Sermón 26 de febrero 2017: Fluir en el rio de Dios

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Hay una bella escritura que quiero que el Pastor les lea, Ezequiel 47 si lo tienen allá arriba, Ezequiel 47, ¿me la pueden poner en español? Ezequiel 47 1 al 4, la pueden leer aquí:

“Me hizo volver a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar”

“Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y ví que las aguas salían del lado derecho de la casa.”

“Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.”

“Midió otros mil y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió otros mil y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.”

Vemos aquí un pasaje que comienza con un momento de sacrificio que continúa después en este pasaje en este capítulo 47 de Ezequiel, el río sale desde el templo del lugar de sacrificio donde se ofrece sacrificio al Señor, y así son nuestras vidas, seguimos a Jesús y entonces comenzamos a fluir como ese río, y habla de que ese río fluía primero hasta los tobillos.

Cuando nos damos a Jesucristo pregúntese ¿cuánto de nuestra vida verdaderamente le entregamos a Jesús? Le decimos: Señor Jesucristo puedes tener esta cantidad de mi vida.

Cuando uno camina por un río uno levanta los pies y va donde uno quiere, pero después dice que el río subió más hasta las rodillas, ese es el río de Dios. Hermanos y hermanas: hay un río del mundo y hay un río que pertenece al Espíritu, el río del mundo quiere dinero, objetos, cosas materiales y más, y más.

Una vez cuando yo estaba en la universidad estaba en una clase de sociología y el profesor hizo esta pregunta: ¿qué grupo de la sociedad comete suicidio más que cualquier otro grupo en esta nación? yo dije: las prostitutas, él dijo: no, luego dije: los drogadictos, él dijo: tampoco, seguimos preguntando y nos seguía diciendo: no, ninguno de ellos, y entonces nos sorprendió a todos diciendo: relativamente en su grupo proporcionalmente, los millonarios son los que más cometen suicidio en toda la nación según su número.

Muchas veces la gente se esfuerza y pelean para llegar a cierto nivel y después descubren que es una ilusión, que no hay nada allí, entonces escuchamos a Jesucristo llamándonos preguntándonos: ¿Te gustaría compartir tu fe con tu prójimo, con tu vecino? ¿por qué no vas y hablas con alguien acerca de Mí? y uno no lo hace, uno camina ¿no? hasta los tobillos.

Interesante: estaba caminando por ciudad de Nueva York y vino este tipo a venderme drogas, yo le dije: no me interesan las drogas soy cristiano, y me dijo: Dios le bendiga hermano, yo le dije: ¿qué? y me dijo: yo también soy cristiano. Hay tanta gente que dice: oh yo amo al Señor pero en realidad ¿lo amamos al punto de obedecerlo?

El Señor dijo: Si usted me aman van a guardar Mis mandamientos, van a obedecerme, y no son veinte versos o treinta, es toda la Escritura, obediencia. El primer mandamiento que el Señor le dió a la Iglesia fue: Seguidme y Yo os haré pescadores de hombres.

Pero la Iglesia tiene una enfermedad, una enfermedad terrible, se llama la enfermedad SDI. Los cristianos se salvan y dicen: bueno, gran cosa, después son liberados espiritualmente y después de eso se aislan, muchos estudios indican que después de 18 meses de una persona hacerse cristiana pierde todo contacto con la gente que no son creyentes, nos convertimos en un grupo aislado dentro de la sociedad, simplemente nos compenetramos entre nosotros, sin embargo hay gente perdida por todo alrededor de nosotros y simplemente los ignoramos, no tenemos una visión para el Evangelio. Decimos: son demasiados y entonces ¿qué pasa? el río sube hasta tu cintura y se hace demasiado fuerte para tú hacer lo que a ti te da la gana.

Comienza a fluir en el río de Dios y de repente fruto saldrá de tu vida. La gente comenzará a venir a Jesús por ti, están siendo liberados del pecado por ti, y ahí uno descubre algo: las aventuras de Dios, las aventuras de Dios. Si tú te retienes, te aguantas nunca vas a conocer al Señor de la cosecha, nunca vas a entender acerca de ese guerrero Jesús.

