Dios te escogió

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Vamos a la palabra del Señor. Es un privilegio estar aquí compartiendo con nuestros hermanos en este día de triunfo y pensando en el hecho de que en 8 días vamos a estar celebrando la navidad. Y estaba meditando sobre esta palabra. Es un texto muy navideño pero al examinarla más y más, mis hermanos, yo creo que tiene más que ver con su jornada de discipulado, nuestra jornada como discípulos de Jesucristo, que como la navidad. Es más, la navidad se encarna, mis hermanos, en nuestra jornada como discípulos.

Vamos a la palabra del Señor, Lucas, capítulo 1, versículo 34. Y mientras tanto permítame ir delante de la presencia del Señor, bendecirlos, bendecir este momento que hemos experimentado y mirar de una vez que es lo que tiene Dios delante de nosotros, qué tiene Dios preparado para nosotros. No solamente en esta noche pero lo que tiene él mientras vivamos. Padre, te damos gracias, gracias Señor por cada hermano que ha escogido seguirte, y gracias Señor por la belleza de esta noche, y gracias, Padre, por la belleza de esta palabra que vamos a compartir. Cúbrenos con tu nube, espíritu de Dios, vivifica esta palabra. Y Señor, mi petición es que cada uno de nosotros, cada hermano que oiga esta palabra al salir de aquí, Señor, a nuestras vidas, a la jornada, a la aventura que tu has escogido para nosotros, que sea, Señor, con un compromiso aún más fuerte de vivir en santidad y abrazar, Señor, los propósitos por los cuales tu nos has llamado en el nombre de Jesús.

“Entonces María dijo al ángel que le acaba de anunciar que iba a dar a luz como virgen al Mesías, y ella le pregunta cómo será esto pues no conozco varón.”

Mis hermanos, el Señor le ha hecho una promesa tal vez, ustedes en su jornada como cristianos o en su jornada como discípulos, habrá alguien aquí que dice siento que Dios ha prometido algo para mí y siento que Dios tiene algo especial que me va a regalar, que tiene en mente para mí, pero jamás, pastor, puedo yo entender cómo será esto, cómo va a Dios usar mi vida, cómo será que el Señor me visitará y aquí tenemos la respuesta, mis hermanos.

“Respondió el ángel, el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra por el cual también el ser santo que nacerá llamado Hijo de Dios. He aquí tu pariente Elizabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez y este es el sexto mes para ella, la que llamaba estéril.”

Porque, mis hermanos, nada hay imposible para Dios. Nada. Pero la clave está en esto.

“Entonces María dijo, he aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”

Mis hermanos, primero, cuál es el milagro de la navidad? Sabe lo que es el milagro de la navidad? La clave, yo creo. La razón porque nosotros hacemos tanta buya de la navidad, por qué la encarnación es tan imborrable para nuestra experiencia. Yo creo que la razón porque a lo largo usted está aquí.

Esa noche en Belén fue el principio de su jornada, mi hermano, no fue el día que usted se registró para la clase de discipulado, no fue el día en que alguien te entregó un tratado, no fue el día en que oíste un mensaje en el radio que te conmovió, no fue el día que leíste algo en el internet que tocó tu corazón. Dos mil años atrás en un pesebre en Belén el Señor comenzó su relación contigo, esta jornada comenzó esa noche. El milagro de la navidad comienza con esto. Tiene que ver con esto y por eso me encanta la navidad, y por eso no hay mejor manera que celebrar la navidad que una graduación de discipulado. Estoy convencido.

Porque desde ya estamos viendo esto. Dios escoge vasos ordinarios, Dios escoge gente frágil, tal vez que no prometen mucho, comunes, fácil de pasar por alto. María y José eran gente… ella era una jovencita teenager anónima en un pueblo pequeñísimo, en una nación pequeñísima, Nazaret.

Uy el Señor se fija en este vaso frágil para cumplir propósitos extraordinarios a través de vasos que nosotros pasaríamos por alto. Y mi hermano, si usted es un discípulo en esta noche, eso es usted. Un vaso, todos lo somos, vasos imperfectos, vasos incompletos, vasos que si no tenemos dinga, mandinga tenemos, tenemos unos u otro. Todos tenemos algo, pero Dios nos escoge para hacer milagros a través de nosotros.

El discípulo es discípulo porque el Maestro divino te escogió. Eres discípulo por invitación. Somos discípulos porque un Maestro fijó sus ojos sobre nosotros, nos invitó un día y nos dijo, sígueme. Y por eso usted está aquí.

