Discerniendo los tiempos

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En el Evangelio según San Lucas, capítulo 2, versículos del 1 al 8. Dice allí: “…Aconteció en aquellos días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César que todo el mundo fuese empadronado – eso quiere decir que hubiera un censo, que todos fueran registrados. El imperio romano quería saber dónde estabas todas sus gentes, incluyendo en otros países me imagino también, porque dice todo el mundo, pero cuando dice todo el mundo está refiriéndose a todo el mundo del imperio romano, que estuvieran en la India, porque hasta allí llegó una vez Roma y Grecia, estuvieran en Turquía, en todos los países del área mediterránea o países como Israel que estaban bajo el imperio romano y su gobierno. Y parece que Augusto César quería saber dónde estaban todos sus territorios y censar todos sus habitantes, porque el imperio romano era un imperio muy bien organizado y tenía todas sus cosas bien establecidas, así que quería tener un record de cuán grande era el imperio, cuántas personas había, dónde estaban, cómo se llamaban, etc. Entonces, Augusto César hace que haya ese censo general.

Dice que este primer censo se hizo siendo Sirenio gobernador de Siria, ve algo también aquí el aspecto histórico de la Biblia. Ahí está señalando quién era el gobernador y los historiadores pueden ir a los records históricos de esos tiempos y reconocer que sí, que había un gobernador de Siria específicamente llamado Sirenio. Porque la Biblia es confiable, la Biblia es histórica, la Biblia no es un cuento de hadas, no es algo inventado. El nacimiento de Jesús es algo real, histórico, verdadero, confirmable. Hay más evidencia acerca de la existencia de Jesús que de la existencia de Platón, de Sócrates, de muchos de los emperadores del mundo, y muchas otras cosas, porque hay tantos records históricos que aseveran la exactitud de los records bíblicos.

Entonces, el gobernador se llamaba Sirenio, de una provincia que se llamaba Siria, y todos iban a ser empadronados, cada uno a su ciudad y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David.

El domingo pasado estábamos estudiando acerca de David cuando Samuel viene a ungirlo como rey. Y ustedes recordarán que Dios lo envió a Belén, a la casa de un hombre que se llamaba Isaí, su padre. José es descendiente directo del linaje de David y por eso él tenía que ir a Belén a registrarse porque esa era la ciudad de origen de su familia.

Pero mire también que Dios estaba moviéndose en todo eso, porque había una profecía que decía que el Mesías iba a nacer en Belén de Judea. Y entonces, para ser empadronados con María, su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí se cumplieron los días de su alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.

Entonces, quiero ir ahora a Gálatas, capítulo 4, versículos 2 y 4. Aquí se nos dice:

“…Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo Dios envió a su Hijo nacido de mujer y nacido bajo la ley para que redimiese a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiésemos la adopción de hijos…”

Amén. Bendiga el Señor su santa palabra. Quiero adoptar un giro diferente al mensaje típicamente navideño que sugeriría ese pasaje de Lucas que acabo de leer, porque en realidad no me interesa tanto como enfatizar el nacimiento y el aspecto meramente navideño de ese texto, pero quiero hablar un poco acerca de los tiempos que estamos viviendo actualmente que se parecen en un sentido a los tiempos en que nació Jesús, vamos a ver eso.

Quiero comparar cierto aspecto de la vida de María y de José con nuestras propias vidas y las cosas que podemos aprender de su experiencia y cómo la podemos aplicar a nuestra propia experiencia. El tema de mi mensaje es discerniendo los tiempos. ¿Por qué quiero hacer esta comparación? Cuando Jesús nace hay como una confluencia, una unidad, un juntarse de circunstancias en muchas diferentes dimensiones que están más allá de la vivencia individual, familiar de José, María y Jesús.

José y María están viviendo una vida puramente cotidiana. María es una jovencita de una aldea insignificante de Israel que el Señor le da una visión de que va a concebir un hijo y de que ese hijo va a ser algo tremendamente especial. Lo concibe en la virginidad. José entra en el drama, pero a veces hay cosas que Dios hace en nuestras vidas y Dios nos ha dicho algo, nos ha impartido una palabra profética a nuestros corazones pero como que a uno le resulta difícil vivir plenamente dentro de esa palabra que uno ha escuchado.

Yo me imagino que María y José se involucraron en la vida cotidiana, el ir y venir, tienen que arreglar sus maletas, ir a esta ciudad con todas las incomodidades de un viaje de ese tipo, y ellos no están plenamente conscientes de lo que está pasando en su entorno político, geográfico, internacional espiritual. Ellos simplemente están viviendo sus vidas a nivel cotidiano, a nivel normal.

