Todo gran llamado implica una deformación

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Quiero invitarlos a analizar conmigo un pasaje de la escritura, que se encuentra en el primer pasaje de la Biblia, evidentemente Génesis, vamos a ir primero al capítulo 25, ustedes recordarán que les dije la última vez hace dos domingos que iba a estar hablando acerca de dos personajes que nos muestra la escritura, que son como una ilustración gráfica de los principios que hemos estado tratando en estas últimas semanas, principios de definición, principios de enfoque, principios de consagración, principios de entrega, principios de concentrarnos en nuestra identidad, como hijos, siervas de Dios, gente que tiene una identidad muy específica, un llamado muy específico, gente que Dios ha llamado a ser un pueblo separado, un pueblo apartado del mundo que nos rodea y aquéllos principios del mundo que contradicen los principios del Reino de Dios y también apartados para el Señor para ser útiles al Señor, para ser siervos que avancen los propósitos del Reino de Dios.

Todas estas cosas las hemos estado discutiendo en diferentes maneras, y hemos dicho que el hombre de Dios, la mujer de Dios, es un hombre que tiene que vivir de su identidad a la luz de su llamado, a la luz de la función a la cual ha sido llamado. Nosotros estamos, se supone, poseídos por una identidad que Dios nos ha impartido, por una serie de principios que definen nuestra vida y que nos obligan a vivir nuestra vida de una manera diferente al mundo, la diferencia va a ser desagradable, a veces esa diferencia va a ser hermosa, y bella, motivo de gran alegría, muchas veces va a ser motivo de persecución y sufrimiento, de sentirse uno como separado y diferente a los demás, pero ese es el destino, la condición de un hijo, una hija de Dios, somos un pueblo especial, somos un pueblo separado.

Dice la Biblia que somos un pueblo de reyes y sacerdotes, dice la Biblia que hemos sido sacados de las tinieblas a la luz para que anunciemos las virtudes de aquél que nos llamó de las tinieblas a la luz. Es decir que todos estos domingos hemos estado hablando de eso en una manera u otra, no que, cuando hablamos de santidad, cuando hablamos de consagración, cuando hablamos de santificación, se nos está diciendo que se nos ha llamado a tener una actitud de completa concentración a un estilo de vida, y como decíamos también que ese estilo de vida no es solamente dejar de hacer cosas, no es solamente evitar cometer esos pecados más gruesos y más groseros, más obvios, si no que es un asunto de una entrega total de nuestra mente, nuestras emociones, los principios por los cuales vivimos, nuestros intelectos, las cosas con las que nos divertimos, nuestra forma de hablar, de tratar a los demás, de administrar nuestro dinero, de escoger nuestras profesiones, de manejar nuestros matrimonios, nuestras carreras, es una cosa que impacta y penetra todas las dimensiones de la vida del hijo, de la hija de Dios, es una identidad que hemos sido sellados como una res, un animal es sellado con hierro candente y se le imparte el sello de su propietario.

Y eso es lo que Dios ideó de hecho con la circuncisión, la circuncisión era una forma de marcar física, literalmente, a un ser humano, que siempre iba a llevar esa marca, de su pertenencia total al Dios que lo ha creado, es lo que hacemos también con el diezmo, es una marca, es una señal de que todo lo que tenemos y todo lo que somos pertenece al Señor, y si lo limitamos solamente a un acto externo entonces carece de significado porque detrás de ese acto está una entrega total, de paso estuve viendo el video que mandaste de Daniel Cantalamesa, un predicador, un sacerdote católico, y él habla acerca de la eucaristía, la ostia, la Santa Cena que nosotros llamamos, y él habla, que de hecho es un hombre católico, pentecostal, y es un gran predicador católico, habla acerca del significado de la eucaristía y habla acerca de que cuando el sacerdote celebra ese símbolo, cuando dice por ejemplo este es mi cuerpo, no solamente lo está diciendo Jesucristo si no que lo está diciendo el sacerdote y lo está diciendo la congregación también cuando dice amén, estamos entregando nuestro cuerpo también para ser sacrificado, para ser dado en servicio a los demás.

Y lo que se hace claro es que todos estos símbolos de la vida cristiana hablan acerca de la consagración total de nuestra vida. Si los limitamos a su manifestación más superficial y más obvia, más accesible, estamos empobreciéndolo de una manera tremenda. Todos estos símbolos, circunsición, bautismo, Santa Cena, todas estas cosas hablan acerca de la consagración y la entrega total de un ser humano a un Dios que no se comporta con menos, que la entrega total de todo lo que tenemos y todo lo que somos, ¿amén?. Entonces ese es el llamado de Dios en este tiempo a nuestra congregación a mi vida, a la tuya, es que tenemos que tener vidas consagradas.

Es más, yo voy a vivir esto, tenemos que vivir vidas deformadas y yo les voy a explicar ese término que puede sonar escandaloso. Tenemos que llevar vidas deformadas por el llamado, que Dios nos ha hecho, y hablamos de estas dos personas, Sansón y Esaú, porque son dos personajes que a pesar de haber sido llamados, a pesar de tener un destino que los marcaba antes inclusive de que nacieran al mundo, a la luz, desde el vientre de su madre, y desde antes incluso de ser concebidos, tenían un llamado, tenían una identidad, Dios tenía un propósito muy especial con ellos. Dios había determinado que su vida debía ir en cierta dirección y que debían llevar un cierto estilo de vida, y que su sublime llamado y los privilegios tremendos que ese llamado conllevaba, sin embargo implicaba también un sacrificio, implicaba un estilo de vida, implicaba una forma de vivir, implicaba una deformación, no era gente común y corriente.

Entonces la cosa con Esaú y con Sansón es esa tragedia que hay en ellos, son seres trágicos los dos, porque por una parte tienen un llamado, Dios quiere hacer algo en sus vidas, Dios los ha separado, pero no vivieron a la altura del llamado, no estuvieron dispuestos a pagar el precio del llamado, no estuvieron dispuestos a aceptar las deformaciones que acompañaban al llamado. Yo creo que lo trágico de Sansón y Esaú es que quisieron vivir una vida normal, mire que irónico esto, quisieron ser normales, cuando Dios los había destinado para ser anormales, en la forma más exaltada de ese concepto de anormalidad, eran seres atípicos, y sabes que, que tú y yo en un sentido sublime de la Palabra, tenemos que aceptar el hecho de que Dios nos llama a una vida anormal.

