Negociar con el talento que Dios te ha dado

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Lucas 19, lo que estamos diciendo es que yo he estado siguiendo en todo lo posible una serie de sermones que enfocamos mucho tiempo una de las grandes doctrinas de la iglesia que es el Espíritu Santo y su ministerio y el bautismo del Espíritu Santo, los dones, etc. y lo que estoy haciendo es trayendo estas enseñanzas sobre grandes verdades, grandes principios de la doctrina cristiana. El domingo antepasado yo tuve la oportunidad de enfocar una de las grandes doctrinas de la iglesia cristiana ortodoxa histórica, que es la divinidad de Jesús. ¿Recuerdan ese sermón? La divinidad de Jesús. Cristo como consustancial con el Padre. Y vimos como la palabra del Señor soporta y hace casi inevitable esa conclusión.

Y yo quiero desarrollar un poco más esa enseñanza tan profunda y tan esencial para la vida del pueblo de Dios, pero hoy me hubiera gustado hacer eso, pero quiero aprovechar para sembrar una semilla de fe en su corazón y de visión acerca de el darle al Señor generosamente, de ser diligentes en aportar al Reino de Dios, no solamente voy a hablar de dinero sino voy a hablar simplemente de nuestras vidas, nuestros talentos, nuestros dones, darle al Señor. Capítulo 19, 11 al 27. Yo retomaré el tema de Cristo y su deidad en algún momento pronto. Pero en esta mañana quiero aprovechar todo esto que hemos hecho aquí para educarles a ustedes, hermanos.

Déjenme decirles que una de las maneras que yo puedo más bendecirles a ustedes es animándolos a ser generosos con Dios. Diga amen aunque sea para convencerse de ello. No hay nada más hermoso que darle al Señor y ser fiel. Además déjenme decirle que cuando usted es llamado al Reino de Dios es para servir y para usar sus dones a favor del Reino del Señor. Lucas 19, 11 al 27, dice allí:

“...Oyendo ellos estas cosas prosiguió Jesús y dijo una parábola por cuanto estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios se manifestaría inmediatamente...”

en otras palabras, pensaban que la cosa era para ya, que Cristo iba a manifestar todo su poder, su deidad, su carácter mesiánico enseguida. Entonces el Señor quería como quitarles esa inocencia de la mente y ajustar mejor su expectativa.

“.... y dijo pues el Señor, un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y volver y llamando a diez siervos suyos les dio diez minas.... – minas es una cantidad de dinero, digamos que le dio 500 dólares, era una cantidad de dinero básica- .... les dio diez minas –no minas de oro ni cosa por el estilo, era una moneda, entienda bien,- .... les dio diez minas y les dijo, ‘negociad’....

Digan todos negociad, esa palabra es muy clave en este texto. Negociad.

“... negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían y enviaron tras él una embajada diciendo, ‘no queremos que este reine sobre nosotros’. Aconteció que vuelto él después de recibir el reino mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que habían negociado cada uno. Vino el primero diciendo, ‘Señor, tu mina ha ganado diez minas’, él le dijo, ‘está bien buen siervo por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’....”

Por si acaso se me escapa más del, mire allí, por cuanto en lo poco.... por cuanto en lo poco has sido fiel ahora te voy a poner sobre gran autoridad.

“... vino otro diciendo, ‘Señor, tu mina ha producido 5 minas’, y también a este dijo, ‘tu también se sobre 5 ciudades’. Vino otro diciendo, ‘Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo...’

Usted se lo puede imaginar abriendo un pañuelo con un nudo bien grande, allí abriéndolo para sacar la moneda, yo lo puedo ver casi perfectamente en mi mente.

“... guardada en un pañuelo porque tuve... -¿qué tuvo él?- ....Tuve miedo de ti por cuanto eres hombre severo que tomas lo que no pusiste y ciegas lo que no sembrasteis.’ Entonces él le dijo, ‘mal siervo, por tu propia boca tu juzgo, sabías que yo era hombre severo que tomo lo que no puse y que ciego lo que no sembré, ¿por qué pues no pusiste mi dinero en el banco para que al volver yo lo hubiera recibido aunque fuera con los intereses?’ Y dijo a los que estaban presentes, ‘quitadle la mina y dadla al que tiene diez minas’. Ellos le dijeron, ‘Señor, tiene diez minas’. Pues yo os digo que a todo el que tiene se le dará más al que no tiene aún lo que tiene se le quitará. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos traedlos acá y decapitadlos delante de mi....”

Bendiga el Señor su santa palabra. Es una imagen un poquito severa de Cristo, ¿no? Ese no es el Jesusito ahí con la ovejita en la mano pasándole así la mano con unos pelos rubios, unas trencitas bien delicado. Este es un ser severo que espera rendimiento de lo que él está rindiendo y presentándole a sus siervos. Y note eso, una de las cosas interesantes de este pasaje es el tono mismo del pasaje. Es un tono de seriedad, es un tono de negocio, es un tono como casi militar hasta cierto punto. La postura de este Señor, de este dueño, este magnate, un hombre de empresa, un hombre noble dice aquí. Eugenes, quiere decir, bien nacido, cuando la palabra que está traducida es un hombre noble, eugenes. Si alguien se llama Eugenio para que usted sepa, lo que quiere decir su nombre es que es bien nacido, es de buen nacimiento.

