¿Cómo será esto?

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Hermanos les invito a ir a la palabra de nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio según San Lucas, vamos al Capítulo 1, uno de los relatos más famosos, más bellos de toda la historia del universo. Y vamos a comenzar, hay dos anunciamientos podríamos llamarlos en el Capítulo 1, de nacimientos imposibles. Los dos anunciados por un ángel del Señor, los dos prometiendo vida donde no se suponía que hubiera vida.

Vamos a comenzar con el versículo 11 del Capítulo 1 de San Lucas, dice allí:

“…Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso y se turbó Zacarías al verle y le sobrecogió temor, pero el ángel le dijo, Zacarías, no temás porque tu oración ha sido oída y tu mujer, Elizabeth, te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán de su nacimiento porque será grande delante de Dios. No beberá vino, ni sidra, será lleno del Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre, y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos, e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto….”

Ahora, aquí viene lo importante de este pasaje y es el punto alrededor del cual ha de girar el sermón y hay un punto similar en el próximo relato también. Miren cómo reacciona Zacarías a esta promesa abundante y hermosa de un ser sobrenatural que va a nacer de él y de su esposa.

“… Dijo Zacarías al ángel, ¿en qué conoceré esto porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada?...”

Pensó en el obstáculo, ¿ve? ¿Recuerdan lo que decíamos el domingo pasado? Este sermón, de paso, está muy vinculado con muchos de los principios que elaboramos el domingo pasado.

“…¿en qué conoceré esto porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada? Respondiendo el ángel le dijo, yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios y he sido enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas, y ahora quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaba de que él se demorase en el santuario, pero cuando salió no les podía hablar y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas y permaneció mudo y cumplido los días de su ministerio se fue a su casa…”

Primer relato. Una pregunta ante un anunciamiento de un evento milagroso que habría de tornar una vida estéril en una vida fructífera y abundante, ante lo complejo de esa promesa y esa operación hay duda, hay cuestionamiento, hay una pregunta. ¿En qué conoceré esto?

Entonces vamos ahora al segundo relato en, bueno, ustedes conocen la historia, el ángel, les voy a relatar una parte de ella, el ángel se le aparece a María, le dice, María no temas, hay hallado gracia delante de Dios, vas a dar a luz un hijo, su nombre será Jesús, será grande, hijo del Altísimo, reinará sobre la casa de Jacob para siempre. En el versículo 34 ante esa segunda promesa, recuerden María es virgen, no se ha casado todavía, está desposada con su prometido, José, no han tenido ningún tipo de relación física, no es posible que ella conciba, la biología dice una mujer concibe cuando hay un encuentro físico con su esposo, con un hombre, pero María no ha tenido ningún tipo de encuentro físico. Y entonces María le dijo al ángel, versículo 34:

“….¿Como será esto?.... – otra pregunta, la primera pregunta, ¿en qué conoceré esto? Y aquí María pregunta, ¿Cómo será esto? Por la magnitud de lo que se le anuncia se supone que ella conciba en condiciones imposibles y entonces ella pregunta, bueno, “….¿cómo será esto pues no conozco varón? Respondiendo el ángel le dijo, el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra por lo cual también el santo ser que nacerá será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elizabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril que nada hay imposible para Dios…”

Yo quiero que repita usted eso conmigo, porque nada, otra vez, porque nada hay imposible para Dios.

“….Entonces María dijo, he aquí la sierva del Señor hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia…..”

Bendiga el Señor su santa palabra. Gracias Señor, ayúdanos a creer, Padre, en lo que expresamos, Señor porque tu eres grande, tu eres poderoso y para ti no hay imposibles, Señor. Solo te pedimos que nos des la capacidad sobrenatural para creer que lo imposible contigo es posible. Ayúdanos a creer en cuentos de hadas, Señor. Ayúdanos a creer en mitos, ayúdanos a creer en cuentos de niños, Señor, ayúdanos a creer en cosas que solo los niños pueden creer. Ayúdanos a tener una imaginación, una sensibilidad de niños para que creer esta palabra, Padre, tan difícil de creer pero solo tu iluminando nuestro espíritu, Señor, puedes hacer esto posible. Gracias. Amen y amen.

