La actitud del triunfo

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No solamente este domingo, sino en los próximos domingos que el Señor me permita estar en el púlpito, quiero iniciar una serie de mensajes, que yo he titulado “La actitud del triunfo”. Podría también llamarlo “Los elementos del triunfo”.

Y ahí en Abacuk, Capítulo 2, que es uno de mis pasajes favoritos cuando hablo acerca de creer que Dios puede hacer grandes cosas, soñar con grandes cosas y establecer una visión para tu vida. El Capítulo de Abacuk, versículo 2 dice: “...Jehová me respondió y dijo ‘Escribe la visión’.

Hermanos, en la vida todo comienza con una visión en la mente que se registra de alguna manera. Es la cosa que tenemos que hacer de registrar la visión, escribirla, marcarla, establecerla en nuestra mente, dice: “.... y declárala en tablas”.

Hay que declararla. Muchas veces hay que declararla con la boca. Hay que declararla ante un público, ante tu esposa o tus familiares, pero vamos a hablar acerca de eso también más adelante. Hay que pronunciar con tu boca las cosas que Dios ha puesto en tu corazón y a las cuales te estás comprometiendo para alcanzar.

Dice: “..... para que corra el que leyere en ella”. Porque llega un momento que cuando tu escribiste tu visión, la declaraste, la concebiste en tu mente, entonces tienes que caminar en ella, tienes que vivir dentro de esa visión y llevarla a realización con el paso del tiempo, “para que corra el que leyere en ella”.

Dice: “.... aunque la visión tardará aún por un tiempo,...” ¿saben qué muchas veces Dios pone sueños en nuestro corazón, anhelos y proyectos y planes pero no son para el momento actual, sino para el futuro. Pero Dios muchas veces se toma tiempo en realizar las visiones, y ahí dice “.... aunque se tarde mucho tiempo no te preocupes, ella se apresura hacia el fin y no mentirá”.

Nunca abandones una visión porque se toma demasiado tiempo. Muchas veces las visiones de Dios tienen que darse una caminata muy larga para llegar a ella, pero en esa caminata tu vas a recoger una cantidad de cosas que son necesarias para llegar finalmente a la meta.

“No mentirá, se apresura hacia el fin. Aunque tardare espéralo”. La paciencia es uno de los requisitos más importantes que yo entiendo, que necesita una persona que quiere vivir por visiones, por sueños, por anhelo, por proyectos específicos, que quiere que Dios haga algo grande en su vida. Esa gente que usted ve por ahí alcanzando metas, logrando cosas grandes en sus vidas, conquistando montañas, superándose cada día en sus defectos y en su personalidad, haciendo cosas grandes para Dios como Tony Meléndez y otros. Yo he descubierto tienen ese común denominador de la paciencia, aunque se tardan las cosas, pueden persistir en la visión.

¿Cuántos años le habrá tomado a ese hombre aprender a tocar la guitarra con sus dedos de sus pies? Ahora mismo en su mente trate de imaginarse tocando las cuerdas de una guitarra y con el dedo gordo, jalando, sacando una tonada. Parece imposible, pero a través de años de aprendizaje y de esfuerzo, poquito a poquito, su cerebro se fue preparando para realizar esa hazaña. Dios nos ha hecho, hermanos, tremendamente flexibles a los seres humanos.

Si usted me hubiera dicho a mi que hay una persona sin brazos, que toca la guitarra, yo no lo hubiera creído, pero yo cada día veo más y más, como Dios ha hecho al hombre, como una máquina tremendamente ágil, flexible, plástica, se puede adaptar a cualquier cosa. El cerebro humano hoy en día los estudios que se están haciendo en la psicología y en la biología y en la química del cerebro, todas estas cosas, se está descubriendo cómo es que el cerebro opera sobre la realidad. Y el cerebro es una cosa tremendamente ágil.

Yo estoy seguro si se hiciera un examen del cerebro de Tony cuando él muera, o de otra mujer, también que no tiene brazos, que quería poner, pero el tiempo no nos da, se descubriría que hay una parte de su cerebro que está más desarrollada que el promedio. Esa parte tiene que ver seguramente con la coordinación de los pies y los dedos, porque el cerebro determinó que esa parte necesitaba más trabajo porque Tony le estaba asignando más trabajo y entonces desarrolló una cablería, por así decirlo, específicamente destinada a capacitarlo para usar su dedos. Y así también es para el mal. Si usted hace el mal lo suficiente en alguna área, alguna práctica indebida, algo que es dañino, su cerebro también va tirando cablería para fortalecerle en el mal. Lo que usted hace continuamente, persistentemente en un hábito y después se convierte en un rasgo de carácter, y después se hace parte de la cablería dura de su personalidad.

