La oración cambia destinos

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Quiero marcar su espíritu aquí concerniente a la oración y el poder de la oración para cambiar destinos, el poder de la oración para impactar el corazón de Dios y evocar, sucitar de su corazón una palabra de respuesta a nuestras necesidades, cambiar nuestra situación radicalmente. La oración cambia destinos.

Quiero poner en su corazón a través de un evento, un episodio en la vida del Rey Ezequías, quiero animarnos a todos a una vida de oración, una vida de clamor. Y queremos enmarcar lo que estamos haciendo esta semana con una imagen que se grabe en nuestros corazones acerca de por qué debemos orar.

Es necesario que las congregaciones saquen tiempos como estos, debido a que actividades como esta, tiempos como estos subrayan nuestra dependencia de parte de Dios. La Biblia continuamente nos está animando a orar.

En Primera de Tesalonicenses, capítulo 5, versículos 16 al 18 el Apóstol Pablo dice que oremos sin cesar, que oremos continuamente porque orar es como respirar, orar es una función esencial del espíritu humano de un creyente. La oración es la atmósfera que permite que se den los milagros de la vida cristiana.

El Señor Jesucristo en Lucas 21:36 dice que siempre estemos vigilando y orando, cuando él estaba listo para subir a la cruz y había sido arrestado estaba en el jardín de Getsemaní, les dijo a sus discípulos, ‘orad y velad para que no entréis en tentación.’ La oración, la vigilancia espiritual es un preventivo increíble, no solamente resuelve problemas cuando los tenemos sino que fortalece nuestro espíritu, nos prepara. Es como el ejercicio, el ejercicio no es solamente cuando usted ya está en crisis y sus músculos están ya desgastados por la falta de ejercicio. No, usted ejercita mientras tiene salud, mientras tiene fuerza para mantener la salud, para mantener sus músculos fuertes y ágiles. Es algo preventivo y también es algo remedial, pero son las dos cosas. La oración es así.

El ayuno es igual, no solamente lo hacemos cuando el diablo está queriendo tumbarnos la puerta de la casa para entrar y estamos en crisis sino que lo hacemos también para resguardar los fundamentos de nuestros hogares y de nuestra vida espiritual. Si nosotros vemos a través de toda la escritura vemos imágenes y relatos de hombres y mujeres que ante situaciones difíciles oraron y clamaron al Señor y el Señor respondió en maneras absolutamente asombrosas.

La oración es la fuente de nuestra vitalidad, sin la continua práctica de la oración no hay energía, no hay efectividad en el reino del espíritu, no hay autoridad. Los dones del espíritu se cultivan a través de la oración. La oración es el medio, la plataforma desde la cual nosotros nos lanzamos a llevar a cabo las operaciones y las transacciones de la vida del espíritu.

Yo les digo, mis hermanos, para mí la oración es esencial para mantener mi sanidad mental. Mi esposa les puede decir que sin oración yo me convierto en un monstruo que hay que meterlo en un manicomio o algo así o ponerlo en una camisa de fuerza. La oración me mantiene sano, la oración es lo que renueva mi mente, mi perspectiva, lo que me recuerda que hay un mundo espiritual alrededor de mí y la eternidad que está alrededor de mí. La oración es lo que me recuerda que Dios está conmigo. La oración es lo que me recuerda que yo soy un mero ser humano y que sin la gracia de Dios no puedo dar un paso hacia adelante. La oración es lo que me conecta con el mundo del espíritu y con la energía divina.

A veces nosotros reducimos la oración a un mero listado de necesidades, una lista de compras, donde le decimos al Señor, quiero esto, quiero lo otro, pero la oración es mucho más que eso. La oración nos cambia a nosotros primeramente. La oración nos fortalece a nosotros. La oración renueva nuestra perspectiva, eso como coger tu teléfono celular y después de mucha carga, lo que yo voy a tener que hacer con mi Ipad. Hoy lo he usado y desde que me levanté lo he estado usando, y tu lo enchufas y hay una transacción. El Ipad no tiene consciencia pero la tecnología que lo alientan sabe que cuando tu lo conectas se da algo matemático electrónico, hay un alimento que él recibe directamente, ciegamente, inconscientemente y eso pasa con la oración.