Yo quiero titular mis sermón en esta mañana ¿Cómo será esto? Porque eso fue lo que el Señor puso en mi pensamiento esta semana mientras yo pensaba en algún texto para compartir con ustedes que fuera relacionado con el relato navideño. Y quería algo diferente a lo que uno siempre toca con respecto al tiempo navideño. Me vino ese pensamiento, la pregunta de María ¿Cómo será esto? me ha estado persiguiendo a mí durante toda mi vida prácticamente. Muchas veces a través de mi ministerio, y aún antes del ministerio cuando Dios ha puesto en mi espíritu una promesa de algo que él quiere hacer en mi vida o a través de mi vida, muchas veces la magnitud de lo que Dios me dice en mi espíritu es tan grande y tan diferente a las circunstancias que yo estoy viviendo y a mis capacidades que yo siempre pregunto ¿Cómo se va a dar eso? ¿Cómo será posible que esto se de?

Yo recuerdo cuando estaba haciendo mi doctorado en la universidad y habían pasado años y yo me había metido en el ministerio, en el pastorado y había perdido todo contacto con la universidad y con mi tesis doctoral y tenía una cantidad de cosas que todavía estaban sueltas y no había podido trabajar. Y habían pasado como tres años y yo no había pisado un salón universitario. Mi profesor de tesis se había ido a otra universidad. Yo no había tocado un libro de literatura en todo ese tiempo, me había desconectado emocional, mentalmente de mi doctorado y yo me preguntaba cómo voy yo a poder volver a rescatar esa inversión que yo había hecho, cómo será esto.

Y el Señor les puedo decir que cuando yo decidí una mañana que bien recuerdo todavía desesperado porque sabía que si pasaba un año más o unos días más sin yo emprender mi doctorado lo iba a perder, y yo desesperado cogí un bulto que yo usaba, recuerdo bien, sábado por la mañana metí tres lápices dentro de él, una hoja de notas como esa que está ahí en mi asiento y me fui desesperado a la biblioteca de Harvard y me metí en el basement donde yo tenía un cubículo pequeño, y dije, yo voy a comenzar a escribir y lo primero que yo escribo aunque sea garabato lo voy a escribir. Y esa fue la primera oración de mi tesis doctoral que completé 6 meses después. Y unos 8 meses después yo me estaba graduando de la universidad con mi doctorado en mano. Y Dios hizo milagros en ese tiempo.

Yo recuerdo, tenía un requisito de latín al nivel de maestría que tenía que cumplir y yo no podía tomar las clases así que tuve que coger un libro de latín, ponerme al día y tomar un examen dificilísimo que cuando lo tomé yo estaba seguro que lo había quemado, no lo había pasado. Y eran dos o tres nada más candidatos al doctorado que lo tomaron ese año, y cuando yo llegué unas semanas después a la oficina del profesor que Dante Della Tersa, lo recordaré toda mi vida, para que me diera las noticias, yo estaba seguro que me iba a decir, lo sentimos, Señor Miranda tiene que tomarlo otra vez. Y él con una sonrisa pícara me dijo, lo pasaste. Y yo todavía creo que Dios puso gracia en el corazón de ese hombre para que me pasara porque dijo, esto no es esencial y él ha trabajado y ya que el pobre, vamos a librarlo de su agonía y vamos a sacarlo. Yo creo que Dios me dio gracia ante esa persona.

Y yo recuerdo sueños que yo tenía, esos sueños obsesivos, compulsivos, donde yo llegaba el día de la graduación y alguien decía, hay un requisito que tu no hiciste, y yo ni me recordaba eso y ese sueño lo tuve varias veces, porque uno siempre se pregunta cómo será esto. Yo estaba terminando este doctorado, no tenía ni siquiera un consejero de tesis, hice mi tesis creyendo que Dios iba a hacer algo y se la presenté completa, no seguí el proceso y Dios se glorificó y me dio mi doctorado que yo tanto lamenté que si lo perdía iba a ser una gran pérdida en mi vida. Y yo creo que el temor simplemente de yo pasar por esa universidad y saber que había mancado, había perdido esa oportunidad no lo hubiera soportado. Y Dios en su misericordia, cada vez que yo paso por la universidad de Harvard y camino por ese campus y paso sobretodo donde está el edificio de mi facultad yo le digo, gracias Señor porque fuiste fiel y tuviste misericordia de mí y me bendijiste.