Quiero decirte que el Señor de la cosecha es maravilloso, si te quedas ahí en la superficie de Dios nunca lo vas a conocer ni a Él ni Sus aventuras, no lo vas a encontrar aquí. El Señor dejó las 99 para ir a buscar esa oveja perdida, el Señor dejó las 99 para ir a buscar esa sola oveja, entonces el río comenzará a fluir y tú dirás: Señor sí, voy a orar y voy a buscar a esa persona, entonces Dios está buscando, mirando a esa persona que lo obedezca no importa en qué, en cualquier cosa. El Señor tiene aventuras y ministerios que tú no conoces y que ni siquiera has pensado.

¿Saben? yo amo la Iglesia pero si fuera solamente iglesia yo ya me hubiera aburrido hace tiempo de ella, vengo a la Iglesia pero me gusta alcanzar a los perdidos, traerlos a Jesús. Hermanos ¿entienden de lo que estoy hablando? ¿te gustaría quedarte simplemente allí en esa enfermedad que describo o quieres salir de ese aislamiento, de esa enfermedad? ¿cuántos quieren salir de ese aislamiento, amén? yo quiero salirme de ese aislamiento.

Mientras continuamos leyendo este capítulo vemos que el río sigue subiendo y subiendo, y hermosas cosas comienzan a fluir en ese río. Yo sé que este Pastor derrama muchas cosas lindas sobre ustedes, pero también hay un pantano, un lugar de aguas fétidas, un pantano es un lugar donde las aguas ya no fluyen, están estancadas y son mal olientes. Entonces cuando el agua se junta y no fluye a pesar de que sea buena agua como no puede fluir empieza a oler mal, ¿a quién le gustaría beber de un pantano?

¿Qué le pasa a las personas cuando se estancan así? viene la depresión, viene odio contra sí mismo, frustraciones y una falta de realización personal. Estas cosas suceden en un lugar así fétido un pantano.

Hay un programa de tv que se llama Swamp people o gente de los pantanos, usted no quiere que sus aguas se estanquen, usted quiere decirle: sí Señor, te oigo, pero tengo miedo.

Se cuenta una vez que el general William Booth, un gran evangelista estaba con su hija en la casa de ella, el hombre que fundó el salvation army, el ejército de salvación, su hija le dijo: papá ¿por qué no te tranquilizas? descansa un poco, baja la guardia, estás siempre tan activo todo el rato.

En ese entonces William Booth vivía en Londres, y de momento en ese tiempo cuando él estaba ahí relajándose vió niños huérfanos caminando por la ciudad, en ese tiempo Londres estaba en tan mala situación que estaba llena de niños huérfanos, eran como esclavos sujetos a sus dueños, las manos en las iglesias estaban caídas, era demasiado trabajo para esa gente. Pero entonces en esa misión él comenzó a ver a esos niños a través de los ojos de Jesús y entonces Él le dijo: William te voy a dar la fortaleza para que alcances a estos niños, te voy a dar la estrategia para que los alcances, te voy a dar la estrategia para que los alcances, y ciertamente después de eso comenzó a fundar orfanatos en todas partes de Inglaterra, y de momento casi sin saberlo se encontró alcanzando a casi cien mil niños. Londres comenzó a cambiar, el espíritu de esa ciudad del siglo XIX comenzó a cambiar porque un hombre se sentó frente al Señor y escuchó Su mandato.

¿Sabe usted que a la misma vez que William Booth estaba haciendo eso había otro hombre también ahí mismo? y este hombre ahí en esa misma ciudad fundó el comunismo, esa era la respuesta que este hombre tenía para la crisis de Londres, y sabemos que el comunismo nunca ha funcionado.

Si lo piensas tú ahora mismo estás sentado en tu silla y el Espíritu del Señor te está observando, y Él está tratando de determinar si tú estás dispuesto a obedecerlo o no, tiene un plan para tu vida, tiene un propósito para ti pero está esperando que tú digas: sí Señor.

Podrías decir: Señor estoy demasiado ocupado, no tengo tiempo para obedecerte pero Él te dirá: Oh si tú supieras las aventuras que Yo tengo para ti, si tú supieras lo que es el gozo de Mi Presencia.