Cuando tu inviertes tiempo en la oración la energía divina inmediatamente se transmite a tu vida y tu recibes fuerza, tu recibes vigor, tu perspectiva se renueva. Cuando tu pasas un tiempo con el Señor y al tu verbalizar tus necesidades, al tirarte en el sofá del psiquiatra divino y tu te confías a él y descargas tus necesidades, tus confesiones, hay algo terapéutico que se da puramente por el acto de usted expresarse delante de Dios. No tiene nada que ver con lo que usted vaya a recibir o no. al usted verbalizar delante del Señor y someter su vida, su espíritu a la presencia de Dios hay un impacto directo que se da inmediatamente.

Aprendamos a disfrutar de la oración como un gusto. Simplemente, como una copa de vino que usted se toma para recibir aliento y descanso y relajamiento. Hágalo espiritualmente. La Biblia dice asimismo que no nos embriaguemos con vino sino que seamos llenos del espíritu. La oración es el instrumento que hace eso posible.

Vemos que en la Biblia los grandes hombres y mujeres de Dios oraron. Tenemos la oración de Elías cuando clamó al Señor para que bajara fuego de lo alto. Tenemos la oración de Nehemías que yo admiro muchísimo cuando Nehemías se percató de que los muros de Jerusalén estaban derribados y decaídos y Nehemías tomó a pecho la situación de su pueblo y clamó al Señor. Está esa bella oración de confesión de Nehemías. Y eso cambió y preparó la situación para que Nehemías se apareciera al otro día como era copero del rey, y la misma esposa del rey le preguntaron a él, ¿qué te pasa? Le abrieron la puerta para que él entonces sometiera su petición de salir e ir con ayuda y recursos de parte del reinado a restaurar los muros de Jerusalén.

Tenemos la oración maravillosa de Ester que cuando quería comparecer ante el rey pero no tenía autoridad para hacerlo porque requería un milagro, ella puso a sus doncellas a orar y ayunar varios días. Les dijo, dile a mis doncellas que oren y ayunen. Y cuando ella se metió a la recámara del rey sin autoridad a riesgo de muerte, el rey estaba listo para extenderle su cetro y decirle, hasta la mitad del reino que tu quieras te la voy a entregar.

Tenemos la oración de Pablo cuando estaba presto a naufragar hacia el final del libro de los Hechos y Pablo le dijo a toda la tripulación que orara y ayunara y Pablo estuvo en ayuno y oración y el Señor le dio toda su tripulación y el que era un reo terminó siendo el salvador de los que lo custodiaban.

Y tenemos la oración del mismo Pedro cuando estaba… Pedro no estaba en una discoteca bailando cuando tuvo esa visión de ese gran lienzo que bajaba, que cambió la historia del cristianismo y del judaísmo, porque ahí en oración y ayuno Pedro recibió una revelación fundamental del destino de la iglesia, que no era solamente para los judíos sino que era para todos los gentiles y para todo el pueblo de Dios. y como razón de eso Pedro tuvo la fortaleza para ir al encuentro de Cornelio y sus familiares.

Y Cornelio, por otra parte, estaba también orando y ayunando cuando se le apareció el ángel que le dijo, prepárate, manda a buscar a fulanito porque él tiene una palabra para ustedes también.

Y qué diremos de Jesús? Que se pasó noches orando. Que nos dice la Biblia que cuando los discípulos estaban en el mar embravecido pensando que iban a perecer en las aguas, remando toda la noche y no podían salir de ese remolino tormentoso donde estaban, el Señor dice que estaba arriba en un lugar alto y los veía desde donde él estaba y estaba orando por ellos.

Y qué del Señor que oró tanto en Getsemaní para que el Señor lo fortaleciera para la gran prueba que le esperaba en la cruz, y también oró mientras estaba en la cruz, recitaba salmos, dice la Biblia.

Vemos entonces que la oración está en todas partes. Uno de mis favoritos Josafat oró cuando este gran ejército venía a destruir a Israel y esa oración maravillosa, Señor, no sabemos qué hacer y hacia ti volteamos nuestros ojos. Y se escuchó la voz del profeta que les dio instrucciones bien claras y mientras el pueblo oraba y alababa al Señor, Dios tornó las espadas del enemigo unos contra otros y se dio una gran victoria para el Reino de Dios.