Cuando tú pasas por la puerta del Evangelio, tú tienes que entregar tus esperanzas de vivir una vida común y corriente, una vida normal. La vida a la que Dios te llama es una vida de gran gloria, comunicación con el Padre celestial, el Creador del Universo, compenetración con los principios sublimes del Evangelio, poder pensar y computar en unos términos exaltados que a la mayoría de los seres humanos no les es dado poder hacerlo, experimentar grandes cosas de parte de Dios, pero a la misma vez vivir también con ese peso, con esa agonía de que Dios te ha llamado a dejar una cantidad de cosas atrás, no voy a decir que se les permite vivir, porque en un sentido está viviendo una vida ilegal, pero es así, los seres humanos se permiten una cantidad de placeres, gustos, disfrutes, libertades que nosotros los hijos de Dios no podemos permitirnos, y el mundo nos mirará como seres anormales.

Me imagino que habrán mirado mal a Sansón, un niñito de doce, trece, catorce años, y lo acusaban de ser una mujercita quizá por andar con su pelo largo, pero era una señal de una identidad sublime y especial, y parece que Sansón con el tiempo quiso estar con Dios y con el diablo, quiso vivir una vida de privilegio excepcional con una fuerza que Dios le había dado para liberación como nosotros hemos sido dotados de ciertos dones para liberación de la humanidad en que vivimos, pero también quiso vivir en placer sexual, casarse con mujeres y tener probablemente lo que se nos implica en la vida de Sansón es que era un hombre sensual, se permitía ciertos privilegios de una vida sensual que no eran para él sencillamente, y ciertos descuidos como cuando comió de ese panal que estaba metido en el cuerpo de aquél león que él había matado, pero que ya lo hacía impuro conforme a las leyes de su Nazareato, él era un nazareo, era un hombre reservado exclusivamente para Dios, con ciertos hábitos y ciertos ritos que él tenía que guardar para que la unción de Dios que estaba en él pudiera funcionar como es debido.

Cuando Sansón quiso vivir un estilo de vida, ve porque esa es una de las cosas que uno ve en Sansón, había un estilo de vida, no es que fue que Sansón hizo un pequeño error una vez, o que pecó una vez y ya, no, aquí la Biblia dice que había un estilo de vida que Sansón llevaba, que finalmente lo llevó a la destrucción, y es lo que pasa muchas veces cuando vivimos en una manera ilegítima conforme al llamado que Dios nos ha dado, cuando ese estilo de vida tarde o temprano nos lleva a la destrucción, porque hay seres enemigos, como los había en la vida de Sansón, estos filisteos, estos seres enemigos del pueblo de Israel, que van a querer neutralizar el poder que hay en él, por eso hay que vivir de cierta manera, con cierta vigilancia, con cierto sentido de alerta contínuo, para que el don de Dios pueda encontrar una vasija adecuada a través de la cual funcionar.

Entonces Esaú es parecido, son pasajes bien largos, la vida de Esaú, ese drama en particular, se encuentra registrado sobre todo en Génesis capítulo 25, y en Génesis 27, versículos del 1 al 40, no lo voy a leer necesariamente, y si usted quiere repasarlo lo invito a hacerlo, capítulo 25:19 al 34 y 27:del 1 al 40, todo ese capítulo casi, ¿no?, el capítulo 27, Génesis. Pero lo voy a relatar porque muchos de ustedes ya saben la historia, esto es otra cosa, no podemos entender bien la vida de Esaú si no entendemos igualmente la vida de Jacob, su hermano, Jacob y Esaú son como un par de astros que funcionan el uno con respecto al otro, uno es un astro oscuro y otro es un astro luminoso y transparente, aunque muy interesante también Jacob, ¿no?.

Jacob es un suplantador, Jacob es un maquinador, Jacob es un tipo tremendamente astuto y maquinador, y Esaú es un tipo como obscuro, desde su pelo, desde los vellos que cubren su antebrazo y su barba, y su contextura pesada de cazador, y de atleta, y de levantador de pesas, a Jacob que es un tipo más bien femenino, delicado, delgado, y estos dos personajes yo creo que representan como dos elementos de la personalidad humana, lo que Carl Young llamaría dos arquetipos de la vida humana, es interesante esto, si tuviéramos tiempo podríamos entrar en eso mucho más, Jacob y Esaú representan el elemento masculino, y el elemento femenino hasta cierto punto, y hay una espiritualidad que los psicólogos y los psiquiatras de la religión, Carl Young y otros han visto que hay una conexión interesante, misteriosa, entre lo masculino, lo femenino y lo espiritual, y lo material, que no les voy a cargar demasiado con ese tipo de consideraciones.

Pero es un interesante, ¿con quién se identifica Jacob más?, con su mamá, la mamá se identifica con Jacob, ¿con quién se identifica Esaú?, con el papá, Esaú es un tipo velludo, mucha testosterona tiene, barbudo, cazador, hombre de la tierra, hombre, le gusta la comida, cuando tiene hambre, se hace imposible, porque es de apetito fuerte, como Sansón también, representa el elemento masculino, es el hombre de pelo en pecho, literalmente en este caso, ¿no?, y Jacob es el muchachito delicado que siempre estuvo al lado de mamá, que habita en tiendas, es pastor de ovejas, y es interesante, hermanos, por eso es que Jacob es más maquinador, esa parte es más femenina, discúlpeme, y aquí no estoy glorificando ni a uno ni a otro, porque el hombre por otra parte es torpe, el elemento masculino, la psiquis masculina es torpe, la psiquis masculina es cuadrada, vamos a lo que vinimos, ver las cosas en línea recta.

