Que hace el Espíritu Santo (parte 1)?

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En Filipenses capítulo 1, versículo 9 dice la palabra del Señor: “…el Apóstol Pablo llama a los creyentes de la iglesia de Filipos y dice: “…Y pido en oración que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento…”. Mire eso, el Apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo pide que el amor de los hermanos en la iglesia de Filipos, la ciudad de Filipos, que abunde y crezca más y más en ciencia y en todo conocimiento.

Y es importante que nosotros entendamos que el amor que caracteriza a los cristianos, los valores nobles que caracterizan a los creyentes tienen que estar matizados y fortalecidos, robustecidos con conocimiento.

La palabra ciencia habla acerca de eso, de conocimiento, entendimiento, sabiduría teológica de la palabra de Dios y lo que aquí se traduce en español “a todo conocimiento”, en el griego original se refiere a discernimiento. La capacidad para ir al fondo de las cosas y discernir la verdadera naturaleza de las cosas en el espíritu, esa es la palabra que se usa en el griego original.

Y dice el Apóstol Pablo que… ¿para que eso? ¿Para qué conocimiento? ¿Para qué ciencia?. Dice, “....para que aprobéis lo mejor....”, para que aprobéis lo mejor y la palabra aprobar en el griego original también se refiere a examinar algo y determinar su calidad, si es bueno o no. Se refería por ejemplo para cuando un médico en los tiempos antiguos era examinado para ver si verdaderamente conocía lo que tenía que conocer o también se refería a probar los metales para asegurarse de que eran genuinos.

Entonces, para que aprobéis, ¿por qué? porque tenemos que examinar las cosas. Vivimos en tiempos donde hay mucha falsa doctrina, en la televisión, en los libros que se escriben, en las iglesias también desgraciadamente. Hay mucha gente que está confundida acerca de la palabra de Dios. Además hay muchos falsos maestros en el mundo hoy en día, características de los últimos tiempos. ¿Cuántos saben que el Señor predijo que así sería? y dice que en los últimos días se amontonarían maestros, que le darían a la gente lo que ellos querían escuchar y la gente no tendría paciencia con la sana doctrina. Y entonces es importante que nosotros los hijos de Dios, tengamos conocimiento de la palabra para que podamos aprobar lo que es excelente.

En su vida usted va a tener oportunidad de hacer muchas decisiones grandes y será mejor que usted tenga concomiendo de la palabra de Dios para poder hacer decisiones claras. Yo les animo a participar en esos discipulados, les animo a tomar clases de Biblia, porque todo eso es parte de un fundamento sólido para la vida cristiana. ¿Cuántos dicen amén? ¿Están despiertos? ¿Están aquí? gloria a Dios, amén, eso me da ánimos para seguir adelante.

Juan, capítulo 14, no crean que se me olvidó, estoy ahí todavía… Yo quiero hablarles acerca de la doctrina les dije del Espíritu Santo. Ahora, ¿por qué hoy yo les voy a hablar de la doctrina del Espíritu Santo?, porque quiero sugerirles algo, y es que en estos últimos domingos yo he estado hablando acerca de las obras, la salvación por fe y por gracia, cómo las obras del cristiano se relacionan con su salvación por gracia, el balance que tiene que haber entre el comportamiento por una parte en la vida y por otra parte la gracia de Dios, que no somos salvos por lo que hagamos nosotros sino por la gracia de Dios que nos asigna salvación por medio de la obra de Cristo Jesús en la cruz, pero Dios espera que también vivamos la vida que sea agradable al Señor.

Entonces yo quiero mostrar que la única manera que nosotros podemos vivir esa vida agradable que Dios espera, la única manera que podemos dar frutos de justicia como dice la Biblia y que podemos agradar al Señor con nuestras obras es por medio del Espíritu Santo en nuestra vida.

Si no tenemos el Espíritu Santo hermanos, estamos fritos, no vamos a ir a ningún lado, no vamos a poder agradar al Señor. No vamos a poder vivir una vida que sea aprobada por el Señor. Necesitamos la unción y la operación del Espíritu Santo en nuestra vida. ¿Cuántos dicen amen a eso? gloria al Señor.

Entonces miren lo que dice el Señor Jesucristo, capítulo 14 de Juan, versículo 15 específicamente, el Señor dice: “…Si me amáis, guardad ¿qué? mis mandamientos”, miren lo que está diciendo allí ¿no?. Hay gente que dice: “bueno, yo amo al Señor y él me ama a mí” pero viven como unos diablitos, porque creen que ya eso es todo, bueno el Señor me ama, me perdonó, me salvó, me libertó, amen, pues yo ahora puedo vivir como me da la gana. Eso es un error diabólico.

El Señor dice: “el que me ama, guardará mis mandamientos”. Ahora, ¿cómo vamos a guardar los mandamientos del Señor? ¿Cómo vamos a vivir en una manera que sea agradable al Señor? porque es difícil, es duro vivir como Dios quiere que vivamos ¿verdad que si? No es fácil, es una lucha continua contra la carne, contra los instintos, contra el mundo, contra el diablo, contra los sistemas de este mundo que militan contra una vida que agrade al Señor.

Y continuamente estamos en esa lucha que el Apóstol Pablo describe ¿no?, de que queremos hacer algo y encontramos que hay otra ley dentro de nosotros que se revela contra la ley del espíritu. Queremos agradar al Señor y de momento sale algo y decimos: ¿de dónde salió eso? ¿Por qué hay en nosotros una lucha de poderes en nosotros?

Entonces, ¿cómo vamos a ganar esa pelea? Mire lo que dice aquí: “…y yo rogaré al Padre y os dará otro consolador para que esté con vosotros para siempre…”, en otras palabras, la manera que tu y yo vamos a ganar la batalla de la mente, la batalla del cuerpo, la batalla de las emociones, la batalla contra los poderes del Diablo que quieren hacernos tropezar es por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotros, es la única manera.

Por eso el Señor dice: “Yo voy a rogarle al Padre” ¿sabes? Cristo es nuestro intercesor, él está sentado a la diestra del Padre orando por nosotros para que ganemos la victoria, “…yo rogaré al Padre y os dará otro consolador.....” la palabra consolador aquí en el español, en el griego original es paracletos. Paracletos era una figura del mundo greco romano, era una persona que se encargaba entre otras cosas, de animar a los corredores en las carreras atléticas de aquellos tiempos. El consolador, el paracletos era ese individuo que animaba, que les decía a los corredores, sigan adelante o que les decía también a los competidores en las carreras de remo que no se cansen, sigan hasta el final, persistan en llegar a la meta. También se piensa que el paracleto era posiblemente un abogado que se paraba al lado del acusado, de la persona que estaba defendiendo su causa y lo defendía y le proveía argumentos para ganar su causa legal.

