Tu actitud determina tu destino

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Capítulo 13, Libro de Números. Vemos aquí la historia conocida de cuando Moisés, mientras los israelitas estaban en el desierto, y para los hermanos que no conocen la historia bíblica simplemente hacemos recuerdo. Los judíos, los hebreos estuvieron en Egipto por siglos, mucho tiempo cautivos allí en Egipto. Eran esclavos y en realidad Dios había permitido que ellos estuvieran en Egipto para que se hicieran una gran y poderosa nación.

Crecieran numéricamente y llegó el momento en que ya los hebreos habían alcanzado un número muy grande -1 millón y pico de personas- y Dios ahora quería sacarlos de Egipto. Y el Señor -ustedes recuerdan la historia- envió a Moisés como un libertador y sacó al pueblo hebreo de las garras de los egipcios y el propósito de Dios era llevarlos a Canaán, una tierra que Él les tenía reservada en otra parte del Medio Oriente. Y allí el Señor tenía reservado gran bendición, gran provisión, gran abundancia para el pueblo de Dios. Una tierra -dice que fluía leche y miel- de gran abundancia.

Dios había decretado que las tribus, las naciones que poseían esas tierras iban a ser exterminadas, iban a ser extirpadas de la tierra por su gran maldad, su gran pecado. Se habían corrompido moralmente con sacrificios humanos, grandes perversidades sexuales, todo tipo de corrupción. Y Dios había decretado que esas naciones tenían que ser extirpadas de la tierra y que esa tierra iba a ser entregada a los hebreos.

Sabemos también que Abraham, ya siglos antes de que los hebreos fueran a Egipto, cuando era simplemente un hombre nómada Abraham había recorrido esas tierras y como que las había marcado para Dios,

Siglos atrás ya Dios tenía el propósito de entregarle esas tierras a su pueblo y todo lo que vino entre la jornada de Abraham y la llegada de los hebreos a Canaán fue simplemente la preparación de Dios, a través de la historia. Preparado el escenario para que finalmente los hebreos pudieran llegar a la tierra prometida.

Y aquí tenemos entonces en el Capítulo 13 que ya los hebreos están bien cerca de entrar a Canaán, han salido de Egipto y ya todo está preparado para que ellos entren a Canaán. Ya Dios tiene el propósito de que así sea. Mira eso, están al borde mismo ya de entrar en la bendición. Por eso es que yo digo que es importante que entendamos que muchas veces Dios tiene propósitos benévolos, Dios tiene grandes bendiciones y planes para nuestra vida. Pero ¿saben qué? Nosotros tenemos el poder para frustrar y esto puede sonar un poquito escandaloso. Nosotros tenemos poder para frustrar las grandes bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Dios ha permitido que el ser humano, en su libre albedrío, en su libertad con que Él lo ha creado, tenga derecho a cerrarle las puertas a la bendición que ya Dios tiene preparada para ellos. Por desobediencia o simplemente por obstinación o porque aman más los atractivos del mundo o lo que sea. Y podemos perder las bendiciones que Dios tiene.

Yo diría, una de las ilustraciones más claras de esto es la salvación. Dios mandó a su hijo Jesucristo, Cristo murió en la cruz, vivió aquí en la tierra, tuvo tres años de ministerio, dejó su iglesia establecida, dejó toda una palabra de instrucción para nosotros. Y ya en la mente de Dios, Dios quiere que todo el mundo sea salvo, dice. Dios quiere que todos procedan a la salvación.

¿Cuántos saben eso? Dios no tiene una cuota para que la gente sea salva. Dios no dice “Solamente se van a salvar 144 mil o diez millones o tres billones”, ¡No! Dios quiere que todo el mundo entre a la salvación.

¿Pero qué pasa? Mucha gente no sigue las prescripciones que Dios ha establecido y pierden sus almas porque no obedecen a lo que Dios manda que es aceptar a Cristo como su Señor y Salvador. Recibir a Jesús, caminar en los caminos que Él ha establecido. Entonces el propósito benévolo de Dios es frustrado.

Recordarán cuando Cristo sentado sobre el monte en Israel, miró a Jerusalén y dijo:”Jerusalén, Jerusalén, tú que apedreas a tu profeta. Cómo quise yo cubrirte como la gallina cubre a sus polluelos y no quisiste”. Y ahora dice “Tu tierra es dejada desolada completamente porque desobedecieron el plan de Dios. Y aquí vemos a Dios ya dio para entrar a los hebreos en la tierra prometida.

Y entonces, en el capítulo 13, en el Versículo 1 Dios le habla a Moisés diciendo: ‘Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán la cual yo doy a los hijos de Israel. De cada tribu de sus padres enviaréis un varón. Cada uno príncipe entre ellos”.

Dios manda a Moisés a que escojan un representante de cada una de las 12 tribus, un hombre noble, un hombre que es cabeza de su familia y que los envíen como espías a la tierra antes de entrar a la tierra, están cerca de ella. Antes de entrar a la tierra, Dios dice: “Envíame 12 hombres para que hagan una especie de reconocimiento de la tierra”. Una especie de espionaje para que vean como es la tierra a la cual yo los envío.

Y miren aquí, en el versículo 17 dice: ‘Los envió pues Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: ‘Subid de aquí al Negueb y subid al monte. Y observad la tierra como es y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso. Como es la tierra habitada, si es buena o mala y como son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas y como es el terreno: si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no’.

En otras palabras Dios les está diciendo: Vayan y exploren esa tierra que Dios nos ha dicho que es nuestra. Miren a ver como es la tierra, examinen las tribus que están allá y vengan con un reporte de que armas tienen, si son fuertes, si son altos, si son numerosos, si tienen ejércitos grandes. Examinen las condiciones de la tierra: si hay buenos árboles. Es decir, un reconocimiento total de la tierra.

Y entonces dice: “Regresen con ese reporte a nosotros”.

Yo veo aquí algo bien importante. Una se preguntaría ¿para qué era necesario eso? Si ya Dios había dicho que iban a entrar a la tierra y ya tenían la tierra declarada por Dios que era parte de ellos. ¿Por qué tenían que hacer este reconocimiento tan detallado? ¿Tan preciso de la tierra?

Bueno, yo creo que Dios quiere que nosotros seamos gente de orden, gente que se tome tiempo para analizar sus promesas, para analizar lo que Él ha declarado sobre nuestras vidas. Yo creo que la fe no niega la inteligencia, no hay conflicto entre la fe y él uno hacer exploraciones sanas de las promesas de Dios, conocer lo que Dios ha dicho, estudiar la Biblia. Usar la mente para entender.

Yo creo que muchas veces, nosotros los cristianos creemos que simplemente porque Dios nos ha dicho que nos va a dar esto o nos va a dar lo otro, yo me voy a sentar a esperar que venga. Yo creo que hay que hacer esfuerzo, hay que hacer muestra parte también, hay que estudiar, analizar las cosas.

