Cuando llueve, truena

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Quiero tomar estos últimos 15 minutos, solamente para reflexionar en algo que lo quiero conectar con el mensaje que también estaba hablando el miércoles pasado. Y, en esta semana, no sé, por alguna razón, yo no sé si ustedes han escuchado esa expresión que dice, “Cuando llueve…” ¿Así es como dice la expresión? “Cuando llueve, truena.” O sea, cuando cae una cosa, cae de verdad.

Y en esta semana ha sido bien interesante porque, en una semana nosotros hemos estado lidiando con tres distintos funerales, aquí como iglesia. Y es algo que puede sonar bien abrumante, o sea, esta mañana - anoche, el Pastor Gilberto estaba en el funeral del papá de nuestro hermano, Tito Ortiz, que falleció también. Esta mañana el Pastor Gregg y mi persona, fuimos al entierro del mismo. Hoy estamos aquí con la familia Gonzalez. El Pastor Gregg está esta noche en la funeraria con la familia de la hermana Nelva Santiago, que también la mamá de Nelva Santiago falleció este fin de semana pasado. Así que todas estas cosas uno se dice, “¡Guau!” Muchas muertes. Lo que pasó es que, espérate, ¿qué es lo que está pasando aquí? Como que todo se acumuló así de repente en una semana.
Y yo me puse a pensar, “Espérate, Señor, aquí hay algo muy, muy interesante que yo creo que Tú quiere que nosotros le prestemos atención.” Y es el mero hecho de que muchas veces la gente le tiene un temor a la muerte, pero yo creo que la muerte no es tan solamente sino que el fin de una etapa que inicia otra. Eso es lo más que puedo decir. La muerte es el fin de una etapa que le da inicio a otra.

Y, miren, yo no sé obviamente los que no estaban aquí el miércoles pasado, voy a hacer esto más bien como resumen. El miércoles pasado yo estaba hablando acerca de este tema: Cuando lo que Dios hace no tiene sentido. Que hay veces en la vida que uno se queda como, Dios, pero por qué Tú permites que esto pase? ¿Por qué esta persona murió en un accidente? O, ¿por qué esta persona tan querida, que hace tanto por Ti, que te sirve, de repente muere de una enfermedad terminal?

Y muchas veces no podemos reconciliar las cosas que suceden en la vida, con nuestros meros pensamientos humanos. O sea, se requiere una mentalidad totalmente distinta para no necesariamente estar apuntando a Dios y tirándole la culpa a Él, sino sabiendo aceptar las circunstancias y saber cómo uno moverse adelante. En vez de esas palabras que yo estaba hablando, yo hice referencia a este relato de la muerte de Lázaro que está en el Libro de Juan, capítulo 11, que cuando Lázaro murió, Jesús se tardó cuatro días en ir a visitar a la familia. En vez de haber respondido, por ejemplo, nosotros nos enteramos de algo así y en media hora estamos en la casa de la persona y nos consolamos unos a otros.

Pero Jesús se tarda cuatro días en ir a consolar la familia de Lázaro. Pero en eso, Él tenía un propósito. Y el propósito que vimos y discutimos es que Él lo que verdaderamente quería era saber si la gente creía en Él o no, que Él podía hacer algo en medio de esa situación. Esa fue la conclusión de lo que estábamos hablando. ¿Crees tú en esto? Que fue una confrontación que el mismo Jesús hizo. ¿Sabes? Porque yo estaba diciendo, no sé si se acuerdan del ejemplo gráfico que yo hice. Que a veces venimos, lloramos y dejamos nuestras lágrimas aquí en el altar, pero salimos de la iglesia y seguimos viviendo nuestras vidas alocadas como si nada.
Venimos aquí, oramos, “Señor, ayúdanos con esto, ayúdame con lo otro.” Y venimos con todas estas cosas, pidiendo, pidiendo y pidiendo pero entonces nuestras vidas no reflejan, no demuestran un verdadero sentido de ver que Dios verdaderamente puede intervenir en medio de nuestras vidas. No creemos en que Dios verdaderamente pueda hacer algo. Nuestras acciones, nuestras actitudes, nuestra forma de pensar, nuestra forma de hablar contradice todo lo que podemos venir y decir y hacer aquí dentro de la iglesia. Aquí somos unos santurrones pero cuando nos vamos allá afuera, ¡Uh! La historia es otra. Y es la verdad.