Y podríamos estar por horas y horas señalando todos los momentos en que la oración hizo la gran diferencia en el pueblo de Dios, y el ayuno. El Señor Jesucristo, como decíamos hace un ratito, les dijo a sus discípulos ese espíritu no salió porque evidentemente la idea era… la implicación era, ustedes no oran y ayunan lo suficiente. Sabes que hay ataduras en tu vida? Sabes que hay luchas en nuestras vidas? Que solo van a reaccionar ante el clamor y el ayuno.

El ayuno es un arma de guerra. El ayuno es las armas nucleares. El ayuno es los marines de los recursos del Reino de Dios. el ayuno es lo que tu sacas cuando ya el gigante está listo para cortarte la cabeza y tu le disparas esa piedra directamente a la frente. El ayuno es algo que viola todos los principios de la lógica, que usted debilitándose se hace fuerte, que usted absteniéndose de disfrutar recibe regalos y bendiciones de parte de Dios, que usted a través del vacío crea cosas que son importantes para la vida.

Y es una de las paradojas más importantes de la vida cristiana, que cuando nos hacemos débiles nos hacemos fuertes, cuando nos crucificamos somos exaltados como el mismo Jesús. El ayuno no es algo que nos viene natural a nadie, yo tengo que luchar por cada hora de ayuno. Lo que pasa sin embargo es que mientras usted más ayuna, más fácil se le hace.

De paso les digo para los que quieran tomar esta semana para ayunar y orar un rato, usted puede ayunar parcialmente como dice en ese panfleto que tenemos. No tiene que ayunar por toda la semana, ni abstenerse completamente de comer. Para los que no tienen mucha práctica en el ayuno, usted puede comenzar una mañana hasta las 12 del día o hasta las 5 de la tarde, tomar jugos, tomar algo liviano y ese tiempo, esa abstención usted se la decía al Señor.

El ayuno es algo que al usted practicarlo, recuerde que usted está orando con su cuerpo. Cada latido de su corazón, cada vez que su corazón bombea sangre y que corre esa sangre por sus venas y usted se está absteniendo de comer, su cuerpo mismo está clamando. La abstención misma, que es un estado continuo mientras usted ayuna, está diciéndole al Señor, Padre, yo prefiero tu bendición y tu agrado que la comida misma. Y usted está orando y clamando al Señor.

Uno puede orar en cualquier manera. Usted puede orar, dejar de comer chocolate por una semana. Yo sé que para muchos de ustedes eso ya es lo último. A muchos les puedo pedir que no coma por 10 días pero chocolate dejarlo una semana o un día es un peligro tremendo. Pero podemos ayunar se postres, podemos ayunar de muchas cosas diferentes, podemos ayunar del televisor. Ahora no me venga con, ah, bueno yo voy a ayunar de televisor. No, ayune también de comida y del televisor, de las 2 cosas.

Pero hay muchas manera creativas de ayunar. Yo les sugiero que usted entre en una vida de ayuno y oración. El ayuno libera, aliviana la mente, aliviana el espíritu y todas cosas son importantes para uno crecer. Uno no puede ser verdaderamente vital y efectivo en la vida cristiana si no ora, si no clama al Señor, si no saca tiempo para una vida devocional.

Yo creo que yo les he dicho en el pasado y después voy a tocar levemente sobre Ezequías, pero hace muchos años yo estaba en Maine de vacaciones con nuestra familia y tuve un sueño, pero fue un sueño muy palpable, muy real, donde el Señor me presentó un Volkswagen de los años ’60, Love Wagen o algo así se llamaba, el caso es que ese van tenía 4 ruedas pero las 4 ruedas eran de bicicleta en vez de ruedas de carro.

Y el Señor me dijo… en el sueño yo recibí esa palabra del Señor, no identifico cómo fue, pero sí claramente que me dijo, Roberto, tu llevas mucha carga sobre tu vida como pastor entonces tu ministerio, pero los fundamentos están débiles. Y esas ruedas de bicicleta eran como una señal de la debilidad espiritual en que yo estaba. Y el Señor en el sueño, a mí se me había dado uno o dos de las ruedas lo que significaba, pero me habló acerca de que una de esas ruedas tenía que ser la oración, la otra el ayuno, la otra la santidad y la cuarta no recuerdo ahora mismo.

