Derramaré de Mi Espíritu . . . y profetizarán

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Hechos capitulo 2, comenzando con el versículo 14, del 14 al 18: "Entonces Pedro poniéndose en pie con los once alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos y todos los que habitáis en Israel, esto os sea notorio y oíd mis palabras, porque estos no están ebrios como vosotros suponéis, porque es la hora tercera del día" las 9 de la mañana, "mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos, y vuestras hijas, profetizarán" profetizarán, "vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños" y sobre mis siervos, y sobre mis siervas, en aquéllos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán. Dios bendiga Su santa Palabra.

Hay dos maneras de leer este texto se me ocurre, dos maneras. Esto es prácticamente una encuesta que cubrirá el 100% de los que estamos aquí. O respondemos de una manera o respondemos a este texto de otra manera.

Una manera de responder a este texto es esto: esto es una linda historia Pastor, muy lindo, y yo no dudo que Dios puede hacer esto o en el pasado ha hecho esto con otros pero ¿será que Dios seguirá haciendo estas cosas? ¿todavía está Dios en el negocio de estas cosas? porque por lo menos conmigo no lo ha hecho. O sea lo estás afirmando y tal vez estás de acuerdo que es una buena idea y que tal vez estás de acuerdo en que Dios obraba de esta manera, pero no se registra en tu propia experiencia. No es algo que es real para usted.

Y la otra manera de leer este texto es así: Pastor, esto parece cabal con lo que el Espíritu Santo está haciendo en mí, el Espíritu Santo está haciendo esto en mí. Quizá nunca he predicado un sermón o he visto a miles responder a un llamado pero sé lo que es tener al Espíritu Santo habitándome, eso sí lo sé, el Espíritu Santo obrando en mí y poder lograr cosas bajo el Poder del Espíritu Santo que jamás pudiera haber hecho con tan solo mi propia astucia o capacidad, o energía. O sea, Pastor: yo sé lo que es tener a Dios dentro de mi ser, sé que es Él y yo he visto al Señor hacer cosas a través de mí que yo sé que no sería capaz de hacer solo.

Oigo amenes, amen, algunos que están respondiendo a esta encuesta. Por cierto, tratando de explicar esta experiencia a aquéllos que no lo han vivido en su propia vida es algo así: por cierto, soy yo, no es que yo deje de ser yo. Es mi mente, mis manos, mi energía, pero también yo sé que es Dios, el Espíritu Santo obrando a través de mí. O sea sí soy yo pero a la vez es Él, ¿me siguen?

Estos hermanos testifican de esta manera y es una indicación de esta obra de Dios obrando en ellos, son los hermanos que tú oyes testificando: Pastor, Dios en ese momento me reveló, Dios en ese momento me iluminó, Dios en ese momento me dió las palabras adecuadas, Dios en ese momento me usó. Yo mismo me quedé sorprendido Pastor.

Interesante esta idea de Dios obrando en nosotros. Es como si estuviéramos hablando de la encarnación, el hecho de que Jesús fue 100% hombre y 100% Dios, no que seamos Dios, aclaremos aquí, o aún dioses, pero la Palabra promete que el mismo Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo que levantó a Cristo de entre los muertos opera en nosotros.

Durante Su Ministerio en la Tierra Jesús, caminando con un chaleco de carne, ministraba a través de la unción del Espíritu Santo dentro de Él y de esa misma manera el Espíritu de Dios ministra a través de nosotros, y si esto es así, usted que está oyendo esto y dice: Pastor yo como que entiendo a Pedro y yo entiendo lo que él tal vez sentiría en ese momento, sentir que es él pero a la vez es otro obrando a través de él y haciendo grandes cosas a través de él inesperadamente, y si es así podemos identificar al Poder transformador obrando en este momento en Pedro.

Muchos de nosotros, tal vez ustedes que han dicho amén y han dicho: sí Pastor yo tengo idea de lo que usted está hablando, tal vez es la primera vez que eso se te ocurre, siempre me imagino a los hermanos aquí que son pioneros, los primeros tal vez en su casa o en su familia que conocen al Señor y regresan a sus casas, y tal vez eres el único, por el momento, por ahora que sirve al Señor o conoce al Señor y el primer momento en que tienes este encuentro con el Espíritu Santo ¿cómo llegas a la casa, transformado? otros dirían transtornado, con una sonrisa imborrable.

