Las circunstancias que nos rodean quieren apagar el fuego del Señor

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Quiero invitarlos a abrir su Biblia en el Libro de Filipenses, capítulo 1, versículo 12. El Señor siempre tiene un propósito para cada una de nuestras situaciones o circunstancias, así que yo les sugeriría que aprendamos a no quejarnos por lo que hemos vivido sino que aprendamos y tratemos de entender qué es lo que el Señor realmente quiere de nosotros a partir de esa experiencia. El Señor siempre provoca algo, siempre tiene una causa para generar un efecto. El Señor siempre tiene una causa, siempre genera una causa para tener un efecto en el futuro. Y me llama la atención este texto, un texto bien interesante. Lo leí en mi devocional hoy día en la mañana y lo he estado viviendo de manera personal en los últimos meses. Dice:

“…Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del Evangelio…”

Amén. Cerramos nuestros ojos. Gracias, Señor, por este tiempo de tu palabra, por este tiempo que nos vas a permitir, Señor, abrir nuestros corazones y poder ser ministrados y bendecidos, Señor, por tu palabra. Gracias Señor, porque cada uno de nosotros tiene la oportunidad hoy día, Señor, de saber quién eres tu cada día, en el nombre de Jesús. Amén.

Yo no sé si usted se ha enfrentado a situaciones difíciles. Yo no sé si usted ha pasado por momentos difíciles. Yo no sé si usted ha tenido circunstancias que le han hecho pensar y muchas veces hasta dudar de su fe. A veces suele suceder. Somos seres humanos y nuestra mente finita y limitada nos hace de alguna manera, ponernos en posiciones de que estamos sufriendo más allá de lo que nos merecemos. Usted ha escuchado esta expresión, yo sé que aquí no ha salido pero en muchas iglesias puede salir, por qué yo? Señor, qué he hecho? Por qué a mí? Hasta cuándo, Señor? si yo diezmo, yo ofrendo, yo voy los miércoles, participo en esto en lo otro en la iglesia.

El hombre tiene la habilidad mental de poder quejarse. Cuando algo no le parece bien, cuando algo no está de su beneficio, nos quejamos. Nos quejamos porque no tenemos carro y después cuando tenemos nos quejamos que está tan cara la gasolina, que hay que arreglar los frenos del carro. Ya no quisiera tener carro. Ahí el Señor te quita un ratito el carro, Señor, devuélveme el carro.

Me llama la atención que muchos de nosotros debemos aprender, y yo me incluyo sabe por qué? Porque yo he estado viviendo la situación parecida. Las circunstancias de la vida para cada uno de nosotros son muchas, estamos batallando en diferentes frentes cuando somos padres, cuando somos esposos, en el trabajo, cuando somos trabajadores, cuando caminamos en la calle, como un ciudadano, cuando estamos expuestos a la tentación, nuestras debilidades, la economía. Las circunstancias comienzan a rodearnos y comienzan a aumentarse y yo no sé si a usted le ha pasado esto, pero a mí me pasó, mientras las circunstancias daban vueltas alrededor de mí y yo mantener mi posición fija, confiando en el Señor, en algún momento en esta semanas, me di cuenta que me estaba dando vueltas con las circunstancias también.

Entonces, cómo me levantaba, era importante cómo levantaba porque ese día iba a caminar o con el problema económico, o con el problema del ministerio, o con el problema de la familia, depende cómo me levantara y en lo que pensara es cómo me iba a dar vuelta. Las circunstancias, el enemigo las usa para restarnos de reconocer que en Dios tenemos todas las cosas en el control.

Las circunstancias que nos rodean quieren apagar el fuego del Señor que hay en nosotros o que debiera haber, por lo menos. Las circunstancias, las experiencias de la vida quieren sustraernos de lo que realmente Dios quiere hacer con nosotros a través de esas experiencias. Me llama la atención el versículo donde el Apóstol Pablo escribe este libro, sabe cómo estaba él? Él estaba preso. Quién escribe tan contento preso? Gracias Señor porque me muevo un lugar de 4 por 4, gracias.