Pero en otras palabras cuando uno como esposo, como madre, como director de un Departamento, como ama de casa, obrero, persona que lleva un ministerio en la iglesia, que tiene a su cargo niños u otras cosas, o simplemente en la familia, que muchas veces está sobre nosotros o luchas, son cargas que nuestro vehículo físico, espiritual, trae a nuestras vidas y si los fundamentos de nuestra vida espiritual no están sólidos vamos a padecer, va a haber un desplome y lo que fortalece, lo que nos da sabiduría, lo que nos da discernimiento espiritual, lo que nos permite recibir revelación de parte del Señor es esa oración, ese clamor a Dios.

La oración, hermanos, debe ser continua en nuestra vida. Les voy a decir algo interesante, no voy a revelar mucho, pero yo anoche tenía una carga y sentí del Señor orar para que el Señor hiciera algo en este servicio y parecía muy improbable que sucediera. Yo dije, Señor, ya que yo estoy diciendo que tu haces cosas raras en respuesta a la oración dame la capacidad para yo poder testificar de que tu lo haces con una ilustración. El Señor me la dio, no les voy a decir tanto detalle porque no quiero revelar mucho, pero algo que parecía inevitable, por eso yo hago las preguntas, se dio por lo menos en este servicio que era lo que más me preocupaba.

Pero es algo mínimo en un sentido, pero Dios cambió. Yo le pedí, Señor, hazlo eso como una señal de lo que yo estoy predicando que la oración cambia las cosas que parecen irreversibles. Que no me sentía cómodo con algo… no es nada del otro mundo, pero hermanos, la oración… yo le oro al Señor por cada cosa, por cada detalle y les digo que he aprendido que la oración rompe muros, destruye las ataduras del diablo. Acostúmbrese a orar por las cosas pequeñas y las grandes.

Respire oración continuamente en su vida. Bañe su matrimonio en oración, bañe su salud… yo le decía a una hermana esta mañana, una señora que está aquí, mi hermana Gloria querida, que tiene con nosotros 30 años, la hermana Gloria Nabas, y Gloria es una mujer que no parece los años que tiene, nos va a enterrar a todos yo le digo a ella en el sentido mejor de la palabra. Gloria me hablaba acerca de cómo el Señor respondió a una oración de salud de ella, de su necesidad, y yo le decía así mismo, hermana ora por cada músculo de tu cuerpo, ora por el corazón, ora por los pulmones, ora hasta por los intestinos, ora por todo, ora por tus venas, ora por tu espalda, por tu cerebro, por tu columna vertebral, báñala en oración señálala delante de Dios, satura tu cuerpo parte por parte en el poder de la oración y la gracia.

Tenemos que orar así para que después la enfermedad no… Señor, líbrame de tal cosa, líbrame de lo otro. No. ore cuando usted está en salud para tener más salud. Ore por sus finanzas cuando las finanzas están bien para que el Señor siga bendiciéndolas. Échele vitaminas a esa tierra. No espere a orar solamente… No, ore para mantener al diablo a raya y para alejarlo y para rodear su tierra de muros fuertes en el Señor.

Ezequías es interesante esta historia porque dice que en aquellos tiempos, en el capítulo 20, dice: “En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte… Sabemos la historia, Ezequías era un rey piadoso, un hombre de Dios, salió de una familia malísima pero cuando entró en el reinado sirvió al Señor y Dios lo liberó en los capítulos 18 y 19 de ese libro Segundo de Reyes, Dios lo liberó de una terrible invasión. Un rey maligno asirio quería destruir a la nación hebrea y Ezequías era un hombre de oración y clamó a Dios, cuando él recibió una carta de parte del rey de Asiria, Senaquerib, diciéndole que venía a invadir y que se rindieran porque el Dios suyo no lo iba a liberar, lo que hizo Ezequías en aquel momento fue coger esa carta y la llevó al templo y se la tiró al Señor en el piso del templo y le clamó al Señor.

