El Dios intencional

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Basado en el libro de los Hechos porque de nuevo, alguien me puede decir por qué yo he escogido estudiar el libro de los Hechos en estos próximos meses? Qué es lo que me ha movido a hacerlo? Yo lo he compartido con ustedes. Alguien que no estuviera durmiendo a las 9 de la mañana cuando yo compartí eso, alguien que sea atrevido y me pueda decir por qué estoy yo sacando tiempo para estudiar el libro de los Hechos. No levanten la mano todos a la misma vez porque me van a confundir. Ah, por acá, Víctor. Ponte de pie y con voz de trueno como tu hijo, uno de los que estaba aquí, que estaba dando el drama. Dime.

Yo recuerdo que usted dijo que….. ok. Una de las razones que mi deseo como pastor de ustedes es que nuestra iglesia regrese a las raíces, a los orígenes de la fe cristiana según lo ejemplifica el libro de los Hechos, la vida de los primeros cristianos. Alguien más que me diga un poquito más, complete eso que Víctor muy bien dijo. Arriba, ok, que bien hermana. Póngase de pie, por favor.

Queremos exponer nuestra congregación al mover sobrenatural del Espíritu Santo, definitivamente, al meditar en este libro que ejemplifica eso, estamos manteniendo nuestra mente activa alrededor de ese hecho.

Alguien más? Otra persona más, vamos a ver. Rápido, si usted sabe que tiene algo que decir, no me deje agonizando aquí, levante su mano. Vamos a ver, otra persona. Están dormidos? Sino los voy a poner a correr ahí mismo, los voy a parar y que corran en su lugar donde están. Alguien más? Quiero otra persona más, yo sé que hay otro. Miriam, por allá atrás. Guau, puedo ver hacia atrás, mis ojos están mejorando, que bueno! Reconocí a Miriam ahí atrás. Sí, Miriam.

Tenemos que tener el mismo denuedo, el mismo ánimo, el mismo compromiso, el mismo impulso que inspiró e impulsó a estos creyentes del primer siglo, y queremos ser inspirados al estudiar su ejemplo y lo que Dios hizo en la vida de ellos.

Saben que voy a ser insistente. Alguien más? Otra persona más. Esta gente era la primera iglesia, era la primera comunidad cristiana, estuvieron cerca de Cristo, ejemplificaban esos valores que con los siglos se van perdiendo poco a poco y se va perdiendo el ánimo, la fe, la inspiración, el carácter radical de los primeros cristianos y caemos en el peligro de caer en la rutina, de olvidarnos de esa primera pasión que llevó a esta gente inclusive a dar sus vidas por el Evangelio y a morir martirizados y ser perseguidos.

Así que ahí tienen ustedes algunas ideas y muchas más, yo podría añadir a eso, así resumiendo, que nosotros queremos cultivar esa mentalidad sobrenatural de los primeros creyentes. Digan conmigo, mentalidad sobrenatural. Queremos ser una iglesia, hermanos, que se mueva en lo sobrenatural. Mi deseo como pastor es que en nuestra iglesia no haya esas áreas de frío y de calor que a veces hay en la iglesia, donde hay un grupo de hermanos que están apasionados por Dios, radicalmente comprometidos con el Reino de Dios, cuando vienen a los servicios están apasionados, participan en la adoración, son movidos por las oraciones, están en contacto con el pastor cuando está predicando, les gusta el mover del espíritu y hay otros que están allí pasivos, sentados, mirando como espectadores, aburridos y mirando el reloj deseando que pronto termine el servicio para irse a su casa a ver el juego de fútbol o lo que sea.

Queremos una iglesia pareja, donde todo el mundo pueda entrar en ese tipo de adoración que nosotros teníamos hace un ratito aquí, donde dejamos que el espíritu brotara y se manifestara. Y que nadie se sienta… que no haya diferencia, mi deseo es que todos estemos con esa mentalidad sobrenatural, ese compromiso radical con Jesucristo, ese acceso a las herramientas, a los instrumentos, a los recursos que provee la palabra de Dios. Mi deseo es que desde el más jovencito en el Evangelio, la persona que se convirtió el domingo pasado, y la persona que lleva 20 años en el Evangelio, que haya la misma pasión, el mismo gozo en el Señor, el mismo disfrutar de la alabanza, la misma necesidad de venir a la casa del Señor, el mismo conocer la palabra, saber dónde buscar en la palabra para recibir consejo, consuelo, ánimo, sanidad, liberación, respuesta a una necesidad.

