Luce tu nueva vestidura

Transcripción

El énfasis de esta mañana es en el verso 12 de Colosenses 3, pero quiero leer del 1 al 17 para que tengamos una idea de lo que Pablo está diciéndonos en esta mañana ¿amén? Yo lo voy a leer porque la versión mía es distinta y quiero que todas tengamos la misma versión así que todas podemos seguir aquí. Vamos a ponernos de pie una vez más y vamos a leer, si pueden leer conmigo ¿ok? acuérdense que el Señor nos está hablando a todos ¿amén? esto no es para el vecino ni para el que está al lado mío, ni para mi esposo, ni para mi hija, en estos momentos nos está hablando a todos.

Y dice así: "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria."

"Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca."

"No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos."

"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos."

"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales." Aleluya, ¡wow! ¿podemos decir: wow? ahí sí hay mucha tela que cortar. ¡Woo! aleluya.

Vamos a orar y vamos a dar gracias en esta mañana una vez más. Padre: te damos gracias por esta Palabra que hemos leído y te pedimos en esta hora Padre, que cada una de esas exhortaciones que Pablo hace a través de Tu Espíritu Santo, Señor en este día Tú Señor las impregnes en nuestro corazón y que podamos salir de aquí Padre con la determinación a través del Poder de Tu Espíritu, para cumplir cada uno de esos mandatos y de esas exhortaciones.

Padre: sabemos que cada una de nosotros estamos en una etapa distinta, que cada una de nosotros estamos creciendo poco a poco, pero yo te pido Señor que conforme a la etapa que estamos viviendo en esta hora Tú nos sigas guiando y que en nosotros haya el pleno deseo de cumplir y crecer a la estatura Tuya, en el Nombre del Señor Jesús Señor te lo hemos pedido y desde ya te damos gracias, amén y amén. Gloria a Dios, pueden sentarse. A la verdad que después de leer todo eso que dice Pablo uno dice: wow ¿podré yo, podré yo?

Es interesante porque Pablo escribe esta Carta desde la prisión y se la envía a la Iglesia de Colosas donde estaban habiendo una serie de contratiempos o de filosofías que se habían introducido dentro de la Iglesia, y a mí lo que me encantan del apóstol Pablo es que es un hombre que desea la verdad plena y abiertamente pero con amor. Siempre comenzaba dando elogios a la Iglesia antes de decir lo que había que corregir y eso es un verdadero ejemplo de lo que es corrección con amor.

Así que en esta mañana vamos a ver cada una, una por una cada una de estas cosas que él enumera a través de la Carta. Y mientras escribía, estaba en Puerto Rico hace, bueno, regresé la semana pasada y mientras estaba allá fue que escribí mucho de lo que el Señor me ponía en mi corazón, y créanme, esto que les estoy compartiendo es porque el Señor ha estado hablando a mi corazón, así que el agua empieza aquí (en su pecho) y de aquí fluye para allá.

Y recordaba yo mientras estaba allá en Puerto Rico los álbumes que mi mamá tiene de muchos retratos de cuando mi hermano y yo, somos dos, era niña. Y hay un retrato bien particular, yo creo que yo tenía dos años y medio lo máximo, y yo tenía un vestido, yo no sé, yo creo que ya no se usan, los vestiditos esos que las niñas usaban que les ponían un arco alrededor, ¿cancan? y un arco, tenían un arco. Y lo curioso de eso es que cuando uno se sentaba el arco se paraba así, se levantaba, era bien curioso.

Yo estoy, hay gente alrededor y yo estoy así chiquitita en el medio, tengo un lazo bien grande y yo le enseñaba eso, y mi papá hacía el recuento porque eso era cuando vivíamos en Nueva York, yo estaba muy pequeñita; y él me decía: ahí tú estabas bailando y cantando y yo digo: de verdad. Ustedes saben que moverse con el arco da una sensación especial, a uno como que le gusta. Pero en ese retrato me encuentro yo cantando dicho sea de paso con una tía de mi papá que cantaba muchísimo y después se daba dos o tres tragos, y yo la acompañaba cantando y yo decía: ¡oh! mi primer dueto (risas).

Lo curioso del caso es que me veo de lo más coqueta con el traje y yo digo que nosotras las mujeres casi todas, casi todas nos gusta vestir bonito. Desde pequeñas, ya cuando estamos pequeñitas y usted ha visto una nena, y enseguida tú la ves moviéndose de lo más coqueta porque eso es algo muy natural en nosotras las mujeres y nos gusta exhibirnos. Y vestimos pues, a veces hoy día por así decirlo, vestimos para agradarnos a nosotras mismas, para vernos en el espejo y decir: ¡ay, qué bonita estoy! o si no vestimos también para agradar a nuestro esposo si estamos casadas ¿verdad? a veces nuestro novio, queremos vernos bien bonitas delante del novio, y si no tenemos novio simplemente vestimos porque queremos vernos bonitas, punto.

Y es curioso porque los modistas, los muy conocidos diseñadores de moda dicen que ellos diseñan la ropa de las mujeres para que se exhiban delante de otras mujeres. ¿Usted no se ha dado cuenta que cuando entra? bueno de hecho el mejor ejemplo que tenemos es cuando dan los premios, los premios estos de Óscares o lo que sea que hay un desfile de ropa muy hermosa y la mujer, de uno de esos modistas bien conocidos que yo no los conozco porque son muy caros; pero hay algo en nosotras para exhibir lo que somos y lo bonita y, y queremos vestir de esa forma ¿verdad?

Pero, interesantemente eso es lo externo. Fíjate que somos juzgadas a veces por lo externo, por lo que estamos viendo. Y a veces cuando miramos a una mujer que está muy elegantemente vestida; muchas mujeres: qué linda estás, qué bella te ves en este día y a lo mejor dices a la hermana que está al lado: wow ¿vistes el traje? wow, eso debe haber sido bien caro, igualmente como si viene bien: oye ¿qué le pasó a esa hermana hoy? se levantó ¡pobrecita! no se miró en el espejo. O si eres muy de edad y estás vestida como una jovencita: pero mira esa vieja ¿qué se cree? ¡mira cómo está vestida!

