Vivir una vida con propósito

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Vamos a estar leyendo algunos versículos de la palabra del Señor y quiero comenzar con Colosenses, capítulo 1, versículo 16 que dice así: “…Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos, las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades, todo – diga conmigo todo – fue creado por medio de él y para él.” Aleluya!

Yo quiero hablar sobre vivir una vida con propósito, bajo un propósito divino. Hermanos, la Biblia nos enseña que para entender cuál es el propósito de Dios para nuestra vida, para una vida feliz, primero tengo que saber qué propósito tiene Dios para mi vida o qué propósito tengo yo mismo para mi vida, para mi existencia, o qué cosa quiero hacer con mi vida. Tal vez esto nos ayude a contestar preguntas personales como qué hago aquí, para qué vine a este mundo, qué hago en esta tierra. O preguntas como hasta hoy yo tengo 30 años de edad, 40 años, 20 años, 25, 60 años y hasta hoy no he encontrado el propósito de mi vida. Para qué estoy aquí, qué hago aquí.

En primer lugar la Biblia nos dice que todo comienza con Dios, todo comienza en él. La vida es para él. Todo hace sentido en Dios o sea, todo pierde el sentido si Dios no está. Esa palabra de Colosenses 1:16 dice que porque en él fueron creadas todas las cosas. Mis queridos, todo comienza y por tanto la vida no se trata de mí, no se trata de lo que yo pienso, lo que yo quiero, cuáles son mis planes personales o mis perspectivas o mis sueños personales. Fue Dios quien planeó crearme, fue Dios quien tuvo esa idea maravillosa de hacerme.

Y dice la Biblia que Dios planeó esto cuando nada existía. Logras pensar en la magnitud de esta palabra? Cuando nada existía Dios pensó en ti. Tu no viniste a la tierra por una acaso, no es un acaso del destino, no caíste aquí de una estrella o una nave espacial te tiró a la tierra. Eso no aconteció. Tu estás aquí bajo un propósito divino. Él nos diseñó con las características mínimas necesarias para salir adelante, para prosperarnos como personas, para prosperarnos como sus hijos. Desde que nacimos, desde que salimos del vientre de nuestra madre ya vinimos formateados, si se puede decir, para cumplir nuestro propósito. O sea, diga a la persona que está al lado suyo ‘tu eres diferente,’ ahora diga a ella, ‘pero tu eres el único o única,’ ¿verdad?

Déjenme decirles cuando Dios te formó, cuando Dios te hizo, ¿sabe qué hizo Dios con la forma? Tiró a la basura. El molde que Dios usó para crearte, él lo tiró, porque tu eres único, tu eres una persona especial para Dios. Y mis hermanos, el objetivo del universo entero es mostrar la gloria de Dios, la gloria de Dios es él porque de su existencia todo incluye su persona. Dios hizo todo para su gloria y sin la gloria de Dios no existiría nada. Y usted me preguntaría, ¿pero qué es la gloria de Dios?

La gloria de Dios es Dios en su esencia. Es la esencia de su naturaleza, de su importancia, el brillo de su esplendor, la demostración de su poder, la atmosfera de su presencia. La gloria de Dios es la expresión de su bondad en todas las demás calidades intrínsecas y eternas de su carácter y en su persona. Ahora mire a su alrededor, ¿qué ves? Mucha gente. Yo veo cabezas, yo veo personas, yo veo brillo, yo veo sonrisas, yo veo dientes, yo veo la gloria de Dios en cada vida, cada ser expresa esta gloria, esta magnitud de un Dios todopoderoso.

¿Dónde está esta gloria? Todo lo que Dios creó refleja de una u otra manera su gloria. Yo puedo ver, mis hermanos, en todas las partes de todas las formas, de todos los colores, yo veo la gloria en su creación. Yo veo en las formas más microscópicas, más diminutas hasta la existencia de la Vía Láctea, desde los atardeceres, las estaciones, las tormentas, en todo yo puedo ver la gloria de Dios y la variedad de su belleza expresado en un Dios sabio, organizado y un Dios creativo. Y la Biblia dice que los cielos también cuentan la gloria de Dios.