Hermanos, cuando Dios promete algo a veces parece tan difícil y a veces imposible, que si uno se pone a pensar, cómo será esto, uno se congela de miedo y no va hacia adelante. Y precisamente esto es lo que yo veo en estos dos, un hombre viejo con una esposa anciana, nunca han dado a luz, ella es estéril y se le aparece un ser milagroso un día que él está haciendo su rol de sacerdote en el santuario y le dice, tu mujer va a tener un hijo y tu vas a tener un hijo con tu esposa. Y él, qué, está loco si ella es estéril. Yo soy viejo, ella también y cómo va a ser eso.

Aquí está una cosa, que cuando Dios te dice algo así que va a suceder en tu vida milagroso, tu tienes que preguntarte cómo vas a reaccionar. Pero déjenme ir un poquito hacia atrás ahora. Qué tiene esto que ver con el relato navideño? Evidentemente es un relato concerniente al nacimiento, a navidad, a la encarnación y navidad nos habla, hermanos, de un Dios presente, un Dios activo que desciende entre los hombres, interactúa con ellos, se interesa en si situación y obra milagros entre ellos. Esa es la esencia del relato navideño. Un Dios activo, presente, milagroso, que obra prodigios en la humanidad. Navidad, hermanos, es sinónimo de milagros. Imagínese, reyes magos viniendo desde lejos guiados por una estrella, milagro. Pastores que ven y escuchan ángeles y que son guiados a un pesebre donde reposa el Hijo de Dios en forma de frágil bebé. Milagro. Dos mujeres que no pueden, ni deben concebir son fecundadas milagrosamente por el poder de Dios. Navidad nos recuerda que los milagros nos pueden suceder en la persona de María y de Elizabeth y de Zacarías y de José, nos pueden suceder a nosotros, a cualquier de nosotros, porque esos son seres comunes y corrientes a quienes les sucede algo absolutamente extraordinario y sin precedentes. Y por lo tanto, por extensión, esos milagros nos pueden suceder a cualquiera de nosotros como a María, esa humilde doncella de una aldea minúscula, en un país insignificante como es Israel.

Hermanos, cuando Dios quiere hacer un milagro en nuestra vida, generalmente hay un anuncio, generalmente hay un anuncio, como vemos aquí en estos dos relatos, hay un anuncio de milagro. El anuncio no se da generalmente por medio de un ángel como en este caso, en la mayoría de los casos se da por medio de una vocecita, un impulso, una inquietud, una cosquilla que nace y casi imperceptiblemente en el interior de nuestro ser y que comienza a crecer como el bebé creció en el vientre de María y de Elizabeth. Se da un destello de vida, una concepción, una impregnación del Espíritu Santo y uno sabe como la mujer sabe que algo ha cambiado dentro de nuestro ser. Hay un anuncio, hay un presagio de algo mágico que se ha gestado dentro de nosotros.

Y cuando viene ese anuncio a nuestra vida, porque muchas veces Dios te va a decir algo a ti, te va a decir en alguna manera, yo quiero fecundar tu vida, yo quiero ponerte a dar a luz, yo quiero preñarte con algo, puede ser, el deseo de ir a la universidad después de años de no haber estudiado; puede ser un ama de casa decidir yo quiero aprender inglés o quiero emprender mi profesión que dejé cuando me casé y tuve hijos; puede ser una persona que dice, ¿saben qué? yo estoy cansado de oír a la gente hablando alrededor mío y no entender lo que me están diciendo, así que voy a ponerme a aprender inglés y voy a ir al centro de recursos académicos, me voy a anotar y voy a comenzar a tomar clases de inglés aunque yo creo que no sirvo para aprender ningún idioma y ese deseo nace dentro de ti un día, puedes estar mirando por la ventana, escuchando una pieza de radio, cambiando al bebé o lavando platos y ahí te nace ese impulso. Un pensamiento que cruza fugazmente por tu sensibilidad. Es un anuncio, es una declaración de la intensión de Dios en tu vida.

Y cuando hay un anuncio en tu vida tu tienes que preguntarte cómo vas a reaccionar ante ese anuncio. El anuncio viene y nos toca reconocerlo o no reconocerlo, obedecerlo o no, ignorarlo o no, dejar que transforme nuestra vida o seguir con nuestra situación normal de esterilidad y de normalidad, cómoda pero sin vida. Como María pudo haberle dicho al ángel, no thank you. Gracias, pero yo no me he casado todavía. En esta aldea hay una cantidad de gente bochinchera y cuando yo les diga que el Espíritu Santo, me van a decir, oh, sí claro que sí. Y voy a estar en vergüenza con todo el mundo y no thank you. Dile al Señor, que mira, allí al lado vive Juanita y yo creo que ella es lo suficientemente loca como para creer eso, así que ve allá mejor. Pero María decidió reaccionar a ese milagro.