¿Es o no es cierto? Nos miden y hacen juicio en base a como estamos vestidas ¿cierto o falso? De igual forma nuestra vestidura espiritual, ¡ah! la gente también hace juicios sobre esa. La vestidura espiritual que habla la Palabra no necesariamente tiene que ver con cosas que nos pongamos pero sí con lo que está dentro y quienes verdaderamente somos, cómo caminamos, qué decimos, cómo actuamos ante situaciones, y por eso también somos juzgadas. Y sobre todo, el mundo tiene los ojos puestos sobre cada uno de aquellos que se llaman creyentes porque están mirando a ver si estás caminando a la altura de lo que dices, ¿amén?

Así que en estos momentos vamos a estar hablando de eso, déjame aquí que estoy modernizada con iPad y todo ¿viste? (ríe). Ok, si leemos el capítulo completo del Libro de Colosenses capítulo 3, como ustedes notaron en lo que leímos aquí, por lo menos esos primeros 17 versos Pablo utiliza varios verbos que implican una acción a tomar.

Por ejemplo, comenzaba uno de los versos: "busquen" un verbo, "pongan la mirada", acción, "hagan morir", acción, "revístete", acción ¿qué quiere decir eso? Que nosotros como creyentes tenemos una parte muy importante en nuestras acciones y en nuestros hechos. Ciertamente el Señor trata con nosotros, somos trasladados del reino de las tinieblas al Reino de la Luz ¿verdad?

Somos nuevas criaturas. ¿Las cosas viejas? "he aquí todas son hechas nuevas" exactamente, ese es el proceso del nuevo nacimiento. Pero ¿qué pasa? que hay una parte que nosotros tenemos que jugar porque el Señor no viene como una hada madrina con una vara y te hace así, y ya, cambiaste drásticamente y todo lo que tenías en el viejo mundo, la vieja vida se fue; es un proceso. Pero para que ese proceso se lleve a cabo tiene que haber una determinación del corazón ¿ok?

Yo tengo que hacer algo. Yo no me voy a sentar aquí para que el Señor haga todo el trabajo y tengo que determinarlo, no importa cómo me sienta porque hay una cosa que el Señor sí busca de nosotros y es obediencia, obediencia. Y así que ese cambio tiene que procesarse poco a poco.

Y miren, a veces nosotros decimos: oh sí definitivo, yo desde que me convertí, yo cambié, yo soy una nueva criatura, pero ¿sabe qué? todavía hay cosas que no me dejan volar a la altura que tengo que volar porque están obstruyendo mi vuelo, y a veces no me doy cuenta. Pensaba yo mientras escribía esto, una persona que yo conozco y esta persona, que se ha reunido con mi esposo y conmigo varias veces menciona de que: yo no sé lo que pasa, cada vez que yo comienzo en un trabajo el jefe es terrible, y yo trabajo uno o dos años y me tengo que salir de ese trabajo, me tengo que ir porque no soporto al jefe y él la coge conmigo; esa persona siempre nos dice eso. Esto ha pasado como cinco veces ya con distintos jefes.

Yo creo que a veces no nos damos cuenta que no es lo exterior que está sucediendo allá. Fíjense que el denominador común aquí es ¿quién? la persona, los jefes se han ido cambiando, sin embargo la queja sigue siendo la misma. Entonces a veces no nos damos cuenta, estamos haciendo cosas una y otra vez, una y otra vez, y no nos damos cuenta que el Señor quiere cambiar.

¿Y sabes lo lindo de todo? es que si tú no pasas la prueba te la dan otra vez, y si no la pasaste vuelve otra vez y te dan la prueba para que la pases, porque el propósito del Señor no es decir: ¡uju! te colgaste otra vez, no. El propósito de Dios es que tú crezcas a la altura y semejanza de Su Hijo, ese es el propósito de Dios. Lo que Dios quiere hacer en nosotros es hacernos crecer, que nuestro carácter, nuestras acciones vayan a la par con quienes decimos que somos.

Y yo les voy a decir una cosa: estamos en un tiempo donde ciertamente se necesita hombres y mujeres que caminen a la altura y lo que dicen que son lo lleven a cabo con sus hechos y sus acciones. Estamos en un tiempo así porque yo creo que el mundo está cansado ya de lo que es ficticio, tú quieres algo real, ¿ok?

Pues como le dije al principio, yo traje unas cositas que nos van a ayudar a visualizar esto mejor. El Señor no pide más de nosotros de lo que nosotros podemos dar y ¿saben una cosa? la promesa más hermosa que nosotros tenemos como creyentes es el Espíritu de Dios. Cuando Jesús se fue dijo que se iba pero dejaba el Consolador ¿verdad? que también era nuestro ayudador. Por lo tanto todos estos cambios que a veces no nos damos cuenta que tenemos que hacer, estos cambios a nosotros en nuestra carne se nos hacen difíciles pero el Espíritu de Dios es el que nos ayuda a cambiar.

Mire, cuando usted, uno se viste en la mañana ¿cuántas aquí se visten en la casa y no tienen espejo para mirarse? ¿no tienes un espejo para mirarte? ¿cómo? ok pero no tienes un espejo, no tiene un espejo. Todas tenemos un espejo, y cuando vamos a salir, nos ponemos lo que nos vayamos a poner y nos miramos a ver si nos queda bien, si me veo gorda ¡ay no! me pongo este color porque me veo más delgada con este color, con este disimulo un poquito más el área central de mi cuerpo.

¿Es así o no es así? buscamos y nos miramos antes de salir. De la misma forma, el espejo espiritual que tenemos es la Palabra del Señor y esa, ahí es donde debemos de mirarnos para ver si estamos de acuerdo a como Dios quiere que estemos ¿ok? Así que, yo voy a pedirle Ana y a Omar, los dos porque yo voy a traer algo aquí ahora. Yo brego mucho con comida, aparte que la carrera que yo estudié tiene mucho que ver con comida, pero las que me conocen, van a mi casa, yo siempre estoy en la cocina cocinando, eso es un hecho.

Y muchas de las analogías que el Señor a veces trae a mi mente tienen que ver con comida, sueños que a veces tengo tienen que ver con comida, son simbólicos pero tienen que ver con la comida y yo creo que debe ser que como tienen que ver con la comida a veces me es más fácil entenderlos.

