La armadura de Dios

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Estamos hablando acerca de salud emocional. En esta semana hemos estado haciendo un recorrido acerca de ese tema de cómo vivir vidas saludables en el Señor, cómo ser sanados de nuestras heridas, de nuestras deformaciones del pasado, y cómo también mantener higiene emocional a lo largo de nuestra carrera. Y hemos dicho que la Palabra del Señor tiene tanta medicina, tantos recursos, para que nosotros seamos libres, para que seamos saludables, para que reflejemos la imagen de Jesucristo en nuestra vida.

Yo le decía a los hermanos esta mañana que cuando nosotros venimos a los caminos del Señor, tenemos que venir a ser transformados ¿amén? tenemos que venir para que Dios nos cambie y nos trate. No podemos venir con una mentalidad mágica, como viene tanta gente a la Iglesia, como para llegar allí y sentarse, y hacer ahí unas muecas, y unos gestos, y entonces irse a la calle y a la casa, y vivir como si nada hubiera pasado.

Los hijos de Dios somos atletas del Espíritu ¿amén? Por eso es que la Biblia cuando nos compara a nosotros nos compara con el soldado, nos compara con el corredor del maratón, nos compara con el agricultor que trabaja arduamente, nos compara con gente que está bien involucrada en su proceso.

Y desgraciadamente yo creo que muchos de nosotros, y es algo que Dios le está diciendo a Su pueblo en este tiempo y a nuestra Iglesia, que Dios quiere consagración. Dios quiere entrega de todo el ser para que Cristo pueda hacer la Obra que Él quiere hacer en nuestras vidas. La Biblia habla de que entreguemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo, agradable al Señor.

Y cuando el apóstol dice que entreguemos nuestros cuerpos, "soma" lo que está diciendo es que entreguemos nuestra carne, entreguemos nuestra psicología, entreguemos nuestras emociones, nuestra mente, toda la parte humana nuestra que necesita ser tratada por Dios. Esas áreas de nuestra vida que si Dios no trata con ellas, nos van a hacer tropezar una y otra vez en la vida.

Y he dicho que la Palabra del Señor tiene enseñanza para nosotros, tiene recursos, tiene verdades que si nosotros le permitimos, van a hacer esa obra restauradora que Dios quiere hacer en nosotros cuando entramos a los caminos del Evangelio. El apóstol Pablo escribe y dice en Gálatas creo capítulo 4, dice: "Hijitos míos por los cuales padezco dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros."

¿Sabes qué es lo que Dios quiere hacer en tu vida? hacer que la imagen de Cristo sea real en ti, que tú reflejes a Cristo en tu forma de hablar, tu forma de sentir, tu forma de caminar, tu forma de tratar a los que están alrededor tuyo, que tú seas como Cristo caminando en la Tierra, y ¿cómo era Cristo? un ser eminentemente saludable emocional, espiritualmente, un ser balanceado, un ser que sabía quién Él era y quién Él es en el Señor, un ser cuyas virtudes eran perfectamente concatenadas una con la otra, con una buena comida que tiene la cantidad precisa de sazones y todos trabajan juntos para producir un sabor delicioso. Wow, eso está lindo, apúntemelo por ahí por favor.

Eso es lo que Dios quiere hacer en tu vida, Dios quiere formar la imagen de Cristo porque cuando tú entras al Evangelio entras con todo tipo de deformaciones y defectos, y el Señor quiere ir sacándolos uno a uno, y reemplazándolos con las virtudes de la Palabra de Dios.

Así que recuerde eso, que el tema general de todo esto que yo estoy hablando es el tema de la salud, de la sanidad, de cómo sanarnos de las heridas y las deformaciones de la vida, porque hemos dicho que vivimos en un mundo deformante. Vivimos en un mundo que está penetrado por el pecado. Vivimos en un mundo que, si lo dejamos, va a torcer nuestras emociones, nuestra mente, nuestras actitudes, y ya las ha torcido porque todos estamos torcidos en una manera u otra, y parte de la Obra del Espíritu Santo es renovarnos, y cada día hacernos más y más saludables. Ese es el propósito de Dios, que seamos prosperados en todas las dimensiones de la vida.

Y yo quiero arrancar esa telaraña de nuestra mente. Ser un cristiano verdadero, ser un discípulo es la cosa más costosa que usted se puede imaginar, y yo creo que porque tenemos una actitud tan superficial de lo que es la carrera cristiana por eso no crecemos más, porque creemos que todo es simplemente para que Dios me dé, me haga esto, me haga lo otro y no entendemos que lo primero es que nosotros tenemos que subirnos al altar y constituirnos en un holocausto, un sacrificio al Señor, como una víctima que está en el altar ardiendo bajo el fuego reformador y transformador del Señor, y eso duele.