Sin embargo, alrededor de ellos son tiempos tremendamente significantes que habrían de cambiar la historia de la humanidad totalmente, su futuro, su pasado y su presente. Ellos están en el medio de una vorágine y no lo saben. Ellos están viviendo una vida, parece, común pero alrededor de ellos están dando vueltas inmensos movimientos de todo tipo de fuerzas. Los astros están conmocionados por el nacimiento de ese hijo que ellos van a tener. Hay una estrella que unos hombres en tierras lejanas, ven esa estrella que está apuntando hacia cierto lugar y ellos saben que esa estrella tiene un significado tremendo.

Hay documentos escritos siglos antes que hablan de lo que ellos están experimentando y ellos no lo saben. El cosmos mismo, el espacio mismo está moviéndose con respecto a ellos y lo que ellos están viviendo. Científicos ricos y nobles, que llamamos magos, que eran gente muy desarrollada en la ciencia pero también eran una casta noble y real, se movilizan de otros países y vienen viajando largas distancias haciendo sus cálculos astronómicos para llegar a donde ese niño va a nacer. Y la estrella sabe dónde va a nacer, pero María y José no están seguros. Ellos simplemente van porque les dijeron las autoridades que tenían que ir a su aldea de origen.

Pero aún la ciencia y la nobleza de otros países está movilizando para ir a ver este recién nacido. Un imperio poderoso, Roma, que ha creado carreteras y un gobierno que une a la humanidad, y una cultura y un lenguaje común, se habla de la pax romana, que fue establecida por el imperio romano alrededor de toda la tierra. Y ese imperio es el momento preciso de la historia donde ahora las buenas nuevas de salvación que Cristo ha de ofrecer podrán correr por todas partes del mundo a través de los caminos, las carreteras, el gobierno que Roma ha establecido.

Por eso el escritor de Gálatas, Pablo, dice eso, que Cristo vino en el cumplimiento de los tiempos, es decir, en un momento preciso de la historia, cuando Dios quería, en el momento como que todas las cosas han afluido a un punto especial, el hombre estaba preparado para escuchar las noticias en el sentido de que había carreteras, había un lenguaje común, el hombre había llegado a cierto nivel de desarrollo cultural, filosófico y podía concebir y entender el mensaje sublime del Evangelio.

Había profecías declaradas siglos antes que ahora se estaban cumpliendo con ellos y José y María no lo sabían. Ellos simplemente van obedientemente hacia Belén, me imagino que llenos de incomodidad, inseguros. Cuando llegan a Belén todos los hoteles están llenos, nadie quiere recibirlos y el Hilton, que es quizás el único hotel donde podían estar es demasiado caro para ellos, así que yo me imagino que María, incómoda por sus 9 meses, se está quejando con José, le duelen los pies, tiene los tobillos hinchados, ella está quejándose simplemente de caramba, qué mala suerte que nos tocó en este tiempo tener que venir aquí.

Pero ella no sabe que ella va empujada por una fuerza espiritual que dice, ahí es donde yo quiero que nazca mi Hijo, en Belén, y lo voy a hacer coincidir con tu embarazo. Y yo quiero que nazca no en el Hilton, yo quiero que nazca en un establo, encima de la paja que se reserva para los bueyes, porque quiero que mi Hijo sea un símbolo del Dios que ama al pobre, al insignificante, el Dios que desprecia al altivo y que mira con amor al humilde.

Y lo voy a anunciar a pastores, no va a ser en el palacio donde voy a dar la noticia de que ha nacido el ser más maravilloso del universo, no, lo voy a anunciar a los pobres. Sabe que los pastores eran de las personas más despreciadas en la ciudad hebrea porque cuidaban animales y ese era un trabajo muy despreciado, era casi impuro. Sin embargo, a esos pastores el Señor anuncia, porque él tiene un mensaje también que quiere darle al mundo acerca de que los que escuchan las noticias de Dios son la gente sencilla de corazón, los que son como los niños, no los sofisticados, no los ricos, no los poderosos.

Todas estas cosas están pasando. Dios moviliza ángeles y manda a un ángel, el arcángel, a hablarle a María. En otra parte de la región, Elizabeth, la prima de María y Zacarías, un sacerdote común y corriente, un pastor local, conciben un hijo ya en la vejez después que no habían tenido ningún hijo en toda su vida. Y ese hijo va a ser parte del proceso también. Es ese heraldo que dice la Biblia en otro pasaje del Antiguo Testamento que va anunciando, declarando la buena nueva, el profeta Juan que va delante del Mesías, y Dios también está preparando eso en otra parte del país, sin que ellos se den cuenta una cosa de la otra.