Le voy a decir un secreto: yo muchas veces he encontrado mejor la Presencia de Dios en la calle que en la Iglesia. Una vez me encontraba en Alemania y Dios me habló mientras estaba comiendo algo y me dijo: Quiero que vayas a las prostitutas de la ciudad de Frankfurt, mi esposa estaba sentada al lado de mí y yo me dije a mí mismo: me pregunto si ella está abierta a que yo haga eso, a ir a las prostitutas. Yo le dije: Debbie, el Señor me acaba de decir que vaya a ver a las prostitutas, y ella me dijo: claro, necesitas ir.

Así que fui al líder y le dije: el Señor me está llamando a ir a predicarle a las prostitutas y él me dijo: claro, tú eres un hombre de Dios, tienes que ir, yo le pregunté: ¿quieres ir conmigo? y él me dijo: de ninguna manera, así que yo tomé tres personas conmigo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo conmigo.

Así que yo fui al downtown de Frankfurt, estaba allí frente a una casa de prostitución y le dije: Señor ¿cómo me voy a dar cuenta de lo que Tú quieres que yo haga aquí? y me dijo: Entra, ve a ese lugar. Yo le dije: Señor está bien, voy a entrar y sabía que todos los demonios me iban a saltar encima.

Quiero decirles, delante de Dios estoy: entré a la misma presencia del cielo, ví a Jesús, ví ángeles al lado de Él y ví el cielo, y había entrado a una casa de prostitución. Dios me dió una escritura al entrar ahí, Proverbios capítulo 6 advirtiéndole a la gente de no ir donde las prostitutas y que si iban su final iba a ser terrible en el infierno, y me dijeron: ¿qué te parece este escenario aquí? yo le dije: no, yo soy un hijo de Dios, quiero leerles las Escrituras que hablan de juicio que viene para personas que se meten aquí, y uno de ellos comenzó a temblar, yo le dije: esto es fornicación y él salió arrancando del lugar.

Yo seguí yendo de casa en casa ministrando a miles de hombres y mujeres, ministré a hombres de todos los países allí en esas casas de prostitución. Y entré en una de las casas y ví a una mujer, yo le pregunté: ¿tú hablas inglés? y me dijo: sí, yo le dije: Dios quiere liberarte y ella comenzó literalmente a llorar, yo le dije: ¿por qué estás llorando tanto? y llegaron otras mujeres, parecía que le estaba pegando y me dijeron: ¿qué le estás haciendo? yo les dije: yo les voy a decir lo que le dije, Dios puede liberarte, así que me dijeron: ven y entra a nuestro cuarto.

Así que ahí estaba el Pastor Doug con seis prostitutas en un espacio predicando el Evangelio. Y el Espíritu de Dios cayó en ese lugar, y una de las jóvenes dijo lo siguiente, dijo: señor tengo una historia que quiero contarte. Hace tres días yo clamé al Señor y le dije: Dios si Tú eres real envía un hombre de Dios a mi puerta.

Y yo sé que el Señor miró por toda Alemania y preguntó: ¿qué loco habrá en este país que pueda tomar esa tarea? y dijo: ¡qué bien, Doug está aquí! tantas cosas que yo hacía para el diablo ¿por qué no hacerlas para Dios ahora?

Al día siguiente me llevé a noventa cristianos a las casas de prostitución, por dos meses nosotros ministramos en las casas de prostitución, cientos y cientos de hombres y mujeres vinieron a Cristo, y alquilamos un taxi especial, estas mujeres escapaban de esas casas y las llevamos al campo para liberarlas de esa condición de vida.

Un tipo por ejemplo amenazó mi vida el que era dueño de una de estas casas de prostitución, me dijo: si vuelves mañana te vamos a matar, así que me di cuenta que era hora de cambiar mi estrategia, Dios me dió la estrategia que necesitaba. Me dijo: Ve y busca en el Salmo 150, comienza allí hablando de adorar a Dios y que cuando tú le oras al Señor Él le hace una emboscada al enemigo, Él va a atar sus manos y va a atar sus pies.