Y por eso es que yo creo que en ese relato, en esa historia, cuando yo vi que Jesús confronta a María y le dice, “María no te preocupes, Lázaro va a resucitar.” “Ah, sí, Señor, yo sé que él va a resucitar en el día de la resurrección.” Como quien dice, estaba obviando lo que Jesús estaba diciendo, y Jesús estaba diciendo, “No, no, no, yo puedo hacer algo por Él ahora.” Y Jesús tiene que confrontar entonces a María, diciéndole, “¿Tú crees en lo que yo te estoy diciendo?” Allí es donde está la clave de todo esto, ¿tú crees en que yo puedo hacer algo en medio de tu vida? Y yo creo que muchas veces Jesús nos confronta así con esas palabras. En medio de nuestras vidas, en medio del trajin de lo que nosotros vivimos en el diario vivir, es como que hay veces que Jesús tiene que pararnos el caballo y decir, “Espérate, ¿vas a creer en mí, sí o no?”

Entonces, cuando yo me enfoco en estas palabras ahora de cómo Jesús verdaderamente quiere intervenir pero Él está esperando a que nosotros le demos esa entrada de decir, “Mira, Señor, yo creo. Haz como Tú quieras.” Allí entonces es donde yo veo esta idea de que, esa muerte que se da en nuestra vida representa el morir a algo para comenzar o terminar una etapa para iniciar otra. Miren, les voy a contar este relato. Éste yo lo cogí del Pastor Gregory, yo no lo había visto de esta forma.

Pero, ¿ustedes se recuerdan del relato del hijo pródigo, en la Biblia? La verdad, saben la historia del hijo pródigo, que fue el hijo que cuando estaba con su padre, obviamente, él le dio con la idea de irse a parisear, y pidió su herencia antes de tiempo. Miren qué interesante, y esto es un secreto, yo no sé si yo les había contado esto antes. Pero en el relato así del contexto judío, este muchacho, cuando le pidió a su papá su herencia. ¿Saben lo que le estaba diciendo al papá? Quiero que te mueras. Eso fue lo que estaba diciendo, porque el papá no estaba muerto, so al pedirle la herencia está diciendo, “estoy deseando que tú te mueras.”
¿Ven por donde voy? A veces nuestras acciones, nosotros creemos que estamos haciendo algo por mero placer momentáneo, pero lo que estamos haciendo behind the scenes, es otra cosa. So, el asunto es que este muchacho se va a coger todo su dinero y lo gasta en mujeres, lo gasta en todo lo que hizo de acuerdo al relato, y después que estaba metido en el hato de cerdos, comiendo algarrobas, apestando a… a rosas no olía, definitivamente, que él no olía a rosas. Tal vez tenía el fertilizante para sembrar rosas, pero él no olía a rosas.

So, el asunto es que en medio de esa situación este muchacho de repente como que recapacitó. El tipo se dio contra la pared, por así decirlo, y se dio bien duro. La nariz se le fue a la parte de atrás de la cabeza. Y perdónenme, familia Gonzalez, pero yo hay veces que me pongo un poquito jocoso cuando estoy aquí predicando los miércoles, así que, bear with me. Pero el asunto es, que este muchacho de repente decide, “no, pérate, aquí estoy yo con estos cerdos, mientras que en la casa de mi papá estaba mejor.” El asunto es que este muchacho dice yo voy a regresar donde mi papá y él dice, “mira, papá, yo sé que pequé contra ti, te ofendí y recíbeme solamente como uno de tus siervos.” Ese era el plan que él tenía.

Pero qué pasó, el final de la historia es este que cuando él estaba regresando el papá lo vio a la distancia, y el relato dice, ‘más…’ Les voy a leer esta parte para que vean que yo no me lo estoy inventando, sino que está allí. Miren, Lucas, capítulo 15… uh, ¿dónde estoy? Verso 20: ‘Y, levantándose, vino su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido misericordia y corrió y se echó sobre su cuello y le besó.’