¿Recuerdan lo que les dije el domingo pasado? que me quedé atorado en eso que dice: "Y habiendo acabado todo estad firmes." Cuando nos sometemos al trato de Dios o cuando nos sometemos a una prueba que viene a nuestra vida y dejamos que el Señor cumpla todo el propósito que Él tiene en ese evento en nuestra vida. Cuando lo interpretamos a la luz de que: este no es el diablo solamente que está haciendo algo, sino que es Dios que está permitiendo que esto venga a mi vida con un propósito sanador y restaurador.

Y así todas las cosas que pasan en nuestra vida, todas las pruebas, los sufrimientos, las dificultades, hay algo que nosotros podemos sacarle provecho si lo vemos a través de los ojos del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios. Entonces eso es, yo decía que tenemos que mantenernos ahí en el fuego del crisol del trato de Dios hasta que Dios cumpla Su propósito, porque lo que Dios quiere es extraer de nosotros impurezas, extraer de nosotros defectos y deformaciones para que entonces nosotros podamos correr con más ligereza la carrera de la fe ¿amén?

Les pido que por favor anote ahí de vez en cuando algo en su espíritu, en su mente, si Dios le habla toque ahí y escriba algo o diga simplemente: Señor, yo recibo esa Palabra en mi vida. Y yo he dicho que vamos a discutir una cantidad de cosas, y esto es como un monólogo extendido lo que yo estoy haciendo aquí. Termino donde termino y el domingo que viene lo recojo en lo que Dios me da, puedo recordar lo que dije.

Tengo un claro recordatorio de lo que dije el domingo pasado, pero quiero continuar. Porque de nuevo, lo que voy a estar haciendo, para que ustedes entiendan el marco ¿no? es extrayendo de la Palabra del Señor conceptos y principios que nos ayudan a vivir vidas saludables. Y en el capítulo 6 de Efesios tenemos allí una cantidad de cosas, y lo que quería proveer era simplemente un ejemplo de cómo la Biblia nos da una prescripción de las cosas que podemos usar para vivir vidas sanas y saludables, y sanarnos de nuestras heridas. Pero al comenzar a predicar, como pasa muchas veces, descubro que hay allí un caudal de información que no podemos simplemente pasar de largo sino que tenemos que detenernos un poquito.

En el capítulo 6 de Efesios el apóstol Pablo después de decir que tenemos que resistir en el día malo, en las situaciones de dificultad en nuestra vida y que habiéndolo acabado todo, entonces podamos estar firmes. Él antes de eso nos ha dicho que tenemos que tomar toda la armadura de Dios, y decíamos que no podemos darnos el lujo de solamente ver una parte y coger esto que nos gusta, sino que tenemos que tomar todos los recursos que Dios provee en Su Palabra.

Y entonces él da un ejemplo de cuáles son algunas de esas armaduras, mejor dicho cuáles son algunas de esas piezas de la armadura de Dios para nuestra salud y nuestra sanidad emocional. Y él habla acerca de que tenemos que ceñir nuestros lomos con la verdad, y yo creo que yo les dije antes, voy a ir lo más pronto posible a través de esto, ceñir nuestros lomos con la verdad.

El soldado romano, y si alguien me puede poner allí esa ilustración acerca de la armadura del soldado romano, el soldado romano tenía diferentes piezas en su armadura, y lo primero que él tenía era un cinto de cuero alrededor de acá que le permitía agarrar su espada y que mantenía todas las demás partes de su armadura unidas y unificadas. Y el apóstol Pablo comienza con algo que yo creo que es dirigido muy atinadamente por el Espíritu Santo; es como que el centro mismo de la vida del cristiano y lo que nos permite, porque los lomos, dice: ceñidos los lomos, quiere decir como: preparados para asaltar, fortalecidos. Los lomos es las caderas, la cintura y es lo que usted usa para dar un salto hacia adelante, defenderse o lo que sea.

¿Y qué es lo que nos da esa fortaleza en la vida para luchar contra las fuerzas del mal y todas las influencias que quieren hacer daño a nuestra vida? la Verdad de Dios. Yo decía que tenemos que enamorarnos de la Verdad de Dios, tenemos que hacer un pacto con la verdad. Tenemos que dejar de estar jugando jueguitos allí echándole la culpa a otros de nuestros problemas y de nuestras situaciones, y tenemos que ser gente íntegra. No quiero estar siempre diciendo las mismas cosas así que voy a correr pero wow, hay tanto allí de información.

Yo siempre les he dicho que, en la medida en que nosotros suprimimos la verdad, en la medida en que nosotros nos rehusamos a ver las cosas que tenemos que ver, en esa medida la Verdad de Dios siempre va a estar tratando de afirmarse en nosotros y hacerse sentir, y si la resistimos se convierte en un aguijón que nos causa daño. Todas las neurosis y todos los problemas de la humanidad en una manera u otra surgen del rechazo a la verdad.