La idea del consolador es eso, uno que anima, uno que conforta, uno que ayuda a llegar a la meta, uno que defiende y aconseja y eso es lo que se traduce en mi opinión inadecuadamente con la palabra consolador, el paracletos, el que se para al lado de nosotros para ayudarnos en la carrera de la fe.

Y por eso el Señor Jesucristo dice: “…Yo le voy a rogar al Padre que les envíe un ayudador…”. A mi me gusta mejor la palabra ayudador para referirse al Espíritu Santo, es el que nos ayuda en la carrera de la fe, ¿cómo vas tu a llegar a la meta en tu vida? Es a través de la fortaleza y el consejo que te da el Espíritu Santo. Digan amén.

Dice: Les voy a dar un consolador para que esté con vosotros ¿solamente que los fines de semana el domingo cuando estén en la iglesia? no, “..... para siempre...”, es decir, hasta que Cristo venga, aleluya! Que esté con usted en todo momento de la vida cristiana, hermano. El Espíritu Santo nunca se va a cansar, el Espíritu Santo nunca va a decir: “bueno, ya yo hice lo que tengo que hacer, me voy para el cielo hasta que venga el Hijo”. No, el Espíritu Santo va a estar con la iglesia hasta que Cristo venga y estará contigo hasta que tú llegues a la meta.

El Señor Jesús dijo: “yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, el Señor te ha asignado un consolador. Todo creyente tiene la presencia del Espíritu Santo, una vez que entra Jesucristo, entra el Espíritu Santo a la vida de uno. Digan conmigo: “Yo soy un creyente y por tanto tengo al Espíritu Santo”.

Ahora muchas veces los que pasa es que tenemos el Espíritu Santo pero no lo estamos activando como es debido, no estamos valiéndonos de los recursos que él ha puesto en nosotros como es debido, por ejemplo podemos decir mire: una viejita que compra una BMW con 800 caballos de fuerza y solamente lo usa para ir a la iglesia los domingos a 20 millas por hora, que desperdicio caramba, eh. Ahora si va a correr que corra en un lugar donde no rompa las leyes evidentemente pero ese carro está lleno de poder y está diciendo: Caramba! Empuja aunque sea un poquito ese acelerador para que yo mostrar lo que tengo ¿no?.

Y así pasa, nosotros tenemos el espíritu Santo en nosotros, desgraciadamente hay muchos creyentes que solamente lo usan a 10 millas por hora y el Espíritu Santo está allí rugiendo, deseando que usted le apriete todo el acelerador para correr a cientos de millas por hora.

Y es lo que pasa muchas veces, hay creyentes que no han activado toda esa reserva de poder que tiene el espíritu y por lo tanto usted los ve cansados, abatidos, cargados, dudosos, derrotados, confundidos, siempre pensando que el mundo las tiene contra ellos, que nadie les ama, que Dios les olvidó. ¿Por qué? porque no están usando el poder del Espíritu Santo que está dentro de ellos, no lo han activado, no lo han removido de esas aguas, eso es lo que yo creo a lo que se refiere la Biblia con esto del bautismo, del Espíritu Santo.

Esa segunda experiencia de la cual habla la palabra que nos sugiere que no es suficiente simplemente tener el Espíritu Santo allí en potencial, sino que se requiere que vengan y le prendan el switch, y que la luz se prenda y que entonces haga lo que tiene que hacer, que muchas veces ¿sabes? tenemos luz pero nunca le prendemos el switch para que la luz dé la potencia que tiene.

Y es importante, y una de las cosas que yo quiero analizar con ustedes es eso, la importancia de usar el poder del Espíritu Santo, porque muchos de ustedes nuevos creyentes, o quizás vienen de una iglesia donde no se hablaba mucho a cerca del Espíritu Santo, yo quiero decirles hermanos, que hay una experiencia importante en la Biblia y los grandes hombres y mujeres de Dios a través de los siglos han dado testimonio de que es importante ir a una segunda dimensión de poder, para poder entonces vivir la vida cristiana como Dios quiere que la vivamos, para poder dar esos frutos de justicia, para poder comportarnos como Dios quiere que nos comportemos, para poder crecer, para poder entrar más de lleno en la experiencia de la santificación y del servicio al Señor como es debido.

Miren la experiencia que tuvieron un grupo de hombres que se registra en el libro de los Hechos en el capítulo 19, el Apóstol Pablo llega a la ciudad de Éfeso y allí se encuentra con un grupo de hombres. Miren lo que dice aquí, Hechos 19 dice que: “…vino a Éfeso el Apóstol Pablo y hallando a ciertos discípulos les dijo: “¿recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?”Mire eso, él le pregunta ¿recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? Ahí hay mucha tela que cortar porque fíjese, hay mucha gente, hay muchas iglesias donde no se predica esta doctrina del Espíritu Santo.

La gente… ellos creen, si usted les pregunta: ¿Ustedes creen en el Espíritu Santo? Si, creemos en ello, etc. Pero…

Hay mucha gente ignorante hoy en día, en la iglesia en Estados Unidos, a miles y miles de iglesias donde todo es simplemente mucha enseñanza, mucho programa, muchas actividades, pero a la gente no se le ha enseñado que necesitan un encuentro personal con el Espíritu Santo.

Y por eso muchas veces ese pueblo está desprovisto de poder, está desprovisto de unción. No tienen la capacidad para confrontar el mundo. ¿Por qué hay tanta cultura hoy en día que se ha separado más y más? ¿Por qué la iglesia está perdiendo tanto terreno en el mundo? yo creo que porque le falta a la iglesia la unción del Espíritu Santo.

Ahora, verdadera unción porque yo creo que hay mucha gente que se llama pentecostal que les digo con todo respeto, yo creo que han perdido la visión de lo que es una verdadera experiencia con el Espíritu Santo, porque esto no es solamente nombre y palabra, es hecho, es una intimidad, es una iluminación de parte de Dios, verdaderamente acerca de la presencia y lo que es la acción verdadera del Espíritu Santo.

Ahora yo les digo, una iglesia donde hay la verdadera llenura del Espíritu Santo, eso es como un tanque de guerra, arrolla con todo lo que se ponga a su paso y conquista y bendice y es usada para transformar vidas y vienen vidas al conocimiento de Jesucristo y el gozo del Señor es patente en ese tipo de congregación.