Dios quiere llegar a nuestra vida, hermanos, Dios quiere llegar a tu vida, a la mía y tornaa nuestra esterilidad en abundancia, nuestra carencia en fruto. Hermanos, esa es la esencia del mensaje navideño: una humanidad sumida en pecado, oprimida por la bota del diablo, sin relación con Dios porque no tiene un intermediario, condenada a la misma cosa que han sufrido durante milenios, sin esperanza, dando vueltas alrededor de la nada, sin salida, condenada al fracaso e irrumpe una luz y un anuncio de que esa humanidad frustrada puede dar a luz, puede cambiar su destino, puede dejar de ser estéril y comenzar a dar fruto para Dios. Esa es la esencia de la navidad: Esterilidad convertida en fruto. Dos mujeres estériles dando a luz.

Dios, hermanos, quiere redimir nuestra condición limitada y ponernos a dar fruto. Dios quiere que vivamos vidas ricas y abundantes. Cuando el Espíritu Santo llega a tu vida, quizás tu estás lleno de pecado, ataduras, pobreza, fracaso, tu familia nunca ha dado a luz, no hay esperanzas que sugieran que algo puede suceder en tu vida, y Dios viene y te dice, ¿sabes qué? Yo quiero cambiar tu esterilidad en fruto. Yo quiero que te regocijes porque de aquí en adelante con Cristo tu ahora vas a ser algo completamente diferente. Antes era un ser anónimo, deprimido, sin posibilidades y ahora cuando mi Hijo entre dentro de ti te va a preñar y el Espíritu Santo te va a fecundar y tu esterilidad va a ser convertida en fruto. Esa es la dinámica esencial de la navidad.

Yo yo veo eso continuamente en la vida de nuestra gente. Durante años que hemos estado aquí en esta congregación yo he visto gente como Wilson y su ……, perdone que lo ponga en aprietos aquí, estos dos jóvenes están aquí, los conocemos hace muchos años y ustedes conocen a estos jóvenes, podrían estar por allí ahora mismo vidas destruidas, vidas como tantos jóvenes latinos desgraciadamente viviendo en un callejón sin salida, sin dar fruto. El destino de ellos era un destino de fracaso probablemente y sin embargo Dios los ha bendecido. Cuando yo veo a nuestros hermanos aquí casados con su hijita, ya otra por venir en el camino, y cada uno con sus estudios y trabajando como consejeros y bendiciendo vidas y bendiciendo su iglesia, con los niños, con los diáconos. Guau, yo digo, esos dos representan vidas que Dios ha fecundado, milagros que Dios ha hecho. Dios ha tornado el desierto en jardín florido y yo puedo señalar a muchos.

Pienso en Ana Andujar que quizás no me está oyendo, estaba aquí arriba. Ana llega a nuestra iglesia hace años atrás, triste, amargada, frustrada, un pasado infantil triste, y trágico hasta cierto punto, y Cristo entra a su vida y su temperamento cambia, su mirada hacia la vida cambia, Dios endulza su relación con su familia que fue una relación tortuosa y conflictiva y difícil. Está estudiando, tiene su buen trabajo, ha aprendido inglés, está embellecida y Dios está bendiciendo la vida de ella. Y cada vez que yo la veo, veo un milagro, Dios fecundando lo estéril.

Margarita Brito que no está aquí. Margarita, endemoniada, literalmente cuando la conocemos. Un pasado oscuro y con muchos problemas. Dios la liberta el día de Halloween de sus ataduras demoníacas, la primera parte porque después la segunda parte se dio en el basement de la iglesia allá en Cambridge, todavía lo recuerdo. Y esta joven que no ha estudiado, tronchó sus estudios, después entra otra vez a la universidad y con un inglés deficiente termina su primer título y consigue su maestría también y está trabajando para el departamento de escuelas y para un centro de recursos sociales aquí en Boston. Y yo la veo, y la veo casada, sus hijos yendo hacia adelante, con su casa, su esposo que la ama, y digo, he ahí una María que Dios fecundó. Cuando Cristo entra hizo un anuncio, yo no quiero que tu vivas una vida de ocultismo y de fracaso como tantas dominicanas, yo quiero que tu seas feliz, que tu des fruto, que tu seas bendecida, quiero borrar tu pasado, quiero fecundarte, quiero dar vida a través de ti, mi espíritu se va a posar sobre ti y lo que nazca de ti va a ser algo santo, algo maravilloso.