La psiquis femenina es una psiquis más calculadora, va más en meandros, zigzaguea más para llegar al punto, su mente piensa más y calcula más, por eso es que Esaú con su mente masculina no puede computar ni conjugar con igual complejidad el mundo del Espíritu, mientras que Jacob que tiene una personalidad más femenina, sí puede entrar en contacto con el mundo del Espíritu. Por eso es que Esaú que funciona más bien en términos de cazería, deportes, guerra, cuando se le habla de la primogenitura él dice: primogenitura, ¿qué es eso?, yo lo que quiero ahora es comerme un buen zancocho con arroz blanco humeando, y eso es lo que yo necesito, él no entiende el significado sublime de lo espiritual. Como muchos hombres.

¿Por qué es que será tan difícil para algunos hombres?. Muchas veces entrar con la misma pasión en las cosas de Dios que las mujeres, eso es en todas partes del mundo, porque es que los hombres piensan, no, eso de ser consagrado para Dios es de las mujeres y las viejas, ¿no?, y eso es lo que a veces le enseñamos a los niños varoncitos, no, los hombres no lloran, los hombres no sienten sentimientos profundos, los hombres no aman, no son expresivos, eso es para las mujeres, y los castramos y los limitamos, entonces estos hombres cuando entran en los caminos del Señor no son capaces de ver con la misma pasión las cosas del Espíritu, la misma complejidad, porque para eso se necesita una mentalidad más femenina. Yo creo que todo hombre debe tener un elemento femenino dentro de él y la mujer un elemento masculino.

Y tenemos que desarrollar ambas dimensiones en nuestro ser para ser verdaderamente completos. Y para mí una de las dimensiones más fascinantes de estos tipos psicológicos de Esaú y Jacob es ese aspecto de lo masculino y lo femenino, y por qué es tan importante que nosotros los hombres desarrollemos también esa capacidad de sentir y pensar, y computar la vida espiritual, en una manera muy profunda como lo hacen las mujeres. Yo creo que muchas veces el quebrantamiento de la mujer, perdone que entre en esto pero es que es fascinante, a través de la maternidad, dar a luz, la deformación de su cuerpo, la debilidad de su cuerpo a través de la maternidad, ese sufrimiento de la mujer desde niña la hace más sensitiva a ciertas dimensiones de la vida del Espíritu, su cierta debilidad corporal la hace más penetrable a las ondas sutiles del Espíritu.

El hombre con su aparente fuerza física muchas veces no es capaz de estar a tono con esas dimensiones del Espíritu, y entonces muchas veces Dios quiere hablarnos y no encuentra una antena lo suficientemente desarrollada para recibir las emanaciones que salen de Él, y entonces un hombre así tosco era Esaú, él tenía un llamado espiritual que requería que él desarrollara sus antenas espirituales, su habilidad espiritual, el llamado de Esaú requería tiempos de meditación, tiempos con Dios, tiempos en la oscuridad del campo mirando las estrellas como Jacob, donde Dios le puede hablar, donde puede entonces tener sueños, ¿quién tiene los sueños?, Jacob, lo femenino.

Esaú no nutrió su capacidad espiritual, a pesar de que tenía un sublime llamado, la primogenitura espiritual del mundo corría a través de él, por nacimiento y por derecho él tenía que ser el primogénito legal, espiritual, judicial, ese era su llamado, ese era su derecho, ese era su privilegio, pero ese privilegio implicaba que Esaú tenía que vivir un estilo de vida que lo capacitara para administrar y manejar, y ser buen mayordomo de ese sublime llamado que él había recibido. Sin embargo, Esaú pasa toda su vida en el campo, cazando animales, desarrollando su cuerpo, persiguiendo cosas meramente físicas, materiales, en vez de apartar tiempo también, porque su llamado era un llamado sacerdotal, y ese llamado lo obligaba a buscar y a cultivar esa dimensión de su ser, y no lo hizo así.

Jacob irónicamente que no tenía el derecho, no tenía el llamado, sin embargo lo vemos a él, y quizás sin él mismo darse cuenta, porque es que es lo que pasa es que el llamado de Dios nos dota, si nosotros la seguimos la dotación está allí secretamente, según la vamos practicando, más se desarrolla. Pero Jacob desde niño no sé si por diseño o por inercia, les voy a decir por qué, su mismo ADN, su mismo subconsciente estaba concentrado solo en una cosa y era alcanzar esa primogenitura, yo creo que Jacob instintivamente persigue un estilo de vida que lo capacite para poder pensar en los términos de la primogenitura, y eso quería decir un estilo de vida más meditativo, más sedentario, que cultivara más el aspecto femenino de su personalidad.

Por ejemplo si tú quieres ser usado, usada por Dios, si tú quieres entrar en gran intimidad, que Dios te hable, que Dios te de sueños, que Dios ponga impresiones en tu ser, que Dios te dirija en maneras poderosas y sutiles, tú tienes que sacar tiempo para comulgar con la Palabra de Dios, tú tienes que sacar tiempo para leer la Biblia, tienes que sacar tiempo para orar, tienes que sacar tiempo para aprender a estar en silencio, apagar el radio, la televisión, bajar las persianas para que se escuche lo menos posible el sonido del tráfico y concentrarte en lo que está adentro de ti, aprender a estar cómodo con tu interior, tienes que cultivar momentos de apartamiento, tienes que buscar esos ambientes donde la adoración de Dios dentro de ti sea alimentada y sea desarrollada, ¿por qué?, porque tú tienes ese llamado, tú eres un atleta de fé, y no puedes estar creando grasa porque esa grasa te va a ser difícil la carrera de la fé.

Tú tienes que estar entrenándote, tú tienes que estar eximiéndote de ciertas cosas, tú tienes que estar como el atleta olímpico, vivir solamente para una cosa: el llamado que Dios ha puesto en tu vida. En otras palabras el llamado implica un estilo de vida, y ese estilo de vida tiene que ser veinticuatro horas al día, siete días a la semana, toda tu vida. Yo te pregunto ¿donde están tus prioridades?, y me pregunto a mi mismo donde están mis prioridades, tú tienes un llamado sacerdotal, yo tengo un llamado sacerdotal, estás viviendo como una sacerdotisa, estás viviendo como un sacerdote, estás tú metido en esa anormalidad a la cual Dios te ha llamado.