Yo quiero que ustedes observen esto, porque de nuevo, esta historia está en un contexto. Recuerden que en aquél entonces, los hombres vestían, ¿cómo se dice? Sus robes… sus túnicas, así era como vestían los hombres en aquél entonces. Y este hombre se ofendió doblemente por así decirlo, digo, fue ofendido doblemente. Primero su hijo lo ofendió a él, y después él se ofendió así mismo, porque cuando dice que corrió, las mujeres que usan aquí batolas cuando están durmiendo, ¿si usted ha tratado de correr con una batola, se le hace difícil correr con una batola? Verdad que los pies se le… Qué es lo que usted tiene que hacer, usted tiene que coger la batola, levantársela y salir corriendo, ¿verdad?
Eso le pasa mucho a las novias cuando suben aquí al altar. Blanca, mírala allí. Les pasa a las novias que cuando vienen subiendo, las colas de los trajes son tan grandes que es como que se la tienen que subir para poder subir el escalón. Y miren, este hombre cuando sale corriendo, yo me imagino que se tuvo que levantar su batola, para poder salir corriendo y eso significa que ese hombre reveló sus bellas piernas fuertudas y llenas de vellos. Y, ¿saben qué? En aquél entonces que un hombre hiciera eso era una ofensa, también. El hombre se estaba ofendiendo; pero a ese hombre no le importó porque a quien vio fue a su hijo. Y a él lo que más le importaba era su hijo, de poder ir y recibir a su hijo y restaurarlo.
El pastor Gregory compartió hoy que esta historia se parece mucho a lo que sucede en el cielo, cuando alguien se nos va. Estamos aquí en la tierra viviendo nuestras vidas en la forma que la vivimos, pero cuando llegamos al cielo tal vez llegamos con un sentido de: “Ah, Señor, hice esto, perdóname pequé.” Y Dios de repente como que para el, ¿cómo se dice? El parlamento que nosotros habíamos preparado, Él lo para porque miren lo que dice.
Cuando… y el hijo le dijo al padre, ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado a tu hijo.’ Pero el padre dijo a sus siervos, ‘Sacad el mejor vestido, vestidle y ponedle un anillo en sus manos y calzado en sus pies.’ En otras palabras, el papá lo interrumpió, no dejó que él terminara. Él tenía toda una explicación y justificación de qué era lo que había hecho, sin embargo él lo interrumpió y dijo, ‘Mira no te apures, estás conmigo, yo te recibo. Yo me reconcilio contigo y te doy una identidad totalmente nueva.’ Ese muchacho pasó… ese hato de cerdos fue la muerte a una etapa en su vida y cuando llegó a los brazos de su papá fue el inicio a una nueva vida. ¿Me siguen por dónde voy?

Ese episodio allí solamente se puede dar cuando llegamos a ese encuentro en nuestras vidas, y miren, miren que estoy hablando de muerte en dos términos. Estoy hablando de muerte cuando nosotros pasamos de un estilo de vida a otro. Como un estilo de vida a otro. Como quien dice, renunciamos a una cosa para, como quien dice, absorber otro nuevo estilo de vida. Y también, obviamente, está esa muerte cuando morimos aquí esta vida, que se da esa separación de esos dos seres, el cuerpo se queda inerte, inmóvil aquí en la tierra y va debajo de la tierra, pero el alma regresa a aquél que la respiró primero.

Ese aliento de vida que tienen estos cuerpos ahora mismo… Mire, póngase a pensar ahora en esto, si de repente a Dios le daría con quitarme ese aliento de vida, este cuerpo que ustedes ven, se va a desplomar aquí. No va a tener movimiento, no va a tener nada. Y hay veces que nosotros nos preocupamos por este cuerpo y nos apegamos tanto a este cuerpo, pero este cuerpo es nada sin ese aliento de vida.

Así que cuando se da esa separación el cuerpo, así, se paga por completo. Pero Dios recibe el origen, la esencia de todas las cosas, la recibe una vez más. Yo estoy seguro que eso pasó con Milagros; eso pasó con el papá de nuestro hermano Tito; eso pasó con la mamá de nuestra hermana Nelva. Eso pasó con el hijo de Abdulia, también, con David. Eso pasó con tantos que nosotros conocemos, que ya han pasado a morar a un lugar mucho mejor de lo que nosotros estamos ahora. Pero aquí, mientras nosotros estamos, mis hermanos, allí es donde yo veo que se da ese episodio, esa etapa que nosotros siempre tenemos la oportunidad de morir a algo aquí en el ahora, en el ya, para poder iniciar una nueva etapa en nuestras vidas.