Eso es lo que queremos, crear una iglesia pareja. Y hermanos, yo no sé dónde encuentras en esa escala de crecimiento, dónde tu estás en ese proceso. Yo te animo en el nombre del Señor, busca cada vez más y más ese fuego del espíritu. Amén, busca más y más esa pasión del Señor. Si tu no te sientes movido por lo que se da aquí, pídele al Señor que ponga fuego en tu corazón y que te de ese gozo, ese disfrute de las cosas de Dios. No te quedes en la orilla, busca más y más del Señor y entra más y más hondo en las cosas de Dios. Y por eso estamos discutiendo estas cosas, por eso yo creo que este año, por lo que yo veo, al paso que vamos, y no es porque estamos desperdiciando el tiempo, vamos a estar todo el año, vamos a declarar el año del libro de los Hechos, el año del Espíritu Santo, como ustedes quieran, pero vamos a meditar en esto y vamos a llenarnos de esa pasión.

Entonces, hemos visto que en los últimos domingos nos detuvimos en el capítulo 1, en realidad, y vimos allí cómo el Señor se dirigió a sus discípulos, les dijo, no se vayan de Jerusalén, esperen a recibir el poder del Espíritu Santo antes de que comiencen a predicar el Evangelio y a evangelizar. Esperen, porque la promesa que el Padre dio va a venir y ustedes van a ser investidos con poder de lo alto para ser testigos efectivos que puedan verdaderamente hacer la obra a la cual yo les he encomendado. Les dijo, no salgan todavía, esperen un momentito, no se disparen porque viene la gasolina que ustedes necesitan.

Entonces, vimos también acerca de la ascensión de Jesús, cómo después que él estuvo entre ellos por un tiempo, los llevó a un lugar aparte y allí fue levantado y llevado a la presencia del Padre. Vimos allí cómo ese subir de Cristo, ese ascender es una forma también, él entró al lugar santísimo, ahora ya el Cristo resucitado, reasumió su gloria que había dejado atrás cuando encarnó en Jesús, y está sentado a la diestra del Padre, pero vimos que nosotros también estamos sentados ¿verdad? Al lado de Jesús y que ese Cristo ser levantado, también nos pone a nosotros en una situación de poder.

Digan amén, aunque sea para confundirme un poquito. Nos pone a nosotros también en una posición de poder, de autoridad, de señorear con Cristo Jesús. Vimos también que después que el Señor asciende y sube y se sienta en el trono, los discípulos tienen que regresar a la cotidianeidad, la vida diaria, tienen que volver, ahí están los demás discípulos que no vieron a Jesús subir, y se encuentran con una necesidad administrativa.

Quiénes recuerdan cuál era esa necesidad que tenían que resolver ellos? Había un problema, una cosita que tenían que arreglar, una cuestión administrativa. Qué fue? Sí, … eso es, alguien dijo tesorero, por aquí. Es cierto, sí, dudan, no el tesorero corrupto, no queremos ese tipo de tesorero, ¿verdad? Pero ciertamente Judas era tesorero y era Apóstol , era el Apóstol número 12 que el Señor lo escogió no porque no supiera quién era, pero porque era necesario que estuviera allí. Siempre se necesita un poquito de manzana podrida. Tiene que haber una manzana podrida en el cesto aunque sea para mantener las cosas interesantes.

El caso fue que cuando Judas muere, se suicida, de hecho, entonces surge la necesidad que un discípulo número 12, un Apóstol número 12 lo sustituya y entonces tienen que hacer una decisión y hacen una decisión con lo mejor que tienen, y hablamos acerca de la importancia de decidir. Hay que hacer decisiones en la vida, encomendarse al Señor, buscar sabiduría de Dios y creer en la gracia de Dios, si tenemos un problema familiar, matrimonial, financiero, de trabajo, Dios siempre tiene una solución, hay que buscar una respuesta, hay que buscar una respuesta a la necesidad.

Y hablamos acerca de eso y también después de eso, la otra parte en el…. Hasta ahí llegamos. Eso fue. Yo hablé de una radiografía de una decisión. Entonces vemos ahora en el capítulo 2, donde quiero entrar brevemente en esta mañana es el comienzo del libro de los Hechos pero es también como la culminación, en un sentido, no hay un momento más alto en todo el libro de los Hechos, y yo diría en toda la historia de la iglesia más alto y más poderoso que ese momento que describe el capítulo 2 donde el Espíritu Santo desciende sobre esos 120 primeros cristianos que estaban orando, ayunando y esperando la visitación que el Señor dijo que había de venir sobre ellos.

Aquí lo que tenemos es la inauguración, el comienzo mismo, el comienzo formal, yo diría, de la iglesia de Jesucristo en la tierra. Porque cuando el Señor estaba con ellos era una cosa, pero ahora es como, esto es como el sello, es como la inauguración, es como cortar la cinta y decir, ok, ahora sí comienza la cosa, ahora sí comienza la vida y el mover de la iglesia de Jesucristo, ya no con el Maestro en carne propia instruyendo y enseñanado y haciendo milagros por ellos y preparándolos. No, ahora ya los niños han pasado a ser adultos y ahora tienen que administrar ellos la casa.