Así que diseñamos dos equipos, teníamos un equipo de adoración y decíamos: el trabajo de ustedes va a ser adorar al Señor mientras nosotros entramos en las casas de prostitución, ellos adoraban al Señor, cantaban y nosotros entrábamos a ministrar y predicar a todos, cientos y cientos de personas adicionales vinieron a Cristo, la Iglesia en Frankfurt creció, mujer tras mujer fue liberada.

Una vez dos hombres salieron cada uno de un prostíbulo y empezaron a insultarme, mi traductor dijo ni siquiera te voy a traducir lo que dicen no quieres saber, así que los dos cada uno se montaron en un carro y comenzaron en cada carro a insultarme, y al fina se chocaron el uno con el otro, y yo dije: Señor ¿qué está pasando?

Y el Señor me recordó entonces de un Profeta que se encontró con un gran ejército entonces rodeándolo, y el otro, su sirviente dijo: ¿qué vamos a hacer? y el Profeta Eliseo dijo: abre sus ojos, sus ojos espirituales fueron abiertos y pudo ver un gran ejército de Dios todo alrededor de ellos, estaban por todas partes.

Así que continuamos yendo a esos lugares porque Dios me dijo: He establecido confusión en el campo del enemigo. Si tú recuerdas el Señor cegó a un ejército completo, lo mismo sucedió en Frankfurt. El enemigo fue confundido y cegado, y no sabía qué hacer, así que tomamos la tierra para Cristo.

¿Qué has hecho tú para Cristo? Mis hermanos: podríamos estar aquí todo el día contándoles historias así, mi esposa puede avalarlas, porque según tú te entras en el río puede ser la cosa más loca pero tienes que decirle: sí Señor, estoy dispuesto, ¿amén? Boston necesita de Cristo.

¿Saben? yo he vivido aquí en Boston 10 años ya, vivo actualmente en Summerville en un área que se llama Winterhill, somos Juventud con una Misión Boston. En los últimos diez años y medio hemos visto a través de la predicación evangelística 28.000 personas en el área circundante de Boston venir a Cristo.

¿Saben por qué tanta gente no está recibiendo a Cristo en esta ciudad? porque nadie les está predicando ¿están de acuerdo?

Mis hermanos: si usted no le predica a esas almas, si no les hablas de Cristo su sangre está sobre sus cabezas, si trabajas todos los días con ellos y no les hablas de Cristo.

Yo trabajaba en la fábrica de acero en Pensilvania cuando era más joven, no conocía a Cristo, era miserable. Era un carpintero allí en la fábrica de acero, casi me suicido pero llegué a conocer a Jesucristo y Él cambió mi vida. Comencé entonces a ser consejero en las campañas de Billy Graham, yo estaba entrenando a los demás consejeros y vino un hombre a mí, y me dijo: Doug, ¿cómo estás? yo trabajaba contigo allí en la fábrica de acero, yo le dije: gracias a Dios, qué bueno verte, gracias a Dios que te has hecho cristiano, y él me dijo: no, yo era cristiano cuando me conocías allá, yo le dije: te voy a matar, tú eres un idiota, ¡yo me iba a matar! y estaba en el peor tiempo de mi vida y ¿por qué tú no me hablaste acerca de Jesucristo? ¿por qué no me dijiste algo? Él me dijo: no sé, y yo le dije: ¿sabes qué? tú no eres mi amigo, vete de mi alrededor.

¿Quizás alguien te pueda decir lo mismo mañana? Quizás alguien venga y te diga: yo he estado sufriendo todo este tiempo y tú no me has hablado acerca de Jesús, sean tus vecinos, compañeros de trabajo, en la escuela.

Hermanos: Jesús quiere que lo obedezcamos. Primer mandamiento en el Nuevo Testamento: Les voy a hacer pescadores de hombres, y el último mandamiento que el Señor le dió a Sus Discípulos: Vayan y prediquen el Evangelio a toda criatura. Y la última cosa que Él dice antes de irse del mundo, el Señor les prometió: van a ser llenos de poder y me serán testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y en toda la Tierra.