Tú sabes que en la Biblia los sacerdotes no vivían una vida normal, todo el mundo en Israel podía heredar, todos tenían una pieza de tierra que heredaban, ¿sabes quiénes eran los únicos en todo Israel que no tenían derecho a una tierra, a una heredad?, los sacerdotes, los levitas, Dios les dijo Yo soy la heredad de ustedes. Mientras los otros estaban por allí cultivando su tierra y teniendo su pedacito de tierra ellos estaban sirviendo al Señor y tenían que vivir de los diezmos y las cosas del templo. Por eso es que yo veo esa contradicción tan grande hoy en día, mucho pastor y evangelista, y gente que quiere el don y el poder del sacerdocio, el llamado de Dios, pero quieren también vivir con todos los privilegios del CEO de una compañía, bueno, como ellos ganan 100, 250.000 dólares yo también puedo ganar lo mismo.

La herencia de los sacerdotes es muy diferente a la herencia. Si queremos ser bíblicos tenemos que ser bíblicos en todo, ¿no?, pero la gente es muy selectiva en lo que es bíblico. Dios me habló esta mañana mientras yo meditaba más en esto, acerca de la deformación, mire, todo gran llamado implica como yo decía una deformación, y estoy asumiendo que ustedes estan bastante familiarizados con la historia de Jacob y Esaú por eso no he entrado en esto, pero estoy quizás asumiendo demasiado porque quizás no todos ustedes tienen todo el conocimiento, yo les animo hermanos, familiarízense con los grandes personajes de la Escritura.

Una de las deformaciones de los hijos de Dios es que tenemos que conocer la Biblia al dedillo, de adentro para afuera y de afuera para adentro, porque como hijos de Dios ese es uno de los llamados, porque al tú conocer la Biblia, al tú compenetrarte con ella continuamente, los patrones de pensamiento de la Escritura configuran tu propia forma de pensar y de computar la vida, es un proceso interesante, en la medida en la que tú miras la Escritura la Escritura te configura a ti por dentro, en la medida en que tú te familiarizas con la Escritura la Escritura computa la vida y la conjuga, tu cerebro se va reconfigurando y tú configuras la vida o la conjugas en la misma manera en que la Escritura lo hace.

Entonces todo gran llamado y toda dedicación a un llamado implica una deformación, y nosotros huímos de la palabra deformación, porque nadie quiere ser deforme, pero mire lo siguiente. Los grandes jugadores de tenis por ejemplo, una persona que ha jugado tenis toda su vida, sabe una cosa que se desarrolla artificialmente es el antebrazo con el cual maneja la raqueta, porque a fuerza de hacer esto continuamente esto está más desarrollado, más grande que las otras partes de su cuerpo. Los basquetbolistas son deformes en un sentido, miden 6 pies, los grandes corredores, los corredores por ejemplo de larga distancia son bien flacos porque su cuerpo necesita ser pequeño para poder consumir menos energía, si son muy grandes no pueden correr grandes distancia.

Los corredores de corta distancia que requieren mayor velocidad tienen unos muslos bien desarrollados porque necesitan el poder explosivo de correr rápidamente, y por eso sus piernas, sobre todo los muslos son artificialmente desarrollados, y así por el estilo. Todos los artistas tienen sus deformaciones, los levantadores de pesas, los eruditos tienen sus deformaciones, hay un término de hecho, deformación profesional, en la erudición que quiere decir que cuando uno se acostumbra a pensar teológicamente o literariamente digámoslo así, su mente como que se deforma y uno como que ve la vida según el enfoque que uno tiene. Los grandes eruditos de grandes universidades, Hardvare y ese tipo usted ve, esa deformación que tienen, es la capacidad para concentrarse en una sola cosa.

En el avión desde España ví la película del fundador de facebook, Mark Zuckerman, y usted ve la deformación, la capacidad de esta gente de ver las cosas tecnológicamente, son famosos los geeks por su concentración en programar y todo esto, todo en la vida mis hermanos, implica, si usted quiere llegar a algo grande en los caminos del Señor, usted tiene que estar dispuesto a aceptar un grado de deformación en su vida, lo que quiero decir con esto es que mire: todo apetito de normalidad en la vida cristiana es una aberración, es una violación de los principios del Reino. El hombre, la mujer de Dios que quiera ser normal está poniendose en una contradicción inherente, su máquina está poniéndose a arrancar y en reversa y se va a destruir.

Como cristiano tú tienes que aceptar el hecho de que tú has sido llamado a vivir enfocado, concentrado en una sola cosa, y si no vives así, te estás preparando para el desastre, tarde o temprano, la inconsistencia de tu vivencia te va a llevar a algún tipo de fracaso o de fallo, porque no eres como los guatemaltecos como dicen, ni chicha ni limonada, no eres ni una cosa ni la otra, tienes al diablo contra ti y al Señor completamente, Dios aborrece la tibieza. Por eso le dice a la Iglesia la Laodicea, si fueras fría o caliente podría bregar contigo pero como no eres fría ni caliente y eres tibia te vomitaré de mi boca. Esaú era un hombre tibio, Sansón era un hombre tibio, el Evangelio está lleno de gente tibia, gente religiosa, gente que cree que el Evangelio es venir a la Iglesia un par de horas dadas a regañadientes, y después vivir la vida en una forma normal hasta el próximo domingo, si acaso.

Eso lo que hace es que nos prepara para el desastre, el cristiano por definición es un ser anormal, enfocado en una sola cosa como Esaú debió haber vivido, pero Esaú no vivió un estilo de vida que lo preparara para el momento de la prueba, esa es otra cosa. Mucha gente dice saben que, a mí no me hablen de mucha consagración, mucha santidad, porque para eso le pagamos al Pastor, yo lo que quiero es simplemente ponchar mi tarjeta e irme al cielo cuando me muera, lo demás pues eso de tanta cosa y tanto aparato eso yo se los dejo a los profesionales de la religión. Pero sabes que es lo que pasa, tú puedes vivir así, y se irán al cielo, porque la salvación es sobre todo por una fé en Cristo, y si la fé está puesta en Jesús se irán al cielo, pero sufrirán pérdida a la larga, la sufrirán al final porque habrán ciertas recompensas que no tendrán.