Y yo quiero decirte a ti, y a ti, y a ti, que Dios puede hacer lo mismo en tu vida, que Dios quiere fecundarte. Dios ha dado un anuncio en tu vida de que él no quiere que tu vivas una vida de anonimato y de normalidad y de mediocridad. A mí no me importa quién tu seas, mientras más difícil y menos prometedora sea tu vida, más yo me atrevo a decirte que Dios quiere cambiar esa situación y que ya Dios ha puesto un anuncio, un ángel ha venido a ti sin que tu lo identificaras como tal y te ha dicho, yo quiero fecundarte, y yo no quiero que tu vivas una vida anónima, te quiero sacar del anonimato y quiero infundir mi poder dentro de ti.

Esta gente que yo acaba de señalarle le han creído a Dios y Dios los ha puesto a dar fruto y todavía lo mejor está por delante. El mensaje de la navidad es el mensaje de la encarnación que Cristo ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia. Nos ha puesto, como dice Juan 15:16 para que llevemos fruto y para que nuestro fruto permanezca.

En la vida de cada creyente, en el vientre de cada creyente, la matriz de cada creyente, y usted tiene una matriz y es un hijo de Dios, fructífera, hay un anuncio de vida allí, hay una vida de Dios que está por salir, quiere salir y todo depende de cómo reaccionamos a ese anuncio. Cada creyente en Cristo Jesús existe para vivir una vida rica, productiva, creciente, creativa, bendecida. Ese es el destino que Dios tiene para ti. Para eso has sido llamado, para eso has sido creado, como María y Elizabeth fueron creadas para una sola cosa: para dar a luz la vida de Dios y enriquecer el mundo por el resto de la historia porque caminaron sobre la tierra.

Cuando Cristo viene a nuestra vida nos dice, tu vas a dar fruto, vas a dar a luz la vida de Dios. Y hermanos, se supone que nuestra vida sea una vida de milagros y como en el relato navideño todo depende de cómo reaccionamos a esa promesa de que han de acontecer milagros con relación a nosotros.

Yo quiero que tu en tu mente comiences a cultivar una perspectiva de abundancia, como yo decía el domingo pasado, una perspectiva de que Dios me ha llamado a algo bello, a algo diferente, algo creativo, algo inmenso. Van a venir dificultades, como en el caso de Josué y Caleb. Claro que sí, hay gigantes que hay que pelear con ellos, hay tiempos de desierto. Claro que sí. Hay tiempos de guerra, batalla, imposibilidades que hay que confrontar. Hay que tomar la espada y hay que batallar pero el destino de Dios para ti es que tu entres a la tierra prometida y comas de la tierra que fluye leche y miel y que bebas de pozos que tu no cavaste y que vivas en casas que tu no edificaste. Eso es lo que Dios quiere.

Ahora, hay un terreno en el medio de lucha y de complejidad. Pero que novela hermosa no lo tiene, que historia de aventura no tiene un villano que vencer y dos o tres indios por allí con lanzas que te quieren comer. Pero eso es lo que hace hermoso el relato y es necesario para que el relato sea un relato noble y de aventura.

Ahora, es interesante que tanto María como Zacarías reaccionan extrañados cuando el ángel les dice que van a tener un hijo. Y las promesas y los milagros de Dios, como yo he dicho, siempre causan extrañeza en nosotros, siempre surge la pregunta, cómo será esto. Esa ama de casa que yo decía que de momento un día mientras lava los platos siente que quizás sería bueno que yo aprendiera a hablar inglés, la pregunta, bueno, cómo lo voy a hacer? Y entre ese momento de quiero aprender inglés, que es la visión, a cómo lo voy a hacer, hay una trayectoria. Entonces, hay que comenzar a caminar ese camino. Si ella, cuando dice, quiero aprender inglés, dice, hmm, que va, yo no puedo, no debo, no tengo tiempo, a dónde voy a ir, se van a reír de mí, estoy demasiado ocupada en la casa, los muchachos quién los va a atender mientras yo voy. Ya, si comenzó a pensar en todo eso, perdió la batalla antes de comenzar, murió en la película, al comienzo mismo. No hay película, es más, su héroe, la heroína murió. El anuncio, vino un anuncio pero cómo voy a hacerlo, cómo será esto. El momento del anuncio es el más peligroso de todos. Cómo reaccionamos ante el anuncio determinará lo que siga en la película.