El caso es que este hombre era de buen nacimiento, es decir, buena familia. Era un hombre noble. Este hombre noble evidentemente es una persona muy clara en sus asuntos y él corre su casa, y administra su casa que en este caso es la iglesia en una forma muy concienzuda y muy a tipo corporación. Note eso, porque es bien importante que entendamos.

Evidentemente este hombre noble es una figura ¿de quién? ¿Quién es? Jesucristo, Jesucristo. El Señor Jesús está relatando una parábola acerca de sí mismo. Este hombre que se va a un país lejano, ¿cuál es el país lejano al cual se fue Jesucristo? El cielo, él ascendió, dice la palabra, y está allí sentado a la diestra de Dios Padre, los que conocen el creo apostólico esperando a venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Él está allí esperando.

Dice la palabra que el día y la hora nadie lo sabe, sino el Padre, pero el Señor está allí, se fue a un lugar lejano. Mire también algo interesante aquí y es otra cosa. El propósito por el cual el Señor relata esta parábola, ¿por qué lo relata? Porque los discípulos y había mucha idea en Israel de que cuando el Mesías llegara iba a instalar el Reino de Dios inmediatamente, iba a poner a Israel inmediatamente como cúspide de las naciones, iba a retornar el reino davídico a Israel y enseguida todo iba a estar bien bonito y fácil y resuelto.

Pero el Señor sabía que no era así tan fácil. Y después de hecho el Apóstol Pablo escribiendo en una de las cartas a los tesalonicenses, volvió otra vez a recordarle a la iglesia, miren, no se dejen engañar por esto de que el Reino de Dios viene inmediatamente porque el Reino de Dios no va a venir hasta que no se cumplan ciertas pautas, ciertas cosas que tienen que caer en su lugar antes que venga el Reino de Dios.

Es decir, eso es bien importante porque hermanos, muchas veces nosotros tenemos una imagen fácil y falsa de lo que es el Reino de Dios. Hay mucha gente que piensa, bueno, si yo entro en el Evangelio todo se me va a resolver inmediatamente, no voy a tener más problemas, ja, ja, ja, como dicen por ahí. Tremenda sorpresa nos llevamos, cuando nos damos cuenta que no es tan fácil la cosa, que entramos al Reino de Dios a guerrear, que entramos al Reino de Dios, claro entramos ahora con una nueva fuerza, tenemos poder, tenemos gracia de Dios, somos más que vencedores, pero tenemos que darle batazos al diablo y de vez en cuando también recibimos nuestros batazos, ¿no? Y eso es parte del proceso. Dios espera un pueblo guerrero, Dios espera un pueblo que mientras él llega, cuando sea, nosotros seamos fieles y que mientras estamos en el Reino de Dios, en el Evangelio nosotros nos mantengamos siempre con la mano puesta sobre el arado, haciendo la obra del Señor hasta que él venga.

Entonces, el Señor quería decirles esto requiere esfuerzo, requiere paciencia, requiere persistencia, la vida cristiana no es una vida fácil, hermanos. Es una vida para héroes, ¡Aleluya! Pero es una vida en la cual Dios te promete victoria en toda situación en la cual tu te encuentres, pero tienes que batallar, tienes que esforzarte. Hay una expectativa de que se espera que tu hagas algo para ganarte, no para ganarte la salvación. No, porque la salvación no se gana, pero sí para justificar tu presencia de todo lo que Dios ha hecho a favor tuyo.

El ambiente, cuando entramos en el ámbito del Evangelio entramos a trabajar, entramos a servir, entramos a dar, hermanos. Mucha gente viene al Reino de Dios para que le den, para que lo sirvan, para que le hagan esto, para que le hagan lo otro, para que le ministren, para que satisfagan sus necesidades, para que oren por ellos, para que, como dicen los chilenos, les rasquen la guatita, le rasquen la barriguita. Y eso no es lo único. Claro que sí, en el Reino de Dios tu recibes pero se supone que también tu des, que trabajes, que seas una varón, una mujer, esforzada y valiente. Eso es importante, esa es la expectativa de Dios.

Dice aquí que este hombre rico y noble tomó a sus siervos, él tenía que hacer un viaje muy largo. Imagínese en esos tiempos un viaje. Tenía que ir a un país lejano, tenía que ir digamos a la China y en esos tiempos no era como que usted coge un avión y se va en un momentito y se mantiene en contacto por email y por teléfono con sus empleados. No, él se iba y mientras él estuviera allá no había comunicación, no iba a haber contacto en un sentido y ellos tenían que usar de su propio entendimiento para cumplir con las directrices que él les había dejado.