¿Por qué nos da el Señor el Espíritu Santo? es para que seamos Sus discípulos, Sus testigos ¿amén? Él dijo: en Jerusalén, yo puedo imaginarme a los Discípulos diciendo: ¡ah, Jerusalén! eso es fácil, pero después el Señor dijo: Bueno, también en Judea, y ellos dijeron: pero Señor no hablamos con los gentiles, y luego dijo: y a Samaria, y ellos dijeron: pero Señor odiamos a los samaritanos, y entonces dijo: vayan a los extremos del mundo también.

Si uno ve desde el capítulo 1 de Hechos hasta el capítulo 8 hay como 30 años que transcurren en eso, la Iglesia nunca salió de Jerusalén, por treinta años se quedaron allí porque estaban disfrutando de conocer a Jesús, estaban pasándolo bien ¿para qué salir de Jerusalén? El Espíritu estaba moviéndose en Jerusalén, la gente estaba aceptando a Jesús, mi familia está aquí, mi iglesia está aquí, mi trabajo está aquí ¿para qué me voy a salir de Jerusalén?

Hum, quizás porque yo puedo obligarte a que vayas, así que en Hechos 8:1 y 2 pasa algo interesante, dice que vino una gran persecución sobre la Iglesia y las autoridades vinieron a sacarlos casa por casa, mataron a muchos de los cristianos, violaron a las mujeres y fueron esparcidos por todas partes, y dice la Biblia que fueron esparcidos precisamente a Judea, a Samaria, ¿no les dijo el Señor desde un principio vayan a estas ciudades y no lo escucharon? Por eso tienen ahora este caos, sus hogares destruidos.

Pero es interesante lo que hicieron estos Discípulos perseguidos. En el cuarto versículo dice que los Discípulos comenzaron a predicar la Palabra en esos lugares donde eran esparcidos, el Señor ama a todos y Él quiere que vayamos, y esos que no van experimentan depresión, falta de realización personal, los padres miran a sus hijos y dicen: ¿por qué mi hijo no está obedeciendo y siguiendo al Señor? porque tú no estás obedeciendo, no estás compartiendo el Evangelio con otros, entonces ¿para qué van ellos a compartirlo? Entonces vemos a nuestros hijos resbalándose y alejándose del Señor, y los vemos yéndose en otra dirección, y así te preguntas ¿qué pasó, qué hice de malo?

Por la Gracia de Dios yo puedo decir que mis hijos están prendidos fuego por el Espíritu Santo, sus esposos, sus esposas están prendidos fuego por el Señor, mis quince nietos todos están prendidos fuego por el Señor.

Yo he tenido aventuras por el Señor en 45 países del mundo, he metido biblias subverticiamente en la China, me agarraron, me quitaron el pasaporte, cuatro hombres me apuntaron al cuerpo directamente con ametralladoras, yo dije: Señor sería un buen momento para que me ayudaras.

Había una persona vendiendo helado y yo le dije a este tipo que me estaba molestando y persiguiendo: hey hace un calor tremendo, qué calor hace aquí. Tenía Biblias metidas en mi traje, 100 grados y yo tenía un traje puesto, y yo le dije: ese tipo está vendiendo helado, yo tengo como 50 dólares, yo les voy a comprar helado a todos los guardias, y ellos dijeron: ¡hagámoslo! (risas) así que yo los llevé donde estaban vendiendo todos los helados y mientras ellos estaban comiendo el resto de mi equipo metió 1500 biblias en ese lugar.

Yo quiero que tú tengas esas aventuras también, yo quiero que te metas en el río, yo quiero que descubras al Señor de la cosecha, ¿puedes decir amén? si puedes decirle: sí al Señor, quiero obedecer a Cristo, yo quiero entregarle a su Pastor una serie de DVDs de la organización Billy Graham, son DVDs evangelísticos, están hechos maravillosamente bien, duran 30 minutos y yo quiero que el Pastor, le voy a pedir que se los entregue a toda la Congregación, y usted puede invitar a un vecino, y él se va a salvar simplemente viendo la grabación.