Y dice la palabra que Dios le dio una gran liberación y mató a 185000 soldados, dice, el ángel de la muerte. Porque la ofensa de este hombre Senaquerib fue tan grande, maldecir a Dios, tentar al Señor, hablar mal en una forma enfática del Dios de Israel y el Señor le dio a Ezequías una gran victoria. Pero vino la prueba.

Por eso dice, en aquellos días el Señor permitió que viniera una enfermedad a la vida de Ezequías y Ezequías se encontró en una terrible prueba donde Dios mismo manda a un profeta para que le de un dictado de muerte a Ezequías. El profeta Isaías va a donde está Ezequías en su lecho de muerte y le dice, prepara tus asuntos porque vas a morir y para que no hubiera duda, y no vas a vivir. En otras palabras, para que no te quede ninguna duda de lo que va a suceder.

Y entonces Ezequías, dice la Biblia, que se llenó de gran terror y de gran temor y volteó, dice, su rostro hacia la pared y clamó al Señor, clamó con un terrible dolor. Y es interesante, yo creo que Dios escogió este pasaje para señalar algo bien importante y es que no importa cuán definitiva parezca una condena en tu vida, no importa cuán irreversible parezca una situación, Dios puede cambiar tu destino. Tu puedes afectar el corazón de Dios, tu puedes hacer algo diferente. Y en este caso parecía irresoluble la situación, parecía que no había respuesta. Y el Señor sin embargo dio una palabra.

Mire lo que hizo Isaías, primero dice que Ezequías volteó la mirada hacia la pared y yo veo aquí algo muy importante y es el hecho de que cuando nosotros estamos en una situación de gran premura, de gran necesidad, nosotros tenemos que concentrarnos en una sola cosa, tenemos que pedirle al Señor que intervenga en nuestra vida y tenemos aislarnos de manera que nuestra oración quede clara ante el Señor.

Una de las cosas que yo hago siempre en mi tiempo de oración es buscar un lugar aparte, un lugar donde yo pueda poner mi cabeza contra algo, poner a un lado el celular y simplemente clamar a Dios. Nosotros necesitamos sacar tiempo aparte. Búsquese un espacio, búsquese un lugar donde usted pueda orar al Señor con toda soltura. Coja el celular, si usted puede apáguelo. Sabe que cuando yo estoy orando es cuando el celular más se antoja a sonar, cuando más me viene a la memoria la gente que tengo que llamar o las cosas que tengo que hacer, y es una lucha espiritual verdaderamente. Yo creo que parte es algo humano pero parte también es algo puramente espiritual. El diablo no quiere que usted ore. Y usted tiene que voltear su rostro hacia la pared en un sentido figurativo de la palabra. Usted tiene que pedirle al Señor directamente. Yo busco el tiempo temprano de la mañana porque es el único tiempo que puedo orar tranquilo. Hay que hacer sacrificios.

Ezequías volteó la mirada hacia la pared. Ezequías clamó al Señor amargamente y le habló al Señor con toda su amargura. Qué haría usted? Qué haría yo si nosotros recibiéramos un dictamen de muerte y enfermedad directamente de parte de Dios? porque una cosa es cuando no sabe lo que va a pasar, y usted no sabe si es de Dios, si es del diablo, si es una situación biológica simplemente una enfermedad, pero cuando Dios mismo envía a su profeta y le dice, prepara tus asuntos porque ciertamente vas a morir y no vas a vivir.

Yo creo que este paradigma que Dios nos presenta a través de este texto se nos dejó allí para mostrarnos en una forma gráfica y dramática que no importa cuán irreversible parezca una situación, cuán cerrados estén los muros de una situación, tu oración puede afectar el corazón de Dios, tu oración puede cambiar un destino. Y Ezequías decidió clamar al Señor, negociar con el Señor y Ezequías desarrolló su oración de esta manera. Le dijo, Señor, tu sabes que yo te he servido fielmente.

Y es una cosa bien importante hermanos, la oración no está desvinculada de los demás eventos y las demás prácticas de nuestra vida. Nosotros tenemos que fortalecer nuestra oración con una vida de santidad, con una vida de servicio al Señor, como decía el pastor Jonatán, con una vida de entrega al Señor y de búsqueda de Dios. Tenemos que tener compromiso con el Señor.