Pero ¿saben qué? que bueno que cuando el Señor se fue no nos dejó solos, como dijo él, sino qué hizo? Mandó al consolador, gloria a Dios. Mandó al paracletos, mandó al Maestro por excelencia que el Señor dijo, él os guiará hacia toda verdad, él hablará acerca de mí. Y la palabra misma consolador, esa palabra paracletos, quiere decir el animador. A mí me gusta más la palabra animador. Es el que nos estimula, es el que nos lleva adelante, es el que nos fortalece, el que nos empuja, el que nos entrena, el que nos dirige, el que nos fortalece, el que nos da poder, el que derrama y comparte sus dones con nosotros, el que nos da sabiduría para poder entender las verdades y los misterios del Evangelio.

El Señor dijo, yo lo voy a enviar y cuando ustedes emprendan su vida ahora como adultos y en esta nueva economía de la fe que se llama, la era de la iglesia, ustedes no van a estar solos, yo les voy a mandar una ayuda. Yo les voy a mandar alguien que les va a fortalecer, va a caminar con ustedes, va a estar allí invisible pero muy realmente dentro de ustedes y con ustedes tanto al nivel individual, en su vida personal de siervos y de gente común y corriente que vive la vida y que tiene que resolver problemas, pero también como iglesia colectivamente yo les voy a enviar un recurso, un poder que no ha estado antes en esa manera con el pueblo de Dios. Espérenlo, esa es la promesa que el Padre tiene para ustedes y ustedes la van a recibir, esperen, esperen.

Saben que la palabra esperar es una palabra muy, muy poderosa en este contexto del Espíritu Santo. Esperar era que algo que tenían que hacer esta gente, pero tenían que esperar no como se sienta uno en una banca con el brazo alrededor de la otra silla y esperando pasiva, lánguidamente. No, era esperando en expectativa, esperando qué va a pasar, cuándo va a venir. Señor, envíalo. Estamos deseosos, anhelosos. Era una espera anhelosa, una espera dinámica, una espera activa, era una espera que estaba clamándole al Señor para que el Señor enviara lo que él dijo que había de enviar.

Cómo encuentra el Espíritu Santo a esta gente? Miren lo que dice, “… cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos….”

Eran de un solo espíritu, unánime. Quiere decir de una sola alma, un ánima, de un ánima, de un alma. Estaban juntos, estaban unánimes. Yo me imagino que estaban en expectativa, cuándo será que el Señor lo va a enviar? Y déjenme decirle algo, si usted quiere recibir la visitación del Espíritu Santo en su vida, si usted tiene hambre de que Dios… si usted todavía no ha recibido un toque personal del Espíritu Santo, si usted todavía no puede decir con seguridad de que usted ha sido bautizada o bautizado con el Espíritu Santo, si cuando yo le preguntara a usted, tu has recibido el bautismo del Espíritu Santo? Usted me dice a mí, bueno, no estoy segura o no, no lo he recibido, entonces lo primero que usted tiene que hacer es esperar, pero no esperar simplemente a que, bueno, si Dios quiere, cuando él quiera pues yo estoy abierto. No, tu tienes que meterte a buscar y esperar que si Cristo dijo que lo ibas a recibir, lo vas a recibir. Si Cristo dijo que si lo pides te lo va a dar y entonces comienza a estar inquieto, comienza a orar al Señor.

Cuando haya oportunidades para orar por la unción del Espíritu Santo en la iglesia, pasa adelante, recibe esa imposición de manos o esa intercesión en tu casa, pídele al Señor que te visite, antes de acostarte, Señor, que esta noche sea la noche que tu me des una visitación especial. Visita lugares donde se mueve el poder del Espíritu Santo.

Yo acabo de llegar esta madrugada desde Oklahoma, Tulsa, Oklahoma y estuve allí y le digo, como 3 ó 4 veces casi cancelo el viaje porque el tiempo no me sobra, en este tiempo sobre todo. Había una conferencia sobre el Espíritu Santo, una conferencia de proporciones mundiales. Vino gente de todas partes del mundo y era una conferencia que incluía teólogos y practicantes del ministerio, parte era para como consagrarle al Señor la unión de las generaciones, las generaciones antiguas, esos pioneros del…. Porque ya estamos ahora en el siglo, estamos celebrando el centésimo aniversario del movimiento pentecostal que comenzó en Azuza en California en el año 1906 y que después se confirmó que para el 2010 uno de los Apóstoles grandes del ministerio profetizó que para el 2010 iba a haber una visitación especial del Señor.