Pero mientras escribía pensaba yo que nosotras, aquellas cocineras que están aquí que cocinan arroz, ¿cuántas cocinan arroz aquí? ok, esa es una de las cosas principales en nuestra cultura pero pregunto porque puede ser que haya alguien que no lo haga. Cuando cocinamos arroz en Puerto Rico, en mi cultura la gente es loca por lo que llamamos el pega'o, el pega'o, en la República Dominicana, el concón, creo que en Colombia es la pega; y un hermano chileno una vez me dijo: ¡uh! pero si usted cocina y deja el pega'o lo clasifican a uno como mal cocinero, y yo dije: bueno yo no sé pero en Puerto Rico esa es una de las partes del arroz que más nos gusta.

Y cuando sacamos ese pega'o, no es pegado, es pega'o, cuando sacamos ese pega'o muchas de nosotras utilizamos ollas o como en Puerto Rico le llaman calderos de estos fuertes de metal, como un aluminio fuerte, entonces cogemos un cucharón y usted oye ¡crack, crack, crack! sacando el pega'o. Pero ¿qué pasa? que a veces no podemos sacar el pega'o completo y se queda ahí o se queda la marca en la olla. Entonces yo lo que usualmente hago es que le hecho agua y lo dejo ahí por una hora o dos, a veces si es demasiado lo dejo de un día para otro y al otro día lo raspo porque cuando hay agua se esponja y sale fácilmente.

¿Sabía usted que la Palabra es el agua del espíritu? y si usted está sometida ahí la Presencia del Señor, el agua de Su Presencia que es la Palabra despega también las cosas que nosotros tenemos pegadito que necesitamos que se despeguen, y solamente en la Presencia de Él y conociendo Su Palabra que es el espejo en el que nosotros nos miramos. De hecho Santiago decía: ¿de qué le vale a un hombre mirarse en el espejo y después irse y olvidarse de su imagen? él lo compara con la persona que lee la Palabra de Dios pero después no la hace.

Así que es importante que para todo esto que vamos a hablar la Presencia de Dios es indispensable en nuestra vida como creyentes. Necesitamos de Su Presencia y no solamente para leer un capítulo de una forma histórica, tenemos que aprender a leer el capítulo, el verso o lo que sea y dejar que se remoje ahí dentro, ¿qué el Señor me está diciendo con esto? ¿cómo yo puedo mejorar con esto que el Señor me está diciendo en la Palabra? remójate en la Palabra del Señor, ¿amén? que ese sea el verso de hoy, remójate en la Palabra del Señor.

Voy a pedirle a Omar que me traiga por aquí este maniquí y este maniquí, que vamos a utilizar en esta mañana, vamos a sacarle el manto que tiene encima, representa el traje viejo ¿ok? El traje viejo es lo carnal, es aquello de lo cual fuimos liberados cuando el Señor vino a nuestro corazón. Yo quiero saber que todas pueden verlo, ¿todas pueden verlo? ¿o lo pongo aquí? o lo pongo más cerca. Omar perdóname pero vas a tener que cargarlo de nuevo, ay, ok. ¿Ahí lo pueden ver todas? espérate que se me cae la falda aquí.

Tengo que darle las gracias a mi hermana Luz que no está aquí en esta mañana y le hubiese gustado estar, ella fue la que me prestó el maniquí y a mi hermana Betsy que tampoco está aquí en esta mañana, hermosa hermana que ella cortó una tela ahí rapidísimo en la forma en que ella creía y la tiró encima del maniquí. Como ustedes ven el maniquí tiene un traje brown, oscuro y representa la carnalidad, el viejo hombre.

Yo les dije que, una vez nosotros conocemos al Señor, este traje nos es desechado por el poder de la sangre del Cristo y somos renovados en el corazón ¿verdad? y somos nuevas criaturas. Este es el traje, este es el traje del viejo hombre ¿ok? todos lo están viendo ¿verdad?

En este traje, Pablo según lo que estábamos leyendo, hace mención de algunas de las características que se encuentran en esa vieja vida y las cuales tenemos que desechar. Yo miro esto y recuerdo: yo me convertí hace como treinta años atrás, un poquito más, pero sí cuando me convertí, yo no me convertí en la Iglesia donde había crecido. Yo me convertí en una Iglesia que yo estaba mirando a través de la televisión. Yo pasé por un proceso bien difícil en mi vida después de estar como tres años, cuatro años de casada y yo entré como en una depresión, yo no sabía ni lo que era depresión pero yo entré en una angustia interna.

Y un día planchando, me acuerdo que estaba planchando en un cuartito que yo tenía para planchar ropa, puse el televisor y había un hermano predicando, y este hermano era de una Iglesia que quedaba sumamente lejos de donde yo vivía, pero me ministró tanto en ese momento la Palabra de Dios que yo dije: yo voy a ir a esa Iglesia. Y terminé yendo a esa Iglesia y en esa Iglesia me reconcilié con el Señor.

Y digo me reconcilié porque yo de pequeñita había sido llevada a la Iglesia pero nunca en realidad había caminado con el Señor, todavía estaba de oídos pero no lo conocía. Y desde ese momento hice una confesión de fe y de compromiso con el Señor.

Y esa Iglesia era muy distinta a la Iglesia a la cual yo acostumbraba a ir porque las hermanas vestían de una forma distinta, y en mi celo, y en mi amor de servir al Señor yo me despojé y empecé a usar el estilo de ropa que utilizaban; en Puerto Rico hay mucho calor y mucha humedad también, y una de las cosas eran las faldas esas gruesas largas, yo sé que algunas de aquí están igual muy familiarizadas, y largo, y yo a veces digo ¿cómo pude con el calor que hace? pero uno se va acostumbrando.

Pero el punto que quiero traer es que en mi corazón había un celo tan grande por servir al Señor que yo me despojé y empecé a utilizar esa ropa. Dicho sea de paso eso fue un problema para mi esposo porque no le gustó: ¡no, no, no, no! manténte pero cámbiate la ropa, cámbiate la ropa. Pero eso no viene al caso.