Ahora, ¿cuáles son las directrices que este hombre noble le deja a sus siervos? Él los pone en línea, yo me los imagino, los pone a los diez ahí parados, uno al lado del otro y yo me imagino a él caminando mientras le da un discurso de ánimo y de instrucciones, y les dice, mira, aquí tu tienes 500 dólares, tu tienes 500, 500, 500, y a los diez le da un cheque de 500 dólares y los hacer firmar un recibo comprometiéndose a usar ese dinero en una forma adecuada, en una forma prudente y que rinda. Y les dice a ellos, a mí en última instancia no me importa cómo ustedes inviertan ese dinero, siempre y cuando lo hagan dentro la visión general de mi corporación. Pero yo sí espero que cuando yo regrese de este largo viaje ustedes me den cuenta de lo que han hecho con ese dinero. Mientras yo esté por allá viajando y haciendo las cosas y atendiendo a mis negocios allá, y resolviendo mis asuntos de recibir ese reino como Cristo está esperando a que el Padre haga todo lo que tiene, el Espíritu Santo aquí en la tierra, etc. y entonces el Padre le diga, ok, ahora te entrego el cetro de mando, de autoridad sobre las naciones. Baja y toma señorío, yo él lo tiene en un sentido espiritual, pero todavía la humanidad no ha reconocido el señorío de Cristo en su totalidad.

Pero un día, dice, que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, un día todas las naciones le serán entregadas a Jesús en su segunda venida. Mientras tanto qué pasa, quién se supone que esté trabajando aquí en la tierra para rendir los dones y el dinero del Señor. ¿Quién? Nosotros.

Hermanos, póngase de pie un momentito, vamos a hacer algo profético, póngase de pie todo el mundo, póngase de pie todo el mundo. I hate to disturb your comfort zone for a moment. Póngase de pie. A cada uno de ustedes y a mí también que estoy aquí delante, el Señor me ha dicho, te ha dicho ‘negocia, invierte hasta que yo venga’. Hazte de cuenta ahora mismo que el Señor está representado aquí en mi persona, y que el Señor te está mirando a ti, a cada uno de ustedes y está diciendo, ‘negocia, invierte, esfuérzate, trabaja, haz todo lo que esté de tu parte, invierte tus energías, los talentos, todo lo que tu tienes, tu tiempo, tu profesión, todo, yo espero que tu negocies hasta que yo venga’. ¿Has recibido esa comisión? Si lo has recibido te puedes sentar.

Entonces, este hombre noble para a sus siervos allí y les lee la cartilla, les da algo a cada uno. Fíjese eso hermanos, cada uno de sus diez siervos recibe algo y recibe en este caso, la misma cantidad, una mina. Nadie me venga a decir a mí que el Señor no me dio nada. Mire, usted puede ser la persona más pobre, más ignorante del mundo, con menos recursos, una persona que nunca ha hecho nada grande, constructivo, de notoriedad o lo que sea, pero déjenme convencerle de algo, dentro de ti, escucha bien esto y recíbelo en el nombre del Señor, dentro de ti hay una provisión de poder y de vida que Dios ha puesto. Diga amen.

Dentro de ti está el Espíritu Santo de Dios con todo su poder. Eso es para el pequeño y el grande, hombre o mujer, niño o adulto o anciano, rico o pobre, altamente educado o iletrado, el poder de Dios está dentro de ti. Y eso es lo que hace la obra. No hay excusas posibles. Dios ha puesto una dotación de poder en ti y si solamente el pueblo de Dios internalizara ese hecho y visualizara el poder de Dios que está dentro de usted. Usted ve ese niñito así, jovencito, tan lindo, tan buen mozo, tan atractivo, ese jovencito tiene el poder de Dios dentro de él. You have the gift of God in you, you have the spirit of God in you and you are called to be a powerful man of God, you are called to do great powerful things for God.

Remember that the Holy Spirit of God is in your life and that you have been called to greatness. You have been called to be a powerful man who will influence society and who will do mighty wonderful things for the Kingdom of God. You have the gift of God in you. Thank you and have a seat.

Hermanos, todos tenemos el poder de Dios dentro de nosotros. Cada uno de nosotros puede hacer algo y si nosotros entendiéramos eso, si se nos grabara en el corazón que cuando yo camino en este mundo el poder de Dios está dentro de mi. Dios ha dado algo, Dios ha puesto algo en mi vida, no es solamente en el pastor que está aquí arriba o en el misionero tal o en el diácono. No, usted tiene la capacidad para cambiar el mundo y para transformarlo en alguna manera de manera que el mundo no sea el mismo por el hecho de que usted vivió en este mundo, que cuando usted se vaya de este mundo haya una huella suya en algún lugar en los caminos de este mundo, porque Dios ha dado, Dios ha puesto su poder en usted. Cada uno de estos hombres recibió algo y eso es importante que nosotros entendamos, hermanos, que Dios ha puesto algo en nosotros y él espera que hagamos algo con eso. Esa es la otra parte de este asunto. Cuando él se va, él les dice, ‘negociad’, negocien, yo traduciría, ‘inviertan entre tanto que yo regreso’. La pregunta es qué estás haciendo tu con tu vida para negociar con el talento que Dios te ha dado. ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo estás tu rindiendo el don que Dios te ha dado? Porque esa moneda, o esa cantidad de dinero es un símbolo, un sustituto para los dones del Espíritu Santo que Dios ha puesto en cada uno de nosotros.