Ahora el Apóstol Pablo les pregunta, ¿recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron?, yo me pregunto, caramba si es como dicen por allí que una vez que tu recibes, crees en Jesucristo ya tienes todo el bagaje, todo lo que se necesita, la maleta está llena, porque le pregunta él, ¿Recibieron ustedes cuando creyeron? No se les había enseñado, miren como les responden ellos al Apóstol Pablo:

“.... y ellos le dijeron: ‘ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo......”

Guau, estos son los comienzos mismos del cristianismo recuerde esto. Apenas está comenzando el cristianismo a moverse. Y había mucha enseñanza doctrinal que todavía la iglesia no había desarrollado toda su doctrina, entonces había gente que había recibido la doctrina de Jesucristo como el salvador, el Mesías, pero no se le había enseñado acerca del rol de la tercera persona de la Trinidad que es el Espíritu Santo. Entonces estos hombres tenían buenas intensiones, buena fe, querían servir a Dios, pero estaban muertos y secos porque no se les había enseñado acerca del Espíritu Santo.

Entonces Pablo les dijo: “¿En qué pues, fuisteis bautizados? Y ellos dijeron: bueno, en el bautismo de Juan, se habían bautizado en el agua. Pero recuerdan que Juan les dijo, yo les bautizo con agua pero viene uno que bautizará ¿con qué? Con fuego y con el Espíritu Santo, ¿quién era ese?, Jesucristo.

Pablo… Juan el bautista sólo tenía el bautismo en agua, todavía no había descendido el fuego del Espíritu Santo, todavía no había venido Pentecostés y todavía el Mesías no había entrado en acción plena cuando Juan el bautista estaba predicando. Entonces él les dice: “bueno, fuimos bautizados en agua, creímos en Jesucristo pero fuimos bautizados solamente con el bautismo de Juan” entonces dijo Pablo: “Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento diciendo al pueblo que creyesen en aquél que vendría después de él”. Esto es el Jesús, el Cristo.

“....Entonces, cuando oyeron esto, fueron bautizados ¿en qué? en el nombre del Señor Jesús y habiéndoles impuesto Pablo las manos vino sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban en lenguas y profetizaban...”

¿Ve usted lo importante que es que la iglesia de Jesucristo sea instruida y alertada acerca del ministerio y la obra del Espíritu Santo? ¿Estás tu seguro?, quiero preguntarte, qué tú entiendes bien el rol del Espíritu Santo para una vida victoriosa en el espíritu

Hay mucha gente que no ha podido entrar en esa vida vigorosa cristiana, no han podido entrar en esa plenitud de vida, y usted los ve como que están moviéndose en cámara lenta y no crecen como es debido, no prosperan como es debido. Van a la iglesia pero como que falta algo, falta un nutriente en su experiencia, hay algo que no les ha amanecido todavía y yo sospecho que en muchos casos es esa falta de una relación íntima, personal con el poder del Espíritu Santo. Que les falta un componente, y por eso están un poquito anémicos, por eso no despegan como es debido.

Yo quiero animarte en el nombre del Señor. Mi deseo en esta tarde es eso, dejarte saber que es importante la doctrina del Espíritu Santo, que esa tercera persona de la Trinidad necesita y requiere tanta atención como las otras dos: el Padre y el Hijo.

Y en mucha parte de la iglesia el Espíritu Santo es solamente algo que reconocemos, que es real, es verdadero pero no lo internalizamos para el diario vivir.

Yo quiero animarles en el nombre de Jesús hermanos, si ustedes quieren una vida victoriosa, una vida vital, una vida que reciba los nutrientes y los retenga del Espíritu Santo. Si tu ves que tu vida como que no está yendo al próximo nivel, te has quedado atorado, te has quedado pequeño, no sientes ese gozo, ese entusiasmo, esa pasión, esa expectativa del mover de Dios en tu vida, la palabra no te habla como es debido, hay depresión en tu vida, hay tristeza, hay atoramiento, posiblemente tu necesitas que el Espíritu Santo se active dentro de ti. O necesitas una nueva dosis del Espíritu Santo, necesitas ir a un lugar retirado y trancarte allí y decir: “Padre, yo no voy a salir de aquí hasta que no sienta que siento que tu presencia está conmigo”.

Hay que buscar de Dios, hay que llenarse del Espíritu Santo, es lo que rompe el yugo, ¿sabes lo que dice por ahí?, la unción pudre el yugo, la unción de Dios destruye los principados y las potestades en nosotros.

Hay muchas veces que la gente está anquilosada, está petrificada, está endurecida, no fluye la unción y entonces tenemos que ir en acción de guerra y buscar un encuentro nuevo y fresco con el espíritu de Dios y como Jacob decir: “…no te voy a soltar hasta que me bendigas…”. Gloria al Señor.

Sabe la historia de Jacob cuando luchó con el ángel toda la noche y le dijo no te voy a… le metió una llave inglesa y le metió, le arropó con las piernas y allí el ángel suéltame, suéltame que me tengo que ir, no te voy a dejar hasta que no me bendigas, Aleluya. El ángel finalmente tuvo que bendecirlo, lo dejó cojeando por el resto de su vida, pero lo bendijo.

Porque a veces ¿sabe?, cuando usted pide la unción de Dios, tenga cuidado porque hay cosas que tienen que irse también y usted va a tener que dejar ciertas cosas. Cuando el Espíritu Santo entra a su vida usted no sabe lo que va a hacer, porque el fluye por donde le da la gana, pero ¿sabe?, lo que él haga va a ser bueno, aleluya! Y va a dejar un sedimento de bendición allí.

Si usted quiere tener una vida verdaderamente poderosa, que agrade al Señor, usted necesita la unción y el ministerio del Espíritu Santo moviéndose dentro de usted. Por eso el Señor Jesucristo, volviendo al texto de Juan 14, le dice: “yo voy a pedir un consolador para que esté con vosotros siempre” y ¿cuál es ese consolador?, versículo 17, “…el espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis, porque mora a con vosotros y estará en vosotros”. Me gusta esa idea de Jesús, de que el Espíritu Santo es que el espíritu de verdad.

Fíjese que lo pone en esa perspectiva el espíritu de verdad, ¿por qué? porque el Espíritu Santo… mire muchas veces nosotros asociamos el Espíritu Santo solamente con fuego, con torbellino, con terremoto, con grandes acciones, lluvia tormentosa, pero muchas veces en realidad, la esencia del Espíritu Santo es la verdad, es el instructor de la iglesia.