Y quiero decirles que estamos en un siglo y en un tiempo, la humanidad ha entrado yo creo, en una etapa en que yo creo que un espíritu de mentira y de seducción ha caído sobre la humanidad, y sobre esta nación por ejemplo, y hoy en día la mentira, la falsedad se excusa en tantas maneras, y esta nación, esta sociedad está resistiendo la Verdad de Dios.

Y a menos que nosotros no hagamos un pacto a muerte con la Verdad de Dios, no vamos a sobrevivir a lo que viene. Muchos cristianos van a caer en la mentira y en la herejía porque no se han apertrechado bien, y no se han amarrado bien al mástil de la verdad. Y nosotros tenemos que dejar de estar mirando alrededor para ver qué están pensando los demás, qué está pensando la cultura, qué están pensando mis amigos, y cómo yo me puedo ajustar a lo que dicen mis amigos para no desentonar, para retenerlos. No, mire, si usted tiene que quedarse solo quédese solo, pero siga la Verdad de Dios.

Siempre recuerdo las palabras de Josué, Josué dijo: "Escoged vosotros a quien sirváis, pero yo y mi casa serviremos a Jehová." Cuando Dios le diga algo y cuando usted descubra algo de la Verdad de Dios mire, apúntelo con sangre y no se zafe de allí aunque le duela, pero viva como un hombre, una mujer metido en la Verdad de Dios porque eso es lo que le va a permitir a usted ser saludable. En la medida en que usted reprime y suprime la Verdad de Dios en esa medida va a tener problemas, o cualquier tipo de verdad. Entonces es importante los lomos con la verdad.

"Vestidos con la coraza de justicia" la coraza es esa parte de arriba, el pecho, cubriendo órganos vitales, estaba hecho de cuero o podía ser metálico, pero esa justicia, la coraza de la justicia. Y estos conceptos tienen muchas diferentes aplicaciones, porque en una dimensión Pablo está hablando de guerra a puño pelado con las huestes del infierno que quieren hacer daño a nuestra vida y destruirnos.

Pero también yo les he dicho que estos conceptos son aplicables a un tipo de guerra que es mucho más cotidiano, mucho más del diario vivir, que también tenemos que aplicarlo en esa dimensión. Y para mí esa justicia de la cual habla el apóstol Pablo es esa justicia es esa forma en que nosotros tenemos que vivir con relación a los demás alrededor de nosotros, que tenemos que tratar a los demás.

Nosotros tenemos que vivir en la justicia de Dios, tenemos que ser gente justa, tenemos que tratar a los demás con equidad. Lo que le debemos a alguien tenemos que pagárselo, no solamente hablando de dinero, pero al que honra, honra, al que reconocimiento, reconocimiento, al que amor, amor, al que palabras de afirmación, palabras de afirmación, al que tenemos que proteger guardando sus espaldas. Cuántas veces alguien viene a decirnos cosas dañinas de otra persona y nosotros nos sobamos las manos y también añadimos más material, en vez de decir: ¿sabe qué hermano? yo, o si no puede confrontar cállese simplemente. No murmuremos de los demás porque hacemos daño, tratamos a la gente a veces injustamente.

En nuestros matrimonios no tratamos con justicia a nuestros cónyugues, no tratamos con justicia a nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo. Nosotros tenemos que ser la gente más justa del mundo, tenemos que vivir en la justicia de Dios, tenemos que ser íntegros en la manera en que nos tratamos unos a otros. Y todo esto de justicia, de equidad es muy importante porque muchos de los problemas de la vida vienen cuando explotamos a los demás, usamos a los demás, tratamos mal a los demás.

Por ejemplo ¿qué dice la Biblia? dice, y perdone que tome a los maridos pero si hay alguna mujer que también es áspera con su esposo pues también le aplica a usted, dice: "Maridos: no seáis áspero con vuestras mujeres para que vuestras oraciones no tengan impedimento." ¿Verdad que sí?

Entonces si nosotros estamos tratando injustamente a nuestro cónyugue, esposo o esposa, porque a veces hay esposas que abusan de la mansedumbre del esposo, no se crea, tienen un esposo manso y humilde, y sencillo y se le montan encima, eso no es de Dios, reprenda al diablo ahora mismo; se me metió el espíritu de Yiye Ávila de momento así (risas).

La Biblia dice: Si no perdonamos a los que nos ofenden Dios no puede perdonarnos a nosotros. Entonces la justicia de Dios demanda que nosotros tratemos a los demás en esa forma para que entonces nosotros podamos gozar de una vida saludable y una vida emocional saludable.

Habla también de que en nuestros pies, el soldado romano tenía una especie de bota que se ceñía en el tobillo y entonces alrededor de la pierna para que se mantuviera fuerte agarrada a él, y además tenía una especie de clavos en la suela para poder agarrarse bien al piso y al suelo que pisaba. Y es interesante que Pablo pone aquí: "El apresto" es decir con la preparación del Evangelio de la paz.