Este censo romano que mueve a toda la humanidad por todas partes del mundo romano, del imperio greco romano, tienen que ir gente a diferentes lugares. Usted se puede imaginar, si usted tuviera un avión que hubiera podido viajar a lo alto y ver todos esos países, la gente moviéndose como hormiguitas para ir a los lugares de su nacimiento porque el imperio romano quiere saber dónde están sus ciudadanos.

Y hay un rey malévolo que ha escuchado de ciertas profecías, porque estos magos le han dicho y entonces también se moviliza y está inquieto y quiere matar a ese heredero que él sabe que es una amenaza para su permanencia, porque el mundo, el hombre cuando entiende que sus intereses están siendo amenazados, también se levanta y trata de destruir los propósitos de Dios.

Y también hay otra pareja por allá en los recintos del templo, Ana y Simeón, gente profética, gente llena del espíritu a quien Dios también decide hablarles y le dice a Simeón que esté preparado, que en un momento dado va a llegar ese niño, ese bebé y él lo va a tomar en sus brazos y lo va a bendecir, porque él esperaba la consolación.

Entonces, vemos que José y María están allí, como decimos nosotros, quitados de bulla, simplemente allí haciendo sus cosas, viviendo una vida perfectamente cotidiana, quizás quejándose de su pobreza, de las molestias que tienen que experimentar, creyendo que sus vidas son vidas totalmente comunes y corrientes pero no saben que son gente extraordinario y que el mundo entero, la creación, las profecías, el espíritu mismo de Jehová está obrando con respecto a sus vidas y ese bebé maravilloso que ellos cargan. María y José no entienden ninguna de estas cosas, no entienden claramente la escala de lo que están experimentando.

Y así pasa con nosotros, aquí está un poco la aplicación de lo que yo quiero decirles, así pasa con nosotros frecuentemente. Dios está obrando alrededor de nosotros en manera portentosas, en maneras sistemáticas, para usarnos y llevarnos a dónde él quiere pero nosotros no lo entendemos. Los que vemos solamente… estamos mirando para abajo solamente y mirando el círculo inmediato de nuestra vida, pero no podemos entender lo que está pasando alrededor de nosotros. Y por eso pensamos que nuestra vida es insignificante, o es problemática, o es difícil, porque no podemos ver los tiempos que estamos viviendo.

Y nos sucede como Jacob, en Betel, que Jacob está huyendo de su hermano Esaú que lo quiere matar, y se para en un sitio donde le coge la noche y él cree que es un sitio común y corriente y que él está viviendo un drama simplemente familiar, un inconveniente negativo familiar, se acuesta a dormir y tiene una gran visión, pelea con un ángel toda la noche y ve una escalera que sube del cielo a la tierra y viceversa, y cuando él se da cuenta de dónde él ha estado, Betel, el significado terrible de ese lugar, él exclama, “Cuán terrible es este lugar, no es otra cosa que puerta del cielo y casa de Dios.” Él creía que era un pedacito de tierra cualquiera y eso era como un hoyo que conducía directamente al trono de Dios, ese espacio. Porque hay espacios que son tan sagrados, tan imantados y él no lo sabía.

Y así nosotros muchas veces estamos pisando terreno sagrado como Moisés, y se necesita que Dios nos diga, “Quita las sandalias de tus pies, el lugar que pisas santo es.” Yo creo que nosotros vivimos tiempos así en este momento, son tiempos preñados, son tiempos extremadamente significativos, pero nosotros no lo entendemos. Solo vemos las cosas malas que están sucediendo con nosotros, en nuestra familia, alrededor de nosotros, las noticias, los problemas, el terrorismo, la crisis económica, todo eso, pero no entendemos el significado mayor que Dios tiene en mente y cómo tantas diferentes circunstancias y situaciones, lo que están haciendo es conspirando para llevar a la humanidad a dónde Dios la quiere llevar.

Y quizás nosotros somos parte directa de ese drama y Dios nos quiere usar a nosotros también en alguna manera para los propósitos que él tiene y no lo sabemos. Vivimos tiempos así increíbles, poderosos y no sabemos que son casa de Dios y puerta del cielo. Lo que vemos es simplemente algo cotidiano y sencillo.