Y déjenme decirles, ustedes saben cuántos espermatozoides son necesarios, cuántos compiten? Son millones tras millones, tras millones para que se fecunde en el óvulo de la madre. Hasta aquí estamos de acuerdo ¿verdad? Son millones, millones y millones. Ahora dime, de esos millones que compiten, ¿cuántos llegan? Uno. Y esta es la única competencia que no hay segundo lugar, solo hay primero lugar. Y sabe que ese uno fue el más rápido, el más inteligente, el ganador.

Pero déjame decirte, tu ya naciste un ganador, ya naciste un vencedor. No llegaste a este mundo como un derrotado. Llegaste aquí como un ganador. Yo gané la batalla, yo salí. Cada vez que paso aquí, yo siento un agua aquí. Yo pensé que es la unción pero está goteando.

Salmos 139, me encanta este Salmo de David. En el versículo 15 David dice:

“…Me conoces por dentro y por fuera, tu conoces cada hueso de mi cuerpo, sabes cómo fui hecho parte por parte cómo fui esculpido…”

Guau! hoy por la mañana cuando estaba orando sobre este sermón en la casa yo pensé debería llevar a la iglesia un espejo y ponerte delante ¿verdad? Después pensé, no, la gente va a decir, “El pastor está loco.” Traer un espejo y pedir que cada persona llegara aquí y se mirara y ¿qué ves? ¿Qué ves cuando te miras en un espejo?

Esta semana tuve oportunidad de hablar con una señora que me dijo, “Ay, pastor, voy a hacer unas cirugías y estaba preocupada pensando que una cirugía muy seria,” y ella comenzó a decir que quería cambiar unos 10 ítems en su vida, quiero quitar de aquí y poner ahí. Y yo le dije, “Está bien que lo haga pero déjame decirle que Dios cuando te formó él tuvo un plan, él tuvo un sueño, él tuvo un propósito.”

Mis hermanos, lo más difícil no es entender quién somos, lo difícil es entender el propósito para el cual Dios nos llamó a esta tierra y nos trajo a este mundo. Hay un propósito. Quién soy yo en el mundo? Para qué nací? Por qué estoy aquí? o para qué estoy aquí? son preguntas que hacemos inmediatamente después de preguntarnos quién somos. Cuál es el propósito de Dios para mi vida? Y ese propósito tenemos que entenderlo porque muchas veces nosotros pensamos que el mundo gira alrededor de nosotros. A veces pensamos que el mundo gira para satisfacer nuestras expectativas, nuestros deseos.

Y déjenme decirles que Dios nos ama y quiere formar una amistad íntima con nosotros, a punto de entender su propósito en la eternidad. Entiende que tu eres un siervo del Señor y él quiere usarte para su gran plan en esta tierra. Dios tiene un plan contigo. Dios tiene un propósito en tu vida. Y él está esperando el momento en que tu te levantes para el cumplimiento del propósito que ya está establecido antes que tu naciste. Dios ya tenía un propósito para tu vida.

Fuimos creados para este plan. Fuimos creados para adorarlo, para amarle. Como se conoce la expresión de agradar a Dios? Se conoce a través de adoración, cuando lo adoramos. La adoración es la expresión de nuestra gratitud al Señor. La adoración es la expresión de nuestro reconocimiento de la persona y su carácter. La adoración no es parte apenas de tu vida, la adoración debe ser la esencia de tu vida porque en eso reconocemos quién Dios es. No pare de adorarlo. Yo creo que Dios sonríe cuando lo adoramos, que Dios sonríe cuando confiamos en él completamente, plenamente, cuando lo obedecemos de todo nuestro corazón. Dios sonríe cuando lo alabamos y manifestamos nuestra gratitud. Dios sonríe cuando usamos nuestras habilidades naturales, porque todo, todo que está en ti tiene un propósito definido. Sin propósito tu vida, mi vida, no tendría significado.

Mateo capítulo 16, versículo 13 al 16, dice la palabra del Señor:

“…Viniendo Jesús de Cesarea, de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo, “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” ellos dijeron, unos Juan el Bautista, otros, Elías, y otros Jeremías, y alguno de los profetas él les dijo, “¿Y vosotros quién dicen que yo soy?” respondiendo Simón Pedro dijo, “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.”