Vamos a poner herramientas en sus manos, hay aplicaciones en el teléfono que yo quiero compartirlas con su Pastor. Tengo una aplicación que tiene todos los lenguajes del mundo con la Biblia así que si alguien no habla su idioma usted puede poner la película de Jesús y va a estar en ese idioma. Yo quiero poner estas herramientas en sus manos, se llama bible.is. Así que si usted habla con alguien de la India se la puede mostrar en su lenguaje con esa aplicación.

Hay una versión acortada de la película de Jesús para los niños, la otra es demasiado larga, enséñesela a los creyentes, mejor dicho a las personas adultas y eso los va a convertir y van a ser salvos. Una vez se la enseñé a treinta personas de Nepal y todos dijeron: yo quiero servir a Jesús. Queremos poner estas herramientas en sus manos, ¿amén?

¿Quieres escuchar a Jesús, Sus mandamientos? ¿quieres unirte al ejército de salvación de la gran comisión? Vamos a cantar una canción que dice: Toma valor, y cuando cantes esa canción toma valor, si tú quieres decir: sí, yo quiero unirme a ese ejército, ya no quiero ser un pantano, yo quiero que mi agua fluya, entre y salga, fluya, ¿sabes qué? cuando tú ves que el río fluye tu corazón se ensancha, se agranda, recibe más amor, más gozo, más paz, tienes la habilidad de ministrarle a más personas y de esa manera más agua puede fluir, más agua puede entrar a tu vida y de momento vas a tener fruto saliendo de tu vida a cada momento.

Así que mientras ellos dirigen esa canción si usted quiere unirse a ese ejército de salvación quiero que toda la Iglesia venga al frente y se esparza aquí. Y antes de que se vayan, hay hermanos que están nerviosos porque creen que no vamos a tomar las ofrendas.

Mientras ellos nos dirigen, ellos van a tocar algo, vamos a prepararnos hermanos. Yo les decía a los hermanos esta mañana así mismo: yo les he predicado antes; si va a haber una Iglesia que haga grandes cosas para el Señor tiene que haber un pueblo que le dé generosamente al Señor, las dos cosas van unidas ¿amén? porque para comprar materiales, hacer todas las cosas que una Iglesia como la nuestra tiene que hacer tiene que haber un pueblo generoso, un pueblo que sea radicalmente comprometido. Yo no puedo concebir que una persona radical comprometida con el Señor no haya comprometido también su bolsillo, sus finanzas, es uan contradicción.

El compromiso con Cristo involucra también un compromiso financiero, y si tú no puedes recibir eso está bien, no te preocupes, si tú no estás todavía en los caminos del Señor tampoco te preocupes.

Ahora: para los que creen en Cristo, los que conocen al Señor, los que saben el Reino de Dios sabemos que el Señor cuando le dijo al joven rico por ejemplo: hey, ¿tú quieres ser salvo? vende tus bienes, dáselos a los pobres y sígueme. En otras palabras el Señor quería asestarle un golpe mortal a ese apego al dinero que él tenía, y desgraciadamente ese joven no pasó la prueba, y prefirió su dinero, su posición social en vez de recibir ese gozo cuando uno le da al Señor su todo.

Yo quiero retarlos hermanos no solamente hoy sino siempre: si queremos ser esa Iglesia que tenga los recursos que se necesitan en esta ciudad para no tener que estar pensando; hay una hermana que me dijo: Pastor ¿por qué no ponemos un sign bien grande en alguna parte de la ciudad retando a la gente a que venga a la Iglesia, que venga al Señor? eso costaría miles de dólares, ¿tenemos el dinero? Ahora mismo nos falta porque necesitamos que más personas se alisten en las filas de los diezmadores, de los que dan generosamente al Señor.

Yo creo que si todos cargáramos un poco de la carga nadie tendría que sacrificar gran cosa porque todos cargaríamos el peso de una Iglesia evangelística como esta que tiene tantos ministerios, tantas cosas que hacemos para servir al Señor.

Así que yo quiero retarte: si tú quieres ir una de las primeras cosas que tú tienes que hacer es dar, pero primero tienes que darle tu corazón al Reino de Dios, si tu corazón está unido al Señor tu dinero va a fluir sin ningún problema.