Hoy en día estamos descubriendo todas esas cosas, y por eso es tan importante que nosotros comprendamos que Dios ha hecho al hombres tremendamente flexible y adaptable a cualquier cosa. Y por eso al entender esto, podemos atrevernos a emprender cosas nuevas. Quizás tu tienes 30 años, 40 años, 50 y dices: ‘ya yo no puedo desarrollar esa destreza, no puedo cambiar este hábito.’

Hermanos, se puede sobre todo si tienes el poder de Dios contigo, porque Dios naturalmente te hizo adaptable. Nosotros los seres humanos hacemos cosas maravillosas como una computadora, por ejemplo. Y una computadora puede hacer cosas deslumbrantes, pero ¿saben qué?, una computadora todavía, y se habla de inteligencia artificiales y todas esas cosas para el futuro, pero una máquina no se adapta, como se adapta el ser humano. La máquina puede hacer cosas maravillosas pero solamente lo que se le programa para hacer. Pero el ser humano, Dios le puso un 80% de programa en su alma y en su biología, pero también le dejó un 20, un 30% tremendamente adaptable.

Y para mi eso es lo que me da fuerza para decir: ‘Mira, yo puedo hacer cualquier cosa en el nombre de Jesús. Yo cada día puedo desarrollar nuevos hábitos, nuevas destrezas, nuevas habilidades, nuevos proyectos, puedo emprender cosas nuevas, porque Dios me ha hecho capaz. Y no es porque sea yo, sino es que cada ser humano tiene esa destreza dentro de su corazón. Lo que tenemos que hacer es tener paciencia y persistir y creer esto y grandes cosas se pueden lograr.

Uno de mis temas favoritos y de mis textos favoritos, yo lo he repetido tantas veces aquí, es aquel texto que dice “porque la senda del justo es como la luz del aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Porque yo creo que Dios nos ha llamado a ser perpetuamente superables, que cada día nosotros seamos mejores, más fuertes, más sabios, más inteligentes, más experimentados, más astutos para vivir la vida, que mejoremos en nuestros defectos, que mejoremos en nuestras trabas, en nuestras luchas, y que cada día estemos en proceso, porque así es que Dios nos ha hecho.

Y cuando nosotros entendemos esto, esto debe revolucionar nuestra vida. Entonces es por eso el escritor de Abacuk dice “.... aunque tarde espéralo porque sin duda vendrá, no tardará”.

La esencia de ese texto es de concebir una visión, de creer que Dios puede hacer algo grande en tu vida. y yo quiero compartir con ustedes a través de los próximos domingos, cuando el Señor me permita estar detrás del púlpito lo que yo creo que son actitudes, destrezas, elementos, que por lo menos en lo que yo he podido leer y en lo que he podido observar en mi propia vida, de nuestra iglesia como se ha ido desarrollando y de las cosas que nosotros estamos haciendo ahí como congregación, son elementos que se requieren para que un individuo o una institución o una comunidad pueda ir hacia el éxito, hacia la vida abundante que Dios tiene para nosotros.

Yo les he dicho haces meses atrás que iba a estar hablando acerca de cómo vivir una vida exitosa. En los últimos domingos han venido otras cosas y han intervenido, pero en mi mente continuamente ha estado, ‘yo quiero terminar lo que comencé’, y les dije hace meses atrás que iba a estar hablando de cosas bien específicas, bien a ras del suelo, bien prácticas, pero que están fundamentadas en la palabra del Señor. Y estas son cosas son cosas que yo he visto que nosotros podemos hacer y compartir.

Es más, les doy una muestra, una de ella, por ejemplo esta: usted las vio usted mismo, todo lo que ha pasado hoy es una muestra del desarrollo de una institución como León de Judá y que está buscando poner en práctica estos principios. Por ejemplo yo recuerdo, hace un año y medio, dos años, tres años atrás, dos años y medio quizás, cada vez que nosotros íbamos a poner un video o algo electrónico aquí arriba, yo temblaba, porque o no funcionaba la pantalla, o se apagaba la luz, o un cable faltaba o lo que sea, pero gracias Señor, con el tiempo Dios nos ha permitido ir desarrollándonos en esa área, porque hemos persistido y porque nos pusimos, yo me puse una meta y todavía la tengo, de que nuestra iglesia domine la tecnología.

¿Quién ha dicho que las minorías somos cavernícolas? Que solamente los blancos o los azules solamente pueden hacer estas cosas. Dios nos ha dado la unción y el poder a nosotros también. Amen. Y esa es una meta que tenemos allí. Y Dios cuando esa meta yo me la establecí, Dios comenzó a traer recursos.