Yo estoy leyendo este pasaje para recordarte de que Dios está interesado en que tu sepas quién es él. No es que dice el mundo, no es que dice la televisión, no es que dicen los libros de literatura, no es que dicen los libros de historia, qué piensas tu sobre Dios, qué representa Dios en tu vida. Y si hoy mismo tu tienes la capacidad de decir, “Señor, tu eres el Cristo, tu eres mi Señor, tu eres mi Dios, tu me formaste, tu eres el centro de mi vida y de mi existencia.”

Solo así, mis hermanos, seremos capaces de entender el rol que Dios tiene para mí en este mundo. Para qué estoy aquí? romanos capítulo 8, comenzando en el versículo 28 dice así la palabra del Señor:

“…Y sabemos que a los que ama Dios, todas las cosas les ayuda bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados, porque a los que han desconocidos también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que sea el primogénito entre muchos hermanos y a los que predestinó a esos también llamó, y a los que llamó a esos también justificó, y a los que justificó a esos también glorificó. Qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, quien será contra nosotros.”

Mis hermanos, la palabra no dice que Dios hace que todo suceda como yo quiero. Obviamente no es cierto, tampoco dice Dios hace que todo suceda para tener un final feliz. Tampoco dice esto. Porque no todos los finales son felices, porque la razón de nuestra vida no es la felicidad, la búsqueda final de nuestra existencia no es la felicidad. La búsqueda final de nuestra existencia es agradar a Dios y encontrarnos con él. Esta es la búsqueda final de la existencia, no es la felicidad. Y confundimos esta palabra. Pensamos que tenemos que ser felices. Ah, yo no estoy feliz. Ah, yo quiero ser feliz. Dios tiene algo mucho más allá que la felicidad. Vivimos en un mundo caído, hermanos, solo en el cielo todo será como Dios quiere, solo en el cielo es que tendremos la verdadera felicidad. Aleluya!

Dice la palabra que hemos sido conformados de acuerdo con su propósito. La palabra conformar es dar forma a algo. Dice también que nos predestinó, o sea, trazó una línea anticipada. Dice también que nos conformó a la imagen de su Hijo, nos llamó, nos justificó y si él hizo todo eso nadie, nadie, ni nada nos podrá detener del plan y del propósito eterno de Dios para nuestra vida.

Y déjame decirles no hay infierno, no hay diablo, no hay sufrimiento, no hay hambre, no hay desnudez, no hay peligro, no hay espada, no hay nada en este mundo que deshará el plan que Dios tiene para tu vida. Dios tiene un plan y será cumplido en tu vida. Cuál es el propósito? Es la intención original, o sea la finalidad por la cual algo fue creado, ese es un propósito. Es la razón de la existencia, es la fuente de entusiasmo y la matriz de la perseverancia porque yo no veo hoy, pero mañana Dios va a hacer algo. Yo no veo hoy todo estabilizado en mi vida, yo no veo hoy, pastor, todo acontecer en mi vida, pero si Dios tiene un plan él va a cumplir en tu vida. Es el denominador común que concede a cada criatura un elemento distintivo, es la llave para la vida. Esto es tener un propósito.

Y déjame decirles, hay dos tipos de personas, las que tienen un propósito y conocen el propósito y aquellas que no conocen y no tienen un propósito para su vida. Y yo estoy hablando hoy tal vez para las dos clases de personas, las que tienen un propósito y las que no conocen todavía el propósito de Dios para sus vidas.

Deuteronomio capítulo 6, versículo 23, dice: “…Nos sacó de allá para traernos y darnos tierra que juró a nuestros padres.” O sea, esperando en el Señor para todos, porque todos tienen que reconocer que Dios tiene un tiempo para que establezca su propósito. Es interesante pensar en el pueblo de Israel que estuvo 400 años en un cautiverio antes de ver el cumplimiento del propósito de Dios. Tenemos que también reconocer que Dios tiene un tiempo perfecto para que mi persona, para que mi ego sea reformado y sea puesto en el lugar correcto para que Dios cumpla su voluntad porque a veces hermanos, demora, tarda años para que yo reconozca de que no se trata de mí, se trata de Dios.