Ahora, miren estos dos seres: María y Zacarías. María hace una pregunta técnica, esto es importante. Ella hace una pregunta técnica, una pregunta neutral y hasta cierto punto legítima y recibe una explicación que satisface su curiosidad. Bueno, cómo será esto. Bueno, el espíritu del Señor reposará sobre ti y te va a fecundar con su vida y el ser que nazca va a ser Hijo de Dios, así que no te preocupes, esa es la manera. María, porque mucha gente se ha preguntado, bueno, por qué María hizo una pregunta y Zacarías hizo una pregunta y al pobre Zacarías le tocó la java, como dicen, le pegaron a él con el mazo y a María la dejaron libre. Yo creo que hay una diferencia entre las dos preguntas y eso es muy importante también.

Cómo uno le pregunta al Señor, si le pregunta con incredulidad o si le pregunta como buscando un poquito más de respuesta, de elaboración, dame una idea de cómo hacerlo, dame la estrategia, dame cuál es el plan que tu tienes. Eso es lo que tu tienes que hacer, cuando viene a tu vida un deseo de hacer algo grande, diferente, imposible, difícil, complicado, pregúntale al Señor, ok, Padre, cuál es la estrategia que vamos a seguir? Siéntate y desarrolla el plan. Pídele al Señor iluminación. Pídele al Señor sabiduría, claridad, eso no está malo. Hay que espiar la tierra. Espiar la tierra no tiene nada de malo. Lo importante es que cuando la espías no vuelvas con incredulidad como los diez hicieron.

Ahora, Zacarías sí pregunta con incredulidad y por eso el relato dice que el ángel le dijo, como tu no creíste, ahí está la cosa. El ángel tenía un entrenamiento psicológico bien fuerte. Tomó unas clases de psicología allá en el cielo, son mejores que las de aquí abajo. Y él entendió que la pregunta de Zacarías era una pregunta incrédula. Ah, pero que va, como va a ser eso si yo soy viejo, ella también. Hubo un discernimiento diferente. La pregunta de María es una pregunta técnica, neutral, bueno, cómo será esto. La pregunta de Zacarías es, cómo será, cómo voy yo a saber que eso es verdad y quién eres tu, dónde están tus credenciales de ángel. Enséñame tu posición angelical o si eres ángel o si me están jugando un chiste malo estos sacerdotes compañeros míos. Zacarías pregunta con incredulidad, a pesar de que conoce las Escrituras y pide una señal. Y la señal que le dan es una señal de que va a quedar mudo y humillado hasta que compruebe la fidelidad de Dios.

Zacarías que era un sacerdote, otra cosa, al que mucho se le da mucho se le demanda. María es una mujer sencilla, es una doncellita, no ha estudiado la Biblia, probablemente no sabe ni leer ni escribir. No conoce los relatos bíblicos excepto así, de paso. Zacarías es un hombre educado, un sacerdote, debiera, he should know better. Él debiera saber que allá atrás hay un relato de otra vieja que concibió, se llamaba Sara, que interesantemente le pasó algo parecido. Porque a Dios le encanta fecundar a la gente que no puede dar a luz, ¿sabe? Ese es uno de los relatos grandes de la Escritura, uno de los constantes, los paradigmas grandes de la Escritura. Dios le encanta fecundar a gente que no puede dar a luz, por eso él siempre escoge las personas más claramente marcadas como imposibles de dar a luz. Y cuando Dios quería que otro profeta suyo bien poderoso, Abraham, fuera una señal para toda la humanidad de su hijo, de paso, porque la vida de Abraham sigue ciertos paralelos con la vida de Jesucristo y Dios, se le aparece y le dice, tu y tu mujer van a tener un hijo.