Y yo le digo mi hermano, hay tanta ambiguedad en la Escritura acerca de una vida vivida tibiamente que yo no me arriesgaría porque ni yo mismo estoy completamente seguro de que una vida vivida así con dejadez a Dios, hemos hecho un Evangelio llamado Gracias Baratas, y es una de las terribles aflicciones de la Iglesia en nuestro tiempo, hemos animado a la gente a creer que como se vive por gracia, entonces se pueden permitir todo tipo de lujos, todo tipo de libertades porque Dios es un Dios misericordioso y Él entiende, y me temo que estamos seteando a la gente para fracaso y para pérdida, y quien sabe si al final les pase como el siervo infiel, porque hay mucha ambiguedad en la Biblia acerca de eso.

Cuando desperdiciamos nuestros dones, cuando no vivimos a la altura del llamado, hey, hay que tener cuidado también, pero pongamos que sí, que simplemente se puede ser salvo con una actitud mediocre, pero sabe que es lo que pasa, cuando uno entra al Evangelio inmediatamante cuando uno toma partida con Jesucristo uno se acarrea la ira del enemigo y de los poderes oscuros de este mundo, tú ya estás marcado, como que has roto pacto con el mundo de las tinieblas, y has adoptado un ejército enemigo, el Evangelio y el Reino de Dios, y ya la ira del diablo está sobre tu vida, quieras o no, no sólo eso si no que este mundo es un mundo extremadamente siniestro, mientras yo más vivo hermano, más me doy cuenta de que yo soy una criatura tan frágil y que necesito aferrarme a las faldas de mi Dios con uñas y dientes, y que cada día antes de yo salir de mi casa yo tengo que confiarme a la misericordia de Dios porque no sé lo que me espera allá afuera.

Es un mundo terrible, es un mundo siniestro, y mucha gente vive la vida cristiana superficialmente sin atesorar reservas dentro de ello, conocimiento de la Palabra, defensas contra la vida y cuando llega la enfermedad terminal, el dictum del doctor de que te quedan seis meses de vida, cuando el matrimonio se les viene abajo, cuando los hijos se desperdigan o cuando hay una tragedia, una pérdida, un fracaso, no tienen de dónde agarrarse, no hay un sistema de conocimientos que le permita a esa persona bregar con la crisis. Y entonces en ese momento su pobreza espiritual se hace totalmente evidente, y por eso es que uno tiene que atesorar como José para los tiempos de las vacas flacas.

En los tiempos de normalidad uno tiene que atesorar conocimiento, uno tiene que orar y llenarse del poder de Dios, porque a todo ser humano tarde o temprano le toca cierto grado de tragedia, sufrimiento, padecimiento, y cuando viene la sequía espiritual tú necesitas estar fuerte espiritualmente, y tú necesitas tener una reserva bancaria con Dios. Y por eso hermano yo creo que finalmente nadie debe darse el lujo de vivir una vida mediocre, porque tarde o temprano tú vas a necesitar poder ir ante tu Padre Celestial y cambiar un poquito de esos cheques que tú has depositado, tú necesitas tener una cuenta bancaria.

Porque la salvación puede que sea gratis y lo es, pero una vida de poder, de éxito y de eficacia eso solo les es reservado para las personas que han invertido en la vida de Dios. Entonces Esaú es un hombre que no vive a la altura de su llamado, no está atesorando, no está preparándose para el momento de la prueba, cuando viene el momento de la prueba no estaba preparado, ¿usted sabe la historia?, llega el momento en que él sufre una gran hambre, y yo me pregunto si esa gran hambre no fue también como algo espiritual, porque el hambre, el apetito que sintió era tan grande, estaba desesperado, y a veces hay cosas que parecen normales pero son espirituales también. Yo creo que Pedro sintió su gran terror cuando esta mujer lo acusó, ah tú eres uno de los discípulos de Jesús, yo creo que ese fue un momento diabólico sobrenatural, en que lo que sintió fue una prueba espiritual, porque ya Jesucristo había dicho Satanás os ha pedido para zarandearos como trigo, se lo dijo a Pedro, y Yo he rogado para que tu fé no falte, y tú una vez salido de esa prueba ve y fortalece a tus hermanos.

Entonces hay momentos en tu vida que van a parecer meramente cotidianos pero detrás de ellos van a ser espirituales, que Dios te va a estar probando en una manera, hay tantos casos en la Escritura que podríamos mencionar acerca de eso, hay momentos en que tú no vas a saber si en ese momento el diablo y Dios y todos los ángeles en ese momento están en un gran auditorio mirando para ver que tú vas a hacer en ese momento, y quizás el resto de tu vida va a ser determinado por lo que tú hagas en ese momento, y si tú estás preparado espiritualmente tú vas a discernir la solemnidad, y lo sublime de ese instante y vas a pasar la prueba pero si no, vas a perder el propósito misterioso de Dios para tu vida.

Ese momento en que Esaú siente esa gran hambre y que Jacob lo está esperando agazapado como una fiera allí para quitarle la primogenitura, era un momento de prueba, y si Esaú hubiera preparado su vida hubiera estado preparado para saber lo que tenía que hacer, pero como toda su vida había sido una vida de mediocridad y de laxitud espiritual, cuando llega el momento de la prueba espiritual actúa como un hombre carnal, de la tierra, y del estómago, y Jacob femenino, calculador le dice hey, yo acabo de hacer un asopao de camarones que eso está, que tú no te imaginas, ¿te gustaría cambiar tu primogenitura, tu derecho espiritual, por mi asopao?. ¿Y qué dice Esaú?, ah, ¡qué es eso de primogenitura, yo lo voy a cambiar, está bien, coge la primogenitura!. No sabía que en ese momento estaba haciendo un pacto espiritual terrible.

Lo que pasa es que la gente superficial espiritualmente no es capaz de pensar en términos simbólicos espirituales. Por eso yo le digo a la gente, a mi pueblo siempre, cuando yo hablo de una mentalidad sobrenatural, esa capacidad aún dentro del cristianismo es un círculo concéntrico, más interior, donde los hijos de Dios que se han compenetrado con los patrones arquetípicos de la Escritura, saben que hay una forma de conjugar y de pensar el universo muy íntima, y esa forma es a veces simbólica, metafórica, muy profética, y yo creo que para tener verdadero éxito en el ámbito espiritual hay que aprender a pensar en esa manera, muy pocos hombres y mujeres cristianos en el siglo XXI saben pensar en esa manera.