Y cuando yo reconozco que se trata de Dios yo cambio mi perspectiva, yo cambio la manera como miro las personas, yo cambio la manera como trato a mi hermano, yo cambio la manera de adorarlo, yo lo adoro porque yo empiezo reconocer que él es el único digno de honra y gloria y que todo lo que hiciste en esta tierra fue creado para honra y para gloria de su nombre. Entonces todo es por él y todo es para él. Mi vida cambia. Tenemos que reconocer que Dios tiene un tiempo perfecto para otorgarle a usted la victoria y para que se cumpla completamente su propósito contigo.

Y una vez que reconoces que Dios tiene un propósito en tu vida, que tu yo, tu voluntad ha muerto para el Señor. No se trata más de ti, no se trata más de tus deseos, debes entonces a proceder a realizar todo cuanto Dios te ordena en la palabra. ¿Por qué digo esto? Porque muchos no estamos haciendo la voluntad de Dios porque no entendemos el propósito de Dios y el llamamiento de Dios para nuestra vida.

Y yo escribí aquí algunas cosas que podrían responder, qué sería un propósito de Dios para mi vida? Primero, el propósito de Dios para nosotros es el crecimiento espiritual. Dios quiere que salgamos, hermanos, de una vida básica, Dios quiere que salgamos del estancamiento espiritual. Dios quiere que tu y yo crezcamos espiritualmente, a cada día busquemos su palabra, leamos más la Biblia, oremos más. Dios quiere que vivamos una vida de acuerdo con la madurez espiritual.

Efesios, capítulo 4, versículo 5 dice, “Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo. Crezcamos en Cristo.”

En segundo lugar, el propósito de Dios para nosotros es que alcancemos también a otros. No te quedes con todo eso, comparta con otros tu bendición. Déjame preguntar cuántas personas en tu trabajo, en tu vecindario, en tu amistad saben que tu eres un cristiano. ¿Cuántos saben? ¿Cuántos saben que tu vas a una iglesia y que tu congregas, que tu alabas al Señor, que tu vienes aquí el domingo y bailas? Y lunes es un diablito por allá.

Efesios, capítulo 4, versículo 12, dice así, “para la perfección de los santos, para la obra del ministerio y para edificación del cuerpo de Cristo Jesús.” Dios quiere que comparta su propósito y que alcancemos también a otros.

Tercero, el propósito de Dios para nosotros es que tengamos definida nuestra identidad en Cristo Jesús, bien definida. Yo fui al médico hace algunos meses, muchos de ustedes saben que yo hice algunas cirugías en la cara, en la boca, tenía problemas de piel y de hueso y tuve que sacar hueso de la cintura, de la cadera y meter hueso aquí. fue un lío que muchos saben. Y la primera cirugía demoró 13 horas para implantar toda esta boca que ustedes ven aquí, para comer sancocho, comer carne porque sancocho comí todos los días de mi vida.

Pero déjenme decirles, cuando yo conocí al cirujano la primera vez me miró y dijo, “I’m going todo change your life.” Yo le dije, “No, you’re not.” Tu no vas a cambiar mi vida, porque mi vida fue cambiada hace mucho tiempo atrás. Él me dijo, “I like you.” Él me dijo, “Bueno, pero hay algo que voy a hacer entonces, yo no voy a cambiar tu vida, voy a hacer algo, yo voy a poner tu confianza up to the roof, voy a poner tu confianza en el techo.” Mi esposa lo miró y dijo, “No, you’re not.” Yo le dije, “Doctor, mire aquí, venga acá, yo tengo programas de dientes, de boca, de hueso, no tengo problema de saber quién yo soy.”

Quién yo soy, la persona que Dios estableció en mi vida ya fue creada antes que yo naciera. Dios preparó todo antes de mi nacimiento y estaba escrito en su libro los días de mi vida. En el libro de Dios estaba escrito que un día en esa fecha yo estaría aquí en este lugar hablando a ustedes la palabra.

Dios tiene un propósito. El propósito de Dios para nosotros también, hermanos, en cuarto lugar, es que ganemos la batalla contra el diablo. El diablo te está mintiendo todos los días en tus orejas, con mentiras. Un hermano me dijo la semana pasada, “Pastor, el diablo me mintió.” Y yo le dije, “¿Por qué escuchas? No le des oídos, no le escuches. Si el diablo te mintió es porque conoces la voz del diablo.” Auch!