Y entonces esta conferencia era para celebrar eso y para meditar y hablar acerca de esa visitación que se necesita en el siglo XXI del Espíritu Santo. Y el hecho de que la iglesia de Cristo necesita buscar esa visitación fresca. Cuáles son los retos? Cuál es el lugar del Espíritu Santo y del movimiento pentecostal en el siglo XXI? Y cómo podemos nosotros preparar esa nueva generación de jóvenes para que tomen el batón, tomen la espada de la generación que ya está pasando y que ellos ahora asuman el llamado ministerial a conquistar este mundo para Cristo, pero en la unción del Espíritu Santo. Y entonces fue una conferencia intergeneracional, donde los jóvenes jugaron un papel muy grande. Y cuando yo leía acerca de la conferencia yo dije, ah, ya no tengo tiempo, ya yo he estado en tantas de esas conferencias y lo que voy a hacer mejor compro los cassettes cuando salgan. Pero no, era como que Dios me decía, no, ustedes están buscando el Espíritu Santo, están buscando más unción en su vida, como congregación, tu lo estás buscando en tu ministerio, tu sabes que es el tiempo de una visitación del Espíritu Santo y que lo que se va a hacer en el siglo XXI tiene que hacerse bajo la unción del Espíritu Santo.

Yo sentí en mi corazón, mira, aunque sea simplemente ir allí y honrar al Espíritu Santo con el esfuerzo, dije, Señor, aunque sea simplemente invirtiendo tiempo y ofrecerte este holocausto de ir allí aunque no puedo y quizás ni debo y no quería estar tanto tiempo fuera de la iglesia y otros compromisos que tengo, y otras cosas. Pero sentí de Dios que tenía que esforzarme y como hacer una inversión profética y decirle al Espíritu Santo, yo tengo la suficiente hambre de ti y te asigno la suficiente importancia como para hacer algo incómodo, algo fuera de lo común e ir allí y estar presente en esa conferencia.

Y Dios me bendijo, fui con el hermano Miguel Preciado estuvo allá también. Fue una gran bendición y Dios bendijo ese tiempo. Pero lo que les quiero decir, hermanos, es simplemente el punto mío es este, que tenemos que esforzarnos. Si verdaderamente nosotros queremos una visitación, si tu quieres recibir una mayor unción del Espíritu Santo en tu vida, tu tienes que esperar, pero esperar activamente, esperar apasionadamente, buscar, tocar, pedir, estar incómodo hasta que tu recibas lo que Dios quiere. El don de Dios es algo muy bello, muy poderoso y Dios no lo da a una persona simplemente que está allí, bueno, si me lo da bien, y si no está bien, no hay otra cosa que yo puedo hacer. No. Hay que desearlo, hay que buscarlo.

Esta gente estaba esperando. Entonces es muy importante en todo momento que nosotros estemos anhelosos, esperando esa visitación porque eso fue lo que el Señor les dijo, esperen hasta que reciban ese poder de lo alto. Entonces ellos entraron en un tiempo de oración. No sabemos exactamente donde ellos estaban cuando se dio esa visitación. Algunos piensan que era, de hecho, románticamente la iglesia en el aposento alto, porque es allí donde van los Apóstoles en el capítulo anterior y encuentran a los que estaban allí reunidos y allí celebran la elección del sucesor de Judas. Y asumimos como que eso pasó casi inmediatamente después de eso. Como está en el próximo capítulo pensamos, bueno, una cosa sucedió inmediatamente después de la otra. No estamos seguros. Pudo haber pasado varios días.

Yo creo que pasaron varios días. Algunos comentaristas de la Biblia creen que ellos estaban en otro lugar o inclusive creen que posiblemente estaban en el templo porque era la hora de la oración, era la hora tercera cuando iban los judíos al templo a orar, porque cuando creen que están ellos borrachos, la gente, Pedro les dice su sermón, hermanos, esta gente no está borracha porque es apenas, es temprano todavía, es la hora tercera del día. Algunos piensas que ellos estaban quizás en el patio del templo y que estaban allí juntos orando y esperando y que allí fue. Por qué? porque fíjese que cuando pasa esto hay una cantidad de gente alrededor, hay gente de todas las naciones, de todos los países que están allí visitando a Jerusalén en este tiempo que vienen de sus propias naciones a Jerusalén y están allí cuando se da esa visitación. Oyen este ruido y ven a esta gente hablando en otras lenguas y están allí para presenciar esto, y enseguida son conmovidos y comienzan a hacer especulaciones, qué es lo que está pasando? Están borrachos. Qué es esto? Oyen inclusive el estruendo. Algunos piensan que ellos estaban en un lugar donde había mucha gente alrededor de ellos y me parece que esa es posiblemente, para mí, una buena explicación.

Porque si el Señor…, vamos a ver, que el Señor tenía un propósito en todos los elementos que componen esa visitación. Había una importancia en cada uno de ellos. Y yo creo que el Señor, inclusive, el sitio también hubiera sido muy significativo. Y yo creo que el Señor quería que fuera un sitio público y un sitio donde hubiera mucha gente alrededor que pudiera escuchar y presenciar lo que estaba pasando para que se diera ese momento en que Pedro entonces predica su primer gran sermón.