Y Dios quería que estos hombres entraran a la tierra y que cuando el pueblo fuera a entrar -porque iban a haber batallas- Dios les dijo “esa tierra es de ustedes”, pero cuando ellos entraran a esa tierra iban a haber allí tribus enemigas que iban a estar esperándolos. Iba a haber guerras, iba a haber luchas y Dios quería que ellos estuvieran preparados también.

No era simplemente, Okay, Dios iba a mandarlos, iba a matar a todo el mundo enemigo y ellos iban a entrar y coger la tierra como si nada hubiera pasado. No, ellos tenían que hacer su parte también, tenían que estudiar las condiciones, tenían que prepararse porque iba a haber batallas.

Hermanos, yo creo que así pasa en nuestra vida también. Dios ha declarado ciertas cosas sobre nuestra vida pero no es como que el diablo va a estar también ahí tranquilito con un palillo en la boca esperando que nosotros entremos y cojamos todo lo que Dios ha declarado.

¿Cuántos saben que hay oposición y lucha en la vida del cristiano? Va a haber lucha, nosotros mismos vamos a veces en nuestra carne a oponernos a veces a las bendiciones que Dios quiere. Gente que nosotros amamos va a oponerse a que nosotros entremos en las bendiciones de Dios.

¿Cuántos hermanos se convirtieron al Señor y enseguida el primer enemigo que tuvieron fue gente de su propia familia, de su propia casa? Que dijeron tú te estás volviendo un fanático un Aleluya, tú ya nada más quieres estar en la iglesia y dándole el dinero a esos Pastores que lo que hacen es que se lo roban y se lo cogen para ellos, etc., etc. ¿No?

Y ahora lo que quieres tú es nada más, estar leyendo esa Biblia, eso es todo lo que tú haces. Antes tú ibas con nosotros al cine y a las fiestas, bebías y esto y lo otro y ahora no quieres hacer nada. Te estás volviendo un aburrido, un fanático, ¿no? Un santurrón.

A veces vienen las oposiciones a nuestra vida desde adentro mismo, a veces nuestros propios hábitos, las ataduras emocionales y mentales que tenemos del pasado cuando entramos a los caminos del Señor y Dios quiere darnos bendiciones y limpiar nuestra tierra y organizar nuestra vida. Tenemos ataduras, tenemos heridas del pasado, cosas emocionales que nos atan, depresiones, temores, complejos de inferioridad, ataduras a gente, a ambientes.

¿Cuántas personas quieren entrar en los caminos de Dios y aman tanto la sociedad y el prestigio y no quieren entrar en los caminos de Dios porque los afanes del mundo, como dice la parábola de Jesucristo los mantiene alejados? Quieren, la palabra cae en ellos, sienten amor. Cuando van a la iglesia lloran, sienten gozo por el Señor pero hay enemigos adentro y enemigos afuera que se oponen a que esa gente entre a los caminos del Señor.

Y será mejor que usted entienda eso, que usted estudie ¿ve? Lo que ellos hicieron fue hacer un reconocimiento de la tierra, conocer tanto lo bueno que había en la tierra como también los enemigos que había en la tierra. Y para que cuando entraran a la realidad de esa lucha estuvieran preparados. Y yo creo que así tenemos que hacer nosotros.

Nosotros tenemos que estudiar la palabra, tenemos que conocer la naturaleza de las promesas que Dios tiene para nuestra vida y también las responsabilidades así como también los enemigos que hay.

Porque la vida cristiana no es un paseo por el parque. Hay lucha. La Biblia dice que el reino de los cielos se hace fuerte y los valientes lo arrebatan. Así que será mejor que usted conozca la naturaleza de esa tierra que Dios tiene delante de usted. Es tierra buena, tiene que fluye leche y miel. Pero una tierra también de batallas. Se requiere oración, se requiere ayuno, se requiere depurarse uno de muchas cosas.

Hay que dejar cosas atrás, habrá que pelear batallas con enemigos que querrán destruir su alma. Porque el diablo solo sabe matar, robar y destruir. Él no quiere que una vida entre a los caminos del Señor, él está consagrado a obstaculizar cada pulgada de terreno que usted quiera conquistar, que Dios le haya dado.

Y será mejor que usted estudie bien a fondo que usted conozca sus responsabilidades, que usted conozca la palabra. ¿Cuáles son mis compromisos? ¿Cuáles son mis derechos? ¿Cómo entro yo en el uso de mis derechos y de lo que Dios ha declarado en mi vida? Y que se tome tiempo para estudiar.

Yo creo que eso es lo que Dios quería, que ellos entraran a esa tierra, la reconocieran bien, conocieran su naturaleza y entonces claro en cuanto a lo que tenían que hacer y lo que les esperaba por delante, entonces procedieran para que no se sorprendieran de cualquier cosa que encontraran del otro lado.

Pero aquí viene algo importante, hermanos, y es lo siguiente. Mire, yo creo que a la larga lo más importante para nosotros entrar en toda la bendición que Dios quiere darnos en nuestra vida lo más importante es que nosotros le creamos a Dios. Que sepamos, sí va a haber guerra, va a haber lucha, va a haber dificultades pero Dios es más poderoso que todas esas cosas.

Pablo en su libro a los romanos dice: “Tenemos muchas cosas”, dice, “ni la muerte, ni la vida, ni los principados, ni los ángeles, ni potestades, ni lo presente, ni lo futuro, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Cristo”. Hay muchas cosas en la vida que se van a oponer a nosotros es cierto. Pero dice Pablo también que ‘antes en todas estas cosas somos más que vencedores’.

No hay nada de malo, al contrario, yo le aconsejo, como le digo, que usted sepa la naturaleza de la batalla que le espera en la vida cristiana. Que usted sepa que esto no es un lecho de rosas, que la vida cristiana es una vida de dificultades, de luchas y de pruebas. Pero que también usted sepa que antes en todas esas cosas usted puede ser más que vencedora y que todo lo que usted pase y que todos los gigantes que vengan en su contra, todos los dramas, todas las dificultades en las cuales usted pueda pasar por su vida, todo eso es materia para Dios crearse un hombre, una mujer llena del espíritu santo.

Una mujer, un hombre de una contextura que no se atribule ni se congele, ni se eche a morir por nada de este mundo. Que sepa que todo lo que el diablo le tire lo puede batear de hold run y sacarlo del campo porque está ya aguerrido, está ya preparado, está acostumbrado a la lucha y sabe que Dios en todas esas cosas siempre nos saca adelante.

