Preparándonos para recibir a Dios - nuestro gozo, nuestro deleite

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En nuestro sermón esta mañana vamos a meditar brevemente en una de las escrituras que compone ese tiempo de advenimiento para ayudarnos a prepararnos para la navidad. Se encuentra en Salmos 43 versículos 3 y 4: "Envía Tu luz y Tu Verdad, estas me guiarán. Me conducirán a Tu Santo Monte y al lugar donde Tú moras, entonces llegaré al altar de Dios mi gozo y mi deleite." Este sermón podría titularse "preparándonos para recibir a Dios nuestro gozo, nuestro deleite."

Hermanos y hermanas estos versículos constituyen una mina de oro, vamos a entrar y a comenzar a cavar para encontrar ese oro de esa mina. Vamos a encontrar una pepita de oro tras otra tras esta oración. Primer oremos: Señor bendice Tu Santa Palabra, nuestros corazones y vidas. En el nombre poderoso de Tu resurrección oramos, amén.

¿Se dieron cuenta ustedes? esas palabras del salmista son como una oración. En esta oración el salmista tiene la humildad de clamar al Señor. El salmista tiene suficiente sabiduría como para darse cuenta de su dependencia total de Dios y él ora: envía Tu luz y Tu Verdad. Tiene la humildad de clamar al Señor y tiene la sabiduría de darse cuenta de su absoluta dependencia de Dios. Señor envía Tu luz y Tu verdad, que me guíen.

En este año 2012 mientras nuestra nación se prepara para navidad ¿cuántas personas aquí en Estados Unidos están clamando humildemente hacia el Señor?. ¿Cuántos están verdaderamente conscientes de nuestra dependencia absoluta de Dios?. ¿Cuántos están buscando verdaderamente esa Presencia, anticipando esa Presencia de Jesucristo el Señor?.

Pero más allá simplemente de la nación en general ¿qué hay de nosotros los cristianos?. ¿Estamos orando, estamos pidiéndole al Señor: envía Tu luz y Tu Verdad hacia nosotros, que nos guíen?. Mientras meditamos en estos versículos esta mañana les invito a explorar su propio corazón.

Durante esas próximas cuatro semanas de advenimiento que comienzan hoy le invito a orar conmigo en preparación a ese tiempo de navidad. Digámosle al Señor: Señor envía Tu luz y Tu Verdad y que nos guíe en nuestras vidas.

Hermanos y hermanas nuestra nación está en una condición desesperada. A menos que Dios intervenga con Su Verdad y Su luz, a menos que Dios intervenga a favor nuestro estamos en un despeñadero muy peligroso. Este deslizamiento gradual llevará inevitablemente a un desastre como nación si Dios no interviene. ¿Nos damos cuenta del estado tan desesperado en que se encuentra nuestra nación en este tiempo?. Que Dios nos ayude.

Cumplo setenta años de edad este año y nunca he visto nuestro país en este nivel de oscuridad moral y espiritual. He sido consejero y psicológo durante cuarenta años y durante todo este tiempo he mirado cómo de una década a otra los valores morales van en declive contínuo, y el aumento gradual pero seguro de la injusticia social y de la desigualdad. Los ricos se hacen más ricos a expensas de los pobres y villanos inescrupulosos que están en el tope de la pirámide social ganan sus fortunas a expensas de la gente que está en el plano de abajo, y aún las personas que están en el plano inferior de la sociedad toman ventaja y se explotan unos a otros también. La oscuridad del mal se hace cada vez más densa.

La inmoralidad sexual con los niños muchas veces comienza en la edad de la juventud, los teens y muchas veces aún antes en la adolescencia misma ya comienza el comportamiento inmoral en los niños, la inmoralidad sexual cunde en todas partes, a todos los niveles de edades en nuestra nación y el producto final de este tipo de corrupción es lo que hoy conocemos como el aborto en demanda, según se necesita se hace el aborto, aprobado por las legislaturas, por las cortes y llevados a cabo por personal médico que simplemente no tiene consciencia en las clínicas de abortos.