El enemigo es muy capaz de minar el espacio a nuestro alrededor con cosas que él sabe que nos fastidian ¿verdad? nos molestan. Esa noche tal vez usted llega ¡boom! explota una mina tras otra, tras otra pero usted se queda fresquecito. Las cosas que tal vez para usted eran de vida o muerte ahora ni siquiera les hace caso, y la gente te pregunta: ¿somos qué? ¿qué te entró? ¿qué te pasó? aquí dirían: o tal vez preguntarían como preguntaron acerca de Pedro y los once: ¿no estarán ebrios? pero ahora no lo dicen tan fino ¿verdad? no estarán... ¿qué tú estás tomando chico? ¿de qué party viniste tú? ¿qué te entró? hasta el sol de hoy.

Lo único es que ahora las nueve de la mañana no indica nada, Pedro nunca vivió en Roxbury (risas) pero diría lo mismo. Pedro y nosotros diríamos: no es qué me entró sino quién entró porque es como si Pedro fuera otro hombre. Siempre me imagino en esta escena a Pedro al levantar la voz y predicar con tanta unción en el Nombre de Jesús, entre esa multitud, una doncella, una jovencita que se fija en él y pregunta: ¿pero este no es el mismo que hace un mes y medio atrás negó que aún conocía a Jesús? ¿este quién será?

Otro hombre. No es que es otro hombre y este es mi punto al que me está llevando el Señor. No es que sea otro hombre, es Pedro, el mismo Pedro, pero en realidad es que había un hombre escondido dentro de él, encerrado dentro de él esperando salir a la luz, había un hombre encerrado en él que requería que el Poder del Espíritu saliera a la luz.

Tal vez usted está aquí porque como Pedro usted entiende esto demasiado bien, por eso estás aquí. Para algunos es como si viviéramos presos, a ver si me explico, es como si viviéramos presos dentro de nuestra propia vida, quienes vienen con este peso creo que lo pueden explicar mejor que yo. Dentro de tu propia mente, preso, tu propio corazón, caminas como un sonámbulo a través de tu vida. Usted ve sus decisiones, oye sus propias palabras, escucha sus pensamientos y pregunta: pero ¿qué hago yo, por qué hice eso? ¿por qué me comporto de esta manera? ¿por qué será que soy así?

Interesante esa guerra dentro de nosotros. Y oyes una voz, te oyes tú mismo diciendo, a veces cuando se te pasa la racha, tú oyes tu propia alma diciéndote: yo soy digno de más que esto. No nací para ser un alcohólico, no nací para ser un drogadicto, no nací para ser ninguna de esas cosas. Tal vez tienes tu título, tu trabajo, tu profesión, tu negocio pero aún así tenemos que admitir que nos sentimos vacíos. ¿Qué vale tu vida?

No es lo que usted logró. ¿Qué vale tu vida? ¿qué valor le das a tu vida? y ¿sabes? te dice una voz inescapable que tu vida vale mucho más, como que sabemos quiénes queremos ser. De nuevo, lucho por explicarme. Sabemos quiénes queremos ser. Lo vemos claramente en la imagen en el espejo.

Uno ve a otro en su alma, cuando se mira en el espejo uno dice: yo sé que ese no soy yo, sé que hay otro dentro de mí y oyes una voz que te dice: naciste para más.

¿Sabes? viviríamos más tranquilos si el Espíritu Santo nos dejara conformes con nuestra propia mediocridad, si el Espíritu Santo nos dejara en paz pero Él nos creó, Él sabe para qué fuiste hecho y Él sabe que fuiste hecho para más, y no tendrás paz hasta que no haya una armonía entre el hombre que eres ahora, la mujer que eres ahora y el hombre que Dios desea que fueses, el hombre que Dios desea que seamos, no sé si me explico.

Hasta que no haya una armonía, hasta que esa guerra no se resuelva entre el hombre que uno es ahora, la mujer que soy ahora y lo que Dios ve cuando nos ve a nosotros. El Señor no nos deja en paz, aún en nuestro sueño nos presenta esta imagen y por eso estamos aquí.

