemento positivo y un elemento negativo. Y estos hombres examinaron la tierra y cuando regresaron a donde Moisés para darle el reporte después de espiar y explorar la tierra, le dijeron a Moisés, “Moisés, ciertamente esta tierra donde Dios nos ha enviado es una tierra que como Dios dijo, fluye leche y miel, es fértil, hay ciudades enteras que nos podría convenir muy bien si las conquistáramos, hay riquezas bien grandes, pero hay un problema, dice que hay gigantes en esa tierra, la gente es grande, la gente es fuerte, son aguerridos, tienen bronce para lanzas y para carros de guerra y nosotros no tenemos ninguna de esas cosas. Sí, es cierto hay mucha promesa pero no podemos. Los obstáculos son demasiado grandes. ”

Dice la Biblia que Josué y Caleb en los cuales Dios había puesto otro espíritu, aunque yo creo que todos tenían el mismo espíritu, pero unos lo reconocían y otros no, dijeron, mis hermanos, nosotros no estamos de acuerdo con ese reporte negativo que ustedes hacen. Si Dios está con nosotros, dice, nosotros vamos a comernos como pan a esa gente. Nosotros vamos a conquistar esa tierra, porque Dios está con nosotros.

Los 10 espías tenían una mentalidad que solo se enfocaba en lo negativo, en su mente los elementos negativos imperaban sobre los positivos, eran mucho mayores y se dejaron atemorizar. Cuando yo pienso en esta ciudad yo veo todo los obstáculos que hay y parecería como que todo está cerrado, que es difícil verdaderamente tener un evangelismo avasallador y conquistador. Esos son los gigantes, la juventud está violente, que el mundo está secularizado, que la gente piensa que la iglesia es hipócrita, que el diablo ha endurecido el corazón de la gente, que la cultura es demasiado poderosa, que la gente no tiene tiempo para el Evangelio. Todas esas cosas se ofrecen, pero también yo veo que poder de Dios en nosotros. Yo veo la promesa de Dios, yo veo que Dios nos ha creado poderosos, yo veo que nosotros tenemos una palabra de victoria inevitable en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Y como Josué y Caleb nosotros tenemos que decir, no, no vamos a deshonrar a nuestro Dios, vamos a poseer esa tierra en el nombre del Señor. Y por eso Dios bendijo a Josué y Caleb. Los hebreos entraron en la tierra prometida, pelearon muchas batallas y la conquistaron finalmente. Y dondequiera que hubo un rey que le creyó al Señor, Israel fue grande y poderoso y prosperado, donde hubo reyes que no le creyeron, hubo desgracia y desastre. Y cuando el pueblo hizo lo que tenía que hacer Dios siempre lo prosperó y siempre lo bendijo.

Entonces, yo les animo en el nombre del Señor, yo creo que el centro de este mensaje es conoce tu naturaleza y vive conforme a ella. Conoce la dotación de Dios para evangelizar, para traer a otros al conocimiento de Jesucristo, para bendecir familias, para ser sal en esta ciudad, para dejar sentir el sabor maravilloso del Reino de Dios, en todas las dimensiones de esta ciudad, en todos los aspectos de la vida de esta ciudad, para ser levadura que leude toda la masa, para alumbrar las tinieblas del crimen, la perversión, el secularismo, el rechazo del Dios. Vamos a alumbrar, vamos a darle sabor a esta ciudad, que la gente sepa que hay un pueblo que le cree que su Dios.

Baja tu cabeza en nombre del Señor o levanta tus ojos al cielo y yo te animo en el en el nombre de Jesucristo, quítate el atuendo húmedo, frío, pobre de un mero evangélico, convencional, y vístete con la armadura del Reino de Dios, vístete con el atuendo de una sacerdotisa. Vístete con la corona de un rey que Dios lo ha puesto para gobernar.

Dice la Biblia que Dios nos ha hecho un pueblo de reyes y sacerdotes, una nación santa, un pueblo que ha sido sacado de las tinieblas a la luz para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Para eso es que hemos sido llamados. No hemos sido llamados para otra cosa, tu existes para ser sal, para ser levadura, para ser luz, para ser grano de mostaza.

En el nombre del Señor tu vas a evangelizar a tu familia, muchos van a venir al conocimiento de Jesucristo. Créelo ahora mismo y recibe autoridad en el nombre del Señor para conquistar esa tierra dura. Tu matrimonio, tus hijos, no se los cedas al diablo. Tu tienes autoridad espiritual, tu vecindario es bendecido y santificado, tu matrimonio, dice el Apóstol Pablo, es santo porque tu estás, seas mujer o seas hombre, tu santificas tu matrimonio en el nombre del Señor.

Donde está un hijo de Dios prevalece el reino de los cielos. Ármate de esa identidad, cambia tu programación ahora mismo en el en el nombre de Jesús. Di, fuera la idea de que yo soy una víctima, fuera la idea de que yo dependo del gobierno o de la gente para predicar el Evangelio y ser luz y ser buena influencia en el mundo. Entre la identidad de un guerrero, un hijos de Dios, un poderoso gigante espiritual usado por Dios para grandes cosas en el en el nombre de Jesús.

Padre, cambiamos la identidad de esta congregación, en el nombre de Cristo, en el en el nombre de Jesús, Señor, te agradecemos todas las cosas que hemos podido hacer en tu nombre. Almas que han venido al conocimiento de Jesucristo a través de nosotros, pero Padre, entendemos claramente que no hemos ni siquiera rozado la superficie, que tu tienes algo mayor, más poderoso y ahora, Padre, adoptamos una mentalidad de conquista en el nombre del Señor con todo lo que la acompaña, Padre, con la fortaleza y la santidad y la agresividad. Vivimos, viviremos en el poder del Espíritu Santo, conquistaremos nuestra tierra.

Tu nos has puesto aquí en Roxbury, Mattapan, Dorchester, Sound End, Jamaica Plain, Hyde Park, Sommerville, Cambridge, Revere, Wayland. Tu nos has puesto en estos lugares, Padre, con un propósito, Quincy, un propósito, Señor, y en el en el nombre de Jesús abrazamos nuestro identidad como creyentes, como hijos de Dios. Y Padre, no moriremos sino que viviremos y prosperaremos.

Gracias Señor, creemos que este mensaje se incrusta, se inyecta en la identidad de este pueblo, Padre, y veremos tu gloria, Señor, y consideraremos este un comienzo de algo extraordinario y transformador para gloria de tu nombre. Gracias Señor en el en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice, amén.