El punto que yo quiero hacer esta mañana es que en mi celo por servir al Señor yo sabía que tenía que cambiar externamente, claro, en mi falta de conocimiento y de madurez yo no sabía que no solamente era el cambio externo; había un cambio más grande que tenía que tomar lugar. ¿Y por qué digo esto? porque entonces cuando yo empecé a usar la ropa esa que como les digo, vestía bien, bien, bien hasta acá arriba, cuando comencé a usarlo al tiempo me di cuenta que yo estaba juzgando en mi mente y en mi corazón a las que no vestían como yo.

Y empecé a poner en mi corazón y decir: ay pues, no es tan espiritual como yo porque si fuera espiritual estaría usando otra cosa, ¿me entiende? Y el Señor un día me llamó a cuenta y me dijo: esa forma de juzgar es orgullo espiritual. Entonces yo que me creía tan especial y tan, y créanme que fue con el corazón porque es en el deseo de servir al Señor. Pero hay una vestimenta, es el punto, hay una vestimenta que tenemos que desechar y una nueva que tenemos que utilizar y revestirnos. Yo voy a empezar a mencionar conforme a la Palabra que leímos, Ada me va a ayudar, las características de este traje viejo o de este traje carnal.

Primeramente una de las cosas que Pablo nos dice en la Carta es que: "Haced morir en ustedes lo terrenal" y eso incluye malos pensamientos y malos deseos, somos responsables de lo que hacemos y de lo que pensamos. Somos responsables ¿escucharon chicas? somos responsables. Una de las primeras cosas que él menciona es inmoralidad sexual, ponga inmoralidad sexual ahí.

Cuando hablamos de inmoralidad sexual estamos hablando de adulterio, estamos hablando de fornicación, yo creo que no tengo que definir esos términos, incesto, pornografía. Y ustedes dirán: pero hermana, está mencionando esas cosas, aquí todo el mundo somos cristianos, obviamente sabemos qué son esas cosas, no las vamos a practicar; pero créanme, ustedes se sorprenderían cuánto ha aumentado la pornografía en las mujeres cristianas.

Yo estaba buscando la incidencia que hay actualmente conforme a unos estudios que se han hecho y creen que de un 17% a un 20% de mujeres cristianas ven y están atadas por la pornografía. Siempre creemos que es del hombre el problema pero ¿sabía usted que la mujer también está inmiscuida en esto?

Y una de las razones por las cuales esto sucede por las cuales la mujer cristiana a veces se involucra en esto, uno de los ejemplos que dieron que esposos creyentes, y a veces no creyentes, en inglés sería spice up, darle un poquito más de pasión a su matrimonio, este, ok, si quieres yo me echo para atrás porque es que no quiero que las hermanas, ok. Muchas veces, se me fue el hilo, muchas mujeres quieren complacer a sus esposos, entonces se ponen a ver por insistencia de él, y esto les digo son casos reales, se ponen a ver por insistencia de ellos pornografía. Y créeme, es una mentira del diablo porque eventualmente el hombre se cansa, y el hombre que está atado a la pornografía tiende a eventualmente afectar mucho su matrimonio porque rompe con la unidad del matrimonio, es una autosatisfacción, no puede engranarse con la mujer y eso afecta.

Pero lo interesante es que muchas de las mujeres han sido abandonadas después y ellas quedan atadas a la pornografía. Y otras mujeres solteras que están solitas, y hubo el caso de esta mujer que en la Iglesia le dijeron que: mira, pues vete a los chat rooms para que hagas amistades, ya los chat rooms no son tan comunes pero todavía haces conexiones para estos lugares de single, de soltero y la persona empezó a hablar con alguien, esta persona empezó como a hablarle de otras cosas y a seducirla, y entonces eventualmente empezó a mandarle imágenes y la persona quedó también atada. Así que no digamos no y tengamos en cuenta que como mujeres cristianas todas estamos expuestas a caer en la trampa y la red de la pornografía.

La lascivia que es una cosa por la cual nosotros clasificamos esta sociedad es lo más que vemos hoy en día, y ustedes dirán ¿qué es lascivia? Es una forma de sexo, de sensualidad excesiva y falta de freno. ¿Ustedes saben que vivimos en una sociedad en que todo es permitido y a lo malo le dicen bueno, y a lo bueno le dicen malo, y yo hago lo mío y a ti no te importa lo que yo haga? o sea no importa lo que los demás piensen y a quien hieran en el camino. Es una persona que vive con lascivia, no hay freno de esos deseos sensuales, hacen lo que quieren.

Ok, pues además de eso tenemos junto con la inmoralidad sexual tenemos la impureza, ¿lo tienes por ahí? Ok, impureza. Vivimos en una sociedad que todo es excesos, ¿verdad? Hay licencia para todo, licencia para hacer lo que te da la gana y te dicen que tienes que respetar pero tú no respetas, sobre todo si tiene que ver con cosas impuras, tú haces lo que quieras.

También están las pasiones desordenadas y los malos deseos, estas las estoy uniendo todas porque tienen que ver con lo mismo. ¿La tienes ahí? vamos a ponerlo cerca de ahí. Ok, la avaricia que es una forma de idolatría. Si yo digo ¿cuántas de aquí tenemos algo en que podemos pecar de idolatría? nadie: ah no, yo no veo santos, no, no, no. La idolatría es simplemente algo que tú pones en el lugar de Dios y que consume todas tus fuerzas. El dinero: compra, compra, compra, compra, compra; es una forma de idolatría porque a veces lo ponemos primero que el Señor.

Así que, mientras estamos hablando de estas cosas yo quiero poner en claro que esto no es para juzgar ni para traer culpas sobre nadie, estamos aquí simplemente para hacer una auto-evaluación de dónde estamos ¿ok? Entonces la otra, la ira. ¿Cuántas aquí pueden decir que en un momento dado se han airado?

La ira es un arrebato de coraje, así es que le llaman, un arrebato de coraje que tiene sus manifestaciones externas. La persona con ira puede bien meter un puño en una pared, puede romper algo, levanta la voz a todo lo que pueda, hace mucho ruido y mucho alboroto. Lo que no sabe es el daño que está ocasionando a las otras personas.