Dice la palabra que él nos enseñará todas las cosas acerca de Jesucristo. En muchas ocasiones el ministerio del Espíritu Santo se identifica con la verdad. ¿Recuerdan ustedes la historia de Elías cuando Dios lo puso a caminar por el desierto por cuarenta días y cuarenta noches? y Elías tiene una visión y ve un terremoto que rompe todo lo que está a su alrededor, quebranta y Elías dice: guau esto tiene que ser Dios definitivamente, pero Dios no estaba en el terremoto. Y después, un fuego que arrasa con todo, y consume todo, y Elías dice: bueno, Dios es fuego así que definitivamente aquí tiene que estar el espíritu de Dios ¿y que pasó? tampoco estaba allí. Y después vino un viento fuertísimo que despedazaba los árboles y lo movía todo y Elías dijo: bueno, aquí definitivamente tiene que estar Dios ¿y usted sabe? Dios tampoco estaba allí. Y después vino un silbido apasible, una brisita suave y quieta que apenas movía un poquito las hojas y ahí estaba el espíritu de Dios.

Porque muchas veces hermanos, nosotros estamos acostumbrados a esta idea de que el Espíritu Santo es como una tormenta que lo destruye todo y nos enamoramos de eso, pero muchas veces el Espíritu Santo es simplemente es espíritu de verdad, que viene a instruir al creyente, nos enseña que es lo que Dios quiere para su vida, que le enseña como el debe vivir y qué cosas tiene que soltar para poder entrar en una mayor unción de Dios, en una mayor relación con Dios, que le habla acerca de la verdadera naturaleza de la vida cristiana y del espíritu de Jesucristo, es un espíritu de verdad.

Dios envía al Espíritu Santo para que nos instruya y para que nos enseñe cómo tenemos que vivir. El mundo no entiende ese espíritu de verdad.

Vamos al versículo 25 y 26 de ahí mismo de Juan 14, dice el Señor Jesucristo allí : “…Os he dicho estas cosas estando con vosotros, más el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho…”.

Cuando tu tienes el mover del Espíritu Santo en tu vida, lo que tu escuchas en la iglesia, lo que tu lees en tus meditaciones personales, la palabra que tu comes cuando estás en tus meditaciones, las experiencias que tu tienes, todo esto el Espíritu Santo lo toma y cuando tu menos esperas, te lo recuerda.

Si usted no puede recordar las verdades del Evangelio pídale al Espíritu Santo que se active en usted para recordarle las enseñanzas del Espíritu Santo, para darle inteligencia, para darle sabiduría acerca de todas las cosas que Dios quiere que usted recuerde “…Él os recordará todo lo que yo os he dicho…”eso es precioso.

Miren más adelante en el capítulo 16, versículo 4 en adelante, dice en el versículo 7… vamos a avanzar un poco: “…Yo os digo la verdad, os conviene que yo me vaya, porque si no me fuera, el consolador no vendría a vosotros. Más si me fuere os lo enviaré”.

Los discípulos estaban tristes porque el Señor Jesucristo se les iba, pero él dijo: ¿Saben qué? Miren, es mejor que yo me vaya, y en un sentido ¿sabes que? ahora nosotros estamos mejor que los mismos discípulos en aquél tiempo, ¿saben por qué? Porque Jesucristo solamente en su manifestación humana podía estar en un lugar a la vez y él solamente podía instruir a un grupo de personas a la vez. Pero cuando el subió y Dios envió el Espíritu Santo, ¿qué pasa? Que ahora el Espíritu Santo puede estar en cada creyente. Está aquí, en la North Hampton street y está en la China y en Mongolia ahora mismo también instruyendo a cristianos allá, está en Latinoamérica, está en Asia, está en África, está en Europa, está en Australia, dondequiera instruyendo, porque ahora Dios lo envió a todo creyente.

Antes, cuando estaba Jesús limitado al tiempo y al espacio, no podía instruir a todo el mundo, así que nos conviene; y cuando él venga dice el versículo 8, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

Sabes que si tu has creído en el Señor Jesucristo porque el Espíritu Santo te convenció de que tu necesitabas creer en el Señor. Nadie puede creer en Jesucristo a menos que el Padre no lo traiga. El Espíritu Santo no lo traiga hacia él.

Entonces hay muchas cosas, mire el versículo 13 de Juan 16: “…pero cuando venga el espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, os hará saber las cosas que habrán de venir, él me glorificará porque tomará de lo mío y os lo hará saber…”

Yo espero que usted se lo esté grabando esa idea del Espíritu Santo como un espíritu instructor que enseña al creyente, que instruye al creyente, que nos orienta siempre hacia toda la verdad. Y por eso que es importante que entendamos, si queremos prosperar en las cosas de Dios necesitamos el ministerio y la unción del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Yo les quiero animar mis hermanos, en el nombre de Jesucristo, a que se enamoren del Espíritu Santo, que nadie salga de aquí esta tarde sin entender claramente con el Espíritu Santo. Hay que invitarlo a entrar a nuestras vidas, en nuestras oraciones tenemos siempre que incluir una plegaria para que el espíritu se mueva dentro de nosotros, hay que llamarlo, invitarlo continuamente para que él obre en nuestras vidas.

Si usted está pasando un tiempo de lucha, si hay tentaciones que usted no puede vencer, si hay depresiones, si hay ataduras en su vida, mire entre en una dieta de Espíritu Santo, y concéntrese en el espíritu de Dios y pida al Espíritu Santo que rompa las cadenas y que lo entre en una nueva dimensión de poder.

Los cristianos ungidos y maduros tienen que vivir en una relación muy, muy poderosa con el Espíritu Santo porque eso es lo que permite que usted pueda hacer las obras de Dios aquí en la tierra.

Jesucristo, su ministerio y su persona, estuvieron completamente vinculados a la obra del Espíritu Santo, lo que permitió que Cristo agradara al Padre e hiciera la obra del Padre aquí en la tierra cuando en su forma humana fue su íntima relación con el Espíritu Santo y se lo quiero probar si usted me da una oportunidad.

Vamos por ejemplo, mire voy a hacer un recorrido rápido en el libro de Lucas, Evangelio según San Lucas, vamos por ejemplo al capítulo 3 del Evangelio según San Lucas, capítulo 3, en el versículo 16 vemos a Juan el bautista anunciando la venida del Mesías y Juan dice:

“.....respondió Juan diciendo a todos, yo a la verdad os bautizo en agua....”, recuerden los discípulos en Éfeso que les dijeron, nos bautizamos en el bautismo de Juan que era con agua, y Juan dice aquí: “.....yo os bautizo en agua pero viene uno, refiriéndose a Jesucristo, más poderoso que yo, de que no soy digno de desatar la correa de su calzado y que él os bautizará en Espíritu Santo y fuego....”