Él, en todo, hermanos, eso es lo que yo creo, que cualquier cosa que venga a mi vida en el nombre de Jesús, en la palabra yo puedo encontrar una solución para ello porque Dios está conmigo. Yo tengo que creerle a Dios. ¿Usted entiende? Y hay dos tipos de cristianos y en realidad ese es el centro de mi mensaje.

Hay dos tipos de cristianos. Hay un tipo de cristiano que le cree a Dios, lo que yo llamo, que tiene una mentalidad de suficiencia. Una mentalidad de suficiencia.

Diga conmigo ‘Mentalidad… de suficiencia’. Eso es muy importante.

¿Qué quiere decir una persona que tiene una mentalidad de suficiencia? Es la persona que como Pablo dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Esa es la persona que camina a la vida cristiana diciendo ‘en Dios yo tengo más que lo que yo necesito para la vida’.

Esa persona que se ve a sí misma como un gran saco de bendiciones y de provisión y de recursos. Es la persona que como Pablo dice: “Qué Dios me ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales”.

Esa persona tiene una mente de suficiencia. Cuando vienen las carencias, los problemas, las dificultades, los obstáculos a su vida dice “No, aunque hay obstáculos, yo los evito. Los he analizado. Yo creo que Dios es más que poderoso para sacarme adelante”.

Esa es la mentalidad de suficiencia. No una mentalidad que mete su cabeza en la arena como estos pájaros ‘ostrich’, no se como se dice en español. ¡Avestruz! Gracias. Ya el cerebro se me puso un poquito lento esta mañana. No, no es que ignoremos las complejidades, pero a pesar de las complejidades decimos ‘Dios es más que poderoso para sacarme adelante’.

Déjeme decirle, esa es una de las cosas que en esta etapa para buscar para la construcción de nuestro edificio, hay muchas dificultades, muchas complicaciones en el camino. Pero yo siempre creo que no importa, el Señor es más que suficiente. Si esto es de Dios, y si a Dios le place, nosotros vamos a instalar ese edificio allí y vamos a ver la gloria de Dios. Tenemos que seguir adelante.

¿Hay complicaciones? Claro. ¿Qué proyecto de esa magnitud, qué cosa grande en el mundo, qué cosa que Dios quiere usar para bendecir a una nación no va a tener sus dificultades? Usted cree que el diablo se va a quedar allí tranquilito, dejando que se levante un Santuario poderoso y bello para el Señor. ¡No!.

Va a ver, esa es la naturaleza de la vida. Pero yo creo que antes, en todas esas cosas somos más que vencedores. Qué si Dios nos diera el dinero así que nos lloviera, no desarrollaríamos músculos para la batalla. ¿Sabe? La fe se crea empujando contra la inercia, contra la resistencia. Es así que se crea un hombre, una iglesia poderosa que ve los milagros de Dios hacerse.

Entonces hay un tipo de cristiano que tiene una mentalidad de suficiencia y yo le voy a mostrar aquí como yo veo esto. Y hay otro tipo de cristiano que tiene lo que yo llamo una ‘mentalidad de carencia’.

Digan conmigo ‘Mentalidad… de carencia’.

Ese es el tipo de cristiano que se enfoca en las limitaciones, en los obstáculos, en los peligros y en los problemas. Pero no ve la provisión de Dios. Es el tipo de persona que cuando va a entrar a su tierra prometida, cuando contempla lo que Dios le ha declarado y le ha prometido dice, “Hmm, sí pero yo no estoy seguro si es verdad o no. Y yo he visto que fulanito sirvió al Señor muchos años y no le fue bien. Y míralo ahí como está, pobrecito, en esa casita toda destartalada y que bueno yo traté una vez y me fracasó. Y que yo no tengo educación y que eso es quizás para la gente que tiene mucha fe”, etc.; y comienzan.

Es el tipo de persona que cuando trata algo, le falló la primera vez, ya se desalientan, tiran la toalla, no siguen tratando. Es el tipo de persona que no le gusta batallar. Cuando se le puso la cosa fuerte en la familia y en el hogar y la esposa le dijo “Si tú sigues con esos Aleluya, te voy a divorciar”, enseguida de una vez dejan de ir a la iglesia para que la mujer no le divorcie.

Es la persona que cuando entra al Evangelio y chocó el carro y ya dice “¡Ah, bueno! Si es así yo no voy a entrar al Evangelio porque me iba mejor cuando estaba afuera del Evangelio” y ya dejan de ir a la iglesia. Es la persona que cuando entra al Evangelio a los seis meses lo botan del trabajo y ya tiró la toalla porque “cuando yo estaba afuera me iba mucho mejor”. Es el tipo de persona que solamente se enfoca en el problema, las dificultades.

Y es lo que yo digo, de nuevo, mirando la situación del Santuario y todas estas cosas, son retos grandes. Pero Dios nos ha ido bendiciendo una y otra vez y yo no puedo dejar que una dificultad, una situación me quite mi ánimo, mi gozo.

Yo no puedo dejar que la magnitud de la tarea me enfoque únicamente en la limitación. Yo tengo que mirar la provisión. Yo quiero mantener mi mentalidad enfocada en la provisión de Dios. La abundancia de Dios, lo que Dios promete.

Yo les digo, hermanos, el destino de su vida, lo que resulte en su vida, la curva de su vida, así sea ascendente o si va a ser simplemente plana o si va a ser decadente, va a ser determinado por cual de esas dos mentalidades usted cultive. Cual de esas dos posturas usted mantenga erguida y trate de adoptar como el lema de su vida.

¿Sabe qué muchas veces lo que resulta de nuestra vida depende de lo que pasa aquí en esta parte, la mente? La visión, la capacidad para envisionar. Es la actitud, tu actitud determina tu destino. Si tú tienes una actitud de limitación de pequeñez, de que cualquier cosita ya te agota y te cansa y te destruye y que cualquier problemita ya te tira por el suelo. Y si tú te ves a ti mismo como algo pequeño, que no tiene, que no sabe, que no puede, tu vida va a seguir ese camino.

Ahora, si tú crees que tienes un Dios grande, poderoso que habita dentro de ti y que es el poder de Dios el que te lleva a la victoria, tu vida probablemente va a ser muy diferente. Porque tú te vas a atrever a emprender cosas. ¿Cuántas veces tú emprendiste cosas pensando que no iba a resultar y te dio resultado? Y cuando viniste a ver tenías una gran bendición ahí sentada sobre ti.

Yo trato siempre de creer de eso, de que, yo tengo que creer que hay cosas que a veces me parecen “No, no van a resultar” pero yo las hago en el nombre de Jesús porque Dios está conmigo. Porque tengo una mentalidad de suficiencia y se abre el mar delante de mi milagrosamente.