Si lo entendiéramos probablemente no nos causaría tanto dolor y confusión lo que estamos experimentando. Ustedes recuerdan que yo he predicado antes que la manera en que nosotros interpretamos nuestra vivencia determina la manera en que nos afectan las cosas. Si tu ves las cosas como terribles, sin redención, como que es un callejón sin salida, cómo me puede pasar esto a mí, qué de bueno puede salir de esto, mi vida está destruida, mi vida está deshecha, ya no hay redención posible, así mismo va a pasarte y así mismo te va a afectar lo que has experimentado.

Pero si tu lo ves como Dios obrando en tu vida, si tu lo ves como que a los que a Dios aman todas las cosas ayudan a bien, si lo ves como que ahora quizás tu lo ves como una tragedia pero mañana quizás Dios te va a revelar verdaderamente lo que él tiene en mente y que si tu tienes fe a todo se le puede sacar provecho y bendición. Que Dios siempre está obrando en tu vida. Entonces tu podrás ver tu tragedia y tu dolor en una manera diferente, que tenga un elemento redentor dentro de ello.

Por eso es tan importante entender los tiempos, discernir los tiempos, saber lo que Dios está haciendo, poder entender, pedirle al Señor sabiduría. Una cosa que tenemos que pedirle a Dios cada día más y más, Padre, dame sabiduría para entender lo que estoy viviendo y lo que tu estás haciendo en mi vida, no ver solamente el piso, mirar hacia los cielos también y ver las estrellas y ver tu gran plan, porque tu te tomas tiempo.

Dios es un Dios sistémico, cuando Dios obra, Dios obra 360 grados y él también piensa en el mañana, piensa a cien años de distancia, piensa a mil años de distancia y nosotros estamos aquí pensando en mi propia vidita solamente y que me estoy poniendo viejo, y que tengo que hacer algo porque sino voy a perder el bus. Y Dios tiene otros planes para nosotros.

Tenemos que vivir la vida a la luz de los grandes planes de Dios. Tenemos que pedirle al Señor, Señor, dame tus ojos para ver con tus ojos. Como hay un coro que dice así mismo, ayúdame a ver mi vida, la vida, el mundo, a la luz de tus planes, de que tu eres un Dios que no te equivocas, tu tienes el tablero de ajedrez infinito y ves todas las piezas y sabes todas las movidas posibles, desde antes de que se muevan, y en tu estás avanzando tu amor, tu plan es bueno para con nosotros.

Y al final todo sale bien porque Dios está en control. Por eso es importante pedirle al Señor discernimiento, sabiduría para entender el contexto en que estamos viviendo. Es importante poder discernir los tiempos, sobre todo en esta época de la historia en que estamos viviendo.

¿Cuántos han oído hablar de los hijos de Isacar? Los hijos de Isacar se habla de ellos de vez en cuando en la escritura, en Primera de Crónicas, capítulo 12:32, dice que entre los guerreros que vinieron acudieron a donde David para declararlo rey, después de la muerte de Saúl, vinieron diferentes tipos de guerreros y diferentes tipos de hombres y entre ellos, dice:

“…Vinieron 200 hombres de los hijos de Isacar, 200 principales – eran hombres importantes – eran entendidos en los tiempos y que sabía lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos…”

Guau! si eso se pudiera decir de nosotros. Si eso se pudiera decir de la iglesia en el siglo XXI, que la iglesia es entendida en los tiempos, saben lo que el mundo debe hacer y su dicho todos sus semejantes lo siguen. Tenemos que aspirar a ser así, como pueblo de Dios, hermanos, entender los tiempos.

Si esta nación de Estados Unidos en este momento de elecciones pudiera entender los tiempos y saber lo que deben hacer, a quién deben escoger, qué líder, qué tipo de líder, qué corazón, como yo decía el domingo pasado, deben escoger. No busque lo llamativo de un aspirante a gobierno, no busque ni siquiera sus promesas, no busque lo bien que habla, no busque si se viste con corbata roja o azul, si tiene mucho pelo o poco pelo, si tiene dientes blancos y bonitos y grandes o no tiene dientes. Busque su corazón, lea su corazón, discierna y entienda los tiempos.