Jesús percibe este otro hombre en Pedro como Jesús percibe este otro hombre en ti. Tras su fallo de carácter había grandeza en Pedro y en los once, y Jesús sabía, Él sabía lo que le hacía falta, lo que le hacía falta para que, lo que estaba encerrado en Pedro y qué debía resaltar en nosotros.

Ellos conocían a Jesús. Ellos eran discípulos, eran seguidores de Cristo, ellos habían caminado con Él por tres años escuchando Su mensaje, viendo milagros, ellos tuvieron al Cristo resucitado entre ellos por cuarenta días; más convertidos no pueden estar. No estamos hablando de conversión, hay algo más que el Señor quiere que experimenten.

El Señor les dijo a ellos, les dice: Esperen este regalo que les tengo, este don, este Bautismo del Espíritu Santo. Ahí vemos Hechos capítulo 8, esa promesa: "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis" un sustantivo, "testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra."

Noten algo. El Señor no dijo: "Y testificarán" eso es un verbo, algo que hacemos, sino: "y me seréis testigos" seremos testigos, un sustantivo. El Señor nos está llamando a algo que somos no algo que hacemos no sé si me explico. No es algo que hacemos; este llamado es algo mucho más difícil.

Él no te está llamando a hacer algo, Él nos ha llamado a ser, somos, no es testificar sino ser un testigo, o sea un recipiente en vida del Poder del Espíritu Santo que al verte, al oírte, al estar en tu presencia, no hay manera de que la gente se confunda sobre si Cristo ha resucitado y si Su Espíritu mora en los seres humanos, y el Señor te ha llamado a ser esa persona, mucho más difícil e imposible hacerlo sin el Espíritu Santo.

Al llegar el Bautismo en el Espíritu Santo, declara la Palabra, lo que vemos en Hechos capítulo 2, el lugar se estremeció, hablaron en lenguas y me encanta esa imagen, una columna de fuego bajando y separándose en lenguas de fuego que se depositan en cada uno de ellos, muy semejante a la imagen en Segunda de Crónicas cuando la columna de fuego descendió sobre el Arca del Pacto, pero ahora en vez de descender sobre el Arca del Pacto, ahora está descendiendo y descansando sobre cada uno de nosotros, ahora tú eres el Arca del Pacto. Ahora tú eres el tabernáculo de Dios, tu cuerpo es templo del Espíritu Santo.

Ahora, el recipiente del Poder de Dios, ahora el recipiente del Poder del Espíritu Santo es usted. El Poder de Dios descansando ahora sobre usted, y aparte de señales físicas, como pueblo ¿qué podemos esperar?

¿Por qué esto es tan importante? ¿por qué es tan importante clamarlo, esperarlo? porque puedes esperar la Obra de Dios muy profundamente dentro de ti a través del Espíritu Santo. Hay algo que Dios hace dentro de nosotros y a la vez, hay algo que el Espíritu Santo hace de afuera a través de nosotros.

Aparte de las señales, aparte de la evidencia física, hay una obra dentro y hay una obra hacia afuera. Primeramente, dentro, el Espíritu Santo abre nuestras mentes y no vemos ni las Escrituras ni nuestras vidas de la misma manera. Eso es uno de los primeros y más poderosos regalos del Espíritu Santo.

Miremos bien a pedro en sí. ¿Sabe? como un buen judío Pedro oyó la Palabra. ¿Sabe? aún hasta hoy el Torah se lee en las sinagogas, la costumbre es que el Torah se lea completamente en la sinagoga durante el transcurso del año. Tienen una lectura fija y en las 52 semanas del año se lee completamente el Torah, y como un buen judío, Pedro estaba escuchando esto en la sinagoga, como muchos de nosotros la misa católica.

¿Sabes que el misial católico es igual y los anglicanos es igual? dividen las Escrituras y en el transcurso del tiempo, no sé si es en un año o dos, dividen la Escritura pero cruzan la Palabra entera. Lo bonito es que uno se sienta, se supone que uno escuche, participa de la mesa del Señor y a la casa. Por un oído entra y por el otro...

Pero no es así, eso termina en un lugar. Pedro está escuchando la Palabra y almacenándola, eso es lo que estás haciendo, en nuestro cerebro ocurre algo interesantísimo. Oímos esta Palabra y la almacenamos en el sótano de nuestra mente con él junto con miles de otros detalles: su número de seguro social, su color favorito, la receta de un buen mangoo, todo eso ocupando el mismo espacio en su cerebro, esos detalles de la Palabra del Señor.