Y miren que interesante este otro relato en Génesis, cientos de años atrás, donde vienen dos ángeles a la casa de Abraham y le dijeron, dónde está Sara, tu mujer? Y él respondió, aquí en la tienda. Entonces uno de los ángeles le dijo, de cierto volveré a ti. Este es el ángel del Señor, y según el tiempo de la vida, es decir, los 9 meses que una mujer tiene para dar a luz, he aquí que Sara, tu mujer, tendrá un hijo. Y miren que interesante esto, y Sara escuchaba a la puerta de la tienda que estaba detrás de él y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada, y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres, y qué hizo Sara? Se rió pues Sara entre sí diciendo, después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo, ja, ja, ja. Entonces Jehová dijo a Abraham, ¿por qué se ha reído Sara? Diciendo será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja. ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti según el tiempo de la vida Sara tendrá un hijo y Sara se asustó porque el ángel se molestó de su incredulidad. Y Sara negó diciendo, no me reí porque tuve miedo, y él dijo, no es así sino que te has reído.

En otras palabras, el Señor no le gusta que le digamos, no, no me vengan con esa, tu sí te reíste y ten cuidado la próxima vez. Y estas son, veo el tiempo, que rápido se ha ido el tiempo, pero amen. Yo voy a cortar porque quiero ser prudente. Ya he sido imprudente, ni siquiera me he dado cuenta de la hora que es. Pero we’ve had a good time, lo hemos pasado bien, ¿verdad que sí?

Pero hermanos, se me quedó el sermón a mitad pero quizás lo voy a continuar el domingo que viene. Pero mire, váyase hoy de aquí con esa cosa, bien importante que Dios quiere fecundarte primeramente. Dios quiere que tu vida sea una vida de poder y de fruto, de abundancia, de riqueza, de creatividad. No te conformes con esos relatos y esos esquemas de infertilidad y de anonimato y de mediocridad. Renuncia a eso, renueva tu mente. Llénate, imprégnate con los paradigmas de la Escritura. Cree que el Señor tiene algo para tu vida y cuando tu sientas que Dios te llama a hacer algo o que algo suceda grande en tu vida, no te pongas a pensar cómo será esto, imposible. No, si le haces una pregunta al Señor, pregunta más bien, ok, Señor ahora dame el plan, cómo va a ser esto. No albergues la duda porque el milagro sea tan grande, tan imposible que parezca que eso es tu imaginación. Créele al Señor. Espera cosas grandes en tu vida. Vive tu vida con la expectativa de que Dios va a hacer algo grande y vive a la luz de esa visión. Atrévete a dar pasos de fe, lánzate en el nombre del Señor. Cree que Dios te ha llamado a hacer proezas y renuncia a la idea de que tu has sido llamado simplemente a vivir una vida normal, común y corriente. Tu no eres normal, tu eres un hijo de Dios. La vida de Dios vive dentro de ti. Ese es el anuncio, lo que hace posible eso es la navidad, la encarnación, la venida de Jesús que nació bajo un signo de milagro rotundo, de la nada a la vida.

Y eso es el milagro reducido a su estructura más básica de todas, de cero a infinitud. Ahí está lo esencial de un milagro y eso es para ti y para mí y es para esta iglesia. Al Señor le encanta hacer con cosas pequeñitas cosas estrepitosamente grandes. Que el Señor te bendiga.

Ponte de pie. Y cree que la navidad es todos los días para el que cree. La navidad no fue algo que sucedió hace dos mil años, la navidad es hoy para ti y para mí. Padre, imprégnanos con tu vida y ayúdanos a ser hombres y mujeres que no pongan trabas a tus intensiones de fecundarnos y bendecirnos. Ayúdanos a ser como María, abrir nuestra matriz para que tu hagas lo que tu tienes que hacer en ella, tu operación, tu extraña operación, Señor.

Yo bendigo a mis hermanas y mis hermanos, los fecundo con la bendición de tu espíritu en esta mañana. Declaro sobre ellos milagros, milagros, milagros. Sácalos de aquí con tu bendición. Señor, sella esta palabra en nuestros espíritus y comienza conmigo.

Father, bless us with the absolute certainty that you are the same yesterday and forever and that you want to do miracles of fertility and blessing and creativity in our lives, that you have incredible things ahead for each of us. You want to impregnate us with your glory, your life and let us be like Mary, like Elizabeth, men and women whose womb is ever ready for you to come in and bring the life of Christ in us and through us. We thank you this morning, Father. Lead us now in safety and joy into our normal lives, to live lives that are not normal. We bless you, we glorify you.

Gracias por lo que has hecho posible en este día, Señor en el nombre de Jesús y el pueblo de Dios dice, amen. Están bendecidos.