Hoy en día, por ejemplo, nuestros sermones salen a través del Internet, ahora mismo hay personas viéndonos, en el Internet. Un joven de la iglesia que se fue para Seattle, Washington, esta mañana, su mamá me dijo ‘Pastor, quiero que sepa lo bendecido que está nuestro hijo. Se fue para allá para trabajar en una de las grandes compañías de computadoras y allá él está viendo los servicios de León de Judá. Y está feliz de poder continuar con su congregación. Es decir, que simultáneamente con la ayuda del Señor, estos mensajes y estos servicios lo están viendo personas en cualquier parte del mundo potencialmente, simultáneamente.

Pero los sermones están en el Internet también. Cualquier domingo usted puede ir ahora, ver el sermón en Internet, está también trascripto, usted puede sacarlo de la computadora, o usted puede verlo en cualquier momento, un sermón de hace dos semanas, tres semanas, un mes, está en el Internet. Dios nos ha ido bendiciendo en esa manera.

¿Pero qué pasó? Había que establecer una meta. Había que decir ‘Nosotros, como iglesia queremos ser una iglesia que pueda usar la tecnología que tenemos disponible.’ Hoy en día la iglesia tiene transmisión por el Internet, wireless, sin cablería. Usted puede traer su computadora y si tiene acceso a la clave usted puede, de cualquier sitio de este edificio, tocar el Internet y traer el Internet a su computadora. Porque Dios es un Dios que cuando una institución, una comunidad, un individuo se traza una meta en el nombre del Señor, Dios da el poder para alcanzarla.

Y usted ve, y así también todas las demás cosas. Nos hemos trazado metas de ser una iglesia administrativamente excelente. Usted busca la visión de la iglesia y usted va a ver, mostrando excelencia en el área del evangelismo, el movimiento comunitario, la administración y la capacitación de sus miembros, para ser siervos efectivos del Reino de Dios. Entre esas cosas está la administración. Esto que hicieron nuestros hermanos Luis y Ada, de presentar las normas para matrimonios, es parte de una búsqueda que nosotros llevamos años en ese proceso de mejorar cada día más y más, la administración en nuestra iglesia.

Por eso tenemos personas como Yoxmar Rodríguez y otros que nos ayudan en el área de planificación estratégica y de la administración financiera, porque nosotros creemos que eso glorifica a Dios. Y que es bueno que una iglesia tenga sus finanzas en orden y que se sepa lo que hay y lo que no hay, y haya personas que estén dedicadas a hacer ciertas funciones.

Ayer nos pasamos todo el día planificando lo va a ser, con la ayuda del Señor, un día, una organización sombrilla que va a unificar todos los servicios sociales de la congregación en una sola institución y convocamos a diferentes personas para un día de reflexión sobre ese tema. Y seguimos, seguimos, seguimos...... llevamos 3, 4 años desde que yo me tracé esa meta en el nombre del Señor de que nuestra iglesia mejorara administrativamente, Dios ha ido trayendo los recursos.

Porque lo que tu crees, hermano, aquello que tu dices ‘yo voy a lograrlo en el nombre del Señor’ y si tu le pones pies a tu visión, Dios te lo entrega. Esos es lo maravilloso de ser un hijo de Dios y yo seguiré en esa meta de buscar excelencia en el evangelismo, administración, involucramiento comunitario y la capacitación de ustedes para que sean siervos efectivos de Jesucristo. Esa visión anima todo lo que nosotros hacemos aquí en la iglesia. Y todos los programas y todo están orientados hacia eso. A veces nos caemos del caballo pero ¿saben qué?, volvemos y nos subimos otra vez y persistamos. Seguiremos hasta que eso se haga la realidad más realizada posible.

Y digo esto como ilustración de que tu puedes hacer lo mismo en tu vida. Hay áreas en tu vida que necesitan ser ordenadas, hay visiones que tu tienes que concebir. Hay áreas que tu quieres desarrollar. Nosotros hubiéramos podido quedarnos como una iglesia típicamente pentecostal, haciendo las cosas como la hacen todas las otras iglesias carismáticas, pentecostales latinas, pero Dios ha dicho ‘No, Yo quiero que ustedes progresen. Usted tienen mi espíritu en mi, ustedes tienen mi poder en mi, y por lo tanto yo quiero que ustedes sean ejemplo de lo que se puede hacer cuando el espíritu está adentro de una comunidad. Y así podemos hacer nosotros en nuestra vida.

Yo quiero aclararles algo acerca de estos sermones que vamos a estar predicando. Todo lo que usted va a escuchar se aplica a cualquier área de la vida.

Repitan conmigo: ‘cualquier área’menos’. A mi no me importa cuál sea el área, puede ser el área espiritual, puede ser el área física, corporal, puede ser el área financiera, puede ser el área de las relaciones, sea amistades, matrimoniales, noviazgo, universidad, lo que sea, el área relacional. Dios quiere tocar esa área de tu vida con una visión. Puede ser el área emocional. Hay áreas en tu vida, quizás tu padeces de depresión, de ansiedad, de fobias, temores de algún tipo, defectos de carácter, cualquier cosa, en esas áreas Dios quiere que tu nombres tu meta, que tu nombres tu visión y entonces procedas con determinación y persistencia a conquistar esa área de tu vida y trae la excelencia de tu vida. Yo voy a estar usando diferentes ejemplos, tomados de diferentes zonas de la vida.