Fíjese que el ministerio de Jesús desde el principio está unido a ese mover poderoso del espíritu de Dios. Solamente Cristo puede bautizar a un cristiano y convertirlo de un cristiano tibio y adormecido a un cristiano lleno del fuego, lleno del entusiasmo y lleno de pasión por la obra del Señor.

Así que mire eso, aun antes de que él aparezca en el escenario público, ya Juan estaba diciendo, su misión y su ministerio está intrínsecamente unido al bautismo del Espíritu Santo.

Ahora más adelante, llega el Señor Jesucristo al escenario en el versículo 21 y ahora el Señor, en obediencia, se va a bautizar a donde Juan. Y mire lo que pasa aquí, dice que:

“.....aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba también Jesús fue bautizado, llorando el cielo se abrió y ¿qué pasó? descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: “tú eres mi hijo amado, en ti tengo complacencia.....”. Gloria al Señor, que lindo.

Mire, este momento de consagración ministerial para Jesús y que pasa en su forma humana él necesita también esa visitación plena, esa consagración, esa unción del Espíritu Santo. Porque si usted mira, en todo el Antiguo Testamento los profetas, los reyes y los sacerdotes siempre tenían que ser ungidos antes de comenzar su ministerio y eran ungidos con aceite como señal del descenso del Espíritu Santo sobre ellos, la aprobación de Dios, la unción de Dios, la capacitación de Dios, la administración de los dones que ellos necesitaban para llevar a cabo su delicada tarea de ser rey, ser sacerdote, o ser profeta.

Así que el Señor antes de entrar en su ministerio público también se somete a ese ritual poderoso del espíritu y la paloma que ha asumido la forma del Espíritu Santo, asciende, o mejor dicho, desciende sobre él y lo llena y el Padre registra su complacencia sobre el Hijo. ¿Qué pasa? El Hijo es sellado, el hijo es afirmado públicamente como el Mesías. La palabra Cristo es esto… viene del Griego Crisen que quiere decir bautizar, de hecho en inglés “to christen” es bautizar a una persona, así que Cristo es el ungido de Dios que en hebreo es Mesías, es la misma cosa, “meshia” quiere decir ungido. Entonces el Señor, el ministerio de Jesús está vinculado con esa idea de unción, la unción de Dios que está sobre él. El ungido de Dios.

Y hermano, no esperes que tu puedes desarrollar tu ministerio, no esperes que tu vas a poder tener una vida poderosa si tu no tienes esa experiencia, ese sello, esa aprobación esa intimidad con el Espíritu Santo. Vas a ser como uno de los discípulos de Éfeso, bien intencionado, te vas ir al cielo probablemente, pero vas a estar cojeando toda tu vida por la tierra porque no has tenido acceso a esa tubería donde está el poder de Dios que se llama el Espíritu Santo. No permitas que eso suceda en tu vida. Pídele al señor cada día: Señor lléname con tu espíritu, bautízame con tu espíritu, anima tu fuego dentro de mí.

Hay una imagen, antes de continuar que voy a hacer aquí entre paréntesis para yo ilustrar lo que es esto de tener el Espíritu Santo pero muchas veces no tenerlo activamente.

Recuerdan ustedes el estanque, creo que es el estanque de Siloé, si no me equivoco, o es…¿Betesta? perdón, el estante de Betesta. Dice la Biblia que había un estanque y no parece que era una leyenda, sino que era realidad, porque la Biblia no distingue de que era una leyenda o no, sino lo dice como algo real, que en ese estanque una vez cada cierto número de años o lo que sea, un ángel removía el agua, la movía y cuando la gente veía el agua moverse se tiraban en ella y eran sanados. El primero que caía dentro del agua se sanaba y por eso alrededor de ese estanque había muchos enfermos y paralíticos y todo eso, porque fíjese el agua estaba allí pero necesitaba ser removida para que la unción se activara.

Y eso es lo que pasa muchas veces, todo cristiano tiene el Espíritu Santo pero en muchos cristianos el Espíritu Santo es como un lago plácido, un lago que es cristalino y es como un espejo, hay agua, está todo lo que requiere un lago, pero no hay movimiento alguno porque está totalmente plácido. Ahora, cuando viene un viento que sopla sobre él, el lago se mueve y salta. ¿Qué dijo Cristo?: “El que cree en mí, ríos de agua viva correrán de su interior”, no son lagos plácidos, son ríos de agua viva lo que Cristo quiere que fluya dentro de ti. Es el mover de Dios, es la actividad de Dios dentro de ti.

Y muchos cristianos somos como lagos tranquilos y apacibles con el Espíritu Santo pero Dios quiere que lo batamos, que lo movamos, que lo activemos para que él pueda moverse dentro de nosotros y entonces pueda venir la efectividad que Dios quiere que haya en nuestra vidas.

Entonces el Espíritu Santo desciende sobre Jesús, ahora miren el capitulo 4 “…Jesús lleno del Espíritu Santo volvió del Jordán, el Espíritu Santo cae sobre él, lo llena y ahora él puede comenzar su ministerio terrenal”. Tiene la unción de Dios sobre él.

¿Recuerda lo que le dijo el Señor Jesucristo a los discípulos en Jerusalén antes de él ascender? ¿Recuerdan? El les dijo, mire lo que dice: “…recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra…”. Recibiréis poder ¿cuándo? Cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y entonces me podréis ser testigos en Jerusalén, en Samaria y en toda la tierra.

Se necesita la unción del espíritu, el Señor sometió a esa progresión, primero la llenura del espíritu, el bautismo del espíritu y entonces el ministerio, el servir al Señor.

Cuando tú quieras servir al Señor, tú vas a estar gastando mucha energía. La gente te va a estar absorbiendo energía, tú vas a entrar en guerra contra el diablo, tu carne se va a manifestar con más poder que nunca, va a haber tropiezos en tu vida. El enemigo va a hacer guerra contra ti porque Dios te está usando y él solo sabe matar, robar y destruir, él va a querer destruir la vida dentro de ti antes de que se manifieste y será mejor que tu tengas una gran reserva de poder en tu vida.

Que es la unción del Espíritu Santo y que esa unción esté siempre fluyendo, tenemos que volver una y otra y otra vez y llenarnos de nuevo de la unción del Espíritu Santo.

Si el hijo de Dios lo tuvo que hacer, ¿cuánto más nosotros? Sino vamos a estar endebles y tristes. Entonces Jesús lleno del Espíritu Santo vuelve del Jordán y mire aquí otra cosa, dice entonces “.......fue llevado por el espíritu al desierto.....”, ¿quién lo lleva al desierto? el espíritu.