Y entonces, yo creo que cada uno de nosotros debe estar inquieto siempre, hermanos, preguntándose que estoy haciendo yo para rendir la medida de gracia y de vida que Dios puso en mi, la creatividad, la energía, el don, el instrumento que Dios puso en mi vida. Yo creo que esa la pregunta que debe gobernar nuestros días. ¿Por qué yo sirvo al Señor como pastor? Porque el Señor me llamó y yo tuve que dejar todo lo demás a un lado y decir, Señor, yo te voy a servir a ti, porque mi vida yo quiero que cuente para tu reino. Yo quiero que mi vida sea útil para ti y que lo que tu quieres que mi vida cumpla, que así sea y cada uno de nosotros tiene que hacerse la misma pregunta.

Ahora, Dios no te va necesariamente a llamar a ser pastor, o a ser evangelista o a ser un misionero en otro país. No todos tenemos que hacer eso. Muchos de nosotros vamos a ser simplemente llamados a ser misioneros en nuestros trabajos, en nuestro vecindario, en la escuela. Algunos serán llamados a ser maestros de escuela dominical. Ahora mismo hay niños que están siendo cuidados allá arriba. ¿Sabe por qué está tan tranquilito este lugar aquí? Porque hay hombres y mujeres allá arriba esforzándose, invirtiendo y negociando hasta que Cristo venga, sabe. Puede ser un maestro de escuela dominical para los niños, puede ser la persona que atiende el estacionamiento allá afuera, o un Yosmar que está trabajando atendiendo a las finanzas. Hermanos, hay decenas y yo diría que hasta cientos de miles de formas de negociar hasta que él venga, de rendir nuestro don.

Una de las maneras, ustedes vieron esta presentación que yo hice. Mire, quizás hay personas a quienes Dios ha dotado con el don de dar. La Biblia habla de el que reparte que lo haga con diligencia. Búsquelo, creo que es en Romanos. Hay hasta un don de dar y de repartir, que lo haga con generosidad, con naturalidad. Hay personas a quienes Dios ha dotado con millones y millones de dólares de reserva, y su don ha sido trabajar y darle a la iglesia dinero para que los misioneros, para que las fundaciones. Nuestra iglesia ha recibido de parte de diferentes fundaciones filantrópicas y otras cosas que fueron dadas por personas que hicieron billones de dólares.

El Lilly Endowment le dio a Copan 650 mil dólares hace unos años atrás por un grant que nosotros hicimos para el entrenamiento de pastores hispanos aquí en Nueva Inglaterra. Lilly, este hombre fundó una farmacéutica que todavía es una de las grandes farmacéuticas del mundo y dejó en su herencia una cantidad de dinero bien grande para una fundación filantrópica de la cual una parte es para propósitos religiosos. Y mire como es hombre laico, no fue pastor, evangelista, no sé que fuera maestro ni nada, pero Dios le dio la manera de que su dinero, y ese dinero da cientos de millones de dólares al año para avanzar la causa del Señor. Gloria a Dios por eso. Yo quisiera tener unos dos o tres así de esos aquí en mi iglesia para mover a Nueva Inglaterra total. Oremos para que el Señor los traiga.

Pero, ¿saben qué? Una manera en que tu puedes rendir y negociar es dando tus diezmos, siendo fiel al Señor. Mire qué manera, hay gente que quiere, Señor, tómame y que me crucifiquen allá en algún país de Latinoamérica, una selva de por allá. Mire, el Señor no le pide tanto, simplemente de su diezmo y sea fiel al Señor ¡Aleluya! Sea generoso con Dios. Eso es todo, esa es una manera en que usted puede negociar entretanto que él venga.

Y mire si Dios es misericordiosos que él le dice, por todo lo que tu me des, yo te voy a dar mil veces más, es un jueguito que el Señor tiene. El Señor quiere saber, él quiere ver que lo amamos y que estamos dispuestos a arriesgar algo en obediencia a él y para bendecir su reino y eso le trae agrado a su corazón. Es como cuando nuestro hijito nos trae una florecita toda marchitada y maltrecha que la ha estado cargando de quién sabe dónde y ya la tiene toda destruida y se la ofrece, ¿a quién no se le enternece el corazón? Así es nuestro Padre. Las cosas que nosotros le traemos al Señor son absolutamente burdas y tontas comparadas con su gloria, pero a él le gusta recibir esas muestras de amor y de cariño de nuestra parte, hermanos.

Óigame, y tan conservadores que nosotros nos ponemos. Cuando vamos a un restaurante con nuestros amigos, no se preocupe. Nos peleamos, que yo, no, no, yo me encargo de la cuenta y cuando venimos a la iglesia, nos ponemos todos conservadores de una vez y estamos aquí contando dinero en el bolsillo con la mano. Ni un ciego lo cuenta con tanta destreza como nosotros antes de sacarlo.

Y hermanos, Dios quiere que seamos liberales, que seamos generosos. Es una forma de negociar entretanto que él viene. Hay personas que dicen, oh, Señor yo quiero ser un pastor, quiero evangelizar multitudes. Mira, comienza con lo poquito, dale al Señor. En este pasaje hay un principio muy importante, esencial del Reino de Dios, el Señor le dice al primer siervo, ‘en lo poco has sido fiel’. Si usted no es fiel en lo poco, cómo lo podrán poner en lo mucho, dice la palabra del Señor. Si usted no puede ni siquiera arriesgar algo por Dios, cómo Dios va a bendecirlo. Es un principio.