Pero lo importante es eso, que no se pierda eso. Si tu quieres una visitación del Espíritu Santo y tu la necesitas, yo la necesito, tu tienes que estar ansioso. Hermanos, yo les suplico en el nombre de Jesús no dejen de anhelar más. Y aún si ya tu has sido visitado por el bautismo del Espíritu Santo no digas, ok, ya lo tengo todo, ya me gradué, ya tengo el diploma. No, busca más. Y todos los días pídele al Señor una fresca visitación, una llenura nueva, fresca del Espíritu Santo. No te conformes con el pan de hace una semana, porque el pan se pone duro. Cuántos saben eso? Que bueno es un pancito sacado del horno, eh?

Y así es también, nosotros tenemos que buscar la unción fresca, tenemos que buscar mucha llenura del Espíritu Santo, tenemos que estar ardiendo y deseando y a los que desean, a esos es que Dios visita y bendice. Los que tienen hambre, sed, los que quieren una vida vital, los que no se conforman simplemente con ir a la iglesia, ponerse la mantilla, persignarse, irse a la casa como que ya hicieron todo lo que tenían que hacer. Pero no, quieren algo, quieren que Dios los toque, quieren sentir una presencia de Dios, quieren que el Señor se manifieste en su vida, quieren vivir una vida al fuego vivo, quieren estar vitales continuamente en su vida.

Entonces, dice aquí, cuando llegó el día de Pentecostés… hay tanto aquí que yo creo que no vamos a poder. Esto es interminable. “… cuando llegó el día de Pentecostés…” Fíjese la gente pensaría que el día de Pentecostés, ese nombre se lo pusieron por lo que pasó ese día. Qué quiere decir Pentecostés? Pente es del griego que quiere decir 5, Pentateuco, los primeros 5 libros del Antiguo Testamento. Es una palabra que define a 5, 50 en este caso. Pentecostés era un día de fiesta judío, un día religioso, uno de los días importantes en el calendario litúrgico judío. La visitación del Espíritu Santo se dio ese día. Por qué? porque Dios tenía una razón para ese día. Cuando Dios hace algo siempre tiene una razón.

Dios es estratégico, por eso a veces, hermanos, yo lucho, de nuevo es lo que les digo, que uno comienza y no termina en estas cosas. Yo a veces lucho porque por una parte yo estoy deseos, estoy anhelando una visitación del Espíritu Santo en Nueva Inglaterra. Yo sé que eso va a venir, yo sé que viene una lluvia como ninguna otra en toda la historia de la humanidad y va a arropar a Estados Unidos y yo quiero que Dios tome control de Europa, de Australia, de Canadá, todos estos países sobre todos los más duros, los más difíciles, eso son los que yo quiero que Dios tome, porque ya en Asia y en África y Latinoamérica, eso es como tumbar un mango bajito. Ya eso está ahí, es fácil. Pero esos países duros es lo que yo quiero que Dios les de un buen batazo en la cabeza. Lo que pasa es que por una parte oramos y anhelamos y ayunamos, dice, Señor, envía tu espíritu, envía tu espíritu, queremos ya hoy que eso suceda, y sabemos que hay un papel que nosotros tenemos que jugar en que Dios envíe su espíritu. La iglesia tiene que interceder, tiene que clamar, tiene que pedirle a Dios, has algo, Señor, si no lo haces nos vamos a morir. Necesitamos tu visitación.

Pero ¿saben qué? hay otra parte también del asunto, y es que Dios tiene sus tiempos y a Dios usted no lo puede acelerar. Dios nunca llegar tarde ni nunca llega demasiado temprano. Él llega en el momento en que él tiene que llegar.

Entonces por una parte, yo sé que tenemos que clamar y pedir y rogar, y pedir una visitación, pero por otra parte también como que tenemos que aprender a esperar el tiempo de Dios. Porque Dios sabe exactamente cuando llega su visitación. Yo creo que hay un día en el reloj, en el calendario de Dios que él sabe que ese día va a caer el Espíritu Santo y va a haber una visitación como la que estamos deseando y esperando. Y la aguja de los segundos está dando y en la de los minutos también está acercándose.

Yo sé que en la mente de Dios él sabe exactamente por qué es ese día y no ningún otros. Porque ese día tiene una razón en el corazón y en la mente de Dios. Hay propósito, hay significado, hay intencionalidad en ese día. Yo quisiera meterme allá adentro para ver el reloj ese y saber cuál es el día. Pero él sabe el día.