Sabe, Pablo no tenía razones para escribir esto desde el punto de vista humano. Pero Pablo también dijo, ya no vivo yo, Cristo vive en mí. Las circunstancias de Pablo no eran razón para que él estuviera triste, estuviera desesperanzado, se quedara de brazos cruzados haciendo un guiño de ojo o arrugando la frente, diciéndole, Señor, yo he llevado tu palabra por todos lados, sino que al contrario, no importa la circunstancia, el Señor quiere glorificarse a través de las situaciones negativas o circunstancias difíciles. Él quiere glorificarse.

Dígale a su hermano, el Señor quiere glorificarse en tus circunstancias. No nos victimicemos. El Señor no quiere víctimas, quiere valientes. Las dos cosas que escriben en v corta. No quiere víctimas, quiere valientes. Los valientes arrebatan el reino y el que arrebata el reino arrebata los beneficios del reino, salud, prosperidad, abundancia, paz, el shalom de Dios está abundando, no importa lo que nos rodee.

Aún hasta el día de hoy el enemigo ha querido darme un par de bofetadas. El enemigo es muy diplomático para golpearnos hoy día. Pero yo me afirmé, ¿Saben qué? No importa lo que esté sucediendo, eso debe redundar en que el Evangelio del Señor debe ser notorio a todos, debe ser positivo para todos y debe extenderse no se ha podido extender. Dios es fiel. Dios es fiel.

Las circunstancias no hicieron que Daniel negara al Señor. Las circunstancias no hicieron que Sadrag, Mesag y Abednego negaran al Señor. No importa cuántos leones hubiera, no importa cuanta temperatura hubiera, la gloria era para el Señor. y si morían como cocidos, quemados, si morían siendo alimento, no importa, Dios tenía que ser glorificado. No importa lo que hoy día me ha sucedido, pero esto tiene que redundar en que Dios a través de Cristo en nuestra vida debe ser mostrado a todas las personas.

¡Aleluya! qué circunstancias vivía Gedeón en el libro de Jueces, capítulo 7. Gedeón se quejó diciendo, Señor, tu eres el Dios que mis padres me hablaban, que hicieron tantas cosas y mira los madianitas vienen y nos quitan la poca bendición que tenemos. Ellos esperan que acumulemos la bendición y vienen y se la roban por años.

Pero Dios se mostró favorable a Gedeón. Saben, no importa cuánto sea el ejército que se ha levantado frente a ti. Dios necesita unos pocos creyentes que levanten el nombre del Señor en alto y declaren y confundan a todo aquel o todo aquello que quiera quitarte la bendición.

Cuál es la circunstancia que estás viviendo? Cuál es la circunstancia que está pasando tu familia, tu matrimonio? Los papeles de divorcio, bueno, de una vez ya, en nombre del Señor lo firmo. No. comienza a mirar más allá cómo el Señor quiere glorificarse en medio de una crisis, en medio de una situación difícil, en medio de tu enfermedad, como muchos pueden ser alcanzados, en medio de tu situación financiera, a lo mejor estás pasando por un tiempo de escasez, Dios quiere mostrar que él es tu proveedor. Él no te dejará, él no te desamparará, él te sostendrá con la diestra de su justicia. Él es poderoso. Dios es poderoso.

El gigante que se levanta cada mañana, así como lo hacía con David en el libro de Primero de Samuel, capítulo 17. Algunos preferimos hacernos amigos del gigante al final para no tener tanto problema. Ya para que el gigante no vaya a gastar su voz, mejor me hago amigo y ya conversamos más. El Señor quiere que enfrentemos esa circunstancia que nos parece inalcanzable, desafiante, amenazante, y el nombre de Jehová de los Ejércitos.

Siempre en la escuela dominical nos enseñaron que un chiquitito David, rubio de ojos azules, así como yo, poquito más bajito, ni en sueños, dijo? Yo pienso que David nunca miró a Goliat de abajo hacia arriba, siempre lo miró de arriba hacia abajo, por eso no le tenía miedo, porque lo miraba de las alturas de su Señor.