Quizás tu te has trazado, por ejemplo la meta de perder peso, 20 libras en los próximos 18 meses. Dios te puede entregar esa visión. Hay hermanos que quieren perder peso y están peleando hace años y años. Yo quiero compartir con ustedes, como usted puede en el nombre del Señor, con los elemento que provee la palabra, ganar la victoria sobre el peso. Gloria a Dios. Algunos ya están saltando de alegría y allá los veo.

Usted quizás quiere comprar una casa. Nunca ha podido tener el downpayment. Dios le puede dar ese downpayment. Dios le puede entregar esa casa. Hay hermanos que están comprando una casa, ¿por qué no usted también?

Quizás usted quiere sobreponerse a un defecto de carácter o un hábito que lo está atando y usted no ha podido romper con esa área. Esa en un área donde si usted concibe una visión clara, una meta específica, Dios le puede dar su tierra.

Quizás usted tiene una meta profesional que quiere alcanzar o quizás usted quiere ver cambios en su vida matrimonial. Quizás usted quiere que su matrimonio pase de ser una mera convivencia donde ha habido divorcio emocional, y pasar a un matrimonio pleno, donde usted se alegre cuando vea el carro de su esposa y Dios la vuelta a la esquina y se parqueó ahí, en vez de hacer ‘estoy dormida’ y se pone la cobija por encima.

Dios quiere tornar su matrimonio en algo de bendición, que en vez de sus hijos correr a meterse dentro de los libros, cuando vean que papá llegó a la casa para refugiarse y ‘sálvese quien pueda’, que salgan una vez a la puerta a recibir, que se pongan contentos porque usted ha cambiado algún área de su forma de relacionarse con ellos.

O quizás usted quiere desarrollar un hobby, o un deporte. ¿Quién le dijo a usted que usted no puede nadar a los 65 años? Claro, que si lo puede hacer en el nombre del Señor, pero todo está en que usted se proponga y que usted se lance a conquistar esa meta.

Pueden ser los estudios académicos, puede ser aprender inglés u otro idioma, chino, lo que sea. Usted lo puede hacer. O puede quizás usted quiere desarrollar algún área del ministerio y aprender la destreza que necesita para tener éxito en el ministerio. Dios le puede dar su tierra.

Quizás usted quiere vencer un temor o una neurosis. Dios es poderoso. Hoy en día uno pensaría que hay áreas que son asuntos químicos o asuntos físicos de mi cerebro. Mire hermano, como yo decía, el cerebro es la cosa más flexible y cede a la voluntad y a la declaración de fe. Usted puede en el nombre del Señor. Usted no tiene que vivir su vida con una fobia o con una neurosis encadenando su vida. En el nombre de Jesús usted puede vencer, Dios le puede dar los recursos, pero hay que establecerse metas específicas.

Cualquier área, yo no quiero espiritualizar esto demasiado, cualquier área de su vida requiere la formación de una meta, de una visión, y hay elementos y actitudes que usted puede usar para conquistar esa área.

Yo tengo muchísimos y esta mañana me quedé solamente en uno, y es el siguiente: si tu quieres lograr alguna meta en tu vida o muchas metas diferentes, tienes que expandir tu espacio mental. Escuchen bien. Lo primero que tenemos que hacer es expandir nuestro espacio mental, anchar. Todo éxito comienza en la mente. Los estudios que se hacen de la gente que ha tenido éxito muestran que una de las cosas más importante es la actitud de la persona, la creencia de que puede vencer. Gran parte de la pelea por el éxito es la pelea por la mente.

Y una de las cosas que lo primero que tenemos que hacer es anchar nuestra capacidad para creer lo que Dios puede hacer en nuestra vida. La mayoría de nosotros sufre de una visión pequeña, tímida y lo que tenemos es una pequeña pantalla de 17” en nuestra mente para crear sueños y concebir visiones. Dios dice ‘No, mira yo quiero que tu pongas una de esas pantallas de auditorio, de estadio, un jumbo trunk de esos de 10 pies y de 10 pies de alto, con alta definición y que tu allí plasmes tu sueño para que alumbren toda la oscuridad de la comarca y todos la puedan ver, y que Dios desde su trono pueda mirarla y decir ‘me gusta esa visión, está a mi tamaño, yo la voy a crear, la voy a realizar’. Dios quiere que tu expandas tu capacidad para creerle.