Y de nuevo: yo creo que esta idea, para mí lo que inmediatamente me viene a la mente, Pablo escoge el Evangelio de la paz porque ¿qué es el Evangelio? el Evangelio es reconciliación con Dios, el Evangelio es buenas nuevas de que ya Dios no está enemistado con nosotros y nosotros con Él. La Biblia dice: "Reconciliados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo."

Entonces es un Evangelio de paz. Pablo enfoca: el Evangelio tiene muchas vertientes pero aquí es interesante que él escoge esa vertiente del Evangelio de paz, de reconciliación. Y yo creo que aquí hay algo bien importante para la salud emocional que nosotros tenemos que tener en cuenta, y es esta idea de que cuando yo aprendo a morar y a descansar en el amor de Dios para mi vida, en la aprobación de Dios para mi vida. Cuando yo dejo de sentirme culpable como que Dios es un capataz que siempre tiene el azote allí listo para darme un fuetazo si no lo agrado como Él quiere en todo momento, listo para tirarme un rayo que me parta por mitad cuando tengo un mal pensamiento o lo que sea.

Entonces muchas veces nosotros vivimos en ansiedad con respecto a Dios y hay iglesias de santidad que muchas veces se convierten en iglesias neuróticas porque hay este sentido como de Antiguo Testamento, y no hemos aprendido a descansar en la paz del Señor, de que ya nosotros somos aprobados por medio de Cristo Jesús y que nosotros tenemos un papi bonito que nos ama, y que quiere tener buenos tratos con nosotros.

Y ¿sabe qué? que muchas veces cuando dejamos de ver a Dios como un ser uraño y justiciero, y lo comenzamos a ver como un Padre reconciliado y amante ¿sabe qué? a veces podemos hacer más que cuando lo vemos a Él como que siempre está demandándonos ¿me explico? Tenemos que morar en el Evangelio de la paz.

Yo le decía a Meche que cuando nosotros vamos hacia nuestra Iglesia hay un sitio que vende carros, y tenían un, quizá algunos lo han visto los que van por ahí por Summerville, un gorila como de siete pies de alto sonriente, feísimo pero sonriente, y está enfrente de la entrada de este lugar que vende carros usados, y tiene a un lado un sign que dice: "estaciónese aquí, ya usted está aprobado" queriendo decir que si usted tiene mal crédito, buen crédito, lo que sea, no se preocupe, venga y coja un carro que le damos crédito a usted, entonces estaciónese aquí, ya usted está aprobado en otras palabras, para su solicitud de crédito.

Entonces yo me quedo mirando ese gorila que dice: "park here, you are approved" "usted está aprobado" y yo digo que me encantaría coger una foto del gorila y al lado de él poner una cruz bien larga, del tamaño del gorila, y aplicar esa palabra: estaciónese aquí porque ya usted está aprobado. You get it? ¿lo cogieron? (ríe). En otras palabras péguese a la cruz, estaciónese al lado de la cruz porque ya Dios está contento con su vida a través de la cruz del calvario, ya Dios no está molesto con usted. En la cruz del calvario usted encuentra sanidad, bendición, esperanza, paz, reconciliación con Dios.

Y entonces cuando usted aprende a morar en esa buena Voluntad del Padre para su vida, de que Dios quiere darle muchas bendiciones y buenas cosas eso cambia a veces nuestro destino. Quisiera tener más tiempo para desarrollar eso y cuando estén almorzando después del servicio piensen un poquito más en ello.

Dice: "Sobre todo, tomad el escudo de la fe." Qué interesante, dice: sobre todo. El escudo del soldado romano era así, era bien grande y podía estar hecho de madera, de cuero, de metal y evidentemente era para protegerse de los golpes, era un arma defensiva de los golpes de un soldado enemigo, "sobre todo."

¿Por qué la fe tiene esa importancia así como sobreabundante? Hermano: porque la fe es la plataforma para toda transacción en el Reino de Dios. La Biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Santiago dice que si tenemos falta de sabiduría la pidamos a Dios, pero que la pidamos con fe, no dudando dice, porque el que duda es como las ondas del mar que van por donde quiera. Dice: no espere que el que ora de esa manera va a recibir cosa alguna de parte de Dios.

La fe es la esencia misma de nuestra vida y cada día tenemos que pedirle al Señor que nos aumente la fe y que nos ayude a crecer en fe. ¿Cómo se crece en fe? hermano se crece a puño limpio, leyendo la Palabra, adorando al Señor, manteniéndonos centrados en las cosas de Dios, memorizando la Escritura. No es como que usted le pide al Señor que le abra la tapa de los sesos y le pide que le meta fe, no es así. La fe es algo que usted aprende a través de la experiencia, a través de una compenetración con los elementos del Reino de Dios, así es como usted va convirtiéndose en una persona de fe.