Mucha gente me dice, bueno que el diezmo no está en el Nuevo Testamento. Mire, el principio del diezmo está en todas partes del Nuevo Testamento. Los principios que fundamentan esa idea, es más, yo creo que a Dios hay que darle mucho más que diez por ciento porque él no tiene límites. Mientras tu más le das al Señor, más tu eres bendecido, eso es lo que la gente no entiende, pero hay que tener la fe para creerlo y hay que arriesgarse en el nombre del Señor, cuando hay una causa para Dios, uno tiene que ser el primero en decir, presente, aquí estoy, qué se necesita para el Reino de Dios. Esas son la gente que Dios ama, son la gente que Dios bendice.

Mire, Dios quiere usar la iglesia, Dios quiere usar las iglesias minoritarias, Dios quiere usar las iglesias “pobres” afro americanas, africanas, latinas. Dios quiere usar estas iglesias, Dios quiere usar estas comunidades para bendecir a esta nación, por eso nos ha traído. Yo mientras más reflexiono en esto últimamente más me doy cuenta de que estas comunidades étnicas que están viniendo de todas partes del mundo a países como Estados Unidos como un llamado misionero a revivir esta nación que está cada día decayendo más y más por su apego a la razón y al secularismo, al humanismo, se han desviado y son como ciegos y necesitan que gente que tiene sano temor de Dios y que conocen los valores del Evangelio vengan e inseminen y fertilicen a esta nación con su fe y la renueven, porque Dios ama a esta nación.

Dios nos ha traído aquí que ser una gente de bendición, a ser una fuente de shalom para esta nación. Entonces Dios tiene un llamado muy grande para la comunidad en este caso digamos la comunidad latina, y también me refiero a otra de las comunidades que están aquí, africanas, por ejemplo, o haitianas, o brasileras, Dios tiene un llamado para nosotros, lo tiene para la raza blanca y todo, pero me refiero aquí específicamente a los que estamos reunidos aquí, hay un llamado. Eso requiere iglesias fuertes, eso requiere iglesias con una mentalidad misionera, eso requiere iglesias empresariales, eso requiere iglesias apostólicas, eso requiere pastores con una mentalidad de negociante y de inversionista, eso requiere una iglesia agresiva, militante, siempre conquistando territorio, siempre haciendo algo nuevo para el Señor, siempre invirtiendo los recursos de Dios para avanzar y establecer el Reino de Dios y para llevar a cabo la obra que Dios nos ha encomendado en esta nación.

Hermanos, yo como pastor, no quiero sentirme allá enfrente peleando con el enemigo y que mi congregación está allá a una milla de distancia diciendo, sí, pastor adelante, dele duro, dele duro, y ellos allá tomándose una Coca Cola lo más tranquilos. Yo quiero que mi iglesia esté detrás, ahí al lado mío peleando y conquistando terreno para el Reino de Dios en Nueva Inglaterra. Yo quiero sentir que tengo guerreros a mi lado, hermanos, que tengo gente que entiende el llamado de Dios, a ser gente aguerrida, a ser gente agresiva, a ser gente militante, a ser gente emprendedora, a ser gente que invierte en el Reino de Dios y no tiene miedo al futuro porque sabe que su Dios es poderoso para proveer todo lo que ella necesita si somos fieles al Señor.

Necesitamos para ser la iglesia..., yo sé que Dios tiene grandes llamados para esta congregación que apenas estamos rasgando la superficie, pero ¿saben qué? Dios está diciendo, mira, no es tan fácil, el pastor y los pastores no lo van a hacer todo por ti, se espera que tu también inviertas. Este templo, este santuario es una locura, es una de esas cosas que yo me digo, cómo yo me meto en estas alturas de juego. Llevo ya 14 años construyendo hermanos, y no bien estamos terminando esto de acá que tanto trabajo nos ha costado, y ya estamos pensando en la próximo. Pero mire, nosotros no cabemos, esto es a las 9 de la mañana y a las 12 vuelve otra vez se llene. Todos los estudios estadísticos dicen que una vez que una iglesia llena su santuario un 80 por ciento, ya deja de crecer. Eso se ha repetido en miles y miles de congregaciones a través de Estados Unidos porque hay incomodidad, la gente ya no quiere venir porque tiene que sentarse separados, una cantidad de cosas, miren lo apretado que ustedes están para sacarle provecho al espacio aquí.

Y nosotros tenemos una ventana de oportunidad muy pequeña, si nosotros perdemos la oportunidad de construir nuestro santuario en los próximos meses de comenzar a trabajo, por lo menos romper tierra, si no lo hacemos en el próximo año legalmente, por razones largas de explicar, perdemos la oportunidad de hacerlo. A menos no abra el mar porque ya le hemos pedido una extensión a la ciudad y por todo lo que yo sé no nos van a dar una segunda extensión. Nosotros tenemos que comenzar a construir ese santuario. Entonces, yo no quiero que nos quedemos encerrados en este lugar. Somos una iglesia visionaria, hermanos, usted cree que yo emprendo eso con toda soltura y tranquilidad, simplemente por inercia porque quiero ver algo más grande. Yo reprendo al diablo en términos de cualquier cosa de orgullo, eso no es la idea. La idea es avanzar el Reino de Dios, la idea es un lugar donde vidas puedan venir. Yo estoy convencido de que cuando nosotros tengamos un santuario más amplio, nosotros podremos continuar creciendo y haciendo más cosas para el nombre del Señor.