Entonces por eso es que cuando ven los grandes problemas y conflictos morales, espirituales y políticos del siglo XXI, se van por el cerebro y la razón y no están computando en términos más profundos y espirituales, como lo ha hecho la Iglesia a través de los siglos, por eso es un tiempo muy peligroso como nunca antes en los 21 siglos de vida cristiana los que estamos viviendo ahora, porque cada vez más y más el cristianismo se aleja de esa forma simbólica, sobrenatural de conjugar esa vida espiritual.

Entonces Esaú no pensaba en términos espirituales, ¿qué es eso de la primogenitura?. La primogenitura es cuando un varón nacía primero, el primero, el primogénito tenía el derecho en la familia, era el líder espiritual y era también el que heredaba la propiedad, una herencia todo o nada, heredaba el poder, heredaba la autoridad, heredaba la propieda, y heredaba el liderazgo espiritual, el linaje espiritual de la familia corría a través de la persona que tenía la primogenitura. Podía haber cuarenta hijos pero uno solo era el líder espiritual y aquél a través del cual el linaje de sus antepasados corría tenía derecho, ese era Esaú, pero de nuevo como son las cosas de los llamados y los dones, es que ese es el misterio de este asunto.

Entonces cuando llega el momento de entender lo sublime de lo que él estaba entregando él no pudo, era tosco, era torpe, un hombre que solo calcula las cosas como un contable, sólo de números, no puede pensar en los términos sublimes que requiere el evangelio, entonces dijo eso y no vió nada de malo, que importa, quizás después se lo retraigo, en el mejor de los casos, él dijo qué importa que yo se lo diga que se lo entrego, ¿no?, él estaba haciendo un pacto, su palabra la estaba dando en ese momento, y tenía un hombre allí que sí sabía lo que estaba haciendo, había vivido toda su vida persiguiendo eso.

Entonces en ese momento Esaú no percibe la transacción espiritual profunda que está haciendo y cede su derecho de liderazgo espiritual, el llamado de Abraham se suponía que corriera a través de Esaú, ser luz a las naciones, ser de bendición, tener la gracia y la protección de Dios sobre su vida, y tener el llamado de ser Padre espiritual de toda la gente espiritual y de fé, todo eso era para él, y en uno de los canjes más trágicos de toda la historia de la humanidad, y más dramáticos, y más desproporcionados, este hombre cede un momento de placer y de satisfacción física por la gran herencia eterna de su vida. ¿Cuántos de nosotros hemos hecho canjes así mis hermanos.

Cuántos hacen eso por un momento de placer, por una satisfacción, por un amor falso, por una profesión, por una cuenta de banco, por un BMW de último modelo?, venden su alma al diablo y sacrifican el llamado sublime de Dios por una satisfacción temporera de una vida, lo cambian, lo cambiamos, cambiamos la vitalidad espiritual, cambiamos el poder de Dios, cambiamos la dotación poderosa y específica de Dios para mi vida, para tu vida, cambiamos el privilegio de ser padres espirituales por un placer, llámese lo que sea, llámese reputación social, llámese influencia, llámese admiración de la gente, llámese dinero, llámese placer físico, hay miles de posibilidades, porque no es solamente lo más feo y lo más burdo, a veces son cosas bien sutiles y bien hermosas, una carrera literaria, una carrera política, la aprobación del mundo, un lugar en la historia, hay hombres y mujeres que han vendido su alma por algo parecido.

Este lo vendió porque yo creo que la Biblia lo que quería era hacer esto bien gráfico, las transacciones que a veces hacemos, un plato de comida por algo infinitamente valioso, entre esos dos términos hay una gran cantidad de posibilidades que podemos escoger, y tú y yo tenemos que tener cuidado con que el drama de Esaú se repita en nuestra vida, nosotros tenemos un llamado y el diablo nos va a decir continuamente como le dijo a Jesús, hey, yo te puedo dar todo lo que, yo te lo doy, es mío, si tú tan solo haces esto, el Señor dijo no, supo discernir, yo solamente serviré a mi Dios, y tú y yo hermanos, esa es la cosa, escoger entre el plato de comida y la primogenitura es algo que vamos a tener que hacer miles de veces en nuestra vida.

Yo creo que cada día muchos de nosotros tenemos que escoger qué es más valioso para mí, el plato de asopao o el llamado de Dios y el poder que corre a través de un vehículo perfectamente adecuado, cada día, muchas veces al día a veces, a veces van a ser cosas bien grandes y apetitosas y compulsivas, a veces van a ser cosas más sutiles y te van a venir a decir hey, cámbiame esto por esto, muchas veces, tú tienes que hacer eso en tu trabajo, tienes que hacer en tu casa, tienes que hacerlo en tu matrimonio, tienes que hacerlo en tus amistades, tienes que hacerlo en tu caminar diario, muchas veces te van a preguntar, dame el plato de comida por la primogenitura, y tú tienes que estar preparado en ese momento para discernir el carácter sublime y tremendamente serio y pesado de lo que se está dando en ese momento en tu vida, ¿qué tú vas a escoger, una cosa o la otra?.

Es una pregunta que yo creo que es la esencia misma de lo que estamos aquí hablando. Pero lo maravilloso de Jacob es esto, yo creo que uno tiene que entender a ambos en este juego, Jacob es el hombre que vive su vida obsesionado por una sola cosa, mire hasta qué punto la identidad de Jacob está resumida en esto. Sabe la historia que cuando Rebeca está encinta de estos dos muchacho, ella no sabe que son gemelos, pero su matriz está en conflicto y en pugna, porque estos dos personajes están luchando dentro de ellos, no voy a hablar acerca de que esto implica acerca del aborto y de que un feto no tiene personalidad, yo creo que ahí hay una de las derrotas grandes del cristiano, no que no importa, el que cree que la vida la da Dios aún dentro de la matriz ya hay una configuración de personalidad y hay una dotación de personalidad, hay llamados y hay cosas que tienen que protegerse, no se pueden simplemente reducir al estado de un feto mecánico y físico, y biológico.