Las víctimas de esos abortos son esos niñitos, esos bebitos cuyas vidas son sacrificadas y las madres también que están sacrificando a sus hijos. Nuestro Dios misericordioso, Él nos pide que clamemos a Él. La oscuridad del mal continúa haciéndose más y más densa.

Nuestro medio ambiente está cada día más contaminado por un estilo de vida que lo contamina. Estamos envenenando el aire y la tierra donde vivimos, los lagos, los arroyos, los océanos. Las tinieblas del mal continúan haciéndose más y más densas con el tiempo.

Vemos adicciones de todo tipo que están destruyendo la vida de las personas y también de sus seres queridos alrededor de ellos. Alcohol y otras formas de adicciones químicas. Adicciones sexuales que hoy en día ya se consideran normales por la comunidad de salud mental secular, por las legislaturas y las cortes judiciales, y estas constituyen una abominación hacia Dios. Estilos de vida de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero son destructivos especialmente para aquéllos que los practican, y por su misma naturaleza están desgarrando la fibra misma de nuestra sociedad. Como sociedad estamos llamando lo que es malo bueno y lo que es bueno malo. Verdaderamente nuestra inmoralidad, el grado en que hemos llegado reta la razón, no es capaz de caber dentro de la razón. La oscuridad del mal sigue haciéndose más y más oscura con el tiempo.

Y por eso en este tiempo de advenimiento ¿cuál debe ser nuestra respuesta como cristianos al declive desesperado, la caída desesperada de nuestras ciudades, su degeneración gradual?, nuestro estado, nuestra nación, el mundo. Dios llama a Su Iglesia hacia la acción a vivir vidas auténticas, a hacer guerra espiritual contra todos los poderes de las tinieblas.

El apóstol Pablo le dice a Timoteo que la Iglesia del Dios viviente es la columna y el poder de la Verdad viva de Dios. El Señor declaró: Yo edificaré Mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Como la Iglesia de Jesucristo oremos y movámonos en acción. Movámonos en acción que refleje vidas auténticas, sinceras, íntegras. Y por eso comenzamos orando diciendo: Señor envía Tu luz y Tu Verdad y que estas nos guíen.

Hoy en día quizás la Iglesia aparezca ante los observadores como que está débil pero no nos dejemos engañar por las apariencias y no nos descorazonemos ni nos desanimemos. Nuestro Dios es un Dios maravilloso. Él reina desde los cielos y las alturas con sabiduría, poder y amor nuestro Dios es un Dios maravilloso.

Hay un principio a través de la historia de la Iglesia que cuando el mal se hace más y más oscuro, cuando toda la esperanza parece ya haber desaparecido y cuando la Iglesia del Señor clama a Él desesperadamente solo entonces viene el Señor en poder y gran gloria, en gran avivamiento y llegada de Su poder.

Cuando Dios llega, cuando se revela Él a sí mismo la oscuridad del mal es eliminada, destruída por la luz misma de Dios. Corazones obstinados y endurecidos son convencidos de pecado y según esta gente es convencida de pecado sus corazones se suavizan y se tornan entonces a Dios. Los individuos se tornan entonces y son salvos. Los matrimonios se tornan hacia Dios y reciben sanidad. Las familias se tornan hacia Dios y son salvas. Las comunidades se tornan hacia Dios y reciben sanidad. Naciones enteras se tornan hacia Dios y reciben salvación también.

Segunda de Corintios 7:14 declara: "Si Mi pueblo se humillare, ese pueblo sobre el cual Mi nombre es invocado, se humillaren y oraren, y buscaren Mi rostro, y se apartaren de sus malos caminos entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra." Dice el Señor: "Yo perdonaré, Yo sanaré."