Ahora, mis hermanos, un poco acerca de la navidad. Yo amo la navidad, eso yo lo he dicho una y otra vez. Me encanta esta época del año. Me encanta lo que representa y te diré por qué, y tiene que ver con lo que estamos celebrando en esta noche. La navidad no tiene que ver, mis hermanos, con la manera en que usted se sienta en este año o lo que ha pasado en el transcurso de este año. A la verdad, nosotros hemos tenido todo tipo de año ¿verdad? algunos de nosotros hemos llegado a este punto del año después de haber visto años prósperos, años de bendición, grandes logros, el Señor moverse en maneras extraordinarias.

Otros no estamos teniendo una navidad tan fácil, ¿verdad? tal vez su navidad, usted diría, pastor, esto va a ser para nosotros una navidad difícil. Qué quiere decir con eso, mi hermano? Quizás es porque su hogar ha sido tocado por pérdida o por enfermedad o por un aprieto financiero. Y usted ha permitido que sus circunstancias en el transcurso del año definan qué tipo de navidad tiene o deja de tener.

Y sabe, eso es un error. Y la razón por la cual celebro la navidad, mis hermanos, es porque precisamente no tiene que ver con lo que ha pasado por su hogar en este año. Sabe lo que se tiene que ver? Lo majestuoso de la navidad está en esto, desde el cielo, entre la muchedumbre del planeta tierra, Dios fijó sus ojos en ti. Extendió su dedo y te escogió. Para qué? Eso lo sabrá él. Él lo sabe para qué él te escogió, para qué propósito, qué misión, qué tiene él para ti, para qué te ha creado.

Pero de la misma manera en que el Señor se fijó en María y de la misma manera en que el Señor se fijó sobre Elizabeth, de la misma manera en que el Señor se fijó en Zacarías, de la misma manera en que el Señor se fijó sobre José, de la misma manera en que el Señor encontró ese puñado de pastores anónimos, al cual él mostró su gloria, el Señor se fijó sobre ti. Te escogió diciendo, tu, tengo negocios contigo. Tengo algo especial para ti. Te he escogido para bendecirte y para cumplir propósitos a través de ti. Dame tu vientre, te dice. Dame tu vida así estéril como tu lo encuentres.

Muchos de nosotros, pastor, nada positivo ha pasado en toda una generación de los fulanos que somos nosotros de familia. Lo que hemos conocido ha sido esterilidad, de generación a generación y el Señor dice, precisamente por eso te he escogido, porque soy especialista en crear vida a donde hay esterilidad y bendición a donde no ha habido bendición, para romper cadenas de maldición y para que el nombre del Hijo del hombre sea bendecido y extendido sobre ti, brotar una nueva generación, un nuevo futuro, brotar vida a donde ha habido esterilidad. Dame tu vida, dice él, dame tu vientre, dame lo estéril y yo te llenaré, te bendeciré, haré contigo precisamente lo que yo he escogido hacer contigo.

Y cómo es esto? El patrón del milagro de la navidad y yo diría el patrón del milagro del discipulado siempre es igual. Y se encierra este patrón en el versículo 35, “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.”

El patrón es igual., Dios tiene un propósito de antemano y escoge un canal, un conducto. Él sabe lo que él va a hacer. Él ya de antemano sabe el impacto que él quiere hacer sobre este planeta, sobre el mundo para avanzar los propósitos del reino. Ya la mente de Dios ha concebido lo que él va a hacer. En ese momento las puertas del infierno no puede prevalecer contra él. Él va a cumplir este propósito. Lo único que él busca es un canal, lo único que él busca es una conducta a través de la cual canalizar el poder del Altísimo y cumplir sus propósitos a través de este vaso.

Y encuentra un ser humano imperfecto e incompleto y el espíritu viene sobre ti, somos templos del Espíritu Santo, hechura de su gloria, para éste propósito es tu cuerpo, es para que el Espíritu Santo te cubra y que cubra lo que tienes disponibles con la sombra de su poder. Usted es una máquina de bendición. El Señor al crearte ha creado toda una maquinaria de bendición. Todo lo que el Señor ha hecho en ti y no solamente lo que ha hecho en ti, lo que ha permitido en ti, es todo que para junto sea gloria sea mostrada sobre ti, para que sea de bendición.

Tu mente, tu cuerpo, su preparación, mis hermanos, pero no solamente eso, sus quebrantos, sus malos ratos, las cosas que usted prefiere ni siquiera mencionar, tal vez algunos capítulos de su vida que usted prefiere ni siquiera revisitar. Todo eso es terreno fértil solo esperando una cosa, que el poder del Altísimo te cubra con su sombra, que cubra esa mente, que cubra esa preparación, que cubra esa capacidad, que cubra esas experiencias, cubra sus memorias, que cubra lo que has hecho, lo que piensas hacer y todo lo que viene por delante, que el poder del espíritu de Dios cubra un vaso disponible.