Identifique las voces y rechace la voz del diablo, rechace la mentira del diablo con relación a tu persona, a tu vida, a tu futuro, a tu familia, en el en el nombre de Jesús. Las tinieblas van a intentar impedir el plan de Dios pero déjame decirte, hay una revelación de Dios, hay un diseño celestial que fue establecido antes de que tu naciste y con base en ese diseño que tu tienes que caminar día tras día.

Santiago, capítulo 4, versículo 7 y 8 dice, “Someteos pues a Dios, resistir el diablo y ¿qué va a hacer él? El huirá de vosotros.” La única manera que hará el diablo huir es cuando sometemos al Señor. El versículo 8 dice así, “Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos, Dios quiere hacer algo, limpia tus manos y vosotros los de doble ánimo, vosotros de personalidad dupla, vosotros que sufren la enfermedad de un día amanece creyente, otro día amanece alejado de Dios, vosotros que tienen un pie en el mundo y un pie en el Reino de Dios, vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”

Ay, yo tengo un problema pastor, a mi no me gusta que me hablen por la mañana, después de las 9 me hablen. Dios quiere cumplir su propósito completo en tu vida pero no dé oídos al diablo. No escuche sus ideas.

Salmo 139, de 13 a 16, “…porque tu formaste mis entrañas, tu me hiciste en el vientre de mi madre, te alabaré porque formidables, maravillosas son tus obras.”

Me imagino que David escribió ese salmo frente a un espejo. Yo te alabo, Señor, porque mira son formidables. A veces digo al Señor, mira qué morenazo! Obra tuya para ella. Gloria a Dios.

Y David dice, “Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.” Cuando yo miro dentro de mi, cuando yo miro mi vida, mi alma sabe quién soy en Dios. No hay médico que me diga que tengo que cambiar, quitar de aquí, poner allá, porque mi alma sabe que cuando Dios me hizo me hizo con un propósito divino, perfecto y maravilloso. Y cuando Dios hizo él dijo, está muy bien, te ves muy bien. Déjame decir, tu eres lindo, tu eres linda.

Diga usted misma ahora, yo soy lindo, soy linda. Dígale, me amo, no hay nadie como yo. Beso así. Dice la palabra que nosotros somos el aroma de Dios, o sea, Dios cuando nos mira él hace guau! el aroma perfecto [inaudible], el aroma perfecto de Dios y David sigue diciendo:

“No fue encubierto en ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado y entretejido lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos.”

Tu sabes la profundidad de lo que significa eso? David está diciendo, mi embrión divino, tuvimos una relación de amistad cuando yo aún estaba en el vientre de mi madre. Tu ya me amabas, ya me querías, ya me hablabas de tus sueños, de tus planes. Aleluya!

¿Cómo cooperar con Dios, hermanos? Yo estoy intentando aquí aterrizar, ya se dieron cuenta, no? ¿Cómo cooperar con Dios en ese propósito? Tenemos que cooperar con el Señor. ¿Cuál es lo primordial de mi vida? ¿Cuál es la tarea principal de mi vida? Dios Padre dio su hijo único, unigénito en semejanza de hombre para mostrarnos de manera más clara su propósito y él vivió en la tierra sobre la base de estas respuestas. Qué tengo, quién soy, para qué vine, qué hago aquí, qué voy a hacer? La vida de Dios, la vida de Jesús tuvo estas respuestas completas en su existencia.

Y eso nos dice que toda la vida sea bueno, sea malo en nuestra existencia tiene la mano de Dios. Mucho de lo que nos pase a nosotros en el mundo también, aunque sea malo, pero Dios realiza siempre su propósito y permite un final según su voluntad.

Estaba pensando en la vida de Rahab, Ruth, Betsabé, de Tamar que sedujo a su suegro para quedar embarazada. Rahab era una prostituta, Ruth ni siquiera era judía y quebrantó la ley casándose con hombre judío. Betsabé cometió adulterio con David que resultó en ser asesinado su marido. Esas mujeres no se destacaron precisamente por su buena reputación de vida. Esas mujeres no se destacaron porque eran mujeres que todos nosotros aquí queremos esperar en su vida o vemos en ella un espejo, algo que queremos imitar.