En el texto que estamos examinando el salmista nos dice cómo podemos tornarnos hacia Dios para recibir el perdón de nuestros pecados y la sanidad de nuestra nación, nuestra tierra. Nuestro texto nos prepara para el advenimiento, la llegada de la Presencia de Dios, esa Presencia de Dios que celebramos el día de navidad. Emmanuel, Dios con nosotros en la persona del niño Jesús allí en el pesebre. Señor envía Tu luz, Tu Verdad, que esos elementos nos guíen. Que nos conduzcan a Tu Santo Monte, el lugar donde Tú moras. Entonces dice, llegaré al altar de Dios al Dios de mi alegría y de mi gozo.

El salmista nos provee un mapa muy claro para entrar en la Presencia de Dios, para recibir perdón y sanidad. ¿Estás aquí en esta mañana consciente de tu propia necesidad de sanidad personal, o quizás por la sanidad de algún ser querido, quizás toda tu familia necesite sanidad?. ¿Por qué no me acompañan a través del resto de este salmo? veremos que el salmista nos guía paso a paso para recibir perdón, sanidad personal para ser liberados. Oh Señor envía Tu luz, Tu verdad.

Esa verdad, esa luz que nos ha de guiar es una persona. ¿Quién es nuestro guía? nada menos que nuestro Señor Jesucristo. El Señor declaró: Yo soy la luz del mundo, Yo soy el camino la verdad y la vida. Ore en voz alta conmigo mientras el Pastor Miranda ora e invite a nuestro Señor Jesús que sea nuestro guía.

Oren conmigo en voz alta, acompáñenme, una, dos y tres: Dios Todopoderoso y Padre celestial, oro para que envíes Tu luz y Tu Verdad que es nuestro Salvador Jesucristo por el ministerio del Espíritu Santo, guíame a través de los pasos del salmista para recibir perdón, ser sanado y liberado, amén, amén y amén. Gloria a Dios.

Hay tres pasos que podemos seguir al seguir a nuestro Dios. El primer paso es dice aquí: tráeme, llévame a Tu Santa morada, a Tu Santo Monte. El segundo paso es entonces llegaré al altar de Dios. Y el tercero es una vez que llegas al altar de Dios es la capacidad para recibir la Presencia misma de Dios en ti mismo, a Dios mi gozo, mi deleite, mi delicia.

Primeramente el Señor Jesucristo nos guía a ese Santo Monte que es el lugar de Su morada. Dios es un anfitrión lleno de gracia, a Él le encanta extendernos Su hospitalidad. Hermanos y hermanas el amor de Dios es amor santo, puro amor. Él mora en un Monte Santo y allí nos invita a ir y encontrarnos con Él. Al invitarnos a Su Presencia solamente provee una condición: tenemos que dejar atrás la mentira, nuestros engaños y nuestras contaminaciones pecaminosas.

Dice el profeta Jeremías que: el corazón es engañoso por encima de todas las cosas y lleno de maldad. No podemos entrar a la Presencia del Señor limpiándonos a nosotros mismos porque no podemos limpiarnos nosotros mismos, no tenemos el poder, la capacidad. Nuestro anfitrión mismo, Dios nos perdonará, nos limpiará de nuestros pecados si le pedimos que haga esto.

Mientras orábamos decíamos: llévame a Tu Monte Santo, al hacer esto estamos confesando nuestros pecados, arrepintiéndonos y pidiéndole a Él que nos haga santos.

Entonces para resumir: el primer paso es aceptar la invitación de Dios para ascender a Su Monte Santo ese lugar donde Él mora. ¿Le ha orado usted alguna vez al Señor confesando sus pecados y pidiéndole a su Señor Jesucristo que le limpie, le lave?. Él murió en la cruz, se levantó de los muertos. ¿Por qué no le ora y le pide al Señor que le bañe con Su amor, que lo llene con Su amor puro y santo?.

Él se levantó de la muerte para cancelar todos los poderes de las tinieblas en nosotros. Oremos para que nos llene con el poder de Su Espíritu Santo, que nos llene con Su amor puro y santo. Si usted quiere seguir a nuestro Señor Jesucristo en Su luz y Su Verdad, si quiere prepararse para llegar a Su Monte Santo, ese lugar donde Él mora ore con el Pastor Roberto, puede orar silenciosamente allí en lo personal mientras él ora en voz alta.