¿Qué es lo que Dios está fraguando? ¿Qué es lo que Dios está tramando en este tiempo? Y qué tipo de líder necesita esta nación. Eso es lo que tenemos que buscar nosotros. Eso es lo que tenemos que entender. Tenemos que ser los hijos de Isacar, que entendemos los tiempos y sabemos lo que tenemos que hacer. Pídele al Señor, Padre, dame entendimiento para yo saber el tiempo que estoy viviendo en esta etapa de mi vida, la economía de mi familia. ¿Qué es lo que tu estás haciendo en mis hijos? ¿Qué es lo que tu quieres hacer conmigo? ¿Qué estás haciendo en mi matrimonio? ¿Qué estás haciendo en el ministerio que yo dirijo? ¿Qué estás haciendo en esta nación, en esta ciudad de Boston?

Pídale sabiduría y discernimiento al Señor porque de eso dependerá la manera en que usted viva la vida. Si usted la vive a una escala minúscula, pequeña, micro cósmica, o si la vive a nivel macro cósmico, de todo lo que Dios quiere hacer. Nosotros tenemos que vivir la vida a nivel de la eternidad, hermanos, somos seres eternos, somos seres sublimes. No la viva como un pordiosero del pan a la boca todas las mañanas, levantándose, vistiéndose, metiéndose al carro, manejando en el frío y volviendo otra vez a la casa a refugiarse y ver la novela. Viva su vida a otro nivel, viva la vida a una escala de rey, de señor de la tierra, como Dios lo ha llamado a vivir.

La perspectiva que adoptamos cambia el efecto de las circunstancias que vivimos. ¿Cuáles son las circunstancias que estamos viviendo en este tiempo? Como María y José, ¿podemos nosotros discernir qué está haciendo Dios en estos tiempos?

Hace tiempo yo prediqué otro sermón, porque Dios está hablándome de estas maneras, en el Salmo 2 usted lo puede ver, porque todas estas cosas están unidas. Dios me está inquietando acerca de lo que está pasando en el mundo en este tiempo, y que es lo que está haciendo con la humanidad y por qué nosotros tenemos que estar listos para posicionarnos en el momento preciso, para saber cómo surfear la ola que viene. En el Salmo 2:

“…Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas. Se levantarán los reyes de la tierra, príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido diciendo, rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá, el Señor se burlará de ellos, luego hablará a ellos en su furor y los turbará con su ira, pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte, yo publicaré el decreto. Jehová me ha dicho, “Mi hijo eres tu, yo te engendré hoy. Pídeme y te daré por herencia las naciones, y con posesión tuya los confines de la tierra…”

Este es un salmo mesiánico escrito cientos de años antes de que Jesús naciera. Yo creo que es un salmo que se aplica hoy, es un salmo profético. Las naciones se amotinan contra Jehová, se quejan de la religión y de la fe. En Estados Unidos, en toda Europa, en todo el mundo occidental, intelectualmente desarrollado, los hombres quieren echar de sí el dominio de la palabra, de la moralidad cristiana, bíblica, de la ética milenial que los hombres han seguido y quieren crearse sus propios diseños acerca de la sexualidad, acerca de la relación entre hombre y mujer, acerca de la moralidad, acerca del aborto, de los hijos, la genética, manipularla, controlarlo todo, quitarse de encima el yudo de Dios y decir, nosotros somos soberanos, somos autónomos, no necesitamos ningún Dios, ninguna escritura que nos diga lo que tenemos que hacer, nos vamos a inventar nuestra propia moralidad, nuestra propia sociedad, nuestros propios sistemas.

Y están felices porque creen que ya lo han logrado. Dice la Biblia que Dios se reirá de ellos y que luego los turbará. Ponga una raya de esa palabra, los turbará, los confundirá, los llenará de confusión y temor con su ira.

Yo creo que eso es lo que está pasando en este tiempo de la humanidad. El hombre cree que puede echarse de encima el yugo de Dios pero Dios lo está turbando. Cuando usted mira el mundo actual, estos tiempos que estamos viviendo, lo que vemos es confusión y temor por dondequiera. Ahora mismo se hizo una encuesta aquí en Estados Unidos que dice que el temor del terrorismo es igual que los días inmediatamente después del 9/11. Imagínese. Hay ese mismo temor, ese mismo sentido de que viene un ataque terrorista inminente y que nuestros líderes no nos pueden asegurar nada.

El pueblo norteamericano no sabe ahora mismo a dónde ir y a dónde acudir. Por eso, este hombre Trump, yo no soy fanático de él quizás se habrá dado cuenta de ello, pero está ganando y violando todas las cosas que predicen los expertos acerca de quién podría llegar al nivel donde él ha llegado. Porque el pueblo norteamericano tiene tanto miedo de un ataque terrorista y de lo que está pasando en el mundo islámico ahora mismo que ellos se agarrarían de un clavo caliente simplemente para que los ayuden y los liberen de la situación.