Por qué sintió Ezequías ese derecho y esa libertad para venir ante el trono de Dios? porque él había servido al Señor, él había roto con su familia, su tradición familiar, él había ido en contra de las tradiciones religiosas de Israel en ese tiempo. Él había decidido ser un hombre de Dios y cuando llegó el momento de la prueba Ezequías tenía todo ese cúmulo de autoridad espiritual y pudo decirle, Señor, fíjate, yo he hecho todo lo posible por servirte y por defender los intereses de tu reino.

Y yo creo que es importante, hermanos, no es que nuestras justicias nos hagan más merecedores de la gracia del Señor, pero yo que cuando nosotros somos fieles al Señor y lo honramos a él en contra de viento y marea, entonces podemos venir con autoridad delante de Dios y el Señor rompe las ataduras del enemigos y nos da la respuesta que nosotros necesitamos.

Yo creo que la iglesia de Cristo necesita más hombres y mujeres como Ezequías que vayan en contra de la marea, vayan en contra de las corrientes culturales y espirituales y que hagan la voluntad del Señor para que cuando venga el tiempo de la guerra puedan tener la autoridad que se requiere para hacerle frente al enemigo.

Entonces vemos aquí que Ezequías trata con Dios. No deje de argumentar con el Señor en una forma reverente, porque a Dios le gusta cuando nosotros le traemos nuestros argumentos a él. Ezequías le trajo al Señor los suyos. La mujer sirio fenicia cuando vino ante Jesucristo le dijo, Señor, mi hija está gravemente afectada por un demonio. El Señor le vino con un argumento para probarla y le dijo, no es lícito darle la comida de los hijos a los perrillos. Y entonces ella qué hizo? Le dio un argumento de la propia palabra del Señor en un sentido y le dijo, Señor, sí, es cierto, pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de una mesa. Y el Señor dijo, grande es tu fe, mujer, sea hecho conforme a tu fe. Y su hija fue sanada inmediatamente en ese momento.

Y para mí eso siempre ha sido un ejemplo de que en la oración nosotros tenemos que tomar tiempo para desarrollar nuestros argumentos delante del Señor. Tenemos que sacar tiempo para llenar nuestras oraciones con respaldo de parte del espíritu.

Por eso es que la oración tiene que estar unida también al estudio de la palabra de Dios, porque a través de la palabra usted tiene conocimiento de los argumentos judiciales que usted puede venir ante el Padre y decir, Señor, tu palabra dice tal y tal cosa. Tu has prometido en tu palabra, Señor, que tu vas a hacer esto, vas a hacer lo otro, tu has dicho, clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces, así que, Padre, yo vengo para pedirte sabiduría. Tu palabra dice, si tienes falta de sabiduría pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche y le será dada, así que Padre, yo vengo delante de ti, consejo para esta situación matrimonial, para esta situación familiar, para esta situación económica.

Señor, tu dices en tu palabra, pedid y se os dará, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá. Padre, yo estoy tocando ante tu puerta ahora mismo. Responde a mi clamor y contesta a mi oración. Tu palabra dice, Señor, que si nuestros pecados fueren rojos como la grana vendrán a ser blancos como blanca lana, así que yo te pido, purifícame y sáname, Señor, y perdona mis pecados y límpiame. Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu dentro de mí.

Qué bueno es cuando nosotros oramos y traemos nuestros argumentos delante del Señor. El Señor escucha nuestro clamor. Y qué bueno es que cuando como Ezequías nosotros clamamos a Dios con pasión en nuestro corazón, cuando nuestras oraciones no son mediocres y tibias y ausentes mentalmente hablando sino que han sido suscitadas y cultivadas a través de la repetición, a través del desvelo, a través del tocar continuamente la puerta del Señor hasta que él responde nuestra oración. Es como una bola de nieve que va creciendo, creciendo, haciéndose más concentrada, más adelgazada, más fuerte, más poderos y entonces cuando la disparamos finalmente es como un rayo láser que va directamente al corazón de Dios y suscita una respuesta de parte del Reino de Dios.