Dice: Señor Jesús yo te confieso mis pecados y oro para que Tu poder me aleje de ellos y te pueda seguir en amor santo para seguirte con amor puro y auténtico. Llévame al Monte Santo, al lugar donde habitas. Gracias por perdonarme y perdonar todos mis pecados, amén.

El segundo paso después de llegar a ese monte donde mora el Señor es llegar al altar mismo de Dios. Ese altar del sacrificio es el lugar del sacrificio. Cristo sacrificó Su vida por nosotros, conquistó el pecado y la muerte en favor nuestro, y ahora Él nos invita a sacrificar nuestra propia vida también por Él. No para ser un sacrificio muerto sino un sacrificio vivo.

Entonces el segundo paso es seguir a nuestro guía en un sacrificio amoroso, un sacrificio vivo, amable. Él nos da el poder y la gracia para hacerlo. El sacrificio vivo es la única manera de amar verdaderamente, darnos en sacrificio vivo. Esto se podría ilustrar con la imagen del matrimonio, de hecho Dios usa esa imagen del matrimonio en la Biblia para ilustrar esa relación que tenemos que guardar entre Él y nosotros Su Iglesia.

Yo soy consejero matrimonial, esa es mi profesión y cuando una pareja se acerca a mí para recibir reconciliación y para recibir sanidad en su matrimonio el éxito llega cuando ellos se dan cuenta que un matrimonio gozoso consiste precisamente en sacrificio amoroso, sacrificio vivo uno del otro. Yo les aconsejo a cada uno que entren en una competencia el uno con el otro; esposo trata de ganarle a tu esposa en tu grado de sacrificio hacia ella, y esposa trata de ganarle a tu esposo en una vida de sacrificio hacia él, ¿y el resultado final? sacrificio real de ambas partes da como resultado un amor genuino y auténtico. Sacrificio así amable, vivo lo que produce entonces es un gozo compartido.

Dios la segunda presencia de la Trinidad, nuestro Señor Jesucristo vivió Su vida totalmente en la Tierra en un sacrificio viviente para con nosotros y continúa amándonos con ese amor eterno. Para nosotros entrar en esa plenitud de Su Presencia tenemos que entregar nuestras vidas en un sacrificio vivo, contínuo para Él.

Y ahora concluímos el sermón con la tercera parte del texto que hemos explorado. Nótese ese texto donde dice que cuando entramos a la Presencia de Dios y nos entregamos en un sacrificio vivo y amante entramos directamente entonces, tenemos acceso directo a la Presencia de Dios que es mi deleite, mi gozo. Ahora declaremos la Palabra de esta tercera oración en reacción a este texto mientras el Pastor Miranda nos dirige.

Oh Dios: por Tu Gracia y con Tu poder guíame y guíanos como Iglesia a seguirte en sacrificio de amor y vida, compartiendo Tu gozo de vida. Prepáranos en esta temporada de advenimiento para recibirte, para servirte con todo nuestro corazón. Oh Dios nuestro gozo y nuestra delicia, amén. Gloria a Dios, amén, amén, amén. Vamos a orar y a reaccionar a eso, reciba esa Palabra ahí en su corazón, atesórela, ese Dios que nos invita tan generosamente: vengan a Mi Santa Morada, acérquense a Mí, Yo soy su deleite, Yo soy su luz. Purifíquense de sus pecados, prepárense para habitar en harmonía conmigo. Entréguense en sacrificio vivo, un sacrificio total de sus vidas, dejen atrás sus pecados, yo los purifico, los santifico y les doy la capacidad para morar en harmonía y en comunión conmigo. Eso es lo que Dios te llama.

Recíbe eso en el nombre de Jesús, séllalo en tu corazón esta mañana y que estas próximas semanas meditemos en lo que es la navidad y que el Señor prepare nuestros corazones para ese encuentro con el Cristo que es nuestro Dios, nuestro Señor, un niño nos es nacido que es Dios mismo.