Y de momento el Poder de Dios desciende sobre Pedro, se derrama sobre él el Poder del Espíritu Santo y lo primero, sabe: me encanta ese texto, creo que es en el Evangelio de Lucas y a la conclusión creo que el Señor acompañando a estos hombres, estos discípulos en el camino de Emaús, y dice la Palabra que Él estaba explicando la Palabra pero como que no les entraba, y dice la Palabra que Él les abrió el entendimiento para que entendiesen las Escrituras.

Pues ahora con el bautismo del Espíritu Santo eso es parte del paquete. En ese momento el Espíritu Santo abre nuestros entendimientos y lo que estaba almacenado en el sótano del cerebro de Pedro de momento el Espíritu Santo hace: fff, oh my God. Joel capítulo 2.

Pedro lo está viendo en 3D, alta definición, él no se acuerda de la Palabra, la ve, la está experimentando en carne propia, él dice: ¡yo lo estoy viviendo! Joel capítulo 2, esta promesa se está cumpliendo y entre poco de momento: ¡flash! de momento esa Palabra que estaba escondida en el fondo de su mente ahora se le hace real, te rodea. En poco tiempo empezamos a vivir la vida conforme a las Escrituras y entiendes a través de las páginas, a través de los personajes de la Biblia y ya tú no ves tu vida como un caos sin sentido.

Usted comienza a ver su vida y medir su vida conforme al drama de la Palabra y uno dice: pero el mismo autor de la Biblia es el autor de mi vida, mi vida va a terminar bien, Él está en control, y tú ves en las páginas de la Palabra: un día tú eres Moisés; no sé a quiénes les pasa esto.

Un día eres Moisés, mañana quizás tú te ves como Abraham ofreciendo tu Isaac, luego, no sé quién más vive así, luego tú eres David, un salmista, guerrero, rey, mis hermanas tal vez tú eres Ana hoy derramando lágrimas ante el Señor, tal vez el próximo día tú eres una Ruth, luego eres una reina Esther, la semana que viene una Déborah, tú mismo te conviertes en un personaje de la Palabra y mides tu vida conforme al patrón de la Palabra; ya el Espíritu Santo está entretejiendo tu vida conforme a las Escrituras, estamos viviendo la Palabra.

Es como si hubieras dado un salto y a través del Espíritu Santo estás viviendo la Palabra, sueñas la Palabra. En tus conversaciones tu oyes la Palabra, tú te oyes usando la Palabra, pensando a través de la Palabra, lo hueles, lo sientes, tu comida sabe aún a la Palabra. La Palabra se hace vida en ti y tu vida se conforma a la Palabra, eso es lo que hace el Espíritu Santo y el pecado, el yugo del pecado se pudre porque ya no cabe en esta escena, esta aventura que estás viviendo en la Palabra del Señor, tu vida se transforma en la Palabra hecha vida.

Esta dicotomía entre la Palabra y la vida del Espíritu es una dicotomía totalmente falsa. Se empalman. Se requiere el Poder del Espíritu Santo para vivir bíblicamente. Necesitamos la revelación del Espíritu Santo y necesitamos ese trasfondo de la Palabra del Señor. Eso es lo primero que hace Dios en ti, la Palabra: fffu (onomatopeia), se hace vida en ti. Y esta energía divina no solamente trabaja en ti sino que fluye de ti, interesante.

Viendo este primer mensaje de Pedro, aún en el hecho de citar Joel capítulo 2 e interpretar esta Escritura acerca del Poder profético del Espíritu Santo Pedro mismo está profetizando, ¿no es interesante? En este pasaje acerca del Poder profético del Espíritu Santo estamos viendo un ejemplo de alguien profetizando en el Poder del Espíritu Santo.

Cuando uno estudia este texto, esto es interesante. Cuando uno estudia este texto, especialmente el segundo capítulo de Hechos del 17 al 21 uno se da cuenta que no es una reproducción palabra por palabra de Joel capítulo 2 28 al 29, hay algunas diferencias que consideraremos dentro de poco.