Ezequías clamó amargamente al Señor. Hermanos, clamemos a Dios apasionadamente, no seamos cristianos tibios. Por eso es que la oración es una de las cosas que nos ayuda a ser ardientes en el espíritu. Dios ama lo caliente. A Dios no le gusta lo tibio. Y a veces para calentar las cosas tenemos que cultivarlas en el espíritu hasta que se hagan una realidad en nuestra vida.

Y por eso yo creo que esa pasión…cuando Ezequías clama al Señor y llora amargamente, unido con su pasión y su fidelidad al Señor, Dios escuchó su oración. Y no había bien Isaías caminado un poco de trecho cuando es escuchó la voz de Dios y el profeta escuchó, ve y regresa a donde está Ezequías y dile primeramente que yo voy a proteger su ciudad. Ezequías no le pidió eso en su oración, pero Dios dijo, te voy a bendecir en más maneras de las que tu me has pedido, te voy a dar fortaleza y te voy a dar protección de tus enemigos. Voy a proteger tu ciudad, voy a proteger tu tierra. Y no solamente eso, sino que te voy a añadir 15 años de vida para que tu vayas a mi templo y me adores en el templo.

Hermanos, qué importante que nosotros en nuestra vida espiritual podamos recibir más de lo que nosotros le pedimos al Señor. La Biblia dice que Dios da abundantemente y sin reproche. A veces nosotros le oramos al Señor por una cosa y Dios nos da 10 veces más de lo que le pedimos a él. Cuando nosotros estamos en oración continuamente y practicamos y cultivamos la oración, no nos sorprendamos de que Dios esté continuamente bendiciéndonos en maneras que nosotros ni siquiera nos sospechamos. Hay veces que Dios me ha bendecido en maneras que yo digo, Señor, es así que tu obras?

Como le dijo David al Señor cuando Dios le prometió una descendencia sin fin que vendría a través de Jesucristo, del linaje de David, y David sorprendido de la misericordia de Dios le dijo, Señor, es así que tu obras con los hombres? Y a veces cuando tu vives una vida de oración y de búsqueda del Señor Dios te va a sorprender con mucho más de lo que tu le pediste.

A Ezequías lo sorprendió con años de vida, con prosperidad nacional, con protección de su nación, cuando él lo único que quería era quizás un poquito más de tiempo para vivir. Y yo creo que esas son las bendiciones del Señor para aquellos que claman a él, que buscan en oración, que no se dejan derrotar por lo apremiante de una situación.

Vamos a ser una iglesia de oración y de clamor, hermanos, yo les pido que en esta semana de ayuno y oración, quiero que los músicos pasen por acá. En esta semana de ayuno y oración usted aprenda lo que es experimentar la bendición de Dios en su vida, que usted aprenda lo que es arrebatar del cielo las bendiciones para usted, para su familia, para su hogar, para nuestra comunidad, para nuestra iglesia.

Vamos a pedirle al Señor que esta semana sea una semana donde nos marque como congregación por el resto del año, por el resto de nuestra historia. Que como Ezequías nosotros podamos también experimentar nuestros propios milagros delante de Dios y ver al Señor abrir las ventanas de los cielos y derramar bendición hasta que sobre abunde en nuestras vidas. Amén.

Pongámonos de pie, hermanos, vamos a clamar a Dios en esta tarde, vamos a decirle al Señor, Señor, queremos más de ti. Salga de aquí con una determinación en su espíritu de ser un hombre y una mujer de oración, de aprender lo que es orar delante de Dios. Yo les animo, les insto, en el nombre del Señor a esta semana venir a nuestras reuniones, venir a nuestros servicios, sacar tiempo en su casa para buscar el rostro del Señor. Vamos a marcar la historia de esta congregación.

Anoche el Señor mientras yo estaba meditando en el servicio de este día me tropecé por alguna razón en la página de la iglesia con 2 cosas que me recordaron que nosotros teníamos que volver a los fundamentos de esta iglesia y que teníamos que volver a buscar la unción que muchas veces ha marcado a esta congregación porque yo creo que estamos en un tiempo como de cambio, como yo dije en el servicio del 31 de diciembre en la noche, yo siento que hay una inercia que tememos que romper y que Dios quiere.