Nosotras en consejería hemos tenido muchos casos, algunos de matrimonios con problemas de ira y es curioso, y estamos hablando de gente cristiana, let me just say that, estamos hablando de gente cristiana, una de las cosas que dice el que levanta la voz o la que levanta la voz, o al que le pasa que tiene esos arrebatos de ira es que: tú, ya sea él o ella, tú me provocas, es tú culpa porque si tú no hicieras eso yo no respondería así, ¿ok?

¿Sabía usted que usted es responsable de sus hechos? ¿que yo no puedo culpar absolutamente a nadie por mi reacción? yo soy responsable de mi reacción. Los que están alrededor mío no tienen la culpa. Quizás a lo mejor hicieron algo que puede tentar pero yo soy responsable de mi reacción.

Así que no se deje engañar sobre todo, mujeres que a veces son maltratadas, aunque hay hombres también, pero mujeres maltratadas y se sienten culpables, y siempre están diciendo: fui yo que lo provoqué, a lo mejor si yo no digo esto pues a lo mejor mi esposo no reacciona así. No hay excusas, somos responsables de nuestras acciones.

Ok, enojo. No dejes que el sol se ponga sobre tu enojo. ¿Sabe que? el problema con el enojo es que si no lo resolvemos crea resentimiento y amargura, y usted está cargando con ese resentimiento toodo el tiempo. Y tenemos la mala costumbre, digo la mala costumbre, que a veces estamos enojados y lo sabe todo el mundo menos la persona con la cual estamos enojados. Y estamos hablando con todo el mundo menos con la persona, pero esa persona todavía no sabe; a lo mejor esa persona dijo algo que te enojó. Pero como creyentes tenemos que aprender que si alguien dijo algo que me enojó o me ofendió, yo ir donde la persona primero y hablar con mi hermano, o hablar con mi hermana, hablar con mi esposo, hablar con mi esposa, hablar con mi hijo, sea quien sea, hablar con mi compañero de trabajo; habla primero con la persona, porque a veces nos ofendemos y la otra persona no sabe que nos ofendió, ¿ok?

Y nos enojamos con esa persona y no sabemos, y olvídate, creamos un monstruo de la persona y la persona no es como te la estás imaginando. Así que si hablamos podemos resolver. Y esto lo traigo también porque muchas de nosotras somos líderes o pertenecemos a un ministerio, y lo peor que puede destruir un ministerio es el enojo o la falta de perdón. Si no sabemos perdonar, si nos enojamos y creamos aquí una montaña, y no hablamos, y no encaramos a la persona con amor y le decimos lo que ha pasado no podemos resolver, entonces se nos queda eso dentro del corazón, esa amargura y ese resentimiento. Y después: no me pongas a trabajar con esa persona, yo no quiero que me pongas a trabajar; con todas menos con ella, con todas menos con ella. Ponme a otra persona. O si no: ¿fulano va a estar en el grupo? porque si está en el grupo yo no participo. Ok, eso es un ejemplo de otras iglesias, no de aquí.

Ok, la blasfemia. Dicen que este es un pecado contra el hombre y significa que por causa de la malicia en el corazón usted habla calumnias lastimando y perjudicando a otra persona. La lengua es lo más fácil para meternos en problemas. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y con ella maldecimos a las personas creadas a la imagen de Dios, eso dijo Santiago ¿ok? dice Santiago.

Yo les podría hablar de un montón de casos porque uno a veces se entera de situaciones por las cosas que uno hace de consejería, pero esta persona vino a mí y me dijo: mira yo no entiendo cómo mi esposo puede alabar al Señor, la forma en que lo alaba, y tú lo ves en la Iglesia y parece que es un santo, pero ¿sabías una cosa? que cuando llego a casa me dice pestes, me insulta por cualquier cosa, llega de mal humor del trabajo y lo primero que hace es tratarme como si yo fuera un trapo y así me dice todo el tiempo. Y yo me cuestiono, me cuestiono ¿hasta cuándo el Señor va a permitir que él siga donde está en la Iglesia? eso me dijo, estoy citando lo que la persona me dijo. Así que tengamos cuidado, tengamos cuidado. Tenemos que alinearnos con lo que somos, no somos lo que éramos, suena contradictorio. No somos lo que éramos, somos nueva criatura.

Mentir, la mentira. La mentira es el modus vivendi de este mundo. Hay mentira donde quiera que usted va: en los trabajos, en la escuela, donde quiera; es tan común que la gente ya ni siquiera se da cuenta que miente y a veces el mentiroso o la persona que miente, miente tanto ni siquiera se da cuenta que es una mentira, se lo creen, se lo creen. Así que desechemos, ok.

Dice Efesios 4:25 que dicho sea de paso, si usted quiere leer un Libro que vaya a la par con lo que dice Colosenses, Efesios, Pablo también le dice lo mismo a la Iglesia, sobre todo en el capítulo 4. Y uno de los versos es: "Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad porque todos somos miembros de un mismo cuerpo."

¿Usted se ha puesto a pensar que si somos todos miembros de un mismo cuerpo? este es el cuerpo ¿verdad? si yo hago algo que lastima este dedo, me doy un machucón y este dedo está horrible, hinchado, no me lo pueden ni tan siquiera enyesar, pero este dedo va a afectar cómo yo cojo las cosas; a veces no sabemos cuánto necesitamos ciertas partes hasta que no las tenemos. Así que cualquier cosa que le ocurra a este dedo va a afectar mi mano y mi habilidad de yo hacer ciertas cosas con mi mano.

De igual forma, cualquier cosa que le ocurra a uno de mis hermanos que constituimos el Cuerpo de Cristo va a afectar cómo la Iglesia camina, ¿cómo la Palabra de Dios puede ser efectiva si hay algo en el Cuerpo que está caduco, que está malo?

Un ejemplo de que si no pedimos perdón tenemos corazón no perdonador. El yo no perdonar a mi hermano me va a afectar a mí en todo lo que yo haga, tiene una repercusión en mí. Un ejemplo de alguien que dijo que en la vieja Roma, cuando alguien hacía algo que era contra la ley cogían, y cogían un cadáver y se lo amarraban a la persona atrás, y esa persona, el castigo era que tenía que caminar con ese cadáver detrás por semanas y semanas, y semanas. ¿Ok? imagínese un cadáver que se va pudriendo y usted caminando con todo eso.