Mira lo que dice Isaías, Capítulo 54. Uno de mis textos favoritos, siempre cito Isaías 54 porque allí es un llamado precisamente a expandir nuestra capacidad para creerle a Dios, para creer que tu puedes lograr grandes cosas. Si tu visión es pequeña, tu logro va a ser pequeño. Si tu visión es grande, si tu capacidad para concebir grandes cosas es grande, entonces Dios puede llenar el espacio que tu le abres. Muchas veces lo que pasa es que le abrimos a Dios espacios pequeñitos, entonces El tiene que forzar su grandeza dentro de esa cajita que le hemos abierto. Dios dice: ‘No, Yo necesito un espacio grande. Expande tu visión’.

Dice Isaías Capítulo 54, versículo 2: “ensancha el sitio de tu tienda”. ¿A qué se refiere? ¿Qué tienda? La tienda de campaña de los beduinos en el siglo en el que escribió Isaías. Mucha gente vivía en tiendas portátiles, de campaña en el desierto, en los campos. Estaba hecha de telas de cortinas de piel de animales y estaban atadas con una cuerda, con una estaca metida en el piso. Ustedes las han visto. Entonces Dios le dice a Israel y nos dicho a nosotros por extensión y te dice a ti, hombre, mujer, joven que estás en esta congregación, dice “... ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas. No seas escasa, alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas”, dice el Señor. Celebra la promesa de Dios para tu vida.

¿Qué es lo que está diciendo el Señor allí? Mira, no solamente pienses y le pidas a Dios que tu hijo no salga un criminal de serie, sino pídale al Señor que sea un ganador del premio Nóbel porque El quiere darte eso. Muchos de nosotros pedimos solamente “Oh, Señor, Padre, que mi hija no salga encinta, es lo único que te pido, Señor.” Porque no le pides: ‘Padre, haz de mi hija una mujer sabia, llena del poder de Dios, que sea una consejera, una maestra, una mentora, una inspiración para la comunidad, que llegue a ser lo máximo en su profesión’. Pídele a Dios cosas grandes, ancha el espacio de tu mente. Lo que tu te atreves a desear para tus hijos, porque dice Dios que heredarán las ciudades asoladas. Habitarán esas ciudades, heredarán la tierra.

Cuando tu entras al Reino de Dios, tu entras con todo el equipaje, todos los recursos, todas las bendiciones, todas las ayudas, todos los accesorios del Reino de Dios están contigo. El espíritu de Dios quiere ayudarte. Por eso es que Dios dice en este pasaje, y en tantos otros a través de la Escritura, ‘ensancha mire, el sitio de tu tienda’. ¿Por qué eso es tan revelador? Porque imagínese, si usted tenía una tienda que ocupaba solamente un espacio, digamos, de 10 pies cuadrados, y usted quiere ahora poner una tienda mucho más grande, una tienda de campaña mucho más grande, ¿qué tiene usted que hacer? Lo primero que tiene que hacer es asegurarse que hay suficiente espacio para que esa tienda más grande quepa, porque usted no la va a poner en los 10 pies cuadrados, si la tienda la tienda ocupa 50 pies cuadrados ó 100, usted va a necesitar un espacio más grande.

Y yo digo que es así, hermanos, antes de nosotros traer cosas grandes a la vida, construir grandes proyectos, lo primero que nosotros tenemos que hacer es, en nuestra mente es visualizar y abrir un espacio lo suficientemente grande para que cosas mayores puedan ocuparse. Si el espacio es pequeño, la estructura que vaya sobre el espacio tendrá que ser pequeña.

Si tu quieres que Dios haga grandes cosas en tu mente, tu tienes que anchar el espacio mental. Lo que tu crees que Dios es capaz de hacer en tu vida. Yo les he dicho antes, cuando nosotros habilitamos este lugar aquí, mucha gente me decía: ‘pero, Roberto, este lugar parece muy pequeño. Tu deberías estar buscando mucho más grande’. Bueno, yo siempre por este lugar doblemente de su tamaño, porque siempre por dos servicios aquí. Eso hace 10 años cuando compramos este edificio, 12 años. Yo siempre veía dos servicios de gente llenos.

 

 

Y se ha realizado. Yo decía, algún día vamos a llenar los dos servicios y vamos a necesitar otro lugar grande. Hace años que Dios me dijo ‘¿Sabes donde vas a construir el próximo templo? En le estacionamiento de la iglesia. Porque ya yo veía que íbamos a llenar dos espacios e íbamos a necesitar algo más grande.

Uno tiene que pensar en grande, hermanos, ¿usted entiende? Hay que pensar que Dios puede hacer cosas que nosotros no nos imaginamos y cuando tu te atreves a pensar así, a pensar optimistamente, a pensar agresivamente, a no ponerle trabas a Dios, eso se convierte en un imán que atrae la bendición.