Ahora, ¿para qué tenía él que ir al desierto? porque antes de él continuar con su ministerio había otra cosa que tenía que suceder en su vida, él tenía que confrontación frontal con el diablo mismo y tenía que mostrarse quien verdaderamente tenía el poder, tenía que haber un encuentro de poderes allí. Dos pistoleros se encontraron allí en el desierto, Satanás y Jesucristo y usted sabe cual salió huyendo. Satanás salió completamente derrotado y era necesario que hubiera esa confrontación para que se hiciera claro quien era que tenía la superioridad y que entonces el Señor pudiera emprender su ministerio con el sello también de superioridad sobre los demonios. Cristo venció al diablo, venció la enfermedad, venció la muerte, venció la tentación, venció su carne, todo lo que el diablo le tiró, él lo batió en jonrón fuera del campo. Y tenía que derrotar al diablo, eso era importante para él tenerlo en su resumé antes de continuar con su ministerio público.

¿Y quién lo dirige a esa experiencia clave? el Espíritu Santo. Que importante es que en tu vida tu tengas la dirección, la iluminación, el consejo específico del Espíritu Santo diariamente. Nos evitaríamos muchos líos, muchos problemas si nosotros pudiéramos depender de la sabiduría específica del espíritu para nuestra vida. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en una situación y no sabemos que hacer? Será mejor que nosotros vayamos al Espíritu Santo y le dijéramos: “Señor, espíritu de Dios, necesito un mensaje, necesito una palabra, necesito un camino y solo tú lo tienes, ilumíname”. No ha dicho el Señor Jesucristo que él los guiara hacia toda verdad, él nos enseñará todas las cosas. Esa es la función principal, él nos dirige en momentos específicos.

El cristiano que tiene el Espíritu Santo se tropieza muchas veces con el propósito de Dios en su vida. Yo les puedo decir hermanos, y lo he dicho en muchas ocasiones en diferentes contextos, las cosas más hermosas de mi ministerio, que han traído más bendición a mi vida y a mi iglesia, yo no puedo tomar el crédito de ellas, Dios las ha puesto delante de mí. Yo no puedo decir que nada bueno… ¿cómo surge este edificio? un sueño que Dios me dio del León de Judá mirando sobre una ciudad infestada de demonios y de ahí nace el nombre de nuestra iglesia y nace este lugar y como ustedes saben tiene un león afuera en la calle que estaba allí antes de que nosotros compráramos este sitio.

El llamado a venir a Boston, eso es del Espíritu Santo, el llamado a servir al Señor, tantas otras cosas, yo… no es como que a mi se me ha ocurrido teológicamente, ah sería bueno hacer esto… no!!! El Espíritu Santo lo ha traído a mi mente y lo único que yo he hecho es reaccionar a ello. Muchas de las grandes bendiciones en mi vida y en la vida de esta iglesia han venido porque el Espíritu Santo nos ha guiado específicamente a esas cosas no porque uno las haya buscado, se les haya ocurrido o las haya inventado, el Espíritu Santo lo ha hecho.

Y cuando una vida, cuando un ministerio es un iluminado por el Espíritu Santo, uno desperdicia menos tiempo ¿sabe? Desperdicia menos energía, comete menos errores, tropieza con menos callejones sin salida, es más económico en sus movimientos porque el Espíritu Santo te está guiando de una cosa a la otra, te dice: mira ve por aquí y después viene otra cosa. Un día tienes un encuentro, una conversación con alguien, mire un ejemplo:

¿Cómo llegamos nosotros a este edificio? Yo estaba buscando hace quince años o algo así ,en otro lugar que nos interesaba por allá por Jamaica Plain, ese lugar se cerró y el mismo día que me dicen a mi que ya aquel lugar no estaba en venta, que lo había retirado del mercado, yo todo deprimido decido ir a comer en El Oriental a ver si me anima un poquito una comida, en un restaurante que hay aquí cubano en Jamaica Plain y me voy allí al restaurante este ¿verdad? a mediodía y cuando entro al restaurante están sentados Raúl Tejera pastor y Eduardo Meiner pastor también, comiéndose allí unas chuletas y un arroz con algún no recuerdo que era.

Estaban sentados allí cuando yo entro al restaurante, los veo, los saludo y me acerco a ellos, y ellos me dicen: pero siéntate con nosotros y lo que venía a la comida yo los escucho hablando a ellos acerca de que venían de visitar un edificio que estaba para la venta aquí en la ciudad de Boston y decían: “oye eso sería una iglesia tremenda”, y me decía un pastor llamado David Marrero que hemos hablado del pastor… ¿cuántos conocen a David Marrero? Dice David Marrero estaba interesado en ese edificio pero el dinero que sé yo, que sé yo se cuanto, no llego al trato con la persona y yo estoy escuchándolos a ellos hablar de este edificio y digo: caramba yo vengo ahora mismo de que se me cerraron las puertas de un edificio y estos están hablando de un edificio que puede ser una iglesia? Y les pregunte: ¿dónde está ese edificio? Me dijeron en tal sitio, y yo les dije: ¿se atreve usted a llevarme ahora después de la comida?. Me trajeron y aquí estamos catorce años después.

Y cuando antes de llegar aquí ya Dios había puesto a través del sueño que yo tuve de cambiarle el nombre a nuestra iglesia, que se llamaba iglesia bautista central a congregación León de Judá, por el sueño que yo he tenido con el León de Judá. Y cuando llegamos aquí a este edificio les he dicho antes y yo en mi tercera visita al edificio, cuando miré allá afuera que habíamos hecho un trato preeliminar con el dueño, veo ese león que está en relieve en la puerta del frente. Habían cambiado la fachada del edificio pero habían dejado el león ahí, para que se supiera que éste era el lugar donde teníamos que llegar.

El Espíritu Santo nos guía hermanos, guió a Jesucristo al desierto, lo guió para que fuera tentado por Satanás para él vencerlo y guió a Pablo cuando trataron de predicar el evangelio en un área y el Espíritu Santo les prohibió que lo predicaran allí. Después se fueron a otro lugar y también le cerraron el paso hasta que finalmente tuvieron un sueño de un varón de Macedonia que les decía: “ven a Macedonia y ayúdanos”, y allí fueron y allí nació la iglesia de Filipos. Porque el Espíritu Santo dirige y guía.

Dice la palabra que un día estaban los apóstoles y profetas en oración al Señor y estaban ministrandole al Señor y vino el Espíritu Santo y habló y les dijo: “sepárenme a Pablo y a Bernabé para la obra que les tengo destinada”. Allí vimos los surgieron, los comisionaron y comenzó el más grande ministerio que la iglesia ha conocido, el ministerio del apóstol Pablo.