Y eso es lo mismo si usted se fija cuando usted no perdona, usted está cargando un muerto que le está haciendo daño a usted encima, porque el perdón trae un beneficio, porque uno es el que más se afecta. Así que cuando usted tenga algo con un hermano y no quiera perdonarlo acuérdese del cadáver, que está cargando un cadáver y que ese cadáver se va a podrir un poquito.

Ok yo no quiero entrar en más de esto porque a mí me interesa rapidito ir al traje nuevo, ¿cuántas dicen amén al traje nuevo? amén. Vamos a quitar, sí "desvestíos, despójate ahora de lo viejo" esto fue lo que el Señor nos hizo, nos despojó. Mientras yo voy vistiendo ahora mi traje nuevo las hermanas van a ir dándoles unos marcadores de libro que tienen el mismo color de este traje que yo voy a poner para que vayan apuntando las cualidades, las características de la nueva criatura y se recuerden de esto. Así que vamos a pedirle a Omar que vaya tocando una musiquita en lo que vamos a vestir este; fíjense que es amarillo.

El amarillo simboliza la amistad de Dios, caminamos en amistad con el Señor una vez somos despojados del viejo hombre. Ya no somos enemigos sino que amigos del Señor, la vieja criatura pasa a ser nueva criatura y ahora el sistema del Reino es distinto al sistema del mundo. Nuestras acciones van a ser completamente distintas a las acciones del viejo hombre.

Cuando todas tengan su marcador. ¿Ok? ya tienen. El trajecito, el trajecito de la nueva criatura, aleluya. Saque su bolígrafo o saque su lápiz, lo que tengan y vamos a comenzar a apuntar y yo espero en el Señor que usted lo ponga después dentro de su Biblia, y cada vez que lea Su Palabra se acuerde de las acciones y de lo que representa una criatura en el Señor.

Somos recreadas ¿verdad? volvemos a nacer. Un proceso completamente sobrenatural que solamente Cristo a través de Su sangre hace. Una de las cosas que caracteriza el Reino y que nos debe caracterizar a nosotros es: misericordia. ¿Cuántos somos misericordiosos los unos con los otros? La misericordia es compadecerse del dolor ajeno, de la miseria ajena. La Palabra del Señor que dice en Lamentaciones 3 versos creo que 23 y 24 dice que: "Por la bondad de Jehová" o por la misericordia de Jehová "no hemos sido consumidos porque nunca decayó Su misericordia" y yo creo que Laura lo menciona esta mañana "nuevas son cada mañana."

Mire, si el Señor tiene misericordia para con nosotros toda la mañana, todas las mañanas son nuevas ¿por qué cada día tú no puedes tener misericordia con el que está al lado tuyo, por qué tú no puedes tener compasión con el que está al lado tuyo? Ahora mismo puede ser que esté pasando por situaciones económicas difíciles, puede ser que simplemente tenga un corazón herido, pueden ser tantas cosas. Misericordia, compadécete, compadécete de tu hermano.

Lo próximo es benignidad que va muy de la mano con misericordia. Ser benigno, nuestro Dios es benigno. Un sinónimo para benigno es ser generoso, ser una persona generosa. Benignidad "Porque bueno es Dios" ¿verdad?

Y aquí hay una muy especial: humildad, humildad. Humildad es rebajarse voluntariamente. Romanos 12:3 dice: "Nadie tenga un concepto de sí más alto de lo que debe tener sino que piense de sí mismo" ¿con qué? "con cordura" y con moderación en algunas versiones "según la medida de fe que Dios le ha dado." Gálatas también dice: "Si alguien cree ser algo cuando en realidad no es nada se engaña a sí mismo." Filipenses 2:3 dice: "No hagas nada por egoísmo o vanidad, mas bien con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos." Alabado sea el Señor.

Qué hermoso es saber que cuando estamos trabajando para el Señor podemos considerar a nuestro hermano, a nuestra hermana superior, no importa los talentos que tú tengas, no importa las habilidades que tú tengas; el Señor te ha puesto a trabajar con otros que también tienen talentos y habilidades quizás distintos a los que tú tienes pero que son igual de valor al Reino. Así que no subestimes ni te tengas muy alto sino que tenga, como dice aquí, un concepto moderado de sí mismo y que usted piense con cordura, ¿amén? humildad.

Mansedumbre. Wow, sumisión, eso significa sumisión. Mucha gente dice: yo soy manso pero no menso, yo he escuchado esa aseveración, pero ¿sabía usted que manso significa fuerza y gentileza a la vez? Es una combinación perfecta. Tú puedes ser gentil en momentos y ser también fuerte.

La Palabra dice que Jesús entró en un cordero y que como hombre manso dentro de Jerusalén, manso. No te estás quitando nada al ser manso, al contrario, estás imitando al Maestro. Manso, fuerte y gentil. Dice que es opuesto a las enemistades, a los pleitos, a los celos, a las iras, a las contiendas y a las divisiones. Bárbaro, cuánta cosa evitamos si nosotros tenemos un espíritu manso, ¿ok?

Dice: paciencia. Ayayay. En griego hay dos palabras que describen a paciencia: largo y temperamento. Esto es estar bajo dificultades sin sucumbir, estar bajo presión sin sucumbir, estar bajo presión y no quejarte, estar bajo presión y no hablar del prójimo, estar bajo presión y saber que Dios es tu fortaleza, ¿amén? Dice que es necesaria para que haya una buena relación entre los hermanos, ayayay porque no todos tenemos el mismo carácter y temperamento, todas somos distintas, nuestra forma de ser es distinta. Así que, tenemos que tener paciencia los unos con los otros.

Efesios 4:2 dice: "Con toda humildad y mansedumbre soportándoos, con paciencia los unos a los otros" sin que se te levante el pelo como digo yo. Ser mutuamente tolerantes, esa es otra. ¿La estás poniendo Ana? mutuamente tolerantes, soportarnos. Eso más o menos va con paciencia. Santiago dice: "No os quejéis unos contra otros para que no seáis condenados. El juez ya está delante de la puerta."