Y a través de eso, el Señor hará una obra que es específicamente y exclusivamente de él. Yo no sé cuántos de ustedes han tenido ya esta experiencia. Algo viene sobre ti, un pensamiento en el momento que usted comience a seguir el Señor, un pensamiento viene a su mente que jamás usted ha pensado eso antes, una idea nace en su mente, en su corazón, un gemir, un deseo. El Señor ya fecundándote, mis hermanos, con vida, y con ideas y cosas, y semillas de esperanza y de gloria que él ha sembrado en usted. Y usted reconocer, bueno, pastor, pero eso no soy yo, yo no tengo la costumbre de pensar de esta manera o hablar de esta manera.

Saben qué? Porque ya el Espíritu Santo está comenzando una obra a través de ti. Un Dios poderoso usando vasos frágiles produce algo glorioso. Y a lo largo, la gloria es de él. A lo largo, lo que nace de ti, lo que nace de su jornada como discipulado es un santo ser que Dios ha creado en ti. Eso es lo que Dios está haciendo en ti. Por eso es que nosotros somos discípulos. Y saben, en el momento que el Señor decide hacer esto, a través de ti, y encuentra un vaso disponible, no hay nada que lo pare, nada es imposible, el Señor tiene un propósito, lo va a cumplir. Nada es imposible.

Si Dios con nosotros, quién contra nosotros. Con una excepción, lo único que puede limitar el fluir del poder de Dios, o el propósito de Dios en su vida es esto, y es disposición. Y por eso estamos aquí en esta noche. María le contesta al ángel, oh, sí ese es el propósito de Dios? Amén. “He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra.”

Mis hermanos, mi costumbre como maestro en el primer día de discipulado era esto, explicarle a mi clase que esto no es clase bíblica en sí. Un estudio dominical es fabuloso, es lindo, lo deberíamos tener más frecuentemente, pero eso no es el propósito del discipulado. El propósito del discipulado es entrenamiento en una vida fuera de lo común y corriente, en que somos entrenados a cómo pensar, hablar y conducir nuestros negocios como discípulos de Jesucristo. Eso requiere entrenamiento.

Y esto requiere, mis hermanos, saben qué? Que rindamos nuestra capacidad de mandarnos como quisiéramos. Eso es lo que está haciendo María. Sabes, tu siervo soy, tu sierva soy. Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra. Y eso está escrito, mis hermanos, en los valores y la misión de nuestra iglesia. Lo que queremos crear, lo que queremos producir en ambientes como este, son discípulos, no discípulos cualquiera, sino discípulos radicalmente entregados a los principios del Reino.

Que quiere decir eso? Radicalmente entregados a los propósitos del Reino. Lo que hace a María una María es su entrega radical. El Señor esperó este momento en la historia para ver una María nacer y caminar y estar lista. Él ya conocía su corazón y en ver este ser decir, “lo que tu quieras, Señor, conmigo, pero lo que tu quieras.” O sea, conforme dice ella, a tu palabra, por esto, y esto es lo difícil mis hermanos.

El discipulado no termina en el nivel 4, a propósito. El verdadero examen del discipulado es su trabajo el lunes por la mañana, es como usted se conduce con ese esposo o esposa que no cree en el Señor, es como usted confronta su próximo conflicto con la cajera en Western Union, es como usted maneja en la 93 bajo una nevada. El verdadero examen del discipulado está en 1200 decisiones que nosotros hacemos, en que nosotros sintonizamos nuestras vidas conforme a los principios del Señor.

Saben por qué, mis hermanos? Esto no se trato de emociones, lo que el discipulado les está dando, mis hermanos, es principio, tras principio, tras principio. Esto es lo que es vivir en santidad. Esto es lo que es perdonar aún cuando menos deseamos perdonar. Esto es lo que es neutralizar un conflicto antes que se te queme la casa. Esto es lo que es. Usar sus dones de una manera que añada bendición al cuerpo de Cristo, porque no somos llaneros solitarios, principios. Y mis hermanos, si ya estos principios, y si ya la clase de discipulado no te ha pisado los callos, entre poco lo va a hacer. Y esa es la idea, que crezcamos.

Qué vas a hacer entonces? El Señor mira, hermanos… pongámonos de pie. Invito a mi hermano Omar y los adoradores que nos acompañen. Hay una oración que quisiera ensayara con usted como discípulo. De nuevo, yo espero que esta reflexión no solo cambie su manera de pensar de la navidad, pero su manera de pensar de lo que es ser un seguidor de Cristo y lo que vamos hacer de aquí en adelante.

Incline su rostro un momento, Dios te ha escogido, hermano, Dios está contigo. Ahora, si crees esto ora esto conmigo. Señor, tu siervo soy. Pido que tu espíritu venga sobre mí, pido que el poder del Altísimo me cubra con su sombra, pido que mi vida sea fértil para cualquier propósito que tengas para mí. Tu siervo soy, hágase conmigo conforme a tu palabra, te suplico en el nombre de Jesús.