Usted se va convirtiendo en una persona de fe por medio de la experiencia cuando Dios tiene trato con usted y usted ve a Dios a lo largo de su vida haciendo cosas según Él promete, usted va confirmando los principios y los medios del Reino de Dios, entonces usted crece entonces en fe. Pero si usted está por allí aplatana'o viviendo a cien millas de distancia, yendo a la Iglesia así de vez en cuando, aparece un domingo y después seis meses después lo vemos otra vez perdóneme pero así no se crece en la vida cristiana. Hay que pagar el precio, hay que ser un soldado ahí continuamente marinándose, ahí zambulléndose en los sazones del Reino de Dios.

Pero ¿por qué la fe es importante? porque la fe, mire, lo que hace la fe es que nos permite vivir en la dimensión del Espíritu en vez de la dimensión del espacio. La fe es lo que te permite a ti en cualquier circunstancia de tu vida ver lo que Dios está haciendo y no lo que el mundo está haciendo.

Yo tomé como ejemplo muy respetuosamente a una pareja joven que llegó esta mañana aquí a la Iglesia, vamos a oficiar el funeral de su bebé de tres meses este martes. Y yo les decía así desde aquí, desde el púlpito, si nosotros vivimos así una experiencia tan dolorosa, si una persona sólo mira la circunstancia de lo que le ha sucedido en ese momento el enemigo va a querer usar para deformar nuestra vida emocional, cuando nos suceden pérdidas, cuando sufrimos grandes tragedias en nuestra vida, el enemigo va a querer sacarle provecho y llenarnos de resentimiento contra Dios, de amargarnos, de infundir en nosotros un sentido de culpabilidad: ¿habrá sido porque yo no hice algo, porque no oré lo suficiente, porque estaba en pecado que mi bebé murió? o lo que sea; el diablo quiere tomar esas cosas y usarlas para hacer daño en nuestra vida.

Nosotros tenemos que ir más allá de las circunstancias y pegarnos a la Palabra de Dios, la Verdad de Dios, lo que Dios está diciendo en nuestra vida. Por eso Pablo también habla aquí de la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios porque estas dos cosas van unidas: la fe, la Verdad de Dios, la Palabra de Dios. Cuando vienen situaciones a nuestra vida difíciles, de gran pérdida, nosotros no podemos enfocarnos en la circunstancia que estamos pasando, la experiencia que estamos sufriendo. Tenemos que remontarnos por encima de la vorágine de la tormenta que estamos viviendo y tratar de ver ¿qué es lo que Dios está diciendo a través de esto, qué es lo que Dios está haciendo, cuál es el propósito de Dios en esto? ¿qué es lo que Dios ha declarado acerca de mi vida?

Y es donde tenemos que tomar las verdades del Evangelio y aplicárnoslas en ese momento. Porque si usted mira solamente las circunstancias de su pérdida usted va a ser abrumado por el enemigo, pero la fe es lo que te permite ir más allá de tus circunstancias. Pedro cuando estaba en la barca y ve a Jesús caminando sobre las aguas le pide al Señor que le permita a él también caminar sobre las aguas. Y el Señor le dice: Bueno amén, salte de la barca y camina sobre las aguas, y Pedro comienza a caminar. Y mientras mantiene su mirada puesta en la autoridad del Señor él camina sobre las aguas.

Pero dice la Palabra que: "Mirando el mar enbravecido y mirando la tormenta con todo su poder, comenzó a hundirse." Cuando él no fue capaz de usar la fe para mirar al Cristo que estaba sobre la gravedad y sobre las leyes de la física, se puso a mirar sólo conforme a su mente y lo que él conocía de la realidad física alrededor de él, cuando él deja de vivir por la fe entonces comienza a hundirse. Y el Señor le dice: "¿Por qué dudaste, hombre de poca fe?" Nosotros tenemos que vivir hemanos con nuestra mirada puesta en lo que el Señor ha declarado, no la experiencia que estamos viviendo.

El cristiano para poder madurar tiene que desconectarse cada día más y más de lo que diga la gente, de lo que el mundo me haga, de la circunstancia que esté pasando, y tiene que pedirle al Señor: Señor, dame la fortaleza para yo vivir pegado a Ti y lo que Tú has declarado en mi vida. Yo creo que yo voy a salir de este tiempo de prueba. Yo creo que Tú eres fiel en lo que Tú prometes y yo sé que esto es simplemente una leve tribulación momentánea pero que yo voy a salir adelante en el Nombre de Jesús.

Y eso es lo que nos permite hermanos, el dejar de mirar lo que estamos pasando, lo que está sucediendo en nuestra vida, lo que nos pasó hace veinte años atrás y aprender a ver ¿qué es lo que dice la Palabra de Dios?