Y aquí va una que todas necesitamos cada vez más y más: un espíritu perdonador, va muy a la par con lo que mencioné ahurita del enojo. Si Dios nos perdonó a nosotros ¿por qué nosotros no podemos perdonar a los que están alrededor nuestro o a los que nos ofenden, por qué no lo podemos hacer? ¿Sabía usted que el perdón no tiene que ver con cómo yo me siento, entiende? No tiene que ver con sentimientos, no tiene que ver con emociones; la gente dice: yo no lo perdono porque yo estoy muy enojado o muy molesta, y si yo lo perdono va a creer que se salió con la suya. No.

El perdón no tiene que ver con las emociones, tiene que ver con la obediencia, a lo que el Señor nos está llamando. Y en muchas ocasiones hay que perdonar aunque no lo sentimos y dejar que en esa obediencia el Señor ponga el corazón de nosotros en el lugar en el que tiene que estar.

Amor y aquí vamos con algo muy especial, ok, vamos a poner este cinto. La Palabra dice que el amor es el vínculo que une; que no se me caiga esto, amárralo ahí atrás. El amor, aquí está en el mismo centro. ¿Sabes por qué? vieron que el trajecito como que no estaba entallado y al ponerle el cinto como que todo está en su lugar porque el amor tiene que estar para que todas estas cosas puedan ser efectivas.

Sin amor no puede haber humildad ni misericordia porque la base, el vínculo que enlaza todo esto es el amor a los hermanos, el amor a Dios y el amor a los hermanos. Así que esto es algo que tenemos que meditar. Y cuando todo esto está en función y se ve poco a poco en nuestras vidas hay un espíritu de paz porque sabemos que estamos obrando como el Señor quiere que obremos.

Y por último y no porque sea menos importante, tenemos que tener un corazón agradecido. Nunca olvidarnos de dónde el Señor nos ha sacado, nunca olvidarnos de lo que el Señor ha hecho por nosotros. ¿Cuántas veces damos gracias por las bendiciones que tenemos? Muchas veces nos enfocamos en lo que no tenemos y se nos olvida de dar gracias por lo que sí tenemos. Acuérdese siempre de ser agradecido.

La paz de Dios reinará en su corazón cuando hay un corazón agradecido, un corazón que ama, un corazón misericordioso, un corazón humilde, manso, un corazón que soporta a los demás. Un corazón que no se queja y perdona, que no se aira sino que en paz resuelve lo que hay que hacer.

Cuando yo le dije a Meche, cuando ella me preguntó que cuál era la temática y yo le dije: mira yo he estado en el Libro de Colosenses y tiene, ponte, porque ya yo me iba para Puerto Rico y le dije: ponte algo ahí que tenga que ver con el vestido. Yo le dije eso a ella porque el Señor ha estado tratando mucho conmigo con respecto a eso, de cómo nosotros estamos reflejando el carácter de Cristo. Así que cuando digo eso lo quiero decir porque es algo que Dios ha estado ministrando a mí y en el tiempo que estamos viviendo, y en el tiempo que está pasando esta Congregación como ahora, yo creo que más que nunca esas áreas de consolidar, de hacer fuerte son las áreas de nuestras acciones, de quiénes verdaderamente somos delante de Dios.

Yo puedo presentar aquí un show y parecer una cosa, y en mi casa ser otra pero yo creo que los shows se deben de acabar ya. Debemos de entrar como somos y pedirle al Señor que a la misma vez nos ayude. Dice que para establecer un hábito nuevo se toma, algunos dicen 21 días, otros dicen 50 días, siete semanas así que para cambiar un hábito de uno viejo a uno nuevo. Yo les digo que no importa cuánto se eche, usted tiene la ayuda del Espíritu Santo; lo que no tiene excusa es para no cambiar. Tiene la ayuda del Espíritu Santo y sólo Él puede ayudarle a hacer los cambios pertinentes.

Y con esto termino. Como les mencioné yo estuve la semana pasada, fue que regresé de Puerto Rico y sucedió esto mientras yo estaba allá. Yo estuve con mi esposo una tarde en lo que se conoce el viejo San Juan, el área del viejo San Juan muy hermosa, la han puesto muy linda y fuimos con el hecho de caminar un rato para estirar las piernas un poco, porque habíamos estado trabajando todo el día con mi mamá que mi mamá tiene Alzheimer's y por eso era que estaba, y nos dió hambre y nos paramos un momentito en uno de estos carritos que tienen hot dogs a comprar un hot dog; la fila era como de, bueno habían como ocho, nueve personas para comprar el hot dog y nosotros hacíamos como el número 3.

Al frente estaba una muchacha pidiendo, comprando, haciendo su orden, después de esa venía otra muchacha, un varón y nosotros. Esa muchacha que está haciendo la orden no se salía del carro, estaba ahí hablando, hablando y hablando, y entonces comenzamos a notar y digo comenzamos, porque hubieron algunos comentarios en la fila, que otras personas venían donde ella y le daban dinero para que siguiera ordenando, y al rato venía otra más y le daba dinero: pídele esto, pídeme esto. Y la chica que le seguía, o sea la próxima en la fila dijo: ¡pero si esta se está colando! colando es una expresión de que está cogiendo ventaja, yo no sé si para todo el mundo es igual; se está colando y nos miró a nosotros así: "pero ella se está colando, mira cómo se está colando la gente."

No pudo más la chica y fue donde la otra y le dijo: pero ¿qué te crees tú? mira toda la fila que hay todo el tiempo y yo veo que tú sigues cogiendo dinero de gente, y gente que viene y se te acerca, y tú sigues pidiendo. Entonces ella dijo: no, no y ella se puso, no se puso, sino que comenzó a argumentar con ella: no, yo traía dinero; no era cierto porque se lo estaban dando las distintas personas que querían aventajarse de que ella estaba allí.

Y la muchacha que estaba en fila, claro, no le satisfizo lo que ella le estaba contando y se viró así hacia todos los que estaban en fila y dijo: y eso que es cristiana. Cuando dijo eso a mí fue como: ¡uf! una puñalada en el pecho porque, a veces no nos damos cuenta el efecto de nuestras acciones. Y yo les digo que sinceramente hoy día necesitamos más que nunca, más que nunca y mira: Iglesia León de Judá, los que están de visita, hagan el propósito y la determinación en su corazón que si de todo esto que hablamos aquí de la Palabra que leímos, que Pablo muy bien trajo en Colosenses, que eso sea algo que usted lleve impregnado en su corazón día a día, día a día.