Porque el espíritu dirige hermanos, cuando una persona se deja dirigir y ama al Espíritu Santo y ora al Espíritu Santo y vive buscando la unción del Espíritu Santo y paga el precio de la unción de Dios, el Espíritu Santo le dirige su vida. Hay bendición, hay crecimiento. El Espíritu Santo le anima, le dirige, le guía, le aconseja, eso fue lo que hizo con Cristo Jesús.

En este caso fue llevado por el espíritu al desierto para ser tentado y para vencer a Satanás. Mire más adelante en el capítulo 4, en el versículo 1… si bueno ya vimos ese, el espíritu del desierto… entonces vamos al versículo 14, después de ser tentado en el desierto y vencer al diablo, en el versículo 14 dice: “ .....Jesús volvió ¿en qué? En el poder del espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor y enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos.......”

¿Por qué? Porque tenía la llenura del Espíritu Santo en su vida. ¿Por qué se difundió su fama? Porque había milagros, señales, prodigios, enseñanza y predicación ungida, un mensaje nuevo y fresco y no el mensaje enclenque y débil de los fariseos. Era un mensaje que al hablarla gente de poder, de esperanza, de salvación de un Dios que les amaba y que tenía un plan para sus vidas, y por eso la gente afluía a él, porque él tenía la llenura del Espíritu Santo dentro de él.

Y así si tu quieres hablarle a la gente con autoridad de Dios y de Cristo, tu necesitas la unción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo dentro de un ratón lo convierte en un gigante, en un león que nadie puede resistir. No importa cuán débil tu seas, no importa cuán ignorante tu seas, si tu le pides al Señor que te unja y tu pagas el precio, hay bendición en la vida tuya, hay crecimiento, hay unción de Dios.

Yo he visto eso en algunos hermanos allá arriba que oran todos los domingos entre los dos servicios y este grupito de hermanos esta allá arriba en uno de los cuartos del tercer piso, y yo veo allí hermanos que en realidad son gente humilde pero que yo he visto su crecimiento a través de los meses y como Dios lo ha ido ungiendo. Yo los he visto en la manera en que oran, los he visto en su pasión para con Dios, los he visto en los cambios en su personalidad, he observado a través… no son angelitos, tienen sus errores me imagino y sus defectos pero están llenos del Espíritu Santo.

Sin duda alguna y yo me beneficio muchas veces de ir allá con ellos y orar antes del segundo servicio y he visto que hay una diferencia en como yo me siento, porque la unción de Dios está en ese lugar, porque hay que pagar un precio, Dios transforma a las vidas, Dios transforma a la persona cuando se da a buscar la unción del espíritu de Dios.

Cristo representa eso, y ya voy a terminar pero les voy a dejar solamente con esa parte porque voy a continuar el domingo que viene hablando acerca de la obra del Espíritu Santo y por que es importante y porque yo he escogido esta sección de mis presentaciones doctrinales para hablar de la doctrina del Espíritu Santo.

Un par de citas más y con eso les prometo que termino, entonces vemos que volvió en el poder del espíritu a Galilea, entonces mire lo que pasa en el versículo 16: él llega a Nazareth, su ciudad original donde se había criado y en el día de reposo él llega a la sinagoga y predica su primer sermón que se sepa público, que registra la Biblia por lo menos, es su sermón oficial, es como su sermón de inauguración de su ministerio. Y el Señor llega, lo invitan a predicar y él abre el libro de Isaías, escoge como su mission statement, es su declaración de visión ¿De qué se trata su ministerio?¿ De quién es el? y ¿cómo Dios lo ha llamado a servirle? y miren lo que él escoge, dice

“....abrió al profeta de Isaías y habiendo abierto el libro halló el lugar donde estaba escrito, es decir, él busco el lugar donde estaba escrito “el espíritu del Señor está sobre mi....”, eso fue lo que el quería destacar antes que cualquier otra cosa que el Espíritu Santo de Dios estaba sobre él.

Y ese espíritu dice”...... me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos del diablo y predicar el año agradable del Señor.....”

¿Cómo iba Jesucristo a hacer todas esas cosas increíbles sino tenía la unción, el espíritu de Dios sobre él? Y eso fue lo que él quiso decir.

Hermanos, si tu quieres hacer las grandes obras de Dios en tu vida, si tu quieres vivir una vida de poder y de efectividad y de crecimiento perpetuo, necesitas que el Espíritu Santo esté sobre ti, necesitas pedirle al Señor que la bandera del Espíritu Santo esté continuamente orleando sobre tu vida.

Y finalmente ahí mismo, bueno si este es la parte final en realidad, podremos buscar muchos más pasajes pero lo que quiero intimarles y enseñarles es esa idea de que aun el ministerio de Jesús, uno pensaría ¿para qué necesitaba Jesucristo la llenura del Espíritu Santo si el es Dios? Bueno él estaba en forma de hombre y esa forma de hombre le imponía ciertas limitaciones que él mismo se había impuesto y aceptado, entonces él tenía que seguir el mismo patrón que tiene que seguir todo ser humano que quiera agradar a Dios, servir al Señor efectivamente. Tenía que tener sobre si mismo la unción del Espíritu Santo. ¿No quieres tú vivir esa vida de poder? ¿Cuántos les gustaría tener esa visión, esa vida de poder?

Quiero invitar a los hermanos de alabanza que pasen por aquí un momentito. Tu necesitas la unción del Espíritu Santo, yo quiero que te pongas de pie un momento ahora y si tu vida no refleja esa continuidad hermano, si tu vida no refleja ese crecimiento paulatino pero continuo, si en tu vida hay más bien un zigzagueo, un sube y baja, un comenzar pero no acabar, un camino interrumpido de crecimiento, yo quiero animarte en el nombre de Jesús en esta tarde a invitar al Espíritu Santo a que se posea de ti, a que se llene, a que te llene él más bien, con su persona y su presencia. Yo quiero que ustedes salgan de aquí en esta tarde con una severa preocupación por así decirlo, de que el Espíritu Santo esté moviéndose dentro de usted. Yo no quiero animarles en el nombre de el Señor a una intimidad con el espíritu de Dios porque queremos una iglesia pentecostal, amen. No pentecostal en el sentido denominacional de la palabra sino en el sentido bíblico de la palabra.

Yo creo que todo cristiano debe ser pentecostal en el sentido de que no nos movemos sin la unción del Espíritu Santo. La palabra dice: “no es con ejercito ni con espadas, sino ¿con qué? Sino con mi santo espíritu dice el Señor. Las obras de la vida cristiana se ejecutan en el poder del Espíritu Santo.