Pero Dios produjo de lo que era malo el bueno. Y dice la palabra que Jesús vino exactamente de ese linaje. El propósito de Dios está por encima de nuestros problemas, nuestro dolor, incluso de nuestros pecados. El propósito de Dios está encima de todo. Él es el único, él es el primero. Él es el principio. Dice la Biblia también que él es el fin, él es el encargado de la creación, él es gerente de todo, él es creador de todo, él es el arquitecto del universo, el director de todos los tiempos. Él es el que siempre fue, siempre lo es y siempre será. Él es un Dios que en él no hay cambio, no hay suma de variaciones. Él es un Dios invencible y nunca ha cambiado en toda la historia. Él fue molido pero trajo cura, él fue traspasado pero alivió el dolor, fue perseguido pero trajo libertad. Él estuvo muerto y revivió y resucitó para traer a ti y a mí vida y paz.

El mundo no lo pudo detener. Los ejércitos no lo pudieron derrotar. Las escuelas no lo pudieron explicar. Los reyes y gobernantes no lo pudieron ignorar. Herodes no lo pudo matar. Nero no lo pudo aplastar. La nueva era no puede reemplazarlo y ningún hombre sobre la tierra lo ha podido explicar.

Recuerda que él es la luz, él es amor, él es la longevidad, él es el Señor, es la bondad, es la fidelidad, él es Dios. Recuerda él es santo, él es justo, él es puro. Sus caminos son correctos, su palabra es eterna, él no cambia y su voluntad y su mente está en nosotros y él cumplirá su voluntad.

Déjenme decirles él es nuestro salvador, nuestro guía, nuestra paz, nuestra alegría, nuestra comodidad, nuestro Señor. Él gobierna nuestras vidas. Él es mi gobernante. Él es mi Señor y yo lo sirvo por su bondad y por su amor. Yo lo sirvo porque en su carácter es perfecto y yo lo sigo porque su carga es ligera y su yugo es suave. Yo lo sirvo porque él tiene una meta para mi vida y aún no ha completado la tarea de tornearme a la imagen de su Hijo. Un día seré como Jesús en la eternidad.

Mi Jesús es la sabiduría de los sabios, mi Jesús es el poder de los poderosos, el anciano de días, el gobernante de los gobernantes, el líder de todos los líderes, el Señor de esa nación. Mi Señor, él nunca me abandona. Él nunca te abandonará. Él nunca te dejará. Mi Jesús, él nunca te va a engañar, él no te olvidará y nunca borrará tu nombre de su libro eterno. Él te tiene en mente todos los días, todos los momentos él piensa en ti. Este es mi Señor.

Y déjame decirle si cayeres él te levantará y él pondrá tus pies firmes sobre una roca y si vuelves a pecar él te perdona. Sabe por qué? Porque cuando eres débil, él es fuerte, cuando estás perdido él es el camino, cuando tienes miedo él es tu protector valiente. Y cuando te tropiezas te estabiliza y si estás herido él te va a sanar, él te va a curar. Cuando estas quebrado, roto, amargado, él te arregla, él te pone completo. Cuando estás ciego él te da la dirección, es tu conductor. Si estás hambriento él es tu alimento. Y si enfrentas los juicios de la tierra él estará contigo, cuando eres perseguido él te protege. Cuando me encuentro con problemas él viene a consolarme. Cuando enfrento las pérdidas, él es mi proveedor.

Y cuando nos enfrentamos con la muerte él nos lleva a su encuentro para vivir eternamente con él. Él es todo, él es mi dueño, es el dueño del mundo, él está en todas partes, en todos los momentos, en todo lugar, él está aquí, él es Dios.

Él es el Señor. Y no hay nada que tu hagas en este día de hoy para cambiar esa realidad. Déjame decirte, no hay nada que tu puedas hacer para que Dios te ame más y no hay nada que tu puedas hacer para que Dios te ame menos. Él te ama en la medida de tu necesidad de ser amado y de ser amada. Él es tu Dios. Él es el centro de todas las cosas. Si él es el centro de tu vida, póngase de pie y dígale al Señor, tu eres el centro de mi vida.