Dios escogió el día de Pentecostés para derramar su espíritu. No fue una coincidencia. Por qué el día de Pentecostés? Y aquí ya perdí el sermón, yo creo que me voy a quedar solamente en eso. No se preocupen, un par de minutos más. Por qué el día de Pentecostés? Porque, mire, en el calendario ritual, en el calendario litúrgico judío, cuando venía la Pascua, que ya se celebró hace poco, ¿verdad? Los judíos celebraron la pascua, la liberación cuando salieron de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, el cordero pascual, la sangre en los dinteles, el cruce del Mar Rojo, todas estas cosas, la liberación de Egipto.

Entonces ese sábado después de la pascua comenzaba una época, un festival, un tiempo sagrado del calendario judío que era 50 días, 7 semanas y un día. Ahora, cuál fue ese sábado? En este tiempo, cuál fue? En ese fin de semana fue cuando Cristo fue resucitado, cuando Cristo fue crucificado y resucitado. El día de la resurrección de Jesús era el día que comenzaba en el calendario esos 50 días. Era siempre el día después del día sábado del tiempo de pascua. Ese primer, cuando terminaba ese sábado, al otro día comenzaban los 50 días y terminaba finalmente en el día 50 que era domingo, si usted cuenta, no se pierdan mucho en los cálculos, eran 50 días y terminaba en un día domingo para nosotros, después del último sábado, 7 sábados más un día.

Entonces, interesantemente el día de Pentecostés es el día, ese día 50, que comenzó esa semana de la pascua, que comenzó con el día de resurrección, los 50 días que conducen al día de Pentecostés, ya comenzaron a contarse el domingo de resurrección, la semana pasada, ¿verdad? El domingo pasado.

Estamos ahora en los 50 días, moviéndonos en los 50 días que culminan el día de Pentecostés. Yo hice el cálculo, 23 de mayo, si usted es curioso póngalo en su calendario, porque ese es el domingo de Pentecostés, 23 de mayo. 50 días desde Easter Sunday, domingo de resurrección hasta el día de Pentecostés.

Entonces, es interesante, ahora, qué era ese día, ese festival de qué era? Que interesante. En esto solamente tenemos una gran lección acerca de el Dios que siempre hace las cosas con intencionalidad, es más, yo podría este sermón: el Dios intencional. Porque fíjese, ese festival religioso judío era el siguiente: ese domingo, ese primer domingo que comenzaba este festival era el festival, se llamaba el festival de las primicias, los primeros frutos. También era conocido como el festival de la cosecha. Y ese domingo el sacerdote principal iba al campo y cortaba las primeras gavillas, las primeras espigas del fruto de la tierra. Después de semanas y semanas de plantar había diferentes cereales que ellos cultivaban, diferentes plantas, y ese era el primer día en que formalmente, ceremonialmente, se cortaba los primeros frutos y el sacerdote ceremonialmente cogía un manojo de esas primeras gavillas, de esas primeras espigas, podría ser cebada, creo que era cebada, porque era lo primero que brotaba. Saben, hay diferentes plantas que brotan en diferente tiempo. Era lo primero de toda la cosecha que se iba a estar cosechando durante los próximos 50 días.

Y entonces el sacerdote tomaba esa primera cosecha y la mecía, la levantaba y la mecía delante de Dios. Se la presentaba al Padre. Por eso se llamaba, el festival de las primicias o de los primeros frutos. Entonces, desde ese día, domingo de resurrección, cuando Cristo resucitó para ser redundante, pero era importante eso, ese primer día en que se tomaban los primeros frutos, las primicias, se mecían delante del Padre, se daba gracias por la cosecha, por la primicia, comenzaba a tocar el reloj 50 días hasta el día en que terminaba la cosecha y se daba gracias a Dios y entonces era una gratitud a Dios por la cosecha. Y entonces claro, comenzar a disfrutar entonces plena y formalmente de la comida y de todos los frutos que Dios había dado a su pueblo.

Ven ustedes una aplicación a esto que está sucediendo aquí? Sino, déjenme ayudarle porque hay mucha intencionalidad aquí en esto, inclusive, otra cosa también, para los hebreos en la historia de la teología hebrea, no cristiana, el día de Pentecostés independiente de lo que pasa aquí en el libro de los Hechos, ellos consideraban ese día el día en que Moisés históricamente recibió la ley en el monte de Sinaí y por lo tanto ellos consideraban ese día el inicio de la religión hebrea, del judaísmo, el día de Pentecostés judío. Ellos consideraban ese día su día de iniciación de su religión, de su fe, el día en que recibieron la palabra, recibieron los principios que habían de gobernar, los mandamientos que habían de gobernar su vida. Entonces ellos consideraban ese fue el día, es el día que ellos reservaban para celebrar el inicio de su fe.

Ahora, mire todo esto, tomémoslo. Ese día de resurrección, cuando Cristo sale de la tumba, qué dice Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15 acerca de Jesús? Dice que él es la primicia de los que resucitaron. Él es el primer fruto, Cristo es el primero que resucita, el primer hombre, recuerden que él era hombre y Dios a la misma vez. Cristo era el representante de esa humanidad redimida, en la nueva economía de la fe cristiana.