Hay confusión en el ambiente. Y yo creo que una persona como este hombre, el que llegue a ese nivel, es un repudio también de esa nación contra la ética liberal, intelectualista, que representa el Presidente Obama y toda la administración actual, que se ha ido detrás de una rebeldía contra Dios, contra la moralidad, contra todo lo bueno y lo noble del espíritu. Y Dios los está confundiendo y esta nación está rechazando.

Yo leo a cada rato los análisis de los observadores políticos de esta nación y yo creo que no se atreven a admitir que la razón por la cual esta nación se está yendo detrás de un hombre que no parecería posible que tuviera ni siquiera un 1 por ciento, es porque la gente está cansada ya, hastiada de lo que han tenido hasta ahora, tanto de sus líderes conservadores como de sus líderes liberales.

No hay liderazgo ahora mismo en la nación y hay que escoger entre uno malo o uno peor, porque la gente no quiere ni siquiera a Hillary ni los demócratas. Lea hoy en día las observaciones, ni aún los mismos demócratas quisieran una alternativa, pero no la tienen. Los conservadores quisieran una alternativa y no la tienen tampoco, porque Dios está confundiendo, está turbando a las naciones.

En Europa, las naciones europeas están yendo detrás de la derecha, están repudiando la ética liberal izquierdista que ha reinado en Europa durante muchas décadas y hoy en día están ganando. En Francia acaba de ganar una victoria muy grande el grupo de derecha, Marine Lepin. En Polonia están también desechado la política liberal porque la gente está hastiada ya del rechazo. Tampoco quieren abrazar a Dios pero saben que el abrazar al no Dios tampoco llega a nada bueno. Entonces, no saben qué escoger porque Dios los está confundiendo, los está turbando, los está llevando a un callejón sin salida.

Y en el islam el mundo islámico, que es un billón y pico de personas o más, también está confundido. Islam ha llegado también como a un punto ya extremo donde es guerra por dondequiera, sus naciones están decrépitas, bancarrota. Hay millones de inmigrantes de todas las partes del mundo islámico saliendo del Medio Oriente, masas, buscando precisamente el occidente que odian y detestan, tratando de encontrar refugio allá porque su religión lo que produce es muerte, violencia, conflicto y odio étnico, sectario.

Yo creo que si el mundo islámico entendiera lo que está pasando con esta crisis migratoria, tendría que entender que ha fracasado totalmente el islamismo y tampoco es capaz de ofrecer una salvación y una solución a la humanidad.

Entonces, hermanos, lo que veo… me gustaría seguir un poco más este análisis pero el tiempo pasa. Nosotros también estamos viviendo tiempos preñados, tiempos terriblemente importantes y significativos donde Dios está haciendo algo con la humanidad. Mire que yo leo mucho acerca de los tiempos apocalípticos y trato de medir los tiempos, pero aún mis expectativas están siendo aceleradas porque las cosas que están pasando ahora mismo en el mundo que definitivamente nos recuerdan que no estamos viviendo tiempos comunes.

José y María que eres tu y yo, tienen que darse cuenta de lo que significan sus vidas. Aún la iglesia vive tiempos difíciles, la herejía, la apostasía, que uno ve. Usted lee los periódicos, anoche mismo leía el New York Times un artículo acerca de ciertas iglesias en Los Ángeles y uno dice, guau, ¿esta es la alternativa? Iglesias con efectos especiales, muchas luces, gente cool, tomando lates mientras escuchan el sermón. ¿y dónde está Cristo? ¿Dónde está la cruz? ¿Dónde está la santidad? ¿Dónde está el llamado a dejar el mundo? ¿Dónde está la búsqueda de la salvación entregando tu vida hasta la muerte?

Lo que yo veo son simplemente jovencitos malcriados con sus jeans rotos y pastores vestidos como ellos tratando de darles lo que ellos quieren escuchar. Perdóneme si soy old fashioned pero la verdad es que esas cosas me llenan de una ira santa, una indignación, yo no sé cómo llamarla. Pero la verdad es que no es bueno lo que vemos, tampoco en la iglesia.