Y Josué y Caleb de esos doce líderes que Dios envió a través de Moisés a reconocer la tierra que Dios les había prometido, diez de ellos después de reconocer la tierra regresaron con un reporte negativo y dos de ellos que tenían un ‘espíritu diferente’ dice la Biblia, regresaron con un reporte positivo. Le creyeron a Dios y dijeron ‘Nosotros vamos a entrar en esa tierra porque Dios nos la ha dado’.

Y por eso es que yo digo que Josué y Caleb, esos dos, ejemplificaban una mentalidad de suficiencia, de abundancia, de fuerza en Dios, de poder en Dios. Y esos otros diez hombres representaban esa mentalidad de carencia, esa mentalidad pusilánime, esa mentalidad de ratón, que no pudieron ver más allá de los problemas y las dificultades.

Su mente, su mentalidad, su autoestima, su auto-imagen, como ellos se veían a sí mismos determinó su actitud ante la promesa de Dios y finalmente su destino final. Porque de esos doce hombres, solamente dos entraron a esa tierra que Dios tenía prometida. Los otros 10 murieron de plaga porque ofendieron a Dios con su desobediencia y su actitud negativa. Solamente dos de ellos entraron a esa tierra prometida.

Miren el drama aquí. ¡Hay mucha tela que cortar en esto! Pero solamente les quiero dejar esto: mentalidad de abundancia, mentalidad de carencia. ¿Cuál es tu programa? ¿Cuál es el programa de la computadora tuya? ¿Cuál es la actitud, cuál es la postura que rige tu vida?

Yo te animo en el nombre de Jesús en esta mañana a salir de aquí diciendo: ‘¡No! Yo voy a cultivar una mentalidad de que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Yo voy a cultivar una mentalidad de suficiencia en Dios. Yo voy a cultivar una mentalidad de que aunque vengan los gigantes a mi vida, yo creo que en Dios yo soy más que poderoso para vencerlos y salir más fuerte que nunca de la guerra’. Eso es lo que yo quiero que tú te grabes en tu corazón. Yo quiero tener, yo voy a cultivar, yo voy a llenar mi vida de una mentalidad de abundancia.

Estos doce hombres se van a Canaán, pasan 40 días allá explorando la tierra y regresan a la tierra. Miren el versículo 25 dice: “Volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Entonces se reúne Moisés con ellos y está todo el pueblo allí escuchándolos”. Y mire cual es el reporte que diez de esos hombres le traen a Moisés.

Versículo 27 dice: “Y les contaron diciendo: ‘Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel’. Ahí yo creo que Moisés comenzó a preocuparse un poquito. Ese ciertamente era como diciendo: Sí, la verdad, Okay, está bien, tiene fluye leche y miel. Eso es cierto. Pero como que estaban ya preparándose para la parte negativa.

Usted ve la mentalidad de carencia pasa por encima las promesas de Dios. Pasa por encima el poder. No se enfoca en lo que está allá adelante, la bendición. Yo digo, hermanos, para usted salir adelante en la vida, usted tiene que tener una capacidad para ver las cosas antes de que sean. Y usted tiene que casi como que disfrutarlas, usted tiene que vivirlas.

No sé, ¿cuántos de ustedes les gusta sentarse e imaginarse todos los detalles? Como digamos si usted fuera una persona rica. Usted se sienta a veces y ahí en su mente visualiza las cosas. Usted es un gran cantante, un gran artista de cine y usted se ve, ¿no?

Usted escucha una pieza de música y usted se ve tocando esa pieza, usted se mete dentro del artista y puede ver la gente escuchándole y la admiración. Yo no sé. Todo depende. ¿Cuántas personas pueden visualizar algo? Y visualizar la bendición.

Si usted quiere una casa, ¿puede usted ver esa casa en su mente? ¿Puede usted ver los cuartos? ¿Puede ver esa ventanita cuando entra el sol por la mañana? ¿Usted se ve con su tacita de café viendo ese sol levantarse por encima de los techos de las demás casas? ¿Puede usted ver los detalles del piso de madera bien pulidito, bien bonito? ¿Puede usted visualizar las bendiciones de Dios en su vida?

Cuando usted tiene un proyecto, usted ¿puede ver ya ese proyecto antes de que sea? Yo veía este edificio cuando era simplemente escombros y polvo y pedazos de madera y de ladrillo tirados por el piso. Y por eso me metí en él. Yo he aprendido ya hermanos, yo no puedo ver las cosas como son. Yo tengo que verlas como Dios las ha declarado. Yo tengo que verlas a través de los ojos de la fe y yo tengo que celebrar las bendiciones de Dios antes de que sean.

La mayoría de los seres humanos pueden entrar en las cosas cuando ya están. Pero ¿sabe qué? Cuando las cosas ya están hechas son demasiado caras para usted tenerlas. Es así.

Mire, un vecindario. Aquí hubo gente en este vecindario del South End que cuando era un desastre y era un área que había un tren altísimo que corría por la Washington Street y que cada vez que pasaba por ahí ese tren hacía temblar todos los edificios y todos los apartamentos. Pero hubo gente que años antes de que tumbaran el tren sabían que lo iban a tumbar y ¿saben qué? Compraron las casas alrededor. Las compraron por centavos.

Cuando este vecindario era lleno de basura y de crimen, compraron sus casas. Sufrieron por tres o cuatro años, pero ¿saben qué? Ahora están sentados en un nido de dinero. Porque las propiedades que ellos compraron por 50 mil dólares ahora valen 500 mil dólares o un millón. ¿Por qué? Porque tuvieron la visión de verlas antes de que este vecindario se convirtiera en un vecindario exquisito de gente de dinero. Compraron antes.

Ahora, los que entran ahora, tienen que pagar precio de la actualidad. En el real estate es así, el que hace dinero es el que se atreve a comprar antes de que las cosas sean reales. Porque hay visión, pueden ver las cosas antes de que sean.

Cuando estaba este desplome financiero aquí en todo su apogeo, hace unos meses atrás, Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, sino el más rico del mundo, en ese tiempo terrible en que el mundo parecía que se iba a caer a pedazos, compró casi un billón de dólares de acciones. ¿Por qué? Porque ese hombre tiene visión y él pensó ‘Eso no va a durar para toda la vida’.

Y esas acciones que costaban centavos, que antes costaban dólares, él las compró a centavos y ahora me imagino que está riéndose sólo yendo al Banco. Porque tuvo visión, pudo ver las cosas antes de que fueran. Pudo visualizar las bendiciones, se enfocó en las bendiciones en vez de las maldiciones. Se enfocó en el oro encerrado en vez de enfocarse en las dificultades para llegar al oro. ¿Usted entiende?

Estos hombres hicieron lo contrario, estos hombres se enfocaron en los problemas y pasaron así de largo las bendiciones y eso es una de las características. La mentalidad de carencias se enfoca en los problemas, dificultades, peligros, complicaciones pero no se enfoca en la bendición posible.

Mire como dicen: “La ciertamente fluye leche y miel y este es el fruto de ella”. No podían negar, trajeron unos racimos que dos hombres tenían que cargarlos [de uva] de tan grandes que eran los racimos. Léase la historia.

Ahora dice “Más” –ahí está el problema- “pero el pueblo que habita aquella tierra es fuerte y las ciudades muy grandes y fortificadas y también vimos allí a los hijos de Anak”, y le comenzaron a temblar las rodillas porque los hijos de Anak eran jugadores de basketball [6.7, 6.8] eran unos tipos bien altos y los judíos son gente de baja estatura.

Me imagino que en aquellos tiempos –hace 3 mil años imagínese- todavía más. Entonces dice: “Amalek hasta el Nebeo, el Negueb, el Eteo el Jebuseo, el Amorreo habitan en el monte y el Cananeo habita junto al mar”. Ve ellos estaban mencionando todos esos gigantes, toda esa gente grande. ¡Oh, sí! Hay bendición. Dios dijo pero la gente tan grande que tenemos que pelear con ellos.

Y entonces mire la diferencia, esa es la mentalidad de carencia que se enfoca en problemas, dificultades, obstáculos, peligros, limitaciones.

Mire la mentalidad de suficiencia ahora operando. Versículo 30: “Entonces Caleb” –uno de esos dos Josué y Caleb- “hizo callar al pueblo delante de Moisés y dijo: Subamos luego y tomemos posesión de ella porque más podremos nosotros que ellos”. Aleluya.

¿Ustedes ven la diferencia mis hermanos? La mentalidad de suficiencia es una mentalidad “resolute” como dicen en inglés, resuelta, clara, firme, segura. ‘Más podremos nosotros que ellos’. Olvídese si son grandes, más duro caen cuando les demos. Más podremos nosotros que ellos. Ellos se enfocaron en lo que tenían. Lo que eran, lo que podían ¿no?

“Más los varones que subieron con él dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo porque es más fuerte que nosotros”. Caleb y Josué dicen: Nosotros somos más fuertes que ellos. Ellos dicen: Ellos son más fuertes que nosotros.

Ve, ahí usted tiene la mentalidad de carencia y la mentalidad de suficiencia perfectamente explayadas. Y hablaron mal los hijos de Israel de la tierra que había reconocido, diciendo: “la tierra por donde pasamos para reconocerla es tierra que traga a sus moradores y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de gran estatura. También vimos allí gigantes hijos de Anak, raza de los gigantes”.

Y mire aquí esta lección psicológica tan poderosa: “Y éramos nosotros a nuestro parecer como langostas y así les parecíamos a ellos”.

Mire, según usted se vea, así será su vida. Escriba eso, si usted quiere y vaya a vivir la vida con esa palabra: Según usted se vea a sí mismo o a sí misma así va a ser su destino y su vida. Si usted se ve como un renacuajo, allí, como una persona que no tiene nada que ofrecer, un pobrecito. Una persona que nunca tuvo nada, que nunca lo amaron, que nunca le dijeron nada bueno, que nunca pudo ir a la escuela. Olvídese, que su vida va a ser un fracaso. Usted va a ser simplemente una persona básica. Amén.

Mire, voy a ir a su funeral y voy a predicar en él, porque eso no es problema. Amén.

Dios le ama y usted se irá al cielo como cualquier otro. ¿Pero no le gustaría a usted disfrutar de esta vida de las bendiciones que Dios le ha dado a usted y poder usted tener una vida productiva y tener cosas buenas y salir adelante y progresar? Y todo depende de como usted se vea a si mismo.

Si usted se ve como una persona llena del espíritu santo, el poder de Dios que habita dentro de usted, las promesas de Dios son para usted. Dios es más poderoso en usted que cualquier problema, cualquier dificultad, los dones del espíritu santo están con usted.

Usted tiene la mente de Cristo, usted está sentado con Cristo en los lugares celestiales. Dios le ha provisto toda bendición en los lugares celestiales. Así será su vida. Usted se atreverá a emprender cosas nuevas, grandes, atrevidas, usted irá más allá de lo que usted es y tiene el momento para ir hacia lo que Dios tiene para usted. El destino que Dios tiene para usted. Usted se atreverá, usted empujará siempre las fronteras. No se quedará simplemente donde usted está encerrado.

Algunas personas ‘Pues este trabajo Dios me lo dio y con esto yo como y visto a los muchachos y eso’. Pero mire, quizás Dios quiere que usted sea el dueño de esa empresa, no simplemente un trabajador allí, explotándolo a usted. ‘¡Ah! Es que las cosas se hacen de esta manera y así es que se han hecho siempre’.

Mire, quizás Dios le quiera dar una forma diferente para que usted lo haga de una manera como nunca antes se ha hecho. Usted invente otra cosa, inspire a muchos y bendiga a otras y que le entre a usted la bendición de Dios para su vida. No crea, no viva simplemente metido en las cuatro paredes de lo que usted es, sino véase a sí mismo como Dios lo ve a usted.

Y mire que interesante dice: ‘Nosotros nos veíamos como langostas’, es como insectos. La langosta es ese insecto chiquitito. ‘ante esos grandes hombres y así nosotros les parecíamos a ellos’. ¿Sabe qué? La gente lo va a ver a usted, como usted se vea a sí mismo también. Eso es cierto.

Si usted es una persona acomplejada, se siente inferior, si piensa que todo el mundo es mejor que usted, más fuerte que usted, la gente lo va a tratar así, ¿sabe? La gente son como los animales, cuando huelen debilidad se le paran encima a cualquiera. Mire, es cierto.

La gente, no tiene que ser grandes genios psicológicos, la gente huele la cosa instintivamente. Son como los animales. Si un perro sabe que usted le tiene miedo, olvídese, se le va a subir encima y le va a hacer lo que él quiere.

¿Por qué un hombre puede dominar un caballo, un elefante? Porque un hombre tiene una voluntad que puede dominar ese gran animal. La mente de un animal es una mente limitada. Ese hombre que se cree más fuerte, encuentra una manera y se le sube encima y lo domina y lo guía por donde quiere. Y ese gran animal se deja dominar.

Ahora que ese animal sepa que le tiene miedo, se come a ese hombre vivo. Porque es que todo depende de cómo tú te ves a ti mismo. Mucha gente se queja de que ‘me tratan mal, que no me aprecian, que no…’. Mire, cambia la forma de verte a ti mismo, date respeto a ti mismo, date valor a ti mismo. Cree que tú tienes en Dios.

Si uno está en Cristo, es una nueva criatura, no importa lo que vivió en el pasado. Si en el pasado no te dieron valor, tus padres no te animaron, no te valoraron, si creciste en una familia disfuncional, si no fuiste a la escuela, ahora en Cristo Jesús, tú eres más que eso. Tú tienes dones de Dios dentro de ti, tú tienes la mente de Cristo, tú puedes salir adelante. Tú puedes hacer cosas nuevas.

No vivas en el pasado. ¿Cómo tú te ves a ti mismo en Cristo Jesús? ¿Qué ha hecho Cristo en tu vida y como te ha transformado? Se necesita una mente transformada para que uno pueda entrar en todo lo que Dios quiere para nuestra vida.

¿Qué dice Efesios capítulo 1? Uno de mis pasajes favoritos. Efesios 1:16. Pablo dice: ‘No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios del Señor Jesucristo, el Padre de Gloria os de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él’.

Pablo ora para que los lectores de Efeso reciban entendimiento de parte de Dios. ¿Para qué ese entendimiento? Dice aquí: ‘Alumbrando los ojos de nuestro entendimiento para que sepáis cual es la esperanza a que Él os ha llamado y cual es la riqueza de la gloria de su herencia en los Santos y cual la súper eminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos’.

En otras palabras, Pablo dice: “Hermanos, yo oro continuamente para que la mente de ustedes sea abierta, para que ustedes entiendan cuan grande es la riqueza que Dios ha puesto en ustedes. Cuan grande es la esperanza, cuan grande el poder que Dios ha hecho habitar en ustedes”.

¿Usted sabe lo que nos limita muchas veces a nosotros los cristianos? Que no entendemos cuan grande es la provisión que Dios ha puesto en nosotros. Nosotros tenemos el motor de un tanque de guerra y andamos por ahí con un motor de Volkswagen, de motocicleta chiquitita. No usamos el poder de Dios, no usamos la provisión de Dios porque que creemos, ¿no?

Cuando nos convertimos al Señor vino un ángel y nos sacó el motorcito pequeñito ese de Volkswagen y nos metió un motor de avión de propulsión a chorro y nosotros seguimos creyendo que tenemos el mismo motorcito y por eso no nos atrevemos a hacer cosas más grandes. Pero ese motor está ahí esperando que nosotros apretemos ese acelerador para rugir como un gigante y volar por los aires a miles de millas por hora.

Pero nosotros no lo creemos. Y Pablo dice ‘Yo oro para que su entendimiento sea transformado, sea renovado. Para que ustedes entiendan lo que Dios ha hecho habitar dentro de ustedes’. Cuan grande es el poder para con nosotros los que creemos. Si tú no crees, olvídate, que nada va a pasar en tu vida. Si tú le crees a Dios, entonces el poder de Dios se activa dentro de ti.

‘Según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole en su diestra en lugares celestiales’.

El mismo poder que levantó a Cristo de los muertos, habita dentro de ti. Eso es todo lo que te puedo decir. Pero todo depende de que tu mente sea transformada, que tú solo le puedas creer a Dios. Si tú te ves a ti mismo como todavía sentado allí en tu sillita de niña abusada o descuidada y no entiendes que tú estás sentada en los lugares celestiales a la diestra de Cristo Jesús reinando sobre el mundo, entonces vas a ser siempre esa niñita abusada, triste y deprimida.

Si tú te crees que Dios te hizo nueva en Cristo Jesús, entonces es diferente. Si te violaron cuando eras niña y tú vives todavía pensando en eso –y miren no es que estoy minimizando el dolor de eso-y tú te has enfocado en eso y has vivido sentada en esa violación y eso ha tomado control de tu identidad, entonces estás perdiendo la oportunidad.

Porque ante Cristo tú eres una virgen pura, nadie te ha tocado, nadie te ha hecho daño. En Cristo Jesús eres una nueva criatura, eres completamente nueva. Olvídate del pasado, olvídate de las luchas del pasado. Olvídate de los fracasos, olvídate de las heridas, olvídate de los problemas y de las distorsiones de la vida.

En Cristo Jesús tú tienes algo nuevo, diferente. Cristo habita dentro de ti. Cristo te ha sanado. Los dolores del pasado ahora tú los puedes convertir en escalones para la grandeza espiritual. Ningún ser humano puede llegar a ser un gran hombre, una gran mujer si no hay dolor en su camino, ¿sabe? Si no hay fracaso, si no hay derrota, si no hay heridas, si no hay algunas cicatrices.

¿Qué general, qué guerrero que vale lo que es no tendrá algunas heridas en sus manos, en su rostro, o en alguna parte de su cuerpo? Si ha peleado batallas, alguien le tiene que haber dado en alguna manera. Y esas heridas son su señal de honra ¿sabe? Y así es en la vida. Nadie llega a la muerte ileso, siempre va a haber derrotas, heridas, fracasos, cicatrices. Pero todo eso en Cristo Jesús es lo que te hace un hombre grande, una mujer poderosa.

No dejes que el diablo te susurre ‘fracasaste, te hicieron, te dieron, no te hicieron, no te dijeron, no te dieron, no te afirmaron’. Eso es mentira del diablo. En Cristo Jesús tú eres perfecto, tienes la mente de Cristo, tienes poder y Dios quiere que tú te renueves tu mente para que puedas ver lo que Dios ha hecho habitar dentro de ti.

Vive con eso, esa es la mentalidad de suficiencia. Esa es la mentalidad que se atreve a hacer cosas. Esa es la mentalidad de mujer segura, de hombre seguro de si mismo que a pesar de lo que sea camina con esa seguridad. Dios es poderoso dentro de mí.

Último punto. Los hebreos cuando escuchan este mal reporte se llenan de rebeldía. Dicen “Dios nos hizo venir aquí para matarnos”. Ahora con este reporte que esta gente ha dado se llenan de miedo y comienzan a murmurar de Moisés, comienzan a murmurar de Dios. Lea la historia, no tenemos tiempo.

Quieren apedrear a Moisés. Imagínense. Ese hombre que los ha sacado de Egipto, ahora quieren tirarle piedras porque dicen “este hombre a lo que nos trajo es a que muramos aquí. Mira el reporte que traen estos hombres”. No quisieron escuchar a Josué y a Caleb.

Entonces Josué y Caleb insisten. Mira el versículo 7 del capítulo 14: “Y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel diciendo ‘La tierra por donde pasamos para reconocerla es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, Él nos llevará a esta tierra y nos la entregará’.

Hermanos, si Dios está contigo, ¿Quién contra ti? Si Dios te ha dicho ‘esto es tuyo’, ¿Quién te lo puede arrebatar? Si Dios te ha prometido bendición, prosperidad, éxito, gozo, paz, trascendencia, ¿quién te puede quitar eso? Nadie te lo puede quitar.

Si Dios está contento contigo no importa que el diablo ruga alrededor de ti. No importa que todos los hombres estén en tu contra. Todo lo que a ti te interesa es que Dios apruebe de ti, que Dios tenga buenos propósitos para ti y que tú le creas a Dios y que te conectes con lo que Dios quiere para tu vida y que te mantengas fijo allí.

Todos los días, todos los días. Cuando te levantes cada día, conéctate con lo que Dios ha dicho. No te conectes con tus emociones, con los dolores de los huesos o con lo que pasó en el fin de semana, o la semana. Conéctate con lo que Dios ha dicho. Enfócate en la mentalidad de abundancia de Dios.

‘Por tanto no seáis rebeldes contra Jehová. Ni temáis al pueblo de esta tierra, porque nosotros los comeremos como pan. Su amparo se ha apartado de ellos y con nosotros está Jehová. No los temáis’.

Ellos se enfocaron en el Dios que estaba con ellos, ¿usted ve? Esa es la diferencia. Dios es el equalizer. Dios es el que hace la diferencia en los asuntos. Había una serie hace unos años atrás que se llamaba ‘The Equalizer’. No se, ¿cuántos la vieron? Confiesen.

El equalizer era un hombre que iba viajando por diferentes ciudades con un revolver tremendo y él era el “ecualizador”, él era el que hacía la diferencia. Cuando una persona estaba siendo oprimida por algún maleante, por algún mafioso o algo así, este hombre llegaba como el gran héroe en el caballo blanco. Y como tenía entrenamiento en guerra y sabía usar su pistola y tenía estrategias y todo eso, él defendía a esa persona humilde que no tenía chance contra ese enemigo tan fuerte.

Él era el que hacía la diferencia. Por eso se llamaba ‘The Equalizer’, ¿no? Él ecualizaba la batalla. ¿Sabe qué? Dios es el gran ecualizador. Puede que el diablo va a tener más poder que tú, siempre. La vida va a tener más fuerza que tú siempre. Pero si Dios está contigo, él ecualiza la batalla. Es más, Él la pone del otro lado completamente.

Por eso es que dicen: ‘Ante todas estas cosas somos más que vencedores’. ‘Si Dios se agrada de nosotros, Él nos entrará en la tierra’. Lo que nosotros tenemos que determinar en la vida es que ha dicho Dios acerca de mi reto. ¿Qué ha dicho Dios acerca de mi sueño, de mi visión? ¿Qué ha dicho Dios acerca de eso que yo quiero emprender? ¿Qué ha dicho Dios acerca de ese negocio que yo quiero abrir?

¿Qué ha dicho Dios acerca de esa carrera que yo quiero emprender ya avanzado en edad? ¿Qué ha dicho Dios acerca de esa casa que yo quiero comprar? ¿Qué ha dicho Dios de ese hombre o esa mujer con quien yo quiero casarme? Porque si Dios ha dicho Amén, te bendigo. Adelante, mete mano y olvídate de todos los problemas que haya por delante. No suena muy espiritual, pero es así.

Ahora, si Dios te ha dicho ‘No’, no trates de preguntarle ¿Eso fue una pregunta, Dios o fue una afirmación? Si Dios dijo ‘No’ es ¡no! Cierra la puerta, llora, patalea, pero no entres ahí porque vas a tener problemas. Si Dios está contigo sigue adelante. No mires a los gigantes, enfócate en la promesa que Dios ha declarado sobre tu vida. Eso es lo que hace toda la diferencia.

No te enfoques tanto en las dificultades de la vida. Lo que Dios me dice en esta mañana es: No mires tanto alrededor de ti. No estés siempre pensando en que esto, que lo otro, que difícil está el mundo, la economía, que no se puede hacer nada, que no se puede conseguir trabajo porque hay un 12%, lo que sea de desempleo, así que no voy a ir a buscar trabajo. Lo que voy a hacer es a meter en la cama y taparme con una gran sábana a deprimirme. A cocerme a fuego lento allí en depresión.

No, porque no se puede. Fulanito trató y lleva ya siete meses buscando trabajo y no ha encontrado nada. Así que para que voy a tratar ¿no? Tanta gente. Hermanos, no mires a las circunstancias, mira al Dios que está por encima de las circunstancias.

No puedo reprimir este versículo. Dice: “El que al viento observa, no sembrará”. Ese es el gran sabio Salomón. ‘El que al viento observa no sembrará y que él que mira a las nubes no segará’. ¿Sabe qué? Es la verdad. Si el sembrador se pone a pensar que puede llover mañana o que puede haber sequía o que un rayo le puede caer encima a esa mata que él está sembrando o que puede venir un insecto y comerse esa matita… nunca sembraría. Porque siempre hay 20 mil problemas.

Óigame, el que quiera ponerse a cocinar posible escenarios tétricos va a salir con 17 posibles tragedias que pueden sucederle. El que se pone a pensar en esto, en lo otro, que esta dificultad, que este problema… la vida de fe no es así, hermanos. La vida de fe no se enfoca, aunque examina las cosas para saber el terreno que está caminando como vimos- en eso. Okay, puede pasar eso, puede pasar lo otro. Amén.

Esas son las condiciones. Pero después que reconoció lo que puede pasar dice ‘No ahora yo voy hacia adelante’. Mire el versículo 5 dice: “Como tú no sabes cual es el camino del viento” -preciosas palabras, esto es poesía pura- “o como crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así tú ignoras la obra de Dios, Él cual hace mejor, si esto o aquello o si lo uno y lo otro es igualmente bueno”.

Yo siempre me he llevado de esa palabra ¿sabe? Yo digo, yo no puedo estar pensando en lo que puede pasar. Yo siempre trato de reconocer lo que puede pasar porque me gusta andar lúcidamente en la vida pero después que yo he reconocido lo que me puede pasar y yo todavía digo ‘por aquí yo tengo que ir’, yo tengo que caminar seguro. Yo no puedo vivir una vida de miedo y de temor sino que yo tengo que vivir una vida emprendedora.

Yo tengo que sembrar a siete y a ocho, repartir. No dejar mi mano descansar.

Como Pastor, yo tengo que seguir siempre invirtiendo en mi congregación, buscando nuevas cosas, desarrollando nuevos programas. Trabajando para mejorar mi ministerio, para mejorar mí persona. Yo tengo que estar siempre sembrando. Yo no puedo estarme preocupando por el desastre que puede venir o lo que me pasó o las dificultades que hay. Porque si me enfoco en los peligros, en los problemas me voy a quedar estrechito.

¿Qué le pasó al siervo infiel? Cuando le dieron su talento él cogió su talento y lo metió debajo de la cama porque tenía miedo de que si lo perdía su amo lo iba a condenar cuando regresara. Dejó que el miedo le impidiera invertir su talento.

Y ¿saben qué? A muchos de nosotros el miedo nos congela. El miedo a lo que podrá suceder, el miedo a las circunstancias. Pensamos ‘si yo siembro mi semilla y viene un animal y se la come’, o si hago esto, o si voy a la escuela y después no consigo trabajo o si aplico y después no me aceptan o si me caso y fracaso. O si compro esta casa y viene un rayo y me la tumba y entonces no tengo dinero para construir. No se, cualquier cosa.

Si compro este carro y no puedo pagarlo dentro de seis meses. Es bueno que sepas más o menos pero llega un momento que tienes que hacer una decisión. Seguir adelante. Mucha gente se congela y no hace decisiones porque tiene miedo de lo que pueda pasar.

Mire siempre en la vida, va a haber un elemento de peligro en todo lo que usted haga. Y si usted se deja intimidar porque hay peligro, usted nunca va a seguir adelante. Lo único que usted tiene que hacer en su vida, cuando usted quiera emprender algo nuevo, ore, ayune, busque, explore, lea, consulte.

Ahora después que usted hizo ya, después que usted meció todo esto en una botella bien grande y si todavía hay luz verde y usted dice ‘yo puedo seguir adelante’, olvídese siga adelante. Y si no salió bien la cosa, déjeselo al Señor y aprenda y vaya a la próxima batalla.

Yo no creo que uno puede estar… después que usted hizo todo lo que usted pudo, tírese en el nombre del Señor y deje que Dios se encargue de lo demás. No viva después llorando sobre leche derramada. Eso es otra cosa. Yo creo que en Dios no hay fracasos. Yo creo que en Dios hay experimentos que no trabajaron pero que nos mejoran para la próxima vez que probemos.

En la vida del hijo de Dios no hay fracasos, hermanos. Dios honra y el diablo le abre campo al hombre o a la mujer decidida que de hacer su homework, después de hacer su tarea dice ‘Yo voy a seguir adelante porque Dios está conmigo’. Y si me equivoqué, Dios es poderoso para que de ese huevo estrellado, hacer una tortilla o lo que sea. Pero Él lo va a hacer posible.

Esas son las palabras, ¿no? No le tema a las dificultades de la vida. Siga adelante. Crea que Dios está con usted. La vida es larga, va a haber muchas batallas. Algunas de esas batallas usted la va a perder. Pero la guerra usted nunca la va a poder perder. Perderá tres, cuatro, cinco batallas pero eso lo ayudará a ser más sabio, más sobrio, más entendido, tener una mejor mentalidad.

En la vida del hijo de Dios no hay pérdidas, hermanos. Hay experimentos que nos hacen más fuertes.

Vamos a ponernos de pie.

Yo te pido hermano, hermana que tú cultives esa mentalidad de suficiencia. La mentalidad de Josué, de Caleb. No cultives esa mentalidad pusilánime de esos 10 hombres que se quedaron en el desierto.

¿Sabe qué? Todo ese pueblo que salió de Egipto, ninguno de ellos entró a la tierra prometida. Dios hizo que se quedaran 40 años en el desierto. ¿Por qué se quedó el pueblo de Israel 40 años en el desierto? Aquí tienen una respuesta Trivia.

¿Saben por qué se quedaron 40 años? Porque Dios les dijo ‘Por cada día que esos espías estuvieron allá esa tierra buena que yo les di y que negaron mi promesa y mi bendición, ustedes van a tener que quedarse un año en el desierto’.

Así que por 40 días de espionaje tuvieron 40 años en el desierto porque ofendieron a Dios no creyéndole a las promesas de Dios. Tengamos cuidado, hermanos. Cuando Dios te promete algo y te declara bendición, créele a Dios. Porque es peligroso tener la bendición de Dios en tu mano y denigrarlas y descuidarlas.

Las bendiciones de Dios cuando no se usan y no se aprovechan se tornan hostiles dentro de nosotros. Hay que correr con las bendiciones de Dios. Hay que procesar las bendiciones de Dios, hay que vivir en las bendiciones de Dios. Esa es la palabra de Dios para tu vida.

Dile Amén al espíritu santo. Cree.

El Señor te dice ‘Camina la vida seguro en mi. Yo estoy contigo. Yo te entregado la tierra que pise la planta de tus pies, solo mire que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes porque yo estaré contigo donde quiera que tú vayas’.

Emprende la vida con fe, con seguridad, con confianza, atrévete a sembrar. Atrévete a negociar, atrévete a invertir, atrévete a hacer cosas grandes y diferentes más allá de tu capacidad actual. Porque el Dios que está contigo es más que poderoso para cubrir cualquier déficit que haya en tu vida.

El Señor está contigo. Cultiva esa mentalidad y cree que en Cristo Jesús tú eres más que vencedor, que tú todo lo puedes en Cristo Jesús. Y que aún los fracasos del pasado, aún las dificultades y deformaciones y trampas del pasado, todo eso Dios lo recicla y lo convierte en material para la gloria venidera que Él tiene para ti. Recibe en el nombre de Jesús ese espíritu de Josué y de Caleb en esta mañana.

Recíbelo. Padre, yo tomo mi porción. Yo que he predicado este mensaje, te pido me ayudes a comer de ese manjar, Señor, que es tu palabra. Renuévame a mi primero, Padre para que yo pueda bendecir a tu pueblo también. Y renueva a cada uno de tus hijos que están pasando por batallas, están pasando por dificultades, están luchando, tienen guerras y hay tiempo de carencia en sus vidas.

Pero yo declaro en el nombre de Jesús en esta mañana que tú eres más que poderoso para vencer cualquier complicación, Señor. Créate un pueblo aguerrido, Padre. Créate un pueblo poderoso, créate un pueblo que no mire los gigantes sino que vea la tierra que Tú has prometido, Señor.

En el nombre de Jesús nos renovamos, Padre. Esos que han estado batallando largo tiempo. Han estado remando toda la noche y no han salido a camino, yo pido que Tú entres a su barca y los saques adelante. Que Tú calmes su tempestad, Señor y que Tú traigas bendición a sus vidas en esta mañana.

Nos renovamos. Recibe el espíritu de la suficiencia en tu vida. Recibe el espíritu del poder y la confianza. Recibe el espíritu de la esperanza que hay en Cristo Jesús. Recibe el espíritu que celebra las riquezas que son tuyas, están ahí. Están ahí, las riquezas son tuyas. Créelo. En el nombre de Jesús.

Padre, llénanos con un espíritu nuevo, un espíritu fresco, un espíritu de renovación. Nosotros decimos que Tú no nos dejarás quedar en vergüenza. Tú no nos dejarás quedar en el desierto, Padre. Nosotros entraremos en la tierra que Tú nos has prometido.

Te adoramos, te bendecimos. Aleluya, aleluya, aleluya. Dale gloria al Señor. Cultiva esa bendición de Dios dentro de ti. Gracias Jesús. Amén, amén, amén.

Gloria a Dios. Gloria al Señor.

Hermanos, les bendigo en el nombre de Jesús.