Después yo voy a tratar con otro punto, y es que una de las maneras en que nosotros podemos encontrar salud emocional es sabiendo que nosotros tenemos valor en Cristo Jesús, que nadie nos da valor a nosotros sino que el valor nos lo da Dios en lo que nosotros somos en Él.

Y una de las cosas también que voy a hablar es que otra de las maneras en que nosotros aprendemos a crecer espiritualmente y a tener salud emocional es despegándonos del mundo, y poniendo nuestra mirada en el Reino celestial y en el mundo del espíritu. Porque mientras tú estás pegado al mundo y estás pegado a lo que los otros dicen de ti, tú eres entonces como una marioneta que el mundo te lleva para arriba y para abajo, y para adelante y para atrás, y retongonea como al mundo le da la gana. El hijo de Dios aprende a poner su mirada en toda Palabra que sale de la boca de Dios, en la Verdad de Dios.

Y por eso es que nosotros tenemos que practicar cada día más y más esos músculos, esas destrezas de vivir en el espíritu y no tanto en la carne. El hijo de Dios según va creciendo, una de las cosas que Dios quiere hacer en nosotros es despegarnos menos de la carne y pegarnos más a Cristo Jesús.

Yo estaba viendo esta semana un documental sobre los monjes cartusianos en un monasterio en los Alpes franceses, un documental que les recomiendo lo vean si pueden, se llama: Into great silence, y son dos horas y cuarenta minutos de casi como meterse uno en un monasterio, uno de los monasterios más austeros y más demandantes que hay en el mundo, donde estos monjes viven casi toda su vida en una celda y solamente salen un momentito para tener una misa a las doce de la noche, y se ven como comunidad una sola vez a la semana, pero el resto del tiempo se lo pasan metidos en su celda, leyendo la Biblia, leyendo textos religiosos, orando, y es como que el propósito de estos hombres es matar la carne completamente, y apagar los sentidos metiéndose en un ámbito artificial de silencio y de total abstracción del mundo para poder entrar en contacto con el infinito, con Dios.

Y es increíble lo que estos hombres. Imagínese vivir que ya usted no tiene nombre, cuando usted se muere no hay una tumba que tiene su nombre, usted desaparece del mundo completamente porque su propósito es como ser un atleta olímpico del espíritu, y para usted poder sentir a Dios y encontrarse con Dios usted tiene que ir como apagando las luces de todos los sentidos; los recuerdos de todos sus antepasados y de sus familiares, todo apetito sexual, todo deseo de éxito en el mundo, todo sentido de hombría, toda emoción, todo apego al mundo e ir apagando las luces hasta que lo que quede es un ser que está en búsqueda y en contacto con el infinito. Silencio veintitrés horas del día.

Y yo digo: bueno eso es admirable, a mí me fascina. La verdad es que es un documental maravilloso en muchas maneras y es admirable la entrega de estos hombres. Pero por otra parte ¿sabe lo lindo del Evangelio? es que usted no tiene que hacer eso para tener un encuentro con el Espíritu Santo, con el Espíritu de Dios. Usted puede, aún en medio del mundo, no ser del mundo. Aún mientras usted tiene un trabajo demandante y usted tiene éxito en su trabajo, usted es un maestro, un médico, una ama de casa, un obrero, aún mientras usted está viviendo en el mundo usted puede, por medio de la fe, ir cada día compenetrándose más con el mundo del espíritu.

Y entonces usted puede tener la bendición de ambos privilegios. Puede ser un esposo, puede ser un obrero, puede ser una persona inmersa en el mundo pero vivir como si usted estuviera en un monasterio porque usted va poco a poco apagando esa dependencia que usted tiene de la carne y de la razón, y usted va aprendiendo más y más a leer el mundo a través de los ojos de la fe, a través de los ojos de la Palabra, a través de los ojos del espíritu; usted va cada día haciéndose más y más un ser espiritual.

Y eso es lo que Dios quiere, que nosotros aprendamos a procesar la vida conforme a los dictados de la fe y no solamente conforme a los dictados de la experiencia o las emociones. No podemos dejar que las deformaciones del pasado, los malos recuerdos del pasado, dicten lo que nosotros somos. Nosotros vivimos por lo que nosotros somos, no por lo que el mundo nos dice que nosotros somos. No podemos vivir apegados al mundo, conforme a esa mirada de fe, a esa espiritualidad profunda que Dios quiere que tengamos.

Una última arma que el apóstol Pablo menciona aquí en el versículo 18: "Orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." ¿De qué está hablando Pablo aquí? de la oración. La oración es algo que no podemos prescindir de ella en nuestra vida, y nosotros tenemos que, en un sentido, vivir en oración las veinticuatro horas del día.