Cuando alguien querido se nos va representa el fin de algo, representa el fin de una etapa en nuestras vidas. Podrán representar el fin de que ya cuando venga la próxima comida de acción de gracias, va haber un espacio que no se tenía antes, pero ahora no. Tal vez que cuando estemos en las reuniones de familia, en Navidades que va haber algo que va a estar distinto, es el fin de una etapa, pero con todo y eso va a ser el inicio de otra.
Cómo nosotros procedamos con ese inicio de otra temporada, allí es donde depende si nosotros hacemos verdaderamente real a Dios en medio de esas cosas o no. Allí es donde verdaderamente se marca, ¿cómo diría yo? Ese punto culminante donde las cosas se pueden aguantar o se pueden caer. Y yo comparto estas palabras, mis hermanos, porque en distintas facetas en nuestras vidas, esto se puede experimentar. Sí, para los que perdemos un ser querido, esa persona nos deja un ejemplo. Y nosotros podemos determinar o imitar ese ejemplo o ignorarlo por completo, pero el ejemplo está allí. Cómo nosotros asumamos eso, puede marcar el inicio de una nueva temporada en nuestras vidas o no. Y a la misma vez concerniente a tantas otras cosas.

Mire, usted puede morir, le voy a enumerar algunas: usted puede morir a una forma de pensar. Usted puede morir a eso, decidir, no, yo no voy a pensar más así, voy a iniciar algo nuevo. Usted puede pensar… usted puede morir a una forma de carácter. Como siempre he dicho, “Ah, yo soy así, la gente me tiene que aceptar tal y como yo soy.” Mire, usted puede morir precisamente a ese carácter. Usted puede ser así – “yo puedo ser así, pero Dios me va a ayudar a cambiar, por e bien de mi familia, por el bien de mi esposa, de mis hijos, de mis colegas de trabajo…” Usted puede morir a eso y empezar algo nuevo. “Tengo un vicio de alcohol.” “tengo un vicio de fumar que parezco una chimenea.” Usted puede morir a eso y empezar una nueva etapa en su vida.

¡Hay tantas cosas! “Oh, vengo de un pasado con pensamientos depresivos.” Mire, usted puede morir a eso y en el nombre de Jesús, iniciar una nueva vida. Hay tantas cosas que se pueden dar en el aquí y el ahora, pero si la persona de Dios no está presente allí, como quien dice, sirviendo como el eje de toda esa maquinaria; esa nueva etapa que se inicie puede ser muy difícil y tumultuosa. Pero con Dios, yo creo, y lo creo fielmente, que aunque vengan las tormentas de la vida, mira, esa casa va a permanecer, mi vida va a permanecer y va a llegar el propósito que Dios la tiene intencionada.

Así que, mis hermanos, yo les animo a pensar en esto. Yo les animo a pensar en esto: por favor, cuando usted se esté enfrentando en un momento de transición en su vida, en cualquier forma esa transición se pueda manifestar, no se olvide que tal vez esa transición está trayendo una oportunidad de Dios para que podamos morir a algo e iniciar una nueva etapa. En cualquier forma eso se puede dar, pero yo creo que es una puerta, es una oportunidad, es una venta – es un momento en el tiempo, donde Dios nos dice, “Considérame a mí, cree en mí. ¿Cómo vas a llevar tu vida en adelante? La vas a seguir llevando al garete, como lo estabas haciendo tú por tu propia cuenta y tus propios criterios? O vas a empezar a considerar las cosas que yo quiero para tu vida? Para que tu vida y tus pasos se puedan ordenar un poco más. Cuando consideramos eso y respondemos esa invitación de Dios, miren mis hermanos, yo creo que las cosas – la vida coge un giro totalmente distinto.