Estos 2 videos, el primero lo había visto hacía años y el segundo nunca lo había visto en realidad, era un video como de 4 ó 5 minutos de un tiempo de adoración que tuvimos en el año 2011 en el santuario original. Estaba dirigiendo la hermana Laura de hecho, y era un tiempo de gran exaltación en la adoración y no recuerdo ahora mismo cuál era el coro que estábamos cantando pero se detuvo en ese coro por mucho tiempo y había una exaltación en el aire preciosa en ese momento de adoración. Y yo podía ver a la gente abrazándose y mirándose como con sonrisas de gozo de lo que Dios estaba haciendo en el servicio en ese momento.

Se palpaba la energía espiritual que había en el servicio en ese momento. Y era como si el Señor me decía, Roberto, esa es la meta, que nuestra iglesia sea una iglesia de ese tipo de unción en la adoración, en la búsqueda del rostro del Señor, que haya ese espíritu de exaltación y de entrega al Señor. Y Dios me redarguyó de que nosotros tenemos que hacer todo lo posible porque nuestros servicios tengan siempre en todo lo posible ese sentido de compromiso y de entrega al Señor y que Dios quiere un avivamiento entre nosotros, hermanos, que tenemos que buscar ese avivamiento, tenemos que pelear por él, tenemos que guerrear para que ese avivamiento se de y eso se va a dar a través de estos ejercicios espirituales.

El otro video era de la inauguración de este santuario, que se hizo un video de la trayectoria de la construcción y el trasfondo del coro que se escogió fue Grandes cosas Dios hará en esta ciudad. Y yo veía cómo el edificio se iba levantando a través del video que se hizo. Un día lo vamos a enseñar. Yo le decía a Meche, tenemos que volver a mostrar ese video, porque se nos olvida muchas veces el milagro que Dios hizo y cómo se iba armando el esqueleto de este edificio y armándose de los diferentes aspectos del mismo hasta que tuvimos uno de los servicios iniciales de inauguración de nuestro santuario y el gozo que había entre la gente y la adoración.

Y esos dos videos que están en YouTube y en la página de la iglesia, me recordaron que periódicamente los hijos de Dios tienen que volver a los fundamentos. Avivamiento es algo que se tiene que dar continuamente en la vida de una iglesia. Hay que volver a enamorarse del Señor periódicamente porque es fácil sumirse en la rutina, es fácil sumirse en ser iglesia y venimos los domingos y hacemos lo que tenemos que hacer y nos vamos a nuestra casa y ya hasta el próximo domingo…

Dios quiere enamoramiento. Dios quiere pasión, Dios quiere entrega. Dios quiere fuego espiritual en su pueblo y hay que de vez en cuando volver a llenar las baterías del espíritu y volver a consagrarnos al Señor y volver a visitar los lugares antiguos. Hay que volver a Betel donde el Señor se nos reveló una vez. Hay que volver a esos lugares de los fundamentos antiguos.

Una iglesia tiene que estar en perpetuo avivamiento, hermanos, porque el avivamiento se pierde en un momento. Gracias al Señor nuestra iglesia siempre ha podido discernir cuando llegan esos momentos de necesidad y este es un momento ahora mismo que yo les digo, mis instintos pastorales me dicen que nosotros necesitamos, estamos en guerra espiritual y estamos en necesidad de una visitación del Espíritu Santo.

Y yo quiero que usted se comprometa conmigo y que paguemos el precio. Como decía el pastor Jonatán, hay que pagar el precio. Eso quiere decir que vamos a tener que clamar más durante nuestros servicios. Tenemos que buscar el rostro del Señor en oración. Que Dios permita que así sea, mis hermanos. Levante su mano ahora al Señor y clame a Dios.

En el espíritu de Ezequías y en el espíritu de la oración al Señor y el clamor a Dios nosotros pedimos, Padre, visítanos y sumérgenos en tus aguas, Señor. Sumérgenos en tus aguas. Sumérgenos en tu espíritu, Señor, queremos que tu gloria llene esta congregación, Padre, queremos ser un instrumento en tus manos para bendición de esta ciudad y aún de esta nación, Padre. Pero será porque tu espíritu descienda sobre nosotros y nos visite y nos llene. Así que Espíritu Santo sírvete de nosotros, Señor, y gracias por el privilegio de servirte a ti a quien damos toda la gloria y toda la honra en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice amén. Les bendigo mis hermanos.