En la declaración de Pedro hay algunas diferencias que cuando las comparamos con Joel 2 en el hebreo o aún en el griego que se leía en la sinagoga no se empalman los dos. Si uno corre a su Escritura y uno compara lo que dijo Pedro en Hechos capítulo 2 bajo la unción del Espíritu Santo y lee a Joel capítulo 2 usted verá que no es palabra por palabra.

Ahora como abogado esto me emociona, ¿sabe cómo yo lo leo? Primero, para mí esto es más evidencia de la credibilidad de las Escrituras, a mí esto no me molesta, es más, me emociona. ¿Sabe lo que me dice esto? Pedro no está citando esto de memoria. That's what we look for, ciertas imperfecciones que nos dicen que esto es auténtico. Esto lo está sacando del fondo de su corazón, esto es auténtico y yo hallo esto maravilloso.

¿Y sabe? el Espíritu Santo es maravilloso, ¿no ha hecho eso con usted? yo sé que lo ha hecho conmigo. En ese momento eso viene a la mente, esa iluminación o esa decisión, el Espíritu Santo creando algo a través de ti donde hace poco no había nada. En un momento dado uno recibe una Palabra, uno recibe una iluminación. Una decisión que era imposible por semana de momento viene una iluminación de parte del Señor.

El mismo Espíritu Santo que le confió esta Palabra a Joel aquí se la confía a Pedro. Miremos una de esas modificaciones o alteraciones proféticas que hace el Señor, comienza esta Palabra: "En los últimos días" Joel dice "Después de esto", ¿después de qué? después de venir el Mesías "Él derramará Su Espíritu sobre toda carne."

Me encantó lo que dijo el Pastor hace unas semanas acerca de esto, que tal vez los últimos días son ahora mismo, que está hablando proféticamente sobre los días en que estamos viviendo, y que no solamente sobre reyes o sobre sacerdotes o sobre profetas, sino que sobre este pescador prácticamente analfabeto y sobre ti, sobre nosotros, el Señor derramaría Su Espíritu Santo.

Miren en el versículo 17 y 18: "Y vuestros hijos e hijas profetizarán, y se derramará de mi Espíritu." ¿Sabe lo que es interesante ahí? Pedro añadió bajo la unción del Espíritu Santo "y profetizarán" dando énfasis a esta promesa, ¿por qué lo haría?

La palabra aquí es profetuo, "y profetizarán", profetuo. No es solamente pronosticar el futuro y es más que pronunciar una Palabra bajo la unción del Espíritu Santo. Profetizar en este contexto significa ser el canal de la energía de Dios, transmitir Su Voz, Sus pensamientos, Su autoridad, Su capacidad para sanar, Su capacidad para liberar. Es el Espíritu Santo usando Sus dones para avanzar los intereses del Reino de Dios.

Si a través del Espíritu Santo llegas a un ambiente perforado de violencia y contiendas, y proyectas un espíritu de mansedumbre, Dios te está usando como un instrumento profético en ese ambiente, "y profetizarán."

Si Dios te da acceso a niveles de influencia en negocios, o en el sistema escolar, o el sistema judicial, o del gobierno, como hizo con el Rey José, o con la Reina Esther, o con Daniel, si tú eres maestra en una escuela pública o tienes un negocio, o tienes acceso a poder y si en ese lugar el Espíritu Santo te trae un consejo que honra a Dios y que avanza los intereses del Reino de Dios, allí tú eres un instrumento profético y el Señor está extendiendo la influencia de Su Reino a través de ti. Tu vida está minada de dones, minada de dones escondidos dentro de ti esperando que el Espíritu Santo los despierte y los ponga en uso para a través de ti traer luz a donde ahora moran tinieblas.

"Vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. De cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquéllos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán."

Verás visiones, emprenderás sueños. Nos convertimos en socios del Espíritu Santo, somos Sus siervos dice ahí. Sobre Mi siervo, sobre el que ejecuta Mi Voluntad derramaré Mi Espíritu.

Ya tú no ves el mundo alrededor igual, no ves tu vida alrededor igual, ya ves tu vida como la ve Dios. Es más, el enfoque ya no es ni siquiera en nosotros. Ya ni siquiera te interesa, es más mire, para cobrar el valor de nuestra vida perdemos el interés en nuestra vida, y vemos la aventura del Reino de Dios, y vemos nuestro papel en el Reino de Dios, y de hecho mi hermano, si un día tienes un guía fuerte o una nube pasa por tu vida por una temporada, uno no pierde la esperanza porque el Señor te ha dado la visión que hay otra vida que el Señor espera para ti.