Pero ahí dentro de su matriz están los dos principios de la vida, yo creo que el principio material y el principio espiritual, para cual se va a vivir, y yo creo que estos dos seres ahí dentro de ellos encarnan eso, Jacob está luchando con Esaú como está luchando la carne contra el espíritu dentro de nosotros continuamente, y cuando salen los dos, bueno, el caso es que ella tiene tanta angustia que dice no quiero seguir viviendo, si me hubieran dicho que esto era la maternidad no habría pedido hijos, preferiría haber sido estéril toda su vida, señal de nuevo de que algo importante había allí, entonces va y ora al Señor y busca revelación, y el Señor se la da.

Como, a través de profetas, a través de iluminación, no sabemos, pero el caso fue que ella recibe claridad de que hay dos naciones dentro de ella, hay dos principios espirituales que están luchando dentro de ella, dice la profecía que el mayor servirá al menor, lo cual es una contradicción porque se supone que el mayor sea servido por el menor, ¿no?, y serán dos naciones que estarán en lucha continuamente, aunque después en un tiempo futuro el mayor se librará como pasó en la historia de los edomitas y los israelitas, eso es otro largo asunto ahí, pero el caso es que cuando salen estos dos, ¿usted recuerda la historia que Jacob tiene la mano agarrada del calcañar de Esaú queriendo jalarlo para él salir primero?, por eso lo llaman Jacob que quiere decir suplantador.

Él quería suplantar a su hermano, él quería sustituir al otro, era una carrera y él estaba empujando para llegar él primero, es decir que por eso es que estaba trabada su mano del calcañar de su hermano, esa es una imagen poderosa, esta criatura instintivamente ya tenía la pasión por ese aspecto espiritual, lo valoraba, casi lo idolatraba, estaba resumido en una sola cosa y era ser él el primogénito espiritual, y como no lo pudo alcanzar biológicamente, lo alcanzó por otra manera. Pero por eso yo digo que la identidad de este hombre ya estaba resumida en su ADN, y otro de los grandes misterios es qué determina Dios, y qué libertad hay en el hombre, porque si era Dios que lo había determinado o era el hombre que estaba viendo ya desde el principio, lo que Dios dice es algo activo o es algo pasivo, es que Dios lo está determinando o lo está viendo, lo está declarando.

Yo creo que nadie puede decir, esos son los misterios del libre albedrío, la libertad, el determinismo, aquí hay un juego entre esas dos cosas. Y por eso es que yo creo que cuando Jacob y Rebeca maquina con Jacob, por lo menos saben que estoy familiarizado con la historia, de nuevo eso de la personalidad en la familia, estas son otras cosas que no tenemos tiempo de discutir, pero que triste es cuando los hijos se van, terrible también, pero el caso es que cuando Rebeca maquina con su hijo, la pregunta es, ¿está Rebeca meramente respondiendo a un llamado de Dios?. ¿Se nos está diciendo allí que los principios espirituales están por encima de los principios legales de la humanidad, porque Esaú tuviera el derecho biológico no quería necesariamente decir que tenía el derecho espiritual, y está esta mujer entonces empalmando con la Voluntad Perfecta de Dios, aunque usando principios ilegítimos, por su apetito y su amor por las cosas de Dios?.

¿Usted ve aquí la complejidad de la Escritura?. Yo le invito a que usted en su tiempo libre dedique a reflexionar estas cosas, estos misterios de la vida humana y cristiana, porque muchas veces yo les digo mis hermanos, mientras uno más entiende la Palabra de Dios más difícil se hace ser simplista en los juicios que uno hace en la vida humana, porque la vida es un misterio, hay cosas que se alcanzan a través de métodos ilegítimos pero que están acordes con la Voluntad última de Dios, y las personas que están en la ilegalidad van a recibir su castigo, pero paradójicamente van a estar haciendo la Voluntad del Señor. Muchas veces hay cosas que hacemos en nuestra vida y las hacemos ilegítimamente, pero las hacemos dentro de la Voluntad de Dios, por eso es que tenemos que tener un cuidado terrible, y tenemos que pedirle cada día Señor, dame sabiduría, dame entendimiento para discernir tu Voluntad.

Quizás hubiera habido otras formas más adecuadas para llegar a lo que llegó Jacob, porque yo creo que una de las cosas que yo veo aquí entre Jacob y Esaú es esto de que mira, los primeros serán postreros y los postreros serán primeros, estos dos hombres ilustran unos principios espirituales muy poderosos como es toda la Escritura, simbólica, con el tiempo los Hebreos y los gentiles iban a repetir el drama de Jacob y Esaú, porque ¿quienes tenían el derecho de la primogenitura en la historia espiritual del mundo?, los judíos, ese es el pueblo legítimo de Dios, en un sentido, pero ¿qué pasó con el pueblo judío?, despreció su llamado, despreciaron los principios para los cuales habían sido llamados, despreciaron su llamado a ser un pueblo anormal, quisieron ser como los demás pueblos con reyes y dioses.

Desperdiciaron su primogenitura, y ¿quienes disfrutan ahora de los conocimientos más plenos del Pueblo de Dios?, los Jacobos, somos nosotros los gentiles, porque en la vida cristiana, en el universo de Dios, no es simplemente porque tú seas heredero biológico, es por fé, es por apetito, es por pasión, es por discernir el propósito de Dios. Ahora, yo creo que Dios también tiene un propósito para los Hebreos, al final por eso yo amo al pueblo judío y lo valoro, y creo en el misterio de todo esto, porque creo que hay un tiempo de dispensación de los gentiles, o lo que sea, dice la Biblia que cuando la plenitud de los gentiles alcance entonces habrá otro mover de Dios con el pueblo Hebreo, el pueblo Hebreo está ahora como en entredicho, en paréntesis, y este Jacob que es el pueblo gentil ha discernido el llamado de Dios, ha entrado en pacto con Dios a través de Cristo Jesús.