Ahora, físicamente él era pequeñito. No tenía la estatura de Goliat. Pero Goliat no tenía la estatura del Hijo de Dios. Así que cuando se levante el gigante frente a ti a decirte, estas son tus circunstancias, no puedes con esa debilidad, no puedes con esa tentación, no puedes con ese modelo de vida. Míralo de arriba y dile, yo digo lo que yo puedo hacer.

Las circunstancias y las experiencias de la vida no determinan quién eres tu, el día que entregaste tu vida a Jesucristo Dios determinó quién eras tu para el futuro. De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

Así que ni la gente ni la familia, ni las circunstancias, ni las situaciones definen quién eres tu, el único que tiene autoridad de definir quién eres tu es Dios y Dios te ha dicho, tu eres mi hijo. Demos vueltas las malas experiencias y provoquemos que traigan bendición a quienes hoy día nos están mirando. No bailemos con las experiencias y las circunstancias sino que parémonos firmes sobre la roca que es Jesucristo.

Dice el salmo 40, pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mí y oyó mi clamor, me hizo sacar del pozo cenagoso, del lodo de la desesperación, puso mis pies sobre peña, sobre piedra, sobre roca, nos paramos sobre Cristo y nada puede conmovernos.

Hay un término que se usa en los movimientos apostólicos, activa tu fe. Una fe activada te dará una identidad nueva. Comienza a activar tu fe a través de las obras que el Señor tiene hacer alrededor tuyo y verás cómo el Señor será glorificado.

Cuando tu bendición está al otro lado de un obstáculo, también es bueno reconocer que Dios está en control. Cuando los muros de Jericó se le presentaron al pueblo para tomar lo que les correspondía, cómo vamos a derribarlos? Nadie había derribado eso, ni un pueblo había podido pasar al otro lado. Era una ciudad fortificada.

Tu bendición puede que esté detrás de los muros de una ciudad fortificada y no puedes mirar ese muro y decir, Señor, gracias porque me permitiste llegar hasta el muro, ahora me devuelvo. Había que ser loco para dar una vuelta al muro todos los días, una vuelta al muro todos los días lo hacía gente loca. Y el último día, 7 veces locos, 7 vueltas. Eso fue todo.

Las circunstancias no atemorizaron al pueblo, sino que le creyeron a Dios. Mire, algo que aprendí este fin de semana, los cristianos no nos movemos por pronósticos, así como la política o la economía. Pronosticamos que mañana los representantes republicanos y demócratas se van a sentar, en una ni se sentaron. Seguimos pronosticando.

El tiempo, las temperaturas de los días se pronostican. Vamos a 70, 60, se pronosticó una nevada fuerte. Los hijos de Dios no vinimos por pronóstico, vinimos por declaraciones de fe. Me impactó mucho esa palabra. Siempre dijimos, bueno, Señor, si está en tu posibilidad, Señor. Esa espiritualidad combinada con algo de temor humano. No vivamos por los pronósticos. Dios es un Dios fiel que cumple sus promesas. Él no se levanta como nosotros, depende del sol , depende de la luna. Él es Dios.

Hay algo imposible para Dios. Hay algo imposible para Dios. Hay algo imposible para aquel que crea en el Dios de lo imposible? Para nosotros no hay nada imposible si creemos en el Dios de lo imposible. Así que no importa la estatura del gigante, no importa la circunferencia del muro, no importa el ejército incontable como la arena del mar, cuando Dios está de tu lado nada podrá hacerte frente y esto redundará y esto llevará a que muchos conozcan que tu eres un hijo de Dios.

Dios es nuestra primera solución en todas las cosas. Señor, me fue mal en el doctor, ahora voy a orar, para ver si me haga bien contigo. Señor, provéeme porque no me aprobaron el crédito. No me aumentaron la tarjeta de crédito, Señor, necesito… no, dígale al Señor, Señor, cierra la tarjeta, necesito que tu me cubras.