El apóstol Pablo dice: "Orad sin cesar." Es como respirar, la oración tiene que ser como es la respiración. Donde quiera que nosotros estamos tenemos que estar en contacto con el Señor y si usted siente que el tiempo está pasando, del día, y usted ha dejado de estar en comunicación con el Señor, de alguna manera, tome treinta segundos y vuelva a poner su mente en el Señor.

Nosotros debemos ser engines of prayer, motores de oración continuamente clamando y orando al Señor, y presentando nuestras necesidades, y las necesidades de los demás al Señor. Y usted no tiene que estar solamente como cuatro horas arrodilllado cada día, muy pocos de nosotros tenemos tiempo para hacer eso, pero ahí en su trabajo, cuando usted está manejando en la 93, cuando usted tenga un tapón ahí de tráfico en vez de ponerse a maldecir y a renegar de Dios tome ese tiempo, clame al Señor, ore, presente las necesidades del pueblo de Dios. Yo le pido al Señor: Padre, dame cada día más y más un espíritu intercesor, hay tantas necesidades que nosotros podemos presentar delante de Dios.

Una de las cosas que hacen los monjes cuando se retiran a los monasterios es, ellos se ven como personas que están orando por el mundo, ese es su llamado, ser gente de oración que estén orando continuamente por las necesidades del mundo y por la redención del mundo. Bueno ¿sabe qué? usted puede ser un monje ahí en su trabajo, en su matrimonio, no tanto en su matrimonio pero sí en muchas diferentes dimensiones, usted puede vivir una vida de oración continua; usted puede clamar al Señor y presentar sus necesidades, renovar ese diálogo con Dios continuamente en su vida.

Porque la oración no es simplemente para hacer una lista de compras al Señor: Señor yo quiero esto, dame esto, dame lo otro, también la oración es para mantenernos en comunión con Dios, y aprovechar esos tiempos. Eso es lo que nos permite entonces ver como Dios ve las cosas, mantenernos saludables espiritualmente. De vez en cuando coger un medio día para ayunar, o un día completo, tres días o lo que sea, presentarle al Señor nuestras necesidades, clamar a Dios por esas cosas que necesitamos hacer. Sin oración nosotros no podemos tener la vitalidad que necesitamos en la vida cristiana.

Cuando nosotros oramos, sacralizamos las experiencias negativas de la vida, y entonces las podemos ver a través de los lentes de la fe y del espíritu, y esas cosas nos mantienen entonces saludables, sanos en el Señor. Voy a pedir que los músicos y los directores de alabanza pasen por acá.

Entonces hermanos, ahí usted tiene algunas herramientas. La Biblia dice que las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Estas herramientas que Dios ha puesto allí, la verdad, la justicia, la fe, la salvación que tenemos en Cristo Jesús, el Evangelio de la paz, la oración, son cosas que nos van a mantener saludables en todo momento. Cuando vengan los embates de la vida, cuando vengan las amenazas contra nuestra salud sabremos entonces qué hacer.

No voy a reprimir una experiencia que tuve anoche, un sueño que tuve ¿me dan cinco minutos más? quiero compartir con ustedes. Para que ustedes vean cómo es que tenemos que vivir cada día en una higiene espiritual, y cuando el enemigo quiere hacer cosas en nuestra vida y el Señor nos revela algo, nosotros entonces tenemos que hacer acceso de las cosas que Dios ha provisto en nuestra vida porque el diablo siempre está tratando de hacer daño. Y a veces va a ser una guerra limpia, así, claramente espiritual, a veces va a ser más sutil.

Pero anoche, yo ni siquiera pude compartir esto con Meche esta mañana, pero así es que Dios me habla. Cuando hay momentos en que Satanás quiere entrar o ha habido una penetración de mis defensas, o hay algo que yo tengo que tener cuidado en el ministerio, en mi vida, el Señor siempre me lo advierte. Y cuando yo discierno esos momentos de ataque que pueden manifestarse en algo circunstancial de alguna manera, entonces Dios me está diciendo: Prepárate, fortalécete, para que el enemigo no tenga entrada en esa área de tu vida.

Yo estaba así, fue una imagen de un solo momento, donde era la sala de nuestra casa, y yo volteé la mirada por un instante hacia otro lado contrario a la ventana, varias ventanas que hay en la sala, y cuando volteé la mirada otra vez, había un, y digo esto, mire, las personas, los homeless, las personas homeless, usted sabe bien cuánto las amamos, esto no tiene nada que ver con eso, era simplemente un símbolo así que nadie asuma más de la cuenta en esto porque Dios usa los símbolos hasta cierto punto.

Pero cuando yo volteé la mirada había un, ¿cómo había entrado? yo entendía en el espíritu que, cuando yo volteé la mirada, la idea era: me descuidé por un momento, entró algo, y había un hombre homeless acostado en el medio de la sala con una colcha de esas que usan, con un sleeping bag de esos abierto, bien arropado y bien cubierto, durmiendo, buscando refugio en la sala de nuestra casa. Y yo me preguntaba: ¿cómo entró este hombre? y se me vino a la cabeza: cuando tú volteaste entró por la ventana y se hizo cómodo allí buscando protección.