Una de las iglesias que visitamos fue una iglesia en Connecticut ahora en este viaje misionero que hicimos, y el pastor Rick Aquiles, amigo de que ya llevamos tiempo trabajando en estas cosas, un santuario precioso, una iglesia bella. Tiene 120 años de haber sido construida. Bautista renovada y acaban de construir toda un ala hace como tres años, un hermoso santuario y él me decía, nosotros hemos cuadruplicado desde que abrimos el santuario.

Yo se que hay mucha gente esperando, porque son las dinámicas sociales, usted ve? Y no es que uno construye edificios para que vengan.... No, es que nosotros necesitamos, ya hace años que debimos haber construido un santuario más grande, entonces para que nosotros podamos.... yo estoy construyendo para el futuro, yo estoy construyendo para conquistar, yo estoy construyendo para preparar el Reino de Dios. Yo se que aquí ahora mismo cuando las iglesias quieren hacer algo de avivamiento no hay lugares, es dificilísimo y las iglesias que tienen templos grandes no quieren ni siquiera prestarlo ni usarlo para el avance muchas veces para el Reino de Dios. yo los respeto, los amo, amen. Gloria al Señor. Cada uno con su Dios, etc. pero se necesitan iglesias visionarias, hermanos. Se necesitan iglesias que sientan, no, Dios me ha llamado a edificar su reino y a laborar para el Reino de Dios. Dios me ha llamado a usar mis dones, mis talentos para avanzar el Reino de Dios.

Y esas son las personas que Dios usa para hacer cosas grandes. Vi aquí a la hermana Elsie Vergara, madre, y recordé al pastor Juan Vergara que fundó esta congregación hace 20 y pico de años. Yo me imagino que el Reverendo Vergara cuando comenzó esta iglesia en el año 82 no se imaginó, en realidad, yo no creo que él tenía en mente que la iglesia que él fundara iba a llegar, iba a tener las evoluciones que ha tenido e iba a llegar a hacer las cosas que ha hecho.

Uno a veces comienza cosas pequeñas, hermanos, y uno no sabe a dónde puede llegar. Es más, yo sé que todavía nosotros no entendemos todo lo que Dios quiere hacer a través de esta comunidad, todo lo que Dios tiene, toda la riqueza que él tiene aquí dentro de nosotros y a veces nosotros por nuestra mentalidad pequeña, hermanos, y limitada, y temerosa. ¿Qué fue lo que derrotó a este hombre? El temor, el miedo al futuro, él no sabía qué iba a pasar y no estaba seguro y pensó en los peligros, y pensó en los riesgos, y qué si lo meto ese dinero y lo pierdo, y entonces este Señor mío que es tan severo y tan exigente me corta la cabeza. Y se hizo un mar de dudas y de preguntas y de riesgos y pensó en todos los riesgos pero no pensó en todas las posibilidades y muchas veces nosotros Dios quiere bendecirnos, quiere usarnos, quiere avanzarnos, quiere llevarnos a nuevos niveles, a nuevas alturas en él y nosotros estamos aquí pensando en qué pasa si... y perdemos la oportunidad de ser bendecidos y ser de bendición.

Déjenme confesarles algo que no lo confieso con ningún tipo de orgullo, sino todo lo contrario, con vergüenza. Para que usted vea... cuando el reverendo Vergara, nosotros comenzamos seis meses en el Southend en el Emanuel Gospel Center ahí estuvimos, éramos un grupo pequeñito, un puñado de gente. A los seis meses se hizo disponible el templo que ocupamos en Cambridge durante 15 años, un lindo templo, un santuario típico de Nueva Inglaterra, de ladrillo rojo, con su alta bóveda, clásico santuario, grande, y además tenía varios salones de clase y otras cosas al lado. Era una instalación muy bella y nos la regalaban, porque la iglesia norteamericana que había estado allí originalmente había sido reducida a un puñadito de gente.

Y yo he reflexionado mucho acerca de ese proceso que se da mucho aquí en Nueva Inglaterra pero no voy a entrar en él, y finalmente tuvieron que entregar el santuario con una casa pastoral en Watertown y también con todas las instalaciones de clases. Y el pastor Vergara nos habló al grupito que teníamos en ese tiempo y nos animó de que, guau, miren esta gran oportunidad que tenemos. Un edificio se abre allá y fuimos allá a ver el edificio, era en invierno y fuimos a ver el edificio, y de nuevo nos lo estaban regalando. Y ¿saben cuál fue mi preocupación y por qué yo tenía mucho temor de que entráramos? Yo le dije, pero, reverendo Vergara, ¿cómo vamos a pagar la calefacción? Si hubiera sido yo, yo creo, probablemente no lo hubiera tomado, no estoy seguro, pero no hubiera cogido ese gran regalo que Dios nos daba por miedo a que no tuviéramos dinero para pagar la calefacción.