El problema con la mayoría de los cristianos es que se nos mató la capacidad para soñar cuando éramos pequeños. Nuestros padres, en maneras sutiles, nos dijeron ‘mira, tu no sueñes con ir a la universidad porque no tenemos dinero. Además nadie en nuestra familia jamás ha ido a la universidad. No sueñes con ser presidente de una corporación porque tu no hablas tal idioma o no tienes acceso a tal universidad.’

Cuando vinimos a nuestro padre a presentarle un dibujito que hicimos, lo miraron así rápido y siguieron haciendo lo que seguían haciendo. Nos mataron la esperanza. Nos mataron la capacidad para soñar. Quizás algún fracaso en la vida: tratamos de hacer algo y fracasamos, y entonces nos quedamos allí pequeñitos. Y ¿qué pasó? Apagamos la pantalla donde podemos visualizar los sueños.

Yo siempre le digo a mis hijas ‘Cultiven la capacidad para visualizar’. Hay una pantalla que uno tiene en sus entrañas y si uno aprende a visualizar –yo voy a hablar acerca de visualizar más adelante activamente- eso desata la creatividad en uno. Entonces lo primero que usted tiene que hacer es buscarse una pantalla lo suficientemente grande para explayar sueños grandes. Usted tiene que comenzar a ejercitar su capacidad para creer cosas grandes que Dios quiere hacer. Lo primero es el sitio de la tienda.

Después usted puede poner una tienda con grandes cortinas dentro de ella. Pero si usted se conforma solamente con algo pequeñito, si en tu mente está, por ejemplo, como pastor o como líder; bueno, yo me conformo con 40 personas que vengan a mi iglesia, Dios te va a dar 40 personas. Pero si tu anhelas algo mayor y te pones a aplicar estos principios que yo estoy diciendo y que voy a continuar compartiendo con ustedes, Dios puede, con el tiempo, entregarte más y más y más. La persona que conoce lo que Dios puede hacer en su vida, siempre debe estar deseando algo más.

Yo digo que uno siempre tiene que vivir en déficit, en el sentido positivo de la palabra. Eso quiere decir que tu siempre tienes que estar, cuando tu crees que ya has llegado a una meta, ya la perfeccionaste, Dios te dice ‘No, ahora Yo quiero que tu vayas más allá de esto’.

Dios siempre ha hecho eso conmigo, desde pequeñito Dios siempre me ha puesto en situaciones más incómodas y más grandes para que yo me vaya desarrollando. Cuando aprendí a predicar, bueno, mejor antes de eso. Yo comencé clases de escuela dominical cuando esta iglesia se fundó en el año ’82 y de ahí el Señor me fue llevando como diácono de la iglesia, a dirigir alabanza, a trabajar con los jóvenes. Después cuando el pastor se fue, yo daba las clases de los miércoles. Me fue subiendo. Por un tiempo el que predicaba era el Dr Pablo Policciupo, que yo no me atrevía a predicar los domingos. Un día el Dr Policciupo dijo ‘Ya no puedo seguir más’, y yo tuve que pararme frente a la congregación. Se me tornaban las entrañas en un nudo tremendo. Pero Dios me dijo ‘Yo quiero que tu te expandas. Quiero que te anches, que elabores otras cosas’.

Después llegó el momento en que me convertí en el pastor de la congregación. Entonces ya tenía que predicar todos los domingos. Y cuando ya estaba cómodo con eso, entonces me invitaban a predicar fuera de la iglesia, y esa era otra expansión de mi capacidad. De ahí a predicar en inglés, y así ha sido siempre. Dios ha ido llevándome y yo cada vez que viene un nuevo reto, yo digo ‘Gracias, Señor. Amen’. Porque la vida cristiana tiene que ser una vida de superación continua.

Tu no te puedes quedar en el mismo nivel en que comenzaste. Cuando tu conquistes ya un hábito o una asignación, o un trabajo, es tiempo ya de que te pongas una meta más grande, más amplia, más retadora. No te quedes en lo cómodo jamás. Porque Dios te quiere expandiendo el sitio de tu tienda. Dios te quiere desarrollando nuevas destrezas, nuevas cosas. Y según tu capacidad para creerle a Dios, así te dará el Señor.