Así que yo quiero ahora mismo hermanos, que tu comiences a pedirle al Señor que haga una obra especial en tu vida, comienza a clamarle al Señor y es más, si usted quiere pasar aquí al frente vamos a orar y con eso ya somos despedidos. Yo quiero invitarle a que pase por aquí, vamos a hacerle una oración para activar el mover del Espíritu Santo en su vida, para que el Señor le llene, para que usted salga de aquí en esta noche nutrido y fortalecido con el poder del Espíritu Santo y que si hay algo en su vida que necesita ahora mismo quedarse en este lugar y no regresar con usted a la casa, que se quede porque la unción de Dios va a pudrir el yugo en esta tarde en el nombre de Jesús.

Pasen bien hacia delante, pasen bien hacia delante, vengan acá, y vamos a pedirle al Señor ahora que nos toque y nos visite con su santo poder.

La Biblia dice que esto es para los que están lejos y para los que están cerca. Usted no tiene que ser un genio espiritual y yo invito sobretodo a aquellos que son nuevos en la fe, que pasen aquí adelante en esta tarde. Los que todavía quizás todavía no han tenido esa experiencia.

Si usted quiere simplemente una renovación fresca del espíritu en esta tarde. Si usted quiere decirle al Señor: Padre, yo estoy ya cansada de subir y bajar, de comenzar y no terminar, de tratar y no poder y yo quiero ya que tu hagas algo terminal en mi vida, algo final, definitivo.

Esta tarde yo voy a pedir que el Señor active su poder en su vida, crea en fe, crea en fe porque esto es por fe, esto no es por obras, esto no es porque yo sea la gran cosa, esto es por lo que Dios ha prometido en su palabra. Que si pedimos, él dará. Que si lo invitamos, él entrará.

La palabra dice: si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré y cenaré con él con ella y él o ella conmigo. Y yo quiero que te enfoques ahora mismo en una sola cosa en tu mente, pon a un lado todo otro pensamiento y solamente pídele al Espíritu Santo que te refresque.

Si tu has perdido la visión y has perdido el ánimo, has perdido el gozo, el entusiasmo y tu necesitas que el Señor bata las aguas otra vez, las mueva y que salte el agua de nuevo… quizás has padecido un trauma últimamente, un desengaño, una enfermedad, un susto o lo que sea y has congelado el aceite del espíritu en tu vida, en este momento yo voy a pedir que el Señor refresque tu vida, refresque tu mente, que el Señor refresque tus emociones, y que haga algo nuevo en ti. Y él lo va a hacer porque él lo promete en el nombre de Jesús. Y cuando tú salgas de aquí, yo quiero que tu te comprometas con el Señor a buscar cada día más y más del Espíritu Santo.

Oh, yo te suplico en el nombre de Jesús que separes lugares en tu casa para buscar de Dios, y que si hay algún parque cerca de tu casa que es tranquilo, donde tu puedas ir y que de vez en cuando tu vas a ir a ese lugar y te vas a sentar en un sitio sola o solo y tu vas a pedirle al Señor que te refresque cuando estés cansado y cuando estés necesitado de una unción nueva y que nos convirtamos en enamorados del Espíritu Santo.

Yo lo que quiero es decirte eso, es que el Padre está contento, el Hijo está contento pero el Espíritu Santo también quiere tener intimidad contigo. A él le interesa que tú le hables y que lo llames y que lo invites y que cultives su acción en ti. Porque él es tan importante como el Padre, como el Hijo; el Espíritu Santo.

Así que Padre, ahora en el nombre de Jesús comienza a orar conmigo, invita al espíritu, di conmigo estas palabras:

Espíritu de Dios, Espíritu Santo, yo reconozco que tu eres Dios mismo, que tu eres la tercera persona de la Trinidad y te invito ahora a moverte dentro de mi, a bautizarme con tu fuego, a llenarme con tu presencia, a derramar tu aceite sobre mi vida. Úngeme, actívate dentro de mí, derrama tu doble porción, úsame para tu gloria, ilumina mi entendimiento, guíame a través de la vida, inúndame con tu poder, activa tu presencia dentro de mí. Te recibo, lléname, úngeme, y bautízame con el fuego de Dios. Yo reconozco que tú eres la energía de Dios personificada y que tienes grandes cosas para hacer en mi vida, te recibo y te invito a llenarme todos los días de mi vida en el nombre de Jesús, gloria al Señor, amen, amen.

Siga ahí clamando y recibiendo, visualice el fuego de Dios entrando a su vida, visualice una visitación fresca del Señor,

I want to you visualize in your mind that the spirit of God entry in your life right now, the fire of God, the energy of God coming into your life.

Créalo en el nombre de Jesús, créalo y clame al señor, clame al señor ahora mismo para que le ilumine, para que rompa las ataduras de su mente, para que quite cualquier obstáculo que esté allí, cualquier trampa que el diablo haya puesto en su vida para hacerle tropezar en su camino ahora mismo. Reciba la unción de Dios, recibe la unción de Dios, yo activo el poder de Dios.

I activate the power of God in your life, in the name of Jesus Christ.

Padre, queremos una iglesia llena del Espíritu Santo recíbelo, recíbelo ahora, invita al Espíritu Santo a entrar en tu vida, y yo te aseguro en el nombre del Señor que en los próximos días sino ahora mismo, tu vas a experimentar nuevas cosas en tu vida, mantén este momento fresco en tu mente en todo momento y recuerda que el Señor te está pidiendo a que habites ahí en su presencia y déjate guiar por él y deja que él te inunde, deja que él te visite una y otra vez y cuando estés en tu trabajo o en la calle y te sientas un poco desgastada o triste o cansado o indiferente a las cosas de Dios, di voy a volver otra vez a las aguas, y voy a pedirle al Espíritu Santo que me llene otra vez, voy a tomar un mediodía para ayunar o un día, voy a ir a un lugar apartado y voy a pasar unas tres o cuatro horas ahí con el Señor pidiéndole que me visite de nuevo y me refresque.

Eso tiene que hacerse continuamente a través de los años, hermanos. Eso nunca debe terminar.

Gracias Padre en el nombre de Jesús recibe ahora, recibe la unción de Dios, recibe el bautismo del Espíritu Santo, recibe el poder de Dios en tu vida, derrama Señor sobre tu pueblo, santa y fresca unción. Renueva la unción de Dios en mis hermanos y hermanas Señor y gracias por la obra que estás haciendo, obra de renovación, gracias Padre gracias, gracias Señor te adoramos, te bendecimos Señor.