Gracias a Dios que Vergara tenía mucha más fe que yo en ese tiempo. Gracias a Dios que mi fe ha crecido mucho más desde entonces. Pero usted se fija a veces cómo nosotros podemos ser tan conservadores, tan temerosos, tan tímidos con las cosas que Dios quiere hacer en nuestra vida. Que terrible desperdicio hubiera sido si nosotros hubiéramos perdido esa oportunidad. 15 años estuvimos allí, nunca faltó nada. Dios bendijo en maneras amplias, generosas, abundantes. ¿Por qué? Porque dimos un paso de fe en el nombre del Señor y el mar se abrió delante de nosotros. No permitamos jamás que el miedo, el temor, lo conservador.

Así muchas veces Dios nos dice, mira, dame y estamos allí como la viuda de Sarepta, bueno, es lo único que tengo y si yo te lo doy, como dijo al profeta Elías, entonces no voy a tener ni yo ni mi hijo, nos vamos a morir de hambre. Se hizo todo un mar. ¿Y qué le dijo le profeta Elías? Le dijo, mira, dame a mi primero y yo te prometo que no te faltará ni a ti ni a tu hijo en ningún momento, y así fue. Ella lo obedeció y dice que todas las demás casas alrededor tuvieron hambre, pero en la casa de esa viuda nunca faltó el trigo ni el aceite, porque le dio al Señor generosamente.

Muchas veces nosotros así somos. Oh, estoy cansado, es el viernes en la noche. Hay una vigilia en la iglesia pero yo he estado trabajando toda la semana y si voy a la vigilia voy a estar cansado el lunes cuando vaya al trabajo y nos hacemos un mar de cosas. Cuando Dios es poderoso para reponerte todo lo que tu inviertes, y el lunes tener más fuerza de la que hubieras tenido si te hubieras quedado en tu casa descansando, porque Dios es poderoso.

Uno tiene que aprender a moverse en el poder de Dios, hermanos. Hay una oportunidad de venir a la iglesia y adorar a mitad de semana, y estamos pensando, no, mañana es jueves, tengo que levantarme a las 5 de la mañana, voy a estar cansado y nos cansamos aunque no lo estemos porque nos hacemos un mar de preocupación.

Mientras uno se mueve en el poder de Dios, Dios renueva nuestras fuerzas en el vuelo. Si usted aprendiera, y yo aprendiera a movernos en el poder en el Espíritu Santo y menos en nuestra fuerza, en los recursos que Dios da, Dios multiplicaría tu hacienda, Dios te bendeciría, Dios te usaría en grandes maneras.

Al siervo que le dio una mina y le entregó diez minas a su Señor, el Señor le dijo, sabes qué, esas diez monedas yo las voy a cambiar en autoridad sobre 10 ciudades para ti, vas a ser gobernador de 10 ciudades y al otro que le rindió 5, 5 ciudades.

Mire, con esto ya termino, nosotros pensamos a veces que el Reino de Dios allá arriba, que cuando nosotros vayamos al cielo nos van a abrir un gran closet con unas batas blancas y un arpa colgando de cada bata blanca, todas del mismo tamaño y el mismo diseño y que nos vamos a pasar toda la eternidad tocando un arpa subidos en una nube cantando himnos del siglo 18 con una bata blanca. Para mí, eso sería el infierno. Yo creo que el Reino de Dios va a ser algo creativo, va a haber diferencias, va a haber recompensa a diferentes niveles. El que trabajó, el que se esforzó, el que dio duro aquí, el que le dio al Señor todo lo que tenía, en la eternidad gozará de gloria, de autoridad. Yo no sé qué Dios tiene en el futuro pero yo sé que es algo maravilloso, el reino de los Cielos va a ser un lugar de inversión, de trabajo que no desgasta o cansa como el trabajo aquí, de creatividad, de acción, de nuevas vistas y nuevas cosas que nosotros ni siquiera podemos entender y yo estoy seguro que muchos de los que pase en la eternidad dependerá de lo que nosotros hacemos aquí en la tierra. ¿Usted entiende?

Y por eso nosotros nos esforzamos porque yo creo que si uno vive aquí por fe, dándole al Señor uno está invirtiendo para el Reino de la Eternidad. Y que yo estoy sembrando para la eternidad, y que todo lo que yo le di al Señor aquí, todo lo que yo dejé en esta tierra, mis diezmos, mis ofrendas, mi trabajo, mi sudor, mi llanto, mi sangre, mis fracasos, todo, un día el Señor lo tornará en gloria por toda la eternidad. Y por eso trabajamos en fe aquí, todo lo que le invertimos al Señor Dios lo está atesorando, por eso el Señor Jesucristo dice inviertan donde no hay moho, donde no hay corrupción, donde no puede venir un ladrón y robarte el dinero, invierte en el Reino de los Cielos porque allá todo es ganancia. Nada de lo que tu inviertes en el Reino de Dios en esta tierra dejará de tener su recompensa.

Dice el Señor que aún un vaso de agua que tu le des a alguien por haber sido siervo del Señor, no dejará de ser reconocido Dios. Imagínese. Todo lo que tu des lo vean o no lo vean otros, Dios lo está registrando en su libro y ganará intereses para toda la eternidad. Dale al Señor, invierte en el Señor, vive tu vida con una ética de servicio al Señor, de sacrificio al Señor, de inversión al Señor, todo lo que tu hagas, hazlo en el nombre y para la gloria del Señor y para avance del Reino de Dios. se un guerrero para Dios aquí en la tierra, invierte tu vida, dedica tu vida al Señor, dedica tus dones al Señor, vive poseído por una visión de darle al Señor y que tu vida valga, que el talento que Dios puso en ti reciba el máximo de rendimiento.