Comparto una ilustración con ustedes, yo se que el tiempo está avanzando y yo casi voy a terminar. Yo les decía a los hermanos, esta mañana, hace unos años, 4 años, 5 años, no recuerdo ahora mismo exactamente, me tropecé en un anuncio en una revista norteamericana cristiana, Christianity Today. Quizás he compartido un poquito de aquí y allí, de este testimonio, y ahí había un anuncio de una página completa, donde una fundación filantrópica llamada ‘Lilly endowment’ llamaba a las denominaciones y a los ministerios grandes de EEUU a hacer propuestas para el desarrollo de pastores para la excelencia pastoral en toda la nación. Y yo leí ese anuncio, recuerdo que estaba en mi cama de mi dormitorio, y lo leí y me pareció interesantísimo porque una vez se me ocurrió ‘ah, los pastores hispanos de Nueva Inglaterra. Nosotros podríamos capacitar pastores con este dinero, si lo pudiéramos conseguir.’ Y pensé en COPANI, la organización que yo dirijo, y dije ‘esto es ideal para COPANI’, pero ¿saben qué? Mi capacidad para creer era muy pequeña y una vez pensó, vino la duda a mi mente, ‘No, esto es imposible. Están pidiendo a denominaciones, están pidiendo a seminarios. Están pidiendo a universidades. Nosotros somos una organización pequeñita de pastores, apenas estamos comenzando. Ni siquiera tenemos nuestros papeles de incorporación. Nadie nos conoce. No tenemos un record de años de trabajo en la comunidad, así que ¿saben lo que hice? Cogí la revista, la cerré y la puse donde puse todas las revistas que leo. Se me olvidó.

Mi capacidad para creerle a Dios era demasiado pequeña. Pero como Dios siempre ha persistido un día me tropecé otra vez con el anuncio en la revista de Christianiy Today, todavía no había llegado a la época de someter las propuestas. Y entonces me redarguyó, como me ha pasado tantas veces. Yo dije ‘Bueno, por qué no’. Yo he aprendido que hay que tratar por lo menos, hermanos. Uno no se puede dar por vencido simplemente porque no puedo.

Abandona la idea de no poder. Como decía Tony Méndez ‘el no puedo, no debo, no lo he hecho antes’, eso debemos desterrarlo del vocabulario del hijo de Dios. El caso fue que dije ‘bueno, mira, voy a tratar por lo menos y si fracaso, por lo menos habré aprendido algunas cosas’. Así que me propuse una meta en mi corazón, de que iba a hacer un esfuerzo y que iba a tratar.

Y usted ve, cuando usted se traza una meta, ya las cosas comienzan a suceder. Cuando su capacidad para creerle a Dios se desarrolla, entonces Dios dice ‘eso es lo que estaba esperando, que tu visualizaras algo y me asignaras una tarea, porque Yo quiero bendecirte’.

Y enseguida que yo hice eso, lo primero que me vino a la mente ‘ya se lo que voy a hacer’. Fui a donde el director del Emmanuel Gospel Centre, Jeff Bass, el Centro Emanuel es un sitio que tiene muchos años de trabajo aquí en la ciudad de Boston, es una institución conocida, con un record ilustre, mucha confianza en los líderes de la ciudad, un presupuesto millonario, excelencia administrativa y una reputación nacional. Y fui donde el director y le dije ‘Jeff, tengo una propuesta para ti, ¿por qué el Emmanuel Gospel Centre no apadrina a COPANI en esta propuesta?, y ustedes se convierten en nuestra cobertura y nos cubren con su prestigio y su experiencia y vamos juntos a esta propuesta, pero el dinero es para nosotros. Ustedes nos ayudan pero nosotros tenemos el dinero. Pero ustedes se pueden beneficiar proyectando una imagen de una institución mentora, que ayuda a los hispanos, y eso es su llamado. Además nosotros les vamos a pagar por la administración financiera de ese dinero, si lo recibimos. Van a coger un porcentaje de eso. Y gracias a Dios les ha venido muy bien. Además le han sacado mucho provecho en su reputación en la comunidad, de haber apoyado a la comunidad hispana de esa manera.

Jeff captó la visión, dijo ‘vamos adelante’. Dios entonces, proveyó una persona que nos ayudara a escribir el grant, la propuesta. Yo escribí una buena parte de todo el aspecto conceptual, ella nos ayudó en todo el aspecto técnico, matemático, estadístico, todas esas cosas, y la ensambló toda. Por fe invertimos 5000 dólares en el proyecto, lo lanzamos la propuesta. A las pocas semanas llamó el director de la organización de la filantropía que daba el dinero y le dijo a Jeff, ‘la propuesta que ustedes han hecho es una de las mejores que hemos recibido. De miles de propuestas por instituciones como la iglesia católica, los bautistas americanos, la universidad Notre Dame, Boston University, a ese nivel, la Asociación de Estudios Teológicos Hispana. Estamos hablando de barcos cruceros y aquí venía este botecito de lancha de un motorcito, ni siquiera de motor, y él dijo ‘la propuesta es excelente’.

¿Y saben qué, hermanos? Cuando ya nosotros habíamos terminado todo lo de la elaboración de la propuesta, cuando llegó el momento de poner cuánto dinero queríamos, yo le dije a Jeff ‘mira, no pidamos demasiado, porque de todas maneras es un long shot, como dicen, es un tiro a ciegas en la oscuridad, así que no los vamos a atemorizar pidiendo demasiado dinero. Solamente pedimos 632.000 dólares por 5 años, porque yo no quería, de nuevo, atemorizarlos, porque pensábamos que era demasiado ambicioso.

El caso fue que llegó la noticia, nos dieron los 630.000 dólares y ¿saben qué?, lo que más me duele es, que yo estoy claro ahora, de que si yo hubiera pedido un millón de dólares nos lo hubieran dado. Y ese es en realidad el punto que yo quiero establecerle a ustedes, es que mi capacidad para creerle a Dios no fue lo suficientemente grande. Si nos hubiéramos atrevido a pedirle 800.000, un millón o 1.2 millones de dólares, los hubiéramos recibido. Pero Gloria a Dios, que por lo menos pude expandir mi capacidad de creerle al Señor.

Por eso yo digo, hermanos, no le pongamos trabas al Señor. Yo voy a continuar con este punto porque ni siquiera hemos terminado. Hay tanto material en esa área, pero vamos a hablar de muchas cosas. Vamos a hablar de la persistencia, vamos a hablar de cómo definir la visión. Vamos a hablar de cómo declararla, bueno, tantas diferentes cosas, de cómo dar pasos concretos para elaborar las visiones. Estos sermones van a estar en el Internet y yo quisiera que abriéramos como una sección en la página, porque yo se que Dios les va a bendecir a través de estas meditaciones concretas, específicas, para su vida. toma en serio estas cosas hermanos, y Dios va a bendecir grandemente, lo que Dios te dice esta tarde: expande tu espacio mental. Expande tu capacidad para creer grandes cosas al Señor. Amen.

Dios puede hacer grandes cosas. Dios te dice ‘Yo tengo buenos propósitos para ti. ¿Te atreves a creerme? ¿Te atreves a pensar que Yo voy a abrir la ventana de los cielos y voy a bendición hasta que sobreabunde en tu vida? Créelo y se hará una realidad.

Vamos a ponernos de pie y vamos a arrepentirnos de todas las visiones mezquinas que hemos tenido en nuestra vida, de todos los sueños pequeñitos que le hemos sometido a Dios y le hemos amarrado las manos cuando El quiere darnos cosas grandes, y El quiere darnos la tierra, quiere darnos nuestras ciudades, quiere darnos nuestras comunidades, darnos nuestra familia, darnos el terreno interior de nuestras emociones, nuestra mente. No hay trabas para un hijo de Dios. La palabra del Señor dice que vengamos confiadamente ante el trono de la gracia por medio de ese camino ancho y espacioso que Cristo ha abierto a través de su muerte en la cruz. No es un caminito pequeñito el camino hacia el padre para un hijo de Dios, es un camino amplio, es un highway, es una carretera que Dios quiere que tu atravieses para presentarle tu necesidad al Señor, y vas a ver que Dios te dice ‘¿Qué quieres? Hasta la mitad del reino te la voy a dar’, como dice la palabra en varias ocasiones. A hijos de Dios que se atrevieron a creerle al Señor.

Confía en tu Dios. Ahora mismo dile, ‘Padre ensancha’, di ‘ensancha mi campo mental. Ensancha el sitio de mi tienda. Yo ensancho el sitio de mi tienda. Concibo grandes sueños y tendré grandes expectativas para mi futuro y el futuro de los míos. Mi casa será bendecida y bendecirá a otros también. Y yo tendré mi victoria, alcanzaré mi sueño y llegaré a mi meta, por el poder de Cristo que habita en mi. Gracias a Dios. Dale gracias al Señor. Amen. Amen. Creemos en grandes cosas.’

Dios tiene grandes cosas para ti, hermanos. Ensancha el sitio de tu tienda. Expande tu capacidad para creerle a Dios. Cree, aumenta el nivel de tus visiones y vas a ver grandes cambios en tu vida. quizás no va a ser ahora, no mañana, pero tu vida va a ser bendecida y tu campo va a ser expandido grandemente. Cree, crea una visión y lánzate tras de ella hasta que Dios la entregue en tus mano.

Hay un coro hermoso que dice ‘todo es posible si puedes creer’. A veces decimos esas cosas pero no entendemos lo que estamos diciendo. Tu fe mueve la mano de Dios, dice ese coro. A través de la fe tu te conectas con las palancas del cielo y esas palancas mueven la realidad y traen las cosas hacia la realización de tus metas. Esas metas nobles, esas metas altas, esas metas que van a bendecir a tu comunidad, a tu familia, a tu vecindario. Dios quiere dártelas. Y El dice ‘Yo se los pensamientos que tengo acerca de ustedes. Pensamientos de bien y no de mal para darles el fin que ustedes desean’.

Vamos a declarar, todo es posible si yo puedo creer.