Estamos en los últimos tiempos. Primera de Timoteo, capítulo 4, versículo 1 habla de que el espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

Esto es en estos tiempos que estamos viviendo ahora mismo. En Segunda de Timoteo, capítulo 4, versículo 3 dice Pablo que te aconsejo que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Estamos en estos tiempos en que hoy en día si tu predicas lo que dice la palabra, tu eres un sangrigordo, un aburrido, un farisaico, que quieres aguarle la fiesta a la gente y que no quieres ponerte a tono con los tiempos.

Yo a veces he pensado comprarme unos jeans y una camisa un poquito estrecha para ver si soy un poco más popular con la gente, porque la gente quiere ver lo que ellos quieren y quieren escuchar lo que ellos quieren. Si tu hablas la verdad, la palabra de Dios, olvídate, vamos a buscar a otro que nos diga lo que queremos oír. Decimos como le dijo el oficial a Pablo, “Bueno, ya te escucharé otro día, ahora mismo tu estás medio loco.”

Tenemos que vivir a la luz de lo que Dios quiere hacer. Voy a cerrar con esto, hermanos. ¿Cuál es la alternativa para ti y para mí específicamente? ¿Cómo tenemos que vivir en estos tiempos? Las personas que discernimos los tiempos cómo se espera que vivamos. Yo puedo ofrecerles simplemente dos o tres cositas. Yo lo llamo esto, la sagrada alternativa ante los tiempos que estamos viviendo. En vez de hacer lo que el mundo está haciendo, cómo debemos nosotros vivir en estos tiempos portentosos en que estamos viviendo.

Quiero remitirles, por ejemplo, a Segunda de Pedro, capítulo 3, hay muchos pasajes quizás tenga tiempo para este solamente. Pedro habla acerca de los tiempos que están viviendo, dice en el versículo 3:

“…Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores andando según sus propias concupiscencias, y diciendo, “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?” Porque desde el día en que los padres durmieron todas las cosas permanecen así, como el principio de la creación.

Hay tantos siglos que la iglesia ha anunciado que Cristo viene, que Cristo viene y ya hemos cantado todos los coritos, se nos agotaron ya los coritos de que Cristo viene y no ha venido, que ya uno como que tiene miedo de hablar de la segunda venida, hablar de los postreros tiempos. Y la gente dice, sí, pero eso ya lo vienen diciendo tanto tiempo, lo mismo, lo mismo, y ya como que se ha perdido esa expectativa de que Cristo viene. Pero cuando usted lee y discierne los tiempos, usted ve que algo muy especial está pasando en la humanidad en este tiempo y como dice Pablo, dice en el versículo 1:

“Amados, esta es la segunda carta que os escribo y en ambos despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento para que tengan memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas. En otras palabras, les estoy hablando para que recuerden lo que han dicho los profetas acerca de la venida del Mesías. No se deje llevar por los que dicen que esos son cuentos de hadas, cuentos de viejas.

Entonces, en el versículo 5 dice; “esa gente que dice así burlonamente ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por esa misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres. Y no ignoréis esto que para el Señor un día es como mil años y mil años es como un día.”

Dios piensa sistemáticamente. Él tiene su reloj, él tiene su plan, se ha tomado tiempo pero es porque él está llevando al cumplimiento de los tiempos. Los profetas anunciaron la venida del Mesías siglos antes y se cumplió. Los Apóstoles anunciaron la segunda venida de Cristo, han pasado siglos, pero se va a cumplir y el Señor dijo, mire los tiempos que los campos están blancos para la siega, miren cuando las flores comienzan a salir usted sabe que la primavera está cerca. Cuando las predicciones de la escritura comienzan a coincidir en la manera como lo están haciendo sabemos que algo se avecina.

Yo no sé si va a ser la última venida de Cristo o si es simplemente un tiempo terriblemente importante de la humanidad pero yo sí sé, hermanos, que yo oigo el sonido de la lluvia. Yo oigo el viento que algo va a pasar, y tenemos que prepararnos. No podemos seguir viviendo nuestra vida común y corrientemente. Estos son tiempos importantes. Tenemos que discernirlos.

El Señor está tardando, ha retrasado un poco porque ha querido que una gran parte de la humanidad, mucha gente entre a arrepentimiento, pero va a venir el día del juicio. Entonces, el versículo 11 dice.

“… puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no habéis vosotros de andar en santa y piadosa manera de vivir…”

Yo creo que en estos tiempos, hermanos, que no son comunes, que cosas grandes van a pasar y están pasando, el pueblo de Dios tiene que ceñirse los lomos, tiene que levantar la cabeza porque el día de su redención está cerca. Tenemos que vivir como gente que está esperando una visitación. Tenemos que vivir dándole importancia a las cosas del espíritu, no estés pensando en pajaritos en el aire, no desperdicie su tiempo. Arregle su vida. Arregle su carácter, arregle su matrimonio, conságrese al Señor, viva como que vive para la eternidad. Arréglese su uniforme, plánchelo bien, viva como un soldado de Jesucristo, viva con fortaleza, consagrado al Señor, como gente que vive la vida en serio. Tenemos que vivir la vida cristiana en serio, porque los tiempos son peligrosos, son importantes. Viva su vida en santidad, viva su vida en entrega al Señor, mida su dinero, su tiempo, sus energías, a la luz de lo que Dios está haciendo, invierta en el Reino de Dios. Viva para el Reino de Dios.

Arregle su vida. Conságrese al Señor. Tome en serio las cosas de Dios porque los tiempos son peligrosos, dice la palabra. Nosotros esperamos según sus promesas cielos nuevos y tierras nuevas, por lo cual, oh, amados, estando en espera de estas cosas procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha, irreprensibles en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano – este mensaje es una advertencia, este mensaje es una palabra profética de Dios para esta iglesia y para el mundo si lo quiere escuchar también.

Los tiempos que se avecinan son tiempos significativos, tiempos importantes. José y María, que eres tu y yo, no vivamos nuestra vida simplemente quejándonos de que no lo puedo echar gasolina súper al carro y tengo que echarle regular porque tengo un Chevrolet en vez de un Cadillac.

No vivas tu vida matándote por cosas materiales que a nada conducen. Vive tu vida con una mirada santa, sagrada, consagrada al Señor, amando lo que Dios ama, aborreciendo lo que Dios aborrece, poniendo tus intereses donde importa, viviendo como un ciudadano del Reino, tu mirada puesta en lo eterno, como un peregrino y un extranjero en el mundo, no como ciudadano que viene a vivir aquí al mundo, vamos de paso. Este no es nuestro hogar.

Así que, vosotros amados, sabiendo de antemano guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y salvador Jesucristo, a él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

Gloria a Dios. Mis hermanos, que esta palabra de advertencia, hay muchos otros textos que quisiera poder discutir con ustedes. Quizás el Señor tendrá oportunidad de dejarnos meditar un poco más sobre esto, porque yo siento que esto es muy importante, estos son tiempos de consagración, estos son tiempos de entrega, estos son tiempos de dejar de jugar ya a los niños. Ya no son tiempos para estar jugando a iglesia, estos son tiempos para vivir como sacerdotes, como mártires, como gente completamente vendida al Reino de Dios.

Olvídese ya de circunstancias normales, usted no está viviendo tiempos normales ni usted tampoco es una persona normal, usted es un anormal para Cristo, en Cristo. Amén. Así que abrace ahora mismo, póngase de pie, abrace el llamado de Dios, abrace su condición, abrace su ciudadanía, abrace su identidad, renuncie a la ciudadanía del mundo ahora mismo, entréguese al Señor, mire a su alrededor, vea los tiempos que son peligrosos, son significativos, y diga, Señor, yo abrazo mi destino, abrazo mi identidad de siervo tuyo, te entrego mi familia, voy a vivir para ti, voy a vivir como José y María porque estoy cargando dentro de mí la redención del mundo, el glorioso mensaje del Evangelio. Estoy preñado con la palabra de Dios y con el significado de Dios para la humanidad y mi vida ha sido cambiada irremisiblemente por mi identidad como hijo tuyo, siervo tuyo. Y ayúdame a vivir de esa manera, mi familia, mi hogar, que sea un santuario, un templo para ti, que mi vida valga para ti en estos tiempos.

Padre, abrazamos tu verdad en estos tiempos navideños, Señor, ayúdanos a ponernos en el lugar de José y María, de Juan, de Elizabeth, de Zacarías, de Ana, de Simeón, y entender lo que estamos viviendo a la luz de tu eternidad y a la luz de tus propósitos históricos, cósmicos, Señor. Te bendecimos, sácanos de aquí con un sentido de importancia y de solemnidad con respecto a quiénes somos y lo que estamos viviendo.

Yo bendigo a tu pueblo, Padre, gracias por traernos a tu casa, tu santuario, tu refugio, Señor, sigue con nosotros en el próximo servicio también y llénanos con tu paz, tu presencia, tu amor y renuévanos, Padre, para vivir la vida que tu quieres que vivamos. Te adoramos en el en el nombre de Jesús. Amén y amén.