Y un día podrás escuchar la voz de aprobación de tu Padre celestial, diciéndote, ven, buen siervo y fiel, te has cansado, has trabajado, has sangrado, has cometido errores, has llorado, te has desvelado, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te he de poner. Recibe ese reto del Señor y vive para esa visión, para que tu vida valga para el Señor, para que tu vida sea de bendición y de avance del Reino de Dios.

Eso es lo que justifica mi vida, hermanos, a mi no me interesa nada, creo que puedo decir como dice el Apóstol Pablo, todo lo tengo por basura para ver si conozco a Cristo en todo su poder y en su padecimientos. Eso es lo único que justifica mi vida ya, no me interesa gloria ni dinero ni nada, solamente que mi vida valga para el Reino de Dios, que los dones que Dios ha puesto en mí sean usados avanzados para el Reino de Dios. Esa es mi gloria, ese es mi gozo y yo espero que tu también sientas eso mismo. No me importa que tu seas un trabajador, un obrero, un carpintero, un inversionista, un ingeniero, una ama de casa, una abuela. Lo que sea que tu seas, escúchame, Dios ha puesto algo en ti y Dios espera rendimiento.

Dios no quiere que tu le devuelvas lo que él ha puesto en ti metido en un pañuelito todo sudoroso y sucio y que le digas, mira, Señor estuve demasiado cansado, estuve demasiado cargado, tenía demasiado trabajo, demasiados hijos, era muy difícil estudiar, nadie me ayudó, yo nunca estuve seguro de si iba a salir algo de lo que iba a hacer o no, y por lo tanto no me esforcé, lo único que hice fue ir a la iglesia.

Que triste. Muchos entrarán al reino de los cielos avergonzados y tristes en vez de entrar con el gozo del Señor inmediatamente y entrar a disfrutar de la gloria plena de Dios porque no le dieron al Señor, no rindieron aquí en la tierra.

Así que, hermanos, vamos a hacer que este sermón se grabe en nuestros corazones como un reto para cada uno de nosotros, que no vuelvas a olvidar este reto del Señor. Yo te pido por favor, escribe esto en tu corazón. Hay muchos sermones que uno predica muchas veces pero este es un sermón fundacional, este es un sermón básico que tu y yo somos llamados al reino... somos salvados, Dios ya nos ha puesto un sello, ya, hermano, tu vas a entrar ahora a la eternidad y a disfrutar de algo que ni siquiera te puedes imaginar y entonces Dios dice, pero mientras tu estés aquí esperando tu llamado, yo quiero que tu te asegures de darme rendimiento, que tu inviertas y que trabajes todo lo posible para avanzar mi Reino, porque yo espero rendimiento de ti.

Póngase de pie un momento y pídale al Señor ahora mismo que selle ese llamado en su vida. Vamos a levantar una iglesia guerrera, vamos a levantar una iglesia de inversionistas, vamos a levantar una iglesia de hombres y mujeres de negocio para el Reino de Dios, gente completamente convencida y comprometida con Dios. ¡Aleluya!

Padre, mueve tu poder. Ore y pídale al Señor que selle su espíritu con esta enseñanza. Reciba el toque de Dios en su vida. Padre, yo desato en el nombre de Jesús.

Lord, I release the calling, I release the anointing in your people, I release men and women full of the spirit of God.

Yo suelto, Señor, la unción tuya en este cuerpo y te pido que actives tu llamado en nuestros corazones, que levantes hombres y mujeres que no retrocedan, que no echen atrás, que no quiten la mano del arado, hombres y mujeres que sepan que el llamado es para serio y para largo, que mientras tanto tenemos que dar un paso de fe delante del otro hasta que lleguemos, hasta que lleguemos a la meta.

Hombre, mujer, joven, niño, Dios te está llamando, él te quiere enlistar en su ejército, él quiere hacer grandes cosas a través de ti, él no ha llamado fracasos, él no ha llamado gente pequeña, él ha llamado guerreros, águilas, aves de presa, hombres y mujeres de combate, eso es lo que Dios quiere. Y Dios te dice, yo estaré contigo dondequiera que tu vayas, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, yo estaré contigo dondequiera que tu vayas, solo pon mi palabra en tu corazón, vívela, cómela, fundaméntate sobre ella y nadie te podrá derrotar en todos los días de tu vida, saldrán contra ti por un camino y huirán por siete caminos, dice el Señor. en todas tus batallas yo te sacaré victorioso, nunca fracasarás en nada que emprendas, porque yo te voy a respaldar en todo.

Gracias, Señor. Te adoramos, te bendecimos, te exaltamos, Señor. te glorificamos, gracias, Jesús. Sella esta enseñanza en el corazón de tu pueblo en esta mañana, Padre, séllala en el nombre de Jesús. Gracias, Señor. Gracias. Denle un gran aplauso al Señor. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor.