Tu fe te ha salvado

TRANSCRIPT

Lucas 8, versículo 40. Quiero hablarles acerca de la mujer con el flujo de sangre. Este personaje muy interesante que Cristo tuvo un encuentro con ella, o ella tuvo un encuentro frontal con el poder de Jesús. Y es muy inspirador ese texto y quiero que ustedes y yo podamos recibir enseñanza de parte del Señor acerca de este texto.

La mujer que tocó el manto de Jesús. 8, 40, Lucas.

Dice allí, “cuando volvió Jesús le recibió la multitud con gozo porque todos le esperaban. Entonces vino un varón, llamado Jairo, que era principal de la sinagoga y prestándose a los pies de Jesús le rogaba que entrase en su casa,” porque tenía una hija única, como de doce años que se estaba muriendo. Y mientras él iba, la multitud le oprimían, es decir, le presionaban físicamente, “pero una mujer,” y allí deténgase un momentito. Y dice, pero una mujer. Mire esa conjunción, 'pero’ una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía 12 años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Y, al instante se detuvo el flujo de su sangre.

Entonces, Jesús dijo, “¿quién es el que me ha tocado?” Y negando todos, porque era una sola persona que le había tocado no, y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con Él, “Maestro, la multitud te aprieta y oprime y dices, “¿quién es el que me ha tocado?” Pero, Jesús dijo alguien me ha tocado. Porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta vino temblando, postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa ella le había tocado y cómo al instante había sido sanada. Y Él le dijo, hija tu fe te ha salvado, ve en paz. Amén.

Escuche esas palabras, tu fe te ha salvado. Se me ocurre en este momento que si me pidieran un título para este sermón yo tendría que decir, ese mismo, tu fe te ha salvado. Digan todos conmigo, tu fe te ha salvado. Todos, tu fe. Amén. Porque recuerden que en este año que Dios ha puesto en mi corazón compartir el tema de la fe. Impartir a la congregación un espíritu, una mentalidad, una actitud de fe. Yo tengo un compromiso, en todo lo posible que el Señor me ayude a cumplirlo, de que los sermones, las meditaciones de este año, en alguna manera u otra nos inclinen a pensar en ese concepto tan profundo, tan necesario de fe. Y yo declaro en el nombre de Jesús, que al final de esta jornada de fe, nuestra iglesia va a quedar marcada. Va a quedar cambiada en una manera muy poderosa. Amén.

¿Cuántos creen eso? Y que estas palabras van a ser palabras proféticas que van a impactar la vida de ustedes y que Dios va a ser muchas cosas poderosas. Yo creo que Dios quiere marcar nuestra congregación, yo creo que Dios quiere cambiar la constitución misma de esta iglesia y llevarla a otro nivel más poderoso. Cambiar nuestra forma de pensar, de ver las cosas y esa es una de las cosas más importantes acerca del concepto de fe. ¿Sabe donde comienza la fe? La fe comienza en la mente en la forma de pensar. La persona de fe es una persona que piensa y ve la vida y concibe los eventos y los asuntos de la vida en una forma muy diferente a como lo hace la persona que no es de fe. La persona que piensa solamente en términos racionales, humanos, materiales. Se necesita experimentar un cambio de mentalidad para poder pensar en términos de fe.

Por eso el Apóstol Pablo, en Romanos 12, 2, creo que es. Él dice, no se acostumbren a la manera de pensar de esta cultura. Él dice, las palabras son, “no os conforméis a este siglo,” pero lo voy a traducir en lo que realidad quiere decir en términos contemporáneos. No se acostumbren a pensar como piensa el mundo sino transfórmense por medio de la renovación, ¿de qué? De su mente, su forma de pensar, su entendimiento. Cuando usted entra en los caminos de Dios, mire usted tiene que coger la mitad de todo lo que usted cree que hace sentido y dejarlo en el safacón antes de entrar a la Iglesia. Porque en el mundo de la fe las cosas funcionan muy diferentes a como funcionan en el mundo material. En el mundo de la fe, más es menos, y menos a veces es más. En el mundo de la fe los niños son los que entran al reino de los cielos, y los adultos y los muy maduros y sofisticados se quedan afuera. En el mundo de la fe el débil es el que es fuerte. En el mundo de la fe hay que morir para vivir. En el mundo de la fe hay que servir para recibir y para ser servido. En el mundo de la fe hay que dar para tener. En el mundo de la fe hay que hacerse pequeño para que Dios levante a uno, etcétera, etcétera.

Es una cosa rara. La visión de fe es muy diferente a la visión humana. Y desgraciadamente mucha gente en el mundo, o mejor dicho en la iglesia, cuando vienen del mundo y entran a la economía del evangelio no hacen ese cambio en su mente. Se quedan todavía pensando como piensa el mundo y Dios quiere que cuando entremos al evangelio que nuestra mente sea transformada, sea cambiada. Y eso es proceso de toda una vida, pero muchos de nosotros ni siquiera lo comenzamos nos quedamos todavía, no somos ni chicha ni limonada, como dicen los guatemaltecos, no somos ni una cosa ni la otra. Y entonces, somos como parte humano, parte espiritual y es una confusión terrible y no recibimos nada porque sabe que el hombre de doble ánimo no espere que recibirá nada del Señor. La persona que es así indecisa, insegura, indefinida, nosotros tenemos que definirnos como hombres y mujeres de fe. Amén. Gente que computa las cosas del mundo conforme a las leyes del espíritu y no a las leyes de la razón.

Entonces, yo quiero que a través de estas meditaciones nosotros podamos fortalecer la forma de ver la vida que Dios quiere que tengamos que es a través de los principios, los conceptos de la fe y estos pasajes que hay en toda la escritura –usted verá que una de las cosas que Dios quiere hacer a través de toda la escritura es que nosotros aprendamos a pensar en términos de fe. Que nosotros aprendamos a vivir la vida como gente de fe. Y por esos están esos pasajes aquí, y por eso al final el Señor le dice a la mujer, “hija, vete en paz. Tu fe te ha salvado.” ¿Por qué? Porque la fe es como el hilo conector, es el alambre que permite que la energía divina corra y llegue a uno y vaya la petición de uno hacia Dios.

La fe es el hilo conector entre Dios y el mundo del espíritu y el mundo humano y el ser humano. Si no hay fe no hay conexión hermanos, si no hay fe ese teléfono no tiene dial-tone el cual cantaba María Alejandra hace un momentito. Si no hay fe no hay conexión con Dios. Dice la Biblia que el que se acerca a Dios es preciso que crea que él existe y que Él es galardonador de los que le busquen, ¿recuerdan? Dice la Biblia que sin fe es imposible agradar a Dios. Si usted quiere acercarse a Dios, si usted quiere recibir algo de Dios, si usted quiere ser premiado, galardonado por Dios, tiene que creer que Dios es y que Dios es como Él dice que es. Y que Dios es el mismo ayer, hoy, por los siglos. Que el Dios que sanó a esta mujer con el flujo de sangre, puede hacer lo mismo en tu vida. Porque ella tenía un flujo de sangre que la debilitaba, era como un continuo derrame allí, gotita a gotita en su cuerpo que le daba una anemia terrible probablemente.

Sabe qué, en nuestra vida hay situaciones que nos están desangrando a veces, ¿sí o no? Hay preocupaciones, un hijo malcriado o que está en caminos indebidos, un matrimonio que está allí cada día en resucitación, en respiración artificial, un esposo que no da pa’ lante ni que lo halen con una grúa; una situación financiera, una depresión que no quiere irse, recuerdos que nos atormentan. Hay tantas cosas que son como gotitas de sangre, ¿no? Que se van saliendo de nuestra vida, que nos mantienen débiles, inefectivos e imposibles de dar fruto para el Señor. Entonces, ¿qué hace uno con ese flujo de sangre? Yo creo que lo único que uno puede emplear es los principios y los recursos de la fe para que se resuelva el problema. ¿Puede decir amén?

Cualquier situación, yo creo, hermanos, tiene solución en Cristo, en el poder de dios y tu fe es lo suficiente. Ahora, yo no te puedo garantizar que va a ser de la noche a la mañana. ¿A esta mujer cuántos años le tomó para llegar a su solución? 12 años. Yo no voy a decir que te va a tomar tanto tiempo, no te desesperes así tampoco, pero puede que sea un año, dos años, tres años. Mire, hay batallas que se van a tomar… hay a veces unos demonios que son más tercos que una mula y hay que darles batazos en la cabeza hasta que finalmente se van y se desalojan. Hay veces que no, que tú clamas y antes de que tú clames ya Dios ha respondido, también. Pero todas esas transacciones, siempre se darán a través del proceso de la fe. Esta mujer tuvo fe y por eso Dios pudo hacer el milagro en su vida y la fe cambia las circunstancias.

Hermanos, la fe… –yo le pido al Señor, Padre ayúdame a tener fe. Alguna gente pensará 'oh, pero que el Pastor Miranda no tiene fe por esto que está haciendo.’ Hermanos, si mi fe fuera como tuviera que ser yo estaría montado en una loma de millones de dólares, porque la fe es muy poderosa. Mi fe es muy pequeñita y yo agonizo cada paso que doy, pero trato. Por eso cuando los discípulos le dijeron al Señor, Señor… ¿cómo fue? Enséñanos acerca de la fe. Y el Señor les dijo, si tuvieras fe como un grano de mostaza, ustedes le dirían a este monte muévete y échate al mar y lo haría. ¿Qué les quiso decir? Ah no, ellos dijeron auméntanos la fe, Señor auméntanos la fe. Y el Señor, como que se rió, y dijo, ¿qué fe? Si tuvieran una fe tan chiquita como un grano de mostaza, ustedes le podrían decir. Otra palabra, ¿qué les voy a aumentar si no tienen? Nada. A veces nosotros queremos, hermanos… –la fe es tan poderosa, que una chispa de fe en nosotros puede hacer montañas y lo que tenemos que pedir al Señor es aumenta o infunde fe en mí, cambia mi manera de pensar, dame la actitud para que yo pueda vencer los gigantes que hay en mi vida. Sabe qué, las luchas y los problemas de la vida no son problemas de Dios, el problema es nuestro en última instancia, cuán grande es mi fe, cuán grande es mi capacidad para pedirle a Dios. ¿Cuán grande es mi capacidad para hacer lo que tiene que hacerse para que Dios se mueva en mi vida?

Yo creo que cuando ustedes vean a través de los diferentes casos y temas y capítulos que vamos a discutir en estas próximas semanas y meses, ustedes van a ver cuán variada es la dinámica de la fe. Cuántos diferentes caminos llevan a la solución. Algunos caminos son zigzagueantes y largos, otros caminos son instantáneos, algunas intervenciones de Dios son explosivas y destructivas, otras son allí a largo plazo; algunos tuvieron que morir y fueron aserrados y nunca vieron lo que estaban buscando pero en el futuro Dios se lo dio a otra generación. Otros recibieron todo lo que necesitaban en el momento. Léase el capítulo 11 de Hebreos, que es el gran capítulo de la fe, y usted verá allí la diversidad de experiencias y de personajes y de eventos que caracterizan la dinámica de la fe. Pero lo importante es que todos tuvieron fe, todos ejercieron fe y sin fe nadie puede agradar a Dios, sin fe usted no puede desatar el mover del poder de Dios. Usted necesita fe, órele al Señor, ayune, clame a Dios todas esas cosas son formas de uno ir aumentando los músculos de la fe.

Esta mujer es un perfecto ejemplo de algunos aspectos de la fe y de nuevo yo decía que la fe puede cambiar la historia. La fe puede… –yo no voy a decir que la fe cambia la mente de Dios, porque Dios sabe todas las cosas etcétera, pero mirándolo desde esta perspectiva humana, temporal, yo me atrevería a decir que la fe puede afectar el corazón de Dios. Yo no sé cómo, porque en última instancia, en términos absolutos, eternos –no. Porque Dios sabe todo. Pero, desde la perspectiva temporal, humana, yo creo que sí y le podría dar casos pero no tengo el tiempo ahora mismo, en el futuro lo haremos. Pero, lo que yo quiero decir es que aquí yo veo un cambio que se dio en la historia, un cambio en el fluir de ese texto que acabamos de leer. Mire, y es por eso que la fe cambia las cosas. La fe puede alterar la historia, la fe ciertamente puede alterar el estado de tu vida.

Mire cómo comienza el texto, dice que el Señor estaba administrando a la multitud y se le acercó un hombre, se llamaba Jairo. Es decir, en la agenda, en ese momento, la agenda de Cristo cambia un poquito porque un hombre que se llama Jairo que es un hombre religioso, bien conocido en la comunidad es como el pastor de una iglesia, es el principal de una sinagoga. Digamos, el equivalente sería un sacerdote de una iglesia, un pastor de una congregación, un hombre respetado en la comunidad, un hombre con influencia en la comunidad, conexiones sociales en la comunidad, se acerca a Jesús y le pide que sane su hija que está muy enferma. Y, el Señor escucha la petición de Jairo, y dice está bien Jairo, voy a ir a tu casa y voy a sanar a tu hija.

Entonces, la agenda del Señor es ir a la casa de Jairo y sanar a la hija de Jairo, este hombre importante, principal, que es un hombre noble y religioso. Porque dice aquí que mientras Él iba, en otras palabras, la agenda del Señor es ir a sanar esta niña. Ese es su propósito y ese es su misión en ese momento, pero fíjese qué dice en el próximo versículo. "Pero, una mujer," ese pero, hay que poner un círculo alrededor de él, pero, una mujer. Para mí eso es bien significativo. Porque, ¿qué paso en ese momento? La fe de esta mujer se inyectó en la trayectoria de Jesús, y le cambió el programa a Jesús. ¿Sí o no? Usted ve lo que yo quiero decir que la fe puede afectar la historia, puede afectar la agenda de Dios, por así decirlo, desde la perspectiva humana no desde la perspectiva divina.

Puede cambiar el curso de las cosas porque el Señor no está en su programa en ese momento, sanar a nadie, excepto a Jairo. Pero, esta mujer llena de fe y que tiene una convicción que Dios puede sanar su vida a través de este hombre misterioso que ella no sabe –ella ni siquiera entendía totalmente quién era Jesús, yo no creo. Pero había en ella una chispa de fe y de confianza, y de impulso. Porque fe es muchas cosas, fe es emocional, mental, físico, espiritual. Es una mezcolanza de energías que construyen esa esencia que se llama fe. Entonces, esta mujer afecta la vida, el ministerio de Jesús porque se inyecta en la trayectoria de Jesús, su fe es como una flecha que se mete en el programa de Jesús. La fe hace eso, la fe cambia tu vida.

Entonces, a mí siempre me ha fascinado el contraste entre esta mujer y Jairo. Jairo es como la gente debe ser. Y yo diría que en los primeros dos versículos que yo leí, las cosas están sucediendo como se supone que suceden en el mundo. ¿Qué pasa? ¿Quién es el que se supone que se sale con la suya, que recibe lo que necesita? La gente importante, ¿verdad que sí? La gente con conexiones sociales, la gente que se porta bien, la gente que respeta la ley, la gente que tiene recursos, que tiene dinero, que tiene influencia… la gente que ha estudiado, esa es la gente que recibe las cosas en el mundo. Y hasta ese momento vemos que las cosas están marchando como se supone que marchen en la vida normal. Un hombre importante, un sacerdote que conoce la ley, conoce la Biblia por así decirlo. Tiene acceso a este hombre importante que se llama Jesús, y quizás hizo una conexión con uno de los discípulos y le dijeron, no te preocupes, te vamos a meter primero en la línea para que tú le preguntes.

Eso es lo que pasa, cómo se hace en nuestros países cuando usted quiere buscar una visa o algo, usted habla con alguien y lo ponen al frente de la línea, ¿verdad que sí? O lo meten por la puerta de atrás para que vea al cónsul o lo que sea. Entonces, en este caso, Jairo, tiene acceso directo a Jesús y le presenta su caso al Señor y Jesús le dice, está bien voy a ir. Y Jairo es como digo, es la imagen de lo respetable, de lo bien conectado, lo que se porta bien, lo aceptable a la sociedad, todo. Virtualmente es puro, respeta la ley. Esta mujer es todo lo contrario a Jairo. ¿Usted ve por qué yo decía que la fe pone las cosas patas arriba o boca abajo y cambia todo? La gente pobre, generalmente, no recibe lo que necesita en el mundo. No tiene acceso a lo importante, no tiene acceso a los recursos, no sabe cómo meterse en la línea, no sabe cómo llamar al teléfono necesario para conectarse con la persona que tiene la solución. Pero, cuando tú tienes fe hermano, esa es la clave. Cuando tú tienes fe eso te pone al frente de la línea, en muchas ocasiones, eso te da acceso directo al poder de Dios.

Allí ya la fe es el great equalizer, la fe iguala el terreno de competencia. En el mundo de la fe, en la dimensión de la fe el rico es tan poderoso –o el pobre es tan poderoso como el rico, es más, a veces más poderoso que el rico. El no educado a veces puede saber más y tener más acceso al corazón de Dios que el educado por medio de la fe, porque la fe es lo que permite que la revelación de Dios, el poder de Dios llegue a la conciencia humana. El hecho de que esta mujer tenía fe igualó el terreno de competencia con Jairo, por así decirlo. Y le dio acceso a Jesús y ella hizo muchas cosas.

Esta mujer era todo lo contrario, mujer dice primeramente, pero una mujer. Y es interesante, ¿no? Y esta mujer yo no sé si llamaba, Gapita o Juanita. Yo no sé, no tiene nombre, pero ganó acceso a Jesús y se fue con lo que necesitaba. Se fue con el galardón, Dios es galardonador de los que le buscan. Ella se fue con su galardón antes que Jairo, se le metió adelante a Jairo. Sabe que dice la Biblia que el reino de los cielos se hace fuerte y los valientes lo arrebatan. Otra expresión, los violentos lo arrebatan. Pero yo no quiero animarlos a ser violentos porque ya bastante violentos que son ustedes, así que no, yo quiero que sean mansos y humildes más bien. Así que me voy a quedar con el politically correct term, valientes. Pero muchas veces, hermanos, hay que ser atrevido, ¿sabe? Hay que arrancar las cosas, hay que lanzarse en el nombre del Señor. Dios honra a la gente atrevida.

Y a mí me encanta eso, que al Señor Jesús le encanta cuando uno de sus hijos viene y le arrebata algo. A mí me critican allí en mi casa porque yo mi nietecito yo dejo que me arranque los lentes, y me dicen que le estoy dando mal ejemplo a él y que lo estoy malcriando, pero a mí me gusta. Yo no se lo permitiría a otra persona, pero cuando él me quita los lentes yo me siento contento, Me bendice porque es un gesto de confianza y de intimidad entre él y yo. ¿Y sabe qué? Al señor le gusta cuando nosotros, entre comillas, le arrebatamos las cosas. La mujer fenicia le arrebató poder al Señor, ¿ustedes recuerdan? Ella vino y le dijo, Señor sana a mi hija tiene un demonio, el Señor le dijo yo no le puedo dar la comida a los perrillos –la insultó casi, se puede decir. Ella le dijo, sí señor pero aún los perrillos comen de la comida que cae de la mesa. Y el Señor, dijo guau me pillaste me agarraste, sabes qué mujer por esas palabras tu hija ha sido sanada. Sabe qué, no es que la iba a sanar, cuando esa mujer dio esa palabra se sanó e inmediatamente a larga distancia a su hija. La palabra de fe de esa mujer sacó el poder de Cristo. Guau, eso es tremendo. Y un día quiero hablar de la mujer fenicia. Es lo que pasa, hermanos, que nuestra fe, nuestros actos simbólicos tienen un poder increíble para afectar el corazón de Dios. Y al Señor no le molesta que algunos de nosotros vayamos frente a Él siguiendo sus principios y le arranquemos, dice, ¡guau, qué lindo! Está aprendiendo mi hijo, está convirtiendo en una guerrera, está creciendo en el conocimiento de la dinámica. Al Señor le gustan cuando sus hijos le hacen cosas extraordinarias y raras, diferentes.

No tenga temor de hacer cosas desesperadas para que Dios haga algo en su vida. Es más, a veces somos cobardes y por eso Dios no nos bendice más, nos quedamos allí como el siervo infiel que metió su talento en un pañuelito y lo metió allí debajo de la cama y no hizo nada porque tenía miedo, de qué pasaba si perdía el talento y lo invertía en lo que no era. El miedo a veces nos frena de tantas bendiciones que Dios quiere darnos, pero cuando tenemos valor, cuando tenemos fe cuando operamos bajo fe. Y decimos como dijo Ester, si perezco que perezca, si me muero, que me muera; si me cortan la cabeza, por lo menos hice algo, un esfuerzo por salvar a mi pueblo. Y el Señor la bendijo y la honró. La Biblia está llena de gente que hace actos desesperados, Bartimeo, Zaqueo, los amigos del paralítico, toda esa gente los vamos a discutir, y todos tuvieron fe, y se salieron con la suya.

Pero, esta mujer anónima, es todo lo contrario de Jairo, es mujer, no tiene nombre, no tiene dinero porque lo ha gastado todo en los médicos, se lo han robado todo los médicos, Algunas cosas no cambian nunca, pero no, no debo decir eso. No es verdad, no es verdad. Si hay algún médico aquí, ustedes son diferentes, son médicos santificados. Pero, lo había gastado todo en los médicos, era ritualmente impura, sabe que en el judaísmo una mujer que tenía flujo de sangre era como si fuera una mujer menstruosa, perdonen la expresión, pero es normal. Y en la Biblia, si una mujer cuando estaba en su flujo de sangre, era ritualmente impura. Entonces, esta mujer técnicamente, médicamente, era ritualmente impura y no debía, según la ley Judía, estar en contacto con gente alrededor de ella, porque al tocarlos los hacía a ellos ritualmente impuros también.

Sabe que esta mujer violó la ley religiosa para conseguir su milagro, imagínese si tenía fortaleza y valor. No voy a decir otra palabra, tenía pantalones, por así decirlo, ¿no? Esta mujer tenía agallas y violó una cantidad de cosas para conseguir su milagro. Entonces uno no esperaría que ese tipo de individuo recibiera de Dios nada. sin embargo, su fe hizo la diferencia y entonces ella. Por eso es que dice allí, “pero una mujer.” La fe iguala el terreno de la competencia, la fe hace que las cosas cambien alrededor de ti y de tu vida. Ella padecía de flujo de sangre hacía 12 años. Hermanos, como yo digo, a veces los procesos de fe se toman tiempo.

Uno de los principios de fe que tenemos que aprender es eso, que a veces los milagros de Dios se toman tiempo. Y si usted es de esos, como esos récords antiguos, no que yo los haya visto, yo era un bebito cuando esos récord de 45, de corta duración de 45 revoluciones por minuto, ¿se acuerdan? Esos ustedes los conocen, yo no. No, que era una sola canción, ¿no? Muchos cristianos, somos así como esos récords de 45 revoluciones por minuto, nos acabamos en un momentito. Se nos quita la gasolina, se nos acaba en un instante, y oramos dos o tres veces, si no viene el milagro pasamos a la otra petición y se nos olvida y dejamos las cosas así a medias. Y en la Biblia hay que perseverar hasta el fin, hermanos. Si hubiera una lucha o una batalla, y Dios no te responde inmediatamente, sigue clamando, sigue esperando, sigue tocando a la puerta hasta que el Señor responda.

Hay personajes en la Biblia, la viuda ante el juez injusto. Otros así, el amigo que viene a media noche y le toca la puerta a su amigo y no requiere despertar y finalmente para que lo deje tranquilo, le abre la puerta y le da lo que necesita. Hay ejemplos en la Biblia de persistir, uno de los grandes principios de la fe es que hay que persistir, hay que mantenerse hasta el último momento, hay que seguir hasta que Dios te dé lo que Él te ha dicho que te va a dar. Esta mujer tenía 12 años allí con su serio problema, pero no dijo bueno, me voy a quedar en mi casa, aquí me voy a morir, no voy a salir más, no voy a ver a nadie, me voy a deprimir, no. Ella seguía, fue a donde un médico, fue a donde otro, esto y lo otro, hasta que un día vio en el periódico que había un nuevo predicador en el ambiente y leyó en el Internet que había un hombre que se llamaba Jesús que sanaba gente y que tenía un ministerio preciosos, investigó más y vio que sí era un hombre de Dios, y dijo, allí está mi respuesta, voy a probar con Él.

Hermanos, hay que ser persistentes en la vida, hay que tocar las puertas. Yo siempre creo que hay una solución en el mundo para todo problema. Si tú estás buscando algo, lánzate y pide y busca y toca y pregunta hasta que alguien te responda algo, pero no te des por vencido rápidamente. Hay que seguir, porque a nosotros Dios nos ha echo como animales de presa, no somos un pavito allí con la cabeza siempre para abajo, somos águilas, tenemos alta duración, podemos ascender a altas alturas y volar largas distancias. Porque ese es el ADN, esa es la genética que Dios ha puesto en ti. El Señor Jesucristo ha dicho a través del Apóstol Pablo, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio. Lo que tú tienes dentro de ti es poder puro, así que no te des por vencido en un momento, no tires la toalla porque no te contestaron inmediatamente, sigue adelante Dios está contigo, el tanque de gasolina que ha puesto es para largas distancias. No subestimes lo que Dios ha puesto en ti.

Atrévete a seguir adelante, siempre hay una solución. Siempre hay una posibilidad, si no tuviste éxito la primera vez, trata, móntate al caballo y trata la segunda vez. Si te caíste, límpiate las rodillas, remiéndate el pantalón y sigue para la próxima y en una de esas vas a pegar, vas a llegar a donde necesitas. Doce años estuvo esta mujer y finalmente entendió que su solución estaba en Jesús. Oh, que los cristianos primero fuéramos a Jesús antes que las demás cosas, no al final. Muchos de nosotros vamos a Jesús como último recurso. Bueno cuando ya los médicos me dijeron que me quedan tres días de vida, entonces comienza a orar. Mira, ora cuando estés en salud por salud. No esperes a que te digan tienes un cáncer, no, ora cada día. Si estás en salud, sabes qué, ese es el tiempo para orar para que el Señor te preserve en salud. Tú tienes que poner todas las cosas en las manos del Señor siempre, bañar todos los aspectos de tu vida con oración de fe para mantenerlos saludables.

Yo creo mucho en la fe preventiva, no en la fe curativa, no en la fe remedial. Muchos de nosotros solamente venimos cuando ya todo ha fallado y cuando estamos ya comiéndonos un cable, lo que sea. Hay que comenzar temprano. Ora por tu salud, ora por tu vigor. Ora por tus finanzas, ora por tus hijos. Mantén tu vida bañada en una sopa de oración continuamente, ¿no? Todas las cosas que naden en un ámbito de oración en tu vida. Satúralo todo en oración, que tu mente esté saturada con la presencia de Dios. Tú vives una vida de fe, tú te mueves en un ámbito de fe, tú pagas el precio, tienes que ser un gigante. No busques al Señor a última hora, no busques al Señor cuando las cosas están malas. Siempre ora preventivamente, para que el Señor bañe tu vida con la vitalidad del Espíritu Santo, que tu mente esté abierta, porosa, comprensiva de los misterios de Dios y que tú puedas procesar los eventos de la vida, la luz del espíritu. Mantente siempre con el Señor primero en tu vida.

Ella esperó 12 años y todo lo había gastado en médicos, todo cuanto tenía y nadie había podido resolver su problema. No hay problema que Dios no pueda resolver. Dios no conoce de grande pequeño, para Dios todo es igual, todo es posible, todo es fácil. Es más Dios no sabe qué es eso de qué es fácil, porque para Él todo es simplemente natural. Él puede hacer lo que a Él le da la gana, y Él no conoce de distancia, esto está lejos, esto está cerca, esto es difícil, esto es fácil, esto es ahora, esto es después. Dice que Dios mora en su eternidad, Dios no conoce de tiempo, espacio, colores, diferencia. Él es todo. Él lo define todo. Todo es definido por Él. No, Él definido por ningún elemento de la realidad humana. Eso es bien, bien profundo, bien poderoso.

Entonces, nadie había podido pero el Señor tenía la solución, Cristo tenía la solución. La fe dice no importa cuán grande mi problema, yo sé que Dios puede resolverlo. Yo sé que aunque todos los demás estén por allí padeciendo de hambre y de necesidad, y hay una crisis económica gigantesca y todo parezca imposible, hay una rendijita por donde yo me voy a colar y voy a recibir mi milagro. Eso es lo que la fe dice, no importa cuántas veces hayas fallado, cuántos hayan fallado, yo puedo recibir porque tengo fe en el Señor y mi Dios es grande.

Entonces ella se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Dos cosas negativas que ella tenía en su contra, no tenía un acceso frontal a Jesús, no podía acercarse para que él le diera una palabra de sanidad como le dio a tantos otros. Y no tenía, por lo menos me le voy a pegar bien fuerte para que el Poder salga de Él, ¿no? Ella nomás pudo entre la multitud, me imagino que tal vez entre una o dos personas, estirar la mano y tocar un hilito de la ropa de Jesús, porque había una gran multitud alrededor de ella. Obstáculos, obstáculos, obstáculos por donde quiera. Hermanos, la bendición de Dios muchas veces va a tener que estar al final de muchos obstáculos. La fe siempre tiene que vencer obstáculos, mire toda la Biblia y usted verá obstáculos delante de cualquier persona que quiera conseguir algo de parte del Señor.

Pero, nosotros tenemos que sobreponernos a eso, ir más allá de los obstáculos y esta mujer tenía que acercársele a Él por detrás y tenía que tocar apenas el borde de su manto. Hermanos, déjenme decirles algo, esto es importante. Yo creo que en esta mujer había, quizás, hasta un poquito como de superstición, esto de tocar el manto, pero que sabe que a veces la fe nos lleva a hacer cosas locas. Yo creo mucho en el poder de las acciones simbólicas. Porque uno piensa bueno, tocar el borde de su manto. ¿Qué estaba ella pensando? Ella pensó bueno, la energía de Él se transmite a través de su manto, yo tengo que tocarlo para yo recibir. Eso es una mentalidad mágica. La mentalidad mágica del hombre es así, opera en esa manera. Una palabra, un contacto, una puesta de manos, un aceite.

Pero, yo no creo que esta mujer conocía todo de quién era Jesús, ella no había estudiado teología, ella sólo pensó eso, y es una conexión. Este hombre tiene energía y si yo me meto, en nuestra vida moderna, usted sabe que si usted le mete el dedo a un enchufe usted va a sentir algo, electricidad. Ella dijo, si este hombre tiene poder y si yo lo toco, el poder de Él va a salir a través de de mi dedo y va a sanar. Hay allí algo como un poquito de brujería y de magia yo creo, y yo no dudaría que esta mujer estuviera operando, no sobre una mentalidad teológica o bíblica, sino sobre una mentalidad mágica. Pero sabe qué, muchas veces hermano, Dios obra a través de la imperfección si hay fe. Es que la fe es así, es tan poderosa que muchas veces, tú no vas a tener todas las cosas bien planchaditas pero si tienes una energía de fe eso va a hacer que todo lo demás sea secundario. Hay veces, que en nuestra vida, no está todo como Dios quisiera pero tenemos fe y esa fe neutraliza porque lo que Dios busca es fe. Y eso no es una excusa para vivir vidas pecadoras o lo que sea. Pero, ¿sabe qué? A Dios le encanta la gente que tiene fe y mucha veces esa gente es muy básica en su entendimiento de Dios, son imperfectos y esto y lo otro. Pero tienen fe, y a Dios le encanta la gente de fe. Con esa gente Él hace algo.

Hay veces que hay gente que lo tienen todo planchadito, van a la iglesia todos los domingos, se ponen su traje y su corbata, dan dinero, hacen lo otro pero su corazón está lleno de orgullo y el Señor dice a ti no te voy a mirar, a ti no te voy a dar nada. Y a veces viene otro, un adicto, una persona que ha hecho veinte mil cosas por allá, y tiene fe y se inclina ante Dios y busca de Dios, y Dios dice eso es lo que yo necesito. Es que es increíble, la fe es muy misteriosa. Dios siembre responde a veces a los outsiders, no a los insiders. Dios le responde muchas veces a la gente de afuera no la de adentro. La gente de afuera muchas veces son los que reciben, porque los de adentro muchas veces están tan seguros de sí mismos que su seguridad es un impedimento para su bendición.

A Dios a veces le encanta la gente imperfecta en su hechura pero que tienen fe. Por eso el publicano recibió lo que necesitaba cuando fue a orarle al señor, y el Fariseo que estaba muy seguro de sí mismo no recibió nada. El publicano estaba lleno de pecados, y decía simplemente, Señor ten misericordia de mí porque soy pecador. Pero tenía fe. La fe que Dios necesitaba y esa fe hizo que Dios lo bendijera y lo perdonara. El fariseo muy correcto, todas las calificaciones pero su fe era una fe impura y Dios le dijo a ti no te toca nada hoy, te vas a ir igualito que como llegaste. Esta mujer quizá no entendía quién era Jesús, yo no creo que ella supiera que Él era el Mesías, el hijo de Dios con sustancial con el Padre, esto y lo otro, pero tenía fe. Y esa fe desató el poder de Jesús, esa fe se impuso al hecho de que el Señor no le dio permiso para tocarlo. Esa fe estuvo por allá por encima del hecho de que ella no pudo pedirle su milagro en una forma adecuada, fue simplemente un acto desnudo de fe lo que abrió el poder de Dios.

Cuando tú tengas un problema en tu vida, una necesidad, aunque tú no sepas todo acerca del problema y tengas todas las cosas bien planchaditas, simplemente clama al Señor, pídele al Señor y tírate a los pies del Señor y dile tu problema y tu necesidad en palabras balbuceantes. El Señor lo que ve es el corazón de la persona y dice aquí que al instante se detuvo el flujo de su sangre, al instante. Inmediatamente que ella por medio de su fe se conectó con el poder de Jesucristo, se dio el milagro y ella sintió… es decir, el Señor Jesucristo no fue el único que sintió un estremecimiento dentro sí, la mujer sintió también un estremecimiento. Y es lo que pasa muchas veces, si en una transacción eléctrica, si usted mete algo en un enchufe, sabe qué muchas veces hay una descarga y puede que se vayan los fusibles, se funde la luz, ¿sabe? Y usted también siente algo del otro lado, un corrientazo. Porque hubo un fluir demasiado rápido de energía y todo se tira patas arriba y los dos extremos sienten el cambio. Eso pasó aquí, el Señor se estremeció y ella también se estremeció y sintió que la habían sanado, que estaba lista.

¿Cómo supo ella que había sido sanada? Porque ella sintió algo dentro de ella, sintió que eso que la estaba afectando, se secó. Que la apertura que tenía se cerró y ella dijo, recibí lo que necesitaba. Y el Señor también. Hermano, esos son los misterios. A veces yo veo que la gente teológica se pone con tantas complicaciones, yo les digo hermanos, mientras yo más conozco el poder de Dios, veo que más sencillo tengo que ser, menos teológico. Dios hace lo que da absolutamente la gana y muchas veces los misterios de Dios, estos de la energía y los toques, y las acciones simbólicas y todo eso, eso tiene un poder increíble. Por eso es que a veces la gente criticó a Guille Ávila por los pañitos que oraba y se los enviaba a la gente por el correo. Mire, Dios hace lo que le da la gana. Hay gente muy teológica y dice, eso de poner las manos al radio, que eso es brujería. Mire a Dios si se la pone en la boca del perrito que tiene, y lo hace con fe, quizás Dios use eso para sanar, quién sabe. El Señor hace lo que le da la gana si hay fe, si hay fe, si hay fe. Esa es la diferencia, porque aquí, esta mujer –eso fue una cosa de poder, una cuestión eléctrica. La vida… –el mundo del espíritu, el mundo de la fe tiene aspectos así raros, misteriosos, que son casi como electrónica. ¿No? Aquí eso fue una transacción eléctrica lo que hizo que ella sintiera lo que sintió. Es fe desnuda, esto es la fe en su forma más básica.

Pidámosle al Señor que aumente esa energía en nuestras vidas. Pequémonos más a Jesús. Porque eso es una cuestión. ¿Cómo dice el señor Jesucristo? Permaneced en mí y yo en vosotros y llevaréis mucho fruto porque apartaos de mí que nada podéis hacer. Es una cuestión eléctrica. Mi computadora, si yo la desconecto de la carga eléctrica nomás dura tres horas y a las dos horas ya la bateriíta esa que tiene dice me estoy muriendo, me estoy muriendo, pégame otra vez porque ella necesita estar enchufada al poder. Es algo eléctrico. La fe es algo eléctrico, usted tiene que estar enchufado a Jesús, enchufado a la palabra, enchufado a la oración, enchufado a la adoración, enchufado a la a las declaraciones verbales de poder, enchufado a la a la comunidad de Dios, enchufado a la a la iglesia. Usted necesita venir a la iglesia, no me diga que usted es tan sofisticado que no necesita venir a la iglesia. Aquí Dios hace cosas, hay que pegarse a las cosas donde está el poder. Hay que estar con gente de poder, hay que hablar con gente que tiene unción. Si usted habla con gente que solamente todo es negativo y pesimista, usted va a ser igualito que ellos en 10 días, se los garantizo. Péguese a gente que tiene unción, poder, positivismo y optimismo y usted también va a recibir lo mismo porque es energía.

Hay energía y nosotros tenemos… eso es uno de los grandes detalles y verdades acerca de la fe. Hay una dimensión de energía y hay que estar donde está la energía. Jesús es la máxima expresión de eso pero también hay otros lugares, hay otras transacciones, cuando tú te pegas a la palabra y tú estás leyendo esa palabra, esa palabra está transmitiendo energía divina. Ahora, pégate al televisor y ya tu sabes, lo que va a salir de allí más loco que un reloj de a peso, como decimos nosotros. Porque esa energía que está allí adentro, ¿qué es lo que te va a dar? Problemas, dificultades, adulterios, sensualidades, locura, violencia, esa energía es la que se va a pegar a ti. Hay que pegarse donde está la energía buena, quien quiera que tenga energía, un ambiente con buena energía, una enseñanza, una iglesia con buena energía, ve a allá y pégate a ella y recibe de ella. Y eso te va a dar fuerza para que tu vida cambie y seas diferente y puedas hacer otras cosas. Ella se pegó a Jesús y vino lo que ella necesitaba.

Último pensamiento. Ella tocó a Jesús, salió poder de Jesús. Bueno, ella dijo, ya tengo lo que necesitaba, ahora me voy a mi casa y ya. Ve por qué, porque ella tiene una mentalidad primitiva, básica. Pero las cosas de Dios son mucho más complejas, a veces Dios tiene tratos con nosotros que van más allá de nuestra necesidad o nuestro drama inmediato. A veces Dios quiere sacar mucho más provecho de la luchas de tu vida, que simplemente tu dramita pequeño que estás viviendo. Tú no sabes qué cosas están pasando a través de ti que tú crees que tú eres el único que está comiéndote un cable y cociéndote en tu propio jugo de sufrimiento, pero hay gente que está mirando tu drama y están aprendiendo y están mirándote a ver qué tú vas a hacer en tu trabajo, en tu familia, en diferentes partes. ¿Qué hablé demasiado? Ya he visto ---. No eso es bueno, eso es bueno. No dejen de hacerlo, eso me gusta. Yo prefiero que estén aquí, keep doing that, that's good. Eso es bueno. Hermanos, ya hasta se me olvidó lo que iba a decir.