Hubo un tiempo y ¿por qué esto es tan importante? ¿Sabe? Josué un día se acercó a Moisés asustado porque en el campo de Israel se oyó ciertos hombres y mujeres profetizando bajo la unción del Espíritu Santo, se supone que Moisés era el único profeta de Israel ¿verdad? se lo contó asustado a Moisés y Moisés le respondió: ¿tienes tú celo por mí? ojalá que todo el pueblo de Jehová fuese profeta y que Jehová pusiese Su Espíritu sobre ellos. Fue como que el Señor dijo: ¿ajá? ese es justamente Mi plan, que todos fueran profetas y que derramara la dulce influencia del Espíritu de Dios sobre toda carne, sobre sus vidas.

Esa es nuestra oración para esta Congregación también. Cuando usted oye al Pastor decir: queremos una Iglesia pareja esa es su manera de decir: Padre ojalá que todos fueran profetas, que todos fuéramos igualmente operando bajo la unción del Espíritu Santo, que no haya un ser que pise este santuario que no salga de aquí conectado con el Espíritu Santo, que no resalten sus dones y sean despertados por el Poder de Dios en ellos. Ese es nuestro deseo, esa es una de las prioridades de esta Congregación.

Bajemos nuestro rostro un momento. Esta es tu vida, yo no sé cómo estás viviendo ahora pero en esta última media hora el Espíritu Santo le ha mostrado cómo puede funcionar tu vida, cómo debe ser tu vida. Su vida no tiene que ser un fastidio, una carga, un día más. Su vida puede ser la gran aventura con espacios abiertos delante de ti logrando "aún los ancianos soñarán sueños" el Señor no tiene edades aquí, "aún los ancianos soñarán sueños" "los jóvenes verán visiones" el Señor no quiere desperdiciar un momento de su vida.

Si esto es una revelación para ti yo le tengo una invitación, especialmente si hasta ahora usted no ha dicho: Jesús mi vida es tuya, haz conmigo lo que quieras, me entrego a ti. Si ese eres tú te invito a levantar la mano en este momento, si ese eres tú.

Les invito, pasen al altar. Si estás viniendo por primera vez haga este paso y esta hermana que tiene la mano en alto si alguien la puede acompañar al altar. Queremos que a la vez conozcan a este Dios de poder, que este momento por el cual usted nació, usted nació para esto, que sea realizado en ti y que a través de esto tu vida sea lo que Dios siempre quiso que fuera, Él sabe para qué naciste, Él sabe lo que hay en ti, Él sabe el tesoro escondido en ti, Él sabe que eres preciosa mi hermana, eres preciosa hermana delante del Señor.

Espíritu de Dios: yo bendigo a estas almas y yo declaro Señor Santo Tus Propósitos cumplidos en el hecho de que están delante de Tu Presencia y Tu Palabra los ha alcanzado. Ahora Espíritu de Dios vivifícalos y despierta Tus Propósitos en ellos.

Mis hermanos, yo les invito a que repitan esta oración conmigo y los hermanos que los acompañan repitan esta oración: Señor Jesús, yo vengo delante de Ti declarando que te necesito como mi Salvador y mi rescatador. Abro mi vida delante de Ti, cada rincón, cada espacio. Que Tu Espíritu Santo invada todo lo que es mi vida. Desde este momento en adelante yo soy Tu siervo y Tú eres mi Pastor. Guíame, provéeme, protégeme, y guárdame de todo mal todos los días de mi vida hasta que te vea en gloria, te suplico en el Nombre de Jesús, amén. Gloria a Dios.

Mis hermanos pongámonos de pie, bendigo en el Nombre de Jesús. Señor Jesús, derrama Tu Poder sobre Tu pueblo. Señor Jesús, cada célula, cada esquina, cada ser, que todo lo que respire en este lugar, que todo ser creado en este lugar, toda carne en este lugar, que seamos un recipiente de Tu Gloria; derrama Tu Gloria sobre Tu pueblo, derrama Tu Espíritu sobre Tu pueblo, te suplicamos en el Nombre de Jesús.