Dios lo levantó de los muertos. Y él fue el primero que resucitó para nunca más morir porque Lázaro resucitó, el hijo de la viuda de Naín resucitó, pero cuántos saben que murieron alguna vez en algún momento. Fue un milagro provisional, una resurrección, Cristo resucitó para siempre.

Y por eso él es el primero, él es el prototipo, él es el que inicia el que inicia esta nueva cosa de gente que resucita para no morir. Usted sabe que usted no va a morir, le van a apagar la luz por un segundito pero en el momento que le apaguen la luz se va a prender otra luz a la eternidad. Los cristianos no morimos, pasamos de una vida imperfecta a una vida perfecta. Amén.

Usted no muere ya, usted es un ser eterno. Entienda eso. En el momento que usted de su último aliento ahí están dos angelitos listos para llevárselo y decirle, ven, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Gloria al nombre del Señor.

Si usted le tiene miedo a la muerte, póngase a leer su Biblia porque no hay que temerle a la muerte. Dónde está oh muerte tu aguijón, dónde oh sepulcro tu victoria, dice el Apóstol Pablo en Primera Corintios, sorbida es la muerte en victoria. Porque ya Cristo lo hizo, ya Cristo resucitó. Él fue el primero, él fue el primer fruto de esa nueva época que él mismo abrió a través de su cruz.

Cuando el Señor se levanta de la tumba él es esa primera gavilla, ese primer fruto que es levantado y que es ofrecido como el primer fruto de la cosecha, esa cosecha que todavía está en pie, cosechando almas para la salvación. Y vendrá un día la última cosecha y entonces vendrá el fin.

Pero el Señor fue ese primer fruto, esa primera gavilla que fue ofrecida al Padre como fruto de lo que él mismo había hecho en la cruz. Entonces, por eso el día de resurrección. Y si usted ve como todos los festivales del Antiguo Testamento hablan acerca de Jesús. Por qué cree usted que Jesús dijo Moisés habló de mí, los profetas hablaron de mí. Yo vine a cumplir y a realizar todo lo que estaba escrito en la Ley porque todo lo que está en el Antiguo Testamento apunta hacia Jesús. Todos los festivales, tanto de los tipos, los símbolos, las cosas y cuántas cosas que nosotros ni siquiera nos imaginamos están encerradas en clave en el Antiguo Testamento apuntando hacia Jesús.

Entonces, cuando el Señor resucita el día de resurrección comienza el reloj hacia los 50 días. Los discípulos no entendían esto, no sabían. Y el Señor les dijo simplemente esperen y oren y esperen a la visitación del Espíritu Santo. Ahora, al día 50 que es el día…. Es decir, cuando llegó el día de Pentecostés es como dijera, cuando llegó el día de Washington, cuando llegó Labor Day, el día del trabajo, estaban ellos unánimes juntos orando y cayó el Espíritu Santo.

Quién sabe qué día de fiesta el Señor va escoger para enviar su última visitación. Quién sabe qué día que nosotros ni sabemos su significado, pero él lo sabe en la eternidad. Entonces, el día de Pentecostés que era el día que culminaba ese tiempo de darle gracias a Dios por la cosecha, ese día que los judíos consideraban el día del inicio de su fe, ese día Dios inaugura la fe cristiana con la venida del Espíritu Santo.

Como Moisés, mire, porque si usted mira el Monte de Sinaí fue una especie de Pentecostés. Dice que había fuego, había truenos, estaban tan aterrorizados esos judíos en el desierto que le dijeron a Moisés, mira, vete tu, déjanos aquí porque no queremos morir. Era tan terrible la presencia de Dios. Y Moisés se acercó a la misma presencia del Padre y recibió esa revelación y aquí tenemos, en el día de Pentecostés, fuego, viento recio, temblor, una visitación poderosa de Dios, lenguas repartidas, movimientos sobrenaturales que es como abrir la puerta, es como el inicio, es la inauguración, es el toque de la trompeta, es cortar la cinta, es decir hoy en este momento comienza la época de mi iglesia y yo lo voy a inaugurar con trompetas, con bombas, con platillos, con todo lo que sea para decir, hoy comienza la nueva época de mi iglesia. Hoy comienza la fe cristiana formalmente. Eso fue, Dios escogió ese día en particular que se inició con la resurrección de Jesucristo para decir, ok, hoy mi iglesia comienza a moverse en el poder de la resurrección, en el poder del Espíritu Santo y ahora comienzan esos frutos de esa cosecha a entrar a mi pueblo.

Entonces, note eso, lo dejamos aquí porque luego vamos a tener tiempo. Dios inicia este nueva era de su plan salvífico con este evento que abre, inaugura la nueva época. Si los músicos por favor pueden pasar por acá se los voy a agradecer.