Hermanos, de nuevo. A veces Dios tiene cosas que están pasando en nuestra vida personal y Dios quiere glorificarse y por eso a veces Él alarga las cosas porque quiere sacarle el millaje. El milagro Él lo puede hacer en un instante, pero Dios a veces Él le gusta sacarle provecho a las cosas para que otros sean bendecidos. ¿Cuántas personas han sido bendecidas a través de la historia con el dramita de esta mujer? Millones de personas, yo me atrevo a pensar, que han leído este pasaje y han recibido ánimo y estímulo y enseñanza. Mire aquí, dos mil y pico de años después, una comunidad de inmigrantes aquí en Boston está recibiendo bendición de lo que le pasó a esta mujer hace dos mil y pico de años. Ella pensó que este era solamente mi drama, mi problema, mi dificultad. Nosotros tenemos siempre una gran nube de testigos alrededor de nosotros y usted no sabe qué Dios está haciendo. Porque esta mujer qué creyó ella, bueno toco a Jesús, saco lo que necesito, thank you very much, me voy para mi casa y ahora puedo volver otra vez a hacer toda mi vida normal, etcétera.

Pero había algo más que Cristo quería hacer, cuando Él experimenta esa descarga de poder Él dice quién me ha tocado. Ella llega escurriéndose. ¿Quién me ha tocado? Y ella tuvo que detenerse en ese momento porque el Señor… yo creo que el Señor sabía todo lo que estaba pasando. Él quiso hermanos, que esta mujer no se fuera como ella siempre había vivido, anónima, despreciada y deprimida. Él quiso bendecirla un poco más todavía, Él quiso ponerle el toque final a ese drama que él había permitido que se diera y quiso ponerle punto y aparte a lo que había sucedido.

Porque, de nuevo, Dios es así. Dios es complejo en sus cosas y entonces Él quiso que esta mujer fuera, que tuviera un momento de comunicación con Él. Fíjese qué interesante, hay tanto, pero ya no me va a dar oportunidad. Y dice aquí, mire una de las cosas, y es que el Señor quería hablarle a ella y comunicarle algo y ella solamente quería su milagro, su situación. Pero, muchas veces hermanos, la fe quiere enseñarnos algo más. Quiere tratar con nosotros, quiere que crezcamos a otro nivel, quiere desarrollar carácter en nosotros, quiere quebrantarnos, quiere formarnos en hombres y mujeres más poderosos en Dios. Y todo eso el Señor quiso hacer. Esta mujer… cuando el Señor dice, ¿quién me ha tocado? Los discípulos dicen, bueno, todo el mundo te esta tocando. Entonces, ella dice a la gente okay, me tengo que confesar. El Señor no quería que ella se fuera con un sentido de ilegitimidad. Él quería que ella se fuera con un sentido de lo que recibiste, lo merecías y vete bendecida.

Dios es tan misericordioso, tan generoso, tan amoroso con nosotros. Entonces, Él la llama y ella le cuenta su historia. Otros escuchan su historia, son bendecidos por su testimonio, son edificados. El Señor es glorificado, se hace un récord de lo que sucedió, muchos son bendecidos y Él le dice a la mujer estas palabras que la despiden en paz. Y le dice a ella, mujer tu fe te ha salvado. Le dice, hija. Escuche eso, porque era un drama de amor, el Señor es amoroso. El Señor no quería que esta mujer se fuera como una ilegítima, ilegal, indocumentada. Él quería que ella sintiera que hiciste bien, se hizo lo que tenía que hacer, obtuviste lo que tú merecías. Le dijo, hija tu fe te ha salvado, ve en paz. Ese es el Dios que yo conozco hermanos, el Dios de misericordia, el Dios de amor, el Dios de compasión, el Dios que me ama, el Dios que no espera que yo tenga todas las tes cruzadas y todas las íes con su puntito arriba.

El Dios que dice, sabe qué quizás no mereces todo lo que te voy a dar, pero tú ere mi hijo y yo te amo y te lo voy a dar de todas maneras. Es el Cristo que dice, sabe qué, has cometido algunos errores en tu vida, pero yo te amo porque tú me amas y tu corazón está en el lugar correcto. Nunca pienses que tú tienes que tener todo bien arreglado para acercarte a Cristo. Al contrario, a veces mientras más problemas tienes y más dificultades tienes, más el Señor quiere que tú te acerques a Él. Eso te califica más todavía para acercarte al Señor. Quiere el Señor que en esta mañana, la fe de la mujer que tocó el manto de Jesús se haga nuestra fe, amén.

Vamos a bajar nuestras cabezas un momento, yo te pido que recuerdes estas dinámicas de la fe para que en tu próxima lucha, en tu próxima tribulación tú puedas tener acceso. Mira ese Cristo, mira ese Jesús que ha hecho lo que describe este pasaje y pégate a Él y entiende que eso no está allí para que simplemente veamos algo arqueológico que pasó hace dos mil años, eso lo pusieron allí para que tú entiendas que eso es lo mismo que Dios puede hacer por ti hoy en tu situación, por eso está allí. Es un ejemplo, es un paradigma, es un llamado a que tú ejerzas esa misma fe y obtengas ese mismo resultado en tu vida. Que tú uses esa mentalidad y que veas ese mismo poder fluir de Jesús. ¿Qué drama tienes tú? ¿Qué lucha tienes tú? ¿Cuál es tu problema? ¿Cuál es tu situación? Ese problema, esa situación puede obedecer al poder que hay en Jesús y cambiar tu vida, cambiar tu dinámica. Cristo tiene la solución, Cristo tiene la solución a tu problema. No lo sueltes hasta que no hayas recibido todo lo que Él tiene para ti.