Alegrémonos en el Señor. Regocijémonos en él. Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, no importa lo que le esté sucediendo, Señor, tiene un propósito y el resultado lo va a provocar el Señor. el resultado él quiere glorificarse a través de lo que va a hacer a través de usted.

Dice, ha redundado, más bien, para el progreso del Evangelio. Así que lo que el Señor haga contigo, te va a pegar a cualquier incrédulo al lado tuyo y va a estar tiernecito para el Señor. Corazones de piedra cambiados en corazones de carne.

Romanos, capítulo 8, versículo 28, alguien se sabe de memoria ese texto? Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, todas las cosas, esto es conforme a lo que sus propósitos son llamados.

Yo quiero decirle algo, usted ha sido llamado con un propósito del Señor. A algunos nos toca predicar, a algunos nos toca cantar, a algunos nos toca hacer algunas cosas, pero eso no es lo único, incluso esto puede ser hasta no tan relevante como lo que usted puede hacer. Así que usted está llamado con un propósito, así que no importa cómo aletee el enemigo, no importa cuánta tierra quiera levantar alrededor suyo, Dios tiene un propósito con usted. Y todas las cosas sean positivas o negativas, van a redundar en bendición para su vida.

¡Aleluya! gracias Señor. Qué bueno es el Señor. ¡Aleluya! ¡Aleluya! y en Ester, capítulo 4, versículo 16, la reina Ester, la primera miss universo que tuvieron los cristianos. Va una conferencia de mujeres, la reina Ester, como la miss universo. Yo ya me lo aprendí, la primera miss universo que tuvo la iglesia cristiana en el Antiguo Testamento fue la reina Ester.

No importa cuál era la circunstancia, pero hace una declaración poderosa, si perezco, que perezca pero yo voy a hacer lo que tengo que hacer y Dios será mostrado y Dios será glorificado.

Así que no importa. Usted cree que Daniel y sus amigos no pensaron lo mismo, bueno, si yo… alguna vez los leones comerán caviar. Pero no voy a negar al Señor. No voy a negar al Señor. No importa si muero hecho chicharrón, con el horno de fuego, no importa. No importa si muero, si perezco que perezca, no importa, pero voy a hacer lo que el Señor quiere que yo haga.

Las circunstancias no van a definir mi estado de ánimo. Las circunstancias no van a definir mi calidad de fe en el Señor. Las circunstancias no van a definir quién soy yo. Dios define quién soy yo y por lo que él define yo hago, por lo que él define yo digo, por lo que él define yo creo. Gloria sea el nombre del Señor.

Denle un aplauso al Señor. ¡Aleluya! filipenses 1:28 dice, usa una palabra interesante, intimidad. No tengamos miedo porque el que está con nosotros es más fuerte que el que está en el mundo y en él somos más que vencedores. Qué bueno es el Señor.

Cierre sus ojos. Yo quiero llamar su atención a cualquier circunstancia que usted esté viviendo, que por muy terribles que sean, Dios quiere mostrar su poder a través de eso. Si es una enfermedad, si es una situación financiera, si es una situación familiar, relacional con algún vecino, con algún amigo. Alinee esa experiencia en el propósito del Señor y verá cómo el Señor lo va a sacar victorioso.

Dios es fiel. Señor, presentamos nuestras vidas delante de ti y nos presentamos, Señor, tal cual como somos, con todas nuestras debilidades, con todos nuestros miedos, pero con todo el deseo en el corazón de poder, Señor, ser victorioso y que cada circunstancia de nuestra vida, Señor, sea expuesta delante de ti como nuestro Dios, como nuestro Señor.

Que nada de lo que nos pase alrededor defina cómo tenemos que hacer lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que ser, sino que mantengamos nuestra identidad como hijos tuyos, hijos del Dios todopoderoso para quien no hay nada imposible. Gracias Señor. Gracias por este tiempo. Gracias por la oportunidad de estar en tu casa, Señor. Bendecimos a nuestros hermanos, bendecimos, Señor, el regreso a su hogar y que puedan, Señor, transmitir tus bondades, tus misericordias a quienes hoy día necesitan escucharlas, en el nombre de Jesús. Amén.