Esta nueva época comienza ahora con el bautismo del Espíritu Santo. Y por eso, hermanos, es que yo pienso, Dios hizo esto de esa forma porque él quería decir, mira si tu quieres iniciar tu vida como cristiano, si tu quieres iniciar tu propia época personal tu necesitas iniciarla como la iniciaron mis discípulos buscando la unción, buscando la llenura del Espíritu Santo, buscando la iniciación del espíritu porque así fue que yo inicié mi iglesia.

Y yo siempre tengo un propósito, una razón, cuando yo llego, yo sé por qué yo llego. No te desanimes, no te desalientes, sigue esperando, sigue buscando, sigue clamando a mí porque yo tengo el día preciso que te voy a dar lo que tengo para ti, pero tienes que buscarlo y tienes que esperarlo y tienes que pedirlo, pero no salgas de Jerusalén, no te adelantes a vivir la vida cristiana plenamente sin primero buscar esa unción, esa visitación del Espíritu Santo.

Y vamos a hablar mucho acerca de cómo se recibe el Espíritu Santo y vamos a tener tiempos de buscar esa unción en nuestras vidas y vamos a estar, no solamente, hablando de teorías sino también de práctica, pero yo quiero en esta mañana implantar en ti una convicción acerca de la importancia de tu tener esa experiencia, esa visitación. Porque eso fue lo que pasó aquí en Pentecostés, el Señor inició la vida de su iglesia con un ventarrón, con una infusión del espíritu.

Vamos a pedirle ahora mismo al Señor, póngase de pie un momento, vamos a pedirle al Señor que haga eso y si tu quieres pasar aquí al frente para que oremos por ti en esta mañana, para que tu recibas una fresca unción, sobretodo me gustaría gente que no ha recibido todavía ese bautismo del Espíritu Santo, prefiere gente que no lo ha recibido, escúchenme, que pase por aquí para que oremos por ti en esta mañana y entonces yo te animo a creer que algo ha sucedido dentro de ti, si lo recibes ahora mismo yo creo que, mira, todo está en que simplemente lo creas. Es como cuando yo le digo a la gente, recibe a Cristo como Señor y salvador, y qué tu haces? Tu recibes a Cristo como Señor y salvador, tu abres tu corazón y tu crees que él entra.

Yo creo que si oramos por ti tu vas a recibir y entonces yo te animo inclusive ahí mismo si tu quieres a glorificar al Señor, dale gracias por fe y entonces comienza a buscar esa manifestación pentecostal, esa manifestación porque fíjate cómo se manifestó en este caso con viento, con lenguas de fuego repartidas, con expresiones proféticas, con milagros. Yo creo que tenemos que buscar esa dimensión también. Yo creo que cuando oramos las personas, eso puede darse en este mismo momento si la persona cree, puede abrir su boca, hablar en otras lenguas inclusive. A veces no lo hacemos porque más bien estamos nosotros aguantándolo pero otra cosa que tu puedes hacer es también comenzar y cuando tu estés en la congregación suelta tu lengua, levanta tus manos, vive una vida pentecostal, confiesa milagros en tu vida, cree que tu tienes la unción de Dios y comienza a adoptar una mente pentecostal, una mente de unción, a vivir una vida sobrenatural.

Confiesa, yo tengo la llenura, yo tengo el bautismo del Espíritu Santo. No dudes, no andes por allí de iglesia en iglesia buscando esto, buscando lo otro, simplemente créelo, reclámalo, confiésalo, adora al Señor con libertad. Cuando tu estés adorando al Señor abre tu boca y habla en otra lengua, tu vas a tener eso, lo vas a recibir en esta mañana. Ora por los enfermos, reprende al enemigo, ora por la liberación de las personas. Vive una vida llena del espíritu, lee tu palabra, ayuna, y di lo tengo, yo soy, yo estoy ungida, estoy ungido, tengo el Espíritu Santo, tengo la llenura del Espíritu Santo y muévete en esa vida apasionada, esa vida dinámica, esa vida que provee espacio para la manifestación del poder de Dios en tu vida.

Así que yo quiero orar por ti y te animo al orar por ti que tu confieses con tu boca, Señor, gracias porque yo lo tengo, gracias porque lo he recibido. Gracias porque tu me lo das. Gracias porque me estoy moviendo en eso. Gracias porque tu prometiste que tu se lo darías a todos los que lo pidieran, gracias porque tu estás conmigo y tengo la unción, la promesa del Padre en mi vida.

Y quiero invitar a toda otra persona también que quiera una visitación fresca, que pase por aquí un momento, mientras los demás continúan orando y clamando al Señor. Y si usted tiene que irse le despido en el nombre de Jesús, váyase quietamente, calladamente, los demás seguimos aquí intercediendo y orando.