Nosotros gozamos del pacto de la primogenitura, pero dice Pablo que no nos podemos enorgullecer y creer simplemente que podemos dar una patada a los judíos y decir ya no, no, Dios tiene un propósito con ellos, y en un momento Dios va a restaurar ese propósito, porque eso es lo que dice la Escritura, mientras tanto quien goza los privilegios de acceso al Padre, nosotros, los Jacobos, porque hemos discernido, hemos pagado el precio, nos hemos afiliado con Jesús. Entonces yo creo que allí también hay un principio importante de estos dos poderes, Dios siempre nos está diciendo miren, no es siempre por derecho, los de afuera muchas veces llegan primero, los pequeñitos llegan antes que los grandes, los débiles físicamente como Jacob pueden ser más poderosos que los fuertes, si se alinean con mis principios, y yo no respeto a nadie, yo respeto al que me ama, al que me valora, al que me pone en primer lugar, al que se da por mí, al que sacrifica por mí, al que valora lo que Yo ofrezco, no al que lo entrega por un apetito en un momento, el que está dispuesto a pasar una vida de sacrificios y de privaciones porque ama lo que Yo le doy.

Esa es la gente con quien Yo me afilio y a quien Yo me doy, y el que disfruta de mis privilegios, no simplemente el que nació con pedigree espiritual o lo que sea porque su abuelo fue un pastor o un evangelista, no, ¿a quién le da Dios su unción, a quién le da Dios sus dones?. Es a los pequeñitos de la tierra, a quienes tienen apetito y pasión y obsesión con la primogenitura, si tú quieres que el poder de Dios se manifieste en tu vida no mires lo pequeño de tu cuerpo, no mires lo iletrado de tu mente, no mires lo poco distinguido de tu trasfondo familiar, mira tu corazón, porque los ojos de Dios recorren toda la tierra para mostrarse a favor de los que tienen un corazón perfecto para con Él.

Eso es lo que Dios quiere mostrar, y por eso Dios nos llama, ponga su mente en esto: Dios nos llama a vivir a la altura de nuestra dotación, a la altura de nuestra identidad, a la altura de nuestro llamado. Dios te dice despiértate tú que duermes, afirma las rodillas, acércate a Dios y Él se acercará a ti si eres de doble ánimo, hay tantos pasajes que yo quería leer, no hemos tenido tiempo, en la Escritura que nos enfatizan eso, martillean en nuestro corazón, nuestro espíritu ese principio central de nuestra vida, defínete, concéntrate, purifícate, entrégate, sumérgete, bautízate en las aguas de la consagración, la entrega a mis principios, una vida vivida al rojo vivo por mí.

En los tiempos de la tibieza, la indefinición, han pasado, es más nunca existieron. Si tú quieres que Dios corra a través de ti defínete, limpia tu vasija, purifícate, porque este es el tiempo de la definición. Este es el tiempo y cada día se acerca más y más que los que sean endebles y dobles de ánimo no van a sobrevivir, porque la ira del diablo y Dios le dará una libertad al enemigo en los últimos tiempos que sólo los que estén muy claramente definidos van a sobrevivir, y además Dios quiere usarte, Dios quiere hacer grandes cosas a través de nosotros, pero requiere una definición clara, una vida anormal, Dios te llama ahora a decirte a ti mismo: sí, soy anormal ¿y qué?, voy a vivir una vida anormal, voy a vivir una vida deformada pero en la manera más hermosa en la Palabra, una vida llena del Espíritu Santo.

Así que vamos a afirmar, póngase de pie en esta mañana, yo lo tengo que hacer yo mismo, los tiempos de jugar al evangélico eso lo hemos mandado a guardar señores, señoras, eso nunca tuvo legitimidad, tiempo de jugar a Iglesia, a ser evangélico, ser esto ser lo otro, olvídese de eso, si usted quiere entrar con Dios Dios le dice, estás dispuesto a pagar el precio, estás dispuesto a vivir una vida de entrega total a mí, estás dispuesto a morir, estás dispuesto a ser bautizado con el mismo bautismo con que mi Hijo fue bautizado, crucifixión total, entrega total, consagración total, obsesión consumidora, a eso es que Dios te llama en esta mañana Pueblo de Dios, no queremos una Iglesia religiosa, queremos una Iglesia delgada, una Iglesia que los nervios se le vean a través de la piel porque está llena de la fuerza de Dios porque lo ha sacrificado todo en los ejercicios espirituales que nos hacen peligrosos para el infierno y nos hacen útiles para Dios.

Quiera el Señor visitarnos ahora con un espíritu de consagración, le pido al Señor que tenga misericordia de mí porque me falta mucho para estar a la altura de ellas, pero a eso nos llama, es una palabra independiente, es una palabra autónoma, sale de la boca de Dios, pasa por este hombre que la necesita y llega a tu vida, se instala dentro de ti, Dios te dice este es mi llamado que Yo exijo y lo que quiero, si tú quieres ser usado por mí paga el precio y muere, así que di en tu corazón si esa Palabra es para ti, si te atreves, recíbela en tu corazón y séllala ahí adentro, y dite desde hoy voy a vivir así, voy a vivir al rojo vivo, voy a vivir al filo de la espada, voy a pagar el precio, me voy a deformar pero voy a llegar al destino que Dios tiene para mí, y voy a ser útil para Dios y voy a ser usado grandemente.

Señor ayúdanos a llegar a ser el pueblo que Tú necesitas. Quizá alguien ha sentido una necesidad de dar un paso mayor y pasar al frente, si usted no ha recibido a Jesús hágalo en este momento, yo lo invito, si usted ha vivido un Evangelio que necesita un ajuste, Dios lo ha confrontado y usted siente que debe dar ese paso de mayor militancia ante el Señor pase al frente, haga un gesto diferente, algo que selle ese reconocimiento en su vida, yo dejo este momento así abierto para cualquier cosa que Dios quiera hacer en su vida, si no, recíbalo como usted siente en su corazón.

Medita en tu espíritu y haz un compromiso firme con el Señor. Le vamos a decir al Señor aquí estoy, yo te entrego toda mi vida. Yo le digo a mí mismo al Señor aquí estoy, te ofrezco todo lo que soy, toma mi ser, mi vida entrego a ti. Cuando tú salgas de aquí ojalá que esa oración se haya hecho una realidad en tu corazón y en tu espíritu.