El Señor está pidiendo un crecimiento y una madurez más alta. Quizás no podemos como decía la visión de Mayra, no estamos volando quizás a las alturas aunque la jaula está abierta, pero no estamos volando a las alturas que debiéramos, ni tan siquiera salimos de la jaula porque hay cosas que nos están deteniendo, cosas que todavía no nos permiten volar alto. Esa carga está todavía allí.

Así que yo les pido encarecidamente en esta mañana: mediten delante del Señor. Solamente Dios conoce donde tú estás, donde yo estoy, solamente Dios conoce. Haz la determinación en tu corazón a caminar a la altura que el Señor te ha llamado a caminar. Estamos en tiempos difíciles y muchas personas se han alejado de la Iglesia porque muchos testimonios no han sido los mejores.

Así que como pueblo de Dios en esta hora vamos a bajar nuestras cabezas. Yo no le voy a pedir a nadie que diga: yo, esto, lo otro, yo creo que todas necesitamos crecer ya sea en un área o en la otra. Vamos a orar pidiéndole al Señor que nos ayude y me gustaría hasta algo más ¿por qué no nos cogemos todas de mano? somos un Cuerpo, somos un Cuerpo unido en el amor del Señor.

Padre: en el Nombre de Jesús, Tu pueblo en esta mañana levanta sus ojos, levanta su corazón, Padre levantamos todo lo que somos delante de Ti Señor. Señor sabemos que Tú eres El que escudriña los corazones. Señor Tú sabes quiénes verdaderamente somos, Tú nos has llamado a caminar en paz, Tú nos has llamado a caminar Padre mío en una libertad llena del poder, llena de Tu Gracia y Tu misericordia, y quizás muchas nos hemos quedado cortas en esas áreas Padre, una que otra área.

Padre pero en esta hora Señor yo te pido, junto con mis hermanas que en Tu misericordia Padre santo, Tú Señor pongas ahora mismo la fuerza donde falta fuerza, la determinación donde falta determinación y el compromiso Señor delante de Ti para que podamos Señor a empezar a caminar a otro nivel, a un nivel más alto, a un nivel más puro, a un nivel que refleja lo que Tú Señor has hecho por nosotros y lo que Tú eres en nosotros, porque Tú Señor diste Tu vida, tu vida entera está en nosotros.

Tu Palabra dice que nosotros estamos escondidos en Ti, Señor y te pedimos que la fuerza de Tu Espíritu Santo nos ayude a establecer nuevos hábitos, Señor nuevas costumbres, Señor que podamos decir con toda fuerza interna que somos cristianos, que somos gente que hemos sido lavados y que nuestras acciones vayan a la par con lo que decimos Señor. Permite que seamos efectivos Señor, no solamente aquí dentro en la Iglesia en los ministerios que servimos pero que seamos efectivos en casa, con nuestros hijos, con nuestros esposos, con nuestros hermanos de sangre, con la familia que aún todavía ni te quiere conocer o quizás que da la espalda, que seamos pacientes, que podamos amar en vez Señor en lugar de repudiar o enojarnos.

Padre que podamos ser eso que Tú nos has llamado a ser: mansos, humildes, llenos de amor y que podamos Padre santo levantarnos cada día buscando Tu Presencia y declarar con nuestros labios y decir: Señor, en este día somos Tus instrumentos; úsanos conforme a Tu propósito y que podamos Señor traer gloria a Tu Nombre en este día. Padre en el Nombre de Jesús te lo pedimos y te damos gloria y honor. Amén y amén. Aleluya, gracias Padre, gracias Señor.

Mire y si hay alguien, no quiero pasar tampoco esto por algo. Si hay alguien que todavía necesita un cambio de ropa de lo viejo a lo nuevo en sentido de corazón, de que el Señor entre a su vida. Yo no sé si en esta mañana hay una persona que todavía no ha hecho ese compromiso con el Señor pero quiero traerlo, si usted está aquí en esta mañana y usted considera que en realidad usted es un oyente pero todavía no ha hecho un compromiso con el Señor, yo le voy a invitar que pase, yo me voy a quedar unos minutos, yo oro por usted, no tiene que convertirse. Si usted no es de la Iglesia no tiene que venir a esta Iglesia, lo importante es que usted busque la Presencia del Señor y consiga un lugar donde pueda adorar. Nosotros le ofrecemos este pero que consiga un lugar.

Así que si hay alguien las puertas del altar están abiertas y hacemos ese llamado en el Nombre de Jesús, en el Nombre de Jesús. Si no hay nadie, yo les despido con el amor del Señor esperando que todo lo que hayamos hablando en esta mañana y tarde quede en nuestro corazón. Gracias Padre, gracias Jesús.

Padre: te damos gracias por esta alma, te damos gracias Señor por su corazón en esta hora. Padre, ha hecho un compromiso delante de Ti Señor, en estos momentos Señor yo extiendo mi mano por cada una de ellas Señor y te pido en el Nombre de Tu Hijo amado que su corazón ahora mismo quede lavado por Tu sangre hermosa, y que cree un corazón nuevo. Padre, Tú has dicho que moriste por cada uno de los que estamos que todavía no te conocemos Señor. Tú has muerto por nosotros y yo te doy gracias porque en esta hora estas hermanas reconocen que Tú eres el Padre, que Tú eres el que has muerto y que Tú tienes el poder de a través de Tu sangre, restaurar y traer nueva vida.

Señor que así como ese traje viejo se quitó, Señor estas hermanas en esta tarde, según son lavadas por Tu sangre reciben el traje nuevo de Tu Presencia, el traje nuevo que trae la vida nueva. Padre bendícelas, ayúdalas a caminar en Ti, ayúdalas Padre santo a través del poder de Tu Espíritu Santo que yace ahora mismo en ellas, que Tú las ayudes a conocerte más y más, y más, y dales las fuerzas para caminar Contigo. Desde este momento son Tus hijas, así lo declaramos en el Nombre de Jesús, amén y amén. Gracias Padre, gracias.