Yo les quiero animar y los quiero dejar con esto, y quiero orar sus vidas, orar por ustedes familia Gonzalez e invitarles a que consideren estas palabras, de cómo en esta nueva etapa las cosas que Milagros aprendió y les enseñó de cómo muchas cosas se podían hacer tangibles en medio de sus vidas. Y así mismo yo lo digo para el resto de todos nosotros, mis hermanos, porque nadie se puede esquivar de esto. Esta palabra se puede aplicar a muchos contextos en nuestra vida. Dios siempre nos da una nueva oportunidad para terminar algo que se tiene que terminar e iniciar una nueva etapa para que él verdaderamente pueda fluir en medio de nuestras vidas. Así que yo les animo y les invito a considerar estas palabras.
Y yo quiero que oremos, mis hermanos, yo quiero que oremos y que estas palabras verdaderamente se cimenten allí en medio de sus mentes y de sus corazones. Que no salgamos de aquí como, “¡Ah, que lindo!” No, no. Esto no es qué lindo, esto es, ¡Guau, cómo Tú me estás hablando Dios! Y, ¿cómo yo te puedo responder a Ti?

Y miren, yo tomo la oportunidad… usualmente, yo no hago esto, pero yo tomo la oportunidad para hacer esto, si estas palabras verdaderamente al corazón y uno quiere considerar como tal vez él usó el hijo pródigo, pérate, yo tengo que hacer un maintenance check con Dios y enderezar mi vida, mis pasos. Si el sentir de algunos de ustedes, así es en esta noche, mire, allí donde usted está yo le pido que se ponga de pie y que nosotros podamos orar, también por usted. Que si usted dice, Señor, mira yo necesito organizar mi vida en alguna forma y pedir que tú seas dirigiendo mis pasos, yo quiero orar por usted en particular. Solamente si usted se identifica con estas palabras, yo quiero orar por usted y que Dios verdaderamente pueda incentivar su vida en una forma que usted pueda recibir esa fuerza de Dios para poder seguir adelante en esas nuevas etapas que de alguna forma u otra, Dios trae a su vida y que Dios las permite en su vida.
En cualquier forma que estas terminaciones e inicios se puedan dar, usted pueda ir, andar como Dios manda y como Dios quiere y da para usted. Señor, Jesús, en este momento, mira Señor, yo te presento a cada persona que están aquí, oh, Dios. Padre, ahora mismo, yo te ruego, Padre, que a estas personas que se han puesto de pie, Tú conoces su corazón, Tú conoces su sentir, mi Dios. Tú conoces cómo ellos se encuentran delante de Ti, así que yo te pido que ahora mismo, Tú vengas a sus corazones, Señor, y que Tú reconcilies su vida por completo contigo, Señor. Que ellos puedan sentir ahora mismo el arrullo tuyo, mi Dios, la cobertura de Tu presencia sobre ellos, mi Dios.

Y que Tú les afirmes en estas encrucijadas de su vida, en estas transiciones, en este cerrar de unos capítulos e iniciar otros capítulos en sus vidas, Señor, yo te pido que Tú traigas revelación de tus propósitos sobre sus vidas, Señor. Que ellos puedan ver Tu mano obrando en medio de ellos, Señor Jesús, y que sobre todas las cosas ellos te puedan conocer aún más y que puedan experimentar más de Ti de lo que habían echo antes. Señor, yo creo que Tú palabra tiene la capacidad de hacer la diferencia. Y aquí se ha hablado Tu palabra, mi Dios. Permite que esta palabra cave bien profundo en los corazones, Señor, y que nos mueva a llevar a cabo acciones que vayan de acuerdo a los deseos que Tú tienes sobre nuestras vidas.

Padre, bendigo a todos mis hermanas y hermanos aquí esta noche, Señor. Yo te pido que sobre cada uno de ellos, Tú deposites Tu paz, deposites Tu gracia, Señor, y que Tú les afirmes en medio de cada uno de sus corazones, el caminar de sus vidas. Bendícenos, Señor, a medida que nos preparamos para salir de aquí y regresar nuestros hogares, Señor. Sé con nosotros y que, mi Dios, aún en nuestro sueño que podamos sentir y experimentar Tu presencia en medio de nuestras vidas.

Te damos las gracias por todo, en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias Dios.