Y entonces en el sueño yo le dije: Señor, yo estaba un poco conciente, y le dije: Señor ¿qué Tú me estás diciendo con eso? Y entonces entendí que ese personaje era un símbolo de algún tipo de ataque espiritual, de contaminación o contagio que había entrado a nuestra casa o a mi vida, o al ministerio, no estoy seguro qué. Y entonces yo entendí que el Señor me estaba dando una asignación: Ahora ponte en guerra y defiende tu vida y tu ministerio, y neutraliza eso.

Ahora ¿sabe qué? yo seguí durmiendo como siempre hago. No es como que ahora estoy neurótico y paranoide, y que no voy a comer ni beber, es que nosotros siempre estamos en guerra con el enemigo. Ahora lo que yo tengo que hacer es orar al Señor y asegurarme de que eso sea neutralizado, porque si yo no atiendo a eso el enemigo va a hacer algo negativo en mi vida.

Y yo creo que así es que tenemos que vivir hermanos. Como digo eso a mí no me llena de pánico ni nada porque la vida cristiana es una vida de guerra continuamente. Es lo que dice la Palabra: "Sed sobrios y velad porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar." Nosotros estamos en guerra con los poderes del diablo veinticuatro horas al día y en la vida de los que sirven al Señor siempre habrá momentos de ataque.

Y esa energía negativa que entró o que quiso entrar a mi ámbito de vida, si no es rechazada y neutralizada puede tornarse en algo emocional, algo espiritual, algo matrimonial, algo financiero, algo de salud, algo ministerial, esa energía diabólica puede manifestarse como un virus en muchas diferentes formas dañinas. Entonces lo que uno tiene que hacer es ponerse la armadura de Dios; comenzar a orar, a reprender, buscar en la Biblia ¿qué me está diciendo el Señor? pedir discernimiento de parte de Dios, santificarnos más, echar raíces más hondas.

Cuando esas cosas vienen a mi vida ¿sabe qué? yo en vez de sentir pavor lo que siento es gozo; gracias Señor porque Tú me estás hablando. Gracias porque hay defensas que me alertan acerca de cómo yo debo, para poder mantener la sanidad, para poder mantener la salud. No es la primera vez que eso sucede.

Y tú estás en la misma batalla que yo, y lo que tú tienes que preguntarse es: ¿cómo yo puedo vivir esa vida de alerta veinticuatro horas al día, siete días a la semana, para que el diablo no logre penetrar mi armadura con sus dardos de fuego? Tengo que usar la espada de la Palabra, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación, el calzado del Evangelio de la paz, esas herramientas que Dios ha provisto, vivir dentro de ellas, clamar al Señor continuamente, entregar mi vida para que Dios la santifique cada día más para que el diablo no tenga asidero en mi vida, él no encuentre, no sepa por dónde agarrarme porque cada día le estoy entregando mi espíritu, mi vida, mi cuerpo, mi mente al Señor. Ese es mi deseo y debe ser tu deseo también cada día para que tú puedas vivir una vida saludable y despejada cada día.

Que el Señor te bendiga. Padre: bendecimos esta Palabra, gracias por la armadura del Espíritu que Tú nos has dado. Gracias por todos los recursos, Señor, que Tú nos provees en nuestro caminar y Tú nos has provisto de protección en tantas diferentes maneras. Abre nuestro entendimiento para que no seamos como niños inocentes entrando al matadero Padre, sino que seamos hombres y mujeres revestidos con todas las herramientas y todos los recursos de la fe.

Haznos una Iglesia peligrosa para el diablo y el infierno Señor, una Iglesia de hombres y mujeres entregados y vendidos al Evangelio y al Reino de Dios, y enséñanos cómo resistir al enemigo cuando quiera destruirnos, cuando quiera hacer daño a nuestra vida. Nos santificamos en Ti Padre, nos consagramos a Ti.

Lord: we die to self and embrace the fullness of Your desire for us. We yield to You Father, with the help of the Holy Spirit lead us to that point of death, where we might humble every aspecto of ourselves and submit every impulse to You alone, and to Your Truth, the Truth of Your Word, we submit ourselves to You like a sacrifice Father, consumed by Your fire until all that is left of us is Jesus in His form and image. We praise You, te adoramos y nos entregamos a Ti Señor una vez más, como ese sacrificio santo y agradable delante de Ti.

Marca nuestros espíritus con esta Palabra Señor y glorifícate en nosotros, y sácanos todo el provecho que Tú quieras, en el Nombre de Jesús, amén. Dios te bendiga, la gracia del Señor sea con ustedes, amén.